La Librería de El Sueño Igualitario

81QgrtYOGPL.jpgCazarabet conversa con...   Claudio Hernández Burgos, coeditor de “Fascismo y modernismo. Política y cultura en la Europa de Entreguerras (1918-1945)” (Comares)

 

 

 

 

 

La Colección de Historia de Comares nos acerca a un libro que reflexiona, investiga e indaga sobre el fascismo en el modernismo en la Europa del tiempo de entreguerras, en la época, en muchos lares, del auge y asentamiento del fascismo.


Además, el fascismo es mirado y reflexionado desde diferentes perspectivas y dimensiones: desde la geográfica que abarca desde Europa como continente a los fascismos más localizados…a la influencia del fascismo como ideología en disciplinas como la arquitectura, la religión o la intelectualidad.

Cuidan de la edición de este magnífico ensayo: Francisco Cobo Romero, Claudio Hernández Burgos y Miguel Ángel del Arco Blanco.

Lo que nos dice Comares del libro:

El fascismo ha sido un tema predilecto entre historiadores, politólogos, sociólogos, antropólogos y críticos culturales. Desde su aparición tras la I Guerra Mundial (1914-1918) llamó la atención de sus contemporáneos. Su papel principal en las catástrofes de la II Guerra Mundial (1939-1945) y del Holocausto acrecentó todavía más esta tendencia tras 1945. Entonces, el fascismo fue concebido como algo totalmente opuesto y ajeno a la cultura. No obstante, desde los años 90 del siglo XX, esto ha sido puesto en entredicho por un buen número de especialistas: el fascismo fue un proyecto cultural que aspiraba a solucionar la crisis de la modernidad de comienzos de siglo. Prueba de ello es el presente libro, donde un buen número de destacados especialistas internacionales y nacionales realizan aportaciones novedosas sobre la relación entre fascismo y modernismo en la Europa de entreguerras (1918-1945). Algunos trabajos reflexionan sobre el carácter modernista o reaccionario del fascismo, mientras que otros ofrecen distintas manifestaciones del fenómeno en Europa o lo vinculan a diversas experiencias bélicas. La mayor parte de la obra aborda las distintas expresiones culturales del fascismo, ocupándose de sus íntimas conexiones con el cristianismo y la religiosidad popular, sus manifestaciones arquitectónicas, el empleo del espacio público o el compromiso que suscitó entre la intelectualidad de la época. Este libro es el resultado de un esfuerzo colectivo que ayuda a comprender desde dentro el fascismo, uno de los fenómenos más importantes de nuestra historia reciente que, por el momento, hemos dejado atrás.

Los autores:

Francisco Cobo Romero es Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada. Ha sido investigador y profesor invitado en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, la London School of Economics y el European University Institute de Florencia. Su investigación se ha centrado en el estudio comparado de la politización del campesinado europeo, los orígenes agrarios de la guerra civil española y los apoyos sociales al franquismo. Destaca, sobre todo, su última obra: La Segunda República Española, en colaboración con los profesores Eduardo González Calleja, Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez.

Claudio Hernández Burgos es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Granada. Ha realizado estancias de investigación la Università della Sapienza, en el Cañada Blanch Centre for Contemporary Spanish Studies y en la University of Leeds. Sus líneas de investigación se han centrado fundamentalmente en el estudio de la Guerra Civil y la dictadura franquista, prestando especial atención a la historia de la vida cotidiana y las actitudes sociales de la población. Entre sus trabajos destacan: Granada azul. La construcción de la Cultura de la Victoria durante el primer franquismo, 1936-1951 (2011) y Franquismo a ras de suelo: zonas grises, apoyos sociales y actitudes durante la dictadura (1936-1976)(2013) y con M. A. Del Arco, C. Fuertes y J. Marco No solo Miedo. Actitudes políticas y opinión popular durante la dictadura (2013).

Miguel Ángel del Arco Blanco es profesor contratado doctor en la Universidad de Granada. Ha centrado sus investigaciones en la guerra civil y el primer franquismo. Entre sus libros, destacan: Las Alas del Ave Fénix. La política agraria del primer franquismo (2005); Hambre de Siglos. Mundo rural y apoyos sociales del franquismo en Andalucía oriental (2007); con A. Quiroga (Eds.), Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria. Las derechas españolas en la Europa de entreguerras (2010); con P. Anderson (Eds.), Lidiando con el pasado. Represión y memoria de la guerra civil y el franquismo (2014); y con C. Fuertes, C. Hernández y J. Marco (Eds.) No solo miedo. Actitudes políticas y opinión popular bajo la dictadura franquista (2014).

 

 

Cazarabet conversa con Claudio Hernández:

claudio-hernc3a1ndez.jpg-Claudio, ¿el fascismo puede estar reñido con el modernismo, ahora en perspectiva  (me refiero a que ahora podamos ver más desvinculaciones, aún con la estética, que entonces)? El modernismo es sinónimo de renovación artística, entre los últimos años del XIX y los primeros del XX…muy convulsos con la I Guerra Mundial, los años de entreguerras…. Casi es de lógica pensar que hacía falta para ,la situación socio-política que se vivía en Europa, un movimiento cultural como el modernismo, ¿no?...y es que a veces parece que los movimientos culturales deben de compensar aquello que se nos viene encima, o ya lo tenemos en lo político o lo social, ¿no?¿El fascismo, en realidad,  se aprovechó del modernismo? o enlazando un poco con la pregunta anterior: ¿se encajó al movimiento cultural y artístico a las pretensiones políticas, quizás incluso como argumento para sobrevivir unos y beneficiarse otros? ¿Con qué facetas o recovecos del modernismo el fascismo se quedó más? Porque, otros aspectos del mismo a los fascistas les debías ser, aún estando dentro del modernismo, muy contradictorios. Lo que quiero decir que no todo lo que venía del modernismo les venía bien, ni lo apadrinaban, ni lo querían. Porque el fascismo, de entrada, no tiene nada que ver con “la modernidad”, ¿no es así?…

-De entrada, desde luego, a primera vista parece un movimiento contrarrevolucionario, del que se aprovechan las elites políticas tradicionales para recuperar el poder perdido. Y, en parte es así. Estas elites se fascistizan en muchos casos logran volver al primer plano de la vida política con sus pensamientos tradicionales y nada modernos. Sin embargo, se ven obligadas a convivir con otros individuos que no vienen del pasado inmediato y que, en muchos casos, demandan una transformación radical del mismo y el advenimiento de la modernidad a las naciones en las que se encuentran.

-Lo que es muy cierto y evidente es que el fascismo se rodeó de mucha escenificación, de cierta parafernalia, de una especie de iconos, imágenes..y eso sí que se lo daba” el modernismo, ¿no?

-Desde luego, el fascismo tuvo una importante dosis de teatralidad que se escenificó en el espacio público. Y eso sí que tuvo mucho de moderno. El uso de la propaganda, los gestos, los símbolos, etc., lograron la llamada “estetización de la política” y dieron al fascismo una imagen radicalmente novedosa a los ojos de quienes presenciaban sus desfiles y puestas en escena.

-Querían hacer de la imagen, de sus escenarios y manifestaciones como una obra  artística perfectamente encuadrada… un principio propagandístico, un pilar de convicción de que todo iba bien o iría bien como sus desfiles, posicionamientos, movimientos, retratos, discursos…¿es así?

-Claro, el fascismo ponía todo su empeño en mostrarse públicamente como una maquinaria bien engrasada, un cuerpo en el que todos sus miembros tenían su función y donde nada se dejaba al azar. Desde la posición de los participantes, hasta el tono o las pausas de los discursos se encontraban detalladamente planificados. El objetivo era dar la sensación de uniformidad y de lealtad inquebrantable de todos los que constituían el movimiento

-Todo seguía como un ritmo acompasado en el fascismo y en eso se miran, también con el modernismo, ¿no?…

538c88cc9922d-img_3521.jpg-Al menos el fascismo trataba de dar esa impresión, especialmente en el espacio público. Los movimientos fascistas dejaban pocas cosas al azar. El empeño por transformar el espacio es buen ejemplo de ello. Como puede inferirse de los capítulos de Claudio Hernández o César Rina, los fascistas trataban de domesticar por así decirlo, la calle. Y lo hacían mediante sus símbolos, sus instituciones y otras señales que podían ser “leídas por los ciudadanos que las transitaban. Desde el mismo modo, trataban de imprimir unos “ritmos” a la vida de las sociedades sobre las que se construían, por ejemplo, configurando el calendario de celebraciones de la nación y “temporizando” su existencia cotidiana, y siempre con un claro objetivo de transmitir una uniformidad que en la práctica no era real.

-El fascismo utilizando algunos instrumentos del movimiento modernista ya estableció cómo manejar a la sociedad de masas en el consumo de determinados conceptos culturales, sociales, de seguimientos, de cómo vender una imagen, a un personaje, las ideas. ¿Qué nos puedes comentar?

-Efectivamente. Diría que de manera especial el nazismo y, en menor medida los otros movimientos fascistas y/o parafascistas del continente europeo, se adaptaron con bastante éxito a la nueva sociedad de masas. No creo que la imagen de Hitler hubiera alcanzado la relevancia que alcanzó de no haber sido por el esfuerzo realizado para la construcción de su liderazgo carismático. La cartelería, el empleo del cine, la orquestación de las concentraciones del partido nazi, todo, estaba pensado para consolidar el mito del Führer. El mito alcanzó tal fuerza que había ocasiones en las que, incluso cuando el partido o el sistema se ponían en cuestión, la figura de Hitler quedaba inmune ante las críticas

-Maestros del fascismo y la manipulación, cada uno a su manera, lo fueron Mussolini  en Italia y Goebels desde la Alemania nazi..¿Hicieron como doctrina de todo ello para con otros países como pueda ser la propia España?-Con la arquitectura el modernismo está ligadísimo y esto se  prolonga con lo que quería  el fascismo…esa rectitud, rigurosidad, casi persecución de la perfección, sin paliativos y sin mucho sentido de la relajación. ¿Cómo lo ves?-Decía lo de la relajación porque sin relajación mental no hay libertad o concepto pleno de libertad que podamos asumir y así es muy difícil avanzar, en todos los conceptos como personas….esa falta de relajación también vino alimentada por la religión, la religiosidad..¿no? Respecto al mundo intelectual debió haber de todo: los que comulgaban por plena convicción con él –me refiero al fascismo--y también con el modernismo; los cercanos, mucho, al modernismo, pero no tanto con el fascismo, los contrariados con el fascismo y los que le siguieron porque intuían que esto les beneficiaría más que no les perjudicaría… ¿Qué nos puedes explicar?

A_CH.jpg-Desde luego hubo casos muy diversos. Algunos intelectuales se vieron bastante atraídos por los postulados del fascismo y vieron en él la vía fundamental para alcanzar la modernidad de naciones que consideraban atrasadas, políticamente desgastadas y socialmente anquilosadas. Este pudo ser, por ejemplo, el caso de Mircea Eliade, con la Guardia de Hierro en Rumanía y, aunque en otra línea, el de Giménez Caballero en España, tratado por Eduardo Hernández Cano en uno de los capítulos. En este mismo sentido, las aportaciones de Rita Almeida y Anaritta Gori respecto a los intelectuales portugueses son también paradigmáticas de la heterogeneidad de posturas mantenidas. El capítulo que firma Steven Forti es igualmente ilustrativo de los vaivenes ideológicos experimentados por determinados intelectuales europeos.

-Pero en el períodos de entreguerras ¿por qué crees: primero que el fascismo se pudo afianzar tanto y segundo por qué lo hizo comulgando del modernismo?

-En un periodo tan traumático como el de la primera posguerra mundial, el fascismo ofrecía respuestas a una realidad en la que muchas naciones parecían haber tocado fondo. Las diferencias sociales, políticas, económicas o culturales entre los diferentes países europeos hicieron que cada uno evolucionara de una forma diversa, pero las circunstancias favorecieron el crecimiento del fascismo. La derrota de la guerra, el desencanto con unas elites políticas consideradas culpables de la conflagración o la crisis económica fueron aprovechadas por los fascistas que con sus planteamientos radicales prometían una sociedad nueva libre de las lacras que habían dado lugar al conflicto bélico más importante de la historia de Europa. Así, fueron muchos los que empezaron a ver en el fascismo la solución que propiciaría la entrada de su nación en una plena modernidad. Al fin y al cabo, el fascismo le ofrecía un discurso y unas prácticas políticas aparentemente novedosas. De alguna forma, el fascismo supo cubrir, aunque fuera temporalmente, las demandas de una parte de la sociedad de diversas nacionales deseosa de cambios y transformaciones.

 

 

 

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Fascismo y modernismo. Política y cultura en la Europa de Entreguerras (1918-1945). Miguel Ángel de Arco Blanco, Francisco Cobo Romero, Claudio Hernández Burgos (eds.)   
288 páginas       17 x 24 cms.
26.50 euros
Comares


El fascismo ha sido un tema predilecto entre historiadores, politólogos, sociólogos, antropólogos y críticos culturales. Desde su aparición tras la I Guerra Mundial (1914-1918) llamó la atención de sus contemporáneos. Su papel principal en las catástrofes de la II Guerra Mundial (1939-1945) y del Holocausto acrecentó todavía más esta tendencia tras 1945. Entonces, el fascismo fue concebido como algo totalmente opuesto y ajeno a la cultura. No obstante, desde los años 90 del siglo XX, esto ha sido puesto en entredicho por un buen número de especialistas: el fascismo fue un proyecto cultural que aspiraba a solucionar la crisis de la modernidad de comienzos de siglo. Prueba de ello es el presente libro, donde un buen número de destacados especialistas internacionales y nacionales realizan aportaciones novedosas sobre la relación entre fascismo y modernismo en la Europa de entreguerras (1918-1945). Algunos trabajos reflexionan sobre el carácter modernista o reaccionario del fascismo, mientras que otros ofrecen distintas manifestaciones del fenómeno en Europa o lo vinculan a diversas experiencias bélicas. La mayor parte de la obra aborda las distintas expresiones culturales del fascismo, ocupándose de sus íntimas conexiones con el cristianismo y la religiosidad popular, sus manifestaciones arquitectónicas, el empleo del espacio público o el compromiso que suscitó entre la intelectualidad de la época. Este libro es el resultado de un esfuerzo colectivo que ayuda a comprender desde dentro el fascismo, uno de los fenómenos más importantes de nuestra historia reciente que, por el momento, hemos dejado atrás.


Francisco Cobo Romero es Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada. Ha sido investigador y profesor invitado en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, la London School of Economics y el European University Institute de Florencia. Su investigación se ha centrado en el estudio comparado de la politización del campesinado europeo, los orígenes agrarios de la guerra civil española y los apoyos sociales al franquismo. Destaca, sobre todo, su última obra: La Segunda República Española, en colaboración con los profesores Eduardo González Calleja, Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez.

Claudio Hernández Burgos es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Granada. Ha realizado estancias de investigación la Università della Sapienza, en el Cañada Blanch Centre for Contemporary Spanish Studies y en la University of Leeds. Sus líneas de investigación se han centrado fundamentalmente en el estudio de la Guerra Civil y la dictadura franquista, prestando especial atención a la historia de la vida cotidiana y las actitudes sociales de la población. Entre sus trabajos destacan: Granada azul. La construcción de la Cultura de la Victoria durante el primer franquismo, 1936-1951 (2011) y Franquismo a ras de suelo: zonas grises, apoyos sociales y actitudes durante la dictadura (1936-1976)(2013) y con M. A. Del Arco, C. Fuertes y J. Marco No solo Miedo. Actitudes políticas y opinión popular durante la dictadura (2013)

Miguel Ángel del Arco Blanco es profesor contratado doctor en la Universidad de Granada. Ha centrado sus investigaciones en la guerra civil y el primer franquismo. Entre sus libros, destacan: Las Alas del Ave Fénix. La política agraria del primer franquismo (2005); Hambre de Siglos. Mundo rural y apoyos sociales del franquismo en Andalucía oriental (2007); con A. Quiroga (Eds.), Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria. Las derechas españolas en la Europa de entreguerras (2010); con P. Anderson (Eds.), Lidiando con el pasado. Represión y memoria de la guerra civil y el franquismo (2014); y con C. Fuertes, C. Hernández y J. Marco (Eds.) No solo miedo. Actitudes políticas y opinión popular bajo la dictadura franquista (2014).



Introducción. FASCISMO, MODERNIDAD Y MODERNISMO BAJO EL PRISMA DEL SIGLO XXI. Francisco Cobo Romero, Miguel Ángel del Arco Blanco y Claudio Hernández Burgos
I
FASCISMO, ¿REVOLUCIÓN MODERNISTA O REACCIONARIA?
1.        LA REVOLUCIÓN MODERNISTA DEL FASCISMO: UN NUEVO PARADIGMA PARA EL ESTUDIO DE LAS DICTADURAS DE DERECHAS. Roger Griffin
2.        ¿FUE REALMENTE REVOLUCIONARIO EL FASCISMO? REFLEXIONES DESDE LA HISTORIA POLÍTICA Y SOCIAL COMPARADA DE LA EUROPA DE ENTREGUERRAS. Francisco Cobo Romero
II
FASCISMO EN EUROPA
3.        LOS ESTUDIANTES NAZIS EN LA REPÚBLICA DE WEIMAR. TRADICIÓN, MODERNIDAD, FASCISTIZACIÓN. Francisco Morente
4.        EL FASCISMO COMO PROBLEMA O EL FASCISMO SIN PROBLEMA. LA EXPERIENCIA ESPAÑOLA EN LA CRISIS EUROPEA DE LOS AÑOS TREINTA. Ferran Gallego
III
FASCISMO Y GUERRA
5.        PALINGENESIA, EXCOMBATIENTES Y FASCISMO TRAS LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL. Ángel Alcalde
6.        VENCER Y CONVENCER. UNA APROXIMACIÓN A LA FASCISTIZACIÓN DEL COMBATIENTE SUBLEVADO Y LA CONSTRUCCIÓN DEL CONSENSO EN LA ESPAÑA FRANQUISTA (1936-1939). Miguel Alonso Ibarra
7.        EL COMBATE Y LA OBEDIENCIA. REEVALUANDO LAS GUERRAS DE MUSSOLINI. Javier Rodrigo
IV
FASCISMO: CRISTIANISMO Y RELIGIOSIDAD POPULAR
8.        «RUMANÍA, ESPAÑA, LATINIDAD, CRISTO». CRISTIANISMO HEROICO Y MARTIRIO EN EL FASCISMO RUMANO. Constantin Iordachi
9.        RITUALES DE PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN. LA RELIGIOSIDAD POPULAR Y LA LEGITIMIDAD SAGRADA DEL FRANQUISMO. César Rina Simón
V
FASCISMO: ESPACIO PÚBLICO Y ARQUITECTURA
10.        LOS FASCISTAS, LO PÚBLICO Y LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO. Claudio Hernández Burgos
11.        LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS FASCISTAS, ¿ARQUITECTURA O PROPAGANDA? ALEMANIA, ITALIA Y ESPAÑA (1922-1945). Daniel Domenech Muñoz
VI
INTELECTUALES Y FASCISMO
12.        LOS INTELECTUALES PORTUGUESES Y EL MITO DE LA LATINIDAD (1915-1940). Rita Almeida de Carvalho y Annarita Gori
13.        VANGUARDIA, REBELDÍA Y FASCISMO. CURZIO MALAPARTE Y PIERRE DRIEU LA ROCHELLE. Steven Forti
14.        EL FASCISMO COMO RESPUESTA A LA CRISIS DE AUTORIDAD DEL INTELECTUAL MODERNISTA: ERNESTO GIMÉNEZ CABALLERO, 1927-1935. Eduardo Hernández Cano
SOBRE LOS AUTORES

 

 

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