La
Librería de El Sueño Igualitario
UNA
NOVELA-REPORTAJE DE MARIA LEITNER QUE CUIDA EN LA EDICIÓN OLGA GARCÍA.
EDITORIAL
“EL DESVELO” SE AFIANZA AQUÍ DEMOSTRÁNDONOS QUE EL ÁNIMO POR LAS BUENAS LECTURAS
DEBE DE ESTAR AHÍ SIEMPRE PRESENTE.
EL
LIBRO ESTÁ MUY BIEN CUIDADO EN TODAS SUS DIMENSIONES: COMO HISTORIA, EN EL
CUIDADO DE ESTA EDICIÓN Y DESDE EL GUSTO DEL PROPIO EDITOR.
LA
NOVELISTA ES PIONERA EN PERIODISMO QUE ESTÁ MUY POR DEBAJO DE LO QUE SE VE
(UNDERCOVER).
ESTE
FORMATO DE PERIODISMO UNDERCOVER QUE MARÍA LEITNER LLEVÓ A LA NARRATIVA, EN
FORMA DE NOVELA, FUE MUY INNOVADOR EN CIERTA ÉPOCA Y HA DEJADO COMO “UN POSO”
MUY A TENER EN CUENTA HOY EN DÍA EN EL PERIODISMO Y EN CIERTA FORMA DE NARRATIVA
Ejemplos
de periodismo, periodistas y trabajos “undercover”:
http://www.publico.es/actualidad/periodista-racismo.html
LO
QUE NOS DICE LA EDITORIAL SOBRE EL LIBRO:
El 10 de mayo de 1933, la novela Hotel
América atizó el fuego de la masiva quema de libros organizada por los
nazis. El Desvelo Ediciones recupera ahora esta obra de la periodista y
escritora Maria Leitner,
una figura trágica del marxismo militante del período de entreguerras europeo.
El libro, que ha sido traducido, prologado y anotado por la catedrática Olga
García, es una novela-reportaje, un ejercicio sobresaliente de periodismo
encubierto, una disciplina por la que Maria Leitner adquirió reputación en toda Europa y por la que fue
condenada por la Alemania nazi. La novela-reportaje Hotel América se
publicó por primera vez en Berlín en 1930. Un rascacielos neoyorquino de 30
plantas alberga al hotel del mismo nombre y, alegóricamente, también a la
sociedad americana de los años 20. La obra se desarrolla a lo largo de un día,
una jornada para husmear detrás de la pompa y el lujo del Grand Hotel, para
vigilar con el portero de noche, para comer con los empleados negros en el
reciento subterráneo que se les ha adjudicado, o para acompañar a la joven
irlandesa Shirley mientras entrega en las habitaciones de los huéspedes las
prendas lavadas y planchadas, recién salidas de la lavandería del hotel. Éste
va a ser su último día de trabajo. No tiene la intención de pasarse el resto de
su vida en aquella pocilga...
La obra documenta la otra cara
del american dream:
los anhelos, desencantos y penurias de los empleados del hotel, en su mayoría
inmigrantes. Y es producto del testimonio de Maria Leitner, quien en su periplo americano ejerció más de 80
trabajos, uno de ellos, el de fregona, es el que le dio pie para escribir este
testimonio de primera mano de la explotación, un ejercicio militantes sobre la
unión necesaria de los trabajadores para la obtención de mejoras laborales.
La autora y
la persona que ha cuidado la edición para El Desvelo, Olga García:
Hotel América ha sido prologada, anotada y
traducida por Olga García, doctora en Germanística por la Universidad
Complutense de Madrid. Olga García es Profesora Titular de Filología Alemana en
la Universidad de Extremadura. Ha publicado numerosos estudios sobre literatura
austriaca y traducido textos de Arthur Schnitzler, Franz Hessel, Klabund y Bertha von Suttner.
Reportera y escritora húngara de lengua
alemana (Varaždin, hoy Croacia, 19 de enero de 1892),
Maria Leitner fue pionera
del periodismo ‘undercover’. En los años 20 recorrió
América y escribió crónicas y reportajes sobre los más desfavorecidos de la
sociedad norteamericana con los que se dio a conocer en la prensa de Alemania.
Ingresó en la Unión de Escritores Proletario-Revolucionarios. Su biografía y
obra está marcada por el compromiso con la Ayuda Obrera Internacional, por su
participación activa en pro de los derechos de las mujeres y la despenalización
del aborto. En 1933 tuvo que huir de Alemania como en 1919 tuvo que hacerlo de
Hungría. Praga, Viena, Alsacia, París, el Camp de Gurs,
Toulouse y Marsella fueron las estaciones de un angustioso exilio. Su pista se
pierde en 1941, cuando enferma y desesperada esperaba un visado que le
permitiera huir a los EEUU. Norteamérica se lo negó y su paradero se perdió en
el olvido.
Una
especie de adelanto, gracias a El Desvelo:
Cazarabet conversa con
Javier Fernández Rubio, de Ediciones El Desvelo:
-Amigo
¿qué fue lo que te llamó la atención de este libro, Hotel América para
editarlo?
-Aunque suene pretencioso, realmente el libro me vino
a buscar a mí. Todo surgió a propuesta de Olga García, la persona que
finalmente se encargó de la traducción, notas, prólogo y de la selección de la
propia obra, que había pasado al olvido desde que la editara Cenit en 1930.
Olga García, que ejerció de este modo la labor de editora literaria en un
amplio sentido, es doctora en Germanística por la Universidad
Complutense de Madrid y profesora titular de Filología Alemana en la
Universidad de Extremadura. Ella fue la que me propuso editar 'Hotel América'.
Una vez leída su traducción, todo lo demás vino rodado.
-Al llegar un manuscrito a tus manos o una edición, ¿qué
es lo primero que valoras para ser editado por El Desvelo tu “gusto” lector, tu
compromiso editor o un poco de ambas cosas?
-Siendo sincero, el primer
golpe es intuitivo, basado en la experiencia lectora. Uno se deja guiar de sus
experiencias lectoras, de sus gustos, de sus deseos, incluso para equivocarse.
Luego si hay una conexión se examinan en detalle otras cosas, como su
virtualidad como proyecto o su viabilidad comercial, pero principalmente tiene
que haber un convencimiento íntimo en lo que se edita, de lo contrario editar
se convertiría en un ejercicio masoquista. En este sentido, todas las personas
que contribuyen a hacer realidad la obra han de conectar entre sí. Para mí eso
es importante. No son muchas, ya que hacemos libros de una manera espartana y
con colaboradores contados, pero tiene que haber un buen feeling
entre todos. El resultado muchas veces es sorprendente. Yo creo que 'Hotel
América' es uno de estos casos.
-Es una narrativa, la de
María Leitner muy realista, claro escribe sobre
vivencias propias, cosas que ha visto y ha sentido y da con ello un puñetazo en
la mesa de la estabilidad, del orden establecido. Es, ya eso, muy valiente por
su parte y algo a lo que hay que darle el merecido valor.
-Totalmente de acuerdo. Pero hay que detenerse en la
época en que estamos hablando, en donde la valentía era real, no una palabra
que hoy en día sirve para muchas cosas. Perseguida por los nazis, Maria Leitner llevó hasta el
final su compromiso y no deja de ser una ironía que precisamente el país de la
libertad, Estados Unidos, fuera el que la condenara a muerte en Marsella al
negarle la entrada al país cuando huía del nazismo. Toda la vida de Leitner es una vida de exilios, de viajes, de testimonios y
de compromiso revolucionario... pero también de buen periodismo. Ponía en
riesgo su vida continuamente y esto es algo real, no metafórico. Es
sencillamente magnífica y cuando todo parece haber sido inventado hace dos
tardes sorprende ver a esta gente recorriendo el mundo, ejerciendo 80 trabajos
para documentarse y generar dosis de periodismo de altísima calidad hace casi
ya cien años.
-Es un
libro que, hoy y ahora, está de rabiosa actualidad. Fijémonos en lo que el
personal de hoteles cobra y en las condiciones en que están y, en muchos casos,
son tratadas.
-Culturalmente llevamos en nuestros genes una creencia
muy arraigada de que el progreso es lineal y ascendente, cuando la historia
demuestra que períodos de avance se ven interrumpidos por retrocesos y viceversa.
Es cierto que, a efectos de un trabajador, en este mundo globalizado e hipermercantilizado, no hay grandes diferencias de
explotación entre el ahora y el entonces, pero sí hay una diferencia en el
conocimiento. Maria Leitner
es enviada por una revista alemana tres años a EE UU para certificar la
realidad del sueño americano, ya que las noticias en Alemania era eufóricas. Para los alemanes, y sobre todo para las
alemanas (y también para tantos otros como los españoles), EE UU era como una Disneyland capitalista donde todo era posible. Ella
certificó los terribles contrastes sociales en que estaba basado el crecimiento
de Estados Unidos. Ahora sabemos que hay explotación y pocas cosas nos vienen
de nuevas, antes había que ir allí y contarlo. Esa ‘inocencia’ primigenia es la
que quedó rota ya en la década de los años 20, si no antes. Maria
Leitner contribuyó a ello.
-Esta mujer fue una
luchadora que reivindicaba las injusticias y que hasta las escribió. Su
escritura, su manera de llevar la narración eran, pues muy centroeuropeas, muy
típicos de alllí, si quieres no tan “bordada”( no sé si me puedes entender), pero en eso sí que seguía
los cánones. Me recuerda , en cierta manera a Thomas Mann , a Stefan Zweig..
-Maria Leitner,
literariamente, no se anda por las ramas. No intenta construir un artefacto
estético, sino un artefacto político, pero el artefacto es muy bueno y
efectivo. Es un ejemplo de periodismo y literatura como acción política. Pero
no por ello hay que despreciar su inteligencia. Cuando editábamos 'Hotel
América', debatíamos Olga y yo si se trataba de un gran reporta o una novela.
Yo creo en esto último, porque tiene el ritmo y la construcción de una novela.
Como ejercicio periodístico, 'Hotel América' hubiera sido distinto, tal vez se
hubiera suministrado toda la información básica en las páginas iniciales, por
esa tendencia de los periodistas a agotar cuanto antes el caudal informativo.
Pero como 'novela' va ofreciendo información con la que el lector construye un
universo. Y sobre todo no trata al lector como a un lerdo: no hay mensajes
bastos, ni consignas, todo es bastante más sutil... como en las buenas novelas.
Su estilo ha sido comparado con el de Jack London, Albert Londres y Traven.
-Seguro que a estas
escritoras y escritores les marcó el nacer en un lugar “tocado”, siempre por
cierta confrontación las batallas, durante siglos, se sucedían por diferentes
motivos y las fronteras con ellas…
-Nacer en un país determinado, en una época
determinada, o ser varón o hembra, ha podido significar en muchas ocasiones
vida o muerte. Si yo hubiera sido alemán y nacido en 1918 posiblemente no
hubiera vivido muchos años, pero he nacido en España en una época de paz y, si
nada se tuerce, es posible ser longevo. Leitner no
tuvo esta fortuna. Ella se encontró de bruces en un mundo triturado por los
totalitarismos en donde el hombre estaba al servicio del Estado y no al revés.
Por supuesto que no quiero equiparar antagonismos, solo decir que ella vivió en
una época traumática y que no tuvo una actitud pasiva. El siglo XIX, que acabó
en 1914, fue de relativa paz. El siglo XX fue salvaje con guerras declaradas o
no, que se sucedían sobre una Europa, principalmente, que no había sido tan
torturada desde tal vez la Guerra de los 30 Años, siglos atrás. Pero esta gente
estaba hecha de una pasta especial y quiso intervenir en el destino de su país
o de su clase social, que es un concepto que va más allá de las nacionalidades.
-¿Era, a tu entender, más
reportera que escritora?
-Cuando hacía reportajes era periodista y cuando
escribía una novela, escritora. Era una profesional que sabía distinguir los
ámbitos de actuación.
-Practicaba
el periodismo “undercover” o sea el que regirá e
investiga sobre temas que están como “escondidos” debajo de alguna alfombra.
¿Por qué? ; ¿por qué ,crees, que ella eligió hacerlo y
otros no?
-La necesidad de experimentar en primera persona es
consustancial al periodista. No es lo mismo hacer una encuesta entre las
fregonas de un hotel que ser fregona, como lo fue ella. Da un enfoque radical
del asunto y ella quería vivirlo por dentro. Ser uno sujeto y objeto
informativo a la vez, sin condicionar el entorno identificándose como
periodista, es peligroso si no hay una cabeza fría detrás, pero hace que la
vivencia no esté deformada por la existencia de testigos. A ella no le
interesaban las fachadas, le interesaba el interior y para acceder a él tenía
que adoptar esa impostura. Yo creo que amaba ese trabajo. Y pagaba un precio:
tiempo, incomodidades, peligros… Riesgos que no todos están dispuestos a
correr. La lectura transmite así una verosimilitud que se basa en la
experiencia íntima de la realidad.
-Pero ante todo, era una
escritora y una reportera comprometida, dentro de la Unión de Escritores
Proletario-Revolucionarios? Empatizó
con los movimientos de las mujeres, sus reivindicaciones, sus derechos o, por
ejemplo, la despenalización del aborto y lo hizo con ahínco: ¿cómo fue?
-Ella era revolucionaria por partida doble, por su
militancia y por su condición de mujer. Si algo ha unido, por encima de
diferencias ideológicas, a los hombres es su maltrato a la mujer. Ella fue una
mujer activista y de hecho, como antes indicaba, ella se dirigía en sus
reportajes especialmente a las mujeres, y en concreto a las mujeres
trabajadoras, a las que quería desengañar de esa promesa de vida feliz que las
esperaba al otro lado del Atlántico. Desconozco otros extremos que preguntas
pero no me extrañaría que fueran en consonancia con su compromiso feminista.
-Háblanos un poco de la
obra, de este Hotel América y de cómo ella, casi a modo de infiltrada, pudo
hacer por escribirlo y acercárnoslo…
-Todo esto está reflejado magníficamente en el prólogo
a la obra, que es un estudio de Olga García sobre esta mujer. Pero a grandes
rasgos puedo decirte que 'Hotel América' es el anti-'Grand Hotel'. Viki Baum, también alemana, es la
autora de un género de novela, la del Gran Hotel donde confluyen personajes de
todo tipo, que tuvo gran éxito en todo el mundo, hasta el punto de que
Hollywood realizó versiones, algunas de ellas con Greta Garbo en el plantel.
Eran novelas de nobles villanos, aristócratas rusos emigrados y femme fatal,
pero lo que no aparecía por ningún lado eran las miles de personas que hacían
posible que el hotel funcionara. Leitner se fija
precisamente en eso. Toma el hotel como una proyección zen, un microcosmos
reflejo del gran crisol social que era Estados Unidos y lo radiografía desde
las cocinas, desde las habitaciones miserables de las fregonas, de los botones,
las camareras... Habla de los sueños de película y de los estafadores y es un
alegato, nada zafio, contra el individualismo en la clase trabajadora. Para
llevarlo a cabo fue la fregona número 956 del hotel más importante del
Nueva York de los años 20. Tenía 30 plantas y está perfectamente descrito en la
novela.
-Con el nazismo, en
Alemania, lengua con la que ella iba escribiendo y con aquel fatídico 10 de
mayo de 1933, se quemaron miles de libros en las hogueras por las camisas
pardas, asociaciones de estudiantes alemanes, los nazis y sus
simpatizantes. Este libro fue uno de los que ardió en las hogueras y si hasta
aquel día ya la vida se fue haciendo más dura para María Leitner.
Así ella vio que su vida en Alemania, más en concreto en Berlín se hubiese
vuelto insoportable y marcha como ya había hecho en numerosas ocasiones y desde
otros lugares y situaciones. La falta de libertad le ahogaba. Era una mujer
libre que lo expresaba en su escritura y en sus reportajes, ¿no?
-Lo has dicho perfectamente.
-Lo que
me ha dejado “de piedra” es su final .En 1941, simplemente, mientras
desesperada esperaba un visado para irse a EEUU, desaparece .¿No
hay pistas sobre lo que le pudo ocurrir?, ¿indagaciones o sospechas?
-Hay que tener en cuenta que cuando ella finalmente
sale de Alemania, el nazismo cerca de una década en el poder. Al principio,
ella se infiltraba desde Hungría para documentar, una vez más, la 'realidad'
del paraíso nazionalsocialista. Se la jugó muchas
veces. No era ninguna broma. Pero cuando ya el nazismo campaba a sus anchas no
tuvo más remedio que ir a Francia. A partir de la invasión alemana de Francia,
ese peregrinar le lleva, ya muy enferma, a Marsella (previamente fue
encarcelada en un campo de concentración, Camp de Gurs,
de donde escapó), ciudad en donde espera un visado que se le niega (recientemente
se ha comprobado este extremo). La desesperación y el enfado es
tan monumental que enloquece y muere. No es ninguna exageración. Este
padecimiento tiene un nombre clínico. Se llama 'delirium furibundum
sive furiosum'.
Esta labor periodística del final de su vida es muy
importante, porque realmente hizo en su propio país lo que anteriormente había
hecho en Estados Unidos y en casi todos los países americanos: contar la
realidad. Solo que entonces era la del ascenso del nazismo. Hay que pensar que
sus crónicas contando 'la verdad' de lo que pasaba se leían en toda Europa. Fue
una persona muy odiada por el régimen y de hecho la quema de sus libros semeja
a un auto de fe en donde se quema a un monigote en ausencia del reo, ya que no
se puede echar mano de la persona de carne y hueso.
La investigación es buena y fehaciente. Hay que tener
en cuenta que en la propia Alemania su figura había caído en el olvido y que
estos años se está reeditando su obra. También en Estados Unidos dejó huella.
La negativa a concederle el visado es, obviamente, consecuencia de su activismo
revolucionario en anteriores estancias en el país. Es decir, es considerada
persona non grata y en aquellas circunstancias eso equivalía a una pena de
muerte, como así fue.
-¿Qué otra parte de su obra
ha quedado, fruto de su desaparición, en el olvido?¿Qué
se sabe de ella?, ¿qué se ha podido rescatar?
-Citando a la profesora
Olga García, realmente queda mucho por hacer. Hay una novela titulada 'Grano de
arena en la tormenta' y quedan sus reportajes realizados por su periplo a lo
largo y ancho del continente americano. Hay más cosas, incluso novelas
paródicas de las novelas oficiales nazis, realmente es un misterio por
desvelar.
-¿Estarías interesado como
editor en seguir tirando del hilo de esta escritora y de su obra?
-Absolutamente.
-Amigo, ¿nos puedes dar
alguna pista sobre lo que tiene preparado El Desvelo para próximas
fechas?, o ¿lo que tiene en el horno?
-Tenemos a otra mujer fascinante que vivió
trágicamente antes, durante y después de la Revolución soviética y escribió en
consonancia. No puedo decir más, pero creo que os encantará.
23557
Hotel América. Una
novela-reportaje. Maria Leitner. Edición de Olga
García
208 páginas
20.00 euros
El Desvelo
El 10 de mayo de 1933, la
novela Hotel América atizó el fuego de la masiva quema de libros organizada por
los nazis. El Desvelo Ediciones recupera ahora esta obra de la periodista y
escritora Maria Leitner,
una figura trágica del marxismo militante del período de entreguerras europeo.
El libro, que ha sido traducido, prologado y anotado por la catedrática Olga
García, es una novela-reportaje, un ejercicio sobresaliente de periodismo
encubierto, una disciplina por la que Maria Leitner adquirió reputación en toda Europa y por la que fue
condenada por la Alemania nazi. La novela-reportaje Hotel América se publicó
por primera vez en Berlín en 1930. Un rascacielos neoyorquino de 30 plantas
alberga al hotel del mismo nombre y, alegóricamente, también a la sociedad
americana de los años 20. La obra se desarrolla a lo largo de un día, una
jornada para husmear detrás de la pompa y el lujo del Grand Hotel, para vigilar
con el portero de noche, para comer con los empleados negros en el reciento
subterráneo que se les ha adjudicado, o para acompañar a la joven irlandesa
Shirley mientras entrega en las habitaciones de los huéspedes las prendas
lavadas y planchadas, recién salidas de la lavandería del hotel. Éste va a ser
su último día de trabajo. No tiene la intención de pasarse el resto de su vida
en aquella pocilga...
La obra documenta la otra cara del american dream: los anhelos, desencantos y penurias de los empleados
del hotel, en su mayoría inmigrantes. Y es producto del testimonio de Maria Leitner, quien en su
periplo americano ejerció más de 80 trabajos, uno de ellos, el de fregona, es
el que le dio pie para escribir este testimonio de primera mano de la
explotación, un ejercicio militantes sobre la unión necesaria de los
trabajadores para la obtención de mejoras laborales.
Hotel América ha sido prologada, anotada y traducida
por Olga García, doctora en Germanística por la Universidad Complutense de
Madrid. Olga García es Profesora Titular de Filología Alemana en la Universidad
de Extremadura. Ha publicado numerosos estudios sobre literatura austriaca y traducido textos de Arthur Schnitzler,
Franz Hessel, Klabund y
Bertha von Suttner.
Reportera y escritora húngara de lengua alemana (Varaždin,
hoy Croacia, 19 de enero de 1892), Maria Leitner fue pionera del periodismo ‘undercover’.
En los años 20 recorrió América y escribió crónicas y reportajes sobre los más
desfavorecidos de la sociedad norteamericana con los que se dio a conocer en la
prensa de Alemania. Ingresó en la Unión de Escritores
Proletario-Revolucionarios. Su biografía y obra está marcada por el compromiso
con la Ayuda Obrera Internacional, por su participación activa en pro de los
derechos de las mujeres y la despenalización del aborto. En 1933 tuvo que huir
de Alemania como en 1919 tuvo que hacerlo de Hungría. Praga, Viena, Alsacia,
París, el Camp de Gurs, Toulouse y Marsella fueron
las estaciones de un angustioso exilio. Su pista se pierde en 1941, cuando
enferma y desesperada esperaba un visado que le permitiera huir a los EEUU.
Norteamérica se lo negó y su paradero se perdió en el olvido.
Capítulo primero:
http://www.eldesvelo.com/WebRoot/ce_es/Shops/940306304/56E5/3A31/117A/88A8/607F/C0A8/190D/A357/Capitulo_1_Hotel_america.pdf
_____________________________________________________________________
LA LIBRERÍA DE CAZARABET - CASA SORO (Turismo cultural)
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069