Cazarabet conversa con... Elena Uriel, ilustradora del libro “No se fusila en domingo”
(Fuera de Ruta) de Pablo Uriel Díez
El testimonio de un médico, el propio autor, Pablo
Uriel Díez al que le sorprendió el golpe de estado remontando el Ebro en
paragua en La Rioja… a partir de ahí muchas vicisitudes rodearán la vida de
este hombre
El libro cuenta con las ilustraciones de Elena
Muriel y el prólogo de Ian Gibson.
La sinopsis del libro, aquello que nos cuenta
Fuera de Ruta:
Un joven médico, destinado en un pueblecito de
Aragón, en 1936, se ve sorprendido por el Alzamiento Nacional mientras remonta
el Ebro en su piragua… Así empieza la guerra civil para Pablo Uriel.
Memorias de la guerra que son, a la vez, un
lúcido análisis de ambos bandos combatientes, una aguda caracterización de
personajes y situaciones, un relato apasionante, de abrumadora sencillez.
El autor, Pablo Uriel Díez:
Pablo Uriel Díez, nació en Gómara, Soria, en 1914 y
murió en Valencia en 1990. Estudió medicina en la Facultad de Zaragoza. Tras la
guerra civil, se traslada a La Coruña para trabajar como médico en un
dispensario antituberculoso, allí contrae matrimonio con Cecilia Latorre y
acaba instalando su propio consultorio radiológico en el que, a lo largo de
cuarenta años, atendió y trató a más de media ciudad.
Miembro numerario de la Real Academia de Medicina de Galicia, en 1977 fue
elegido, en reconocimiento a su valía humana y cultural, primer presidente del
Ateneo de La Coruña.
A lo largo de su vida escribió numerosos artículos en revistas médicas y en
prensa. Estas memorias son su único trabajo literario.
La ilustradora, Elena Uriel—hija de Pablo
Uriel---: nació en La Coruña en 1954. Estudió en la Escuela Nacional Superior
de Bellas Artes de París y se licenció en Filosofía y Letras y en Bellas Artes
en la Universidad de Valencia.
En 1981 obtiene la Cátedra de Dibujo e imparte clases en varios Institutos
hasta llegar a Sagunto, donde fija su residencia.
Compagina la enseñanza con la pintura, el dibujo y el grabado. Ha expuesto sus
obras en Orense, Barcelona, Sagunto, Valencia… y forma parte desde hace casi 30
años del grupo de artistas La Tira de Dones.
El prologuista Ian Gibson: https://es.wikipedia.org/wiki/Ian_Gibson
Cazarabet
conversa con Elena Uriel:
-Amiga
Elena, ¿qué pretendía --por lo que viste--, tu padre al sumergirnos en este
ejercicio narrativo, No se fusila en
domingo…?
-Según lo que él me dijo y que dejó escrito,
pretendía que, cuando fuéramos mayores, supiéramos que debajo de esos
“maravillosos” 25 años de paz que vinieron tras la guerra civil, se ocultaba
una enorme represión, y un miedo atroz.
-Al ser una novela
basada en hechos reales, la narrativa se somete a una especie de líneas
básicas…a una especie de railes por los que transitar... ¿qué nos puedes decir?
-Creo que mi padre escribía muy bien, y, entre
otras cosas, podría ser porque leía mucho y escuchaba mucho. Creo que fue un
acierto que el libro sea una suma de capítulos o escenas cortos.
-¿Tu
padre noveló los hechos reales porque de no haberlo hecho la narrativa hubiese
sido demasiado dura sobre todo para él...?
-Por lo que he podido ir investigando, noveló
muy poco. Quizás redondeó un poco las aristas porque quería que el texto fuera
adecuado para sus jóvenes hijos.
-¿Es
sobre todo y ante todo una novela que rezuma o pretende enseñar lo humano que
hay en lo inhumano de las guerras? ¿Lo humano siempre tiene que salirse por
encima de cualquier otra cosa para poder sobrevivir?
-En el fondo yo creo, y pienso que mi padre
también lo sentía, que los seres humanos, en general y en condiciones normales,
somos buenos. Seguro que esto es así porque si no la humanidad ya se habría
extinguido. Además, la bondad, la humanidad se contagia, se transmite (al igual
que la maldad).
-¿Cómo
ha sido ver, otra vez, editada esta novela por la editorial Fuera de Ruta?
-Ha sido estupendo. Creo que es emocionante
que las palabras que mi padre quería “gritar” se puedan escuchar, si alguien
quiere oírlas, ochenta años después, y además en una edición preciosa ¡y muy
del siglo XXI!
-¿Cómo
ha sido tu participación con tus ilustraciones?;¿cómo te has ido sintiendo
participando en el libro?
-Ya en los 70, le hice una serie de dibujos
que ilustraban los diferentes capítulos de sus escritos. En los 80 ilustré la
primera edición familiar que hicimos de sus memorias que se llamó “Mi guerra
civil”. Ahora he tenido la oportunidad de añadir más dibujos.
-¿Al ser “la hija
de Pablo Uriel” te planteaste el trabajo de otra manera, desde qué perspectiva
y de qué manera?
-¡Seguro!. La verdad es que no he hecho muchos
trabajos de ilustración para otras personas, pero el trabajo sobre la obra de
mi padre, seguro que está absolutamente “contaminado” por el enorme cariño,
respeto y admiración que le tenía, y que yo percibía que también le tenían
todas las personas que le conocían.
-¿Cómo
ha influido tu padre en tus ilustraciones?, no sé, me da que tu padre está
detrás de cada una de las ilustraciones...como acompañándote en el trazo....
-Si, es totalmente cierto, y me sigue
acompañando ahora, en cada presentación o cada vez que, como en esta
entrevista, hablamos de sus escritos.
-Se nota que te
lo has pasado bien imaginando e ilustrando esta historia, ¿no?; mejor que lo
pasó tu padre escribiéndola...en la narrativa de tu padre, al menos a mí me
parece encontrarse más dolor… ¿cómo lo ves?
-El padre que yo conocí, era un padre
acogedor, inteligente, cercano, paciente, amable, razonable, cariñoso... pero
era un padre triste. Creo que una parte de su alma murió a lo largo de los años
de guerra y posguerra.
-Son personajes que
mostró tu padre e hizo desfilar en esta historia que fueron cambiando tal como
los pensó en un inicio... cambiaban bajo el influjo de la trama o fue más bien
algunos rasgos de la trama los que les hicieron cambiar, ¿no? ¿el ir y venir de
todo lo demás—lo que rodea la trama de la historia—y de la trama de tramas—en
sí misma—somete, incluso, a los personajes?
-No sé, yo creo que describía a las personas
tal como él las iba viendo aparecer, actuar y evolucionar. No eran personajes,
ni creo que él escribiera pensando en términos como “trama”. Él contaba y describía lo que le rodeaba
(evidentemente pasado por su filtro).
-Amiga Elena,
¿nos puedes hablar del proceso de documentación, búsqueda de fuentes, lectura
de libro y demás que hay detrás de este libro...cómo se documentó tu padre?
Período apasionante, pero muy afanoso y trabajoso que, a veces, incluso nos
puede sumergir en cierta ansiedad....aunque con el resultado final compense...
-Él tomaba notas desde el primer momento y él
y sus hermanas guardaron muchas cartas y documentos. Cuando se decidió a
escribir lo que le había pasado, sé que empezó a pasar a máquina y a ordenar
estos recuerdos. Para hacerlo, se iba tres o cuatro días al Parador de Bayona
con su máquina portátil, y avanzaba unos capítulos. Al año siguiente, más.
La documentación, que yo sepa, se reducía a
algún recorte de prensa y a las poquísimas lecturas, que no fueran de
propaganda franquista, que podía encontrar.
-Y
Elena, ¿cómo recuerdas que era el día a día de trabajo, su metodología de
trabajo para construir este libro de narración? ¿Y cómo ha sido la inserción,
con tus ilustraciones, en este trabajo...cómo ha viajado tu trabajo? -Trabajo
que requiere, además de una metodología exigente, ¿verdad?
-Yo era muy pequeña y no tengo el recuerdo de
“verlo trabajar en un libro”. Sé que leía muchísimo sobre la guerra civil (creo
que buscando respuestas a la barbarie en la que se vio sumergido). Sé que
cuando yo tenía unos 14 o 15 años me dio a leer los mecanoscritos.
Estando en los primeros cursos de la
universidad, entre varios compañeros de curso le hicimos un ejemplar único de
su libro, mecanografiado y encuadernado a mano e ilustrado, por mí, y se lo
regalamos por su cumpleaños. ¡Así que yo llevo trabajando en este libro desde
los años 70!
-Este trabajo,
¿te ha abierto la mente y la curiosidad a indagar más sobre algunos de los
aspectos tratados en el mismo?; ¿nos puedes hablar de trabajos en los que estás
sumergida ahora como ilustradora?
¡Sin lugar a duda! Gracias a los escritos de
mi padre he recorrido trincheras, prisiones, archivos, he conocido gentes
estupendas, muchos que han pasado a ser amigos, he leído, hablado, reflexionado
y disfrutado muchísimo.
Ahora estamos Sento
(mi marido) y yo empezando otra historia, que también tiene que ver con la
memoria.
-Normalmente,
como ilustradora ¿has visto vuestro trabajo compensado…os sentís compensados
por el colectivo de lectores? Amiga Elena, cuando una persona se dedica a la
ilustración ...a expresarse con dibujos e imágenes, ¿a qué se condena para bien
y para mal?
-Bueno, yo no soy una ilustradora profesional
y, en mi caso, la compensación es la enorme satisfacción de estar colaborando
para que perduren las historias necesarias.
(creo que, a nivel profesional, para la
mayoría de los ilustradores, vivir dignamente sólo de ello...resulta una tarea
difícil)
-¿Qué
manías tienes como ilustradora?; bueno las ilustradoras y vuestros libros
estáis en un buen estado de forma, ¿no crees?
-No sé si se le puede llamar manía, pero
siempre hago figuración y prefiero la línea al color.
-Amiga, ¿en qué
consiste el trabajo de ilustradora porque es mucho más que “ilustrar” tal como
lo entendemos…requiere mucho más de lo que aparentemente se ve, aunque quedéis
en un “segundo plano” en un libro como este…?
-Sí, aquí me dejé llevar por las
imágenes que me sugerían las lecturas de alguno de los capítulos. Mis dibujos
no tienen una finalidad narrativa, sólo pretenden acompañar, “ilustrar” algún
momento de los que habla mi padre. Son cómo una instantánea.
-Elena, ¿nos
puedes explicar en qué estás trabajando en la actualidad?
-Como os dije antes, aparte de seguir
pintando, voy a colaborar de nuevo con Sento, como
documentalista y colorista, en una nueva obra.
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