La Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Dave Langlois, autor de “La
primavera de Soco” y “La presa de hoy” (Tundra)
Dave Langlois edita con Tundra dos libros que “le guiñan” a la
naturaleza haciéndose muchas preguntas…
Ambos libros
hablan, a su manera, también de la lucha por reivindicarse como personas, nos
referimos a los protagonistas, así como aquello que más aman y estimen,
sintiéndose parte de ello de una manera y desde una filosofía holística.
Se trata de La primavera de Soco, un libro que se
deshace en dualidades existenciales desde el amor al canto de las aves.
La sinopsis del
libro:
Antaño, uno de los
elementos básicos de nuestra cultura era una apreciación fina de los cantos de
las aves. Hoy no. Todo lo contrario. Soco, una chica de 17 años que vive en una
gran ciudad, descubre que su afición presenta más problemas para su familia que
las monomanías de sus siete hermanos (fútbol, Ironman,
tenis, piano, poesía, idiomas y droga). Por culpa de ello, pasa un tiempo viviendo
en la calle y buscándose la vida de una manera sumamente heterodoxa y
escabrosa, hasta encontrar por fin un alma gemela en el sitio menos esperado.
Se enfrenta también a un dilema final. Tiene que elegir entre estudiar, con
mucho esfuerzo y poco lucro, la belleza del mundo que más le fascina, los
cantos de las aves, o explotar, con poco esfuerzo y mucho lucro, la belleza del
mundo que menos le interesa: la suya propia.
Y de La presa de hoy, un relato inmenso que
habla de la gente que encuentra su lugar en la naturaleza y que temen perderlo
por la avaricia humana.
La sinopsis del
libro:
Cuando destruyen
con impunidad lo que más quieres, lo que tienes por más bello en este mundo,
cuando el desamparo llega a ser insoportable, tu manera de ver la vida y la
muerte puede cambiar dramáticamente.
Pete Fled y su mujer están encantados con el nuevo trabajo de
aquel como guarda de una reserva de naturaleza. Pero pronto descubren que la
protección del medioambiente hoy en día puede suponer un choque brutal contra
turbios intereses dispuestos a herir, perjurar, incendiar, violar y matar. Al
final, con todo perdido, Pete decide enfrentarse a ellos con sus propias armas.
El autor de ambos
libros , Dave Langlois:
Autor, traductor, ciclista y escuchador/observador de aves, a veces todo a la
vez para ahorrar tiempo, Dave Langlois,
con su musa y correctora Bego, vive nueve meses en La
Vera (Extremadura) y tres en Asturias, escribiendo, pedaleando y
escuchando/observando a tope en los dos sitios. También, más tristemente, ha
vivido diez años en Madrid. Su novela La Presa de Hoy (Tundra Ediciones, 2016),
una tragedia, estaba ambientada más o menos en La Vera; esta otra, una parodia,
en la Gran Ciudad; y la próxima, de categoría por determinar, en la Cordillera
Cantábrica. Su propósito, con esta trilogía, es ensalzar la belleza natural
ante la que tantos viven de espaldas hoy en día, pues cree que esto explica los
muchos despropósitos medioambientales de la sociedad contemporánea.
¿Nos acercamos a Dave Langlois?
Autor, traductor,
ciclista y escuchador/observador de aves, a veces todo a la vez para ahorrar
tiempo, Dave Lasnglois, con
su musa y correctora Bego, vive nueve meses en Extremadura y tres meses
en Asturias, escribiendo, pedaleando y escuchando/observando a tope en los dos
sitios. También, más tristemente, ha vivido diez años en Madrid. Su novela LA
PRESA DE HOY , una tragedia, estaba ambientada, más o menos, en La Vera; en
cambio La primavera de Soco es una parodia que transcurre en la gran ciudad y
en la próxima entrega, de categoría por determinar, estará ambientada en la
Cordillera Cantábrica. Su objetivo, en y desde esta trilogía, tiene un
objetivo, el de ensalzar la belleza natural ante la que tantos viven de
espaldas hoy en día, pues cree que esto explica los muchos despropósitos
medioambientales de la sociedad contemporánea.
Abrumado por la
belleza del mundo, sea el canto del ruiseñor, un cuadro de Velázquez, un
cuarteto de Beethoven, un cuento de Cortázar, una fuga de Bach, un adagio de Mahler, un dibujo de Picasso, el reclamo del colimbo el
vuelo del vendejo, la librea del abejaruco, el revés
de Federer, una sobremesa con amigos, un rocual saltando en plena mar…Dave
Langlois ha organizado toda su vida de adulto para
disfrutar de todo eso a tope. Este afán le ha llevado a varios puntos
alucinantes del mundo, desde el norte de Noruega hasta la Tierra del Fuego;
desde los Highlands hasta el Himalaya. También le
abruma ver la poca gente que parece apreciar esta belleza y los muchos
dispuestos a destrozarla, de ahí, por ejemplo, la narración de LA PRESA DE HOY.
Para mantenerse vivo mientras tanto, ha trabajado en muchas tareas diferentes
que van desde cartero a guarda de una reserva de naturaleza, pasando por
metalúrgico.
Cazarabet conversa con Dave
Langlois:
-Dave,
háblanos, por favor un poco qué es lo que te lleva a escribir tanto,
por una parte: La primavera de
Soco como por otra parte, La presa de hoy?-¿Te motiva siempre el
reivindicar los valores de la naturaleza para intentar “salvarla”---en la
medida que cada uno podemos y debemos asumir—enseñándonosla y concienciándonos
de ello?
-Enfado.
Ira. Frustración e impotencia. Entraban también todas las motivaciones que
mencionáis en la pregunta pero “La Presa de Hoy”, sobre todo, era mi grito de
ira. ¿Por qué? ¿Contra qué? Pues porque, hoy en día, proteger y defender la
belleza que nos pertenece a todos, el acervo de milenios, puede suponer jugarte
la vida. Puede suponer tu muerte. Imaginaros si custodiar la belleza atesorada
en El Prado, El Louvre o El Uffizi supusiera
arriesgar la vida. Se pondría, y con razón, el grito en el cielo. Pero que
muera la gente defendiendo la naturaleza casi se da por aceptable. Daños
colaterales. Las cifras son escalofriantes. Cada semana se sabe que muere un
promedio de por lo menos 3 activistas medioambientales por todo el mundo, sean
los guardias de África luchando contra los desalmados traficantes de marfil,
los activistas de Perú y Brasil intentando defender su tierra contra las
madereras o mineras o el humilde guarda de naturaleza en España que es el
protagonista de mi novela. Porque no pensemos que España sale inmune. En enero
de 2017 un cazador mató a bocajarro dos agents rurals en Lleida. A veces las víctimas tienen nombres, como
los dos agents rurals, como
Berta Cáceres. Muchas veces son desconocidos o incluso no salen a la luz.
Porque esta cifra de 3 por semana es la punta del iceberg. Y la lucha,
amigos es tan desigual. Es intrínsecamente desigual. El tiempo nuestro, de los
defensores de la naturaleza, va medido por cosas como robles, bosques de
robles, especies, biodiversidad, cosas
que se desarrollan en cientos, miles o millones de años. El tiempo de ellos,
los destructores de la naturaleza, se mide en cosas como incendios, veneno,
trampas, motosierras
y balas, cosas que se desarrollan en cuestión de días, horas, minutos, segundos
o incluso nanosegundos. Además, ellos no mueren; nosotros sí. La Primavera de Soco explora un tema parecido, reivindicar los
valores de la naturaleza, como decís también, pero desde el enfoque de la
parodia. La protagonista Soco, una chica de 17 años que es aficionada a los
cantos de los pájaros, vive en la gran ciudad con 8 hermanos, todos adictos a
una monomanía, pero la rara es ella, que quiere levantarse al amanecer para
escuchar a los ruiseñores. La broma, por supuesto, es que los raros de verdad
son ellos pero lo suyo es una rareza consensuada por la sociedad de hoy en día
que vive de espaldas a la belleza que nos rodea cada día.
-Amigo, ¿cuántos años llevas viviendo en España a
caballo entre Extremadura y Asturias?; ¿Qué tienen para vos de especial esos
lugares de la península?-Seguramente los diferentes pueblos y sus diferentes
integrantes tienen como visiones diferentes de su entorno, de los ecosistemas
de lo que significa la naturaleza y de lo que debería de significar, ¿es así?;
¿Qué nos puedes reflexionar?
-Pues mi
mujer Begoña y yo llevamos casi 17 años en La Vera y unos 8 pasando los veranos
en Asturias. Para mí es la combinación perfecta. La primavera en La Vera es
alucinante. Hay unas 50.000 parejas de ruiseñores en la comarca, cosa que se
dice pronto, teniendo en cuenta que en toda
Gran Bretaña, con toda la poesía que está dedicada a este pájaro, hay unas 6000
parejas. Así que los coros del alba son mágicos, con todos estos ruiseñores dándole
que te pego en la maleza, las oropéndolas, mirlos y capirotadas en los árboles
y las totovías en el cielo, todos saludando a su manera cada nuevo día. Un
milagro cotidiano. Y gratis. Luego (somos unos privilegiados), cuando la
primavera aquí en la Vera empieza a flaquear, subimos a Asturias donde tiene
bastante cuerda todavía. Soy ciclista empedernido, y las carreteras de
Asturias, con tanta montaña, costa y las temperaturas tan benignas, son la
gloria. Y, claro, las especies cambian. Ahora en mis rutas de bici puedo
disfrutar de los preciosos colirrojos reales cantando desde los aleros en cada
pueblo, los alcaudones dorsirrojos en cada prado . . . Ahora son currucas mosquiteras cantando desde la
maleza en vez de ruiseñores…Es un lujo. En cuanto a vuestra pregunta sobre las
diferentes maneras de ver toda esta belleza . . .
pues, ¿qué queréis que os diga? No veo mucho interés por toda esta
sobrecogedora riqueza. ¿Cómo podría ser de otra manera? Mientras tengamos un
gobierno que define a los cultivos de eucaliptales
(la tragedia de Asturias y Galicia) como “una fuente de riqueza natural”, que
desbroza el monte en plena época de cría, triturando a nidos por doquier
(completamente ilegal) y persigue políticas que parecen favorecer el terrorismo
de los incendiarios (quitando los acotamientos post-incendio, desautorizando a
las Brigadas de Investigación de Incendios, etc),
pues no debe de sorprendernos que la mayoría de la gente viva encerrada en el
cortoplacismo ciego del capitalismo de hoy en día. La belleza es gratis; no es
vendible. Entonces en una sociedad de marketing hay que menospreciarlo. Hoy en
día vale solamente como fondo de pantalla para vender un champú o coche. Y así
vamos.
-¿Somos conscientes del
hábitat que habitamos, del territorio que gozamos, de un planeta tan bello como
lleno de recursos que nos ayudan a vivir?. Simplemente
es que nosotros somos unos habitantes más como unos invitados a un “hogar”,
llamado Gaia que, a menudo, despreciamos sintiéndonos
en la cima, no en la base…no sé si me explico.
-Lo veo
como el gran problema de hoy en día: es decir la inconsciencia de lo bello que
es nuestro mundo y lo rápido que lo vamos perdiendo. Para siempre. Hablo del
“primer mundo”, por supuesto, que es donde más daño se genera con diferencia.
El mundo “subdesarrollado” tiene otros problemas y, lo mismo, no sé, otras
sensibilidades. Pero en nuestro mundo la consigna es consumir sin parar y sin
pensar en las consecuencias. Y luego los grandes problemas como el cambio
climático parecen ser la responsabilidad de nadie. A escala más pequeña,
nuestro medioambiente cotidiano, el milagro de la evolución, un mirlo cantando
en el jardín, un vencejo pasando a la velocidad del rayo por encima de nuestras
cabezas, ni caso. Y si algo no se aprecia, no molesta que se pierda.
-¿Somos la peor “especie” que puebla Gaia?—particularmente, no tenemos dudas, pero…---
-No.
Mira un cuadro de Vermeer o Velázquez; escucha un
cuarteto de Beethoven, una partita de Bach o una sinfonía de Mahler. Personalmente no echo la culpa al “ser humano” como
especie, lo que no me parece útil, sino al sistema de consumismo a corto plazo,
con precio de mercado sin tener en cuenta el coste social o medioambiental. Hay
muchos seres humanos en contra de esto pero los poderosos se aseguran de que no
tengan voz o que se ridiculicen. Todos los argumentos sobre qué especie es la
más “inteligente”, etc, abogando por lo inteligentes
que son muchas especies de animales, me parecen desencaminados. ¿Si resulta que
no son inteligentes no merecen ser protegidos? ¿Cómo se define la inteligencia?
No sabemos. No sabemos si los animales son capaces de pensar. Lo que sí sabemos
es que en este momento ninguna otra especie que no sea el ser humano está
pensando en lo rápido que vamos corriendo hacia el abismo. Otro error
relacionado, desde mi punto de vista, es intentar justificar la protección de
la naturaleza por razones económicas. Ahí vamos a salir perdiendo siempre.
Estamos obligados a defenderla por el “imperativo categórico”, como decía Kant,
porque la belleza en todas sus formas es lo más importante del ser humano. En
fin, no hay otra especie que quiera destrozar el planeta ni que sea capaz de
hacerlo; no hay otra especie que quiera salvar el planeta ni que sea capaz de
hacerlo. Solamente desprovistos de este sentido de la belleza somos la peor
especie.
-La educación para revertir todos los procesos de
agresión que hemos generado debería ser un lugar a donde acudir, la
base desde donde salgan futuros cuidadores y cuidadoras del medio, conscientes
y concienciados…¿cómo lo ves?
-Pues ha
llegado a ser casi perogrullesco, ¿no? que la educación es la solución. Y lo
creo porque una vez que alguien tenga conciencia de esta belleza, nunca se
pierde. No conozco ni un caso de alguien a quien le hayan abierto los ojos que
luego vuelva a la inopia e inconciencia de antes. No
es la física cuántica lo que queremos enseñar o la matemática avanzada sino
solamente disfrutar del increíble mundo que ha evolucionado durante milenios,
que está ahí al alcance de nuestros ojos, oídos y dedos cada día. No debería
ser difícil, ¿verdad? Pues es dificilísimo. Estamos todos bombardeados cada
minuto con mensajes opuestos animándonos a consumir, consumir, hacer negocios
tontos. Estoy hablando, por supuesto, del mundo tremendamente peligroso y
dañino del marketing, engañándonos a medir nuestro propio valor por las cosas
que compramos, el consumo conspicuo u ostentoso. Yo creo que la clave reside en
romper el poder de estas mentiras pero hay tantos intereses en contra de que
esto se haga, y éste es uno de los temas de mis libros.
-Pero no sé si a los jerarcas de los grandes
lobbies que financian a los partidos políticos que gestionan lo público y
cambian de “leyes educativas “ ,cada dos por tres, estarán muy a favor de que
de la escuela salgan gente concienciada, crítica y que, sobretodo, piense qué
hace y en qué puede mejorar, cambiar…
-Interesante
observación. Desgraciadamente, no tengo duda de que el papel en general del
sistema educativo es moldear a la gente de la manera más favorable a los
poderosos, pero todos los ridículos y burocráticos cambios constantes en el
sistema educativo los había achacado a la competencia pueril entre partidos
políticos y la incompetencia. Pero lo mismo tenéis razón, es todo parte de este
mismo empeño de desinformación y desanimación. Pero este tema nos queda muy
grande aquí.
-Porque tus libros, diferentes, estos que tenemos
en las manos LA PRESA DE HOY y LA PRIMAVERA DE SOCO todos nacen con
un mensaje muy parecido me llevan a pensar en esto en el respeto y en el
cuidado…en la avaricia como enemigo—por decirlo de alguna manera---,pero. ¿Cómo ves tú a los ciudadanos y ciudadanas frente a
los principales problemas medioambientales?. ¿Cómo has
visto la evolución desde cuando llegaste a España?
-Me
alegro de que los encontréis diferentes. Es verdad que hay pocas novelas que
traten de estos temas pero eso del “mensaje” lleva peligro. En una obra de
ficción no puedes ser demasiado didáctico. La novela tiene que funcionar a
nivel de trama que enganche al lector, que le intrigue y le haga querer saber
qué va a pasar. Lo que se dice en inglés, un “page turner”.
No vale nada tener un mensaje, por muy meritorio que sea, si el lector se
aburre. En cuanto a mis co-ciudadanos creo que ya ha
quedado bastante claro en respuestas anteriores que no veo mucha preocupación
por los problemas medioambientales que nos acechan. Mira las encuestas de
opiniones del Centro de Investigaciones Sociales, donde el problema del
medioambiente sale como una preocupación muy por debajo de otras como la
inmigración. Compartir la vida con seres de otra parte del planeta, una cosa
enriquecedora, se considera un problema más grande que el fin del mundo. E,
increíblemente, ningún encuestado considera el medioambiente como el primer
problema. No veo, las cosas como son, una evolución positiva.
-¿Y cómo la has visto o la has experimentado como
escritor?
-Como
escritor tienes que tomar esta distancia creativa para poder analizarlo aunque
sea en una novela. Todos, creo, estamos buscando algo que podamos hacer en este
reto tan difícil de enderezar este entuerto. Es tan frustrante limitarte a
poner iconos a mensajes de Facebook y firmar peticiones que no sabes si valen
para algo (“clictivismo”) y todos queremos hacer algo
más. Pues la ficción es un arma. Puede hacer a la gente reflexionar más que
panfletos y peticiones. Se piensa, por ejemplo, que las novelas de Charles
Dickens hicieron más por la reforma
social de la Inglaterra victoriana que cualquier político o programa gubernamental.
Así que he querido aportar mi granito de arena para intentar equilibrar de
alguna forma esta lucha tan desigual que estamos librando. Pero, ya os digo,
tiene que funcionar a nivel de novela.
-No he viajado mucho, pero puedo decir que aquí, a
menudo, en pueblos pequeños los que no somos del entorno del mundo de la caza,
los animalistas, los que nos gusta que la salud de nuestros ríos no se
quebrante o la quebrantemos…somos un “poco apartados” .¿Qué
has experimentado tú, que, además has tomado iniciativas muy, muy activas que
han pasado hasta a formar parte de libros?
-Pues
para poneros un ejemplo muy concreto, el otro día un tío me dijo en la calle
“Tú eres muy espabilado y un día te van a dar una paliza”. ¡Casi me hizo gracia
que utilizase “espabilado” como un insulto antes de salir con la amenaza! Os
digo una cosa, no suele gustar por aquí que cuestiones su manera de tratar el
medioambiente (la justificación consabida es “la tradición”; siempre se ha
hecho así) pero si lo haces con acento de guiri, tela. Obviamente hay gente
abierta, amable y querible como en todas partes pero no hay duda de que una
preocupación por el medioambiente por aquí te va a traer problemas.
-En LA PRESA DE HOY el protagonista, un guarda de una reserva, lucha
contra la avaricia humana que cree que la naturaleza está ahí para
“servirse”…luchar constituye, muchas veces, echar un pulso al poder
institucional, al sistema y hasta a esa ciudadanía como más cómoda con lo que
le den, sin más…¿qué nos puedes comentar? ,
¿Qué puedes reflexionar al respecto?
-Pues sí, el protagonista
es un guarda de naturaleza y también es inglés, para añadir este otro toque de
tensión del “xenofobia”, según el cual le ven como alguien que no tiene derecho
a quejarse, mucho menos dirigir o mandar los nativos. Pero sufre muchísimo más
que yo porque está en la primera línea de combate, como los agentes
medioambientales y las ONGs medioambientales. Y
obviamente esto no está limitado a España. Mientras escribo, algunos valientes
manifestantes están intentando parar la fracturación hidráulica en Inglaterra,
encadenándose a las máquinas, poniendo sus propios cuerpos e integridad en
riesgo. Las vejaciones de Pete, el guarda, son, al principio, menos “serias”,
más cotidianas, pero van cogiendo un ritmo vertiginoso por las circunstancias
en las que vive con su mujer española y una bebé pequeña (más tarde la
narradora de la historia) hasta llegar a un desenlace trepidante. Se puede
decir brutal. Pero creíble, desgraciadamente, en la España profunda de hoy en
día. Entre muchos elogios, con epítetos como “eco-thriller” o “western moderno”
algunos dijeron que la trama era “exagerada”, y luego solamente cuatro meses
después de publicarse ocurrió la tragedia de los agents
rurals.
-Algunas de esas luchas he de decirte que
se ganan. Hablemos, primero de esas victorias a ver si nos podemos poner
positivos…porque desde la positividad y desde la lucha ganada el “activismo
ecológico” suma, ya que desde ahí la curiosidad por saber se expande y podemos
conciliarnos y reconciliarnos más con la “madre tierra”, ¿no?
-Creo también, o quiero
creer, que hay cada vez más gente de buena voluntad que quiere poner fin a esta
locura y, a golpe de un esfuerzo y una paciencia inquebrantables, logra
resultados muy meritorios. Pero los intereses al otro lado son implacables,
apoyados por todos estos poderes nefastos. No nos engañemos sobre el tamaño de
esta lucha. Tenéis razón, es importante intentar ser positivo, pero también hay
peligro de cerrarnos en una burbuja con los que pensamos igual y ver más
progreso que lo que hay. Volvemos a la importancia de la educación pero del
sistema oficial me fío poco, por las razones que hemos estado comentando. El
enfoque está demasiado centrado en la memorización a secas (el sistema de
enseñanza más fácil), las asignaturas cerradas (ídem), pero la verdad es que en
un sistema de educación bien pensado no importa tanto qué aprendes sino cómo
aprendes. Y si todo está basado en la memorización de hechos sin relación,
todos aprendiendo lo mismo, no vamos a ningún sitio. Haciendo su bachillerato
hace 4 años, mi hijo tuvo que memorizar la constitución de Extremadura.
Cojonudo. Lo siento, pero la persona que decidió que esto tenía cabida en el
programa escolar, con todos los problemas que hay en el mundo, es un cretino
(de torno). Eso sí, hay organizaciones extracurriculares haciendo un trabajo
magnífico, como Aver Aves en Madrid que lleva a los
peques en horas lectivas para ver las aves en el parque más cercano al colegio.
Iniciativas así son las que nos dan esperanza, ¿verdad? Son estupendas.
-Aunque otras se han perdido, dejando una huella muy profunda y que
supura a veces de malas maneras porque la administración las ha ganado, muy a
menudo, mintiendo como pasó, incluso desde los gestores de un país, “los
gestores de lo público”, ¿qué nos puedes decir?
-Mienten como bellacos;
manejan como déspotas; maquillan como meretrices. Después del escándalo de
Volkswagen, ahora casi olvidado, sabemos todo lo que hay que saber sobre la integridad
y veracidad de las grandes empresas y sus portavoces en los medios. Cansa ver
cómo tergiversan la verdad cada dos por tres en los periódicos, las noticias de
la radio y la televisión. No solamente en lo que dicen sino también en lo que
omiten, lo que es aún más importante. Vuelvo al enfado como germen gestor de
mis libros. Es mi intento de dar otra versión de los hechos, concienciar a la
gente de lo que vamos perdiendo, lo importantísimo que es como señal de lo
mejor del ser humano, y cómo nos mienten y manejan como ovejas a su antojo.
-Pero en LA PRIMAVERA DEL SOCO el silencio se hace
necesario—y de alguna manera como coprotagonista de la trama que planteas--
porque, hoy por hoy, casi no nos damos cuenta pero vivimos en un mundo de
constantes ruidos---de mayor o menor intensidad—pero cómo cuesta encontrar ese
silencio limpio, casi fugar donde se puedan llegar a aprender los diferentes
cantos de nuestras amigas las aves…eso no es fácil pero es lo que descubre
nuestra amiga Soco que le apasiona…-Aunque ella misma ve que, hoy en día, no
puede “como competir” con las aficiones de sus hermanos, aficiones todas más
distantes de la naturaleza y sumergidas en la idiosincrasia de “las urbes”.
Futuro incierto el de Soco que se va desmenuzando y futuro desde el que ella se
va afianzando porque no puede, ni creo que lo desee, esconder su pasión, ¿lo
ves así?; y la elección de estudiar sin ver un futuro certero o jugársela…Un
libro que deberían leer muchos chavales, ¿no crees?
-Según
como se defina el silencio. Hay una cámara insonorizada en el laboratorio Orfield en Minnesota y el tiempo record que alguien ha
aguantado dentro son 45 minutos. La mayoría duran mucho menos. Yo definiría el
silencio como la ausencia de ruidos extraños, un tapiz de sonidos con los que hemos
vivido desde el nacimiento mismo del ser humano. Hoy en día los ruidos extraños
nos abruman, y los pocos como Soco, que siguen valorando este “silencio
constructivo” son los raros. Esta era la “broma” del libro. Sé por experiencia
propia que tener una pasión por los cantos de las aves hoy en día extraña al
personal y da lugar a muchas incomprensiones cómicas. Entonces, rizando el
rizo, se me ocurrió trasladar esta pasión a un miembro de la demografía donde
menos se da, concretamente a una chica joven,
a ver cómo reacciona su entorno. Y no saben por dónde cogerla, claro. En otras cosas Soco es una chica muy de hoy en día,
guapa, graciosa, ocurrente, bisexual. Solamente tiene esta peculiaridad de una
pasión por los cantos de las aves y esto le desmarca de su sociedad. O la
mayoría. Al final sí encuentra su media naranja. Y al final también es ella, la
rara, que es “normal” (¿quién define normal?) o por lo menos enchufado a su
mundo en vez de vivir como los títeres dirigidos que son sus hermanos. Su futuro
sí es incierto pero no creo que ceje en este empeño de exprimir la belleza de
este mundo, cueste lo que cueste. Y, sí, yo creo que muchos chavales podrían
ver la gracia del libro y quizás apreciar el mundo un poco diferente después.
Ésta es la idea. Decir verdades con humor.
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