9786075242804.jpgCazarabet conversa con...   José María Murià, autor de “De no ser por México” (MIlenio)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

José María Murià Rouret escribe un libro que es toda una declaración de intereses, llena de gratitud, al pueblo de México que tanto abrió los brazos a los exiliados republicanos…

Justamente se cumplen 80 años del exilio republicano español a tierras mexicanas.

Aquí se analiza de nuevo, la relación entre México y España. México llegó a convertirse en la capital del exilio político republicano español y este libro hace homenaje conmovedor a los mexicanos que pusieron todo el empeño que se requería, en la más amplia medida de sus fuerzas, para rescatar a los expatriados. 

La sinopsis del libro:

Su incursión en lo que el autor concibe como una verdadera epopeya de la “diplomacia cardenista”, ha dado lugar a pocas páginas pero basadas en muchas horas de reflexión y de oír devotamente, desde niño, lo que contaban sus mayores; además de haber sido director general de archivos, bibliotecas y publicaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores y haber tenido contacto con actores que estuvieron cerca del tema de este libro. José María Murià nos ofrece aquí, a la manera de la elaboración del tequila, un verdadero destilado de todo lo que sobre el tema ha asimilado.

El autor, José María Murià: graduado de la Universidad de Guadalajara y doctorado en Historia por El Colegio de México. Pertenece a una familia que no habría sobrevivido de no ser por lo que se trata en este libro. Su campo de mayor interés es el pasado de Jalisco, sobre el que ha escrito y publicado miles de páginas, además de muchos trabajos puntuales sobre sus límites territoriales, sus historiadores y otros personajes destacados, así como de la charrería y el tequila.

Enlaces muy interesantes:

http://www.academia.org.mx/academicos-2018/item/jose-maria-muria

https://www.vilaweb.cat/noticies/entrevista-josep-maria-muria-barbaritats/

 

 

 

Cazarabet conversa con José María Murià:

EEA9AAEC-CF8D-4E4A-9633-408.jpg-Amigo, ¿nos puedes contar y explicar el por qué de de este libro…qué te hizo escribirlo?

- La decisión de escribir este libro, que se publicó con el título De no ser por México (MAPORRÚA/SEMINARIO DE CULTURA MEXICANA/EDITORIAL MILENIO,2019), bendecido con un espléndido prólogo ni más ni  menos que de Don Sergio García Ramírez, uno de los más destacados jurisconsultos mexicanos de todos los tiempos, es una respuesta quizá visceral en demasía a lo que llegué a percibir como un cierto abuso y exageración de su importancia y beneficio para México de lo que viene siendo un sector de la descendencia del grupo migratorio que supera seguramente, digan lo que digan quienes han tenido interés avieso en minimizarlo, las cuarenta mil personas que vinieron a dar a México por diversos caminos, entre 1937 y quizá hasta 1952, más o menos.

-De veras que el título del libro está muy, muy bien acertado porque, amigo, qué hubiese sido de los exiliados si México no nos hubiese abierto sus brazos…-Es que además la acogido fue muy buena, ¿se encuentra un por qué a ello?

- Para todo fin práctico, deben considerarse también parte del Exilio muchos españoles que se trasladaron a nuestro país después de 1945 sin el amparo de un documento que los catalogara como “asilados” o “refugiados” políticos e, incluso, habiendo salido de puertos españoles, pero con la misma intención de quedarse en México mientras durara la dictadura franquista. Casi en su totalidad, esta segunda oleada más o menos “legal”, estaba compuesta por amigos y parientes de quienes ya estaban aquí, considerando incluso que muchos eran solamente sus hijos o conyugues.

-Volvamos un poco más al libro en sí mismo al autor le formulamos unas preguntas que él prefiere responder de esta manera con una especie de reflexión global sobre nuestras cuestiones:

-De entre las exiliadas y exiliados en México y sus descendientes se desplegó una vida cultural y académica que en otros lugares no tuvo lugar o no pudo desarrollarse. ¿por qué?. México, un país acogedor para los españoles republicanos… de manera que se establece una relación como de ósmosis constante, ¿aún ahora, después de 80 años, se nota? ¿cómo y de qué manera? En términos genéricos ¿Qué hubiese pasado si no hubiese sido por México?, mucha “intelectualidad”, mucha gente con estudios y destacados en diferentes campos se hubiesen visto abocada a qué… porque si nos ponemos trágicos sabemos que precisamente los intelectuales, “los mejor formados académicamente” eran los que peor lo tenían en caso de tomar otro exilio, con campos de internamiento franceses, “stalags”, después y  campos de concentración finalmente… Pero a México llegaron todo tipo de perfiles sociales y profesionales, ¿verdad?, aunque el camino para llegar, desde el embarque en tierras francesas, era pura agonía, una odisea en sí mismo. ¿Cómo se estableció tu familia en México y cómo te planteas, no sé, como rendirle tributo a México y a su acogida… porque hay algo más que agradecimiento… hay verdadera fraternidad de unos con otros?. Si no es mucho preguntar, amigo,  coméntanos aquello que te contaron tus antepasados de su partida, viaje, llegada a México, los primeros días, el establecimiento… ¿Hubo como “un choque socio-cultural” de la manera de entender y ver las cosas, respecto a las que estaban acostumbrados aquí?

a04n1cul-1.jpg-Casi en su totalidad, esta segunda oleada más o menos “legal”, estaba compuesta por amigos y parientes de quienes ya estaban aquí, considerando incluso que muchos eran solamente sus hijos o conyugues.

También entre ellos “había de todo”: académicos, artistas, profesionistas, obreros, campesinos, empleados, técnicos, etc. Asimismo, puede decirse que prácticamente todos resultaron ser gente de orden y trabajo en sus diferentes campos.

En los años ochenta, por caso, me tocó promover una búsqueda de estos migrantes que hubieran tenido problemas con la justicia y el número que se encontró fue ínfimo.

No obstante, los franquistas españoles que vivían en México, alentados por el gobierno de Franco, y secundados por la derecha mexicana que no “canta mal las rancheras”, desataron una dura propaganda detractora, con ánimo de que lesionar la imagen del gobierno de Lázaro Cárdenas y los seguidores de éste.

Finalmente, los argumentos de los detractores fueron cayendo por su propio peso, aunque nunca desaparecieron los rescoldos. De ahí que pronto se fuera generalizando y hasta convertirse en hábito y hasta un acto reflejo que mexicanos y asilados insistieran constantemente en las bondades de la migración y lo beneficiosa que resultó para México, en términos generales y en muchos casos particulares. En fin: hoy día es muy difícil que alguien, cuya opinión merezca ser tomada en cuenta, afirme lo contrario.

Como es natural, máxime en la medida de que se iba alargando la vida de la dictadura y prácticamente se perpetuaba la imposibilidad de regresar a España o, al menos, como decían, de hacerlo “con la frente en alto”, muchos de los que vinieron se fueron diluyendo e integrando en la vida nacional. Mi Maestro en El Colegio de México, José Gaos, acuñó para sí la palabra transterrado: sin dejar de ser español, como lo imponían sus orígenes de los cuales no renegó jamás, procuró interiorizarse en su nueva tierra y hacerla también suya. Tan fue así, que el último trabajo que dirigió estaba encaminado precisamente hacia lo que él llamó alguna vez “la descolonización mental”.

Pero la palabra gustó y muchos, que más bien procuraban mantenerse lo más marginados posible de la realidad mexicana, también quisieron atribuírselo, siendo que Gaos lo había acuñado precisamente para diferenciarse de ellos.

Así pues, en el seno de aquella migración hubo dos tensiones extremas con todas las combinaciones posibles: los transterrados, con tendencia a la mexicanización, y otros, a los que algunos gustamos de llamar enterrados, aunque no sea feliz el término, que procuraron vivir lo más apartados que se pudo de la realidad mexicana, llegando a crear, aunque fueran sutiles, verdaderos guetos…

Me gusta presumir que los más brillantes tendieron a alinearse a la primera fuerza, pero entre los segundos, curiosamente, se dieron los más entusiastas porristas del exilio.

Los descendientes de los primeros, sin perder generalmente la noción de su origen,  se fueron integraron de manera natural en la sociedad mexicana, los otros cultivaron su pertenencia a una España que, claro, ya no existía en la realidad.

No dejaba de ser patético cuando, con el paso del tiempo, suspiraba por “regresar a España” gente ya adulta que había enterrado su ombligo en México. Es que a pesar de haber nacido aquí, en realidad no vivían realmente en él ni le pertenecían.

En consecuencia, cuando fue el caso de que “regresaran a su  España” se encontraron con que ésta no existía y hasta que no había existido nunca o hacía mucho que había dejado de serlo, y algo peor, que ellos tampoco existían para la España real. Recuérdese que, al sobrevenir eso que le llaman democracia, ésta procuró mantener a los vestigios del exilio lo más apartados posible.

maxresdefault.jpg“Haya sido como haya sido” el caso es que los hijos de ese tipo de exilio “enterrado” mantienen a “mucha honra” lo que hicieron sus padres y abuelos y, para hallar una razón de ser, se han convertido en propagandistas a veces muy  enfadosos y hasta ofensivos.

Diversas veces nos ha tocado soportar descargas exageradas de elogios hasta el extremo de escuchar esta frase:

“Los exiliados sacamos a México de atrás de la cortina de nopal”.

De ahí que, en alguna ocasión, hemos aprovechado la grabadora de algún periodista para responder, humildemente, asumiendo un aire de franciscano más falso que un billete de quince pesos, que en efecto, el exilio español le había traído muchas ventajas, muchas, a nuestro País. En cambio, éste, solamente les había ofrecido la vida… y la oportunidad de ganársela decorosamente, en muchísimos casos,  desarrollando las actividades de su preferencia.

De ahí el título de mi libro De no ser por México que se refiere a todo lo que hicieron los mexicanos aquellos, conforme a esa política exterior de antaño, que tal vez no tiene parangón en la historia de la Humanidad.

Como decían con frecuencia los “refugiados” españoles: “Cárdenas nos abrió las puertas”; ¡es cierto!, aunque quizá deberían agregar que ni Avila Camacho ni Alemán las cerraron. Pero ello es algo que se ha visto muchas veces. Lo más extraordinario de este caso es que el gobierno mexicano no solo “abrió las puertas”, sino que, además, realizó una gesta de extraordinario valor y hombría para salvar la vida a los españoles en Francia, sacarlos de los campos de concentración, esconderlos de la Gestapo y de los esbirros franquistas con los pantalones muy bien fajados, facilitando su escape y, finalmente, recibiéndolos con los brazos abiertos. Todo ello sin olvidar tampoco a quienes fueron rescatados desde Portugal…            

Cálculo mesurado nos permite asegurar que fueron más de cien mil personas las que, “de no ser por México”, no habrían sobrevivido y más 40 mil a las que se les abrieron los brazos. Ello fue ratificado cuando, el año pasado,  Don Porfirio Muñoz Ledo organizó que se pusiera la leyenda “Exilio español en México”, con letras doradas,  en la Cámara de Diputados.

México es un país con una gran tradición hospitalaria, en especial cuando se trata de perseguidos políticos. Pero en este caso creo que la gente quiso contrastar al “refugiado” con los “gachupines”, dada la molestia que para muchos estos representaban y que se vieron tan inhumanos, detractores y agresivos frente a los refugiados.

Puede decirse que este libro se empezó a preparar desde que adquirí el uso de razón, si es que ello ha sucedido ya. Quiero decir que tuve información de primera mano, lo que los antropólogos llamarían “trabajo de campo” desde la infancia, acumulando sensaciones, emociones e información concreta, queriéndolo o no. Luego fui director general durante casi ocho años de “Archivos, Bibliotecas y Publicaciones” de la Secretaría de Relaciones Exteriores en los años ochenta… conocí a algunos sobrevivientes de la gesta diplomática, incluyendo a Don Gilberto Bosques, a quien tuve la oportunidad de organizarle el primer homenaje después de la marginación de que fue objeto desde 1965 y el último que se le hizo en vida, además hicimos un libro con una gran entrevista que se le realizó y se publicó en la colección “Historia oral de la Diplomacia Mexicana” que creamos…

Sin-título-1.jpgTambién tuve oportunidad de recorrer, no mucho, los campos de Francia escenarios de varios hechos. Un buen día arranqué escribiendo con un orden cronológico, hasta que me di cuenta de que, al paso que iba, el libro tendría unas mil páginas... Volví a empezar tratando de ir a lo esencial.

No es un libro académico, aunque pretende hablar con verdad…

Su intención es recordar y “recordársela” a españoles lo que muchos quieren olvidar o, al menos, minimizar. A mexicanos lo que todos deberían tener muy presente. Como dice en la “Confesión preliminar” es una manera “particular de gritar ¡Viva México! De un viejo que ha vivido siempre con tal premisa y está ya viendo cerca el final de su camino”.

Hay unas premisas que no funcionan en el cuestionario:

Todo mundo existe por muchas circunstancias fortuitas. Pero yo hubiera existido de cualquier manera, aunque mi vida pudo haber sido muy diferente. Creo que me tocó una de las mejores posibilidades.

1.-Nací en este país. He vivido siempre en él. Lo he recorrido de punta a cabo. Conozco su historia mejor que la mayoría de los mexicanos, por razón natural, pero me he comprometido cabalmente no solo con su pasado sino también con su futuro y con su presente. He estado siempre al servicio de lo que he considerado las mejores causas, sufriendo represión, recompensas y el placer infinito de mantener la frente en alto cada vez que digo “soy mexicano”… más aún: jalisciense.

No tengo nada que agradecerle a mi país “desde afuera”. Tengo todo que agradecerle por ser parte de él.

Mi familia llegó a México, esperó a que yo naciera y con el tiempo pasó a Guadalajara. Yo he tenido muchos ires y venires pero la referencia siempre ha sido en esta ciudad. Trabajaron, añoraron y un buen día se enteraron de que ya pertenecían a este país. En él están enterrados abuelos y padres.

La agonía para ellos fue poder embarcar, lo que se logró “de milagro”, casi o, más bien, por los “pantalones” del señor cónsul general de México en Francia. Su recepción no pudo ser mejor: con un pedacito de cartón numerado, después de quitarle montones de papeles franceses, le dijeron: “con esto, de Sonora a Yucatán vaya donde quiera y haga lo que le dé la gana”. El comentario de mi padre fue: “¡ese día sentí lo que era la libertad!” No había agradecimiento solamente: hubo compenetración…

img_tayala_20190629-110434_imagenes_lv_terceros_002-koiF--656x875@LaVanguardia-Web.JPG-¿No puedes contar, un poco brevemente, lo que es y significó La Casa de España en México?; ¿cuáles eran “sus misiones”?

-La casa de España en México fue una especie de asilo para que gente valiosa no tuviera que trabajar fuera de su campo. Pronto los de profesiones lucrativas dejaron de necesitarla, no así los intelectuales. Por eso se cambió a Colegio de México para promover y enseñar humanidades y ciencias sociales. Es una institución académica mexicana de enorme prestigio.

-En la actualidad, México es un país muy castigado y del que todos se aprovechan…una tierra de tránsito hacia “el Sueño Americano” de los USA o del Canadá…un país amenazado por un muro---el que está alzando la administración Trump---un país ignorado cuando la sangre de sus estudiantes—los 43 asesinados---la de las mujeres de Ciudad Juárez piden justicia a gritos….que se pierden en los áridos desiertos….Se me rompen los esquemas, tenemos tanto que agradecer y tanta poca valentía para hacerlo o…¿qué nos puedes reflexionar?, dado que en el mundo, por desgracia, no suele resaltar quien más bien enarbola la bandera de la dignidad, ¿verdad?. Volvamos al libro, aunque hablar de lo anterior, también es hablar del libro, creo…pero amigo ¿qué personajes destacarías y en qué campos de entre los muchos que se acogieron bajo el abrazo de México?

-La lista de personajes se suele encabezar con José Gaos, aunque cuando se pone uno hacer una relación de notoriedades ya no es tan larga. No quisiera poner a unos sí y a otros no. Para mi Gaos representa a todos.

-Amigo, estaríamos profundizando mucho más en los intríngulis de este libro, muy, muy necesario y preciso, quizás encontremos otros momentos… pero coméntanos,¿ cómo fue el proceso de documentación e investigación? –qué me da que fue apasionante---, ¿cómo fue la metodología de trabajo… cómo te lo hiciste para volcar todo lo documentado, investigado en este libro?

- Como dije, no hay una etapa de investigación sistemática, Hay una acumulación de datos e ideas que un buen día encontraron el modo de salir, primero casi a chorro y luego ya se pudo establecer un racionamiento.

-¿Cómo fue trabajar con Milenio Ediciones?

- Trabajar con Milenio es espléndido. No es el primer libro en el que participa y espero que tampoco el último. 

 

 

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