La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Consuelo
García del Cid Guerra, autora de “Ruega por nosotras” y “Las desterradas Hijas
de Eva” (Algón)
La
sinopsis de Ruega por nosotras:
La historia del Patronato de Protección a la Mujer, cuyas
aquellas paredes escondieron, incluso bien entrada la democracia, prisiones
encubiertas para mujeres consideradas rebeldes. Seres humanos cuyo único
delito, su único pecado, fue pertenecer a familias desestructuradas, ser
víctimas de violaciones, de abandono o de la miseria. Muchas de ellas
encerradas en aquellos centros religiosos sólo por pensar diferente, por
manifestarse contra la moral establecida, o simplemente por no comulgar con sus
conservadoras familias. Ruega por nosotras da voz, al fin, a miles de mujeres
que pasaron por la institución.
La
sinopsis de las desterradas Hijas de Eva:
Para muchas españolas, la democracia llegó más tarde. Sus
tiempos de libertad no coincidieron con el de los demás españoles, que veían
cómo se liberaban de los restos de una cruel y trasnochada dictadura, mientras
ellas eran sometidas a torturas, degradaciones inhumanas, venta de sus hijos
por ordenes religiosas y a soportar las últimas
inercias de una sociedad sin libertades. Han tenido que pasar muchos años,
demasiados, para rescatar ahora del olvido la historia de aquellas mujeres que,
a pesar de una flamante constitución democrática, tuvieron que tragarse
humillaciones, miedos y una asfixiante represión que hoy resulta inconcebible.
Unos enlaces muy buenos:
http://consuelogdelcid.blogia.com/
http://www.tenemoslapalabra.com/
La
autora, Consuelo García del Cid Guerra:
Esta barcelonesa, nació en la posguerra, ya en el 58. Es
directora del periódico digital www.tenemoslapalabra.com. Durante los años 70 y 80 colaboró como cronista con Ajoblanco, El Viejo Topo y Ozono. Cofundó la revista
literaria Orto. Es la autora del libro de relatos: Por lo que hemos sido de
Ediciones del Mar y formó parte, como poeta en la Antología Nueva Poesía
Castellana y en la Antología Peliart. Premio de
poesía Litedict y finalista del premio de Novela “Elyssée´” por su obra Una enjundia de nata. En 2008 publica
Al ladrón en El Taller del Poeta y publicas las novelas No me olvides. Te la quitaré aunque esté muerto y Librada (Algón Editores). Autora del ensayo sobre los niños robados
en la España franquista, Las desterradas hijas de Eva, Algón
Ediciones.
Cazarabet conversa con
Consuelo García del Cid Guerra:
-Consuelo leyendo, ya de primeras, estas páginas nos
damos cuenta de cómo de difícil lo ha tenido la mujer en los tiempos, en todos
los tiempos…somos las proletarias de entre el proletariado, no sé si me
explico…
-Efectivamente. La mujer
lo ha tenido muy complicado siempre, no se nos permitió ni pensar por nosotras
mismas en épocas determinadas, he aquí la prueba, el Patronato de Protección a
la Mujer funcionó impunemente hasta mediados de los ochenta, en democracia, y
encerraba en reformatorios a adolescentes rebeldes que no cometieron otro
delito que el de pensar. Esto, que resulta increíble, sucedió sin que
nadie hiciera absolutamente nada al respecto, se dejó hacer, se dejó pasar, se
nos olvidó por completo.
-Y en los tiempos de la transición,
ésta, salvo excepciones, no existió entre y para muchas mujeres…para bien
para ir hacia adelante ganando en derechos y en libertades….
-La transición fue un pos
franquismo, siempre lo he dicho. Y España es un país bipolar por naturaleza.
Mientras seguían miles de menores encerradas por nada, había mucha prisa por el
porno, el destape, los casinos, los bingos...una locura absoluta para todas las
que pasaron por aquellos reformatorios disfrazados de conventos.
-Mira yo que soy de la generación del 74, crecí en plena transición y en
los primeros años de democracia….viví y me crié en una peluquería y oía cosas
que, ahora, ya desde hace unos cuantos años en plenas facultades me horrorizan.
Te pongo un ejemplo y no hace mucho que me lo decían:”…mira, hija, yo mientras
mi marido me respete…” y lo decía como dando gracias de que nunca le hubiese
pegado; te puedo poner otro ejemplo: ”….mi marido nunca me llama la atención ni
me pregunta sobre si me compro o me dejo de comprar, no se pone en lo que
hago…”; o :”…mi marido nunca me ha puesto la mano encima , cuando lo hacen por
algo será…”. Cuando oigo, hoy, en pleno siglo XXI estos ejemplos se me ponen
los pelos de punta…
-Soy del 58 y he visto
cosas peores. Las mujeres estábamos completamente sometidas. Actualmente, en
manos de los servicios sociales, como se siente una mujer con hijos a pedir
ayuda, es cuestionada por su aspecto, la longitud de su melena, sus tatuajes si
los lleva...muchas mujeres están obligadas a convivir con sus maltratadores, a
ellas se les arrebatan los hijos de forma legal, que pasan a familias de
acogida para más tarde ser adoptados. Asistimos a una masacre social legalizada
en manos de funcionarios. La realidad permanece oculta, velada, y los derechos
más elementales son pisoteados de forma flagrante. Yo crecí en pleno franquismo
y siento una regresión que asusta, por otro lado, la
mayoría no se cuestiona grandes cosas debido a la crisis que nos asola, son
tiempos de una supervivencia extrema.
-Hay mujeres hoy todavía, amiga Consuelo, que tienen como cierto
“complejo de inferioridad”, ¿lo asocias más a la educación, a que las mujeres
se sumergen a veces en roles que se retroalimentan sobre lo mismo….no sé que no
se abren a otras mentalidades, a otras conversaciones que
les podrían liberar?
-Es cierto que eso
existe. Complejos de inferioridad, gran capacidad de sometimiento... creo que
sí tiene mucho que ver con la educación. Abrirse a otras mentalidades no es tan
sencillo. Hay gente que no ha tenido oportunidad de pensar de otra forma, que
se ha anquilosado y no sale de su propio agujero.
-Pero vamos más a otras cosas que
relatas en el libro, en tus libros…El estado, la Iglesia, ciertas instituciones
encajaban a mujeres que sí que tenían un rol asumido de mujer liberalizada de
muchas cadenas de una determinada manera y eso fue una clara vulneración de
derechos humanos, prácticas delictivas que se prolongaron más allá. ¿Qué
nos puedes decir?
-Esas mujeres eran
castigadas por pensar, por rebelarse. Se quiso imponer un patrón femenino a
toda costa, y cualquiera que se saliera de la norma, podía ser encerrada hasta
los 25 años. Nadie había hablado de esto, es memoria reciente. A las mujeres no
se nos permitía nada. O eras santa, o eras puta. Porque el calificativo de
marras te lo aplicaban en un segundo. El Patronato de Protección a la Mujer
dependía del Ministerio de Justicia, estaba todo muy bien organizado. Iglesia y
Estado actuaban de la mano.
-La Iglesia, aquí, juega un papel tan triste como
tenebroso… ¿qué nos puedes comentar?
-La Iglesia tenía un
poder inmenso. Y como he dicho, actuaban de la mano junto con el Estado. Un
cura era Dios, un médico era Dios, una monja no digamos. No se les discutía,
era poder puro y duro. De todas formas, no se puede responsabilizar sólo a la
Iglesia, porque sola, nunca podría haberlo hecho. Iglesia y Estado, insisto.
-¿Qué nos puedes contar, amiga, de la historia del Patronato de protección
para la mujer?
-Era una verdadera
Gestapo a la española. Una institución fascista que se dedicaba a "velar
por las mujeres caídas o en riesgo de caer", y en ese saco entraba
cualquier menor que se saliera de la norma. Todo lo he relatado y probado
documentalmente en este libro "Ruega por nosotras". Las guardianas de
la moral del Patronato se paseaban por cines, jardines, bailes, bares...y en el
momento en que detectaban a una menor en lo que ellas entendían como "conducta
sospechosa", llamaban a la policía, que las detenía para conducirlas al
COC (Centro de Observación y Clasificación) donde pasaban una semana. Lo
primero, un examen ginecológico, para estampar en su expediente
"incompleta" si no era virgen, o "completa" si lo era,
hecho determinante para ser destinada a un reformatorio u otro más o menos
severo. Y esto era así, y ha sucedido con absoluta impunidad en democracia.
-Las mujeres con voz propia, con criterio, que se alzaban contra lo
establecido y que tenían las cosas muy, muy claras podían verse envueltas en
una espiral que las podía llevar de la cárcel a los psiquiátricos….así tal como
suena…¿cómo podía ser esto?; ¿cómo podía consentirse?;
¿Cómo salían de esa espiral?
-De esa espiral no se salía.
El Patronato te podía tener presa hasta los 25 años. Si te rebelabas en los
reformatorios, el destino final era el manicomio. En el de Ciempozuelos,
existió un pabellón llamado "las patronatas".
Muchas murieron allí, nunca alcanzaron la libertad. Era un método nazi. Y podía
ser porque así lo decidió Franco, y se hizo sin que pasara absolutamente nada.
Es muy complicado resumir todo el entramado en unas pocas líneas. No solo
no se salía de esa espiral, sino que se las marcaron para siempre. Muchas arrastran
un estigma de vergüenza que les impide avanzar. Hay que salir del armario,
reconocerse y contarlo para que no se repita jamás.
-Algunas terminaron, incluso, con el suicidio…
-Sí. Y son muertes que ni
siquiera constan como tales. Muchas no soportaron el encierro y se quitaron la
vida. El argumento de las monjas fue "que estaban locas". El lavado
de cerebro y la presión psicológica era brutal, además de la privación de
libertad.
-Lo que pasó en conventos, manicomios, clínicas…fue algo sobre lo que debería
abrirse causa jurídica…
-Todavía no me consta que
nadie se haya unido a la querella argentina. No hay pruebas. Los expedientes
dicen que han "desaparecido". Tiempo al tiempo. Por otro lado, las
dos Españas siguen batiéndose en duelo al respecto, porque algunas afirman
haber estado muy bien en esos lugares y justifican incluso la explotación
laboral infantil en los conventos. Eso de que "es que entonces España era
así", no es un argumento sostenible. Se quebrantó la frontera entre el
bien y el mal, hecho que conduce a una verdadera esquizofrenia social. En
nombre de un supuesto "bien", se hicieron atrocidades.
-Pero aquí, primero por la dictadura y después porque se ha suprimido la
Ley de Justicia Universal parece que no podremos encontrar salida con la
justicia…
-Para España, todo ha
prescrito. Incluso denuncias más que evidentes de robo de bebés están siendo
archivadas. Es una vergüenza. Sin embargo, la presión funciona. Yo creo que si
nos manifestáramos realmente en masa, habría una reacción. Ocupar los juzgados,
pero miles de personas. Plantarse ahí, a protestar, caiga quien caiga.
-Muchas de las mujeres vieron, incluso como se les robaban sus hijos recién
nacidos…
-Por supuesto.
Muchísimas. Y es una realidad que se niega. Por eso insisto en la lucha, pero
de forma masiva. Una unión sólida. Cada caso es un mundo, y como tal debe ser
contemplado. Robar un hijo es un acto criminal.
-¿Cómo nos ves, hoy, a las mujeres frente a la sociedad y a todo lo que
converge en nosotras: maltrato, acoso laboral, todo lo que conlleva la crisis,
la competitividad inhumana casi por cualquier cosa…?
-Hay mucho por hacer. La
ONG Women´s Link se ha querellado contra el
franquismo por todos sus crímenes contra las mujeres. Han presentado una
querella ante la Justicia Argentina con intención de que se investiguen las
atrocidades cometidas durante la dictadura.
-Pero no tenemos que mirar solo lo
negativo que nos deja la sociedad…la mujer, aún con todo ha tomado el mando y
se nota que hay como una “punta de lanza” que está en la calle, en las
reivindicaciones, en las propuestas, en las “nuevas maneras de entender la
política”, en la cultura con todas sus policromías, en el mundo de la
solidaridad, en el de la empresa…?
-Insisto, hay mucho por
hacer. Actualmente, las mujeres ganan un 17 por ciento menos que los hombres.
Esto supone una media de 200 euros menos...por qué?
-Y estamos, además en aquello que podríamos reconocer como los “roles de
siempre”, pero, creo, estamos como de otra manera más dinámicas, sabiendo lo
que queremos y cómo lo queremos…
-Es una cuestión de
educación. Existe una gran falta de criterio y análisis en general. Pero yo no
soy docta en la materia, aunque es cierto que en ocasiones me quedo pasmada
ante determinadas reacciones femeninas. Se trata de igualdad entre hombre y
mujer en todos los ámbitos. Así de sencillo y de complicado al mismo tiempo.
21834
Ruega por nosotras. Consuelo García del Cid
Guerra
232 páginas 21,5 x 15 cms.
16.00 euros
Algón
11367
Las desterradas Hijas
de Eva. Consuelo
García del Cid Guerra
141 páginas 15 x 21,5 cms.
12.80 euros
Algón
Ruega por nosotras
La historia del Patronato de
Protección a la Mujer, cuyas aquellas paredes escondieron, incluso bien entrada
la democracia, prisiones encubiertas para mujeres consideradas rebeldes. Seres
humanos cuyo único delito, su único pecado, fue pertenecer a familias
desestructuradas, ser víctimas de violaciones, de abandono o de la miseria.
Muchas de ellas encerradas en aquellos centros religiosos sólo por pensar
diferente, por manifestarse contra la moral establecida, o simplemente por no
comulgar con sus conservadoras familias. Ruega por nosotras da voz, al fin, a
miles de mujeres que pasaron por la institución.
Las desterradas Hijas de Eva
Para muchas españolas, la
democracia llegó más tarde. Sus tiempos de libertad no coincidieron con el de
los demás españoles, que veían cómo se liberaban de los restos de una cruel y
trasnochada dictadura, mientras ellas eran sometidas a torturas, degradaciones
inhumanas, venta de sus hijos por órdenes religiosas y a soportar las últimas
inercias de una sociedad sin libertades. Han tenido que pasar muchos años,
demasiados, para rescatar ahora del olvido la historia de aquellas mujeres que,
a pesar de una flamante constitución democrática, tuvieron que tragarse
humillaciones, miedos y una asfixiante represión que hoy resulta inconcebible.
Consuelo García del Cid
Guerra (Barcelona,
1958) directora del periódico digital www.tenemoslapalabra.com. Autora del
libro de relatos “Por lo que hemos sido” Ediciones del Mar, formó parte como
poeta en la Antología “Nueva Poesía Castellana” y en la Antología “Peliart”. Premio de poesía Literaducto
y finalista del premio de Novela “Elyssée” por su
obra “Una enjundia de nada”. En 2008 publica “Al ladrón” en El Taller del Poeta
y escribe “No me olvides”, “Te la quitaré aunque esté muerto”, “Las razones del
recuerdo”, “Memorias de la Traición”, “Librada Pérez Sánchez”.
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