La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Enrique Ortego, autor de “El
grito de la mariposa. Terror, resistencia e impunidad en Guatemala”
(autoedición)
Un libro pletórico, escrito desde “las
tripas” de Enrique Ortego que escribe sobre el
terror, la resistencia y la impunidad en Guatemala.
Lo que
nos explica la sinopsis del libro:
El Grito de la Mariposa es un libro de testimonios. En este caso el
relato nace de la experiencia del autor como periodista en Guatemala en el
período de 1985 a 1994, así como por su participación en la elaboración del
Informe de Recuperación de la Memoria Histórica. GUATEMALA: NUNCA MÁS, dirigido
por monseñor Juan Gerardi (obispo Auxiliar de la
Diócesis de Guatemala, asesinado en abril de 1998). La narración se basa en testimonios directos,
y el relato combina la descripción de hechos reales, con la reconstrucción de
escenarios verosímiles que se soportan en fuentes de información documentadas.
El eje narrativo gira en torno a la vida de Myrna Mack
- antropóloga guatemalteca asesinada en septiembre de 1990 - así como la
vida del militar que decide su muerte, en
una secuencia que refleja en todo su dramatismo la lógica criminal que se
esconde detrás de este crimen, mostrando las redes ocultas en los aparatos del
estado y el funcionamiento de la institución militar con toda su fría crueldad.
También, al ir desentrañando las
etapas de la vida de Myrna y la trayectoria de su victimario, el lector se
sumerge en la grandeza y el horror de la historia de Guatemala y sus
protagonistas. Sin embargo, el testimonio central del relato se centra la tragedia de miles
de familias indígenas mayas perseguidas por el ejército, que resistieron más de
diez años en lo profundo de las montañas para sobrevivir. La obra se centra en
el momento en que esta población pasa de ser perseguida a resistente y exige
sus derechos ciudadanos en medio de un escenario de guerra interna. En sus
propias palabras, reclama salir a la luz, después de una década resistiendo las
cacerías humanas y los bombardeos.
Myrna Mack.-
https://es.wikipedia.org/wiki/Myrna_Mack
Si pones en el buscador, por ejemplo,
el “google” activistas muertos en Guatemala. Los
pelos se te meten como escarpias: https://es.wikipedia.org/wiki/Myrna_Mack
; https://www.diagonalperiodico.net/global/ocho-activistas-opuestos-union-fenosa-asesinados-seis-meses-guatemala.html
; http://www.prensalibre.com/internacional/mas-de-200-ecologistas-fueron-asesinados-en-2016
; http://www.prensalibre.com/guatemala/justicia/hay-mas-sindicalistas-y-defensores-de-ddhh-asesinados
.
Teología de la Liberación.- https://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_de_la_liberaci%C3%B3n
Te interesará: http://omal.info/
El autor, Enrique Ortego:
Periodista aragonés que comenzó su
andadura en el Semanario Andalán a finales de los
años setenta, llegando a ser redactor jefe en las últimas etapas de esta
publicación . De 1985 a 1994 trabajó en
varios medios de comunicación e informáticos de Guatemala, como director de publicaciones especiales del semanario inforpress, siendo director del área de Internacional del semanario
Crónica o columnista y asistente de la dirección del diario Siglo XXI. También
fue en aquellos años corresponsal del diario El Periódico de Catalunya y el
semanario mexicano Proceso, y participó en la elaboración del “informe de
Recuperación de la Memoria Histórica” del Arzobispado de Guatemala.
Cazarabet
conversa con Enrique Ortego:
-Enrique, amigo y compañero, ¿desde
dónde viene este libro “El grito de la mariposa. Terror, resistencia e
impunidad en Guatemala”? Preguntado de otra manera—aunque se “deja ver” desde
el subtítulo, ¿de dónde te viene esa inspiración?.
Explícanos lo del título que a mí, personalmente, me parece, ya de entrada, tan
bello…
-Bueno, el libro nació hace más de
veinte años a partir del asesinato de Myrna Mack, con
la cual había trabajado varios años yo como periodista y ella como antropóloga.
Parte de nuestro trabajo se centró en la situación de las poblaciones indígenas
perseguidas que resistían en las montañas. Realmente esa era la situación más
dramática que estaba padeciendo la población de Guatemala en los años 80 y 90
del siglo pasado, aunque las ejecuciones y desapariciones en el medio urbano
fueran las notas más visibles. La mariposa
de gran tamaño y color azul intenso iridiscente,
una de las más bellas de la naturaleza (Morpho
es su nombre científico) aparece repentinamente en la oscuridad de la selva
profunda con su brillo metálico espectacular. Tiene una vida muy efímera ella
busca la claridad del sol pero cuando lo descubre muere. Era una obsesión de
Myrna que frecuentemente la nombraba y decía que la tenía reflejada en sus
pupilas. Cuando fui a poner título al libro me pareció que el grito de la
mariposa, que obviamente no es natural, era una imagen del grito de rebeldía.
-Recuerdo
que empecé a estar más que interesada sobre las problemáticas de Centro y
Sudamérica desde que en Bachillerato tuve un profesor de religión---yo no tenía
más que dar religión porque en EGB venía de dar siempre religión, aunque no era
muy o casi nada creyente-- , pero aquel cura---que es ahora un gran amigo—nos
hablaba de una manera diferente de religión y nos sumergió en otras maneras de
verla y de entenderla…así terminé preguntándome muchas cosas sobre la “teoría
de la liberación”; sobre cómo los religiosos se sumergían con los indígenas o
más necesitados de estas zonas….Sucedió, entonces, lo de Ellacuría…y,
al menos, nunca ya he dejado de mirar , reflexionar y entender cada vez más a
estas tierras…-¿Qué papel ha jugado la Iglesia Católica en Centro y
Sudamérica?.-¿Cómo ha influido la Teología de la Liberación?-
Algunos de los religiosos han sido, muy a menudo un bálsamo y un acicate de las
reivindicaciones; la religión, en sí, ha sido una manera de “mantener como
drogada” a algunos estratos de la sociedad que se lo han tomado como “la
panacea” y no hay “panaceas”….
-Creo que no tanto la Iglesia católica,
como la teología de la liberación jugó un papel muy importante en los años 70 y
80 en los movimientos populares de liberación que surgieron. De hecho la
trayectoria de Myrna, que describo con detalle en el libro refleja muy
profundamente ese proceso. Una parte
importante de los movimientos revolucionarios de esas décadas se nutrieron de
aquellas personas que habían tomado conciencia a través de movimientos
cristianos de base. Pero no se puede decir lo mismo de la Iglesia como
institución, que efectivamente en muchos casos ha acompañado y justificado la
opresión y la injusticia. Sin embargo, también en la jerarquía de la Iglesia
han surgido voces contra la injusticia. Te puedo citar por supuesto a Monseñor
Romero, pero también puedo ponerte el caso de Monseñor Juan Jerardi
obispo Auxiliar de la Diócesis de Guatemala, promotor y director del Informe de
Recuperación de la Memoria Histórica. Guatemala: nunca más, asesinado en abril
de 1998.
-Y me frustré con lo mismo que narras esa
impunidad, ese terror y ese poder de los de siempre y como siempre…-¿Y qué
decir hay de las resistencias?
-A pesar del terror y la impunidad, la
resistencia de los pueblos indígenas tiene una raíz histórica, desde los
tiempos de la conquista española de sus territorios. Se manifiesta en la etapa
que describe el libro, la lucha de la población escondida en la montaña para
“salir a la luz, al claro” y se sigue manifestando hoy día en la lucha de las
comunidades indígenas por defender sus recursos naturales, sus tradiciones
históricas y sus derechos sobre los territorios que habitan. El caso de la
dirigente hondureña Berta Cáceres es muy significativo. Un reciente estudio de
Jesús González Pazos y la ONG vasca Mugarik Gabe
(“Transnacionales, oligarquía y criminalización de la protesta social. El Caso
Guatemala”) describe y analiza bien como “Guatemala es un país barato y los
ingentes beneficios de la explotación de la biodiversidad y otros recursos
naturales hacen de este territorio un espacio fácil y cómodo para la actividad
sin control e intereses económicos de todo tipo de transnacionales. Cuentan,
desde el principio con la facilidad que da la liberalización de sectores estratégicos
(aguas, tierras, riquezas minerales…) y, por lo tanto, fáciles de apropiar y
explotar; cuentan con el apoyo del estado que no impone sino unos irrisorios
impuestos a la explotación y aprueba las leyes necesarias. Y cuentan con las
oligarquías evidenciar, a través del caso paradigmático de Guatemala, cómo la
criminalización de las protestas sociales en defensa de los territorios y sus
recursos naturales es una estrategia articulada al servicio de las
transnacionales y oligarquías locales, para la protección de los intereses
políticos y económicos de estas clases, élites y estructuras.
-Las
empresas, desde el “viejo continente” solo han sabido y les ha sido muy fácil
sacar partido de una situación “acomodada”, por no decir plenamente corrupta,
que les viene facilitada y alimentada desde aquí, para “chuparles las sangres”
a estos países y a sus pueblos indígenas….
-En el caso
de Guatemala, el papel de la oligarquía criolla descendiente de los españoles que
administraron el país en la época de la colonia es muy importante para entender
el grado de injusticia y opresión que padecía el pueblo indígena cuando yo lo
conocí. El caso más dramático es el del incendio de la embajada de España en
enero de 1981 en el que murieron 37 personas, la mayoría indígenas. El mismo
día del incendio se reunieron de varios empresarios españoles, y mientras
jugaban una partida de mus, fueron elaborando un comunicado dirigido al
presidente del gobierno de Guatemala en el que culpaban al embajador
“comunista” de haber participado en la organización de la toma de la embajada,
que terminaría convirtiéndose en una masacre. El presidente Lucas utilizó esta
carta para rechazar cualquier responsabilidad frente al gobierno español. El embajador
único superviviente, Máximo Cajal, declaró a EL PAÍS “Desconozco el alcance de
una posible participación española en la campaña guatemalteca contra mi
persona, aunque no cabe excluirla. Desde luego ciertas conexiones personales
vinculan en exceso a determinados intereses económicos españoles con los
actuales dirigentes de Guatemala”. Otro caso emblemático es el del clan
oligárquico de los Bosch Gutiérrez, descendientes de un asturiano que llegó a
Guatemala en 1902, desde Campiellos, Asturias, para asentarse
en San Cristóbal Totonicapán, un poblado totalmente indígena. Llegaron sin ningún recurso, pero tenían una
enorme capacidad para el esfuerzo sin compensación inmediata, y mucha agilidad
mental en términos de astucia, de malicia para sacar partido de las situaciones
imprevistas”. Ahora el clan Bosch Gutiérrez a través de su grupo empresarial Multi Inversiones, uno de los más fuertes de Centroamérica,
está metido de lleno en el sector hidroeléctrico, construyendo la
hidroeléctrica renace en el río Cahabón, la
mayor de Centroamérica.. Este clan, según el mismo estudio de Mugarik Gabe, está estrechamente ligado con el Partido
Popular español a través de la estrecha amistad de Dionisio Gutiérrez con José
María Aznar y la Fundación para el Análisis Económico y Social desde el año
2005, cuando el ex presidente español intervino en un curso de la universidad
privada Francisco Marroquín, cuna de formación del liberalismo guatemalteco.
Incluso la llegada de José María Aznar al congreso del PP en Valencia se produjo
a bordo del jet privado que puso a su disposición el empresario guatemalteco,
interesado en acudir a dicho congreso, pero también en “aprender de la
excelente experiencia inmobiliaria de la Comunidad Valenciana” y exportarla”. Tal vez el momento cumbre de esta relación se
produjo cuando en 2006, cuando la universidad Francisco Marroquín honró a Aznar
como doctor honoris causa, y en 2015 la embajada de España en Guatemala
concedió a Dionisio Gutiérrez la condecoración de la Orden del Mérito Civil. Un año antes, Javier Lasquetty,
ex secretario general de Fundación para el Análisis Económico y Social y exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid anunció su
traslado a Guatemala para hacerse cargo del vicerrectorado de la universidad
Francisco Marroquín. Pero la armonía de intereses más evidente se ha dado en la
construcción del Proyecto RENACE, donde los Gutiérrez se han asociado para
llevar adelante las obras con el grupo Cobra, empresa subsidiaria de
Actividades de Construcciones y Servicios una de las principales empresas
españolas de construcción, con un volumen calculado en más 200,000 trabajadores
y presencia activa en más de 80 países. Famosa no solo por su actual presidente
y uno de los accionistas mayores del grupo, Florentino Pérez – presidente así
mismo del equipo de futbol Real Madrid -, sino también por sus relaciones y
vinculaciones con diferentes tramas de corrupción y financiación ilegal al
Partido Popular.
-No podemos esperar
justicia por parte de la ONU o la comunidad internacional que lo que suele
hacer es la cama a las “grandes multinacionales”, ¿no?
-Naciones
Unidas participó activamente en el proceso de paz en Guatemala, que puso fin a
una guerra interna de más de cuarenta años. Se mitificó mucho su papel en el
proceso de paz, aunque realmente este lo movían las fuerzas internas
guatemaltecas. De un lado, la guerrilla tenía claro que sus oportunidades de
resistencia heroica después de la campaña de tierra arrasada en los ochenta,
estaba llegando al límite. De otro lado, En esos años, los 80-81, el sector
empresarial se implicó en la política terrorista del estado. En mayo del 80 el
CACIF con el Estado Mayor del Ejército prepararon con grandes recursos el “Plan
Mil Días”. Una gigantesca campaña anticomunista para crear el clima psicológico
de la campaña de represión. Participaron en ese plan el empresario español Paco
Pérez de Antón, miembro del Grupo Gutiérrez y presidente de la Asociación de
Gerentes, y el coronel José Luís Quilo Ayuso”. La complicidad del sector
empresarial con la política contrainsurgente en los años 80 81 se convirtió en
un discreto distanciamiento cuando en el 82 se inicia la política de masacres y
ven sus alcances criminales y la repercusión del gasto militar en la economía.
El sector empresarial decide esperar a ver los resultados de esa guerra y
mientras tanto aumentar su seguridad personal, contraer la inversión, eliminar
las contribuciones fiscales y recurrir a la evasión de capitales”. Cuando yo
llegué a Guatemala en 1985, algunos empresarios comenzaban a plantearse
debilitar a medio plazo el control del ejército sobre el aparato estatal, como
premisa para el desmantelamiento del sector público. Pensaban que la coyuntura
internacional era favorable para un crecimiento de sus utilidades, pero después
de finalizar el conflicto interno. Estaban convencidos de que la guerra interna
en Guatemala era el pretexto del ejército para controlar los hilos del poder.
Ese grupo empresarial es el que ahora controla el poder en el país.
-Es un poco, ¿cómo
te diría?, a veces me ha dado la impresión que están donde estebábamos
nosotros, y sobretodo nosotras, en los años 20—con todos los respetos y me
explico--, en aquellos años la religión “nos influía” mucho como “el
machismo”…lo que decía el hombre de la casa era lo que imperaba. Así, le costó
a la mujer conseguir votar…Y noté que, a veces, la religión, en muchos países
ha jugado un papel muy, muy activo, pero, a veces, también, “como de freno”….¿qué nos puedes reflexionar?
-Creo que
las corrientes más progresistas de la teología de la liberación influyeron
especialmente más que nada en sectores de la clase media. De hecho actualmente
el avance de las sectas evangélicas prácticamente ha Iglesias evangélicas ha
orillado le presencia de las corrientes cristianas progresistas. Por otro lado,
la influencia de la iglesia católica más reaccionaria se ha fortalecido en
alianza con las clases dominantes. Te cito por ejemplo el caso de las campañas
contra cualquier tipo de aborto, incluso el terapéutico, que tiene en El
Salvador a numerosas mujeres cumpliendo condena y en el caso de Nicaragua,
donde el gobierno ha renunciado al laicismo y se define como “Cristiano,
socialista y solidario”. -Es un libro, éste, como dice la sinopsis, de
testimonios….es un libro de sentarse, de escuchar, de mirar ese lenguaje no
verbal que nos brindan los que sufren de situaciones; los que intentan
paliarlas, es un libro---no podía ser de otra manera muy periodístico o “de
crónica”;¿lo has pensado más como periodista que como
escritor, ¿no? Regresé a vivir en Nicaragua en 1990, justo cuando el Frente
perdió las elecciones. Desde mi primera llegada había establecido una buena
amistad con el jesuita Javier Gorostiaga, entonces
director del Centro Regional de Investigaciones y Estudios Sociales que
coordinaba desde Managua una red que abarcaba todo Centroamérica, el Caribe,
México y Colombia. Javier, me encomendó el área de publicaciones del CRIES,
donde en poco tiempo, con la colaboración de periodistas nicaragüenses llegamos
a poner en pie una revista de distribución regional, y una editorial integrada
a nivel latinoamericano.
Fue una
etapa muy interesante la primera década de los noventa en Nicaragua, cuando con
la derrota del Frente se midió el temple de tantas ilusiones superficiales y
tantas fidelidades interesadas. Fuimos testigos de compromisos oportunistas que
se diluían de la noche a la mañana, y de fidelidades profundas que se
arraigaban en los malos momentos. En CRIES tuvimos una reacción frente a aquel
panorama turbulento muy creativa, que se iba alejando de los clichés políticos
para acercarse al drama de las ilusiones perdidas, las vidas desorientadas y la
sobrevivencia cada vez más difícil. Pero no duró mucho. Cuando se cerraron
definitivamente los espacios para este tipo de periodismo, lo abandoné y busque
como trabajar directamente más cerca de la población. Después de terminar este
libro no volví más a escribir de periodismo.
Los y las
activistas en Centro y Sudamérica son como un “blanco” en una diana…muy, muy
sensibles a la hora de mostrarse en cada una de sus acciones, ¿no?..y supongo
que en el día a día…-Pero el “ejercicio periodístico” no puede ser nada
sencillo…en el país de más arriba, me refiero , por ejemplo, a México, como a
otros países alrededor de Guatemala se atenta contra los periodistas
que “se topan” o van a por ciertas noticias. Lo que quiero decir que es un
oficio, que si te implicas, es también de riesgo, de mucho riesgo….
El abismo
de maldad y terror que se vivía en Guatemala era demasiado profundo para poder
uno mantener un equilibrio de periodista investigativo. El compromiso era un
requerimiento moral inapelable. Mi trabajo como periodista terminó
involucrándome en la investigación del asesinato en septiembre de 1990 de la
antropóloga Myrna Mack y en la elaboración del
Informe de Recuperación de la Memoria Histórica “GUATEMALA: NUNCA MÁS”.
-Y los que deciden entrar en la vida de un
activista—como Myrma Mack
antropólogo y activista guatemalteca, asesinada en 1990—sea militar,
paramilitar o un “sicario” a sueldo y pararla a golpe de la muerte… ¿cómo lo
viven esto…? ¿Cómo una “misión” más en su profesión en el caso de que se trate
de un militar de esos que después en un juicio dicen o argumentan que
“obedecían órdenes”?-Brevemente, amigo, acércanos a este activista versus otras
u otros activistas?. Seguramente que tienen muchas
cosas en común…unos te defenderán los recursos naturales, otros lucharán para
que no los desalojen..
-Cuando
Myrna Mack fue asesinada la tarde del 11 de
septiembre de 1991, Guatemala se encontraba aún buscando la forma de salir de
la barbarie que la había marcado por casi medio siglo, y que había culminado,
apenas diez años antes, con la mayor matanza de población indígena que se dio
en América Latina en todo el siglo XX. Eran momentos de incertidumbre que se
reflejaban en el mismo trabajo que realizaba Myrna, en la decisión de acabar
con ella, y en el inesperado impacto que esta ejecución tuvo en esa sociedad
aletargada por el miedo Durante más de un año, en Guatemala, Honduras, El
Salvador y México me entrevisté con familiares, amigos, y compañeros de Myrna
en las luchas por una Guatemala más justa y compasiva, que me ayudaron a
reconstruir su historia desde la infancia hasta el momento de su muerte. Poco a
poco y desde el comienzo de la investigación, se me fue mostrando su
trayectoria con una profundidad que desbordaba la imagen pública de una
investigadora sensible a los sufrimientos de su pueblo. Al ir desentrañando las
etapas de la vida de Myrna, me sumergí en la grandeza y el horror de la
historia reciente de Guatemala y sus protagonistas. Llegó un momento en que los
testimonios y recuerdos —tan dolorosos en algunas ocasiones que obligaban a
interrumpir las entrevistas para reemprenderlas una vez superada la emoción—
terminaron de completar el retrato de una persona con unos valores
insospechados. No solo en sus méritos como investigadora social («el trabajo de
Myrna, con un pie en la montaña y otro en los círculos de producción
intelectual, representaba una amenaza al sistema dominante», recuerda una
persona que la conoció en aquella época) sino también, y especialmente, como
persona comprometida con los más necesitados de Guatemala. La vida de Myrna era también el retrato de una
generación de mujeres —y hombres— que quisieron transformar el país y dieron la
vida empeñadas en lograr una sociedad más justa para su pueblo. Ella no fue la
única, ni tampoco un símbolo de aquella generación, sino una entre muchas, a
todas las cuales con este libro se pretende rendir homenaje. Durante ocho años
de trabajo periodístico, y en las investigaciones que realicé para el Informe
de Recuperación de la Memoria Histórica del Arzobispado de Guatemala, había
venido acumulando información y testimonios de las redes criminales ocultas en los
aparatos del Estado y del funcionamiento de la institución militar con toda su
fría crueldad, incluso más allá de la imagen de un cuerpo monolítico. Esto me
permitía entrelazar en mi relato la descripción de la trayectoria de la víctima
y la de sus victimarios, en una secuencia que reflejara en todo su dramatismo
la lógica detrás del asesinato de Myrna Mack. También
por mi trabajo periodístico, en varias ocasiones había coincidido con Myrna en
su investigación sobre las poblaciones perseguidas y en resistencia en las
montañas. Dar a conocer la dimensión del sufrimiento de estas personas con sus
propias palabras, más allá de reivindicar el testimonio de Myrna, era entonces
una forma de frustrar las intenciones de sus asesinos de ocultar el
inconmensurable sufrimiento causado a los pueblos mayas.
-¿La
historia de Guatemala es la historia de un país violado y violentado? Y lo digo
porque, entre unos y otros, se le ha convertido en esto, ¿no?.
Y quien dice Guatemala te dice: El Salvador, Nicaragua, Honduras, México,
Panamá….-Ahí, en ese” rinconcico” el país que más
saca las castañas del fuego es Costa Rica…¿En qué
crees reside “el secreto” que haga que un país sea un país corrupto respeto a
otro? ;¿Qué hace que en unos países la gente se deje
corromper más o se amedrante más respecto a otro? Y en eso la geopolítica
internacional tendrá mucho a decir, supongo…
-Creo
que además de la geopolítica internacional, cada pueblo tiene su propia
historia, su propio ritmo. Costa Rica en los años sesenta y setenta fue un país
de lo más avanzado en Centroamérica, suprimió el ejército y desarrollo unos
programas sociales ejemplares. En los años setenta fue una retaguardia
importante de los revolucionarios nicaragüenses. Pero en los ochenta sus
avances sociales enfrentaron la presión del Banco Mundial y el pago de la deuda
externa que había financiado el desarrollo en las décadas anteriores, así como
el temor al avance de los movimientos revolucionarios en Nicaragua, El Salvador
y Guatemala. Se impuso el pragmatismo y un tópico histórico de superioridad
frente a sus vecinos, y sobre esa base el pensamiento y las políticas
neoliberales se impusieron en los noventa. Pero la historia nunca se detiene,
en las elecciones presidenciales recientes la abstención, como muestra de rechazo
al sistema político degenerado, supero a cualquiera de las propuestas de los
partidos.
En cuanto a Honduras, mi aterrizaje en Centroamérica en mayo de 1985 fue en Tegucigalpa. Para mí en aquel momento Honduras era el ejemplo más claro de una República Bananera. La ciudad me pareció totalmente atrasada, con la poca gente que hablé en la calle me reflejó una apatía por los cambios y un temor a los procesos sociales que se desarrollaban en los países vecinos. También los periódicos que ojeaba reflejaban igualmente un provincialismo deprimente. Pero cuando conocí a Víctor Meza, director del Centro de Documentación de Honduras, me advirtió “Va a encontrar usted un país como detenido en el tiempo, incapaz de sacudirse una élite política y empresarial tradicional y clientelar que lo mantiene en el atraso. Pero no se deje impresionar fácilmente por esa fachada. Hay otra historia de Honduras. Desde los años sesenta fue creciendo uno de los movimientos campesinos más interesantes de Centroamérica. Surgió a partir de los líderes obreros de la bananeras norteamericanas (la United
Fruit Company, era dueña entonces del 10% de la tierra cultivable del país), pero ya en 1972 miles de campesinos llegaron a la capital en la Marcha del Hambre exigiendo tierras. Y curiosamente, los militares les apoyaron, dieron un golpe de estado y promulgaron una Ley de Reforma Agraria que impulsó más ese movimiento. Aunque un nuevo golpe de estado en 1975 pudo fin a aquella experiencia”. Cuando le pregunté si eso no era historia pasada me respondió “Vea, en el último número de nuestro Boletín Informativo de Honduras, que publicamos semanalmente, aparece la denuncia de don Ramón Custodio, presidente de la Comisión de Derechos Humanos sobre más de cincuenta dirigentes campesinos secuestrados y desaparecidos en lo que va de año. También acusa al embajador de estados Unidos, John Dimitri Negroponte, de haber promovido escuadrones de la muerte con oficiales de la base de Palmerola y contras nicaragüenses, y pide su expulsión del país”-El libro surgió en 1994 a solicitud de la Fundación Myrna
Mack y comencé a recopilar información sobre la vida de esta antropóloga
guatemalteca asesinada por el ejército. Mostrar públicamente los detalles de la
trayectoria de Myrna, en 1995, el momento en que se estaba promoviendo el
juicio por su asesinato, podría perjudicar los esfuerzos por romper el muro de
impunidad que protegía a los asesinos. Así me lo planteó la Fundación Myrna
Mack, y así lo entendí cuando analicé en su contexto el resultado final de mi
trabajo, y decidí esperar una coyuntura más favorable, liberándome de cualquier
compromiso con la Fundación Myrna Mack, cuando esta descartó definitivamente el
proyecto. Sin embargo, continué en la elaboración de este libro, que en su
gestación terminó llegando más allá de sus propósitos iniciales. Más de veinte años después de que iniciara
este proyecto, y una vez agotadas definitivamente las vías legales para
condenar a todas las personas que ordenaron el asesinato de Myrna, la esperanza
de quienes me desvelaron el testimonio de su sufrimiento se convirtió en un
compromiso para hacerlo público. Así, el relato de la vida de Myrna y del
oficial que decide su muerte, terminan siendo más bien únicamente el hilo
conductor para mostrar en todo su dramatismo el sufrimiento del pueblo indígena
guatemalteco. Espero también con
esta publicación cumplir con mi deuda
hacía quienes aportaron su información para revelar en toda su dimensión la
vida de Myrna Mack y el sufrimiento del pueblo
guatemalteco.
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