fuego-amigo-txalaparta-eus.jpgCazarabet conversa con...   Begoña Elorrieta, autora de “Fuego amigo” (Txertoa)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un libro testimonial, editado por Txertoa, desde la firma, sensible y casi directa, de Begoña Elorrieta.

Muy, muy bueno el ejercicio narrativo sencillo, elegante... un excelente descubrimiento.

La sinopsis del libro que nos viene desde Txertoa:

Nochebuena de 1937. El joven Santos Lastagarai regresa a casa de la guerra por segunda vez. Ha luchado en el ejército vasco, donde ha conocido los horrores de Legutiano, Gernika, Saibigain o Sollube, y después, contra su voluntad, ha sido reclutado como soldado por los sublevados. Tras escapar de la cruenta batalla de Teruel, llega a Lastasaku, el caserío familiar, donde su hermana Eufemi y su padre sobreviven y resisten como pueden en un Bermeo tomado por las tropas franquistas. Eufemi, joven depositaria de la tradición de las mujeres de la casa, será la única persona que pueda ayudar a Santos en ese momento decisivo.

La autora, Begoña Elorrieta:

Esta bilbaína es graduada en ingeriría informática, aunque su pasión por la literatura le ha acompañado siempre, aunque no ha sido hasta estos últimos cuatro años cuando más la ha cultivado. Ha obtenido premios como el del Certamen de Cuentos Antonio Trueba que ha ganado en tres ocasiones; así como otros premios, también como relatista, como el de la Compañía de Gargantúa, siendo, también, finalista en el Premio de Relatos Cortos de Humor:”Ella y el abanico”. En 2019 ha publicado el libro ilustrado: Gigantes/Erraldoiak/Giants, editado por la Diputación de Bizkaia.

Con Fuego amigo, este libro que tenemos entre nuestras manos se estrena como novelista.

La autora argumenta y explica en la entrevista que este libro, Soldados a la fuerza le “inspiró”, nosotros rescatamos este Conversa con… con el autor James Matthews por si es de vuestro interés: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/matthews.htm

 

 

Cazarabet conversa con Begoña Elorrieta:

fuegoamigo (2).jpg-Amiga Begoña, ¿nos puedes contar que te motivó a escribir esta novela?

-En primer lugar, agradeceros la entrevista. Es un placer charlar con vosotros sobre Fuego amigo, que ya está en su segunda edición.

Podría decirse que la novela nació en una visita familiar a Teruel, en la que mi padre nos desveló que su tío Santos había luchado allí formando parte del bando sublevado. Para mí fue un shock, porque siempre había oído que se alistó como gudari en el Eusko Gudarosteak al inicio de la Guerra Civil. En paralelo, en el taller de escritura en el que participaba en aquel momento,  se nos propuso dar el salto del relato corto a la novela y pensé que la pregunta que me rondaba desde esa visita: por qué gudaris y milicianos republicanos lucharon a favor de los sublevados, era un buen tema.  De modo que podría decirse que, de alguna manera, la historia vino a mí.

-Una novela que tiene como un trasfondo muy, muy real  y que tú, personalmente, has vivido muy, muy de cerca….

-Como he comentado, parte es una experiencia real que nace de la vida de mi tío-abuelo Santos; de hecho, el protagonista se llama así. Todo lo que mi padre nos ha trasmitido está impregnado de un gran cariño hacia su tío y aunque no todo lo que ocurre en la novela le sucedió a él, hay acontecimientos que vivió en primera persona, lo que para mí es muy entrañable.

-¿En quién o quiénes pensabas escribiendo esta novela?

-Me alegro de que me hagas esa pregunta ¡Ja, ja! Nunca me la habían hecho y hay algo que me gustaría comentar. Por supuesto que mi tío-abuelo y mi padre siempre han estado ahí. Sin embargo, durante un tiempo no fui consciente de que además ellos, iban y venían de mis pensamientos personas que de alguna manera vivieron la guerra o la padecieron. Historias de la realidad inhumana de los soldados de a pie almacenadas en mi memoria de forma inconsciente, que pujaban por salir a la luz. O relatos de mujeres, la población conquistada tiene rostro femenino, que padecieron el fanatismo y la sed de venganza de los vencedores. Pero de lo que me he dado cuenta con el tiempo, es que lo que realmente ha guiado la novela es la idea de que a pesar de todo ello, esa generación creó bondad en un mundo hostil, sobrevivió a la locura de un fanático y se las arregló para no perder la esperanza.

-¿Y qué público lector pensabas que podría acabar muy pegado a la lectura? Porque “te pegas a ella …los personajes están bien retratados—muy bien , de hecho—y la trama… Bueno, la trama la reconoces porque los hechos fueron los que fueron y las tramas personales y vicisitudes… Todos y todas conocemos a alguien que directa o indirectamente nos ha contado historias muy parecidas.

-Al escribir pensaba en personas a las que les gustan los buenos relatos e interesadas en conocer qué ocurrió realmente. Mi desconocimiento de nuestra historia cercana era tan grande cuando me planteé escribir Fuego amigo, que supuse que su lectura  sería una motivación para que lectores inquietos se interpelaran sobre sus propias historias. 

Creo que esto último lo he conseguido. Lo digo porque, si hay algo que me entusiasma de las presentaciones y del trato directo con el público que acude, es la infinidad de sucesos familiares que afloran.  La facilidad con que desconocidos ponen en común retazos de sus vidas, algunos muy duros, tan solo para que no caigan en el olvido, me emociona. Me asombra la necesidad que existe de contar lo que pasó ahora que el miedo ha desaparecido. Como tú has dicho todos y todas tenemos historias parecidas. 

fuegoamigo (1).jpg-El protagonista, Santos Lastagarai, es el soldado obligado por las circunstancias a vestir dos uniformes, cuando lo que busca es la paz, pero veo la constante e imperturbable fuerza de la mujer, en su hermana, detrás en todo momento…como el motor, el ancla….la persona capaz de enlazarlo todo….

-Me encanta Eufemi. Sufre un gran cambio a lo largo de la novela. Es una luchadora, pero ella no lo sabe hasta que la guerra le pasa por encima. En los primeros capítulos es una joven de diecisiete años que confía en la vida. Pero madura de repente y, como dice su padre Martin, se convierte en una “mujer sabia”. Pasa de ser una hija obediente a una mujer que rompe esquemas, capaz de enfrentarse a su propio padre con tal de ayudar a su bando, los vencidos. Criada con su abuela, toma conciencia de sus habilidades cuando se ve obligada a hacer uso de ellas. Su aguda mirada le hace percibir la importancia de los niños de cara al futuro y al mantenimiento de sus raíces. Se endurece a medida que avanza el conflicto bélico; sin embargo, observa el interior de las personas hasta tal punto que hace amistad con un faccioso.

-Luego está Faustino esa especie de “contrapunto”—amigo de la familia de los Lastagarai --que esconde a derechistas en la habitación  que, y esto es muy poético, deja de oler a silencio, a ausencia…a ese alcanfor que narras como si se pudiese palpar para estar tan poblada de aromas de mil poros diferentes…un hombre que “paga” y “devuelve” favores…querido, pero un tanto temido por Martín y Eufemi

-Faustino, es quizá el personaje más complejo. Se debate entre las enseñanzas de su padre, miembro activo del frente antinacionalista, y lo vivido con los Lastagarai, su familia adoptiva. Aunque intenta mantenerse al margen del conflicto identitario, su sentido del deber hacia su padre le hace esconder a los primeros derechistas y finalmente se alinea con ellos. Cómo tú dices, los olores son muy importantes porque con ellos se pueden  expresar sentimientos profundos. Su casa cambia de olor a medida que Faustino se encallece y comprueba las ventajas de su decisión (matrimonio, influencias, más poder).  Sin embargo, el olor a soledad, lejía, se mantiene por el alejamiento de los que, a pesar de todo, considera su familia.

Así mismo Martin le considera un hermano, lo ha cuidado mientras crecía y han mantenido una verdadera amistad. Ésta se degrada de forma notable a medida que la contienda avanza y ambos se posicionan en facciones encontradas. La desconfianza se instala entre ellos.

Quería que esto fuese un reflejo de la crudeza de la guerra y de la división de la sociedad en bandos, con el sufrimiento añadido que esto trae consigo. Aunque, al contrario que en la sociedad, ellos hacen un último esfuerzo: no desean un enfrentamiento abierto, se tienen lealtad

-La sensatez en las ideas y la tranquila calma del padre, de Martín,  también marca como “un tempo” en la novela, ¿lo ves así como lectora?, ¿y lo sentías como escritora?

-Como lectora, Martin puede parecer un personaje difuso que, en apariencia, se deja llevar por los acontecimientos y se resigna. Sin embargo como tú dices, marca “un tempo” sosegado a la lectura.  Mi intención como escritora era que, a pesar de esa inactividad, su presencia fuese importante y dejase un gran recuerdo en el lector. El motivo no es otro que el que Martin, para mí, representa la labor de todos esos héroes anónimos que con su perseverancia y pelea en la sombra han conseguido que lleguemos a nuestros días. Personas que nunca destacaron pero realizaron una labor imprescindible.

1010_kul_elorrieta.jpg-Santos, amiga, ¿vive la historia de un viaje de viajes a ninguna y a muchas partes a la vez?…

-Santos, el protagonista masculino, es el primer personaje que aparece en la novela; es un desertor, pero los motivos quedan en el aire. Le quiero mucho. Recorre un largo camino desde el muchacho idealista que se alista como gudari para luchar contra del alzamiento militar del primer capítulo, al joven reclutado para pelear en el frente de Teruel, contra todos sus ideales, para proteger a su familia. A través de sus ojos, contemplamos la realidad de una guerra que no se pudo ganar. Vemos cómo el entusiasmo se torna escepticismo y después, fatalidad ante la derrota. La guerra arrastra a este personaje de tal forma que casi invisibiliza su identidad, porque, a pesar de que está muy presente en toda la narración, su  personalidad queda anulada por la sinrazón de la contienda y tan solo permanece su idealismo.

-Parece casi como uno de tantos que cedió o guardó sus ideales…que los perdió entre las bambalinas de una guerra para terminar en tierras cegadas por el frío en una batalla de la cual nunca habría querido formar parte, al menos desde el lado en que terminó haciéndolo… es como si el destino le hubiese jugado una mala pasada…

-Asombrosamente hubo muchísimos casos como el suyo. A lo largo del proceso de documentación, descubrí que un  porcentaje muy alto de soldados republicanos se vistieron con el uniforme nacional. Hay que tener en cuenta que gran parte de los combatientes no eran militares, sino hombres obligados a luchar en un bando o en otro, dependiendo más de la geografía que de su ideología. Al ser reclutados tenían que ir; de lo contrario, eran perseguidos como desertores. Por otro lado, la represión franquista sobre los republicanos fue terrible y miles de personas salvaron la vida cambiando de bando. Unos lo hicieron de forma voluntaria y otros no tanto.

Todo esto se describe muy bien en el libro Soldados a la fuerza,  de James Matthews, que me ha servido de referente.

En cuanto a la batalla de Teruel, he de decir que me impactó. Fue uno de los episodios más duros de la guerra. La información sobre los traslados de las tropas en condiciones infrahumanas; las condiciones climatológicas, con una ola de frío polar que llegó a 20 grados bajo cero;  las sanitarias de una precariedad absoluta, las enfermedades de los soldados; la desesperación que todo ello creaba pero, sobre todo, la falta de humanidad de unos mandos que, aun sabiendo que sus hombres no estaban pertrechados para esas temperaturas, no hicieron nada por evitar que muriesen de frío, ha sido muy difícil digerir. Saber que alrededor de un tercio de las bajas entre muertos y heridos lo fueron como consecuencia del frío, es espeluznante.

4001570642733_XXL.jpg-¿Eres consciente, plenamente, que con este testimonio tan directo y humano construyes un peldaño más de esa escalera que recorre la senda de la dignificación de la memoria historia…de los y las que “se fueron” y de los que “se quedaron”?

-Me gustaría pensar que he aportado un poco de luz sobre esa parte tan tenebrosa del pasado. Si como dices, a través de esta novela he podido contribuir a la dignidad las que “se fueron” y de los que “se quedaron” es un gran honor para mí

-En esta novela ha debido de haber mucha investigación o digamos, “cierta buena dosis de investigación”… Háblanos, por favor, del proceso de investigación…de esa tarea tan ardua, de búsqueda, mucha lectura, poner orden….

-Cuando me planteé la novela, fui consciente de que realmente, más allá de la batalla de Matxitxako y del bombardeo de Gernika, no sabía nada de la Guerra Civil. Durante muchos años fue un tema tabú en mi familia y nunca se llegaba a esas lecciones en las clases de Historia en secundaria. Así que empecé por consultar qué había ocurrido realmente en Bizkaia y me topé con nuestro pasado. Fue abrumador. Empecé leyendo resúmenes y después pasé a los escritos, libros, blogs, y un sinfín de artículos y páginas de Internet que ahora no podría detallar… Una cosa me llevaba a la otra y desde ¿había gafas de sol? ¿De qué tipo?, a ¿qué batallones lucharon en el Saibigain? Todo me hacía querer saber más sobre aquellos acontecimientos…

Gracias a las diferentes asociaciones, como Sancho de Beurko, Sancho el Sabio, Eusko Ikaskuntza, Sociedad de Ciencias Aranzadi, la Fundación Sabino Arana, la Fundación Francisco Franco… que ponen sus investigaciones al alcance de todos, pude explorar diferentes versiones del mismo hecho. También me han resultado muy útiles las hemerotecas de periódicos como Euzkadi, El Correo, ABC, La Vanguardia…, cada uno de ellos con su sesgo político. O los fondos de la Biblioteca de Bidebarrieta, del Instituto Labayru, del Ayuntamiento de Bermeo, diversos blogs (Josu Erkoreka, Iñaki Anasagasti, Todos los rostros…) o el Foro de la Guerra Civil Española.

-¿Trabajas teniendo en cuenta como un guion de cuestiones a ir contestando, a ir dando respuesta…?

-Sí, después del baño de historia, pensé que la mejor forma de abordar la documentación era elegir qué quería contar en cada capítulo e informarme exhaustivamente sobre ello. He evitado el bombardeo de Gernika porque todo el mundo ha oído hablar de él y pasaron otras muchas cosas durante los meses de frente en Bizkaia. Seleccioné las que me parecieron decisivas, o las que reflejaban la tensa situación que se vivía en aquellos momentos. El camino de Santos a Teruel, sigue el recorrido de mi tío-abuelo, por lo que también tuve que documentarme sobre ello. En general ha sido siguiendo un guión, pero al encontrarme datos sobre el robo de niños o la intervención de la Sección femenina desde el minuto cero de la ocupación, he tenido que hacerles un hueco en Fuego amigo.

En fin, he pasado mucho tiempo entretenida leyendo información. Ha sido una experiencia muy enriquecedora a nivel personal.

-Una vez recopilado todo, ¿cómo es la metodología de trabajo que utilizas?; ¿cómo le pones orden a todo?

-La verdad es que soy bastante organizada. Para no perder el hilo de personajes, fechas y acontecimientos históricos he utilizado un Excel. La posibilidad que tiene de utilizar diferentes columnas, sombreados y colores; o de introducir información nueva sin que la ya organizada se desordenase me parece fantástica.  En sus celdas guardaba los datos a modo resumen, asociados con enlaces a la documentación que he ido encontrando.

-¿Cómo ha sido trabajar con Txertoa?

-Estoy muy contenta con el trabajo editorial y la distribución a nivel de Euskadi es excelente. Es una pena que fuera de este territorio no esté a la altura del esfuerzo del editor y de los autores. 

 

 

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