9788494957048-768x1185.jpgCazarabet conversa con...   Carlos Clavería Laguarda, editor de “El fascismo. La sombra negra de cien años de barbarie” (Altamarea) de Antonio Gramsci

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio Gramsci  analizó cómo era el fascismo se extendió, dejando huella, al menos, durante cien años. Era un pensador político… una especie de filósofo que indagó y señaló

Este teórico político, escribió algunas de las reflexiones más agudas  y certeras sobre la gestación, el desarrollo y el triunfo del fascismo. Los treinta y seis artículos, ensayos e informes reunidos en este volumen inducen a pensar que el nacionalismo, el populismo, el militarismo, el descontento popular, la inseguridad ciudadana, la explotación, la deriva autoritaria, etc. son asuntos recurrentes

Guarda cuidado de esta edición y de la traducción, Carlos Clavería.

El epílogo, muy recomendado, viene desde la pluma de Luciano Canfora.

Edita este libro, más necesario que nunca, la editorial Altamarea.

Indagamos un poco más desde la sinopsis de ALTAMAREA:

Antonio Gramsci escribió algunas de las reflexiones más lúcidas jamás publicadas sobre la gestación, el desarrollo y el triunfo del fascismo. En su condición de «intelectual orgánico de izquierdas» fue capaz de explicar con asombrosa clarividencia la deriva autoritaria que iba a recorrer Europa en el periodo de entreguerras. Sus vaticinios no siempre se cumplieron: el fascismo le sobrevivió, y el estalinismo le obligó a reescribir y superar algunas de sus ilusiones juveniles. No obstante, la agudeza con la que desgrana la sociedad italiana y la política europea de su tiempo sirve para reflexionar sobre la vigencia de algunos procesos históricos que brotaron en Europa hace cien años, prendieron fuego al Viejo Continente, fueron dados por muertos tras la Segunda Guerra Mundial y hoy vuelven a proyectar una tenebrosa sombra sobre una sociedad que se creía definitivamente inmunizada contra el fascismo. Los treinta y seis artículos, ensayos e informes reunidos en este volumen inducen a pensar que el nacionalismo, el populismo, el militarismo, el descontento popular, la inseguridad ciudadana, la explotación, la deriva autoritaria, la crisis de un sistema parlamentario dominado por los intereses de los oligarcas son asuntos recurrentes; y, aún más importante, invitan a reflexionar sobre si las sociedades modernas han olvidado las consecuencias que traen. Como el propio Gramsci escribió, «la historia enseña, pero no tiene discípulos».

 

 

Cazarabet conversa con Carlos Clavería Laguarda:

fascismosombranegra (1).jpg-Amigo Carlos, ¿cómo nos presentarías este libro, El fascismo. La sombra negra de cien años de barbarie de Antonio Gramsci del que haces la traducción y te encargas de la edición?

-Como un libro necesario y como un libro equilibrado, es decir, útil, y en el que los ingredientes se han seleccionado con cuidado para que lleguen a provocar curiosidad.

-Carlos, por favor, explícanos, ¿cómo es y en qué consiste el trabajo de un traductor para un libro como el de El fascismo. La sombra negra de cien años de barbarie? Hay que “estar al tanto del tema” o supongo que “hay que ponerse”, aunque, esta última suposición, no es tu caso…

-Mi trabajo consistió en darle forma a una idea planteada por los editores de Altamarea. Ellos querían publicar una selección de textos en los que Gramsci hablara del ascenso y de la consolidación del fascismo: yo hice una preselección de artículos y ellos la modelaron. Una vez decidido el contenido del libro solo faltaba traducir y anotar los artículos. En este caso, ellos estaban más al tanto del tema que yo, y yo tuve que ponerme un poco a ello porque no tengo formación de historiador. Quiero decir que cada uno hizo su parte y que luego el libro quedó, según dicen, bien ensamblado.

-Decimos lo “de no es tu caso” porque guardas cuidado de esta edición, recordamos por parte de Altamarea Ediciones, y hay que estar y ser estudioso del tema y del pensador político Gramsci, ¿no?, ¿qué nos puedes comentar?

-A decir verdad conocía Gramsci solo por cultura general, o sea, había leído las antologías de Manuel Sacristán y de César Rendueles, algunos estudios de Luciano Canfora (que luego aceptó amablemente prestarnos para el epílogo) y, en italiano, los escritos de Gramsci sobre Maquiavelo. Para la antología de Altamarea consulté, sobre todo, los volúmenes en italiano editados por Editori Riuniti en los que se publicaban los escritos políticos, y también "I quaderni del carcere" y otros volúmenes de las "Opere complete" editadas por Valentino Gerratama.

-El germen del fascismo. Solo en parte, una de sus características es la  de movimiento “contrarrevolucionario”…

-Sí, nace de una gran confusión ideológica y en medio de una gran crisis social, pero cuando encuentra la figura de un caudillo como Mussolini, y se pliega a los delirios del caudillo, se disfraza de lo que sea necesario para alcanzar el poder, para mantenerlo a toda costa, para militarizarse y para luchar contra los contrarios, sean revolucionarios o no.

-Gramsci es italiano y parte de la escenificación fascista se forja mucho entre los camisas negras de Mussolini, ¿cómo lo ves?; sabe de cómo nace y qué caldo de cultivo necesita, ¿verdad?

-Gramsci comprendió a la perfección e inmediatamente los peligros del fascismo y de la base paramilitar y caciquil que lo sustentaba (sobre todo en el ámbito rural).

 - El fascismo tuvo una importante dosis de teatralidad, ¿no? que se escenificó  y mucho desde la calle, a las plazas….en el espacio público. Y eso sí que tuvo mucho de moderno y “como de italiano”, ¿no?… con ese uso de la propaganda, los gestos, los símbolos, etc., logrando la llamada “estetización de la política”. ¿Qué nos puedes decir?

-Gramsci afirmaba que el fascismo era la última función que estaba representando la pequeña burguesía en la vida política italiana (y quizá europea). Cuando una clase social poderosa (la burguesía, el ejército) representa una función, esta suele acabar en tragedia porque defender los privilegios, cuando son injustos, no suele salir gratis, aunque quien más pierda sean los que menos tienen. La teatralidad aparente no fue algo exclusivo del fascismo, y todos los partidos políticos la siguen practicando a la vez que la llenan de mentiras y de publicidad engañosa.

-Aunque Gramsci trataba un poco más “del pensar fascista”...

-Sí, se ocupó de intentar desvelar qué había detrás de la ideología fascista, y concluyó que se basaba en el militarismo, en la defensa de unos privilegios oligárquicos, en un colonialismo de pacotilla, en "perspectivas mezquinas e intereses inmediatos, en pasiones personales de pequeños grupos" disfrazadas de interés general que mentían cuando afirmaban que querían llevar el progreso a toda la sociedad.

fascismosombranegra.jpg-¿Esa sombra negra era o pretendió ser una maquinaria bien engrasada donde todos sus miembros  y participantes que simpatizaban tenían su función y donde nada se dejaba al azar? Y eso iba desde la posición de los participantes, hasta el tono o las pausas de los discursos…¿es así?, ¿lo ves así?

-Todos los movimientos políticos, para funcionar, necesitan tener una maquinaria bien engrasada: caudillos, aduladores, petimetres, políticos de carrera, ideólogos, expertos en comunicación que escriben hasta las pausas de los discursos. El problema es qué pretendes conseguir cuando pones en marcha una máquina así. La historia nos ha enseñado qué pretendía Mussolini y qué buscaban quienes lo apoyaban.

-¿Parte de esa durabilidad, casi sin fisuras, que además vuelve a ceñirse por el horizonte sale del propio objetivo fascista de dar la sensación de uniformidad y de lealtad inquebrantable de todos los que constituían el movimiento?

-La lealtad inquebrantable suele tener algo de disciplina militar, que no admite discusión y que arrolla lo que le pongas por delante. Gramsci intuyó que el fascismo italiano iba a ser imparable porque en sus bases había un componente militar importante. Cuando Gramsci se dio cuenta de que la militarización había tomado también el mando del comunismo ya era demasiado tarde.

-¿Qué nos enseñó o “nos muestra” o qué nos enseña Gramsci del fascismo y con respecto a él en este libro, El fascismo. La sombra negra de cien años de barbarie?

-Gramsci creía en el valor de la política, de la educación, de la conciencia de clase, de la honestidad, del apoyo al más débil, de la vida laica. La sombra negra demuestra que esos valores hoy son solo palabras.

-¿Fue un poco este pensador político y filosófico de los movimientos políticos -me refiero, claro está, a Gramsci- un pensador... no sé como un “adelantado”, casi “profeta” de lo que se nos venía encima por lo que ya mostraba el fascismo y por lo que escondía?

-Como profeta, Gramsci fue un desastre. Vaticinó varias veces que el fascismo estaba a punto de derrumbarse, que la Iglesia iba a perder influencia en la sociedad occidental y que los militares iban a ser capaces de llevar el comunismo por la buena senda. Sin embargo, como lector de los movimientos políticos de su tiempo, de la política de su tiempo y de la historia, fue un lince.

-¿Lo que tienen en común todos estos fascismos que conocemos… más o menos directamente  es el adoctrinamiento, aunque sea mediante la muestra de la fuerza, la muestra de “cierto castigo, y escarmiento”?

-Adoctrinar parece un término de aire militar, que suele no despreciar el uso de la fuerza. El castigo y el escarmiento parecen términos, además de militares, religiosos. Gramsci prefería, para alejarse del fascismo, utilizar la educación, la enseñanza, y el conocimiento de la historia.

-¿Parte del “poder del fascismo” se debe a que sabe adaptarse a “la masa social”?, ¿y también “aprovechase de sus necesidades”? Tanto hablar de “populismo” en los últimos años y... ¿puede que estemos ante el movimiento más populista de la historia?

-Según Gramsci, más que en adaptarse a la masa social, los fascismos son hábiles a la hora de aprovecharse de las masas sociales, de manipularlas, de crearles necesidades innecesarias, de desinformarlas. Si pensamos que el populismo ("tendencia política que pretende atraerse a las clases populares") es un insulto despectivo es porque lo identificamos, entre otras cosas, con la desinformación.

1560867389953.jpg-Pero Gramsci era consciente de que entre la intelectualidad hubo muchos y muchas que se -sintieron atraídos por el fascismo, ¿no?

-Sí, era consciente de eso. Y eran también conscientes de ello los intelectuales que se afiliaban.

-¿Por qué o qué nos puedes sintetizar sobre lo que hay detrás, desde lo que pensaba Gramsci, sobre “ese triunfo” del fascismo? o preguntado más directamente ¿a qué atribuye Gramsci el triunfo del fascismo?

-Responderá Gramsci: el fascismo es un golpe de Estado perpetrado por el Estado Mayor del Ejército, por los latifundistas, por los banqueros y sostenido por la jerarquía eclesiástica.

-¿Cuántos “fascismos” diferencia Gramsci? Había diferencias entre “esos diferentes fascismos” o aún entre los que parecían más, ¿no?; pero las mayores divergencias ¿dónde y cómo aparecen?

-No sé cuántos fascismos vio Gramsci en el fascismo. La historia demuestra que fue necesaria una guerra mundial para acabar con él, por lo que no parece que cayera por culpa de divergencias internas. Si las hubo fueron reprimidas, como es preceptivo en un Estado totalitario.

-El fascismo sobrevivió a Gramsci, pero sus pensamientos perduran con un alto porcentaje de acierto, ¿lo ves así?

-El fascismo sobrevivió a Gramsci y nos sobrevivirá, convenientemente disfrazo, a todos. Uno de los muchos aciertos de Gramsci se resume en una de las frases que se dicen por estas tierras: quien siembra vientos recoge tempestades.

 

 

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