DEL PATRIMONIO PÚBLICO AL PRIVADO.jpgCazarabet conversa con...   Fernando Abad Vicente, autor de “Del patrimonio público al privado: El expolio de los bienes comunes” (Muñoz Moya)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fernando Abad Vicente indaga sobre el expolio de los bienes comunes.

Acaba de editar en Muñoz Moya Editores, “Del patrimonio público al privado. El expolio de los bienes comunes”.

Lo ha editado Muñoz Moya en su colección de ensayos.

El autor, siguiendo un mismo hilo temático o argumental, ya editó: “De Euro Disney a Euro Vegas” en La Catarata  y “La piel de toro como trofeo”, también de Muñoz Moya.

El arquitecto y urbanista, afincado en Pamplona, acaba de editar este tercer libro con esta editorial afincada en Sarrión Teruel.

La sinopsis del libro: Como anotación final a los relatos que en este libro nos desgrana Fernando Abad Vicente y que presentan e indagan dando muchas pistas sobre la “mercantilización de la ciudad” para luego entrar a analizar casos locales instalados en la Capital del Estado Español, Madrid…pues bien,  nuestro escritor, añade que en el actual contextos sanitario, geopolítico y demás por ejemplo se pueden reseñar hechos como  que la inauguración del hotel del Complejo Canalejas, ha sido aplazada, en principio, hasta septiembre (del 2020), que el Dónut del Campus de la Justicia fue habilitado como morgue de emergencia, tras realizar la inversión imprescindible para reparar su equipamiento deteriorado por  el abandono y suministrarle energía provisionalmente; que estaremos pendientes del devenir del estadio Metropolitano, tras la suspensión---ahora ya ha vuelto la actividad- del juego balompédico y la celebración del espectáculo sin espectadores , con la consiguiente repercusión económica en las arcas del club. Y lo más importante, esta inusitada situación, nos permite recuperar y rediseñar los espacios públicos para los ciudadanos y potenciar los medios de desplazamiento menos contaminantes y agresivos, facilitando la movilidad peatonal o ciclista donde sea posible. No nos olvidemos de otra lección aprendida: en la ciudad también se puede escuchar el trino de los pájaros, y no tenemos porqué renunciar a ello.

El índice del libro:

Prólogo

La mercantilización de la ciudad

El Patrimonio de la ciudad

La Plaza del Real Sitio de San Fernando de Henares

La Quinta Torre Arias. Canillejas

Del Calderón a La Peineta. Madrid

La Operación Canalejas. Madrid.

El Campus de la Justicia. Madrid.

Epílogo.

Posfacio.

El autor, Fernando Abad Vicente: Fernando Abad Vicente, arquitecto y urbanista. Entre los años 1978 y 1981  participó en México en la elaboración del planeamiento ecológico de diversas poblaciones y municipios, integrado en un equipo multidisciplinar, dentro de la Dirección General de Ecología Urbana. En España ha compaginado la labor como proyectista con la realización de trabajos de urbanismo y la asesoría urbanística municipal. Como arquitecto proyectista, su trabajo personal se ha desarrollado principalmente en la realización de obras dotacionales públicas .Es también autor del libro “Villava, desarrollo urbano de una villa desde su fundación” (2009).

Los Conversas con el arquitecto y urbanista metido a escritor comprometido:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/abad.htm

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/lapieldetoro.htm

Nuestro arquitecto y urbanista tiene mirada de fotógrafo, expuso con nosotros con esa mirada sobre la que planea un Bach, un Chopin, un Liszt, un  Schubert, Chaikovski porque mientras miramos la Expo· deberíamos acompañarnos:

http://www.cazarabet.com/exposiciones/fernandoabad/index.htm

 

 

Cazarabet conversa con Fernando Abad Vicente:

image003.jpg-Fernando amigo, aunque este libro nos llegue pasado la primera ola de la pandemia en la que nos tuvimos que confinar en nuestros hogares… este libro estaba preparado para salir incluso antes, y era como premonitorio a la hora de hablar de algunas cosas que tienen a ver con el uso de los espacios públicos…

-Antes que nada, quiero agradeceros la constante y apreciable labor que realizáis en pro de la cultura desde ese rincón del País de Cazarabet.

Como indicas, el lanzamiento del libro estaba previsto para la primavera de 2020, pero llegó la pandemia, y el confinamiento. Prácticamente se paró el mundo. Y ello ha supuesto un antes y un después en la valoración del espacio público en nuestras ciudades. Nunca antes en la historia de la Humanidad se había dado una circunstancia similar, simultáneamente, en la mayoría de los países.

Antes de seguir con el espacio y el patrimonio público quiero hacer una breve reflexión sobre el espacio privado, la vivienda. El confinamiento nos ha mostrado a cada uno las virtudes y deficiencias de nuestro hogar, y cómo la especulación ha llevado, en muchas ocasiones, a residir en habitáculos que no merecen el calificativo de hogar, y que lo único que los hace tolerables es la existencia del espacio público. La vivienda perpetúa las desigualdades sociales, mientras que el espacio público iguala a las personas.

-Se emplearon, a tu juicio como urbanista, bien los espacios públicos en la pandemia? ¿y durante el período más crudo o simplemente no se emplearon para no tener que hacer frente a un abuso o presunto abuso por parte de la ciudadanía como una “vía de escape”?

-Al asomarnos a nuestras ventanas y balcones durante el confinamiento, hemos podido apreciar la tercera dimensión del espacio público: la distancia que nos separa del edificio de enfrente, la perspectiva más o menos amplia que podemos disfrutar desde nuestro hogar, la visión, o no, de árboles, parques, montes lejanos, o incluso del cielo. Y comprobar que esa dimensión tiene sus consecuencias en el soleamiento, iluminación y ventilación natural, de la que disponemos en el interior.

Pero además hemos descubierto una nueva dimensión de lo público, que se ha añadido al del volumen mencionado. El aire, la atmósfera, el ambiente, también son un patrimonio común. Nos hemos dado cuenta que tenemos derecho a que el aire que respiramos esté menos contaminado, que en la ciudad también puede existir el silencio y se puede escuchar el trino de los pájaros, y que todo ello es factible. Lo cual viene a enlazar con el verdadero gran reto que tiene la Humanidad por delante: la emergencia climática.

Es significativo cómo ‘la caverna’ lo primero que ha hecho ha sido invadir de forma salvaje ese patrimonio colectivo, primero con sus caceroladas, contraprogramando los aplausos de apoyo a la sanidad pública, y posteriormente colapsando las ciudades con sus manifestaciones en vehículos, incrementando intencionadamente la contaminación ambiental, atmosférica y acústica, todo ello con la connivencia o cobardía de la autoridad incompetente que no ha adoptado las medidas a su alcance para evitar ese despropósito y esa bárbara agresión al resto de los ciudadanos.

-Como ciudadanos, amigo, ¿somos conscientes de la cantidad de espacios públicos que tenemos y de los que podemos gozar?

-Una de las múltiples cosas que ha puesto en evidencia la pandemia es la escasez de la superficie pública peatonal, la raquítica dimensión de las aceras. La mayor parte de las aceras existentes no tienen la anchura necesaria para que, ni siquiera, puedan cruzarse dos personas manteniendo la distancia de seguridad. Y eso sin contar que en la mayoría de las ocasiones esa anchura se ve disminuida por los morros de los coches aparcados, el mobiliario, la señalización, o los reclamos publicitarios de las tiendas.

Esta deficiencia se puso más de manifiesto cuando, en la desescalada, la gente salió a la calle, y los peatones tuvieron que compartir el escaso espacio de las aceras con bicis y patinetes, que hacían eslalon esquivándolos, y trotadores que expelían los aerosoles sin mascarilla.

Una de las cosas que más me molestó al comienzo de la desescalada fue que los ciclistas, después de años reclamando, con razón, su espacio en la ciudad, cuando tuvieron toda la calle a su disposición, por el escaso tráfico de coches, invadieron las aceras en lugar de hacer suyas las calzadas.

-¿Y de lo que se puede hacer o no en ellos?; ¿por qué tendemos siempre más bien a mostrar un abuso sobre el espacio público?

-El abuso está ligado a una deficiente educación cívica. Si vamos a lo más elemental, ya nadie respeta la norma básica de circular por su derecha, que ayuda a facilitar el tránsito; ni cumple las más elementales normas de cortesía, como ceder el paso en un estrechamiento o en una puerta; ni conoce aquello de ‘antes de entrar dejen salir’, que contribuye a facilitar el acceso y evacuación de un local; o son arrastrados por el perro, que es el que manda, cruzándose por delante de otros peatones. Si no se conoce y respeta lo más básico, dándole su lugar al prójimo, todos los demás abusos, sobre el espacio y mobiliario público, se dan por añadidura.

image001.jpg-¿Deberían ser lugares para jalear la libertad de todos y todas?

-El precursor de la plaza, el ‘ágora’, es el espacio donde se exteriorizó la democracia griega, y sus herederas urbanísticas, las plazas, han sido a lo largo de la historia un lugar de reivindicación. Solo hay que recordar, sin ir más lejos, a Las Madres de la plaza de Mayo en Buenos Aires, El 15M en Madrid, o las Primaveras árabes. En las plazas se han dado además las mayores represiones de los gobiernos autoritarios, contra las reivindicaciones reformistas, como la masacre de la Plaza de las Tres Culturas en Ciudad de México, o la de Tiananmén en Pekín. Pero hay que tener muy en cuenta que también están siendo utilizadas por ‘la caverna’ con sus exigencias reaccionarias, intolerantes, excluyentes y fomentadoras del odio.  

-¿Qué concepto se tiene del espacio público en España por parte de la ciudadanía?;

 -Creo que es evidente que en España no se aprecia cómo se debiera ni el espacio ni el patrimonio público, igual que no se valoraba debidamente la sanidad pública, hasta que ha llegado la pandemia.

Sería inconcebible en cualquier país civilizado que, por ejemplo, una institución religiosa se apropiara de decenas de miles de inmuebles, solares, plazas y espacios públicos, incluidas 30 catedrales pertenecientes al Patrimonio Artístico Nacional desde 1931, y que nuestros gobernantes estén tan impasibles, mirando hacia otro lado, ratificando con su inactividad el expolio.

En definitiva, aquí, lo que es de todos no es de nadie. Hasta que llega alguien y se lo apropia. Y siempre son los mismos.

-¿En Madrid se dan como cita todos los ingredientes para poder revertir todas los lógicas que llevan que un espacio público termine siendo privatizado?

-Hay que tener en cuenta que, en Madrid lleva gobernando desde hace más de 25 años el mismo partido político, que impone su ideología neoliberal sin ninguna cortapisa, ni control. Su principal objetivo es privatizar el patrimonio colectivo y la gestión de los servicios públicos, y realiza dicha labor con eficacia. Constantemente vemos como procede a deteriorar los servicios básicos para posteriormente privatizarlos, basándose en su ineficacia que previamente ha propiciado, como una profecía autocumplida.

Esa actitud está siendo evidente en la gestión de la pandemia actual. Observamos cómo, en lugar de reforzar la atención primaria, han procedido a su deterioro, mientras construían un nohospital decimonónico, sin quirófanos, laboratorios o urgencias, que sin estar terminado ya ha costado más de tres veces lo presupuestado, a la vez que privatizaban la contratación de rastreadores, la vacunación, e incluso, la custodia de las vacunas. Podemos imaginar cómo se hubiera podido reforzar la atención primaria y hospitalaria, con el dinero destinado a esa forma de gestionar. Pero entonces no se daría negocio a las empresas privadas, ni habría posibilidad de comisiones, ni puertas giratorias, ni se fomentarían los seguros médicos privados. Madrid es el lugar de España con mayor porcentaje de habitantes con seguros médicos privados.

El suelo y el patrimonio público cuesta mucho esfuerzo conseguirlo, y por eso, son sangrantes los regalos que se realizan a instituciones religiosas o entidades privadas, de los solares obtenidos para construir escuelas o dotaciones sanitarias, públicas.

-Amigo, ¿por qué en este libro te centras más en “los numerosos y cuantiosos casos que acontecen en la Comunidad de Madrid”?

-Realmente ha sido una casualidad que la temática que me ha interesado abordar en este estudio, el espacio y el patrimonio público, encontrara su reflejo paradigmático en esos casos que se desarrollan en Madrid, a la par que ofrecían la posibilidad de construir un relato atractivo, inteligible y ameno para cualquier persona interesada en la ciudad.  

Por otra parte, hay que tener en cuenta que los principales medios de comunicación de cobertura nacional, tienen su sede en Madrid: prensa escrita y digital, cadenas de televisión, emisoras de radio, revistas, etcétera, y desarrollan su labor con una gran miopía geocéntrica, por lo que todos los ciudadanos de provincias tenemos más información de lo que sucede en cualquier barrio madrileño que lo que pasa en la ciudad o autonomía colindante a la que vivimos. No hay nada más que ver como casi todos los medios nacionales están suprimiendo sus corresponsalías en la mayoría de las autonomías. Me parece que buena parte de los ciudadanos somos conscientes de que, para los políticos, informadores y manipuladores de opinión, “Madrid es España dentro de España” como resumió su presidenta autonómica. Es decir, lo que no ocurre en Madrid, no existe, excepto que se quiera utilizar y manipular con fines espurios para la politiquería nacional, o local, que se hace en, y desde, la Capital.

Este ombliguismo de los medios de comunicación lo hemos podido comprobar recientemente, cuando tras la nevada que afectó a tres cuartas partes del país, los medios de información dedicaron el 90% de su cobertura a hablar de la nieve en Madrid, y el 10% restante a los avatares de un equipo de fútbol de dicha ciudad enfadado por haber empatado. Al parecer, ni había nieve en otros lugares, ni ocurrían otras cosas por el mundo.  

image002.jpg-Urbanismo y circulación cómo se llevan porque por lo que leo en tu libro y por lo que leo por los lares que visitas, son malos compañeros de viaje… y más en las grandes urbes…

-Los desplazamientos son algo inherentes a la actividad humana, y por lo tanto a la ciudad, hasta el punto que en La Carta de Atenas (1933), documento base del urbanismo moderno, es una de las cuatro funciones propias de la ciudad: habitar, trabajar, recrearse y circular. Esta división dio lugar a la ciudad zonificada, que se apoyó fundamentalmente en el automóvil, y permitió que esta máquina se hiciera la dueña de la ciudad, en demérito de otras formas de transporte y que, a pesar del gran espacio que ha ocupado, no ha evitado el colapso y la contaminación que existe hoy en día, sobre todo en las grandes ciudades.

Actualmente, y a raíz de la pandemia, ha cobrado fuerza la idea de “la ciudad de 15 minutos”, concepto que ya estaba siendo desarrollado en París en la ‘Era pre-Covid’ por su alcaldesa Anne Hidalgo. Este planteamiento pretende conseguir que las principales actividades, es decir, residir, abastecerse, trabajar, la educación, la sanidad y el ocio, estén a una distancia máxima de un cuarto de hora caminando o en bicicleta. Es decir, recuperar el sentido del barrio en las grandes ciudades, y compatibilizar la densidad de la ciudad con el incremento de la calidad de vida de sus habitantes, disminuyendo la contaminación producida por el transporte. Además, el desarrollo del teletrabajo facilita la consecución de este objetivo. Creo que es importante señalar que el propósito parisino iba realmente encaminado a combatir la emergencia climática, verdadero reto de la humanidad.

-De todas formas, hay otros que ven en esto un negocio… la gente circula mucho en ciertos sitios con vehículo propio y claro necesita aparcar el vehículo y estacionarlo para llevar a cabo ciertas tareas… la calle es de todos, pero he aquí que aparecen las “líneas azules… ¿negocio localista o…qué nos puedes decir?

-El espacio y el patrimonio público son bienes escasos, y evidentemente hay que establecer unas reglas y adoptar unas medidas para evitar su abuso, o privatización, por unos pocos. Y esto tiene que ser igual de válido, salvando las distancias, para el espacio público de una plaza de aparcamiento, que para la entrega de las viviendas en alquiler, de protección pública, a un fondo buitre.

-¿Cuánto cuesta privatizar o hacer un uso privatizado o privatizable de un espacio público?

-La tasa de ocupación de vía pública, es una competencia municipal, y por lo tanto muy variable. Lo que me parece importante resaltar, es que son los propios ayuntamientos los que, en su mayoría, no conceden una verdadera importancia al uso y al abuso de la ocupación del espacio público.

Por poner un ejemplo recurrente, he podido observar en centros urbanos, cómo permanecían valladas, durante años, manzanas completas, incluidas las aceras y una franja de los viales perimetrales, por unas obras que estaban paralizadas. Si la tasa de ocupación de vía pública fuera relevante, eso no hubiera ocurrido.

Así mismo, durante la desescalada, hemos comprobado la tolerancia generalizada en la expansión sin control de las terrazas de los bares, invadiendo los paseos y aceras, dificultando la circulación peatonal. La experiencia nos dice que estos consentimientos tácitos, escudados en una situación excepcional, son muy difíciles de revertir. Uno de los principales daños colaterales de la pandemia es que se ha pasado de cuestionar la turistificación y la barificación de nuestras ciudades, a ansiarlas y promoverlas.    

image010.jpgimage006.jpg-Pero se saca mucho más o sea es muy, muy rentable privatizar espacios públicos o sino no se haría, ¿no?

-Sinceramente no creo que sea sólo cuestión de rentabilidad económica, sino de ignorancia o desprecio por el espacio y el patrimonio colectivo. Como anécdota te contaré que hay una plaza mayor de una capital de provincia, con un alto valor histórico y urbanístico, que nunca he conseguido verla libre de graderíos, escenarios, instalaciones recreativas, o cualquier otro tipo de tinglados y cachivaches, lo que por supuesto dificulta su libre uso y disfrute por los ciudadanos.

-¿La ética dónde la tienen o la tenemos unos y otros para permitir esa usurpación de lo público?

-Si en este país no hubiera habido un expolio continuado, durante siglos, del patrimonio público por parte de monarcas, cleros, aristócratas y gobernantes de toda clase y ralea, este sería uno de los países más prósperos del mundo. Pero cuando son los propios dirigentes los que, presuntamente, nos dan lecciones de blanqueo de dinero y defraudación de impuestos, poco margen queda para concienciar a la ciudadanía en la responsabilidad con los bienes comunes.

Y si, además, en las escuelas se prioriza el adoctrinamiento religioso sobre la educación cívica y ética, creo que hay poco motivo para la esperanza.

-Amigo, estos tres libros tuyos de los que te hemos ido haciendo entrevistas: De EuroDisney a EuroVegas; La piel de toro  como trofeo….¿qué hilo de hilos tienen en común?

-‘De Eurodisney a €urovegas tuvo como ‘leitmotiv’ los grandes proyectos especulativos relacionados con las urbanizaciones ligadas a parques temáticos, casinos y atracciones lúdicas, mientras que en ‘La Piel de Toro como trofeo’ estudié la burbuja inmobiliaria, y profundicé en algunas actuaciones paradigmáticas de dicho despropósito. El presente libro, ‘Del Patrimonio público al privado’, versa sobre el expolio del patrimonio común, ya sea espacial, cultural o económico. Es indudable que los tres libros tienen como hilo conductor la investigación sobre la depredación del territorio, el urbanismo especulativo, el expolio del patrimonio común y la vulneración de la legislación aplicable, hechos que suceden en todos los casos estudiados y, desafortunadamente, en otros cientos de desarrollos urbanísticos ejecutados por toda la geografía nacional.

 

 

_____________________________________________________________________

Cazarabet

c/ Santa Lucía, 53

44564 - Mas de las Matas (Teruel)

Tlfs. 978849970 - 686110069

http://www.cazarabet.com

libreria@cazarabet.com