La
Librería de El Sueño Igualitario
Miquel
Àngel Baila Pallarés
investiga sobre un fenómeno más que interesante, el de los ferrocarriles que
pretendían comunicar el pujante Puerto de Vinaròs con
lugares incipientes (industrialmente y por la explotación de sus recursos
naturales), del interior, situados la
propia provincia de Castellón, Teruel o Tarragona. Sobre todo el libro investiga
y saca a la luz que estos proyectos hubiesen dado a conocer y explotado, aún más,
la relación entre Aragón y la provincia de Castellón, en este caso el Puerto de
Vinaròs.
El
libro lo edita la editorial benicarlanda Editorial Onada
dentro de la colección, La Barciela en su número 28.
Zonas
éstas que, gracias a sus materias primas y a la explotación de las mismas iban
abriéndose camino en la comercialización
de las mismas y para eso necesitaban de ser transportadas de manera
ágil, rápida, segura y, en aquellos años, se empezó a confiar mucho en
diferentes redes y enlaces ferroviarios, aunque, a la postre, muy pocos vieron
la luz.
Muchas
dudas quedan al aire del porqué quedaron en papel mojado los proyectos
ferroviarios que hubiesen dado más amplitud
al Puerto de Vinaròs, pero que, seguro, hubiesen
“revolucionado” un poco más para esas zonas del interior de Castellón, de
Teruel o de Tarragona.
Aquello
que nos dice la sinopsis del libro:
Desde
la segunda mitad del siglo xix el ferrocarril fue
considerado la panacea, que había de solucionar todos los problemas y permitir
el desarrollo de los territorios por donde trascurrieran los nuevos caminos de
hierro. En aquel contexto caracterizado por un cierto “delirio proyectista”, Vinaròs tuvo su parte en función del nuevo puerto, que se
construyó en su estructura básica entre los años 1866 y 1885. Sobre todo fueron
numerosos los proyectos para conectar las tierras aragonesas con lo que era un
punto de “ruptura de carga” en el litoral, para extraer los recursos minerales
(principalmente el carbón); hubo otros intentos, también en sentido
perpendicular a la costa, pero que no iban más allá de las tierras interiores
del norte del País Valencià; asimismo, se quiso
conectar nuestro puerto con el emergente territorio del delta del Ebro. El
“famoso” Val de Zafán fue el único proyecto que
contempló la doble conexión: con Aragón y con el delta; tal vez por eso fue el
más deseado, que se prolongó en el tiempo durante ocho décadas y el único que
se ejecutó casi completo y que, al fin, conectó Vinaròs
con las tierras aragonesas. Las fechas que enmarcan la cronología del libro son
1863, el año de la primera proposición de ley que se presentó en las Cortes
para solicitar la concesión de este ferrocarril con final en Vinaròs; y 1935, la fecha del último proyecto de
prolongación del mismo Val de Zafán, entre Sant Carles de la Ràpita y
nuestro puerto. Pero mientras tanto también hubo otros intentos (no todo fueron
proyectos en un sentido estricto) para conectar el Puerto de Vinaròs con Utrillas, Montalbán, Monreal del Campo, Ojos
Negros, Caspe, Castellote, La Puebla de Híjar,
Alcañiz, La Tinença de Benifassà,
Benicarló, Sant Mateu, Forcall, Morella y Amposta. En
definitiva, como se analiza en las páginas del libro, este “proyectismo
delirante” fue la crónica de una frustración.
El
autor, Miquel Àngel Baila Pallarés:
Este
profesor de la Universidad de Valencia en el Departamento de Geografía ha ido
publicando diversos libros y artículos sobre geografía de la población, sobre
“lo urbano” y la economía. Destacamos: Dinámica y estructura de la población de
Vinaròs 1857-1983 ; Transició democrática i canvis recents en la població de Vinaròs d´una regió
Mediterrànea; La ciutat de
Tortosa, evolució de l´ espai
urbà y Lloc , Vila i Ciutat, evolució urbana de Vinaròs.
Enlaces
que te pueden ir bien:
http://mayores.uji.es/blogs/antropvinaros/2012/01/19/puerto-de-vinaros/
El
libro ofrece una introducción, desde la pluma del propio autor, que nos habla
de la frustración que se muestra evidente cuando estos proyectos no ven la luz.
De la ilusión, quizás ahora visto en perspectiva y con el tiempo “excesiva”
para después caer todo en “saco roto”. Miquel Àngel Baila
ha pasado, luego, a desmenuzar con la precisión de un cirujano estos proyectos
que, a la vez, se prolongaban en más ramales. Así el libro “analiza” el
proyecto de La Val de Zafán: la conexión
aragonesa(1863-1941) este proyecto
hubiese comunicado el Bajo Aragón con Vinaròs y
Tortosa; El ferrocarril minero de Utrillas a Vinaròs(1881-1905),
proyecto ambicioso que implicaba, también , a las compañías y capitales que
explotaban estas minas situadas en Utrilla ; Los
otros ferrocarriles mineros turolenses (1900-1908) que miran lugares casi
recónditos como Ojos Negros (esta zona la hubiesen comunicado con Utrillas,
Castellote, Caspe o La Puebla de Híjar con ramales.
Los proyectos eran ambiciosos, así también se contemplaba el trazado Alcañíz-Vinaròs por Morella ( 1905-1921); La conexión
férrea con Amposta (1906-1922); el libro también
“mira” a la conexión férrea con Amposta (1906-1922) y
algunos ferrocarriles autóctonos, otros que pretendían comunicar La Tinença con la extracción de carbón; las líneas que hubiesen comunicado Sant
Mateu y Forcall y el
tranvía de Benicarló a Vinaròs , por no hablar del
trazado Morella- Vinaròs(proyecto vinculado al
anteproyecto de 1925).
26215
Los proyectos de
ferrocarriles hasta el Puerto de Vinaròs (1863-1935). Miquel Àngel
Baila Pallarés
272 páginas 17 x 25 cms.
20.00 euros
Onada
Desde la segunda mitad del
siglo XIX el ferrocarril fue considerado la panacea, que había de solucionar
todos los problemas y permitir el desarrollo de los territorios por donde
trascurrieran los nuevos caminos de hierro.
En aquel contexto caracterizado por un cierto ?delirio proyectista?, Vinaròs tuvo su parte en
función del nuevo puerto, que se construyó en su estructura básica entre los
años 1866 y 1885. Sobre todo fueron numerosos los proyectos para conectar las
tierras aragonesas con lo que era un punto de “ruptura de carga” en el litoral,
para extraer los recursos minerales (principalmente el carbón); hubo otros
intentos, también en sentido perpendicular a la costa, pero que no iban más
allá de las tierras interiores del norte del País Valencià;
asimismo, se quiso conectar nuestro puerto con el emergente territorio del delta
del Ebro.
El “famoso” Val de Zafán fue el único proyecto que
contempló la doble conexión: con Aragón y con el delta; tal vez por eso fue el
más deseado, que se prolongó en el tiempo durante ocho décadas y el único que
se ejecutó casi completo y que, al fin, conectó Vinaròs
con las tierras aragonesas. Las fechas que enmarcan la cronología del libro son
1863, el año de la primera proposición de ley que se presentó en las Cortes
para solicitar la concesión de este ferrocarril con final en Vinaròs; y 1935, la fecha del último proyecto de
prolongación del mismo Val de Zafán, entre Sant Carles de la Ràpita y
nuestro puerto.
Pero mientras tanto también hubo otros intentos (no todo fueron proyectos en un
sentido estricto) para conectar el Puerto de Vinaròs
con Utrillas, Montalbán, Monreal del Campo, Ojos Negros, Caspe, Castellote, La
Puebla de Híjar, Alcañiz, La Tinença
de Benifassà, Benicarló, Sant
Mateu, Forcall, Morella y Amposta. En definitiva, como se analiza en las páginas del
libro, este ?proyectismo delirante?
fue la crónica de una frustración.
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