La Librería de El Sueño Igualitario

0b34d8c60f1fe497971611e3d9a.jpgCazarabet conversa con...   Ana Puértolas, autora de “El grupo. 1964-1974” (Anagrama)

 

 

 

 

 

Una novela, pura narrativa, que se acerca a la transición

Anagrama escribe esta magnífica narración, dentro de la colección Narrativas Hispánicas.

La sinopsis:

Madrid, marzo de 1964: Marta se dirige a una manifestación de las recién creadas Comisiones Obreras del Metal en la sede de los Sindicatos Verticales. Va cargada de panfletos que expresan la solidaridad de los estudiantes universitarios con la lucha obrera. Un año más tarde, Ramón asiste a una sesión de la asamblea libre de estudiantes en Madrid y participa en la marcha encabezada por Aranguren, García Calvo, Montero Díaz y García Vercher. En el verano del 66 Carmenchu ve frustrado un viaje a China a causa de una tuberculosis. El estado de excepción posterior al atentado contra el inspector de la Brigada Político-Social Melitón Manzanas en agosto de 1968 retiene a Lola y Carmenchu en los calabozos del Gobierno Civil de San Sebastián durante un mes…

Distanciados de la dirección del partido maoísta al que pertenecen, todos ellos deciden, junto a otros compañeros jóvenes y dogmáticos, constituirse en un grupo basado en los principios del marxismo-leninismo-pensamientomaotsétung, pero sin conexión alguna con el resto de partidos de la misma orientación, y con el objetivo inequívoco de combatir al Estado fascista, derrocarlo y seguir la lucha hasta conseguir el socialismo. Ellos, «el grupo», son los protagonistas de esta historia que va repasando los hechos más significativos del muy decisivo periodo de 1964 a 1974.

Son relatos de esfuerzo, generosidad y arrojo, también de miedos y vacilaciones; fragmentos de vida que la autora acompaña de unos apéndices con documentación que permitirán al lector sumergirse de lleno en los últimos años de la dictadura franquista. Ana Puértolas no se limita a dar cuenta de las batallas libradas durante una época dura y despiadada, sino que hurga en las dudas, los conflictos y las perplejidades de unos muchachos entregados a una lucha arriesgada, forzados a la clandestinidad y abanderados de una ideología que va mostrando, en mayor o menor medida, su rostro más sombrío.

La escritora, Ana Puértolas:

Ana Puértolas (Pamplona, 1945) se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid después de estudiar el bachillerato en Zaragoza. Su vida profesional ha transcurrido entre el periodismo, la edición y los viajes. Ha sido directora de la revista Viajar, encargada de la sección de viajes de El País, asesora editorial de la revista Altaïr y directora editorial de National Geographic, Historia NG y Viajes NG. En 1982 publicó el libro Viaje por Madrid, un paseo por la Comunidad, y en 1991,Viajad, viajad, malditos. Su último y más personal libro, París-Saigón, vio la luz en 2012.

 

 

Cazarabet conversa con Ana Puértolas:

Sin-título-1.jpg-Ana, este libro es muy de tu época…no sé, me da como si tú estuvieses allí presenciando tu propio paso por la vida o visionándolo. ¿Cómo y por qué se te ocurre esta novela de la gente que se agrupaba para y con el espíritu de cambiar las cosas?

-Nunca hasta que me jubilé había tenido tiempo para ponerme a escribir de temas propios, y, tras publicar un libro sobre viajes en que había estado pensando desde hacía tiempo, me vino como un deseo fuerte de querer dar testimonio de unos años, unas personas y unas vidas importantes en mi trayectoria vital. Porque formé parte de ellas durante un tiempo de mi vida, un periodo muy intenso en todos los terrenos.

-Erais los hijos de los que perdieron, pero también de los que ganaron la guerra, pero años después  os encontrasteis, quizás en el mismo lado de la trinchera. ¿Cómo fueron aquellos “encuentros”?

-Bueno, el pasado de cada uno de nosotros no contaba, menos aún su familia, tampoco hablábamos de él, formaba parte del mundo privado, vedado dadas las medidas tan rigurosas que tomábamos para conseguir una estanqueidad entre los militantes. Eran las reglas de la clandestinidad. Claro, por muchos síntomas podíamos deducir el origen social de nuestros compañeros, pero procurábamos no dar importancia a este tipo de cosas, si bien los descendientes de familias de los vencedores quizás llevábamos a cuestas algo de culpa por haber pertenecido a ellas.

--Pero, amiga Ana, también se produjeron “desencuentros” entre personas que luchando contra la dictadura pertenecían o se distanciaron porque veían que contra la dictadura se podía luchar de muchas maneras ¿Cómo lo reflejas en esta novela?

-Pienso que la novela refleja con bastante claridad las diferencias, incluso las luchas ideológicas, que se daban entre los antifranquistas, incluso entre los que nos llamábamos marxistas. Teníamos muchos puntos en común, lógicamente, y en muchas ocasiones luchábamos todos unidos, pero no siempre era así, y eso lo cuento porque son cosas en ese momento tenían peso. El dogmatismo, el creernos cada uno de los grupos o partidos en posesión de la verdad, dificultó en muchas ocasiones una unidad de acción que hubiera sido necesaria.

-Lo que está claro que esta es una novela,  muy narrativa, en la que los personajes tienen un peso muy fuerte. Es muy coral ¿No?

-Al menos ese ha sido mi intento, contar una historia con distintos protagonistas, los miembros de El Grupo, cada uno distinto del otro, pero de carne y hueso, con sus propios problemas a cuestas. Su nexo era el objetivo de derrocar el fascismo y hacer la revolución. Algo quizás difícil de entender desde hoy, cuando el panorama internacional ha cambiado tanto y eso de la revolución suena muy lejos.

periodista-escritora-ana-pu.jpg-Hay mucho trabajo del que no se ve; de  estudio y lectura, mucha labor de documentación, hemeroteca e investigación detrás de “EL GRUPO 1964-1974” .¿No?; ¿Cómo te lo hiciste?

-Bueno, pues como se hace cualquier trabajo: echándole horas y dándole muchas vueltas a la cabeza. Nada sale a la primera, al menos a mí no me sale. Y cuando escribí la primera versión de mi libro, entonces aún un proyecto, me pareció que no se acababa de sostener. Fue entonces cuando pensé en hacer esos apéndices, conseguidos a través de muy distintas fuentes, para así construir un andamiaje social y político donde pudieran anclarse los personajes. Sí, para conseguirlo me he leído un buen número de libros, documentos y blogs, en papel y sobre todo a través de internet. He buscado y rebuscado, y, sobre todo he seleccionado unos textos entre montañas de textos, para construir con esos apéndices un mundo paralelo y al mismo tiempo complementario a las historias de la ficción.

- Me parece que ha debido de ser un trabajo apasionante, ¿no?

-Pues sí, apasionante y obsesivo, ha habido temporadas durante  los casi tres años que ha durado el trabajo del libro en que no podía salir de ese mundo del pasado, un mundo de recuerdos revividos a través de la escritura y de investigación de textos referentes a esos años.

-Una cosa es realizar reportajes y trabajos periodísticos y el otro es con todo el trabajo de documentación: el fondo de la historia  y demás poner a tus personajes en la historia y trabajarlos ¿Cómo es, cómo ha sido tu metodología de trabajo?

-Bueno, el trabajo de documentación siempre ha formado parte de mi profesión. Para escribir reportajes he tenido que consultar numerosas fuentes, es algo a lo que estaba acostumbrada. Lo más difícil para mí ha sido construir personajes que se sostuvieran por sí mismos, crearlos, diferenciar claramente unos de otros a pesar de su aparente semejanza. Y presentar unas situaciones (reuniones clandestinas, detenciones, relaciones entre los militantes) que fueran sólidas y creíbles. En fin, es precisamente la ficción la parte que me  ha sido más complicada, a lo que he tenido que prestar más atención.

-Acostumbrada al periodismo, reportajes, artículos…muy relacionado todo con los viajes ¿Cómo te has sentido en la narrativa más pura de esa época que viviste de tan cerca?

-Pues eso, como te decía en tu pregunta anterior, ha sido lo más apasionante, ir definiendo a Marta, Carmenchu, Ramón y todos esos componentes de El Grupo de mi libro a través de sus hechos, sus sentimientos, sus reacciones, lo que piensan y lo que dicen, sus convicciones y sus dudas. Para mí cada uno de ellos tiene un rostro diferenciado, camina de una determinada manera y hasta viste de una forma característica. Ha sido el aspecto más creativo del libro el más complejo, inédito hasta el momento para mí, y el más apasionante.

38263_1.jpg-¿Fue ésta una década en la que las mujeres empezaron a “despegar” de manera, diría, muy particular?. Tú la viviste como profesional de la comunicación y como mujer. ¿No puedes comentar?

-Yo viví esos diez años primero como estudiante  luego como trabajadora ocasional sin una vocación concreta clara. Mi dedicación al periodismo y a la edición me vino más tarde. Pero en cualquier caso los viví como mujer, y eso fue algo esplendoroso aunque en esos momentos no fuera yo totalmente consciente de eso. Como cuento en El Grupo, nuestra transformación como mujeres no se puede comparar con lo ocurrido en el Mayo Francés, pero fue muy decisiva. La lucha por la igualdad entre mujeres y hombres era para nosotras una parte importante de nuestra lucha contra el franquismo, y eso está grabado en lo más profundo de las chicas de nuestra generación, hoy ya mujeres hechas y rehechas con sesenta y tantos o setenta y pico años cumplidos.

-¿Eran ya entonces tan reivindicativas o más, me refiero a que las mujeres somos como “más atrevidas”, menos comedidas a lanzarnos con las reivindicaciones que los hombres?

-Quizás éramos más sensibles a todas las manifestaciones de desigualdad entre los sexos, y muy conscientes de nuestras limitaciones en el terreno sexual, debidas a nuestra condición biológica. En ese sentido la píldora anticonceptiva, en mi opinión, supuso un avance descomunal en la libertad sexual femenina, un paso de gigante en nuestra liberación. Podíamos ser madres, lo que es una maravilla, pero sólo si queríamos serlo. La relación consecuencial sexo-maternidad se rompió para siempre.

-Amiga Ana, ¿nos puedes dar alguna pista sobre lo que estás trabajando en estos momentos?

-Pues mira, sólo te diré que estoy trabajando en temas más intimistas, dicen que hablar de los proyectos en los que se está trabajando trae mala suerte. De momento me doy un descanso en la narración de entorno político, aunque ese entorno siempre existe como telón de fondo.

-Por cierto, ¿cómo ha sido trabajar con Anagrama Editorial?

-Un regalo de los dioses ha sido que me publicara Anagrama. Cuando estaba trabajando en mi libro ni se me ocurrió pensar, ni soñar, que pudiera formar parte de ese catálogo de libros y autores que de siempre había admirado y seguido. ¿Y mi relación con la editorial? Estupenda, fluida y gratificante. La editora, Teresa Ariño, es rigurosa y certera, lo poco que me ha corregido ha salido mejorado. Y no insisto en el papel decisivo de Jorge Herralde para no parecer una repugnante babosa.

 

 

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El grupo. 1964-1974. Ana Puértolas   
352 páginas
20.90 euros
Anagrama



Madrid, marzo de 1964: Marta se dirige a una manifestación de las recién creadas Comisiones Obreras del Metal en la sede de los Sindicatos Verticales. Va cargada de panfletos que expresan la solidaridad de los estudiantes universitarios con la lucha obrera. Un año más tarde, Ramón asiste a una sesión de la asamblea libre de estudiantes en Madrid y participa en la marcha encabezada por Aranguren, García Calvo, Montero Díaz y García Vercher. En el verano del 66 Carmenchu ve frustrado un viaje a China a causa de una tuberculosis. El estado de excepción posterior al atentado contra el inspector de la Brigada Político-Social Melitón Manzanas en agosto de 1968 retiene a Lola y Carmenchu en los calabozos del Gobierno Civil de San Sebastián durante un mes…

Distanciados de la dirección del partido maoísta al que pertenecen, todos ellos deciden, junto a otros compañeros jóvenes y dogmáticos, constituirse en un grupo basado en los principios del marxismo-leninismo-pensamientomaotsétung, pero sin conexión alguna con el resto de partidos de la misma orientación, y con el objetivo inequívoco de combatir al Estado fascista, derrocarlo y seguir la lucha hasta conseguir el socialismo. Ellos, «el grupo», son los protagonistas de esta historia que va repasando los hechos más significativos del muy decisivo periodo de 1964 a 1974.

Son relatos de esfuerzo, generosidad y arrojo, también de miedos y vacilaciones; fragmentos de vida que la autora acompaña de unos apéndices con documentación que permitirán al lector sumergirse de lleno en los últimos años de la dictadura franquista. Ana Puértolas no se limita a dar cuenta de las batallas libradas durante una época dura y despiadada, sino que hurga en las dudas, los conflictos y las perplejidades de unos muchachos entregados a una lucha arriesgada, forzados a la clandestinidad y abanderados de una ideología que va mostrando, en mayor o menor medida, su rostro más sombrío.


Ana Puértolas (Pamplona, 1945) se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid después de estudiar el bachillerato en Zaragoza. Su vida profesional ha transcurrido entre el periodismo, la edición y los viajes. Ha sido directora de la revista Viajar, encargada de la sección de viajes de El País, asesora editorial de la revista Altaïr y directora editorial de National Geographic, Historia NG y Viajes NG. En 1982 publicó el libro Viaje por Madrid, un paseo por la Comunidad, y en 1991, Viajad, viajad, malditos. Su último y más personal libro, París-Saigón, vio la luz en 2012.

 

 

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