La
Librería de Alarifes
UN
EXCELENTE Y EDIFICANTE LIBRO DE LA COLECCIÓN PATRIMONIO CON EL CUIDADO, EN LA
EDICIÓN, DE GRACIA DOREL-FERRÉ.
HA
SIDO EDITADO POR LA UNIVERSITÉ SAVOIE MONT BLANC.
LO
QUE NOS DICE LA ENTIDAD EDITORA DEL LIBRO:
L'habitat
ouvrier, issu des siècles de l’industrie fait partie de notre paysage. Nous sommes si habitués à le voir que nous sous-estimons, le plus souvent, sa nature
et son importance. Parfois,
il s’imbrique dans le tissu urbain,
d’autres fois, c’est au contraire
l’uniformité d’une seule et même architecture,
occupée par une couche sociale homogène qui détermine la physionomie des lieux. Comme objet d’histoire,
il apparaît avec l’industrialisation au point de se confondre avec elle. Comme création particulière des siècles de l’industrie, l’habitat ouvrier se complexifie avec le temps. À partir du milieu du XXe siècle,
l’habitat ouvrier se confond avec l’habitat
social. Compris comme un legs de la société passée, il fait
partie de notre environnement et peut être récupéré: c’est là que se place la question de la rénovation du patrimoine industriel et de sa signification.
Caractérisé par des conditions
sommaires, quand il existe, l’habitat ouvrier est l’objet
des préoccupations des industriels,
des hygiénistes et des hommes
d’État, pendant tout le XIXe siècle,
au point de fournir le thème principal de l’exposition universelle de Paris
en 1867. On peut penser que l’habitat social du XXe siècle est
directement inspiré de toute
cette recherche qui aboutit au
concept de cité-jardin et qui
inspire largement la construction
des habitations bon marché (les HBM) en France.
L'habitat ouvrier se complexifie avec le temps. À partir du milieu du XXe siècle, l’habitat
ouvrier se confond avec l’habitat social. Compris comme un legs de la société passée, il fait
partie de notre environnement et peut être récupéré: c’est là que se place la question de la rénovation du patrimoine industriel et de sa signification.
Cazarabet conversa con Gracia Dorel-Ferré:
-Gracia, ¿desde dónde
y por qué este libro que se abre a los pueblos obreros y a las fábricas de la
humanidad?; ¿qué te ha inspirado a escribirlo a realizar este estudio y esta
investigación?
Es
una larga historia, que empieza con mi trabajo de tesis sobre la Colonia Sedo
de Esparreguera (Cataluña). En aquel momento,
intentaba demostrar que las colonias se localizaron en lugares escogidos por
sus recursos energéticos, pero entendía que la organización interna de una
colonia tiene su traducción en el espacio, y por consiguiente, estructuras y
modelos repetidos debían formar una serie reducida de variantes…Empecé con el
tema y me di cuenta de que Europa esparció sus modelos a través el mundo, sobre
todo en el siglo XX. Emprendí e impulsé estudios en el tema, primero a nivel
español, con una publicación bilingüe catalana e española editada por el museo
de la Ciencia y de la técnica de Cataluña, y también con publicaciones en
francés, en el marco de la asociación de defensa del patrimonio industrial de
Champagne-Ardenne de la que soy presidenta. Existen
muchos estudios monográficos sobre pueblos obreros, pero creo que mi libro es
uno de los pocos con un planteamiento sintético y global.
-La historia alrededor del trabajo y de
los trabajadores tiene una importancia que pocas veces, seguramente, se sabe
valorar como se merece, ¿no es así?
Es
verdad. Como consecuencia de la derrota del comunismo, la valoración del
individuo y la importancia acordada al evento, las temáticas sociales y los
estudios económicos han experimentado un total desinterés. Los únicos que se
interesan hoy día son los historiadores de marco conservador, que exaltan la
historia de las empresas y sus empresarios. El estudio del trabajo, en sí
mismo, se limita a la historia de la técnica. Cualquier estudio en historia
social parece ser un combate de retaguardia de los progresistas de antaño.
Hemos de pensar que la última historia del trabajo que se escribió en Francia
data de 1950. Para mí, estudiar el patrimonio industrial es volver a situar los
hombres en el centro de una historia del trabajo reactualizada, incluyendo la
técnica, los saber-hacer heredados a veces de mucho tiempo, las relaciones
técnicas pero también sociales del trabajo; incluyendo también la gestión del
espacio del trabajo y del ocio, etc. Por eso el estudio de un pueblo obrero es
casi un estudio de laboratorio: en un espacio determinado, a veces cerrado, una
sociedad de estructura simplificada con relaciones jerárquicas consentidas (o
no…) del trabajo, una presencia religiosa determinante para asegurarse la buena
marcha del proceso, todo siguiendo una
dinámica, materializada por el salario, en vista de una producción que justifica el sistema...En
algunos casos, la voluntad de facilitar la producción condujo los amos a
implementar técnicas de gestión social como el paternalismo. Comparado con lo
que pasa hoy, uno se sorprende en añorar esos tiempos aquellos, en que no se
dejaba ninguno por el camino.
-En este libro, se analiza y se reflexiona
sobre el patrimonio industrial, pero también sobre la historia del trabajo y de
su mano de obra, los trabajadores y las trabajadoras…una cosa, sin lugar a
dudas, lleva a la otra ¿No?
Si,
como lo decía antes, una historia de patrimonio industrial que sería únicamente
centrada sobre las arquitecturas del trabajo, por ejemplo, o sobre un análisis
de la maquinaria, por novedosa que sea,
quedaría muy lejos de lo deseable y sobre todo, no nos explicaría nada de la
sociedad que las habrá producido. Con Louis Bergeron,
quien, además de ser un gran historiador era un gran humanista, habíamos definido
tres lógicas en el análisis de un objeto de patrimonio industrial: primero,
unas lógicas espaciales, que permiten entender el porqué del sitio y su
funcionamiento; segundo, unas lógicas técnicas, porque un sitio de patrimonio
industrial tiene su razón de ser, para la ejecución de un proceso de
fabricación; tercero, unas lógicas sociales, porque el espacio y la técnica son
cosas de hombres y mujeres, que viven y comparten condiciones de trabajo y de
vida fuera de la fábrica, muy diferentes según su posición, su sexo y su edad.
Hemos recopilado ya muchos testimonios, pero aún nos falta mucho para
entenderlo todo de esos procesos desaparecidos. Tampoco los idealizamos: la
segunda industrialización basada en el taylorismo fue una auténtica plaga para
el mundo obrero, una deshumanización total. I sigue siéndolo en ciertas partes
del mundo, hoy día.
-Me
imagino que la investigación, la recopilación de documentos y datos y demás
habrá sido apasionante, estimulante…un proceso laborioso, pero enriquecedor.
¿Qué nos puedes decir?
Aunque
soy historiadora, mi metodología fue, primero la de un estudio de campo. He
visitado muchos pueblos obreros y ciudades–fabricas por el mundo. Algunos años
atrás fui solicitada por la UNESCO para la validación de la inscripción de los
pueblos del salitre en la lista del patrimonio mundial…Ver con tus propios
ojos, darse cuenta de las dimensiones, de las localizaciones respectivas de los
sitios del poder y de los ejecutantes, es imprescindible. A veces, hay
elementos que no cuadran y te das cuenta que con unas fotos, por bien tomadas
que sean, no llegarías a tus conclusiones. Así por ejemplo cuando visité la
colonia obrera de Metepec, en México central, y pasé delante de una escuela
imponente y bonita como un palacio. Era imposible que tal monumento con una
carga simbólica tan grande, fuera obra de patronos, por filántropos que sean: y
efectivamente, era obra de los sindicatos que gestionaron el sitio después de
la Revolución. Ellos querían una escuela, grande y bella, para sus hijos, y nada
era bastante para concretar este deseo. Claro que el estudio de campo, en este
sentido, es el que te plantea las preguntas y las soluciones las hallas en la
documentación escrita o iconográfica, luego.
-Una vez reunida toda la documentación,
¿cómo fue la metodología de trabajo a seguir?
Mi
credo es en los estudios comparativos. Cuantas veces tal personalidad, conocido
universitario, peca por confundir un estudio local con un estudio general, y
considera lo particular como algo absoluto? Cuantas
veces usamos de palabras sin definirlas…Si debo resumir mi metodología de
trabajo seria la siguiente: un trabajo de campo y un
estudio de caso para tener una base de documentación y sobre todo un listado de
problemáticas. Siguen después diferentes estudios comparativos, sea con una
base documental sea con otros estudios de campo, limitados a una pocas
problemáticas para no perder de vista mis objetivos globales, es decir, dar
todo su sentido a mi estudio inicial. Y
después, los elementos de conclusión, siempre revisables con futuros estudios.
Comparar, comparar, esta es la llave. Pero siempre con criterios, y según
objetivos bien marcados.
-Pero, con resignación, habrás tenido
que escoger y dejarte en el tintero algunas cosas que te hubiese gustado
mostrar ¿No?
Claro! Un trabajo como este no se acaba nunca. Pero debo decir
que mi temática se ha ido enriqueciendo poquito a poco, así que no tengo la
impresión de haber dejado algo en el tintero sino que tengo la sensación que
estoy en una dinámica constante.
-¿Paseando o visitando los pueblos
obreros y las fábricas podemos atisbar, adivinar o imaginar las condiciones de trabajo en las que éstos y
éstas (me refiero a trabajadoras y trabajadores) trabajaban?
Pasearse,
visitar, me parece que no es suficiente para entender la vida de la gente de la
época. Hay guías inspirados que nos acercan a una cierta realidad. Quizás las
nuevas tecnologías nos ayudaran a entender más bien el espacio de trabajo y la
vida cotidiana de las generaciones pasadas?
Reconstruir el pasado es la tarea del historiador, pero es muy difícil….Además
de mucha documentación necesitamos mucha empatía con esta gente que nunca
podremos encontrar, nunca podremos conversar con ellos….
-Los pueblos obreros
pasan, a menudo, a reconvertirse en algo necesario y adaptado a la sociedad
actual como una ciudad jardín ¿Cómo lo ves?
Toda
reutilización es lícita y bienvenida, siempre y cuando respectan ciertas pautas
y criterios previos. Tenemos ejemplos de “buenas prácticas”. Deberían ser
estudiadas y comentadas para no volver a hacer desgracias. En mi libro damos
algunos ejemplos de estas buenas prácticas. Todos tenemos ejemplos de lo
contrario: arquitecturas desmontadas o desfiguradas, entornos completamente
aniquilados o vendidos a lotes etc. Los pueblos obreros son la creación más
original de la sociedad industrial. Una fábrica puede desaparecer: el pueble
queda y recuerda la actividad de antaño. Es importante conservar el sentido, la
representatividad, la autenticidad de una comunidad de trabajadores…Algunos pueblos
son patrimonio de la Humanidad: los pueblos des salitre, ya mencionados, pero
también Crespi d’Adda en
Italia, la Colonia Guëll, en Cataluña, gracias a Gaudi, etc. Es la prueba de que tenemos, con la categoría
“pueblos obreros” algo determinante de la sociedad industrial. Pero qué hacer
con el patrimonio de las colonias catalanes, único ejemplo de concentración y
de reparto de los poderes a través de un verdadero urbanismo de ciudad-fabrica? Hay más de 80! La más
representativa, la más estudiada es la Colonia Sedo de Esparreguera.
En su estado actual es quizás la más abandonada. Y eso cuenta entre sus muros
de un museo absolutamente fantástico, que se ha montado alrededor de la turbina
de 1400 CV, la más grande jamás construida en España y quizás en Europa, encima
de las infraestructuras de las antiguas turbinas para las cuales se construyó
un espacio de dimensiones fenomenales. Cada español tendría que visitar este
hito de la técnica del siglo XIX.
-¿Cómo ha sido la comunicación e
intercambio en la observación e implantación de nuevos modelos de los pueblos
obreros de Europa a cualquier otra parte del planeta y viceversa?
Ha
sido un proceso lento y complejo, des del siglo XVIII. He demostrado por
ejemplo que misiones jesuitas habían podido inspirar pueblos obreros en Francia
y en España; adaptaciones locales de formas europeas también existieron. Los
modelos europeos no han sido pura y sencillamente desplazados en otras partes
del mundo. Hay que saber que un empresario o una sociedad emprendedora, nunca
hace regalos: cuando hace alguna cosa, es por qué es más rentable, o que está
obligado hacerlo para asegurarse el ritmo de la producción. Los pueblos creados
con finalidades filantrópicas son pocos.
Y la arquitectura no siempre permite ver las intenciones del
comanditario: por ejemplo, en el pueblo del cobre, Sewell,
nunca dirías cuando te paseas por él, que la comunidad norteamericana vivía
completamente aislada de la comunidad chilena. La segregación entre comunidades
de cultura diferente (directivos europeos o norte-americanos, obreros del país)
fue la regla en toda la América latina pero también en el África colonial, o
India y sus entornos. A veces lo sugiere la arquitectura de las casas, pero muy
a menudo, es la localización del barrio que indica quien vive. Al
contrario, en otros sitios, la segregación se lee directamente en el espacio y
en las formas de las viviendas: en África del Sur, hasta poco tiempo (y quizás
aun en estos días) se alojaban los obreros en verdaderas gavias que llaman
hostales…Increíble eufemismo….
23427
Villages ouvriers et villes-usines à travers le monde. Gracia Dorel-Ferré
(ed.)
288 páginas 24 x 30 cms.
35.00 euros
Université Savoie Mont Blanc
L'habitat ouvrier, issu des siècles de l’industrie fait partie de notre paysage. Nous sommes
si habitués à le voir que nous sous-estimons, le plus souvent, sa nature
et son importance. Parfois,
il s’imbrique dans le tissu urbain,
d’autres fois, c’est au contraire
l’uniformité d’une seule et même architecture,
occupée par une couche sociale homogène qui détermine la physionomie des lieux. Comme objet d’histoire,
il apparaît avec l’industrialisation au point de se confondre avec elle. Comme création particulière des siècles de l’industrie, l’habitat ouvrier se complexifie avec le temps. À partir du milieu du XXe siècle,
l’habitat ouvrier se confond avec l’habitat
social. Compris comme un legs de la société passée, il fait
partie de notre environnement et peut être récupéré: c’est là que se place la question de la rénovation du patrimoine industriel et de sa signification.
Caractérisé par des conditions
sommaires, quand il existe, l’habitat ouvrier est l’objet
des préoccupations des industriels,
des hygiénistes et des hommes
d’État, pendant tout le XIXe siècle,
au point de fournir le thème principal de l’exposition universelle de Paris
en 1867. On peut penser que l’habitat social du XXe siècle est
directement inspiré de toute
cette recherche qui aboutit au
concept de cité-jardin et qui
inspire largement la construction
des habitations bon marché (les HBM) en France.
L'habitat ouvrier se complexifie avec le temps. À partir du milieu du XXe siècle, l’habitat
ouvrier se confond avec l’habitat social. Compris comme un legs de la société passée, il fait
partie de notre environnement et peut être récupéré: c’est là que se place la question de la rénovation du patrimoine industriel et de sa signification.
Sommaire
Avant-propos
Denis Varaschin 5
Introduction : Villages ouvriers et villes usines, un patrimoine industriel
Gracia Dorel-Ferré 7
I. Des manufactures aux usines
(XVIIe siècle - début XIXe siècle)
24
Un village ouvrier au XVIIIe siècle
: l'ensemble historique des
usines à métaux de Riopar (Castilla-La Mancha, Espagne)
Marta Vera Prieto 27
Vivre dans les manufactures
bourboniennes d’Espagne
Gracia Dorel-Ferré 37
A la recherche d’une architecture fonctionnelle : les villages ouvriers de David Dale (Ecosse) 1783-1806
David J. McLaren 47
Les villages cotonniers d’Écosse, un patrimoine
Mark Watson 57
Real de Catorce, ville minière
María Haydeé García Bravo 63
II. Du village ouvrier à la
cité-jardin (fin XIXe siècle-première moitié du XXe) 72
Le logement ouvrier en
Haute-Normandie : 1850-1939
Jean-Bernard Cremnitzer 75
Le village ouvrier du
Bois-du-Luc, un exemple empirique et évolutif d’ingénierie sociale
Karima Haoudy 85
L’épopée de la famille Cadbury dans l’industrie
du chocolat en Angleterre
et l’avènement de la cité-jardin
Jean-Luc Rigaud 93
Pour une archéologie de la colonie industrielle
Pablo López Calle 107
Les cités ouvrières de l’Oural (XVIIIe-XXe siècle) et l’émergence d’une culture industrielle
régionale
Elena Alekseeva, Elena Kazakova
121
Coopératives villageoises dans le Japon rural du XIXe siècle
Toshitaka Matsuura 137
Chemin Vert, une cité-jardin emblématique
Gracia Dorel-Ferré 145
III. L’exportation des modèles
(Fin XIXe - XXe siècle) 156
L’habitat ouvrier dans les villes du canal de Suez
Claudine Piaton 159
L’habitat du sucre au Brésil
Gabriela Campagnol 169
L’habitat sucrier au Texas, Etats-Unis. D’un village ouvrier
à un quartier périphérique urbain : Sugar Land et l’Imperial Sugar Company
Gabriela Campagnol 181
Les villages du salpêtre
(Chili)
Valentine Aldebert 189
Le Village Ouvrier de Tafi Viejo à Tucumán, Argentine
Monica Ferrari 199
Fray Bentos : une cité ouvrière de l’industrie de la viande
(Uruguay)
René Boretto Ovalle 211
Réflexions autour de la conservation intégrée, partagée et participative du paysage culturel le cas de Paranapiacaba, Sao-Paulo, Brésil
Vanessa Gayego Bello Figueiredo
223
« On vit comme à Moscou » : l’habitat et l’auto-identification
dans les villes fermées nucléaires d’URSS
Natalia Melnikova 237
La passion ne meurt jamais. Étude
du développement historique,
du statut actuel et des
mesures de protection des villages
ouvriers en Chine (1840 – 1980)
Xiang Mingming, Li Guo 247
L’industrie pétrolière et
la ville :
Abadan (Iran)
Pirooz Hanachi, Sara Taymourtash 263
Arvida, ou l’invention de la maison des travailleurs du « métal magique » au Canada
Lucie K. Morisset 275
Index 286-287
Table des illustrations 288
_____________________________________________________________________
LA LIBRERÍA DE CAZARABET - CASA SORO (Turismo cultural)
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069