Cazarabet conversa con... Santiago de Córdoba Ortega, autor del “Diccionario
biográfico del socialismo histórico en la provincia de Jaén (1939-1979).
Exilio, clandestinidad y transición” (Madara)
Santiago de Córdoba recorre el mundo del
socialismo, desde la historia, desde la provincia de Jaén entre los años
1939-1979
Analiza no solamente la fundación como tal,
también el exilio, la clandestinidad y la transición…
El libro es una edición magnífica y
cuidadísima de MADARA Editoras
Nosotros ya tuvimos el placer de conversar con
este amigo fue sobre su libro “Ana López Gallego. Una aproximación histórica a
su tiempo: La Carolina, 1918 - Madrid, 1939”:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/analopezgallego.htm
El autor, Santiago de Córdoba Ortega:
Santiago de Córdoba: Santiago de Córdoba es un
historiador y político español. Estudió en el colegio de los jesuitas de
Andújar y en 1962 marchó a Francia a ampliar estudios y allí tomó contacto con
republicanos españoles exiliados. Fue contratado en 1963 por la Agencia
Francesa de Cooperación con los países de África como profesor ejerciendo la
enseñanza en Benín y Senegal hasta 1967. Regresó a España e ingresó en 1969 en
el Departamento Extranjero del Banco Central de Madrid, tomando parte activa en
el movimiento de oposición al franquismo dentro de los Grupos Unitarios de
Banca, vinculados a Comisiones Obreras. Después de la huelga general de enero
de 1976, y tras ser apercibido de expulsión por su empresa, fue trasladado a
Andújar, donde inició con otras personas la reconstitución del PSOE y la UGT en
la provincia de Jaén. Fue concejal y teniente de alcalde del ayuntamiento de
Andújar y miembro del consejo de administración de la Caja Provincial de
Ahorros de Jaén.
Ahora nos acercamos al autor como lo “ven” en
el “Portal de Archivos Españoles (PARES), el Ministerio de Cultura tiene
elevada una sucinta biografía sobre Santiago de Córdoba Ortega” : “Historiador y
político español. Estudió en el colegio de los jesuitas de Andújar y en 1962
marchó a Francia a ampliar estudios y allí tomó contacto con republicanos
españoles exiliados. Fue contratado en 1963 por la Agencia Francesa de
Cooperación con los países de África como profesor ejerciendo la enseñanza en
Benín y Senegal hasta 1967. Regresó a España e ingresó en 1969 en el
Departamento Extranjero del Banco Central de Madrid, tomando parte activa en el
movimiento de oposición al franquismo dentro de los Grupos Unitarios de Banca,
vinculados a Comisiones Obreras. Después de la huelga general de enero de 1976,
y tras ser apercibido de expulsión por su empresa, fue trasladado a Andújar,
donde inició con otras personas la reconstitución del PSOE y la UGT en la
provincia de Jaén. Fue concejal y teniente de alcalde del ayuntamiento de
Andújar y miembro del consejo de administración de la Caja Provincial de
Ahorros de Jaén. Asimismo, ha desarrollado una amplia actividad investigadora
centrada sobre todo en la historia del movimiento obrero, el sindicalismo, el
socialismo y la represión franquista de posguerra en Andújar y la provincia de
Jaén. Fue fundador y director de Cuadernos de Historia, cofundador de la
Asociación de Historia Social, creada en Madrid en 1991, y cofundador y
vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de
Jaén. También ha colaborado con la Fundación Pablo Iglesias en la elaboración
de la obra "Diccionario biográfico del socialismo español: Provincia de
Jaén, 1879-1975”.
Del libro declara, Antonio María Claret
García, histórico socialista granadino, (que recientemente ha publicado Los
obreros del café de la Mariana. Los orígenes del socialismo en Granada,
1868-1897), “el Diccionario de Santiago
será consulta obligada para todos los que
investiguen sobre el socialismo”.
Cazarabet conversa con Santiago de Córdoba, un
amigo del proyecto Cazarabet:
-Santiago, tu “Diccionario biográfico del socialismo histórico en la provincia de
Jaén: Exilio, clandestinidad y transición, 1939-1979” forma parte de la
biblioteca de Cazarabet. Tu libro añade un peldaño más para dar a conocer
documentos, imágenes, vestigios y recuerdos, pero sobre todo en homenaje a las
personas que desde finales del siglo XIX y primer tercio del XX lucharon por un
mundo más justo para todos, pagando un duro precio por ello. Mi primera
pregunta trata sobre nuestro proyecto que titulamos “Cazarabet”. ¿Por qué desde tu bella ciudad del Sur, Andújar (Jaén),
te adheriste a “Cazarabet”?
-Desde hace diez años sigo vuestro
proyecto “Cazarabet”. En el 2012,
navegando por Internet, encontré la web http://www.cazarabet.com/. Comprobé que tras el
título mayor de “Cazarabet” se
activaban muchas ideas segmentadas, pero materializadas en propuestas concretas
como “El País de Cazarabet”, “Cuadernos”, “Alarifes”, “Papeles”, “La Librería de Cazarabet”, “Revista la Defensa”, “El Sueño Igualitario”, “Entre libros”, “La Idea”, “Casa Soro”, “Sala de Exposiciones Virtual” y “Conversa con”… Visité estos
apartados e inmediatamente me trasladó a una parte de la historia de España,
llena de utopías desde el último tercio del siglo XIX, que continúan hasta hoy
mientras hayan hombres y mujeres que de generación a generación mantengan la
lucha individual o colectiva para conseguir desde la utopía un mundo mejor.
Como dijo Anatole France, “la utopía es el principio de todo progreso y
el diseño de un futuro mejor”.
Fue
Tomás Moro quien en el siglo XVI imaginó una isla desconocida en la que se
llevaría a cabo la organización ideal de la sociedad en la que se establecía la
propiedad común de los bienes. Llamó “Utopía”
a la isla. A partir de esta remembranza y la propia historia republicana y
anarcosindicalista de Mas de las Matas, me llevó a comparar vuestro “Cazarabet” con la “Utopía” de Tomás Moro. Me atrajo la lectura del “Microrrelato del Km. 0”, que decía “Recibimos el encargo de ir
al País de Cazarabet con la mente puesta en el kilómetro cero, no sabíamos dónde
íbamos a ir, pero tampoco podíamos adivinar a dónde íbamos a parar sin saber de
dónde íbamos a salir”.
El relato terminaba susurrando al caminante, que se encontraba en el kilómetro
cero: “el cero simboliza la salida, el
punto de partida, el arranque…”; ya en 1917 Machado decía al caminante, en Proverbios y cantares (XXIX), que “no hay camino, // se hace caminos al andar”.
Después de leer este microrrelato di el primer paso y me puse en contacto con Javier y contigo. A partir de
entonces hemos intercambiado correos y llamadas telefónicas. Espero seguir
hasta el final del camino que comencé hace diez años.
-Gracias por
unirte a “Cazarabet”. Siendo tu libro
un diccionario, la primera pregunta es obvia: ¿Qué es lo que te llevó a
investigar sobre las vidas de hombres y mujeres del socialismo en la provincia
de Jaén?
-Mi Diccionario no nació como un
proyecto intelectual, sino como consecuencia de mi actividad política-sindical
a partir de la década de los años setenta del pasado siglo. Cuando en noviembre
de 1976 comencé a viajar por la provincia de Jaén para reconstituir y organizar
el PSOE y la UGT, la comunicación con la gente era necesaria. Localizar a
quienes sentían empatía socialista y fomentar una relación personal. Necesitaba
memorizar nombres y cuáles eran sus principales inquietudes en aquel momento de
miedo y esperanza, que fue la transición española. Hice lo mismo que en mi
tiempo de estudiante: para memorizar subrayaba párrafos del libro y doblaba las
páginas, o tomaba notas de las explicaciones del profesor. Por mi mala memoria
tenía que poner en práctica algún método que me sirviera de muletilla para
recordar, cuando visitaba los pueblos, con quiénes hablaba, sobre todo con los
que sentían la necesidad de contraer el compromiso socialista.
Todos los días, al volver a casa, llenaba
cuartillas de datos personales con quiénes había hablado y deseaban integrarse
en las siglas del PSOE o de la UGT. Es decir, inicialmente mi Diccionario no
nació como un proyecto intelectual, sino que, por mi mala memoria, me veía
obligado a apuntar todo lo que oía y pasaba ante mis ojos si quería desarrollar
la gestión política y sindical cercana a los viejos y jóvenes socialistas;
hablarles y dirigirme a ellos pronunciando sus nombres creaba cercanía y
confianza.
Esta fue la causa por la que entre noviembre
1976 y 1980 almacené cientos de cuartillas y cuadernillos de espiral con datos
personales, además de la casuística local. Estos apuntes me sirvieron también
para desarrollar después las responsabilidades que asumí: primero como Secretario Provincial de los Despachos Jurídico-Laborales de
la UGT y después Secretario de Organización. Mi obsesión era tener un
conocimiento cercano de los militantes y de los responsables locales, que a
partir de noviembre de 1976 visitaban la sede provincial de UGT en Linares o,
dos años después, la de Jaén capital.
-¿Cuál
era el rango social, económico e ideológico de aquellos hombres y mujeres que a
pesar de la reciente muerte de Franco seguían teniendo miedo, pero se acercaban
a las filas socialistas con esperanza?
-La provincia de Jaén le quitaba el
sueño a Franco. Es lo que dijo el dictador cuando en la década de los años
cincuenta recorrió la provincia por carreteras que eran caminos, sin
infraestructuras y gente con aspecto de sufrir miseria. Comprobó la veracidad
del informe que habían confeccionado los técnicos del Sindicato Vertical: Jaén
era una de las provincias españolas de mayor paro campesino y menor nivel de
vida de la clase trabajadora. La mayoría de la gente dependía del mar de olivos
que cubrían sus tierras, incluso parte del monte bajo de las serranías. En la
década de los años sesenta, el régimen quiso cambiar la situación a base de
planes de desarrollo, pero fueron un fracaso y provocó la emigración masiva de
la mano de obra más productiva a zonas industrializadas en España, pero sobre
todo a Europa. A finales del primer quinquenio de los setenta, cuando Franco
había muerto y las organizaciones de izquierdas recorríamos los pueblos de
Jaén, la provincia seguía siendo una provincia deprimida ocupando uno de los
tres últimos puestos de la renta de todas las provincias españolas.
Durante los últimos años del
tardofranquismo las generaciones que habían hecho la guerra, así como sus hijos
y nietos, siempre estaban ansiosos de noticias. Cuando llegábamos a los pueblos
y aldeas eran los primeros en acercarse y hablar de sus miedos, de la vida
epopéyica que algunos había vivido o sus compañeros; también los jóvenes que
habían nacido durante los años cuarenta y cincuenta, que no habían olvidado los
relatos de sus padres y abuelos sobre la guerra, las noticias de los últimos
fusilamientos en la noche anterior y los gritos en los cuartelillos de la
Guardia Civil; otros, que habían vuelto de la emigración, se referían a la
crisis económica sufrida antaño y que les hizo ir al extranjero en busca de
trabajo, pero gracias a los ahorros podían subsistir. Era como una terapia para
ellos, sentían alivio y, como los antiguos cristianos del primer siglo,
esperaban de nosotros que les diéramos la “buena
nueva”. Aquella sí fue una verdadera memoria histórica, no politizada y
partidaria como hacen ahora algunas asociaciones memorialistas en la
actualidad.
Comenzaron a hablar. La gran mayoría de mis
fuentes orales, viejos socialistas testigos del sueño republicano, se
despojaban del miedo relatando la pesadilla del pasado. Ellos era la memoria de
nuestro pasado. La mayoría no pertenecían a la élite política, social y
económica de sus pueblos; apenas había rastro de su existencia en los periódicos
o en las instituciones gubernativas, salvo huellas que dejaron en el padrón
municipal, Registro Civil y en los expedientes judiciales por su afiliación
socialista, comunista o anarquista. Muchos de ellos los he biografiado y forman
parte sustantiva del socialismo local o provincial. Pertenecen a la historia de
Jaén.
-¿Qué
sucedió con aquellos cientos de apuntes tomados durante la década de los años
setenta?
-A primeros de la década de los años
ochenta mi actividad política y sindical bajó de intensidad. De la anterior
etapa guardaba tres grandes cajas de cartón almacenando los apuntes tomados
entre noviembre de 1976 y julio de 1980. En 1983, cuando estaba ordenando mi
biblioteca, aquellas cajas amontonadas en un rincón eran un problema de
espacio. Fue entonces cuando tomé la decisión de aprovechar aquel material para escribir la
historia de la reorganización de UGT en la provincia de Jaén…Era una montaña de
papeles con datos personales, sobre todo de los responsables locales del PSOE y
de la UGT con quienes había trabajado para reorganizar el socialismo en la
provincia, además de una rica fuente para conocer la conflictividad política y
laboral en los pueblos de Jaén, tan frecuente en aquellos tiempos de continuo
cambio, porque todo estaba por hacer. El siguiente paso fue pasar los apuntes a
máquina de escribir que, por el poco tiempo del que disponía, se prolongó casi
dos años. A partir de 1985 comencé a redactar aquella historia que
provisionalmente titulé “La transición en
Andalucía Oriental, 1976-1980: Anales de la reconstitución de UGT en la
provincia de Jaén”.
Después de redactar más de cincuenta páginas, observé
que tenía lagunas documentales y bibliográficas importantes no sólo sobre la
provincia de Jaén, sino de otros ámbitos. No bastaba con la memoria personal
reforzada con cientos y cientos apuntes, necesitaba una investigación material
más profunda; es decir, comenzar de nuevo a visitar las agrupaciones
socialistas y uniones locales de la provincia e investigar en sus archivos
cuándo y quiénes habían sido sus organizadores; buscar bibliografía sobre la
reorganización de los partidos políticos y sindicatos en tiempos de la
Dictadura y primeros años de la Transición democrática; leer la hemeroteca de
la década de los setenta, principalmente la prensa provincial (diarios “Jaén” e “Ideal”); viajar a Madrid e investigar en los archivos de las Fundaciones Pablo Iglesias y Francisco Largo Caballero…Todo ello
significaba comenzar de nuevo.
-Si se trataba de comenzar de nuevo,
posiblemente lo más grato para ti sería comenzar a visitar las agrupaciones
socialistas y uniones locales del PSOE y la UGT para documentarte en sus
archivos, pero sobre todo reencontrarte con compañeros de antaño.
-Efectivamente, a partir de 1986 la tarea fue
consultar cómo se documentó la primera reorganización formal del PSOE y la UGT
en los pueblos de Jaén y por tanto tomar nota de los nombres que dirigieron los
primeros pasos de ambas organizaciones socialistas; muchos de aquellos nombres
los tenía en mis apuntes. No obstante, documentalmente fue el hándicap más
adverso que tuve en mi investigación: Faltaban la mayoría de las actas sobre la
elección de las primeras comisiones ejecutivas locales. Es comprensible que
durante la Dictadura de Franco faltara documentación porque su creación podía
ser, en el caso de redadas de la Brigada
Político Social, una prueba material para detenerte y procesarte por el
delito de “asociación ilícita”; pero
a partir de 1976 no debiera ser así, porque casi siempre se levantaban actas de
las asambleas y reuniones celebradas, muchas de las cuales asistí entre 1977 y
1980 como responsable provincial. Se han conservado muy pocas actas sobre la
primera constitución formal. Según los testimonios que fui recogiendo, las
causas fueron varias: las sedes de ambas organizaciones socialistas se
encontraban en bares o domicilios particulares; entre 1977 y 1979 las sedes cambiaban
frecuentemente de lugar; faltaba formación y cultura administrativa en la
mayoría de los responsables locales, que se agravaba más por su escasa
permanencia en la dirección. Estas circunstancias no fueron las más idóneas
para conservar un archivo.
El 27 de mayo de 1990 la Agrupación Provincial
del PSOE entregó a Alfonso Guerra, entonces Vicepresidente
del Gobierno y Vicesecretario Federal del PSOE, un libro facsímil titulado “Testimonios”. Los secretarios generales
de las 113 agrupaciones socialistas que existían a esa fecha redactaron a pluma
o a bolígrafo una sinopsis de la primera constitución del Partido Socialista en
su pueblo antes de 1939, y su reorganización después durante la Dictadura o en
la Transición. Muy pocos pudieron facilitar datos sobre la fecha exacta y
quiénes encabezaron la Ejecutiva local, salvo citar nombres de viejos
socialistas, principalmente entre 1976 y 1980, periodo durante el cual se
reorganizó casi el cien por cien el socialismo en los pueblos de Jaén.
Este vació documental lo he rellenado con mis
apuntes o con la memoria de viejos compañeros que me sirvieron de fuentes
orales, a los cuales, al final del Diccionario, dedico un memorándum y, pueblo
a pueblo, relaciono sus nombres. Desgraciadamente en la actualidad muchos de
ellos han fallecido o su memoria, debido a la edad, es una tabla rasa. No sólo
mis apuntes y la memoria de estos viejos socialistas han suplido la falta
documental, también he tenido una gran colaboración de varias organizaciones
socialistas. Las Fundaciones Pablo
Iglesias y Francisco Largo Caballero,
que se encuentran en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), y la Fundación Para el Desarrollo de los Pueblos
de Andalucía, en Córdoba, me han aportado del periodo estudiado toda la
documentación escaneada que existe en sus archivos sobre la provincia de Jaén.
-Antes has
relacionado, en el proceso de comenzar de nuevo, consultar la prensa. ¿Cómo te
fue?
-Consultar la hemeroteca provincial me
fue fácil. El problema consistió en su contenido. Hasta 1975 el contenido
monográfico estaba dedicado exclusivamente a la propaganda de la Dictadura, a
sus personajes locales y provinciales, a las actividades de la Falange, a las
fiestas religiosas, al futbol… Prácticamente Jaén era una provincia idílica del
franquismo, muy pocas veces inquietada por noticias de “subversión” laboral, “asociación
ilícita” o “propaganda ilegal”.
En 1976, muerto el dictador, el diario “Jaén”,
perteneciente a la prensa del Movimiento, comenzó a dar algunas noticias en las
que subyacían que algo estaba cambiando, pero sin cambiar nada. La primera
cabecera de este periódico del año 1976 fue significativa: “La democracia necesita un mando fuerte. Todo es posible
sin romper ni destruir nada”, aunque en otra columna titulaba “Profunda indignación causa el posible
regreso de Llopis a España”; a Llopis, que desde 1944 a 1972 había sido Secretario General del PSOE en el exilio, el columnista le
acusaba que en tiempos de la República había eliminado el crucifijo en las
escuelas y haber entregado a José Antonio Primo de Rivera para su ejecución en
Alicante. En el mes de abril, bajo el Gobierno de Arias Navarro, conocido en
Andalucía como “El carnicero de Málaga”,
se celebró en Madrid el XXX Federal de UGT disfrazado de Jornadas de estudios
sindicales, aunque el lema despejaba cuál era la finalidad: “A la Unidad Sindical por la libertad”.
Fue uno de los primeros pasos de la libertad vigilada que se vivía en la
primavera de 1976. El 21 de abril el “Jaén”
titulaba: “SE HA «CARGADO» LA APERTURA”
y recogía las siguientes palabras de Manuel Cantarero, Presidente
de la Asociación de Reforma Social Española: “Los efectos del Congreso de la UGT pienso que ha influido en el proceso
político de una manera negativa e involutiva”.
En la provincia el periódico más cercano y de
mayor difusión era “Jaén”. Hasta la
muerte de Franco era un furibundo medio del Movimiento Nacional. A partir de
1976, por el impulso de las primeras protestas y huelgas, la provincia dejó de
ser idílica en lo político y social. En 1977 dio un significativo cambio en los
contenidos, incluso en el vocabulario de los redactores, a pesar de ser escrito
por las mismas manos de los periodistas que hasta hacía poco habían perfumado
sus páginas con incienso al régimen franquista, ahora informaban y dedicaban
sus crónicas a los representantes políticos y sindicales que antaño éramos
desconocidos o nos movíamos clandestinamente en círculos muy restringidos.
-Para completar el proceso de
investigación que antes has relacionado, faltan las fuentes bibliográficas.
¿Cuál fue el resultado?
-Ya lo dijo Santiago Ramón y Cajal
hace un siglo: “Investigar en España es
llorar”. Durante las décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo se
publicó muy poco sobre los partidos y sindicatos ilegales que se reorganizaron
clandestinamente bajo la persecución de la Dictadura franquista. En 1983 Julio
Artillo González, profesor e historiador, fue el primero en publicar sobre la
Dictadura en Jaén. En el preámbulo al capítulo “La provincia de Jaén bajo el franquismo (1939-1978)”, manifestó que
no era fácil adentrarse en esta etapa histórica de la España, porque carecíamos
de muchas cosas o estábamos sobrecargados de otras. Carecíamos, por ejemplo, de
determinadas monografías básicas y, sobre todo, de la perspectiva temporal
adecuada.
Ha sido a partir del siglo XXI cuando la
producción bibliográfica se ha incrementado. No obstante, la bibliografía sobre
los movimientos sociales nacidos durante la Dictadura y la Transición en Jaén,
somos bibliográficamente un páramo con algunos brotes verdes. Hasta 2021, con
relación a las principales organizaciones que en tiempo de Franco eran ilegales
(PSOE, UGT, PCE y CCOO), la bibliografía se reduce a cinco publicaciones. La
primera fue en 2002: “Los días olvidados.
Testimonios sobre la transición en Jaén (1973-1977)”, de la que fui coautor
con otros, siendo su editor Cristóbal López Carvajal. Después siguieron “Protesta Obrera y Sindicalismo en una Región
‘Idílica’. Historia de Comisiones Obreras en la Provincia de Jaén”, (2003),
de David Martínez y Salvador Cruz; “Andadura
hacia la libertad. Documentos para la historia del PSOE y de la UGT de Jaén”,
(2007), de la que soy autor; “La
transición a la democracia en Jaén: Partidos y elecciones”, (2011), de Ana
Belén Gómez; “Comunistas en tierras de
olivos. Historia del PCE en la provincia de Jaén, 1921-1985”, (2018), de
Luis Segura. Es decir, he tenido que esperar más de treinta años para tener
referencias bibliográficas. A partir del 2022 mi Diccionario también “será consulta obligada para todos los que
investiguen sobre el socialismo”, como ha dicho Antonio María Claret.
-Decía Antonio
Machado que se hace camino al andar. Para culminar tu proyecto ha sido un
camino muy largo de años. ¿Cómo has podido compaginar tu actividad laboral o
sindical con los horarios de los archivos y viajes a Madrid y por la provincia?
-Desde noviembre de 1976 hasta julio
de 1995 mi actividad laboral fue casi exclusiva en el PSOE y UGT alternando
responsabilidades políticas, sindicales e institucionales. En 1995 volví a la
vida laboral anterior: la banca privada, pero duró sólo cinco años porque en
diciembre del 2000 me prejubilé con 57 años. Durante aquel tiempo, siempre
viajando por la provincia de Jaén, Andalucía y Madrid, aprovechaba algunas
horas para visitar a los viejos compañeros ―muchos de ellos ahora
fallecidos―, investigar en los archivos y comprar bibliografía sobre la
historia del socialismo español, que apenas mencionaban a Jaén; era durante mis
vacaciones anuales cuando la investigación avanzaba algo. Desde 1976, que
comencé a ser escribano de lo que hacía, hasta el 2000 habían pasado casi
veinticinco años y mi investigación se encontraba a medio camino. Quedaba otra
mitad, pero la prejubilación me dio alas y el a finales del 2015, prácticamente
había terminado la investigación, además de compartir el tiempo con otros
proyectos que vieron la luz: “Todos los nombres de Jaén: Aproximación
Criminal del franquismo en la provincia de Jaén, 1936-1952” (2006); “Todos los nombres. Borrador para
un estudio de la tragedia en la provincia de Jaén (1939-1952)” (2007);
“Andadura hacia la libertad. Documentos para la Historia del PSOE y de la
UGT” (2008); “Todos los nombres de La Carolina. La represión criminal
del franquismo: 1936-1950” (2015); “Ana López Gallego. Una aproximación
histórica a su tiempo: La Carolina, 1918 – Madrid, 1939” (2018); “Diccionario
biográfico del Socialismo Español: La Carolina (Jaén), 1879-1975” (2019);
etc.
-Hemos hecho un repaso completo sobre
cómo llevaste a cabo el proceso inicial de trasladar tus apuntes a una
publicación sobre la reorganización socialista en Jaén, que poco después
dejaste en standby para completar la investigación. Pero ¿cómo el proyecto
inicial de un libro sobre la reorganización socialista en Jaén se convirtió
después en un diccionario biográfico del socialismo histórico en Jaén?
-Recorriendo el camino de la
investigación en los archivos, en el 2012 accedí al Archivo de la Fundación
Pablo Iglesias; me encontré con su Director, Aurelio
Martín Nájera. Con Aurelio tuve mi primer contacto en una reunión celebrada en
1996 en Sevilla, en la que participamos historiadores de las ocho provincias
andaluces que habíamos publicado sobre las Casas del Pueblo y su expropiación por
Franco en 1939. Años después me animó a participar en el proyecto “Diccionario Biográfico del Socialismo
Español, 1879-1975”. Este proyecto de la Fundación Pablo Iglesias se había
iniciado bajo su dirección y en el 2010 publicó los dos primeros tomos correspondientes
a los años 1879 a 1939.
Desde 2012 hasta 2018 he aportado a dicho
proyecto 10.217 biografías de socialistas jiennenses: 9.625 pertenecen al
periodo comprendido entre 1879 y 1939, y 592 nombres correspondientes a la
clandestinidad (1939-1975). Al 31 diciembre del 2021, se encuentran elevadas en
la web de la Fundación 7.145 biografías de socialistas jiennenses.
A finales del 2015 la Agrupación Socialista de
La Carolina, que conocía mi colaboración con esta Fundación Pablo Iglesias, me
pidió a través de su Secretaria General, Ángeles
Férriz, redactar un diccionario sobre los socialistas de su Agrupación. Dos
años después, en febrero de 2019, se publicó el “Diccionario Biográfico del Socialismo Español. La Carolina (Jaén),
1879-1975”. Fue entonces cuando decidí dejar otros proyectos de
investigación iniciados y centrarme en el que desde el pasado mes de octubre
del 2021 es una realidad, mi “Diccionario
biográfico del socialismo histórico en la provincia de Jaén: Exilio,
Clandestinidad y Transición, 1939-1979”.
Debido al largo camino que he recorrido, más
de treinta años, considero que este Diccionario es también un libro de
historia, no de memoria histórica. Para ser más preciso, debido a mis
circunstancias y sus imponderables, mi Diccionario es un libro de historia y de
autor. Ha sido resultado de una investigación material en la que muchas de las
fuentes orales forman parte del mismo, y yo también.
-Revisando el
índice y sus apartados, aparecen tres introducciones dedicadas a los periodos
del exilio, la clandestinidad y transición, en las que estructuras las 689
biografías. ¿Qué metodología de trabajo has seguido para estructurar así el
Diccionario y por qué escoges la franja temporal entre 1939 y 1979?
-Antes manifesté que mi Diccionario es
un libro de historia y de autor porque, además de seguir el proceso de
investigación de todas las fuentes que forman parte material del periodo
estudiado, personalmente he sido parte y testigo del mismo. Aunque quisiera no
puedo escaparme de mis circunstancias: las de ser autor y uno de los
biografiados. Entre 1963 y 1966 viví algunos periodos en Francia, en la casa de
Juan Segovia Sánchez, un familiar materno que en 1939 se exilió en Francia para
salvar su vida, aunque después fue condenado a muerte a pesar de estar huido.
De su mano participé en reuniones con otros exiliados españoles en los
departamentos franceses de la
Drôme, Ardèche y Loire; en diciembre de 1976, en una de estas reuniones
celebradas en Valance, conocí a Jean Durand, uno de los héroes de la
resistencia francesa contra la invasión alemana de Francia. Precisamente en
aquella reunión, ante los exiliados, contraje el compromiso de no
olvidarles cuando volviera a España. Después de pasar más de tres años como
profesor de español e historia en las Repúblicas de Benín y Senegal, antiguas
colonias franceses en África, volví a España. En enero de 1969, tras cumplir
dos años de servicio militar en Madrid, fui contratado por el Departamento
Extranjero del Banco Central. Desde el primer momento cumplí el compromiso dado
a los exiliados: durante siete años formé parte activa de la oposición a la
Dictadura de Franco en Madrid, que continué en noviembre de 1976 cuando el
Banco Central me trasladó a la provincia de Jaén.
Decía Ortega y Gasset, “Yo soy yo y mis circunstancias”. Igualmente, tampoco pude escaparme
de las mías, que a la vez son muy contradictorias si lees mi biografía: han
sido religión, trabajo y marxismo. Desde la simbiosis de esta trilogía, porque
cada uno de sus elementos contiene ideas que hacen a las personas y a la
sociedad mejor, el título mayor y el tiempo del Diccionario me venía dado.
-Parece lógico que en el título de tu
Diccionario aparezcan el exilio, la clandestinidad y la transición, momentos
claves de la historia española entre 1939 y 1979, pero ¿por qué han marcado
también su estructura? Los diccionarios que hemos consultados mantienen la
estructura tradicional, la alfabética; es decir, que las 689 biografías de tu
Diccionario hubieran seguido, en sentido estricto,
el alfabeto de la lengua española y no estructuradas en tres grupos
correspondientes a los periodos antes citados.
-En diciembre de 2018 tenía terminado
el primer borrador del Diccionario. Las 689 biografías estaban estructuradas
siguiendo el orden alfabético de las 27 letras de la lengua española, sin
ningún departamento estanco por periodos como ahora se encuentra. No obstante,
para tener una tercera opinión sobre mi trabajo, me puse en contacto con
Cristóbal López Carvajal con quien he mantenido desde 1977 una relación
cordial. Él conoce mejor que nadie cómo fue desde dentro la reorganización del
PSOE en Jaén y su expansión por los pueblos y aldeas de la provincia; no en
vano, se afilió al PSOE en julio de 1975, fue Secretario
Provincial de Organización en julio de 1977, Secretario General desde
noviembre de 1982 hasta enero 1994 y Presidente de la Diputación Provincial de
Jaén entre 1983 y 1995.
Después de leer mi borrador, Cristóbal me
manifestó que mi trabajo de investigación sobre el socialismo en Jaén no sólo
era el primero que se había hecho hasta entonces, sino necesario para la
historia reciente de la provincia, pues daba a conocer, principalmente a las
nuevas generaciones del socialismo jiennense, las grandes dificultades que
tuvieron que pasar las dos anteriores generaciones de socialistas que les han
precedido: las que lucharon en la guerra civil y la de sus hijos en tiempos de
Dictadura. No obstante, para transmitir mejor cuáles fueron los elementos
sociales, políticos y económicos que condicionaron de distinta forma las vidas
de estas dos generaciones, me hizo una propuesta totalmente innovadora:
estructurar las biografías en los mismos periodos del título del Diccionario y
redactar una introducción para cada periodo.
Acepté la propuesta, lo que conllevó la tarea
de segregar en tres grupos las 689 biografías. Las introducciones al exilio, la
clandestinidad y transición las titulé “El
socialismo errante”, “Vencidos, pero
no derrotados” y “Entre el miedo y la
esperanza”. La investigación que llevé a cabo no sólo consistió en estudiar
cuáles eran los elementos sociales, políticos y económicos en España entre 1939
y 1979, sino cómo el PSOE y la UGT se reorganizaron durante el exilio en
Francia, norte de África y en América, y también su supervivencia clandestina
en España y en la provincia de Jaén. Esta tarea me llevó todo el año 2019 y
primeros meses del 2020. Teniendo en cuenta el relato de cada uno de los tres
periodos, confeccioné unas normas para pertenecer a cada uno de los mismos.
Después de aplicarlas, 215 biografías las situé en el exilio, 238 en la
clandestinidad y 236 en la transición.
Desde la primavera del 2020 al verano del 2021
el borrador, supuestamente definitivo, pasó por una auditoria completa. En
septiembre entregué el Diccionario a los talleres de la Imprenta Gráficas La
Paz de Torredonjimeno (Jaén) y el 5 de noviembre los presenté en Jaén.
-¿Cuáles
fueron las circunstancias más vitales que condicionaron las vidas en cada uno
de los tres periodos y que puedan resumir el contenido de las introducciones al
exilio, la clandestinidad y transición?
-Las circunstancias más vitales que
tras la guerra condicionaron las vidas de aquellos que defendieron la República
fueron marchar al exilio, la represión sufrida y el miedo constante que duró
hasta los primeros años de la transición.
El 1 de abril de 1939, se declaró el fin de la
guerra civil española y oficialmente comenzó el exilio para 450.000 españoles,
aunque en diciembre de 1939, según datos del Ministerio de Interior francés,
permanecían en su país sólo 140.000 exiliados, de los que 40.000 eran mujeres y
niños; 3.418 procedían de la provincia de Jaén. Ya no había sitio en su propia
tierra, salvo volver y ser condenados a muerte o a largas penas de cárcel. La
mayoría no volvieron. Posiblemente la descripción más terrible sobre el exilio,
por la desesperanza que contiene, fue la que escribió la periodista Eva Díaz en
El País del 24 de junio de 2017: “Tenían la maleta detrás de la puerta, no
compraban muebles en sus casas de desterrados porque eso sería renunciar al
regreso a España cuando muriera Franco. Pero Franco no se moría. Y ellos
comenzaron a habitar en los cementerios del exilio. ¿Qué fue de los desterrados
españoles? ¿Dónde se guarda su memoria?”. Mi Diccionario guarda la memoria
de doscientos quince. Algunos de ellos los conocí en Francia.
Durante la guerra la provincia de Jaén había
permanecido en zona republicana. A partir del 1 de abril de 1939 toda España
pasó bajo el yugo de la Falange con aroma a cuartel y a sacristía. Había
llegado el nuevo Orden y sus habitantes se enfrentaban a la formulación moral y
material del Movimiento Nacional. Comenzó así, con el beneplácito personal de
la mayoría de los miembros de la Iglesia Católica, la aplicación de la Ley de
Responsabilidades Políticas del 9 de febrero, que legitimaba la represión
aplicando en tiempo de paz las sanciones máximas del Código de Justicia Militar
de 1890. En definitiva, se puso en
práctica el mismo terror caliente practicado durante la guerra y, como dijo Franco, “no hay redención sin sangre”. El
objetivo era continuar con la gigantesca “operación
quirúrgica” puesta en marcha durante la guerra: suprimir la izquierda en
España.
Investigaciones provincializadas, con relación
nominal de las víctimas entre 1939 y 1950 han dado el siguiente resultado:
fusilados o fallecidos en las tapias de los cementerios y en las cárceles,
134.974 republicanos. En la provincia de Jaén, de los 15.669 republicanos
procesados, 2.778 fallecieron por la represión franquista y 12.891 condenados a
largas penas de cárcel. Analizando la represión según la afiliación política de
los 15.669 procesados, 8.118 pertenecían al PSOE y UGT ―el 51,81 por
ciento―; 2.567 militaban en el PCE y PSU ―el 16,38 por
ciento―; y 2.379 eran anarquistas (CNT/FAI) ―el 15,18 por
ciento―. Si la década de los cuarenta fue de plomo, cárcel y represión
social, en las siguientes décadas la atmósfera de muerte y miedo continuó,
aunque con menos intensidad. Vivieron bajo esta Espada de Damocles doscientos
treinta y ocho socialistas biografiados en mi Diccionario.
El año 1975 terminó con la muerte de Franco
dejando incógnitas para todos. El andamiaje de la Dictadura continuaba
conservando todos los elementos que hasta entonces la había sostenido. El primer
Gobierno de la Monarquía se presentó con síntomas evidentes del deseo
continuista. A pesar de que el Gobierno de Arias Navarro dio entrada a
personalidades de talante reformista (Fraga, Areilza y Garrigues), la
declaración de reformas quedó corta: tan sólo la concesión de pequeños espacios
de libertad con las leyes de Reunión y Asociación Política y algunos artículos
del Código Penal referentes a los derechos de reunión y asociación. Se trataba
de un montaje liberalizador a partir de los mecanismos de poder del antiguo
régimen. Además, desde un punto de vista socio-económico, la crisis iniciada en
1973 se había agravado en 1976 hasta tal punto que la situación era
generalizada de graves conflictos laborales, una fortísima evasión de
capitales, gran déficit de la balanza de pagos y una falta clara de
perspectivas de solución a la inexistencia de un sistema de relaciones
industriales. Desde enero y casi durante el año 1976 las huelgas se sucedieron
en empresas estratégicas: Correos, RENFE, Banca, Telefónica, así como en el
sector industrial, que también secundaron otras actividades; en Jaén, las
huelgas del metal y la construcción las movilizaron miembros de HOAC y del PCE
conjuntamente con las nacientes CCOO, sobresaliendo varias huelgas en la
empresa Metalúrgica Santa Ana, SA, con una plantilla de casi tres mil
trabajadores.
El paisaje político también estaba enmarcado
en un clima social donde la violencia y la represión golpeaban de forma
creciente e intimidatoria. Entre enero y junio de 1976 se produjeron en España
33 muertes, la mayoría a manos del terrorismo de ETA, pero también contra
manifestantes por reivindicaciones obreras —la más significativa, 5 muertos por
la intervención policial en Vitoria—.
A los siete meses de su nombramiento, el
gobierno Arias tuvo que rendirse ante la impotencia para articular tanto los
deseos del Rey como el impulso de una sociedad que rompía diariamente los
viejos corsés de la Dictadura. El 1 de julio, el Rey, consciente de que la
Monarquía debía legitimarse democrática y urgentemente, cesó a Arias Navarro y
el día 5 eligió a su sucesor: Adolfo Suárez. El nombramiento despertó, de
inmediato, numerosos interrogantes sobre su idoneidad —había sido ministro
secretario general del Movimiento en el Gobierno cesante—; no obstante, las
suspicacias quedaron atenuadas tras anunciar su programa de gobierno: Amnistía
para los delitos políticos y de opinión; elecciones generales antes del 30 de
junio de 1977; libertades públicas y de expresión; reconocimiento de la
diversidad de pueblos integrados en la unidad indisoluble de España;
integración en la Comunidad Europea; reconocimiento de las libertades
sindicales y reconciliación nacional.
El 15 de junio de 1977 se celebraron
elecciones generales constituyentes, el 6 de diciembre de 1978 se aprobó en
referéndum la Constitución española y el 3 de abril de 1979 se eligieron los
primeros ayuntamientos democráticos, pero todo estaba todo por hacer y todo era
posible, como recordaba continuamente el ruido de sables en los cuarteles. Con
esta atmósfera enrarecida de la transición democrática se reorganizó
formalmente más del 90 por ciento del PSOE y la UGT en los pueblos de la
provincia de Jaén. Cuando el 1 de diciembre de 1979 se celebró el III Congreso
provincial, el PSOE tenía constituidas formalmente 101 agrupaciones y 7.308
militantes que cotizaban; UGT, al 20 de junio se asentaba en 104 pueblos y
aldeas con 31.554 afiliados. Aunque el socialismo provincial había pasado una
larga travesía del desierto entre 1939 y 1975, durante los primeros años de la
transición surgió, entre las generaciones que hicieron la guerra y la de sus
hijos, la memoria de las siglas del PSOE y la UGT.
-Según el historiador que citaste,
Antonio María Claret, tu Diccionario “será consulta obligada para todos los que
investiguen sobre el socialismo”; igualmente, antes has manifestado que para
formar parte del mismo los biografiados del exilio, la clandestinidad y
transición debían cumplir unas normas que les diferenciaran con respecto a
otros muchísimos militantes del PSOE o de la UGT, que a pesar de ser coetáneos
y haber estado afiliados no han sido biografiados, o tan sólo sus nombres
aparecen citados en el relato de alguna biografía. ¿Qué circunstancias
diferenciales tuvieron los 689 biografiados?
-De los 3.418 exiliados de la
provincia de Jaén, 1.771 eran socialistas. Huían de la represión franquista
practicada durante la guerra y de la Ley de 9 de febrero de Responsabilidades
Políticas, que tras la victoria cayó como la Espada de Damocles sobre 100.242
republicanos presos españoles. De los 1.771 exiliados socialista jiennenses,
sólo 215 ―el 12,14 por ciento― continuaron afiliados al PSOE y a la
UGT en las secciones que ambas organizaciones constituyeron a partir de 1944 en
Francia, Inglaterra, Argelia, Marruecos, México, Venezuela, Argentina, Chile,
etc. Por esta circunstancia diferencial, los 215 han sido biografiados.
Durante la dictadura y la transición, entre
1939 y 1979, se afiliaron al PSOE o a la UGT más de treinta mil jiennenses, de
los que sólo he biografiado a 474 porque reunieron uno o varios hechos
diferenciales: organizar o formar parte de las primeras comisiones ejecutivas
provinciales del PSOE y de la UGT, así como de las agrupaciones y uniones
locales en cada uno de los 97 municipios de la provincia; haber sido elegidos
Diputado o Senador en las elecciones generales del 15 de junio de 1977 o en las
del 1 de marzo de 1979; en las elecciones municipales del 1 de abril de 1979,
haber encabezado la candidatura socialista en sus respectivos ayuntamientos; y,
finalmente, los diputados provinciales que formaron parte de la Diputación
Provincial de Jaén.
-Tu Diccionario
le precede un doble pórtico. El primero es el “Prólogo” de Cristóbal López, que además de estar muy bien escrito,
analiza el contexto de la obra, lo que significa su publicación y lanza algunos
mensajes semiencriptados a navegantes. El segundo es un estudio de Aurelio
Martín sobre “La Federación Provincial
socialista de Jaén en la historia del socialismo español; 1919-1939”. En
nuestra conversación has hecho referencia de ambos autores. ¿Por qué y cómo
valoras sus aportaciones?
-Cualquier publicación que necesita
años y años de investigación para que llegue al editor con garantía, necesita
ayuda, como ha sido mi caso. Quienes me han ayudado especialmente, relaciono
sus nombres en la parte de “Gratitudes” del Diccionario. Fueron
cinco, aunque sólo haces referencia de tres.
Cristóbal López es un militante histórico de Jaén que
ostentó las máximas responsabilidades de la Agrupación Provincial del PSOE.
Para mí ha sido y es la fuente oral más fidedigna del socialismo en Jaén,
además de un impenitente estudioso de la historia del Partido Socialista, de
ensayos sobre política y lector asiduo de los escritores de las últimas
generaciones. Ha sido autor y coordinador de varias publicaciones. Una de
ellas, publicada en el 2002, es imprescindible para conocer los primeros pasos
hacia la democracia en la provincia: Los
días olvidados. Testimonios sobre la transición en Jaén (1973-1977), en la
que participé bajo título “Antes y
después de 1976”. Cristóbal siempre
ha dicho, con anhelo contenido, que de mayor le gustaría ser escritor. Su
primera novela “Lirios marchitos”,
fue un éxito literario y también político; no sólo es novela, sino fuente para
conocer, tras el fin de la autarquía franquista, la cotidianeidad de Jaén
capital y su provincia, con personajes reales, no ficticios, que fueron soporte
de la Dictadura de Franco en Jaén, como fueron el Jefe de la Comandancia de la
Guardia Civil, el Obispo, el Gobernador Civil, el Alcalde, el Presidente del
Club de Fútbol Real Jaén (que había subido a primera división), un apoderado
defraudador de la más importante empresa almacenista de aceite,…; igualmente el
contrapunto a los anteriores, un médico de ilustre cuna, dedicado a los más
necesitados y que con otros viejos comunistas intentó, entre 1950 y 1959, la
reconstrucción del PCE. Todos sus personajes vivieron realmente en el Jaén de
la década de los años cincuenta y forman parte de la historia provincial aún no
escrita.
En diciembre del 2018 Cristóbal se
encontraba redactando su segunda novela, pero hizo un alto en el camino, leyó
el primer borrador de mi Diccionario, me aportó datos de muchos biografiados y
propuso una nueva estructura, de la que ya hemos hablado. Le pedí y aceptó
prologar mi obra. En el 2020, también repasó el estilo y sintaxis del último
borrador, que llevó a cabo junto con Juan Rubio Fernández, sacerdote,
periodista y escritor de sólida formación literaria e histórica, y gran
conocedor de la provincia, de la que ha escrito varios libros.
Finalmente, ha sido fundamental la
colaboración de Aurelio Martín Nájera, Doctor en Historia Contemporánea y autor
de publicaciones clásicas sobre la historia del socialismo como “Fuentes para la Historia de la Unión General
de Trabajadores” (1988); “Fuentes
para la Historia del PSOE y de las Juventudes Socialistas de España 1879-1990”
(1991); “El Grupo Parlamentario
Socialista en la Segunda República: estructura y funcionamiento” (2000); “Juventudes Socialistas: 100 años
protagonistas del cambio 1906-2006” (2006); “Partido Socialista Obrero Español: congresos, ejecutivas, elecciones,
gobiernos, cronología y agrupaciones” (2009); y “Diccionario biográfico del socialismo español 1879-1939” (2010);
también responsable de la edición de las Obras
Completas de Pablo Iglesias (2000-2002, en doce volúmenes) y de las Obras Completas de Francisco Largo Caballero
(2003-2009, en dieciséis volúmenes). Desde diciembre de 2018 es Director emérito del Archivo y la Biblioteca de la Fundación
Pablo Iglesias y a partir de enero de 2019 patrono del Centro Documental de la
Memoria Histórica de Salamanca. En la actualidad dirige el proyecto de
investigación “Diccionario Biográfico del
Socialismo Español 1879-1975” de la Fundación Pablo Iglesias, en el que
participo.
Aurelio ha sido el principal inductor
para que mi investigación de tantos años se haya convertido en el “Diccionario biográfico del socialismo
histórico en la provincia de Jaén: Exilio, Clandestinidad y Transición,
1939-1979”. Salvo algunos historiadores especializados en la historia del
socialismo, pocos saben que Aurelio,
desde la década de los años ochenta, tras viajar del Este al Oeste, de Europa a
América en busca del patrimonio documental socialista, sus manos han catalogado
cientos y cientos de miles de documentos, que hoy atesora el Archivo de la
Fundación Pablo Iglesias. Son fuentes necesarias para conocer la historia del
movimiento obrero, sobre todo el socialista. Mi colaboración con su proyecto Diccionario biográfico del socialismo
español (1879-1975), ha tenido la recompensa de leer y tener una copia
escaneada del legado documental que las organizaciones socialistas de la
provincia de Jaén dejaron durante aquellos tiempos difíciles de la guerra, del
exilio, la clandestinidad y primeros años de la transición democrática.
-Amigo Santiago,
para terminar nuestra conversación, una pregunta necesaria: ¿Qué proyecto de
investigación tienes o qué escribes ahora...?
-En unos meses cumpliré 79 años y a
esta edad uno está obligado a recordar aquellos versos de Jorge Manrique: Nuestras vidas son los ríos // que van a dar
en la mar. A pesar de ello tengo vivos dos proyectos excesivamente
ambiciosos. Provisionalmente los he titulado “República, Dictadura y Transición. Historia del socialismo en Jaén
(1931-1979)” y “Diccionario
biográfico del socialismo histórico en la provincia de Jaén: Monarquía,
República y Dictadura (1878-1945)”. Una vez que he conseguido publicar el
Diccionario sobre el cual estamos conversando, continuaré con la investigación
de estos dos nuevos proyectos de los que tengo el 80 y el 50 por ciento
respectivamente hechas. El principal aliciente es que en ambos proyectos
comparto autoría. El primero con Luis Garrido González (profesor titular de la
Universidad de Jaén, que imparte Historia de la Economía) y el segundo con
Aurelio Martín Nájera, del que he hecho mención.
Sussanna, espero terminar los dos proyectos y
conversar entonces contigo y con Javier…A pesar de la lejanía que existe entre
Andújar, una ciudad del Sur a la orilla del río Guadalquivir, y Mas de las
Matas, a la margen izquierda del río Guadalope y en medio de una llanura
rodeada de altas montañas; según Google ambas poblaciones se encuentran a casi
700 kilómetros, aunque una vez más habéis puesto un puente de plata para
acercarme a vosotros y ser invitado de “Conversamos
con…”. Lo que dije al principio: Tomás Moro llamó “Utopía” a su Isla, y
vosotros “Cazarabet” a Mas de Matas.
_____________________________________________________________________
Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las
Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069