La Librería de El Sueño Igualitario

9788438104996-04-h.jpgCazarabet conversa con...   Francisco Moreno Gómez, autor de “Los desaparecidos de Franco. Un estudio factual y teórico en el contexto de los crímenes internacionales y las comisiones de la verdad” (Alpuerto)

 

 

 

 

Un libro, un estudio y una investigación teórica sobre los hechos acontecidos sobre los crímenes internacionales y las comisiones de la verdad desde la pluma, audaz y valiente, de Francisco Moreno Gómez.

Lo que nos explica Editorial Alpuerto sobre este libro:

Este libro viene a ser un ensayo de «Comisión de la Verdad» en toda España, una conjunción de hechos recuperados y el necesario estudio teórico: por un lado, una nueva radiografía testimonial de los desaparecidos de Franco, y por otro, el estudio de los crímenes de carácter internacional del franquismo, más la necesaria reflexión sobre memoria, el plan de exterminio, la aparición de las fosas, las comisiones de la verdad y otras cuestiones. 

Hemos dejado que las víctimas hablen a las puertas de la historia, como en este caso sucedido en San Sebastián de los Ballesteros (Córdoba), donde se aprecia la magnitud de la desgracia de los familiares de los desaparecidos: «… A mi padre lo mataron el 22 de septiembre de 1936. Era concejal. El 19 de julio lo encarcelaron, junto con el alcalde, el secretario y algunos más. Le pegaron mucho. Se lo llevaron al pueblo cercano de La Rambla, lo pusieron contra un eucalipto, le pegaron dos tiros y lo enterraron cerca de allí. Mi madre le llevaba cada día la comida a la cárcel, y ese día no lo encontró… (La cuestión) no es cómo vivimos esa muerte entonces. Es cómo hemos vivido toda la vida por culpa de eso. Nunca hemos tenido derecho a nada. Quisieron quitarnos hasta nuestra casa, como hicieron con mi tío. Suerte que la cambiamos de nombre… Veinticinco años después, y aún nadie quería darnos trabajo. Por eso vinimos todos a Sabadell. Mi madre se quedó viuda y con cuatro hijos, yo de meses, y se fue a vivir con mi abuelo, que apenas pudo ayudarle, porque los franquistas le arrebataron todo… Si quiero recuperar los restos de mi padre, después de 70 años, no es por revanchismo: es una restauración imprescindible del honor de mi padre… Somos la anti-patria, y nos lo han hecho sufrir toda la vida… Si te veían por la calle llorando la muerte de tu padre, te pegaban por antipatriota. No nos dejaban ni llorar. Nadie puede imaginarse lo brutal que fue aquella represión. Por ese miedo, ni mi familia ni yo fuimos jamás al cementerio de La Rambla a llorar a nuestro padre… Ni mi madre ni mis tíos hablan nunca de estas cosas. Por eso hoy, arrancada la máscara de la vergüenza, desean llorar a su padre sin culpa» (José Saz Ortega, a través de su hijo José Saz Ortiz, email de 18-9-2008). 

Sólo partiendo del relato de las víctimas se puede llegar a la raíz de la catástrofe humanitaria causada por el franquismo, el cual no se puede estudiar ya sin el contexto de los crímenes de carácter universal.

El autor, Francisco Moreno Gómez: doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, catedrático de Instituto jubilado, inició su labor historiográfica en 1978, bajo el estímulo de don Manuel Tuñón de Lara. A partir de 1982 fue apareciendo, entre las primeras monografías territoriales que se hicieron en España, su Trilogía sobre Córdoba: La República y la guerra civil en Córdoba (1982, premio “Díaz del Moral”, del Ayto. de Córdoba), La guerra civil en Córdoba, 1936-1939 (1985), y Córdoba en la posguerra (La represión y la guerrilla) (1987). En 1985 publicó también La Masonería en Córdoba, junto con Juan Ortiz. En 1992 obtuvo, junto con sus alumnos de COU, el premio Espasa-Calpe, por un guión radiofónico sobre Miguel Hernández. En agosto del mismo año impartió conferencia en la Universidad de Monterrey (México), con motivo del V Centenario. En 1995 publicó La última utopía, sobre la III Internacional en Andalucía. En 1996 publicó dos libros a partir de su tesis doctoral: Pedro Garfias, poeta de la vanguardia y del exilio, así como Poesías Completas, del mismo autor. En 1997 publicó para McGraw-Hill la antología comentada Generación del 27. Vino luego el libro conjunto Víctimas de la guerra civil (1999), en el que redactó la 3ª parte. En La Aventura de la Historia publicó el trabajo “El terrible secreto del franquismo” (núm. 3, 1999). Junto con una amplia labor de conferenciante, en 2001 publicó una extensa obra: La resistencia armada contra Franco. La tragedia del maquis y la guerrilla. Sobre el mismo tema participó en el libro conjunto Morir, matar, sobrevivir (2002), y la obra individual Historia y memoria del maquis (1996). En 2008 inicia una tetralogía exhaustiva sobre Córdoba: 1936, El genocidio franquista en Córdoba, seguido de esta obra, Trincheras de la República (2013), Los “desaparecidos” de Franco y La victoria sangrienta, ya terminados para la imprenta

Está adscrito a la tercera generación de historiadores del "Materialismo histórico".

Nuestro amigo, Francisco Moreno, ya ha estado con nosotros en dos entrevistas:

Una en su aproximación con “Aldo Morandi en España”:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/aldo.htm

Sobre su libro, espléndido: "Trincheras de la República, 1937-1939. Desde Córdoba al Bajo Aragón, al destierro y al olvido. La gesta de una democracia acosada por el fascismo".

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/trincheras.htm

 

 

Cazarabet conversa con Francisco Moreno Gómez:

fcomoreno-(3).jpg-Amigo Francisco, explícanos, ¿qué se encuentra el lector entre las páginas de Los desaparecidos de Franco?

-El lector se va a encontrar una obra muy novedosa, en fondo y forma. Por un lado, recuperación de hechos, datos concretos, lo que se llama trabajo de campo (II Parte), que es lo que más falta en los trabajos académicos habituales. Por primera vez, los familiares de los desaparecidos, más de 150, preguntan por sus víctimas ante la historia y cuentan sus dramas bajo el franquismo a la atención de los historiadores. Por otro lado, encontrarán un estudio teórico muy amplio sobre los temas candentes que en los últimos tiempos está planteando el franquismo (I y III Parte): la gran cuestión de la memoria, repercusión de las exhumaciones, las intervenciones de la ONU, los orígenes de la violencia fascista en Europa, los crímenes internacionales y una aproximación a las comisiones de la verdad. Repito que esta amplia visión de conjunto es, creo, la primera vez que se presenta en España, en busca de la palabra final sobre el franquismo y cómo éste debe pasar a la historia.

-Un libro necesario, porque la memoria debe acogerse a muchos clavos, aunque sean de los que estén ardiendo, para reivindicarse, ¿no?

-La memoria está constreñida en España, la de los vencidos, no la de los vencedores. Y cuando se dice vencidos, se dicen muchas cosas más: es la memoria de II República democrática; es la memoria de las élites culturales y políticas (Lorca, Azaña, Juan Negrín, etc.); es la memoria de la clase obrera y sindical (el campesinado, la reforma agraria, etc.); es la memoria de la modernidad española, del laicismo, del constitucionalismo, etc.; es la memoria de la lucha contra el golpe militar (esto no se dice nunca), y es que media España lucha contra el golpe militar. Es la memoria de la resistencia contra el fascismo desatado en los años treinta; es la memoria del dolor, de las violaciones de los derechos humanos; es la memoria del trabajo esclavo, de las cárceles, del expolio económico; la memoria del hambre, la memoria de los exiliados, la memoria del desprecio a las mujeres, la memoria de los huidos al monte, etc., etc., Todo esto y mucho más quiere decir la “memoria histórica”. Por contra, los constreñidores de la memoria son: los vencedores, el Estado franquista, y después, el Estado democrático, que no quiere saber nada de los que sucumbieron o resistieron (salvo la modesta ley de memoria histórica), pero hay más partícipes en el Auto de Fe contra la memoria: las derechas, los felipistas, la Iglesia, los poderes fácticos, el Tribunal Supremo y toda la judicatura, y gran parte del mundo académico, con los equidistantes a la cabeza. Ante la desidia del mundo académico, con excepciones, Raymond Carr se preguntaba en 1994: “Me gustaría saber por qué los historiadores españoles no están interesados en la guerra civil”. No se interesan, porque el tema encaja mal en el pensamiento dominante. Así que, a ver qué puede hacer la pobre memoria de los sufridores de la historia en medio de la jauría “oficial”.

-Amigo, hoy en día con qué problemas nos encontramos con la memoria; cuáles de ellos perduran o se encuentran como enquistados. Quizá todo empieza cuando la historia la escriben los vencedores, sin dar ningún aire a los que han caído en la derrota.

-Los problemas de la memoria empiezan con una Transición hipócrita, en la que la correlación de fuerzas en modo alguno era favorable a las izquierdas, sino a la nueva derecha, que no había perdido su capacidad de control y de poder. Por eso nadie pensó en una “justicia transicional”. Las izquierdas, con tal de ser legalizadas y tocar poder, accedieron a todo, incluso a echar por la borda su capital de resistencia antifranquista, sus víctimas por la libertad y su memoria de cuarenta años. Los entreguismos de aquella Transición constituyen el meollo de lo que hoy se llama “pensamiento dominante”, que en realidad es “pensamiento único”, contra el que el pensamiento libre, independiente, creativo, colateral o periférico no tiene nada que hacer contra la gran nube tóxica del pensamiento “oficial”, único y dominante. Los vencedores escribieron una historia falsa, y hoy mismo la quieren mantener, vituperando a la República, falseando la guerra (nunca hablan de golpe militar), todo en contra de los hechos y en contra de los mínimos valores democráticos que no sienten. De lo contrario no hablarían del dictador con el fervor, respeto y adoración con que lo hacen.

fcomoreno-(1).jpg-Escribir la historia, amigo Francisco, se convirtió por parte de muchísimos vencedores en un ejercicio de “poner la puntilla” o de poner una losa sobre la memoria de los derrotados.

-Así ha sido exactamente. El franquismo, desde el primer día puso en marcha la maquinaria de la ocultación y de la desaparición. El plan de ocultación se plasma en las desapariciones, como en la Orden de Noche y niebla (7-12-1941), de los nazis. Esto se demuestra en mi libro con gran profusión de datos.

-Este libro Los desaparecidos de Franco es muy doloroso, porque experimentar directa o indirectamente el fenómeno de la desaparición es peor que saber que tu marido, hermano, padre, hermanas, madre, mujer… hayan muerto, ¿qué nos puedes comentar?

-Entre los muchos casos de desapariciones que recoge el libro traigo a colación un hecho nuevo no conocido entre los historiadores. Después que los franquistas entraron en Talavera en 1936, una sección se acercó al pueblito de El Real de San Vicente (Toledo) y asesinaron a 42 vecinos, el 3 de octubre. Llegada la victoria, a finales de septiembre de 1939, 21 de las viudas o madres tuvieron el valor de dirigirse al juez municipal franquista de esta manera: “Las que suscriben… deseando tener la partida de defunción de nuestros maridos e hijos, por creer que son muertos. Y siendo necesario por asuntos de familia, es por lo que acudimos a V. para que dicha petición sea concedida…”. No sabemos del éxito o fracaso de la petición, pero nos interesa el drama de los familiares de los desaparecidos siguiendo la pista de las víctimas. Ahora se comprende lo que pudieron suponer las consecuencias de la cifra de 130.000 desaparecidos (entre los ciento cuarenta o ciento cincuenta mil fusilados), que manejó el Auto del Juez Garzón.

-Y es que hay, hoy todavía, muchos nietos, bisnietos, hijos, sobrinos, que no saben dónde están sus muertos, y además deben aguantar el que se les impida el saber dónde están, con esa impotencia que deja el paso de los años… y cada vez quedan menos testimonios que nos puedan contar lo que aconteció.

-El derecho de las víctimas a la verdad está protegido, entre otras instancias, por el Conjunto de Principios para la Protección y la Promoción de los Derechos Humanos mediante la lucha contra la Impunidad, de la ONU (8-2-2005), y debe ser obra del propio Estado. El principio 3 añade más: la salvación de la memoria colectiva también es obra del Estado: “Estas medidas deben estar encaminadas a preservar del olvido la memoria colectiva y, en particular, evitar que surjan tesis revisionistas y negacionistas”. Tomen nota los equidistantes y quintacolumnistas de la verdad histórica.

-¿Cuántos desaparecidos se estiman que trajo el golpe militar de 1936 (a éstos habría que sumar los que murieron en el campo de batalla).

-Entre los pocos que hemos prestado mucha atención a esta cuestión, y en este libro de Los desaparecidos… se incluye, venimos a coincidir, en líneas generales, en unas cifras, teniendo presente que el franquismo causó en España una catástrofe humanitaria (mucho más que una represión), que fue la matanza fundacional del régimen. Las cifras son: entre ciento cuarenta o ciento cincuenta mil fusilamientos directos (de los cuales, unos 130.000 son desaparecidos, en mayor o menor medida; apresamientos masivos (más de medio millón en 1939); más de 300.000 presos en la primera posguerra, de los cuales unos 16.000 perecieron de hambre en las cárceles (Lemkin los incluye como tipo de genocidio); unos 90.000 en Batallones de Trabajo; casi 400.000 en el exilio forzado a Francia (de los que 14.000 perecieron hasta el verano de 1939, según datos oficiales de Francia); más otros 9.000 exiliados al Norte de África, con una considerable mortandad; unos 7.000 españoles exterminados en los campos nazis; otros 7.000 resistentes forzados a huir al monte, de los que murieron la mitad. Además, muchos miles de muertos en los frentes de batalla, una cifra difícil de precisar; varios miles por bombardeos, y en general, una gran mortandad en toda España, por la hambruna y las infracondiciones que trajo la posguerra. Todo un desastre humanitario para acceder al poder y mantenerlo durante casi cuatro décadas.

fcomoreno-(4).jpg-Así, las desapariciones de la guerra civil y de la dictadura se han convertido en crímenes que hieren a toda la humanidad, porque empañan los valores de toda sociedad, decente y digna, debería querer compartir, ¿no?

-Efectivamente, las desapariciones constituyen un apartado de los crímenes de lesa humanidad, tal como se esbozaron en el Estatuto de Nuremberg (8-8-1945), y se sistematizaron con más detalle en el Estatuto de Roma (1998), en su art. 7. Franco los quebrantó todos. Y si no, recuérdense: asesinato, deportaciones o exilios, encarcelamientos masivos, tortura, persecución de un grupo, desaparición forzada, y otros actos inhumanos causantes de grandes sufrimientos o que atenten gravemente contra la integridad física y mental”. Todos estos tipos sin excepción fueron vulnerados por el franquismo, desde 1936 hasta 1975.

Estos crímenes hieren a toda la humanidad, porque vulneran “los usos y costumbres de la guerra (ius in bello), las leyes de la humanidad y las exigencias de la conciencia pública”, según dice la Cláusula Martens, aprobada en la Conferencia de La Haya (1899), ante la cual el franquismo no puede alegar la cuestión de retroactividad.

-¿Cuál es la “delgada línea roja” que hace que un crimen pase a considerarse, además, como crimen contra la humanidad?

-Ello ocurre cuando los crímenes, casi siempre cometidos por los Estados y por sus agentes, revisten el carácter de atroces y repugnantes para la conciencia pública. Se trata, según Robertson, de “La comisión de actos generalizados y sistemáticos de asesinato, tortura, esclavización o persecución de civiles inocentes en aras de una línea política”. Es fácilmente demostrable qué de esto perpetró el franquismo, que fue todo. Pero hay que conocer los hechos. Si no se conoce lo ocurrido, pues “apaga y vámonos”. El desconocimiento de los hechos lleva a que muchos nieguen estos crímenes en Franco, incluido el Tribunal Supremo. Supongo pensarán que a Franco sólo “se le fue un poquito la mano”, y nada más. Insisto en el origen del negacionismo: no se conocen ni mucho menos los hechos pormenorizados que ocurrieron en cada rincón de España.

-Las fosas, por desgracia, albergan a la gran mayoría de estos muertos, ¿no?

-El siglo XXI ha entrado en escena con un hecho de gran trascendencia: la exhumación de fosas de los desaparecidos de Franco, desde el año 2000 al actual. Lo importante de las exhumaciones fue que se visibilizó, sin tapujos, el horror de la criminalidad franquista. Los medios, poco proclives por naturaleza, de los mal asesinados y mal enterrados. Y la ONU tuvo conocimiento de ello. Por tanto, las cosas ya no iban a ser igual en el futuro próximo. Provisionalmente, a fecha de 2014, existen en España 2.382 fosas, de las que se han exhumado 2000, con un balance de 6.000 asesinados, según recojo en mi libro Los desaparecidos de Franco. La mayoría de los desaparecidos cayeron en 1936, si bien hay que decir que las víctimas de Franco siempre padecieron algo de desaparición, en mayor o menor medida, porque siempre se ocultaron datos a los familiares, incluso en las víctimas por consejo de guerra, que fueron a parar a fosas comunes. Los familiares, en estos casos de posguerra, pueden saber el quién, cuándo y cómo, pero no en dónde. Así, más de 130.000 víctimas, del total de unos 150.000 fusilados. La sepultura individual apenas se dio en todo el franquismo.

-Haría falta, ya de una vez, un mapa sobre las desapariciones, un mapa sobre las fosas comunes…

-Ciertamente, el mapa que hay, de antes de 2011, no está actualizado; más aún, quedó paralizado desde que entró el gobierno de derechas del señor Rajoy, que redujo a cero el presupuesto para la memoria histórica y clausuró una oficina al respecto. Como ahora, los deseos de “cambio” han caído en manos otra vez del señor Rajoy, pues no queda nada que esperar.

image005 (1).jpg-Amigo, tú te has acercado de manera muy humana, recogiendo testimonios y demás, al inframundo de las desapariciones, pero debe de haber sido una tarea, francamente, muy dura…

-Me he acercado de manera no sólo humana, sino científica e historicista, lo que se llama la técnica del trabajo de campo. Y esto es lo que tenían que haber hecho todos los historiadores, para saber de verdad lo que ocurrió. Muchos teorizan y teorizan al margen de los hechos concretos perpetrados. Sin saber lo que ocurrió no se puede teorizar. Este es uno de los males hoy de nuestro mundo académico. Más arriba dije que han llegado a mí al menos 150 casos, o yo he llegado a ellos, de familiares que indagan sobre víctimas desaparecidas y han relatado sus experiencias, a menudo desgarradoras. A esto, en mi libro Los desaparecidos…, lo llamo “radiografía testimonial sobre las desapariciones”. Ocupa la II Parte, y son datos demoledores.

-¿Qué aporta este libro de nuevo a otras investigaciones sobre las desapariciones?

-Aparte de que sobre esta cuestión se ha escrito poco, ya dije antes que este libro es muy novedoso en fondo y forma, en cuanto a cómo hay que ver al franquismo en el siglo XXI, después de que han entrado en España organismos de la ONU, han investigado y han abierto claves muy importantes, como una lupa especial, para ver con más exactitud la esencia del franquismo. Esto, unido a la que he llamado “radiografía testimonial”, es algo completamente nuevo. Con todo, lo decisivo es que, después de la exhumación de fosas (ante España y el mundo), el Auto del Juez Garzón, y los informes definitivos del Grupo de Trabajo de la ONU sobre desapariciones (2-7-2014) y del Relator Especial sobre la Comisión de la Verdad (22-7-2014), nuestra visión del franquismo no puede ser la misma del siglo XX. Ha surgido un giro copernicano, y es que la violencia radical del franquismo hay que analizarla ya a la luz de los crímenes internacionales: lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra. Nadie habla todavía de esto en España. Es un tabú insuperable, que afecta a la sociedad, a los intelectuales y también a la Universidad, con excepciones, claro. Este tabú favorece que el franquismo se vaya “de rositas”, sin comparecer simbólicamente ante la “justicia universal”. Para empezar, Franco y su régimen perpetraron todos los tipos de los crímenes de lesa humanidad, considerados en conjunto en 1945, pero que datan de mucho antes, de la Cláusula Martens, por ejemplo (Conferencia de La Haya, 1899), sobre vulneración de leyes de la humanidad, que repugnan a la conciencia pública. En el libro se ofrece una exhaustiva demostración de que Franco cometió los diversos tipos de genocidio que mencionó Raphael Lemkin, a pesar de la restrictiva Convención de 1948, por torpedeo de Inglaterra y de la URSS. La misma ONU tuvo luego, en 1984, que plantear una revisión y ampliación del concepto (Informe Whitaker). En esencia, el genocidio tiene dos grandes exigencias: el plan de eliminación o exterminio (clarísimo en las proclamas de Mola, Queipo, Franco, Gonzalo de Aguilera, etc.) y la discriminación o selección de un grupo o colectividad. En España fue el republicanismo, la izquierda, la base social que sustentaba a la República, y las élites republicanas (políticas y culturales). Todo ello se da en el franquismo, así como la definición de que se trata de “varias acciones combinadas”, con dos fases: destrucción de la identidad de un grupo humano, y segundo, imposición de la identidad del opresor. Por último, los crímenes de guerra, legislados desde finales del s. XIX, y atañen a dos extremos: por un lado, la matanza o maltrato de prisioneros (clarísimo en el franquismo. Varela fusiló a 4.000 prisioneros en su marcha de Toledo a Madrid, en octubre de 1936. Más grave que Yagüe en Badajoz, sin olvidar la matanza de la carretera de Málaga, 1937, o en la bolsa de La Serena, 1938, etc.). Segundo extremo: el arrasamiento de población civil en el transcurso de un acto bélico. ¿Y cómo fueron las entradas de las columnas franquistas en todos los pueblos durante la guerra? Con las calles llenas de cadáveres. Luego en miles de pueblos, las matanzas continuas (genocidio disperso y diferido). Mi libro plantea que ya no hay marcha atrás en el carácter universal de la criminalidad franquista, la cual se acerca sin remedio, a pesar de los escollos, al “veredicto de la historia”. Falta en España una elemental “escuela de genocidiología”, como si esto no nos afectara (y hay mucha tela que cortar, desde 1492). En cambio, se observan trabajos sustanciosos en Argentina, Chile, Perú, Colombia, México, EE.UU., etc. En estas cuestiones vamos en el furgón de cola. Tanto que la única traducción de Lemkin que se ha hecho en España ha sido en 2015, obra de Antonio Elorza, y sólo del cap. IX de su célebre obra, de 1944. En esto de crímenes internacionales estamos en mantillas, y mucho más la judicatura y el Tribunal Supremo.

-Explícanos, por favor, cómo es tu metodología de trabajo, porque para tratar tanta documentación y demás, debe ser harto difícil.

-Puede haber diversas metodologías. En Los desaparecidos de Franco he buscado una conjunción entre los hechos recuperados y el análisis de muchos aspectos conceptuales. Primero, el “trabajo de campo” de centenar y medio de hechos de desapariciones, y después el necesario marco teórico sobre cuestiones hoy no resueltas: el problema de la memoria, la amnesia de la Transición, la mal interpretada Ley de Amnistía de 1977, el concepto de desaparición forzada, la lección de las fosas, el origen europeo de la violencia radical del fascismo, los crímenes internacionales en el seno del franquismo, formas de comisiones de la verdad, etc. Conjugar las perpetraciones concretas y lo teórico, como el haz y el envés de una realidad histórica falseada.

-Se ha comentado, y el otro día leía yo en un libro de memorias, que potencias como Inglaterra, Francia o EE.UU. no quisieron entrar a tomar partido, firmando el “pacto de no-intervención”, porque vieron algunos desmanes cometidos contra la Iglesia y contra los más tradicionalistas y derechistas…

-El principal enemigo de la República, casi más que Franco o Hitler, fue Inglaterra. Francia se dejó llevar. Pero no por desmanes contra la Iglesia, sino porque Inglaterra ya era enemiga de la República desde 1931, desde el destronamiento de Alfonso XIII, porque le horrorizaba cualquier progresismo social, como ocurría en España. Inglaterra, muy fascistizada en aquella época, como Francia, veía fantasmas de bolcheviques por todas partes (Hoy pasa lo mismo). Las derechas, siempre, para retroalimentarse, necesitan chuletas de fantasmas asados (moros, erasmistas, protestantes, liberales, librepensadores, masones, comunistas, supuestos terroristas, manifestantes de “rodea el congreso”…). Antes los llevaban a la hoguera; ahora les ponen multas de 30 mil euros. El “Comité de No-Intervención” (Inglaterra/Francia) hizo más daño a la República que Franco y Hitler juntos.

image004.jpg-Poco se fijaron esas mismas potencias en las proclamas de Queipo de Llano; en lo acaecido en Badajoz… Un auténtico ejercicio de hipocresía, ¿No es así?

-La política internacional siempre es hipócrita y despiadada. Es la Real-politik. Estas miserias de los Estados se dan hoy, y antes, por supuesto. Las proclamas de Queipo, Mola y de otros muchos, “no se oían”. Y del franquismo nunca se quiso saber nada fuera de Los Pirineos. A los crímenes de Franco nunca les ha prestado atención la Europa hipócrita. La izquierda, los republicanos españoles y las víctimas han tenido que realizar la “travesía del desierto” completamente solos y en absoluto desamparo.

-¿Contribuyó esto a que los golpistas y luego la dictadura tuviese más libertad para llevar a cabo crímenes contra la humanidad?

-Ciertamente. Pero no sólo crímenes de lesa humanidad, sino también genocidio y crímenes de guerra. Hay que estudiar la esencia de estos tres grandes crímenes internacionales, estudiarlos a fondo, para concluir que Franco los vulneró todos. Por supuesto, con la indiferencia de las potencias occidentales vecinas. Para colmo, en España, que venía funcionando bien la aplicación de la “justicia universal”, desde la L.O. 6/1985 (Art. 23), recibió un palo restrictivo con la nueva L.O. 1/2009 (Gobierno socialista), y la anulación definitiva en 2014 (Gobierno del PP).

-Crímenes que ahora no son ni pueden ser juzgados aquí… tenemos que pasar por el tamiz de la justicia de otros países, como Argentina, salpicada también por dictaduras sangrientas y represivas que, a su vez, aprendieron de la franquista y hasta ahora abrazaron a nuestra monarquía.

-Efectivamente, nos hallamos ante el contrasentido de que los crímenes del franquismo no se juzgan en España, sino en un sumario parcial de una jueza argentina, a la que en España se le ha negado toda ayuda; incluso el Fiscal G. del Estado ha remitido circular taxativa a los juzgados de toda España, para que no auxilien en modo alguno a la jueza argentina. Pocas veces en el mundo un dictador ha gozado de tamaña carta blanca. La impunidad y la negación de un genocidio en el presente y en el futuro también incurre en dicho delito.

-Pero si nuestro Estado no es capaz de mirarse al espejo con todos sus ciudadanos y ciudadanas, poco avanzaremos, ¿no?

-Los Estados no pueden mirarse al espejo, porque si no, todos los espejos del mundo estallarían. En España, en estas líneas de Estado, no mandan los ciudadanos, sino otras dos instancias supremas: la Real-politik (presiones del Gobierno chino han dado al traste con la justicia universal en nuestros Códigos), y segundo, los olvidos y las amnesias se deben a los imperativos de la Transición “inmodélica”, que impuso el sello de “non grata” a cualquier mirada hacia el pasado franquista, convirtiéndolo en un tabú tan fuerte que, aún hoy día, este tema se considera de “mal gusto”, incluso en los medios de comunicación. Es decir, no se trata sólo del Estado. Hay muchos cómplices.

-Naciones Unidas, además, no nos ha ayudado en nada o casi nada, ¿no? Su papel ha sido de “comparsa”, al sol de quien más iba calentando, según el momento y la ocasión.

-Quizá no sea así. En este mi libro Los desaparecidos de Franco planteo que, de los muchos ojos del mundo, el único que ha mirado hacia España en el último lustro ha sido la ONU, y a su investigación en España (y a la valentía del Juez Garzón, además de las Asociaciones y Foros de la memoria) se debe que hoy estemos hablando de desaparecidos y de crímenes internacionales del franquismo, cosa impensable en el siglo pasado. En la última semana de septiembre de 2013, el Grupo de Trabajo de la ONU sobre desapariciones forzadas realizó una investigación en España, con un Informe Definitivo que se publicó el 2-7-2014, con 43 exigencias al Gobierno español, dándole 90 días de plazo para reparar gravísimas negligencias. El Gobierno del PP hizo caso omiso absoluto. Antes, los días 4-5 de noviembre de 2013, el Estado español fue convocado a Ginebra, a dar cuenta de otras exigencias planteadas anteriormente. La delegación española sólo acertó allí a soltar una serie de tópicos sobre las bondades de nuestra transición, de la Ley de Amnistía, etc. (estaba presente el Juez Garzón), lo cual causó gran enfado en el tribunal. Por último, un nuevo organismo de la ONU investigó en España, en la última semana de enero de 2014, un Relator Especial para la Promoción de la Verdad. El Informe Definitivo, de 22-7-2014, con 20 nuevas exigencias a España, dejó claros los incumplimientos de España en materia de verdad, justicia y reparación. El Gobierno del PP no se dio por enterado. Y así seguimos. España se ha convertido, después, de Israel, en el país más incumplidor de las exigencias de la ONU.

 

 

 

Otros “Cazarabet conversa con…” Francisco Moreno Gómez

Francisco Moreno Gómez

Aldo Morandi en España

Autoedición

05/12/2015

Ficha

Francisco Moreno Gómez

Trincheras de la República, 1937-1939. Desde Córdoba al Bajo Aragón, al destierro y al olvido. La gesta de una democracia acosada por el fascismo

El Páramo

13/01/2014

Ficha

 

 

Francisco Moreno Gómez en el catálogo de La Librería de Cazarabet

Cód.

Título

Autor

Pág.

Precio

Enlace

Fecha

24589

Los desaparecidos de Franco. Un estudio factual y teórico en el contexto de los crímenes internacionales y las comisiones de la verdad

Francisco Moreno Gómez

375

23.00

Alpuerto

26/10/2016

23336

Ni localizados, ni olvidados. Las Fosas del Cementerio San Fernando de Sevilla, 1936-1958

José Díaz Arriaza. Prólogo de Francisco Moreno Gómez

360

22.00

Aconcagua

01/05/2016

21500

Aldo Morandi en España

Francisco Moreno Gómez

103

8.00

Francisco Moreno Gómez

10/10/2015

19056

Lucha de historias, lucha de memorias. España, 2002-2015

Francisco Espinosa Maestre. Prólogo de Francisco Moreno Gómez

590

25.00

Aconcagua

11/07/2015

17295

La victoria sangrienta, 1939-1945. Un estudio de la gran represión franquista, para el Memorial Democrático de España

Francisco Moreno Gómez

688

28.50

Alpuerto

11/05/2014

15178

Trincheras de la República, 1937-1939. Desde Córdoba al Bajo Aragón, al destierro y al olvido. La gesta de una democracia acosada por el fascismo

Francisco Moreno Gómez

648

20.00

El Páramo

06/10/2013

8567

Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco

Francisco Espinosa Maestre | Francisco Moreno Gómez | Julián Casanova | Conxita Mir

384

10.90

Crítica

12/10/2011

5203

República, guerra y represión. Lucena 1931-1939.

Arcángel Bedmar. Prólogo de Francisco Moreno Gómez

290

12.00

Ayuntamiento Lucena

23/11/2010

4868

Historia y memoria del maquis. El cordobés Veneno, último guerrillero de La Mancha (extremeños, andaluces y manchegos en la Resistencia).

Francisco Moreno Gómez

250

18.00

Alpuerto

683

1936. El genocidio franquista en Córdoba.

Francisco Moreno Gómez

904

29.50

Crítica

 

 

 

 

 

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Los desaparecidos de Franco. Un estudio factual y teórico en el contexto de los crímenes internacionales y las comisiones de la verdad. Francisco Moreno Gómez
375 páginas        17 x 24 cms.
23,00 euros
Alpuerto

 

Este libro viene a ser un ensayo de «Comisión de la Verdad» en toda España, una conjunción de hechos recuperados y el necesario estudio teórico: por un lado, una nueva radiografía testimonial de los desaparecidos de Franco, y por otro, el estudio de los crímenes de carácter internacional del franquismo, más la necesaria reflexión sobre memoria, el plan de exterminio, la aparición de las fosas, las comisiones de la verdad y otras cuestiones.
Hemos dejado que las víctimas hablen a las puertas de la historia, como en este caso sucedido en San Sebastián de los Ballesteros (Córdoba), donde se aprecia la magnitud de la desgracia de los familiares de los desaparecidos: «… A mi padre lo mataron el 22 de septiembre de 1936. Era concejal. El 19 de julio lo encarcelaron, junto con el alcalde, el secretario y algunos más. Le pegaron mucho. Se lo llevaron al pueblo cercano de La Rambla, lo pusieron contra un eucalipto, le pegaron dos tiros y lo enterraron cerca de allí. Mi madre le llevaba cada día la comida a la cárcel, y ese día no lo encontró… (La cuestión) no es cómo vivimos esa muerte entonces. Es cómo hemos vivido toda la vida por culpa de eso. Nunca hemos tenido derecho a nada. Quisieron quitarnos hasta nuestra casa, como hicieron con mi tío. Suerte que la cambiamos de nombre… Veinticinco años después, y aún nadie quería darnos trabajo. Por eso vinimos todos a Sabadell. Mi madre se quedó viuda y con cuatro hijos, yo de meses, y se fue a vivir con mi abuelo, que apenas pudo ayudarle, porque los franquistas le arrebataron todo… Si quiero recuperar los restos de mi padre, después de 70 años, no es por revanchismo: es una restauración imprescindible del honor de mi padre… Somos la anti-patria, y nos lo han hecho sufrir toda la vida… Si te veían por la calle llorando la muerte de tu padre, te pegaban por antipatriota. No nos dejaban ni llorar. Nadie puede imaginarse lo brutal que fue aquella represión. Por ese miedo, ni mi familia ni yo fuimos jamás al cementerio de La Rambla a llorar a nuestro padre… Ni mi madre ni mis tíos hablan nunca de estas cosas. Por eso hoy, arrancada la máscara de la vergüenza, desean llorar a su padre sin culpa» (José Saz Ortega, a través de su hijo José Saz Ortiz, email de 18-9-2008).
Sólo partiendo del relato de las víctimas se puede llegar a la raíz de la catástrofe humanitaria causada por el franquismo, el cual no se puede estudiar ya sin el contexto de los crímenes de carácter universal.

 

Francisco Moreno Gómez, doctor en Filosofía y Letras (Literatura Hispánica) por la Universidad Complutense de Madrid. Realizó también estudios de Filología Clásica y de Filosofía Pura. Desde 1978 convirtió el tema de la guerra civil en el centro de su actividad intelectual. Con este libro, Los desaparecidos de Franco (2016), completa una tetralogía, junto con 1936. El genocidio franquista en Córdoba (2008), Trincheras de la República, 1937-1939 (2013) y La victoria sangrienta, 1939-1945 (2014). Antes de esta serie, dedicó otra especie de tetralogía al tema del maquis o guerrilla antifranquista, cuya obra central fue La resistencia armada contra Franco. Tragedia del maquis y la guerrilla (2001), seguida de Historia y memoria del maquis. El capitán «Veneno», último guerrillero de La Mancha (2006), precedidas de Morir, matar, sobrevivir (2002) (coordinado por Julián Casanova), y Víctimas de la guerra civil (1999) (coordinado por Santos Juliá), y en ambos libros este autor realizó la tercera parte, dedicada a la posguerra y a la guerrilla. Sus libros publicados comenzaron en 1982, con la trilogía de Córdoba: La República y la guerra civil en Córdoba (1982), presentada al Premio Díaz del Moral en 1981, que ganó en 1982, siendo presidente del jurado don Manuel Tuñón de Lara. Siguieron La guerra civil en Córdoba, 1936-1939 (1985) y Córdoba en la posguerra (La represión y la guerrilla, 1939-1950) (1987), con un paréntesis para La masonería en Córdoba (1985), junto con Juan Ortiz. El tema de la Literatura en la guerra civil y el drama del exilio lo trató en su tesis doctoral, de la mano del poeta Pedro Garfias, materia para dos obras: Pedro Garfias. Poesías completas (1996), y Pedro Garfias, poeta de la vanguardia, de la guerra y del exilio (1996). En 1997 publicó como texto docente la antología comentada Generación del 27 (para McGraw-Hill). Entre sus publicaciones menores se pueden seleccionar las siguientes. Sobre obrerismo: «Movimiento obrero, caciquismo y represión en Córdoba durante 1919» (revista Axerquia, Diputación de Córdoba, 1984), y La última utopía (sobre orígenes de la III Internacional en Andalucía occidental en los años 20, 1995). Sobre las cifras del genocidio franquista en España: «El terrible secreto del franquismo» (La Aventura de la Historia, 3, 1999). Sobre la criminalidad franquista: «La gran acción represiva de Franco que se quiere ocultar» (Hispania Nova, núm. 1 Extraordinario, UC3M, 2015, coord. Ángel Viñas). En 2015 dio a conocer fotografías inéditas de la guerra civil en: Aldo Morandi en España, a raíz del hallazgo del álbum privado de fotos de este jefe interbrigadista italiano. Su idea del romanticismo literario le dio materia para el texto Literatura, ficción o realidad (Zafra, Badajoz, 2002). Entre otras publicaciones, conferencias, etc. cabe citar su labor de protagonista en el documental Dejadme llorar (de Jordi Gordon, Algarabía Produce SL, 2015). Entre los crímenes de Franco, siempre ponderó la tragedia del exilio español (los refugiados de entonces), según este poema de Pedro Garfias, «Entre España y México», emblemático del exilio español: Qué hilo tan fino, qué delgado junco / -de acero fiel- nos une y nos separa / con España presente en el recuerdo, / con México presente en la esperanza. /… / España que perdimos, no nos pierdas; / guárdanos en tu frente derrumbada, / conserva a tu costado el hueco vivo / de nuestra ausencia amarga, / que un día volveremos, más veloces, / sobre la densa y poderosa espalda / de este mar, con los brazos ondeantes / y el latido del mar en la garganta.

 

Índice
DEDICATORIA
PROLEGÓMENOS
 
I. LA MEMORIA, LOS DESAPARECIDOS Y LAS FOSAS
El problema de la memoria.— El fenómeno de las desapariciones en España.— Las fosas: el gran aldabonazo contra el olvido.— Genocidio: destrucción de familias por el franquismo
1.— El problema de la memoria, bajo el desprecio de los vencedores
1.1.— La memoria golpeando contra el muro
1.2.— Negacionismo, equidistancia y otros subterfugios.
1.3.— El resurgir de la memoria y las falacias de la Transición
2.— Los desaparecidos que trajo el golpe militar de 1936.
2.1.— La irrupción en España de este crimen de lesa humanidad.
2.2.— El auto del juez Garzón: único intento de la judicatura española en pro de los desaparecidos
2.3.— La ONU investiga en España
3.— Las fosas, el mayor aldabonazo contra el olvido.
4.— Primer descenso al infierno franquista: la destrucción masiva de familias
 
II. DESCENSO A LOS INFIERNOS DEL FRANQUISMO. APROXIMACIÓN A LA CATÁSTROFE HUMANITARIA DE LAS DESAPARICIONES
Radiografía testimonial sobre las desapariciones, 80 años después
1.— Preliminar.
2.— Los desaparecidos ante el laberinto de los tribunales «democráticos»
3.— Los desaparecidos ante las fosas del silencio
4.— Nuevas fuentes testimoniales sobre las desapariciones
5.— La importancia de las investigaciones locales
6.— Aproximación a un concepto tabú: los «lugares de genocidio».
 
III. EL PLAN DE EXTERMINIO O «LIMPIEZA». CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD, GENOCIDIO Y CRÍMENES DE GUERRA
La criminalidad franquista en el contexto de los crímenes internacionales. La ofuscación del pensamiento dominante
1.— El plan de exterminio o «limpieza», siguiendo esquemas del fascismo europeo
2.— Crímenes contra la humanidad.
3.— El genocidio como delito internacional
3.1.— El miedo a definir las matanzas de Franco
3.2.— Lemkin, una vida marcada por la justicia universal
3.3.— La Conferencia de Madrid de 1933
3.4.— «El dominio del Eje en la Europa ocupada»
3.5.— Campaña final para la tipificación del genocidio
3.6.— Camino de la Resolución de la ONU, de 1946
3.7.— Culminación del proyecto: la Convención de 1948
3.8.— La «resaca» de la Convención de 1948. El Informe Whitaker
4.— Los crímenes de guerra de Franco. Matanzas de prisioneros y de población civil
5.— Las Comisiones de la Verdad
 
COLOFÓN
APÉNDICE. El genocidio de Franco. El caso de Córdoba, entre todas las provincias masacradas.
BIBLIOGRAFÍA

 

 

 

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