Cazarabet conversa con... Franc Lluis i Giró, autor de “Gino
Bartali. El hombre de hierro”
(Dstoria)
La historia de un
hombre con un corazón grande, un coraje a prueba de la maldad del fanatismo y,
como dice el subtítulo, la historia de “un hombre de hierro” desde sus piernas a
su respiración acompasada con el tic-tac que le daba ritmo a una bicicleta que
hacía kilómetros salvando no pocas vidas. En definitiva, una historia memorable..
El héroe del
ciclismo italiano que salvó a centenares de judíos durante la Segunda Guerra
Mundial.
El prólogo de este
excelente libro, casi a modo de biografía, corre a cargo de Joseba Beloki y la historia queda reflejada y escrita por Franc Lluis i Giró.
Apodado “il Ginettaccio”, Gino Bartali, recorrió los trayectos más intrincados y más
osados, pero dejó en la huella de su bicicleta la palabra , junto con los
hechos, preñados de algo que va más allá de la
palabra dignidad.
Lo edita
La sinopsis del
libro:
Sudado y lleno de
polvo, pero sobre todo nervioso, muy nervioso. El control policial estaba cada
vez más cerca. Gino Bartali pedaleaba como de
costumbre, cerca de su casa, en Florencia. El control policial estaba a pocos
metros. Frenó, paró y ya no tuvo tiempo de bajar de la bici. Una pareja de
policías lo asaltó a gritos: «Ginetaccio!! Ginetaccio!!! Bartali! Campione!!!». Le agasajaron, le pidieron autógrafos,
hicieron mil y una preguntas a su ídolo ciclista, Gino Bartali.
El italiano que había ganado el Tour de Francia de 1938 y el Giro de Italia de
1936 y 1937. El hombre les atendía con una sonrisa nerviosa bajo su inmensa
nariz. El ciclista no veía el momento de volver a pedalear y escapar a toda
prisa porque sabía que los policías, que tanto lo admiraban, no dudarían ni un
momento en detenerlo si supieran que transportaba fotos y documentos falsos
escondidos dentro de los tubos de su polvorienta bicicleta, para salvar a
judíos de una muerte segura. Gino Bartali fue una de
las grandes figuras del deporte del Siglo XX. Considerado uno de los mejores
ciclistas de todos los tiempos, formó parte de una red dedicada a salvar a
judíos del Holocausto en su Florencia natal, durante la Segunda Guerra Mundial.
Jugándose la vida y solamente con su bicicleta, logró salvar a 800 personas, en
su mayoría niños. Sus triunfos deportivos y su humanidad, lo han elevado a la
categoría de leyenda.
El Autor, Franc Lluis i Giró: Se define como periodista y ciclista. Lo de
contar historias le viene de toda la vida. De hecho, sus padres aseguran que no
había forma humana de hacerlo bajar de la silla cuando llegaba la Navidad y
tocaba recitar “el vers” delante de toda la familia.
Lo de las bicis vino un poco más tarde. No fue especialmente hábil con la
primera, pero a partir de la adolescencia se enganchó a eso de dar pedales y a
quedarse fascinado con el “Tour de France”. Con los años, llegarían otras
carreras y ahora este primer libro.
Cazarabet
conversa con Franc Lluis i Giró:
-Amigo, ¿qué te inspiró a escribir esta especie
de “homenaje” a un ciclista con las piernas potentes, el corazón fuerte, los
pulmones trabajando a plena marcha y unos ideales tan claros que le llevaron a
arriesgar su propia vida para salvar la de no pocos….?
-Pues sin duda, su historia y lo potente que es. Merecía ser
contada.
-Franc ¿qué te atrae de Gino?; ¿cómo lo
definirías y describirías más allá de “hombre de hierro”, calificativo que se
les impone a no pocos atletas, ciclistas, triatletas…?
-Me atrae el hecho de haber sido el protagonista de una
vivencia única y morir sin contarla jamás a nadie. Hacer el bién sólo por
convicción, sin sacar nada a cambio.
-Gino ya había ganado un Tour y dos Giros y
salvaba vidas entrenado durante la II Guerra Mundial, madera de un ser humano
pleno que tenía claro que no podía dejarse llevar por el miedo…
-Pero el hecho es ¡que lo tenía! . ¡Y mucho!!! Era una persona
normal, pero con una convicción para hacer el bién fuera de la común.
-Fran, esto no sé si tiene a ver con
los cánones actuales del calificativo héroe, ¿qué nos puedes reflexionar?
Porque sobre el heroísmo se ha escrito, pensando y reflexionando, y mucho…
-Se ha escrito mucho, es verdad. Pero yo no he encontrado en
mi vida un perfil de persona que se le asemeje tanto com Bartali. ¡Ni por
asomo! A menudo utilizamos este concepto, el de héroe, con cierta… “alegría”.
En este caso se le puede aplicar sin reservas.
-¿Se supo a cuántos judíos logró
salvar llevando camuflados en la bicicleta fotos y documentación anexa para
sacarlos de Italia?
-Se calcula que entre 700 y 1.000, en su mayoría niños y
niñas.
-¿Cómo se inició en esta tarea para evitar que la
barbarie del holocausto se hiciese con más vidas? ;¿cómo era la organización
que salvó vidas de judíos y en la que estaba metido Gino?
-Pues era una especie de triángulo donde él era uno de los tres
vértices, el del rol de mesnajero. Los otros dos eran Ellia Dalla Costa, obispo
de Florencia en esa época, que era la cabeza pensante. Y Giorgio Nissim, un
editor retirado que tenía elmaterial necesario para la falsiifcación de los
documentos. Gino se metió por amistad con Ellia Dalla Costa, que era su mejor
amigo, y también por convicción.
- ¿Por qué se ha
sabido tan poco de este ciclista que salvó a tantas vidas…?
-Pues porqué murió sin decir nunca nada a nadie. Eso es
básico. No se dio mucha publicidad a sí mismo, el bueno de Gino. Incluso al
contrario, era una persona poco afable. Y, en su momento, perdió la batalla
mediática con Coppi.
-Crees amigo que antes a estos ciclistas que
igual se arreglaban una rueda, que se cosían el dorsal o se lavaban la ropa se
les percibía como “ciclista de leyenda”…¿era eso “leyenda” o detrás y en Gino
había algo más?
-Seguro que ser ciclista en esas épocas era mucho más
difícil. Por los materiales, el desarrollo de los entrenamientos y mil motivos
más. También creo que se les asemejaba a “leyendas” porqué quien contaba sus
trayectorias lo hacía con una mirada mucho más épica. El ciclismo y el
periodismo de esa época poco tienen que ver con el de hoy en día.
-¿Estuvo cerca de ser descubierto?, porque
pasar nervios pasaba más que en cualquier día de carrera, ya fuese el Tour de
Francia o el Giro…
-Seguro, ¡nervios y miedo sin duda! Estuvo a punto de ser
descibierto más de una vez, incluso llegó a ingresar en prisión. Pero nunca se
encontró ningua prueba sólida para acusarlo de nada.
-Estirado, de extremidades un poco
desproporcionadas, mirada que acaricia y nariz aguileña…un Gino Bartali que encandilaba allá donde iba, podríamos
decir que es una de esas personas que pasan por nuestra vida con una especie de
aurea especial?, ¿quizás “eso que tiene de especial” le llega de su inmensa
generosidad…tan inmensa que él no le da ni importancia…?
-Era una persona que podríamos denominar como “especial”, sin
duda. Con un valor añadido, para entendernos. Pero sobretodo, lo que primaba en
él, eran las ganas de hacer el bién. Con un aire muy católico, lo de cuidar y
querer a todo el mundo como a un propio hermano.
-El ciclismo vive,
en parte, de hazañas, gestas, momentos de superación personal, aunque no ganes,
ya que con solo terminar ya está todo…
-¡¡¡Es que el ciclismo es un deporte muy duro!!! Terminar un
Tour de France, por ejemplo, es una auténtica hazaña que sólo pueden conseguir
algunos elejidos. Aunque no se lleven ningún titular, aunque no ganen nada ni
salgan en televisión levantando los brazos. Y sí, es un deporte que, al ser tan
extremo, se junta bién con la épica.
-¿Vuelvo con la palabra “héroe” no le
agradaba…no le gustaba porque ejercía de ello con la mayor de la humanidades,
como si fuese obligado por el mero hecho de ser un ser humano?
-Exacto. Él pensaba que cada uno tenía que hacer el bién al
prójimo. Por aquello de quererse y cuidarse. En su caso, como era ciclista y
famoso, encajaba a la perfección en el rol de mensajero en la trama de
falsificación de documentos para salvar a judíos italianos.
-Que Beloki un esforzado ciclista, sufridor y
de los que enseñaba garra y uno de los ciclistas más humildes que he visto ---y
de los “más normales”, sin más---sea el que te haya hecho el prólogo, ¿qué
significa para ti y qué crees le ha aportado al libro?
-Pues para mí fue una auténtica gozada. Tuve la suerte de
conocerlo por una entrevista y entablamos cierta amistad porqué justamente él
es una persona muy nirma, como dices. Y con muchas inquietudes que compartimos.
Se lo propuse, a él le encantó la idea y me regaló un texto bellísimo. Me
considero muy afortunado por contarlo como a amigo. Encima, me acompañó en la
presentación en su ciudad, Vitoria-Gasteiz. Y nos invitó a cenar a toda la
família… es un encanto de persona!!!
-Amigo Franc, ¿nos puedes explicar si estás
metido en algún que otro proyecto literario?
-Pues ideas en mente siempre hay alguna… pero el tiempo y las
fuerzas flaquean a menudo, también! Hehhehhhe…
-¿Cómo ha sido tu colaboración con Dstoria?
-Pues una maravilla. Joaquim Portabella es una persona
sensacional, muy empática y cálida. Te arropa, te mima, te ayuda, te
tranquiliza, te guía… una auténtica delícia. No visualizo haber escrito un
libro con algún otro editor que no fuera él. Y, de hecho, la idea del libro fue
suya: yo había escrito un reportaje largo contando las peripecias de Bartali y
fue él quién me dijo”ahí hay un libro”. Es una buena persona que quiere a los
libros, ¿qué más se puede pedir?
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