Cazarabet conversa con... Cristina Escrivà Moscardó,
editora del libro “Associació Cultural Institut
Obrer. 35 anys d’història. 1986-2021” (ACIO)
Los treinta y cinco años del Instituto Obrero de Valencia
desde los testimonios de los que lo vivieron y formaron parte dese la pluma y,
al cuidado y la coordinación editora de Cristina Escrivà…
Parte del alma del Instituto Obrero , la otra parte de ese
latido lo comparten docentes y demás, fueron las alumnas, los alumnos y aquí
quedan sobradamente representados y de una manera directa… sus testimonios casi
se pueden palpar… sus palabras cobran una fuerza tridimensional.
Cristina Escrivà guarda cuidado de
esta edición que nos cuenta la Historia del Instituto Obrero…
Cazarabet
conversa con Cristina Escrivà:
-Amiga Cristina, así en global,
¿qué nos puedes decir de estos 35 años de historia del Instituto Obrero en
València?
-Los 35 años de la Asociación, en cierta forma, ha sido una
aventura apasionante que hemos compartido las personas que hemos trabajado en
la en ella durante estos últimos treinta y cinco años. Años de esfuerzo, pero
también de alegrías por haber podido llegar a la sociedad valenciana y haber
conseguido su reconocimiento. No en vano, hemos tenido en este libro el apoyo
institucional de Ximo Puig, presidente de la
Generalitat Valenciana; de Joan Ribó, alcalde de la ciudad de Valencia y Rosa
Pérez, consejera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad
Democrática, que refuerza nuestro aniversario. Hemos crecido con las
experiencias de los que fueron alumnas y alumnos y ahora continuamos su estela,
para difundir la labor desarrollada por la Segunda República, en temas
culturales.
-
¿Es para hacer un tipo de balance que habéis escrito este libro, “Associació Cultural Institut Obrer, 35 anys d’història, 1986-2021”?
-La ACIO no podía dejar pasar este aniversario que hemos
aprovechado para mostrar nuestras actividades: publicaciones –tenemos una
editorial propia–. Exposiciones. Creación del Grupo de Investigación de la
Asociación (GIACIO). Documentales. Creación del archivo de la asociación.
Charlas por los Institutos de enseñanza y Casas de la Cultura. Elaboración del
proyecto de fuentes orales, entrevistando al alumnado de los Institutos Obreros
de Valencia, Sabadell, Barcelona y Madrid. Participaciones en Congresos
nacionales e internacionales. Concesión de la beca de estudios Instituto
Obrero, con el nombre Victoria Zarate Zurita. También la función docente a
través de las tutorías de las prácticas externas del alumnado del último curso
del grado de Historia de la Universidad de Valencia. La página web
institutobrero.com. La revista L’IO. Lectures de l’Institut Obrer. Revista de pensament i acció social, etc. Y todo esto había que darlo a
conocer.
-Amiga
primero el Instituto Obrero y después se constituyó la Asociación Cultural de l´Instituto Obrero ¿o siempre fue Asociación Cultural?
-El Instituto Obrero de Valencia data de 1936 y las clases del proyecto formativo republicano se
iniciaron en 1937. Después llegó la represión a su alumnado. En el verano de
1975 antiguos alumnos y alumnas del Instituto Obrero se reunieron. Mis padres y
mis tíos –exantiguos alumnos– fueron al encuentro al
que acudió también el profesor Eugenio García Lomas. Una fotografía en blanco y
negro documenta la armonía de un grupo de antiguos estudiantes que rodean a su
profesor. Eran los últimos meses del franquismo. En años consecutivos fueron
frecuentes las reuniones y comidas alrededor de esas dos palabras, Instituto
Obrero. En 1987 llegó el día de organizar el 50 aniversario del inicio de las
clases. Una comisión constituida como colectivo Instituto Obrero inició las
acciones necesarias para festejarlo. Las instituciones valencianas acogieron la
idea y apoyaron la celebración, incluso se consiguió que se rotulara una calle
con el nombre de Avenida Instituto Obrero. Una vez legalizada la Asociación de
“Antiguos alumnos” se inició la publicación de un boletín donde se aportaba
noticias sobre el alumnado que poco a poco se iba incorporando a la Asociación.
La desaparición paulatina por defunciones y la normativa estatutaria a la que
tuvo que acoplarse hizo que se pasara de “Antiguos Alumnos” a la denominación
actual, “Asociación Cultural Instituto Obrero”.
- La
historia de la Asociación Cultural Instituto Obrero ¿es una historia de
resurgimiento interno, constante y regular…. muchas veces sin hacer demasiado
ruido?
-La ACIO ha mantenido durante años una actividad discreta
pero constante. La primera época, aprovechábamos que vivían muchos exalumnos y exalumnas para ir a
los centros de enseñanza y mantener contacto con el joven alumnado, para que
conocieran la experiencia educativa de los Institutos Obreros. Era muy
gratificante ver cómo nos recibían y lo receptiva que era la juventud. Después
con la desaparición de los antiguos socios de la ACIO, tuvimos que ampliar
nuestro tejido asociativo. En la actualidad, las personas que formamos parte de
la asociación somos familiares y amigos de este proyecto singular y de futuro.
-
¿Con qué pretensiones nació la Asociación Cultural de Instituto Obrero?
-La principal idea era mantener y fomentar el espíritu
fundacional del Instituto Obrero de Valencia, que es proporcionar educación
igualitaria. Y, también, trabajar por la igualdad en el ámbito de género.
Facilitar la recuperación de la memoria histórica. Constituir un Archivo y
Biblioteca de la Asociación Cultural Instituto Obrero. Formar investigadores
sociales a través del Grupo de Investigación de la Asociación y fomentar la
cultura en general, entre otras cosas.
-Este
libro, ¿lo podríamos definir como un libro coral y plenamente testimonial de
aquellos que pasaron por la Asociación Cultural Instituto Obrero?
-Efectivamente, el pasado 22 de junio se conmemoró el 35
aniversario de la ACIO con una exposición y la presentación del libro “Associació Cultural Institut Obrer. 35 anys d’història, 1986-2021”. El acto se celebró en el Teatro Micalet con la asistencia de Joan Ribó, alcalde de
València; Iñaki Pérez, director general de Calidad Democrática, Responsabilidad
Social y Fomento del Autogobierno; Lucia Beamud,
regidora de Igualdad y Políticas de Género y LGTBI del Ayuntamiento de
València; Pilar Soriano, coordinadora General del Área de Movilidad Sostenible
y Espacio Público del Ayuntamiento de València; Eugeni De Manuel, de la
Federación Valenciana de Municipios y Provincias; y Ana Noguera, del Consell Valencià de Cultura.
La sala estaba llena de representantes de entidades
memorialistas, partidos políticos, sindicatos, ONGs,
investigadores e investigadoras de las Universidades de Valencia, Alicante y
Castellón, familiares del alumnado del Instituto Obrero de València, así como
de personas colaboradoras, socios y amigos y amigas de la ACIO.
El acto se abrió con el Himno de Riego, interpretado por una
joven violinista, del grupo de cámara Marxant y la
bienvenida de Tonetxo Pardiñas,
presidente de la S. C. el Micalet. En la presentación
del libro se resaltó la colaboración de tres voces institucionales, y de 35
voces amigas de personas de la sociedad civil y cultural, tanto del País
Valenciano, el resto del estado, incluso de Francia y de Argentina. Durante el
acto, que tuve la fortuna de conducir como presidenta de la ACIO. Se proyectó
un audiovisual sobre el antiguo alumnado del Instituto Obrero de Valencia,
realizado por Sergi Tarín y finalizó con un poema de Víctor Benavides y la
actuación del grupo musical Klimt. Una velada
inolvidable para las personas que tuvimos la oportunidad de estar allí.
-
¿Crees que es “más que necesaria” esta Asociación?
-La experiencia de los Institutos Obreros fue un hecho
importante y pionero, ya que fue un ensayo pedagógico durante la Guerra de
España, único y sin precedentes en el mundo. Fue en Valencia en 1937 donde se
inauguró el primer Instituto, al que siguieron el de Sabadell, Barcelona y
Madrid, y estaban proyectados en otras poblaciones, que se frustraron por la
pérdida de la guerra. De ahí la necesidad de que la ACIO recupere, conserve y
propague este proyecto tan original y de futuro. La Asociación tiene esa misión, que
consideramos necesaria.
- ¿Qué futuro piensas que puede tener la Asociación Cultural
Instituto Obrero?
-Por suerte en la ACIO, además de hijos e hijas del exalumnado del Instituto Obrero hay nietos y nietas, que
van a ser los que mantengan la llama cuando las personas más mayores de la
asociación ya no estemos. Tenemos mucha confianza en las y los miembros jóvenes
de la ACIO, que vienen con muchas ganas y mucho empuje. Como mínimo intentaremos llegar a celebrar el
50 aniversario. De facto somos una de las asociaciones más longevas sobre la
memoria democrática en España.
-Las
mujeres en la Asociación Cultural Instituto Obrero tienen una voz muy firme,
fuerte y preferente, ¿no?
-La experiencia pedagógica de los Institutos Obreros, fue en
proyecto de coeducación y además en régimen de internado mixto, que fue una
realidad. Poco a poco se fueron incorporando jóvenes obreras con ganas de
aprender y con el tiempo alcanzaron a ser un grupo importante dentro del
alumnado del centro. Eran iguales en derechos y deberes y formaban parte del
claustro del Instituto. Y en el caso de la junta directiva de la ACIO de siete
miembros, cuatro son mujeres. Destacamos que la última presidenta del Instituto
Obrero, alumna de esta Institución fue Mª Luisa Pérez Reyes, a la que sustituí
tras su fallecimiento.
-¿Qué historias te has encontrado de manera
más frecuente?
- Las historias de vida del exalumnado
han sido una formación fundamental para las personas que formamos la
Asociación.
En el año 2002 la ACIO presentó en el Departamento de
Historia Contemporánea de la UV su proyecto de fuentes orales, que contaba con
la colaboración de la Fundación de Estudios e Iniciativas Sociolaborales
de CCOOPV. Se trataba de un proyecto de recuperación de la memoria de los
Institutos Obreros, a través de la realización de entrevistas. Ahora queremos
preservar los testimonios y digitalizarlos para su consulta. El fondo oral del
Archivo de la ACIO custodia además entrevistas a miembros de la FUE, del
Movimiento Libertario, del PC, de IR, del PSOE, Sindicalistas, Niños de la
Guerra, etc. Así, iniciamos los proyectos de historia oral, formando un archivo
que, en la actualidad, consta de más de 160 entrevistas. Cada una de ellas es
un patrimonio, cargado de historias…
-
¿Cómo sobrevivieron los alumnos y las alumnas que pasaban por el Instituto
Obrero?
-Aunque no pudieron acabar sus estudios por culpa de la
pérdida de la guerra, el alumnado conservó el método de trabajo que aprendió en
las aulas y que no olvidó en toda su vida, aplicándolo en el día a día. Les
enseñaron a investigar, a consultar obras de referencia, a observar la
naturaleza, a tener siempre a mano un buen diccionario y a tener curiosidad por
las cosas, además del respeto, la solidaridad y el apoyo mutuo. Algunos
pudieron ampliar estudios, otros aprendieron un oficio y fueron muy buenos
profesionales, pero todos y todas fueron unas personas excepcionales.
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