Cazarabet conversa con...   Jaume Claret, autor de “Breve historia de las Brigadas Internacionales” (La Catarata)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jaume Claret nos ofrece un ensayo en el que brevemente nos acerca a lo que fueron y al papel que tuvieron y retuvieron las Brigadas Internacionales en la Guerra de España.

Edita este libro La Catarata.

Lo que nos dice la editorial: “Para comprender por qué la guerra civil española avivó la solidaridad internacional y atrajo a brigadistas británicos, norteamericanos, franceses... “

Lo que nos explica la sinopsis: Ochenta y cinco años después de la formación de las Brigadas Internacionales, este libro sintetiza su historia y permite comprender por qué la guerra civil española avivó la solidaridad internacional y atrajo a brigadistas británicos, norteamericanos, franceses, etc. Y es que, como afirma Jaume Claret, “para toda una generación de jóvenes y no tan jóvenes de todo el mundo, aquella guerra fue también su guerra”. A través de rigurosos datos, hechos y experiencias de aquella lucha contra el fascismo, el autor refleja el significado que tuvieron y que hace que en la actualidad sigan despertando admiración y respeto. Esta nueva edición, revisada y ampliada, recupera un clásico publicado por primera vez años atrás, pero imprescindible para conocer la historia de estos "voluntarios de la libertad".

El autor, Jaume Claret: Profesor en los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya, es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Humanidades y doctor en Historia por la Universitat Pompeu Fabra. Su tesis se editó en 2006 con el título El atroz desmoche. La destrucción de la universidad española por el franquismo, 1936-1945. También ha publicado diferentes artículos en revistas nacionales e internacionales, así como capítulos en obras colectivas centradas en la historia de la Segunda República, el franquismo y la Transición, y en la historia intelectual catalana y española. La construcción del catalanismo. Historia de un afán político, escrito en colaboración con Manuel Santirso y publicado en esta editorial en 2014, fue su anterior libro.

 

 

 

Cazarabet conversa con Jaume Claret:

-Amigo Jaume, ¿qué es lo que os llevó a investigar sobre las Brigadas Internacionales y ofrecernos un acercamiento a su historia en la Guerra de España, pero desde un punto de vista resumido...como muy concreto? Porque, ¿qué te llamó la atención de las BBII para dedicarles este libro que editas con La Catarata? ¿Hay o hubo algún incentivo qué te ha hecho investigar sobre esto?

-El libro surge de un encargo directo por parte de la editorial e incentivado por la gente del CEDOBI. Se trataba de ofrecer un trabajo de divulgación que acercara las Brigadas Internacionales al gran público, que presentase las investigaciones más recientes realizadas por especialistas y que sirviera como introducción para quien después quisiera profundizar. Personalmente, creo que la divulgación es un ámbito a menudo poco considerado –por razones que tiene que ver con las acreditaciones— y, en cambio, es muy necesario y debería combinarse con los ‘papers’ más académicos. De hecho, llevar a cabo una buena divulgación puede ser tan exigente como la mejor de las investigaciones eruditas.

-Es difícil darle resumen y brevedad a una historia tan inmensa como es la presencia de los brigadistas internacionales, defendiendo la República...

-Sintetizar nunca es sencillo, pero ello no significa que no sea necesario. Sobre las Brigadas Internacionales tenemos ya una amplia bibliografía y, en los últimos tiempos, el acceso a nuevas fuentes documentales ha incrementado nuestro conocimiento. No deja de ser paradójico que, justo cuando desaparecen los últimos supervivientes, sean accesibles estos archivos.

Como sucede con cualquier otra temática, el conocimiento siempre resulta inabarcable y, por lo tanto, es importante identificar lo más relevante, ejemplificarlo de la forma más ilustrativa posible y, por último, plantearlo de forma que interpele al lector de hoy. De lo contrario, no lograríamos el objetivo último de divulgar el conocimiento histórico. Evidentemente, eso supone dejar fuera gran cantidad de historias personales, detalles relevantes sobre acciones militares o descartar aspectos de contexto político. Pero, insisto, lo relevante es ofrecer un esbozo ajustado a nuestro conocimiento histórico, situar al lector en el gran marco y facilitarle las herramientas para hacerse una idea cabal de lo sucedido y, si lo desea, para profundizar en la temática.

-¿Cómo y en qué marco de acción  se lleva a cabo la creación de las Brigadas Internacionales?

-España era un país situado en los márgenes del gran tablero internacional. Y, sin embargo, la guerra civil centró la atención de la opinión pública global. Para buena parte de aquella generación, los detalles concretos sobre la realidad española eran confusos o incluso ininteligibles, pero había una cosa que sí tenían clara: aquella guerra era el primer episodio de la lucha contra el fascismo. En este sentido, las Brigadas se constituyen para vehicular el compromiso de miles de jóvenes de ideologías diversas y de orígenes todavía más diversos.

En la articulación de estos voluntarios internacionales e internacionalistas juega un papel esencial la Internacional Comunista. Sería absurdo negarlo, pero también resulta excesivamente simplificador reducirlo todo a una maniobra de Stalin. En primer lugar, porque hallamos voluntarios comunistas, pero también mucho otros de ideologías bien diversas (de libertarios a marxistas heterodoxos, pasando por antifascistas de todos los colores) y de países con tradiciones políticas y motivaciones no siempre coincidentes. Y en segundo lugar, porque la realidad bélica y su integración en el Ejército republicano pasaba por encima, a menudo, de la cuestión ideológica.

En un primer momento, el Partido Comunista francés fue el encargado de coordinar la logística. En poco tiempo, Albacete se convirtió en la base principal de estos voluntarios. Y, posteriormente, los condicionantes políticos internacionales determinaron el flujo y el origen de cada ola de reclutas. En paralelo, también hallamos voluntarios internacionales que evitan integrarse en las Brigadas, pues actúan cómo apoyo logístico (conduciendo ambulancias, por ejemplo), médico o incluso prefieren formar en columnas de milicianos (como en el caso del famoso George Orwell).

-¿Qué perfil ideológico presentaban los brigadistas o éste se veía influido según de donde viniesen...?

-Su rasgo principal era el antifascismo. A partir de aquí, la diversidad era máxima, aunque sobresalían los vínculos oficiales u oficiosos con los diferentes partidos comunistas nacionales. También hallamos, especialmente en los primeros momentos, a voluntarios que se habían desplazado a Barcelona por las Olimpiadas Populares o que se hallaban exiliados en Francia huyendo de regímenes fascistas.

Después, a medida que las noticias sobre la guerra civil se extienden por el mundo, empiezan a fluir voluntarios de casi todos los países. Aunque los franceses, por proximidad, sea el grupo nacional más numeroso, sorprende que los canadienses sean el mayor en relación a su población o la presencia de gentes provenientes de Paraguay o de China. En estos casos, aunque las redes de apoyo logístico estuvieran más o menos controladas por la Internacional Comunista, su extracción social e ideológica era más diversas e incluso, a veces, no pasaba del antifascismo militante. También hallamos, en el caso de los voluntarios americanos, a antiguos emigrantes o hijos de emigrantes españoles, para quien el vínculo sentimental y/o familiar estaba más presente.

Finalmente, aunque la gran mayoría tenían un perfil obrero, también hubo un contingente importante de intelectuales, estudiantes universitarios y miembros de clases más acomodadas. Todavía hoy sorprende descubrir la cantidad de personajes relevantes en la segunda mitad del siglo XX tuvieron un claro compromiso antifascista y participaron como voluntarios en la guerra civil española.

-¿Qué países fueron  aportando más brigadistas?-Pero los había de muchos lugares ,¿verdad?

-El país con más voluntarios fue Francia, como comentaba anteriormente. También es cierto que, en algunos casos, las filiaciones nacionales son complicadas de establecer. Por un lado, los grandes imperios centroeuropeos se habían desecho e incluso dentro de las nuevas naciones coexistían minorías nacionales diversas. Esta diversidad todavía se incrementaba con el sesgo religioso. Así, un antiguo súbdito del Imperio austríaco, de familia judía y originario de Galitzia, podía identificarse en diversas categorías. Por el otro, no siempre estos voluntarios querían o podían aclarar sus orígenes, fuera porque actuaban como agentes camuflados de la Comintern, fuera porque sus países de origen les habían retirado la nacionalidad, fuera porque llevaban mucho tiempo en el exilio.

Más allá de los números, algunas columnas tuvieron un gran impacto. Sería el caso, por ejemplo, de los voluntarios provenientes de los Estados Unidos. Aquí influyó tanto su formación militar y compromiso ideológico, como cuestiones más prosaicas como la presencia de afroamericanos. También destacaban por su fuerte ideologización los brigadistas cuya lucha antifascista ya había empezado en sus países, como el caso de Alemania e Italia, ya bajo el control de Hitler y Mussolini.

Y finalmente están los casos exóticos. Algunos tan curiosos como los islandeses. La guerra civil hundió la economía de la isla, pues dependían en buena medida de la exportación de bacalao a la católica España. Cuando este comercio se interrumpe, unos pocos jóvenes islandeses se interesan por los motivos y algunos llegan a viajar hasta la península. Muy pocos, pero curiosamente, casi todos ellos dejaron testimonio escrito… aunque sólo recientemente hemos sabido de ello, pues ningún historiador español dominaba el islandés…

En resumen, estamos hablando entre 32 y 35 mil voluntarios, pero sobre el terreno el número máximo nunca superó los 20 mil, siendo normalmente unos 15 mil, pues hubo constantes relevos. Son cifras importantes, pero muy alejadas de los fantasiosos números que corrieron en su momento. De hecho, como nos recuerda Ángel Viñas, los brigadistas fueron menos de la mitad del contingente marroquí utilizado por el general Franco… y esto sin contar a los alemanes de la Legión Cóndor, o los falsos voluntarios italianos del Corpo Truppe Volontarie.

-¿Cómo van llegando y dónde se establecen?.- No todos, ni mucho menos venían con formación para combatir...¿la adquieren bien...cómo y de qué manera?

-La mayoría de brigadistas llegan en tren desde París, en barco desde Marsella o cruzado la frontera pirenaica catalana. Rápidamente se fija Albacete como la base principal de encuentro, formación y logística, y se distribuye en diversos pueblos de la zona los diferentes operativos. Muchas veces la motivación ideológica e internacionalista no se acompañaba de la necesaria formación militar. Esto hace que, quien cuenta con experiencia bélica, sea rápidamente ascendido al mando. Al resto habrá que formarlo, pero también equiparlo, alimentarlo, etc. Al principio esto no es fácil y, de hecho, en pocos momentos se dispondrá del suficiente apoyo logístico.

-¿En qué batallas fue más importante la implicación de las BBII?.- ¿Y en qué batallas se vieron más diezmadas estas fuerzas internacionalistas?

-Desde su llegada, las Brigadas participan prácticamente en todas las operaciones militares relevantes republicanas. Son decisivos ya desde el primer momento, pues refuerzan el flanco madrileño amenazados por las tropas rebeldes y frenan el avance en la Ciudad Universitaria y el resto de frentes de la capital. Quizás, puestos a elegir, podríamos considerar Guadalajara y Belchite como el momento más dulce y Brunete y el Ebro como su cruz.

-¿Están las BBII sobre idealizadas por la ideología comunista....porque los había con otros idearios y que vinieron, con el mismo convencimiento, a combatir por la República, la libertad...?

-Las Brigadas fueron utilizadas desde el minuto cero como arma ideológica, a favor y en contra, por unos y otros. Así, se exageró o se rebajó su importancia bélica y numérica, pero también el ascendente comunista y/o el peso de determinados países. En esta manipulación participaron todos, tanto la propia Comintern y el gobierno republicano –no siempre con objetivos compartidos— como las opiniones públicas y gobiernos de los diferentes países y, sobre todo, el franquismo. Lógicamente, este último tuvo 40 años para perpetuar una leyenda negra y simplificadora que no se ajustaba a la realidad. Como he comentado anteriormente, sin negar el peso comunista, las Brigadas se definían sobre todo por su antifascismo y eso explica que muchos de sus miembros mantuviesen compromisos ideológicos diversos a lo largo de su vida, que muchos ocuparan cargos relevantes tras la Segunda Guerra Mundial, que otros conservasen un vínculo estrecho con España y que un buen número fueran enormemente críticos también con el estalinismo.

-¿Qué nos puedes decir de los que siempre se ha dicho, creo que eran muy una minoría, vinieron cómo te diría, a manera de “aventura”?

-El componente aventurero seguro que estaba presente. Pero tampoco creo que por ello debamos descalificarlos. Aquellos brigadistas dejaron atrás a su país, a su familia y, a menudo, a su futuro (muchos fueron represaliados posteriormente, otros regresaron heridos y algunos ni pudieron regresar) por coherencia antifascista y por un compromiso internacionalista. Quizás sea difícil de entender, pero la mayoría se movía por una mezcla de generosidad y compromiso… se me ocurren muchas otras maneras de buscar aventuras sin arriesgar tanto.

-La retirada de los brigadistas—forzada y forzosa--, ¿cómo influyó en la guerra y cómo afectó a la moral del pueblo y del resto del ejército que luchaba por la República?.- La verdad es que la imagen del tren, el andén poblado de gente que les despedía casi en la frontera con Francia rompe todas las emociones...

-La retirada fue una decisión política en el intento del gobierno Negrín de ganar prestigio ante los gobiernos extranjeros, de forzar (con pocas esperanzas) una decisión similar por parte de los franquistas respecto del apoyo extranjero fascista, de alargar la guerra a través de algún tipo de tregua que permitiese enlazar con la Segunda Guerra Mundial… y de reconocer una realidad: las Brigadas ya no eran decisivas y estaban significativamente diezmadas. Las crecientes dificultades para acceder a España –fruto del cierre de la frontera por parte de las autoridades francesas, del control de los accesos marítimos por parte de los franquistas y sus aliados, y de las limitaciones en muchas naciones— dificultaban mucho renovar las columnas y, además, el progresivo avance franquista había enfriado el entusiasmo alistador. En otras palabras, se trató de una decisión que certificaba una realidad, pues ya muchas bajas eran cubiertas por tropas españolas

Su retirada oficial provocó la última gran manifestación popular republicana. El gran desfile en Barcelona es quizás la última imagen festiva de la República. Por otro lado, aunque hubo quien dejó España, muchos voluntarios no podían regresar a sus países, pues no eran reconocidos como ciudadanos o simplemente les esperaban diferentes grados de castigo. Así, hubo quien simplemente se integró en cuerpos del Ejército republicano… o si se fueron, no fue a su país de origen. De hecho, algunos casi enlazaron con el siguiente gran conflicto internacional. En este sentido, el investigador y amigo Carlos Brasó Broggi acaba de publicar una investigación sobre un grupo de doctores internacionales voluntarios en la guerra civil española que después viajan a la guerra civil china.

-Luego, no todos los brigadistas encontraron “calor” allá donde volvieron, ¿verdad?, hubo represalias contra algunos de ellos...

-Para los países fascistas, simplemente se trataba de enemigos políticos. En algunos lugares, se les había retirado la nacionalidad; en otros les esperaban sanciones, a menudo con detenciones o con reclutamiento forzado, etc. Incluso en democracias como Estados Unidos, aquellos voluntarios eran mirados con suspicacias y fueron vigilados durante mucho tiempo. De hecho, muchos mantuvieron sus convicciones y se implicaron en otras ‘guerras’… tanto reales como la Segunda Guerra Mundial como más políticas como podría ser el movimiento pro derechos civiles.

-¿Cómo ha sido el proceso y la tarea ardua de investigación que, además, tiene mucho a ver con el proceso de documentación?

-No es un libro fruto de la investigación directa con fuentes originales, sino más bien a través de lo ya publicado en revistas y libros especializados. En este sentido, ha sido más un trabajo de leer, anotar, situar, resumir y contextualizar.

-La investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello…el aproximarse a testimonios más o menos directos… es una tarea que requiere de mucha dedicación, horas de trabajo, minuciosidad, pero también, después al verlo terminado y editado, supone de mucha gratificación… ¿qué nos puedes decir?

-Sin duda, en este sentido, intento poner en valor el trabajo de los diferentes especialistas. Por ello, miro de citar a los diversos autores que han trabajo sobre la cuestión y que me han servido como guías en esta síntesis. Además de aparecer a lo largo del libro, al final se incluye una pequeña selección bibliográfica de algunos de estos trabajos. Además, los trabajos de investigación se complementan con la existencia de una gran diversidad de asociaciones que preservan la memoria de los brigadistas de cada país, así como de proyectos concretos como puede ser SidBrint o el mismo Cedobi. Y, finalmente, tenemos los repositorios en red que van desde entrevistas a protagonistas a archivos donde se hallan disponibles fuentes primarias y secundarias de increíble valor.

-¿Y qué metodología de trabajo seguiste?  ¿Trabajaste sobre un guion de cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?

-Además de trabajar con fuentes secundarias, conversé con algunos de los especialistas en Brigadas Internacionales. Pero, sobre todo, me planteé cuáles eran las preguntas básicas para alguien que se aproxime a esta temática. De hecho, un poco en la línea de las preguntas de esta entrevista: quiénes y cuántos eran, de dónde venían y dónde estuvieron, cuál fue su contribución y su trayectoria durante el conflicto, qué memoria nos han dejado… Si el libro consigue responderlas o, cuanto menos, ofrecer una primera respuesta y contexto, se habrá logrado el objetivo principal que justificó su escritura.

 

 

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