La
Librería de El Sueño Igualitario
Un libro, un estudio y una investigación
teórica sobre los hechos acontecidos sobre los crímenes internacionales y las
comisiones de la verdad desde la pluma, audaz y valiente, de Francisco Moreno
Gómez.
Lo que nos explica Editorial Alpuerto sobre este libro:
Este libro viene a ser un ensayo de «Comisión
de la Verdad» en toda España, una conjunción de hechos recuperados y el
necesario estudio teórico: por un lado, una nueva radiografía testimonial de
los desaparecidos de Franco, y por otro, el estudio de los crímenes de carácter
internacional del franquismo, más la necesaria reflexión sobre memoria, el plan
de exterminio, la aparición de las fosas, las comisiones de la verdad y otras
cuestiones.
Hemos dejado que las víctimas hablen a las
puertas de la historia, como en este caso sucedido en San Sebastián de los
Ballesteros (Córdoba), donde se aprecia la magnitud de la desgracia de los
familiares de los desaparecidos: «… A mi padre lo mataron el 22 de septiembre
de 1936. Era concejal. El 19 de julio lo encarcelaron, junto con el alcalde, el
secretario y algunos más. Le pegaron mucho. Se lo llevaron al pueblo cercano de
La Rambla, lo pusieron contra un eucalipto, le pegaron dos tiros y lo
enterraron cerca de allí. Mi madre le llevaba cada día la comida a la cárcel, y
ese día no lo encontró… (La cuestión) no es cómo vivimos esa muerte entonces. Es
cómo hemos vivido toda la vida por culpa de eso. Nunca hemos tenido derecho a
nada. Quisieron quitarnos hasta nuestra casa, como hicieron con mi tío. Suerte
que la cambiamos de nombre… Veinticinco años después, y aún nadie quería darnos
trabajo. Por eso vinimos todos a Sabadell. Mi madre se quedó viuda y con cuatro
hijos, yo de meses, y se fue a vivir con mi abuelo, que apenas pudo ayudarle,
porque los franquistas le arrebataron todo… Si quiero recuperar los restos de
mi padre, después de 70 años, no es por revanchismo: es una restauración
imprescindible del honor de mi padre… Somos la anti-patria, y nos lo han hecho
sufrir toda la vida… Si te veían por la calle llorando la muerte de tu padre,
te pegaban por antipatriota. No nos dejaban ni llorar. Nadie puede imaginarse
lo brutal que fue aquella represión. Por ese miedo, ni mi familia ni yo fuimos
jamás al cementerio de La Rambla a llorar a nuestro padre… Ni mi madre ni mis
tíos hablan nunca de estas cosas. Por eso hoy, arrancada la máscara de la
vergüenza, desean llorar a su padre sin culpa» (José Saz Ortega, a través de su
hijo José Saz Ortiz, email de 18-9-2008).
Sólo partiendo del relato de las víctimas se
puede llegar a la raíz de la catástrofe humanitaria causada por el franquismo,
el cual no se puede estudiar ya sin el contexto de los crímenes de carácter
universal.
El autor, Francisco Moreno Gómez: doctor en Filosofía y Letras por la Universidad
Complutense de Madrid, catedrático de Instituto jubilado, inició su labor
historiográfica en 1978, bajo el estímulo de don Manuel Tuñón de Lara. A partir
de 1982 fue apareciendo, entre las primeras monografías territoriales que se
hicieron en España, su Trilogía sobre Córdoba: La República y la guerra
civil en Córdoba (1982, premio “Díaz del Moral”, del Ayto. de
Córdoba), La guerra civil en Córdoba, 1936-1939 (1985),
y Córdoba en la posguerra (La represión y la guerrilla) (1987). En
1985 publicó también La Masonería en Córdoba, junto con Juan Ortiz. En
1992 obtuvo, junto con sus alumnos de COU, el premio Espasa-Calpe, por un guión
radiofónico sobre Miguel Hernández. En agosto del mismo año impartió
conferencia en la Universidad de Monterrey (México), con motivo del V
Centenario. En 1995 publicó La última utopía, sobre la III Internacional
en Andalucía. En 1996 publicó dos libros a partir de su tesis doctoral: Pedro Garfias,
poeta de la vanguardia y del exilio, así como Poesías Completas, del mismo
autor. En 1997 publicó para McGraw-Hill la antología comentada Generación
del 27. Vino luego el libro conjunto Víctimas de la guerra
civil (1999), en el que redactó la 3ª parte. En La Aventura de la Historia
publicó el trabajo “El terrible secreto del franquismo” (núm. 3,
1999). Junto con una amplia labor de conferenciante, en 2001 publicó una
extensa obra: La resistencia armada contra Franco. La tragedia del maquis
y la guerrilla. Sobre el mismo tema participó en el libro conjunto Morir,
matar, sobrevivir (2002), y la obra individual Historia y memoria del
maquis (1996). En 2008 inicia una tetralogía exhaustiva sobre Córdoba: 1936,
El genocidio franquista en Córdoba, seguido de esta obra, Trincheras de la
República (2013), Los “desaparecidos” de Franco y La
victoria sangrienta, ya terminados para la imprenta
Está adscrito a la tercera generación de
historiadores del "Materialismo histórico".
Nuestro amigo, Francisco Moreno, ya ha estado
con nosotros en dos entrevistas:
Una en su aproximación con “Aldo Morandi en España”:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/aldo.htm
Sobre su libro, espléndido: "Trincheras
de la República, 1937-1939. Desde Córdoba al Bajo Aragón, al destierro y al
olvido. La gesta de una democracia acosada por el fascismo".
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/trincheras.htm
Cazarabet
conversa con Francisco Moreno Gómez:
-Amigo
Francisco, explícanos, ¿qué se encuentra el lector entre las páginas de Los desaparecidos de Franco?
-El lector se va a encontrar una obra muy
novedosa, en fondo y forma. Por un lado, recuperación de hechos, datos
concretos, lo que se llama trabajo de campo (II Parte), que es lo que más falta
en los trabajos académicos habituales. Por primera vez, los familiares de los
desaparecidos, más de 150, preguntan por sus víctimas ante la historia y
cuentan sus dramas bajo el franquismo a la atención de los historiadores. Por
otro lado, encontrarán un estudio teórico muy amplio sobre los temas candentes
que en los últimos tiempos está planteando el franquismo (I y III Parte): la
gran cuestión de la memoria, repercusión de las exhumaciones, las
intervenciones de la ONU, los orígenes de la violencia fascista en Europa, los
crímenes internacionales y una aproximación a las comisiones de la verdad.
Repito que esta amplia visión de conjunto es, creo, la primera vez que se
presenta en España, en busca de la palabra final sobre el franquismo y cómo
éste debe pasar a la historia.
-Un libro
necesario, porque la memoria debe acogerse a muchos clavos, aunque sean de los
que estén ardiendo, para reivindicarse, ¿no?
-La memoria está constreñida en España, la de
los vencidos, no la de los vencedores. Y cuando se dice vencidos, se dicen
muchas cosas más: es la memoria de II República democrática; es la memoria de
las élites culturales y políticas (Lorca, Azaña, Juan Negrín, etc.); es la
memoria de la clase obrera y sindical (el campesinado, la reforma agraria,
etc.); es la memoria de la modernidad española, del laicismo, del constitucionalismo,
etc.; es la memoria de la lucha contra el golpe militar (esto no se dice
nunca), y es que media España lucha contra el golpe militar. Es la memoria de
la resistencia contra el fascismo desatado en los años treinta; es la memoria
del dolor, de las violaciones de los derechos humanos; es la memoria del
trabajo esclavo, de las cárceles, del expolio económico; la memoria del hambre,
la memoria de los exiliados, la memoria del desprecio a las mujeres, la memoria
de los huidos al monte, etc., etc., Todo esto y mucho más quiere decir la
“memoria histórica”. Por contra, los constreñidores
de la memoria son: los vencedores, el Estado franquista, y después, el Estado
democrático, que no quiere saber nada de los que sucumbieron o resistieron
(salvo la modesta ley de memoria histórica), pero hay más partícipes en el Auto
de Fe contra la memoria: las derechas, los felipistas,
la Iglesia, los poderes fácticos, el Tribunal Supremo y toda la judicatura, y
gran parte del mundo académico, con los equidistantes a la cabeza. Ante la
desidia del mundo académico, con excepciones, Raymond Carr
se preguntaba en 1994: “Me gustaría saber por qué los historiadores españoles
no están interesados en la guerra civil”. No se interesan, porque el tema
encaja mal en el pensamiento dominante. Así que, a ver qué puede hacer la pobre
memoria de los sufridores de la historia en medio de la jauría “oficial”.
-Amigo, hoy en
día con qué problemas nos encontramos con la memoria; cuáles de ellos perduran
o se encuentran como enquistados. Quizá todo empieza cuando la historia la
escriben los vencedores, sin dar ningún aire a los que han caído en la derrota.
-Los problemas de la memoria empiezan con una
Transición hipócrita, en la que la correlación de fuerzas en modo alguno era
favorable a las izquierdas, sino a la nueva derecha, que no había perdido su
capacidad de control y de poder. Por eso nadie pensó en una “justicia
transicional”. Las izquierdas, con tal de ser legalizadas y tocar poder,
accedieron a todo, incluso a echar por la borda su capital de resistencia
antifranquista, sus víctimas por la libertad y su memoria de cuarenta años. Los
entreguismos de aquella Transición constituyen el meollo de lo que hoy se llama
“pensamiento dominante”, que en realidad es “pensamiento único”, contra el que
el pensamiento libre, independiente, creativo, colateral o periférico no tiene
nada que hacer contra la gran nube tóxica del pensamiento “oficial”, único y
dominante. Los vencedores escribieron una historia falsa, y hoy mismo la
quieren mantener, vituperando a la República, falseando la guerra (nunca hablan
de golpe militar), todo en contra de los hechos y en contra de los mínimos
valores democráticos que no sienten. De lo contrario no hablarían del dictador
con el fervor, respeto y adoración con que lo hacen.
-Escribir
la historia, amigo Francisco, se convirtió por parte de muchísimos vencedores
en un ejercicio de “poner la puntilla” o de poner una losa sobre la memoria de
los derrotados.
-Así ha sido exactamente. El franquismo, desde
el primer día puso en marcha la maquinaria de la ocultación y de la
desaparición. El plan de ocultación se plasma en las desapariciones, como en la
Orden de Noche y niebla (7-12-1941),
de los nazis. Esto se demuestra en mi libro con gran profusión de datos.
-Este libro Los desaparecidos de Franco es muy
doloroso, porque experimentar directa o indirectamente el fenómeno de la
desaparición es peor que saber que tu marido, hermano, padre, hermanas, madre,
mujer… hayan muerto, ¿qué nos puedes comentar?
-Entre los muchos casos de desapariciones que
recoge el libro traigo a colación un hecho nuevo no conocido entre los
historiadores. Después que los franquistas entraron en Talavera en 1936, una
sección se acercó al pueblito de El Real de San Vicente (Toledo) y asesinaron a
42 vecinos, el 3 de octubre. Llegada la victoria, a finales de septiembre de
1939, 21 de las viudas o madres tuvieron el valor de dirigirse al juez
municipal franquista de esta manera: “Las que suscriben… deseando tener la
partida de defunción de nuestros maridos e hijos, por creer que son muertos. Y
siendo necesario por asuntos de familia, es por lo que acudimos a V. para que
dicha petición sea concedida…”. No sabemos del éxito o fracaso de la petición,
pero nos interesa el drama de los familiares de los desaparecidos siguiendo la
pista de las víctimas. Ahora se comprende lo que pudieron suponer las
consecuencias de la cifra de 130.000 desaparecidos (entre los ciento cuarenta o
ciento cincuenta mil fusilados), que manejó el Auto del Juez Garzón.
-Y es que hay,
hoy todavía, muchos nietos, bisnietos, hijos, sobrinos, que no saben dónde
están sus muertos, y además deben aguantar el que se les impida el saber dónde
están, con esa impotencia que deja el paso de los años… y cada vez quedan menos
testimonios que nos puedan contar lo que aconteció.
-El derecho de las víctimas a la verdad está
protegido, entre otras instancias, por el Conjunto
de Principios para la Protección y la Promoción de los Derechos Humanos
mediante la lucha contra la Impunidad, de la ONU (8-2-2005), y debe ser
obra del propio Estado. El principio 3 añade más: la salvación de la memoria
colectiva también es obra del Estado: “Estas medidas deben estar encaminadas a
preservar del olvido la memoria colectiva y, en particular, evitar que surjan
tesis revisionistas y negacionistas”. Tomen nota los
equidistantes y quintacolumnistas de la verdad histórica.
-¿Cuántos desaparecidos se estiman que trajo el golpe militar
de 1936 (a éstos habría que sumar los que murieron en el campo de batalla).
-Entre los pocos que hemos prestado mucha
atención a esta cuestión, y en este libro de Los desaparecidos… se incluye, venimos a coincidir, en líneas
generales, en unas cifras, teniendo presente que el franquismo causó en España
una catástrofe humanitaria (mucho más que una represión), que fue la matanza
fundacional del régimen. Las cifras son: entre ciento cuarenta o ciento
cincuenta mil fusilamientos directos (de los cuales, unos 130.000 son
desaparecidos, en mayor o menor medida; apresamientos masivos (más de medio
millón en 1939); más de 300.000 presos en la primera posguerra, de los cuales
unos 16.000 perecieron de hambre en las cárceles (Lemkin
los incluye como tipo de genocidio); unos 90.000 en Batallones de Trabajo; casi
400.000 en el exilio forzado a Francia (de los que 14.000 perecieron hasta el
verano de 1939, según datos oficiales de Francia); más otros 9.000 exiliados al
Norte de África, con una considerable mortandad; unos 7.000 españoles
exterminados en los campos nazis; otros 7.000 resistentes forzados a huir al
monte, de los que murieron la mitad. Además, muchos miles de muertos en los
frentes de batalla, una cifra difícil de precisar; varios miles por bombardeos,
y en general, una gran mortandad en toda España, por la hambruna y las infracondiciones que trajo la posguerra. Todo un desastre
humanitario para acceder al poder y mantenerlo durante casi cuatro décadas.
-Así,
las desapariciones de la guerra civil y de la dictadura se han convertido en
crímenes que hieren a toda la humanidad, porque empañan los valores de toda
sociedad, decente y digna, debería querer compartir, ¿no?
-Efectivamente, las desapariciones constituyen
un apartado de los crímenes de lesa humanidad, tal como se esbozaron en el Estatuto de Nuremberg
(8-8-1945), y se sistematizaron con más detalle en el Estatuto de Roma (1998), en su art. 7. Franco los quebrantó todos.
Y si no, recuérdense: asesinato, deportaciones o exilios, encarcelamientos
masivos, tortura, persecución de un grupo, desaparición forzada, y otros actos
inhumanos causantes de grandes sufrimientos o que atenten gravemente contra la
integridad física y mental”. Todos estos tipos sin excepción fueron vulnerados
por el franquismo, desde 1936 hasta 1975.
Estos crímenes hieren a toda la humanidad,
porque vulneran “los usos y costumbres de la guerra (ius in bello), las leyes de la humanidad y las exigencias de la
conciencia pública”, según dice la Cláusula Martens, aprobada en la Conferencia de La Haya (1899), ante la
cual el franquismo no puede alegar la cuestión de retroactividad.
-¿Cuál es la
“delgada línea roja” que hace que un crimen pase a considerarse, además, como
crimen contra la humanidad?
-Ello ocurre cuando los crímenes, casi siempre
cometidos por los Estados y por sus agentes, revisten el carácter de atroces y
repugnantes para la conciencia pública. Se trata, según Robertson, de “La
comisión de actos generalizados y sistemáticos de asesinato, tortura,
esclavización o persecución de civiles inocentes en aras de una línea
política”. Es fácilmente demostrable qué de esto perpetró el franquismo, que
fue todo. Pero hay que conocer los hechos. Si no se conoce lo ocurrido, pues
“apaga y vámonos”. El desconocimiento de los hechos lleva a que muchos nieguen
estos crímenes en Franco, incluido el Tribunal Supremo. Supongo pensarán que a
Franco sólo “se le fue un poquito la mano”, y nada más. Insisto en el origen
del negacionismo: no se conocen ni mucho menos los
hechos pormenorizados que ocurrieron en cada rincón de España.
-Las fosas, por
desgracia, albergan a la gran mayoría de estos muertos, ¿no?
-El siglo XXI ha entrado en escena con un
hecho de gran trascendencia: la exhumación de fosas de los desaparecidos de
Franco, desde el año 2000 al actual. Lo importante de las exhumaciones fue que
se visibilizó, sin tapujos, el horror de la criminalidad franquista. Los
medios, poco proclives por naturaleza, de los mal asesinados y mal enterrados.
Y la ONU tuvo conocimiento de ello. Por tanto, las cosas ya no iban a ser igual
en el futuro próximo. Provisionalmente, a fecha de 2014, existen en España
2.382 fosas, de las que se han exhumado 2000, con un balance de 6.000
asesinados, según recojo en mi libro Los
desaparecidos de Franco. La mayoría de los desaparecidos cayeron en 1936,
si bien hay que decir que las víctimas de Franco siempre padecieron algo de
desaparición, en mayor o menor medida, porque siempre se ocultaron datos a los
familiares, incluso en las víctimas por consejo de guerra, que fueron a parar a
fosas comunes. Los familiares, en estos casos de posguerra, pueden saber el
quién, cuándo y cómo, pero no en dónde. Así, más de 130.000 víctimas, del total
de unos 150.000 fusilados. La sepultura individual apenas se dio en todo el
franquismo.
-Haría falta, ya
de una vez, un mapa sobre las desapariciones, un mapa sobre las fosas comunes…
-Ciertamente, el mapa que hay, de antes de
2011, no está actualizado; más aún, quedó paralizado desde que entró el
gobierno de derechas del señor Rajoy, que redujo a cero el presupuesto para la
memoria histórica y clausuró una oficina al respecto. Como ahora, los deseos de
“cambio” han caído en manos otra vez del señor Rajoy, pues no queda nada que
esperar.
-Amigo,
tú te has acercado de manera muy humana, recogiendo testimonios y demás, al
inframundo de las desapariciones, pero debe de haber sido una tarea,
francamente, muy dura…
-Me he acercado de manera no sólo humana, sino
científica e historicista, lo que se llama la técnica del trabajo de campo. Y
esto es lo que tenían que haber hecho todos los historiadores, para saber de
verdad lo que ocurrió. Muchos teorizan y teorizan al margen de los hechos
concretos perpetrados. Sin saber lo que ocurrió no se puede teorizar. Este es
uno de los males hoy de nuestro mundo académico. Más arriba dije que han
llegado a mí al menos 150 casos, o yo he llegado a ellos, de familiares que
indagan sobre víctimas desaparecidas y han relatado sus experiencias, a menudo
desgarradoras. A esto, en mi libro Los
desaparecidos…, lo llamo “radiografía testimonial sobre las
desapariciones”. Ocupa la II Parte, y son datos demoledores.
-¿Qué aporta este
libro de nuevo a otras investigaciones sobre las desapariciones?
-Aparte de que sobre esta cuestión se ha
escrito poco, ya dije antes que este libro es muy novedoso en fondo y forma, en
cuanto a cómo hay que ver al franquismo en el siglo XXI, después de que han
entrado en España organismos de la ONU, han investigado y han abierto claves
muy importantes, como una lupa especial, para ver con más exactitud la esencia
del franquismo. Esto, unido a la que he llamado “radiografía testimonial”, es
algo completamente nuevo. Con todo, lo decisivo es que, después de la
exhumación de fosas (ante España y el mundo), el Auto del Juez Garzón, y los
informes definitivos del Grupo de Trabajo de la ONU sobre desapariciones
(2-7-2014) y del Relator Especial sobre la Comisión de la Verdad (22-7-2014),
nuestra visión del franquismo no puede ser la misma del siglo XX. Ha surgido un
giro copernicano, y es que la violencia radical del franquismo hay que
analizarla ya a la luz de los crímenes internacionales: lesa humanidad,
genocidio y crímenes de guerra. Nadie habla todavía de esto en España. Es un
tabú insuperable, que afecta a la sociedad, a los intelectuales y también a la
Universidad, con excepciones, claro. Este tabú favorece que el franquismo se
vaya “de rositas”, sin comparecer simbólicamente ante la “justicia universal”.
Para empezar, Franco y su régimen perpetraron todos los tipos de los crímenes
de lesa humanidad, considerados en
conjunto en 1945, pero que datan de mucho antes, de la Cláusula Martens, por
ejemplo (Conferencia de La Haya, 1899), sobre vulneración de leyes de la
humanidad, que repugnan a la conciencia pública. En el libro se ofrece una
exhaustiva demostración de que Franco cometió los diversos tipos de genocidio que mencionó Raphael Lemkin, a pesar de la restrictiva Convención de 1948, por
torpedeo de Inglaterra y de la URSS. La misma ONU tuvo luego, en 1984, que
plantear una revisión y ampliación del concepto (Informe Whitaker). En esencia,
el genocidio tiene dos grandes exigencias: el plan de eliminación o exterminio
(clarísimo en las proclamas de Mola, Queipo, Franco,
Gonzalo de Aguilera, etc.) y la discriminación o selección de un grupo o
colectividad. En España fue el republicanismo, la izquierda, la base social que
sustentaba a la República, y las élites republicanas (políticas y culturales).
Todo ello se da en el franquismo, así como la definición de que se trata de
“varias acciones combinadas”, con dos fases: destrucción de la identidad de un
grupo humano, y segundo, imposición de la identidad del opresor. Por último,
los crímenes de guerra, legislados
desde finales del s. XIX, y atañen a dos extremos: por un lado, la matanza o
maltrato de prisioneros (clarísimo en el franquismo. Varela fusiló a 4.000
prisioneros en su marcha de Toledo a Madrid, en octubre de 1936. Más grave que
Yagüe en Badajoz, sin olvidar la matanza de la carretera de Málaga, 1937, o en
la bolsa de La Serena, 1938, etc.). Segundo extremo: el arrasamiento de
población civil en el transcurso de un acto bélico. ¿Y cómo fueron las entradas
de las columnas franquistas en todos los pueblos durante la guerra? Con las
calles llenas de cadáveres. Luego en miles de pueblos, las matanzas continuas
(genocidio disperso y diferido). Mi libro plantea que ya no hay marcha atrás en
el carácter universal de la criminalidad franquista, la cual se acerca sin
remedio, a pesar de los escollos, al “veredicto de la historia”. Falta en
España una elemental “escuela de genocidiología”,
como si esto no nos afectara (y hay mucha tela que cortar, desde 1492). En
cambio, se observan trabajos sustanciosos en Argentina, Chile, Perú, Colombia,
México, EE.UU., etc. En estas cuestiones vamos en el furgón de cola. Tanto que
la única traducción de Lemkin que se ha hecho en
España ha sido en 2015, obra de Antonio Elorza, y
sólo del cap. IX de su célebre obra, de 1944. En esto de crímenes
internacionales estamos en mantillas, y mucho más la judicatura y el Tribunal
Supremo.
-Explícanos, por
favor, cómo es tu metodología de trabajo, porque para tratar tanta
documentación y demás, debe ser harto difícil.
-Puede haber diversas metodologías. En Los desaparecidos de Franco he buscado
una conjunción entre los hechos recuperados y el análisis de muchos aspectos
conceptuales. Primero, el “trabajo de campo” de centenar y medio de hechos de
desapariciones, y después el necesario marco teórico sobre cuestiones hoy no
resueltas: el problema de la memoria, la amnesia de la Transición, la mal
interpretada Ley de Amnistía de 1977, el concepto de desaparición forzada, la
lección de las fosas, el origen europeo de la violencia radical del fascismo,
los crímenes internacionales en el seno del franquismo, formas de comisiones de
la verdad, etc. Conjugar las perpetraciones concretas y lo teórico, como el haz
y el envés de una realidad histórica falseada.
-Se ha comentado,
y el otro día leía yo en un libro de memorias, que potencias como Inglaterra,
Francia o EE.UU. no quisieron entrar a tomar partido, firmando el “pacto de
no-intervención”, porque vieron algunos desmanes cometidos contra la Iglesia y
contra los más tradicionalistas y derechistas…
-El principal enemigo de la República, casi
más que Franco o Hitler, fue Inglaterra. Francia se dejó llevar. Pero no por
desmanes contra la Iglesia, sino porque Inglaterra ya era enemiga de la
República desde 1931, desde el destronamiento de Alfonso XIII, porque le
horrorizaba cualquier progresismo social, como ocurría en España. Inglaterra,
muy fascistizada en aquella época, como Francia, veía
fantasmas de bolcheviques por todas partes (Hoy pasa lo mismo). Las derechas,
siempre, para retroalimentarse, necesitan chuletas de fantasmas asados (moros,
erasmistas, protestantes, liberales, librepensadores, masones, comunistas,
supuestos terroristas, manifestantes de “rodea el congreso”…). Antes los
llevaban a la hoguera; ahora les ponen multas de 30 mil euros. El “Comité de
No-Intervención” (Inglaterra/Francia) hizo más daño a la República que Franco y
Hitler juntos.
-Poco se fijaron
esas mismas potencias en las proclamas de Queipo de
Llano; en lo acaecido en Badajoz… Un auténtico ejercicio de hipocresía, ¿No es
así?
-La política internacional siempre es
hipócrita y despiadada. Es la Real-politik. Estas miserias de los Estados se dan hoy, y
antes, por supuesto. Las proclamas de Queipo, Mola y
de otros muchos, “no se oían”. Y del franquismo nunca se quiso saber nada fuera
de Los Pirineos. A los crímenes de Franco nunca les ha prestado atención la
Europa hipócrita. La izquierda, los republicanos españoles y las víctimas han
tenido que realizar la “travesía del desierto” completamente solos y en
absoluto desamparo.
-¿Contribuyó esto
a que los golpistas y luego la dictadura tuviese más libertad para llevar a
cabo crímenes contra la humanidad?
-Ciertamente. Pero no sólo crímenes de lesa
humanidad, sino también genocidio y crímenes de guerra. Hay que estudiar la
esencia de estos tres grandes crímenes internacionales, estudiarlos a fondo,
para concluir que Franco los vulneró todos. Por supuesto, con la indiferencia
de las potencias occidentales vecinas. Para colmo, en España, que venía
funcionando bien la aplicación de la “justicia universal”, desde la L.O. 6/1985
(Art. 23), recibió un palo restrictivo con la nueva L.O. 1/2009 (Gobierno
socialista), y la anulación definitiva en 2014 (Gobierno del PP).
-Crímenes que
ahora no son ni pueden ser juzgados aquí… tenemos que pasar por el tamiz de la
justicia de otros países, como Argentina, salpicada también por dictaduras
sangrientas y represivas que, a su vez, aprendieron de la franquista y hasta
ahora abrazaron a nuestra monarquía.
-Efectivamente, nos hallamos ante el
contrasentido de que los crímenes del franquismo no se juzgan en España, sino
en un sumario parcial de una jueza argentina, a la que en España se le ha
negado toda ayuda; incluso el Fiscal G. del Estado ha remitido circular
taxativa a los juzgados de toda España, para que no auxilien en modo alguno a
la jueza argentina. Pocas veces en el mundo un dictador ha gozado de tamaña
carta blanca. La impunidad y la negación de un genocidio en el presente y en el
futuro también incurre en dicho delito.
-Pero si nuestro
Estado no es capaz de mirarse al espejo con todos sus ciudadanos y ciudadanas,
poco avanzaremos, ¿no?
-Los Estados no pueden mirarse al espejo,
porque si no, todos los espejos del mundo estallarían. En España, en estas
líneas de Estado, no mandan los ciudadanos, sino otras dos instancias supremas:
la Real-politik
(presiones del Gobierno chino han dado al traste con la justicia universal en
nuestros Códigos), y segundo, los olvidos y las amnesias se deben a los
imperativos de la Transición “inmodélica”, que impuso
el sello de “non grata” a cualquier mirada hacia el pasado franquista,
convirtiéndolo en un tabú tan fuerte que, aún hoy día, este tema se considera
de “mal gusto”, incluso en los medios de comunicación. Es decir, no se trata
sólo del Estado. Hay muchos cómplices.
-Naciones Unidas,
además, no nos ha ayudado en nada o casi nada, ¿no? Su papel ha sido de
“comparsa”, al sol de quien más iba calentando, según el momento y la ocasión.
-Quizá no sea así. En este mi libro Los desaparecidos de Franco planteo que,
de los muchos ojos del mundo, el único que ha mirado hacia España en el último
lustro ha sido la ONU, y a su investigación en España (y a la valentía del Juez
Garzón, además de las Asociaciones y Foros de la memoria) se debe que hoy
estemos hablando de desaparecidos y de crímenes internacionales del franquismo,
cosa impensable en el siglo pasado. En la última semana de septiembre de 2013,
el Grupo de Trabajo de la ONU sobre desapariciones forzadas realizó una
investigación en España, con un Informe Definitivo que se publicó el 2-7-2014,
con 43 exigencias al Gobierno español, dándole 90 días de plazo para reparar
gravísimas negligencias. El Gobierno del PP hizo caso omiso absoluto. Antes,
los días 4-5 de noviembre de 2013, el Estado español fue convocado a Ginebra, a
dar cuenta de otras exigencias planteadas anteriormente. La delegación española
sólo acertó allí a soltar una serie de tópicos sobre las bondades de nuestra
transición, de la Ley de Amnistía, etc. (estaba presente el Juez Garzón), lo
cual causó gran enfado en el tribunal. Por último, un nuevo organismo de la ONU
investigó en España, en la última semana de enero de 2014, un Relator Especial
para la Promoción de la Verdad. El Informe Definitivo, de 22-7-2014, con 20
nuevas exigencias a España, dejó claros los incumplimientos de España en materia
de verdad, justicia y reparación. El Gobierno del PP no se dio por enterado. Y
así seguimos. España se ha convertido, después, de Israel, en el país más
incumplidor de las exigencias de la ONU.
Otros “Cazarabet conversa con…” Francisco Moreno Gómez
Francisco Moreno Gómez |
Aldo Morandi en España |
Autoedición |
05/12/2015 |
|
Francisco Moreno Gómez |
Trincheras de la República, 1937-1939.
Desde Córdoba al Bajo Aragón, al destierro y al olvido. La gesta de una
democracia acosada por el fascismo |
El Páramo |
13/01/2014 |
Francisco Moreno Gómez en
el catálogo de La Librería de Cazarabet
Cód. |
Título |
Autor |
Pág. |
Precio |
Enlace |
Fecha |
24589 |
Los
desaparecidos de Franco. Un estudio factual y teórico en el contexto de los
crímenes internacionales y las comisiones de la verdad |
Francisco
Moreno Gómez |
375 |
23.00 |
26/10/2016 |
|
23336 |
Ni
localizados, ni olvidados. Las Fosas del Cementerio San Fernando de Sevilla,
1936-1958 |
José
Díaz Arriaza. Prólogo de Francisco Moreno Gómez |
360 |
22.00 |
01/05/2016 |
|
21500 |
Aldo
Morandi en España |
Francisco
Moreno Gómez |
103 |
8.00 |
10/10/2015 |
|
19056 |
Lucha
de historias, lucha de memorias. España, 2002-2015 |
Francisco
Espinosa Maestre. Prólogo de Francisco Moreno Gómez |
590 |
25.00 |
11/07/2015 |
|
17295 |
La
victoria sangrienta, 1939-1945. Un estudio de la gran represión franquista,
para el Memorial Democrático de España |
Francisco
Moreno Gómez |
688 |
28.50 |
11/05/2014 |
|
15178 |
Trincheras
de la República, 1937-1939. Desde Córdoba al Bajo Aragón, al destierro y al
olvido. La gesta de una democracia acosada por el fascismo |
Francisco
Moreno Gómez |
648 |
20.00 |
06/10/2013 |
|
8567 |
Morir,
matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco |
Francisco
Espinosa Maestre | Francisco Moreno Gómez | Julián Casanova | Conxita Mir |
384 |
10.90 |
12/10/2011 |
|
5203 |
República,
guerra y represión. Lucena 1931-1939. |
Arcángel
Bedmar. Prólogo de Francisco Moreno Gómez |
290 |
12.00 |
23/11/2010 |
|
4868 |
Historia
y memoria del maquis. El cordobés Veneno, último guerrillero de La Mancha
(extremeños, andaluces y manchegos en la Resistencia). |
Francisco
Moreno Gómez |
250 |
18.00 |
||
683 |
1936.
El genocidio franquista en Córdoba. |
Francisco
Moreno Gómez |
904 |
29.50 |
24589
Los desaparecidos
de Franco. Un estudio factual y teórico en el contexto de los crímenes
internacionales y las comisiones de la verdad. Francisco Moreno Gómez
375 páginas 17 x 24 cms.
23,00 euros
Alpuerto
Este libro viene
a ser un ensayo de «Comisión de la Verdad» en toda España, una conjunción de
hechos recuperados y el necesario estudio teórico: por un lado, una nueva
radiografía testimonial de los desaparecidos de Franco, y por otro, el estudio
de los crímenes de carácter internacional del franquismo, más la necesaria
reflexión sobre memoria, el plan de exterminio, la aparición de las fosas, las
comisiones de la verdad y otras cuestiones.
Hemos dejado que las víctimas hablen a las puertas de la historia, como en este
caso sucedido en San Sebastián de los Ballesteros (Córdoba), donde se aprecia
la magnitud de la desgracia de los familiares de los desaparecidos: «… A mi
padre lo mataron el 22 de septiembre de 1936. Era concejal. El 19 de julio lo
encarcelaron, junto con el alcalde, el secretario y algunos más. Le pegaron
mucho. Se lo llevaron al pueblo cercano de La Rambla, lo pusieron contra un
eucalipto, le pegaron dos tiros y lo enterraron cerca de allí. Mi madre le
llevaba cada día la comida a la cárcel, y ese día no lo encontró… (La cuestión)
no es cómo vivimos esa muerte entonces. Es cómo hemos vivido toda la vida por
culpa de eso. Nunca hemos tenido derecho a nada. Quisieron quitarnos hasta
nuestra casa, como hicieron con mi tío. Suerte que la cambiamos de nombre…
Veinticinco años después, y aún nadie quería darnos trabajo. Por eso vinimos todos
a Sabadell. Mi madre se quedó viuda y con cuatro hijos, yo de meses, y se fue a
vivir con mi abuelo, que apenas pudo ayudarle, porque los franquistas le
arrebataron todo… Si quiero recuperar los restos de mi padre, después de 70
años, no es por revanchismo: es una restauración imprescindible del honor de mi
padre… Somos la anti-patria, y nos lo han hecho sufrir toda la vida… Si te
veían por la calle llorando la muerte de tu padre, te pegaban por antipatriota.
No nos dejaban ni llorar. Nadie puede imaginarse lo brutal que fue aquella
represión. Por ese miedo, ni mi familia ni yo fuimos jamás al cementerio de La
Rambla a llorar a nuestro padre… Ni mi madre ni mis tíos hablan nunca de estas
cosas. Por eso hoy, arrancada la máscara de la vergüenza, desean llorar a su
padre sin culpa» (José Saz Ortega, a través de su hijo José Saz Ortiz, email de
18-9-2008).
Sólo partiendo del relato de las víctimas se puede llegar a la raíz de la
catástrofe humanitaria causada por el franquismo, el cual no se puede estudiar
ya sin el contexto de los crímenes de carácter universal.
Francisco
Moreno Gómez,
doctor en Filosofía y Letras (Literatura Hispánica) por la Universidad
Complutense de Madrid. Realizó también estudios de Filología Clásica y de
Filosofía Pura. Desde 1978 convirtió el tema de la guerra civil en el centro de
su actividad intelectual. Con este libro, Los desaparecidos de Franco (2016),
completa una tetralogía, junto con 1936. El genocidio franquista en Córdoba
(2008), Trincheras de la República, 1937-1939 (2013) y La victoria sangrienta,
1939-1945 (2014). Antes de esta serie, dedicó otra especie de tetralogía al
tema del maquis o guerrilla antifranquista, cuya obra central fue La
resistencia armada contra Franco. Tragedia del maquis y la guerrilla (2001), seguida
de Historia y memoria del maquis. El capitán «Veneno», último guerrillero de La
Mancha (2006), precedidas de Morir, matar, sobrevivir (2002) (coordinado por
Julián Casanova), y Víctimas de la guerra civil (1999) (coordinado por Santos
Juliá), y en ambos libros este autor realizó la tercera parte, dedicada a la
posguerra y a la guerrilla. Sus libros publicados comenzaron en 1982, con la
trilogía de Córdoba: La República y la guerra civil en Córdoba (1982),
presentada al Premio Díaz del Moral en 1981, que ganó en 1982, siendo
presidente del jurado don Manuel Tuñón de Lara. Siguieron La guerra civil en
Córdoba, 1936-1939 (1985) y Córdoba en la posguerra (La represión y la
guerrilla, 1939-1950) (1987), con un paréntesis para La masonería en Córdoba
(1985), junto con Juan Ortiz. El tema de la Literatura en la guerra civil y el
drama del exilio lo trató en su tesis doctoral, de la mano del poeta Pedro
Garfias, materia para dos obras: Pedro Garfias. Poesías completas (1996), y
Pedro Garfias, poeta de la vanguardia, de la guerra y del exilio (1996). En
1997 publicó como texto docente la antología comentada Generación del 27 (para
McGraw-Hill). Entre sus publicaciones menores se pueden seleccionar las
siguientes. Sobre obrerismo: «Movimiento obrero, caciquismo y represión en
Córdoba durante 1919» (revista Axerquia, Diputación
de Córdoba, 1984), y La última utopía (sobre orígenes de la III Internacional
en Andalucía occidental en los años 20, 1995). Sobre las cifras del genocidio
franquista en España: «El terrible secreto del franquismo» (La Aventura de la
Historia, 3, 1999). Sobre la criminalidad franquista: «La gran acción represiva
de Franco que se quiere ocultar» (Hispania Nova, núm. 1 Extraordinario, UC3M,
2015, coord. Ángel Viñas). En 2015 dio a conocer fotografías inéditas de la
guerra civil en: Aldo Morandi en España, a raíz del
hallazgo del álbum privado de fotos de este jefe interbrigadista
italiano. Su idea del romanticismo literario le dio materia para el texto
Literatura, ficción o realidad (Zafra, Badajoz, 2002). Entre otras
publicaciones, conferencias, etc. cabe citar su labor de protagonista en el
documental Dejadme llorar (de Jordi Gordon, Algarabía Produce SL, 2015). Entre
los crímenes de Franco, siempre ponderó la tragedia del exilio español (los refugiados
de entonces), según este poema de Pedro Garfias, «Entre España y México»,
emblemático del exilio español: Qué hilo tan fino, qué delgado junco / -de
acero fiel- nos une y nos separa / con España presente en el recuerdo, / con
México presente en la esperanza. /… / España que perdimos, no nos pierdas; /
guárdanos en tu frente derrumbada, / conserva a tu costado el hueco vivo / de
nuestra ausencia amarga, / que un día volveremos, más veloces, / sobre la densa
y poderosa espalda / de este mar, con los brazos ondeantes / y el latido del
mar en la garganta.
Índice
DEDICATORIA
PROLEGÓMENOS
I. LA MEMORIA, LOS DESAPARECIDOS Y LAS FOSAS
El problema de la memoria.— El fenómeno de las
desapariciones en España.— Las fosas: el gran aldabonazo contra el olvido.—
Genocidio: destrucción de familias por el franquismo
1.— El problema de la memoria, bajo el desprecio de los vencedores
1.1.— La memoria golpeando contra el muro
1.2.— Negacionismo, equidistancia y otros
subterfugios.
1.3.— El resurgir de la memoria y las falacias de la
Transición
2.— Los desaparecidos que trajo el golpe militar de 1936.
2.1.— La irrupción en España de este crimen de lesa
humanidad.
2.2.— El auto del juez Garzón: único intento de la judicatura española en pro
de los desaparecidos
2.3.— La ONU investiga en España
3.— Las fosas, el mayor aldabonazo contra el olvido.
4.— Primer descenso al infierno franquista: la
destrucción masiva de familias
II. DESCENSO A LOS INFIERNOS DEL FRANQUISMO. APROXIMACIÓN A LA CATÁSTROFE
HUMANITARIA DE LAS DESAPARICIONES
Radiografía testimonial sobre las desapariciones, 80 años después
1.— Preliminar.
2.— Los desaparecidos ante el laberinto de los
tribunales «democráticos»
3.— Los desaparecidos ante las fosas del silencio
4.— Nuevas fuentes testimoniales sobre las desapariciones
5.— La importancia de las investigaciones locales
6.— Aproximación a un concepto tabú: los «lugares de genocidio».
III. EL PLAN DE EXTERMINIO O «LIMPIEZA». CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD,
GENOCIDIO Y CRÍMENES DE GUERRA
La criminalidad franquista en el contexto de los crímenes internacionales. La
ofuscación del pensamiento dominante
1.— El plan de exterminio o «limpieza», siguiendo
esquemas del fascismo europeo
2.— Crímenes contra la humanidad.
3.— El genocidio como delito internacional
3.1.— El miedo a definir las matanzas de Franco
3.2.— Lemkin, una vida marcada por la justicia
universal
3.3.— La Conferencia de Madrid de 1933
3.4.— «El dominio del Eje en la Europa ocupada»
3.5.— Campaña final para la tipificación del genocidio
3.6.— Camino de la Resolución de la ONU, de 1946
3.7.— Culminación del proyecto: la Convención de 1948
3.8.— La «resaca» de la Convención de 1948. El Informe Whitaker
4.— Los crímenes de guerra de Franco. Matanzas de
prisioneros y de población civil
5.— Las Comisiones de la Verdad
COLOFÓN
APÉNDICE. El genocidio de Franco. El caso de Córdoba, entre todas las
provincias masacradas.
BIBLIOGRAFÍA
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Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069