La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Martí Marín Corbera, coautor de "Gobernadores. Barcelona en la España franquista (1939-1977)" (Comares)
Javier
Tébar Hurtado, Manel Risques Corbella, Martí Marín Corbera, Pau Casanellas escriben
para Comares Editorial un libro que fija la mirada en el devenir de
los Gobernadores en Barcelona durante el franquismo. Así que el libro lleva por
nombre, Gobernadores. Barcelona en la
España franquista 1939-1971. Libro
como todo lo que edita Comares riguroso y muy
acertado, tanto en los contenidos como en el tratamiento que le da la editorial
El
libro es muy importante y necesario para
cualquier historiador, estudioso o persona curiosa alrededor del período del
franquismo, sobre todo si éste vuelca sus investigaciones alrededor de
Catalunya o Barcelona.
Aquello que nos explica y nos acerca Comares:
Una historia del Gobierno Civil de Barcelona a través de sus gobernadores, que
sea útil para entender el sistema de gobierno provincial que desarrolló el
Franquismo en toda España durante cuatro largas décadas: ni más ni menos que
eso nos hemos propuesto en este estudio. Puede que si volviéramos sobre ello, a
día de hoy, nos echáramos atrás. Nuestras experiencias personales en materia de
investigación, bien que cercanas por diversos motivos, no hacían presumir que
una obra a ocho manos (y no cuatro artículos por separado) fuera a resultar
sencilla de gestionar y, no obstante, hemos llegado hasta el final, para
comprobar que, al menos, era posible.
Los aspectos en los que se ha centrado el trabajo realizado por los distintos
autores de este volumen han sido cuatro. Todos ellos influidos por algunos de
los trabajos previos realizados por cada uno de nosotros: la perspectiva
biográfica (J. Tébar), el análisis del personal político que en su día fue
denominado como de los «cuadros intermedios» (M. Marín), el control del orden
público y la lucha contra la oposición (M. Risques y P. Casanellas)
y una difusa combinación de circunstancias y problemas que ha sido distinta en
cada período y lugar, que enmarcarían lo que podríamos llamar la política
territorial (provincial) del Régimen y sus apoyos sociales. Dado que este
último aspecto resulta en buena medida cambiante a lo largo del tiempo,
adelantaremos algo solamente de los tres primeros.
UN ENFOQUE BIOGRÁFICO
La biografía, sin duda alguna, es un género histórico en alza en nuestra
disciplina. Pero hubo otros tiempos de signo bien distinto. No está de más
recordar que durante décadas se rechazaba este enfoque como algo que valiese la
pena. Fue necesario dejar atrás la aceptación de la falacia intencional que
impregnó a la disciplina histórica para que, transcurridos los años, el
«síntoma biográfico» haya modificado el escaso aprecio, cuando no las
reticencias que los profesionales mostraban de forma habitual por él. Hoy, sin
embargo, este cambio constituiría otro de los «giros», entre los múltiples
giros, que se han ido produciendo en la disciplina histórica durante las
últimas décadas. Algo, desde luego, que no sólo ha afectado a los historiadores
españoles y que ha contribuido a una renovación conjunta de la biografía y la
historia política.
PROPÓSITO
1. LOS AÑOS DE IMPLANTACIÓN DE LA DICTADURA EN BARCELONA (1939-1945). Javier
Tébar Hurtado
2. EL GOBIERNO CIVIL DE BARCELONA EN LA POSTGUERRA MUNDIAL, 1945-1951. Manel Risques
Corbella
3. EL DECENIO BISAGRA (1951-1960). Martí Marín Corbera
4. UNA DÉCADA DE ESTABILIDAD RELATIVA (1960-1969). Martí Marín Corbera
5. LA CRISIS DESDE PRIMERA LÍNEA (1969-1975). Pau Casanellas
6. DE LA REFORMA AL DESGUACE (1975-1977). Pau Casanellas
BIBLIOGRAFÍA CITADA
ANEXOS
SOBRE LOS AUTORES
Enlaces
que os irán muy bien:
https://es.wikipedia.org/wiki/Franquismo_en_Catalu%C3%B1a
http://html.rincondelvago.com/entorno-social-durante-el-franquismo.html
Cazarabet conversa con Martí
Marín Corbera:
-Amigos, ¿Barcelona y provincia,
como el resto, pero ésta en particular por quién era gobernada más: por los
propios gobernadores o la sombra de Franco era mucho más alargada que en otros
lugares?
-Salvo
por lo que respecta al nombramiento del gobernador, Barcelona era gobernada como
las demás provincias. A la hora de nombrar gobernador Franco opinó más a menudo
(parece, porque no hay actas del Consejo de Ministros), si bien los candidatos
fueron siempre presentados por Serrano Suñer (en su momento) y por el Ministro
Secretario General del Movimiento a partir del acuerdo no escrito de que iban a
ocupar también la Jefatura provincial de FET-JONS. Otra cosa es que el carácter
especialmente conflictivo de la ciudad y de buena parte de su entorno urbano
“obligaran” al gobierno a interferir mucho más a menudo que en otras partes.
Franco de manera personal refrendaba o vetaba las propuestas de su gobierno,
pero no parece que propusiera gran cosa…
-Hasta qué punto estaban vinculados los
Gobernadores al movimiento fascista, como tal me refiero a que era “adictos”,
sobre todo en los primeros años de la dictadura-¿Cómo fueron evolucionando
éstos?
-Todos
los gobernadores fueron “adictos” siempre. A nadie se le hubiera ocurrido
nombrar a uno que no lo fuera (otra cosa es lo que se haya inventado alguno de
ellos con posterioridad o lo que puedan declarar sus descendientes y amigos).
Desde 1958 todos los gobernadores tenían que ser, por ley, militantes de
FET-JONS con una cierta antigüedad previa. Entre 1943 y ese año, de todas
formas, la mayoría lo tenían ya porque asumían la Jefatura provincial de
FET-JONS al mismo tiempo. Entre 1937 y 1943 la situación fue algo más variada
(aunque no mucho). Sólo fue significativa la presencia de no militantes entre
1936 y 1937 porque FET-JONS no existía aun y porque los primeros nombramientos
recayeron provisionalmente en militares golpistas que no tenían porque militar
políticamente en lugar alguno. Otra cosa sería especificar quienes procedían de
la Falange de José Antonio: entre 1936 y 1939 una pequeña minoría, a partir de
1939 el número creció hasta llegar al 50%, proporción que se mantuvo en los
cuarenta y cincuenta. Sólo empezaría a bajar con la entrada de nuevos
gobernadores procedentes del Frente de Juventudes, demasiado jóvenes para haber
militado en ninguna parte antes de la guerra.
-¿Cómo eran las vinculaciones y relaciones con las
autoridades militares…?
-Todo
depende del tiempo y del lugar. La división de funciones fue efectiva a partir
del fin de la guerra, salvo en las zonas de maquis, donde se solapó. En
Barcelona, no obstante, la presencia de la Capitanía general provocó algunos
encontronazos al principio (1939-1943) que se solucionaron nombrando al
acomodaticio general Moscardó (el del Alcázar) para
el cargo. Con motivo de la huelga de tranvías de 1957 se repitió el
encontronazo entre el capitán general Juan Bautista Sánchez González y el
gobernador (también general) Felipe Acedo. Cuando un militar era nombrado
gobernador su carrera no se detenía (ascensos, condecoraciones, antigüedad),
pero pasaba a depender de dos ministerios civiles (Gobernación y Secretaría
General del Movimiento), lo cual le blindaba contra la capitanía general en
caso de conflicto. Si el gobernador era un civil, el encontronazo no revestía
consecuencias, salvo cese o traslado si el gobierno se inclinaba por la opinión
del capitán general. Pero esto fue muy poco frecuente. La política de
nombramientos de capitanes generales fue siempre prudente y las instrucciones
que delimitaban su cometido también, precisamente para evitar “males mayores”.
-¿Cuánto pesaba la historia
alrededor de todo lo que se generó en Barcelona en los primeros días del
alzamiento militar para situar, allí, en esos destinos a algunos gobernadores?
-En realidad
la historia de Barcelona, en términos de ciudad conflictiva, pesó siempre en
todos sus episodios, no sólo por el 36. Pero el primer gobernador civil fue un
catedrático de derecho y el segundo un oficial de ingenieros...
-¿Tuvo que imponerse un gobernador especial, con
especial mano dura…con especial “servilismo a Madrid y a Franco” para imponer
el ”nuevo orden” en una Barcelona , siempre con ese carácter como especial…no
dejo de pensar cuando hago esta pregunta de la resistencia en las atarazanas,
en las manifestaciones…?
-El
nuevo orden lo empezó a imponer el Ejército de ocupación dirigido por el
general Eliseo Álvarez Arenas a tiro limpio. En 1939, tras la derrota militar,
no quedaba nada en pie para resistir: 400.000 personas pasaron la frontera de
Francia entre soldados, funcionarios, militantes, activistas, refugiados de
otras zonas, etc. La mitad aproximadamente no iban a volver jamás (sabían ya lo
que estaba pasado con los que se quedaron), la otra mitad eran mayoritariamente
soldados que iban a volver entre 1939 y 1940 y grupos familiares que
prefirieron arriesgarse para reunirse con el resto de su familia a un exilio
incierto. De esas 200.000 personas que ya no volvieron 60.000 más o menos eran
catalanas... Con las ejecuciones, las cárceles atestadas, los locales cerrados
y demás, no hubo nada que hacer. No tenía nada que ver con resistirse a un
golpe de estado porque ninguna manifestación resiste a un bombardeo aéreo, ni
se puede rodear a un ejército a la ofensiva como a un cuartel. Por lo demás,
frente a la oposición, la mano dura fue algo común en todas partes. El
servilismo a Franco también: ¿como hubiera podido nadie hacer carrera política
“frente a Franco”? Lo de “Madrid” no tiene demasiado sentido en este contexto:
el estado era hipercentralista y punto. Cuando fue
necesaria una intervención especial, así se hizo: Bartolomé Barba Hernández
(militar de estado mayor) llegó en 1945 para destruir a la renacida oposición y
así lo hizo... (pero no fue lo único que hizo).
-Entre los diferentes años, ¿a qué problemáticas
tuvieron que hacer más frente: movimientos clandestinos y de sabotaje en
Barcelona y provincia para con la dictadura; huelgas ; Estados de Excepción;
movimientos estudiantiles; nacionalismo; el movimiento socio-cultural…?
-De
todo lo mencionado hubo, según el momento. Primero destruir los restos de los
vencidos, después evitar que surgieran nuevos opositores. La lucha contra la
oposición política heredera de los diversos vencidos tuvo especial relevancia
en 1945-48 y acabó con la sangrante victoria del régimen. De 1951 en adelante
el desafío fue progresivo y “social”, más que político, aun cuando
detrás
del resurgir de los movimientos sociales estuvo en muy buena medida el partido
comunista, Partit Socialista Unificat
de Catalunya (PSUC) en este caso. El movimiento obrero fue, sin duda, el más
fuerte, especialmente con el surgimiento de CC.OO., le siguió el estudiantil
(más tarde “universitario” cuando se sumó el profesorado), luego el vecinal
(muy potente en los setenta) y aun el feminista, ecologista, antimilitarista,
etc.
-¿Esos primeros años de posguerra
hasta mediados de los cuarenta, cuando el dictador, todavía se veía como
apoyado por el fascismo italiano y el nazismo de Hitler, fueron los más duros?
-En
términos de muertes y encarcelamientos sí. Con un sangriento epílogo entre 1945
y 1948. El apoyo del fascismo europeo no fue determinante en la represión:
Franco cuenta con el récord de víctimas en tiempo de paz y el propio Hitler se
escandalizó en 1939-40 del ritmo de la ejecuciones, argumentando que con la
victoria había llegado el momento de convencer (aunque fuese en campos de
concentración).
-¿Qué relación imponían desde Gobernación en
Barcelona, teniendo en cuenta que había consulado alemán e italiano y
ciudadanos alemanes e italianos con estos ciudadanos y la población
barcelonesa?
-Hay
poco estudiado sobre el tema, pero la presencia pública de nazis y fascistas
era notoria. En 1945 se instaló en Plaza Catalunya un libro de firmas para las
condolencias por la muerte de Hitler...
-Después del conflicto que acabó con el nazismo y
con Mussolini ¿los gobernadores, de alguna manera, tuvieron que “sofocar” las
ilusiones de algún ciudadano o colectivo que pensaba que aquello podía
extenderse al Estado Español?
-Sí claro,
véase lo dicho para el período 1945-48 de lucha y exterminio de la oposición
política.
-¿Qué rasgos más importantes podéis destacar del
“decenio bisagra” impuesto por los gobernadores?
-Se
considera bisagra a los años cincuenta porque fueron años de cambio y de
adaptación nuevas circunstancias. En ese período los temas fueron, sin duda, el
combate contra la inmigración interior y el barraquismo,
la lucha contra el resurgir del catalanismo, de las reivindicaciones laborales
y estudiantiles y la preocupación por el apoyo ciudadano a los boicots contra
los tranvías en 1951 1957 porque parecían dar alas a una nueva oposición (como
así fue).
-Si los primeros años fueron
difíciles para todos los gobernadores, puede que Barcelona fuese un tanto
especial, los últimos años: de finales de los sesenta a la muerte del dictador…cómo debió ser…hasta
que, digamos, que estalló?
-La
dificultad de los primeros años es algo muy, muy relativo. Los gobernadores
civiles actuaron con la total impunidad que daba la victoria en la guerra y el
ambiente de fascistización que azotó Europa entera.
Las verdaderas dificultades fueron de orden interno: definir ámbitos
competenciales, seleccionar personal adicto para los gobiernos locales, actuar
contra la precariedad de recursos administrativos y presupuestarios, etc. Las
verdaderas dificultades afloraron verdaderamente al final, con la conciencia
progresiva de no poder derrotar a la nueva oposición -salvo nuevo baño de
sangre, a la chilena o a la argentina-, con los ojos de Europa fijos en los
“excesos” (incluido ahora el Vaticano), con las primeras manifestaciones en la
calle y una policía sin preparación para afrontarlas, con unas actitudes
ciudadanas de pérdida progresiva del miedo y complicidad con la protesta (más
que participación frecuente). Barcelona estuvo en cabeza de la lucha contra el
tardofranquismo, también porque desde 1971 la oposición catalana se encontraba
coordinada en la Assemblea de Catalunya, algo que no
sucedió en el resto de España hasta 1975-76, y esta contaba con réplicas
locales (Sabadell, Terrassa, L'Hospitalet de
Llobregat, etc.). El intento de reprimir “sin excederse” fracasó, de forma que
en Barcelona se instaló una situación en la que el régimen no podía “caer”,
pero tampoco era capaz de gobernar plenamente.
El
resultado de ese “empate técnico” no podía resolverse en Barcelona ni en
Catalunya, claro... Las elecciones de 1977 dejaron claro hasta que punto el régimen había perdido pie: un sólo diputado
para Alianza Popular (séptimo en votos) y sólo la cuarta posición para UCD (5)
detrás del PSC-PSOE (11), PSUC (7) y la coalición Pacte Democràtic
per Catalunya de Jordi Pujol (6). El partido de Suárez no encajó una derrota de
este calibre en ninguna otra provincia...
20766
Gobernadores.
Barcelona en la España franquista (1939-1977). Javier Tébar Hurtado, Manel
Risques Corbella, Martí Marín Corbera, Pau Casanellas
376 páginas 17 x 24 cms.
28,00 euros
Comares
Una historia del Gobierno Civil
de Barcelona a través de sus gobernadores, que sea útil para entender el
sistema de gobierno provincial que desarrolló el Franquismo en toda España
durante cuatro largas décadas: ni más ni menos que eso nos hemos propuesto en
este estudio. Puede que si volviéramos sobre ello, a día de hoy, nos echáramos
atrás. Nuestras experiencias personales en materia de investigación, bien que
cercanas por diversos motivos, no hacían presumir que una obra a ocho manos (y
no cuatro artículos por separado) fuera a resultar sencilla de gestionar y, no
obstante, hemos llegado hasta el final, para comprobar que, al menos, era
posible.
Los aspectos en los que se ha centrado el trabajo realizado por los distintos
autores de este volumen han sido cuatro. Todos ellos influidos por algunos de
los trabajos previos realizados por cada uno de nosotros: la perspectiva
biográfica (J. Tébar), el análisis del personal político que en su día fue
denominado como de los «cuadros intermedios» (M. Marín), el control del orden
público y la lucha contra la oposición (M. Risques y P. Casanellas)
y una difusa combinación de circunstancias y problemas que ha sido distinta en
cada período y lugar, que enmarcarían lo que podríamos llamar la política
territorial (provincial) del Régimen y sus apoyos sociales. Dado que este
último aspecto resulta en buena medida cambiante a lo largo del tiempo,
adelantaremos algo solamente de los tres primeros.
UN ENFOQUE BIOGRÁFICO
La biografía, si duda alguna, es un género histórico
en alza en nuestra disciplina. Pero hubo otros tiempos de signo bien distinto.
No está de más recordar que durante décadas se rechazaba este enfoque como algo
que valiese la pena. Fue necesario dejar atrás la aceptación de la falacia
intencional que impregnó a la disciplina histórica para que, transcurridos los
años, el «síntoma biográfico» haya modificado el escaso aprecio, cuando no las
reticencias que los profesionales mostraban de forma habitual por él. Hoy, sin
embargo, este cambio constituiría otro de los «giros», entre los múltiples
giros, que se han ido produciendo en la disciplina histórica durante las
últimas décadas. Algo, desde luego, que no sólo ha afectado a los historiadores
españoles y que ha contribuido a una renovación conjunta de la biografía y la
historia política.
PROPÓSITO
1. LOS AÑOS DE IMPLANTACIÓN DE LA DICTADURA EN BARCELONA (1939-1945). Javier
Tébar Hurtado
2. EL GOBIERNO CIVIL DE BARCELONA EN LA POSTGUERRA MUNDIAL, 1945-1951. Manel Risques
Corbella
3. EL DECENIO BISAGRA (1951-1960). Martí Marín Corbera
4. UNA DÉCADA DE ESTABILIDAD RELATIVA (1960-1969). Martí Marín Corbera
5. LA CRISIS DESDE PRIMERA LÍNEA (1969-1975). Pau Casanellas
6. DE LA REFORMA AL DESGUACE (1975-1977). Pau Casanellas
BIBLIOGRAFÍA CITADA
ANEXOS
SOBRE LOS AUTORES
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