incendiosforestales2.jpgCazarabet conversa con...   Francisco Díaz-Fierros Viqueira, coordinador del libro “Incendios forestales. Reflexiones desde Galicia” (Hércules)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un libro tan “hondo” como reflexivo sobre los incendios forestales desde el territorio gallego.

Este rincón en el noroeste peninsular, bañado por las aguas del Cantábrico y del océano Atlántico, ha sido de los más azotados por las llamas en los últimos años.

Aquello que nos dice la editorial del libro:

Nueve capítulos, nueve reflexiones expertas, estimuladas por las emociones de este desgraciado año 2017, redactadas bajo la urgencia del momento, pero también atemperadas y contrastadas por las muchas experiencias a que dieron lugar todos los fuegos que fueron asolando Galicia en esta última y larga etapa incendiaria de su historia.

En los últimos años comienzan a escucharse voces, y en 2017 de una forma especial, que nos hablan de que se está apreciando una tendencia en los incendios forestales hacia situaciones cada vez más graves e incontrolables. Se cita al cambio climático, a un urbanismo desarticulado creciente, a la falta de medidas de prevención…

A estas y a otras cuestiones trata de aportar respuestas este libro, que se abre con una descripción histórica del uso (y abuso) del fuego en Galicia hasta la situación que vivimos en la actualidad, que se inicia con la desarticulación del sistema agro forestal en torno a los años sesenta del pasado siglo. A esta problemática socioeconómica se le dedican los dos capítulos siguientes. A continuación, se tratan las alternativas que intentan afrontar el futuro y las medidas de lucha y prevención, así como los daños a bienes y personas. Los dos últimos capítulos se refieren a la educación y a la responsabilidad social de los gallegos, aspectos singulares y decisivos en la lucha contra el fuego.

Este libro se escribió bajo la impresión de las imágenes todavía vivas de unas llamas que caminaban con una velocidad inusitada desde la frontera portuguesa hasta Terra de Montes, de unas pavesas que volaban y prendían en espacios inéditos de la ciudad de Vigo o de unos fuegos que con demoledora persistencia arrasaban las cumbres de las sierras ourensanas. Pero también con la responsabilidad de los muchos años que la mayoría de los autores de este libro llevan ocupándose del problema de los incendios forestales en Galicia. Son diferentes miradas expertas, estimuladas por las emociones de este desgraciado año 2017, redactadas bajo la urgencia del momento, pero también atemperadas y contrastadas por las muchas experiencias y reflexiones a que dieron lugar todos los fuegos que fueron asolando Galicia en esta última y larga etapa incendiaria de su historia.

El libro está escritor y reflexionado por estas plumas: Xosé Luis Barreiro Rivas; Francisco Castro Rego; Maria Concienciäu Colaço, Francisco Díaz-Fierros Viqueiras Tomás Fernández Couto-Juanas, Cristina Fernández Filgueira, María Teresa Fernández Filgueira,María Teresa Fortubel Literas, Álvaro García Ortíz, Manuel Ángel Gil Canabal, Edelmiro López Iglesias, Pablo Ángel Meira Cartea, Miguel Pardellas Santiago, Juan Picos Martín, Eduardo Rico Boquete, José Antonio Vega.

Todo este esmerado y minucioso proyecto está y ha sido coordinado por Francisco Díaz-Fierros Viqueira.

Nos acercamos al coordinador:

Trabajos, colaboraciones en artículos:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=79363

No os perdáis:

https://tv.uvigo.es/video/5b5b4f808f4208e965544ef1

El gallego que sí sabe que hay cambio climático y tomando el pulso a su tierra, Galicia:

https://www.farodevigo.es/portada-arousa/2013/11/24/cientifico-vilagarciano-alerto-cambio-climatico/920292.html

 

 

Cazarabet conversa con el coordinador del libro,  Francisco Díaz-Fierros Viqueira.

mm_retrato-de-Francisco-Dia.jpg-Francisco, ¿qué os llevó a escribir este libro  que reflexiona alrededor de los Incendios Forestales, reflexionando desde Galicia?

- El libro se escribió bajo los efectos que habían dejado en Galicia los incendios del otoño del 2017. Como todos los años en que este problema se recrudecía (y pasaron muchos) hubo un amplio debate en los medios donde se vertieron opiniones de todo tipo, algunas totalmente disparatadas, por lo que se decidió aportar, desde el punto de vista de los expertos, una visión contrastada y meditada del problema. Hay que señalar que en Galicia existe una larga tradición de estudios y reflexiones sobre esta temática por lo que bastaba con tener un motivo suficientemente serio para poder convocarlos. Este surgió de la propuesta de Hércules de Ediciones para realizar un libro que tratase sobre éstas cuestiones. Este fue el encargo que tuve. A partir de ahí  se buscó una idea central que agrupase las aportaciones y se pensó en el “factor humano” como algo decisivo en la génesis y evolución de los IF en Galicia. El factor “técnico-biológico” también era importante y no podía ser  ignorado, pero se pensaba que la acción humana era más decisiva. Con esta idea central se fueron diseñando los diferentes apartados y, después, se seleccionaron los expertos más adecuados. Hay que señalar que todos los convocados aceptaron la invitación sin problemas, incluso diría que con entusiasmo. También se pensó en escribirlo en castellano, pues se entendía que estas reflexiones podían ser útiles en otras comunidades españolas.

-Galicia, una de las comunidades autónomas que  se encuentra, desde hace unos años—y el tiempo pasa deprisa--, en el “punto de mira” o bien porque es un lugar “especialmente sensible” a los incendios, o bien por ser “pasto, ya, de las llamas”. ¿Por qué es tan sensible y, a la vez, es lógico parte de las llamas?, ¿qué la hace tan vulnerable a ello?

-Hay razones geográfico-forestales que determinan que el territorio gallego sea muy sensible a los IF: por una parte las condiciones climáticas la conviertan en una de las zonas de Europa con una mayor productividad vegetal potencial lo que justifica tanto el alto rendimiento de las especies forestales como el crecimiento de la biomasa. Al mismo tiempo, los estiajes pueden ser con una cierta frecuencia intensos y duraderos (significativamente más importantes que en el resto de la cornisa cantábrica) . Y ,por otra parte, desde un punto de vista humano existe una larga tradición de uso “amigable” del fuego como herramienta fundamental en la vida del campo (cultivos de rozas, quemas de rastrojos, regeneración de prados, ect.) que aún pervive en las generaciones de nuestros mayores. La cultura del campo era fundamentalmente agraria, figurando el “monte” (concepto amplio en Galicia que agrupa tanto a las formaciones arbóreas como de matorral) como un espacio secundario totalmente subsidiario de las prácticas agrarias. Hasta tiempos muy recientes no se puede hablar de una auténtica cultura silvícola. Finalmente, la despoblación del campo que ocurrió a partir de los años sesenta del pasado siglo favoreció el descontrol sobre las diferentes prácticas que mantenían perfectamente integrado el monte en la cultura agrícola dominante.

-¿Qué decisiones  legislativas; qué políticas han llevado ,llevan y llevaron a Galicia al borde de este abismo en materia de incendios forestales?.¿Hace falta una “nueva cultura forestal” como se aboga por una “nueva cultura del agua”?

-Hay razones geográfico-forestales que determinan que el territorio gallego sea muy sensible a los IF: por una parte las condiciones climáticas la conviertan en una de las zonas de Europa con una mayor productividad vegetal potencial lo que justifica tanto el alto rendimiento de las especies forestales como el crecimiento de la biomasa. Al mismo tiempo, los estiajes pueden ser con una cierta frecuencia intensos y duraderos (significativamente más importantes que en el resto de la cornisa cantábrica). Y, por otra parte, desde un punto de vista humano existe una larga tradición de uso “amigable” del fuego como herramienta fundamental en la vida del campo (cultivos de rozas, quemas de rastrojos, regeneración de prados, ect.) que aún pervive en las generaciones de nuestros mayores. La cultura del campo era fundamentalmente agraria, figurando el “monte” (concepto amplio en Galicia que agrupa tanto a las formaciones arbóreas como de matorral) como un espacio secundario totalmente subsidiario de las prácticas agrarias. Hasta tiempos muy recientes no se puede hablar de una auténtica cultura silvícola. Finalmente, la despoblación del campo que ocurrió a partir de los años sesenta del pasado siglo favoreció el descontrol sobre las diferentes prácticas que mantenían perfectamente integrado el monte en la cultura agrícola dominante.

-¿Se ve en los bosques gallegos, en particular, una fuente más de inversión y rentabilidades que un lugar que debería considerarse un pulmón?-Los bosques en  casi en todos los lugares han ido perdiendo su carácter autóctono y su idiosincrasia. Me explico: los bosques gallegos, en este caso, albergan especies, ahora, que crecen rápidamente….el territorio gallego, en parte, es como “una granja de madera” y se hace negocio con ello; pero en contra, de esta madera, árboles que eran o deberían ser parte del “bosque gallego”, pero de crecimiento más lento…quedan olvidados y relegados. No soy para nada entendido, pero sí veo en esta “alteración forzada” de la masa forestal una parte del problema que es un factor más que no precisamente “paren” o palien” los incendios forestales. ¿Qué nos puedes comentar?

-Antes del comienzo de las repoblaciones forestales en las primeras décadas del XX, Galicia era un terreno con una superficie arbórea 4 o 5 veces inferior a la actual, una superficie agrícola ligeramente superior  y un inmenso territorio cubierto de matorral que en buena parte era aprovechado para pastoreo y fertilización de las tierras agrícolas. La cultura dominante era fundamentalmente agraria o pastoril. El cambio hacia una superficie donde domina el arbolado, como ocurre en la actualidad, se hizo por iniciativa estatal pero también por la iniciativa privada que veía en el aprovechamiento con pinos, primero, y eucaliptos, después una fuerte segura de riqueza para unas explotaciones prácticamente descapitalizadas. Las especies tradicionales (castaño y roble, sobre todo) que tenían también una gran funcionalidad para el campesino y se plantaban normalmente en el entorno de los caseríos sufrieron solo una pequeña merma en su extensión. La impresión actual de que disminuyeron drásticamente es solo relativa ocasionada por el fuerte crecimiento de las especies de crecimiento rápido.

En general, en el medio rural, hay una conciencia bastante generalizada de que deben de convivir estos dos tipos de arbolado (el tradicional y el de crecimiento rápido). La idea de que debe dominar y caracterizar el paisaje gallego las denominadas especies “autóctonas” (no me gusta el término por su carácter ambiguo) es fundamentalmente urbana.

En cualquier caso, las especies tradicionales no pueden crecer sin limitaciones en cualquier terreno, ya que son especies bastante exigentes en condiciones de suelo y sitio. De hecho, en Galicia, hay una amplia superficie donde estas especies crecerían con muchas dificultades mientras que las de crecimiento rápido lo harían con menos problemas. En mi opinión las especies forestales en Galicia deberían adaptarse a las condiciones de suelo y sitio del territorio y de esta forma podrían convivir espacios con árboles tradicionales (los mejores por sus condiciones de suelo y sitio) con los pinos y eucaliptos (que deberían reservarse a los menos favorecidos)

En relación con los incendios forestales, las masas de crecimiento rápido, carecen en general de prácticas silvícolas preventivas suficientes (p.e. masas demasiado compactas y continuas) con barreras insuficientes para la limitación del avance del fuego. Por otra parte el matorral que crece abundante en el sotobosque de especies tradicionales y de crecimiento rápido es la primera causa de ignición, por lo que su control es una de las partes más importantes en la prevención de los IF.

S16M2029.jpg-El calentamiento del planeta, los suelos cada vez menos húmedos, las estaciones cada vez, digamos, más raras, (los inviernos menos fríos, los veranos más largos, menos lluvias) todo esto no contribuye a que haya menos posibilidades de incendios forestales, más bien al contrario….

-El incremento progresivo de las temperaturas que ya se aprecia en este comunidad afecta a la sequedad del combustible que se hace más inflamable. Todas las predicciones insisten en que el riesgo climático de incendios se irá incrementando progresivamente. También se está apreciando en los últimos años una ampliación del período con riesgo de incendios que se prolonga cada vez más hacia los primeros días del otoño, como ocurrió el año pasado, lo que se suma a la tendencia anterior de un incremento del riesgo de incendios. En cambio, una mayor intensidad en los estiajes, que es otra de las causas tradicionales de aumento del riesgo, solo se empieza a sentirse en los últimos años.

-El territorio gallego, en sí es atractivo, bello y “punto de mira” me imagino para el negocio inmobiliario, la recalificación de terrenos…el negocio del ladrillo. ¿Estos son subfactores para la especulación urbanística que puede formarse después de que bosques, tierras, parcelas…queden arrasadas por un incendio..?

-Afecta fundamentalmente a los daños que generan los IF y en menor medida, parece ser, en a sus causas. El peligro de inmuebles y personas se ve claramente afectado en los últimos tiempos por un urbanismo descontrolado que ocupan terrenos de vocación  forestal. Esta situación obliga a que las estrategias de extinción se centren de forma prioritaria en la interfase  periurbana con la consiguiente dispersión y diversificación de objetivos, que redunda en una mayor complejidad y coste de estas tareas.

-Amigo, ¿qué tiene Galicia, en particular, para ser tan fácilmente “pasto de las llamas”? -¿Los bosques gallegos están limpios o son una “caja de cerillas”?, ¿por qué?-¿Hay una buena política de prevención de incendios forestales?. -Las brigadas forestales en Galicia están “tan maltratadas” ,laboralmente hablando ,como en otros lugares donde incluso hacen “paros” o convocan huelgas para denunciar su situación…?

-Uno de los grandes activos en la extinción y prevención de IF en Galicia reside en este personal, con una gran experiencia y dedicación, curtido e muchos años de lucha. Esta valoración de carácter general no impide que dentro del personal eventual de las brigadas puedan existir algún caso aislado de malas prácticas, como pudo ser constato en alguna ocasión.

-La mayoría de los incendios forestales son provocados por el hombre, directa o indirectamente; voluntaria o involuntariamente. Aquí la educación, a todos los niveles y , ya desde la escuela debería de jugar un papel básico. ¿Qué nos puedes explicar?

-Se considera esencial desarrollar un amplio programa educativo en los niveles primario y secundario para que las opiniones sobre este grave problema estén bien informadas, cosa que no ocurre en la actualidad. También es necesaria una educación de adultos centrada en el medio rural que informe sobre causas y consecuencias reales de los IF y elimine algunas prácticas todavía vigentes (quemas de rastrojos) que pueden dar origen a IF.

 

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