Cazarabet conversa con... Álvaro Luna, autor de “La era del plástico.
Una nueva amenaza para la conservación de la naturaleza” (Guadalmazán)
Un libro comprometido y que nos enseña y
señala la dependencia, la nuestra, sobre el plástico.
El libro lo edita el sello Guadalmazán
del grupo editorial Almuzara.
Lo que nos explica el libro:
¿Sabes quién es el erizo McFlurry?
¿O que el mal uso del plástico no solo es un problema de basura aunque a cada
ser humano le correspondan unos 40 kilos? ¿Conoces los «tecnofósiles»?
¿Sabías que cada año fabricamos 500 millones de botellas de plástico? ¿Y que
los microplásticos del subsuelo podrían llegar a
afectar a los cultivos? ¿O que llegan a lugares tan remotos que incluso
alcanzan a la fauna del Amazonas? El biólogo Álvaro Luna, autor de Un leopardo
en el jardín, nos adentra en un viaje por nuestro plastificado planeta, un
mundo que nos rodea y que apenas conocemos.
La contaminación por plástico se ha convertido en un problema ambiental de
dimensiones globales. Daña ecosistemas de todo el mundo, e incluso puede
afectar a diferentes aspectos de nuestra vida diaria. Este libro es el primero
en explicar científicamente qué hay detrás de tan controvertido tema.
El plástico es un símbolo de nuestra civilización. Es moldeable, ligero,
elástico, barato, y tiene propiedades que lo hacen muy útil como aislante
térmico y eléctrico; además, su aplicación en el ámbito sanitario ha salvado un
número inconmensurable de vidas. No obstante, su uso indiscriminado ha generado
un impacto en la naturaleza que solo ahora comenzamos a atisbar. Actualmente,
toneladas de plástico —desde piezas milimétricas a otras de decenas de metros—
se distribuyen a lo largo y ancho del mundo. El mar, los ríos y lagos, la
tierra que pisamos, el subsuelo… el plástico parece llegar a cada rincón del
planeta, dañando a multitud de especies, y en cierto modo a nosotros mismos.
¿Hasta dónde llega su alcance según la ciencia? ¿Podemos hacer algo para
revertir este problema?
El autor, Álvaro Luna (Huelva, 1987) es Doctor
en Biología por la Universidad de Sevilla. Actualmente coordina proyectos
científicos y conservacionistas centrados en la relación del ser humano y la
naturaleza. Como divulgador ha publicado Un leopardo en el jardín, finalista de
los Premios Prismas de divulgación científica en 2018. Además, colabora en revistas
de divulgación de ciencia y naturaleza, y en programas de radio de la misma
temática.
¿Nos acercamos a
Un leopardo en el jardín? Que le editaba Tundra.- ¿Es posible que haya cotorras
viviendo en libertad en Sevilla, Madrid y Barcelona? ¿Qué está matando a las
palmeras de media España? ¿Puede la ciudad ser un hábitat con fauna amenazada?
¿Es buena idea alimentar a las aves en nuestro jardín?.
Estas y otras muchas cuestiones son explicadas en esta obra, un intento ameno
de acercar la naturaleza de las ciudades a sus principales habitantes,
nosotros, que debido al ajetreo de nuestras vidas diarias rara vez nos paramos
a pensar en lo que nos rodea. Las ciudades son el último ecosistema en aparecer
en la Tierra, con el aliciente de que lo ha creado el ser humano a priori para
sí mismo. No obstante, frente a la ventana de casa están sucediendo historias
apasionantes que los biólogos empiezan a desentrañar ahora: evolución en vivo,
especies que actúan de indicadoras e informan sobre qué estamos haciendo mal, otras
que tienen más éxito en la ciudad que en la naturaleza…Prepárese para un
estimulante viaje que hará que no vuelva a mirar con los mismos ojos su propia
casa, su barrio o el parque más cercano.
Cazarabet
conversa con Álvaro Luna:
-Álvaro,
¿qué es lo que te ha llevado a escribir este ensayo?;¿se
podría decir que es un ensayo ecologista y “de denuncia” acerca de un mundo y
una vida invadida por el plástico?
-Fue un proceso.
Cada vez veía más plástico en todo tipo de ecosistemas, y en un viaje a Egipto
quedé tan sorprendido por la cantidad de basura presente en todos lados que al
momento me puse manos a la obra con el libro. También me había dado cuenta de
que en español no había nada publicado que explicase científicamente todo lo
que está ocurriendo con el plástico, así que me decidí a cubrir ese
hueco. No soy mucho de hablar, soy más de hacer, así que tal y como me lo
propuse lo hice.
Entiendo que
obviamente tiene lecturas ecologistas y de denuncia, pero mi labor fue más
detallar en base a literatura científica todo lo que sabe y lo que empezamos a
atisbar sobre todas las ramificaciones del problema del plástico en la
naturaleza.
-Utilizas un
lenguaje y una metodología explicativa muy didáctica, a la vez que divulgativa…..¿es cómo te sientes más cómodo para explicar el cómo nos
afecta el plástico, verdad?
-En efecto, si
quisiera podría ser mucho más técnico y hacer una divulgación más centrada en
un público con formación científica alta, pero cuando divulgo trato de elegir
un tono más cercano, que capte la atención de todo tipo de personas. Es un
difícil equilibrio en el que hay que aportar conocimiento a la vez que
entretenimiento para un público no especializado, pero en principio es la línea
que me llena más.
-Aunque “de
entrada”, si no nos hubiésemos pasado el plástico no era mal invento….
-Como otros tantos
inventos y avances de nuestra sociedad actual, si se emplea con
responsabilidad es obvio que el plástico tiene aplicaciones en
áreas donde ha supuesto un gran avance. Lástima que al final nos está desbordando
tanto su uso como especialmente la mala gestión de residuos, que directamente
en algunos lugares del mundo es inexistente.
-¿Cuándo y por
qué “se nos fue de las manos”?
-Ha sido un proceso
paulatino, en el que cada año se ha ido fabricando más y más, especialmente en
las últimas décadas, y eso que desde los años ochenta del pasado siglo ya se
alertaba de que estaba empezando a verse plástico en mares y océanos. Hoy en
día, pese al problema global de contaminación por plástico del que somos conscientes,
siguen llegando toneladas al medio natural, pero no se pone freno. Es solo una
cara más de un problema mucho más amplio.
-En todo lo bueno
hay algo de malo, ¿se podría decir esto del plástico que lo ha invadido todo?
-Actualmente se ha
hallado plástico en las zonas más remotas del planeta, ya sean los polos,
las profundidades marinas o los glaciares más inaccesibles. El plástico se
transporta por el viento y por corrientes marinas, por ejemplo, y llega a
sitios insospechados. Casi cada día salen artículos científicos nuevos en los
que se muestra la relación del plástico con alguna especie nueva (peces,
invertebrados, etc.) o que se ha encontrado en sitios donde no se sospechaba
que pudiera haberlo.
-¿Por qué hay
tanto plástico en cualquier cosa que compras o que pretendas comprar o que
utilicemos?
-Supongo
que desde el punto de vista del que lo emplea en la fabricación de sus
productos es una opción fantástica y justificada desde diferentes puntos de
vista, y por eso se está usando tanto. Lo que no se ha tenido en cuenta es todo
lo que venía detrás de este uso.
-¿Verdaderamente
constituye, ya, una amenaza para la conservación de la naturaleza?
-Todo
lo que tiene que ver con contaminación por plástico es preocupante, y es un
problema que tiene alcance global. Cada nuevo hallazgo preocupa, y da la
sensación de que mucho de lo que queda por saber va a ser impactante. Es una
nueva amenaza, que se suma a la larga lista de amenazas que todos conocemos. El
problema es que actualmente el deteriorado estado de conservación de la
naturaleza no permite nuevas amenazas, ya con lo que teníamos es bastante y
supone un reto gigante para esta generación y las siguientes.
-¿Cómo nos
podemos “librar” de la influencia del plástico?
-Es realmente
complicado, por no decir imposible a nivel global, comprendiendo la realidad
del día a día de buena parte de la población de muchos países. No obstante, si
en sitios como Europa el consumidor opta por otras opciones, o manifiesta que
está concienciado con el problema y pide un giro a los políticos, es de esperar
que poco a poco tomemos otro camino, con una presencia más responsable del
plástico.
-¿Estamos a
merced del plástico o podemos, de alguna manera revertir su dominio?, ¿cómo
debería ir esa reversión?
-Ojalá tuviéramos
soluciones para poder extraer el plástico presente en el medio natural, pero
está en tal cantidad de lugares, y en tal proporción, que no existe una manera
de extraerlo. Por desgracia, no tengo una solución, pero se hace evidente que a
diferentes niveles estamos emprendiendo un camino en todo el planeta que tiene
que ser más sostenible.
-¿O el plástico mueve demasiados
intereses…?-Está tanto el plástico entre nosotros y nosotras que llegamos hasta
a orinar partículas de plástico, es demencial…qué nos puedes comentar…
-Se va sabiendo
más, y es preocupante, pero también circulan por Internet ideas que no
tienen aún respaldo científico. Lo que sabemos sobre el efecto del plástico en
diferentes especies debe alertarnos también. En los próximos años crecerá
considerablemente el conocimiento de los efectos del plástico y sus derivados
para los seres humanos, y tendremos una visión de conjunto mucho más
certera.
-Y qué hay que
decir de los micro plásticos?
-Hay microplásticos en todos lados, se encuentran igualmente en
los lugares más remotos, a cientos de kilómetros de ciudades y personas. Pueden
ser simplemente fibras textiles que se desprenden en cada lavado, y que luego
se encuentran en los lugares más insospechados, como el sistema digestivo de
peces que viven en la costa.
-¿Son los mares,
océanos, ríos, lagos los principales damnificados de esta “era del plástico”?
-Desde luego son
lugares donde el problema tiene su cara más visible, y donde se reporta su
impacto en más especies. Queda mucho por saber, sobre todo en ecosistemas
terrestres, pero lo que sabe para mares, ríos y lagos es realmente alarmante.
-¿La naturaleza
es “la pagana” de todos los males avariciosos y ociosos de la era del antropoceno que vive paralelamente a era del plástico? ¿Por
qué dedicas este libro a los jóvenes investigadores a ese futuro de la
ciencia?; ¿cuál es el lado negativo de la ciencia?
-Conozco cientos de
casos de jóvenes que sufren acoso laboral durante la tesis o incluso antes, a
los que les quitan las ganas de seguir entre unos y otros. Pensé que si alguno
estaba en esa situación y leía el libro igual podía sentirse animado con mis
palabras, ya que en el fondo yo he sido un joven investigador que poco a poco
va logrando sus sueños con esfuerzo.
Pensar que el
problema de la ciencia es solo la financiación es quedarse corto, cada vez
salen más datos de problemas mentales en investigadores por el ambiente tan
ambicioso, lleno de egos y zancadillas que hay que aguantar. Sinceramente, he
conocido ambientes laborales más sanos que el de la ciencia y las
universidades.
-Explicas que
este libro te sacó de cierta “zozobra” que te generó tu tesis, ¿quieres hablar
de ello?, por qué algo que debería ser tan reconfortante puede llegar a generar
como “ansiedad de ansiedades”? ¿Hay más esperanza para
un futuro que cuente, de veras, por y con la ciencia o por un mundo con menos
plásticos, revertiendo la actual situación?
-Yo
creo en una sociedad basada en el conocimiento y en la cultura, con una ciencia
bien financiada y en la que las personas que se dedican a este ámbito pueden
trabajar en unas condiciones lógicas y dignas. Apostar por la ciencia en todas
sus diferentes ramas sería un acierto, y ya que estamos, hacer caso a lo que
digan los expertos en cada tema, también. En cuanto al plástico, sin duda que
poner freno a lo que se está viendo sería genial, ojalá se logre revertir la
situación, aunque a día de hoy lo veo técnicamente difícil por lo que ya hay en
circulación fuera de control.
-¿Cómo ha sido,
amigo, editar con Guadalmazán del Grupo Almuzara?
-Ha sido una
experiencia muy positiva, me he sentido rodeado de muy buenos profesionales en
todo el proceso.
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