La Librería de El Sueño Igualitario

9788416702152.jpg00106523337449____1__640x64.jpgCazarabet conversa con...   Dave Langlois, autor de “La primavera de Soco” y “La presa de hoy” (Tundra)

 

 

 

 

 

 

 

Dave Langlois edita con Tundra dos libros que “le guiñan” a la naturaleza haciéndose muchas preguntas…

Ambos libros hablan, a su manera, también de la lucha por reivindicarse como personas, nos referimos a los protagonistas, así como aquello que más aman y estimen, sintiéndose parte de ello de una manera y desde una filosofía holística.

Se trata de La primavera de Soco, un libro que se deshace en dualidades existenciales desde el amor al canto de las aves.

La sinopsis del libro:

Antaño, uno de los elementos básicos de nuestra cultura era una apreciación fina de los cantos de las aves. Hoy no. Todo lo contrario. Soco, una chica de 17 años que vive en una gran ciudad, descubre que su afición presenta más problemas para su familia que las monomanías de sus siete hermanos (fútbol, Ironman, tenis, piano, poesía, idiomas y droga). Por culpa de ello, pasa un tiempo viviendo en la calle y buscándose la vida de una manera sumamente heterodoxa y escabrosa, hasta encontrar por fin un alma gemela en el sitio menos esperado. Se enfrenta también a un dilema final. Tiene que elegir entre estudiar, con mucho esfuerzo y poco lucro, la belleza del mundo que más le fascina, los cantos de las aves, o explotar, con poco esfuerzo y mucho lucro, la belleza del mundo que menos le interesa: la suya propia.

Y de La presa de hoy, un relato inmenso que habla de la gente que encuentra su lugar en la naturaleza y que temen perderlo por la avaricia humana.

La sinopsis del libro:

Cuando destruyen con impunidad lo que más quieres, lo que tienes por más bello en este mundo, cuando el desamparo llega a ser insoportable, tu manera de ver la vida y la muerte puede cambiar dramáticamente.

Pete Fled y su mujer están encantados con el nuevo trabajo de aquel como guarda de una reserva de naturaleza. Pero pronto descubren que la protección del medioambiente hoy en día puede suponer un choque brutal contra turbios intereses dispuestos a herir, perjurar, incendiar, violar y matar. Al final, con todo perdido, Pete decide enfrentarse a ellos con sus propias armas.

El autor de ambos libros , Dave Langlois: Autor, traductor, ciclista y escuchador/observador de aves, a veces todo a la vez para ahorrar tiempo, Dave Langlois, con su musa y correctora Bego, vive nueve meses en La Vera (Extremadura) y tres en Asturias, escribiendo, pedaleando y escuchando/observando a tope en los dos sitios. También, más tristemente, ha vivido diez años en Madrid. Su novela La Presa de Hoy (Tundra Ediciones, 2016), una tragedia, estaba ambientada más o menos en La Vera; esta otra, una parodia, en la Gran Ciudad; y la próxima, de categoría por determinar, en la Cordillera Cantábrica. Su propósito, con esta trilogía, es ensalzar la belleza natural ante la que tantos viven de espaldas hoy en día, pues cree que esto explica los muchos despropósitos medioambientales de la sociedad contemporánea.

¿Nos acercamos a Dave Langlois?

Autor, traductor, ciclista y escuchador/observador de aves, a veces todo a la vez para ahorrar tiempo, Dave Lasnglois, con su musa y correctora Bego,  vive nueve meses en Extremadura y tres meses en Asturias, escribiendo, pedaleando y escuchando/observando a tope en los dos sitios. También, más tristemente, ha vivido diez años en Madrid. Su novela LA PRESA DE HOY , una tragedia, estaba ambientada, más o menos, en La Vera; en cambio La primavera de Soco es una parodia que transcurre en la gran ciudad y en la próxima entrega, de categoría por determinar, estará ambientada en la Cordillera Cantábrica. Su objetivo, en y desde esta trilogía, tiene un objetivo, el de ensalzar la belleza natural ante la que tantos viven de espaldas hoy en día, pues cree que esto explica los muchos despropósitos medioambientales de la sociedad contemporánea.

Abrumado por la belleza del mundo, sea el canto del ruiseñor, un cuadro de Velázquez, un cuarteto de Beethoven, un cuento de Cortázar, una fuga de Bach, un adagio de Mahler, un dibujo de Picasso, el reclamo del colimbo el vuelo del vendejo, la librea del abejaruco, el revés de Federer, una sobremesa con amigos, un rocual saltando en plena mar…Dave Langlois ha organizado toda su vida de adulto para disfrutar de todo eso a tope. Este afán le ha llevado a varios puntos alucinantes del mundo, desde el norte de Noruega hasta la Tierra del Fuego; desde los Highlands hasta el Himalaya. También le abruma ver la poca gente que parece apreciar esta belleza y los muchos dispuestos a destrozarla, de ahí, por ejemplo, la narración de LA PRESA DE HOY. Para mantenerse vivo mientras tanto, ha trabajado en muchas tareas diferentes que van desde cartero a guarda de una reserva de naturaleza, pasando por metalúrgico.

 

 

Cazarabet conversa con Dave Langlois:

DeOakxoW0AEg1KG.jpg-Dave, háblanos, por favor un poco  qué es lo que te lleva a escribir tanto, por una parte: La primavera de Soco como por otra parte, La presa de hoy?-¿Te motiva siempre el reivindicar los valores de la naturaleza para intentar “salvarla”---en la medida que cada uno podemos y debemos asumir—enseñándonosla y concienciándonos de ello?

-Enfado. Ira. Frustración e impotencia. Entraban también todas las motivaciones que mencionáis en la pregunta pero “La Presa de Hoy”, sobre todo, era mi grito de ira. ¿Por qué? ¿Contra qué? Pues porque, hoy en día, proteger y defender la belleza que nos pertenece a todos, el acervo de milenios, puede suponer jugarte la vida. Puede suponer tu muerte. Imaginaros si custodiar la belleza atesorada en El Prado, El Louvre o El Uffizi supusiera arriesgar la vida. Se pondría, y con razón, el grito en el cielo. Pero que muera la gente defendiendo la naturaleza casi se da por aceptable. Daños colaterales. Las cifras son escalofriantes. Cada semana se sabe que muere un promedio de por lo menos 3 activistas medioambientales por todo el mundo, sean los guardias de África luchando contra los desalmados traficantes de marfil, los activistas de Perú y Brasil intentando defender su tierra contra las madereras o mineras o el humilde guarda de naturaleza en España que es el protagonista de mi novela. Porque no pensemos que España sale inmune. En enero de 2017 un cazador mató a bocajarro dos agents rurals en Lleida. A veces las víctimas tienen nombres, como los dos agents rurals, como Berta Cáceres. Muchas veces son desconocidos o incluso no salen a la luz. Porque esta cifra de 3 por semana es la punta del iceberg. Y la lucha, amigos es tan desigual. Es intrínsecamente desigual. El tiempo nuestro, de los defensores de la naturaleza, va medido por cosas como robles, bosques de robles, especies, biodiversidad,  cosas que se desarrollan en cientos, miles o millones de años. El tiempo de ellos, los destructores de la naturaleza, se mide en cosas como incendios, veneno, trampas,  motosierras y balas, cosas que se desarrollan en cuestión de días, horas, minutos, segundos o incluso nanosegundos. Además, ellos no mueren; nosotros sí. La Primavera de Soco explora un tema parecido, reivindicar los valores de la naturaleza, como decís también, pero desde el enfoque de la parodia. La protagonista Soco, una chica de 17 años que es aficionada a los cantos de los pájaros, vive en la gran ciudad con 8 hermanos, todos adictos a una monomanía, pero la rara es ella, que quiere levantarse al amanecer para escuchar a los ruiseñores. La broma, por supuesto, es que los raros de verdad son ellos pero lo suyo es una rareza consensuada por la sociedad de hoy en día que vive de espaldas a la belleza que nos rodea cada día.

-Amigo, ¿cuántos años llevas viviendo en España a caballo entre Extremadura y Asturias?; ¿Qué tienen para vos de especial esos lugares de la península?-Seguramente los diferentes pueblos y sus diferentes integrantes tienen como visiones diferentes de su entorno, de los ecosistemas de lo que significa la naturaleza y de lo que debería de significar, ¿es así?; ¿Qué nos  puedes reflexionar?

-Pues mi mujer Begoña y yo llevamos casi 17 años en La Vera y unos 8 pasando los veranos en Asturias. Para mí es la combinación perfecta. La primavera en La Vera es alucinante. Hay unas 50.000 parejas de ruiseñores en la comarca, cosa que se dice pronto, teniendo en cuenta que en toda Gran Bretaña, con toda la poesía que está dedicada a este pájaro, hay unas 6000 parejas. Así que los coros del alba son mágicos, con todos estos ruiseñores dándole que te pego en la maleza, las oropéndolas, mirlos y capirotadas en los árboles y las totovías en el cielo, todos saludando a su manera cada nuevo día. Un milagro cotidiano. Y gratis. Luego (somos unos privilegiados), cuando la primavera aquí en la Vera empieza a flaquear, subimos a Asturias donde tiene bastante cuerda todavía. Soy ciclista empedernido, y las carreteras de Asturias, con tanta montaña, costa y las temperaturas tan benignas, son la gloria. Y, claro, las especies cambian. Ahora en mis rutas de bici puedo disfrutar de los preciosos colirrojos reales cantando desde los aleros en cada pueblo, los alcaudones dorsirrojos en cada prado . . . Ahora son currucas mosquiteras cantando desde la maleza en vez de ruiseñores…Es un lujo. En cuanto a vuestra pregunta sobre las diferentes maneras de ver toda esta belleza . . . pues, ¿qué queréis que os diga? No veo mucho interés por toda esta sobrecogedora riqueza. ¿Cómo podría ser de otra manera? Mientras tengamos un gobierno que define a los cultivos de eucaliptales (la tragedia de Asturias y Galicia) como “una fuente de riqueza natural”, que desbroza el monte en plena época de cría, triturando a nidos por doquier (completamente ilegal) y persigue políticas que parecen favorecer el terrorismo de los incendiarios (quitando los acotamientos post-incendio, desautorizando a las Brigadas de Investigación de Incendios, etc), pues no debe de sorprendernos que la mayoría de la gente viva encerrada en el cortoplacismo ciego del capitalismo de hoy en día. La belleza es gratis; no es vendible. Entonces en una sociedad de marketing hay que menospreciarlo. Hoy en día vale solamente como fondo de pantalla para vender un champú o coche. Y así vamos.

IMG_20180901_104311.jpg-¿Somos conscientes del hábitat que habitamos, del territorio que gozamos, de un planeta tan bello como lleno de recursos que nos ayudan a vivir?. Simplemente es que nosotros somos unos habitantes más como unos invitados a un “hogar”, llamado Gaia que, a menudo, despreciamos sintiéndonos en la cima, no en la base…no sé si me explico.

-Lo veo como el gran problema de hoy en día: es decir la inconsciencia de lo bello que es nuestro mundo y lo rápido que lo vamos perdiendo. Para siempre. Hablo del “primer mundo”, por supuesto, que es donde más daño se genera con diferencia. El mundo “subdesarrollado” tiene otros problemas y, lo mismo, no sé, otras sensibilidades. Pero en nuestro mundo la consigna es consumir sin parar y sin pensar en las consecuencias. Y luego los grandes problemas como el cambio climático parecen ser la responsabilidad de nadie. A escala más pequeña, nuestro medioambiente cotidiano, el milagro de la evolución, un mirlo cantando en el jardín, un vencejo pasando a la velocidad del rayo por encima de nuestras cabezas, ni caso. Y si algo no se aprecia, no molesta que se pierda.

-¿Somos la peor “especie” que puebla Gaia?—particularmente, no tenemos dudas, pero…---

-No. Mira un cuadro de Vermeer o Velázquez; escucha un cuarteto de Beethoven, una partita de Bach o una sinfonía de Mahler. Personalmente no echo la culpa al “ser humano” como especie, lo que no me parece útil, sino al sistema de consumismo a corto plazo, con precio de mercado sin tener en cuenta el coste social o medioambiental. Hay muchos seres humanos en contra de esto pero los poderosos se aseguran de que no tengan voz o que se ridiculicen. Todos los argumentos sobre qué especie es la más “inteligente”, etc, abogando por lo inteligentes que son muchas especies de animales, me parecen desencaminados. ¿Si resulta que no son inteligentes no merecen ser protegidos? ¿Cómo se define la inteligencia? No sabemos. No sabemos si los animales son capaces de pensar. Lo que sí sabemos es que en este momento ninguna otra especie que no sea el ser humano está pensando en lo rápido que vamos corriendo hacia el abismo. Otro error relacionado, desde mi punto de vista, es intentar justificar la protección de la naturaleza por razones económicas. Ahí vamos a salir perdiendo siempre. Estamos obligados a defenderla por el “imperativo categórico”, como decía Kant, porque la belleza en todas sus formas es lo más importante del ser humano. En fin, no hay otra especie que quiera destrozar el planeta ni que sea capaz de hacerlo; no hay otra especie que quiera salvar el planeta ni que sea capaz de hacerlo. Solamente desprovistos de este sentido de la belleza somos la peor especie.

-La educación para revertir todos los procesos de agresión que hemos generado  debería ser un lugar a donde acudir, la base desde donde salgan futuros cuidadores y cuidadoras del medio, conscientes y concienciados…¿cómo lo ves?

-Pues ha llegado a ser casi perogrullesco, ¿no? que la educación es la solución. Y lo creo porque una vez que alguien tenga conciencia de esta belleza, nunca se pierde. No conozco ni un caso de alguien a quien le hayan abierto los ojos que luego vuelva a la inopia e inconciencia de antes. No es la física cuántica lo que queremos enseñar o la matemática avanzada sino solamente disfrutar del increíble mundo que ha evolucionado durante milenios, que está ahí al alcance de nuestros ojos, oídos y dedos cada día. No debería ser difícil, ¿verdad? Pues es dificilísimo. Estamos todos bombardeados cada minuto con mensajes opuestos animándonos a consumir, consumir, hacer negocios tontos. Estoy hablando, por supuesto, del mundo tremendamente peligroso y dañino del marketing, engañándonos a medir nuestro propio valor por las cosas que compramos, el consumo conspicuo u ostentoso. Yo creo que la clave reside en romper el poder de estas mentiras pero hay tantos intereses en contra de que esto se haga, y éste es uno de los temas de mis libros.

-Pero no sé si a los jerarcas de los grandes lobbies que financian a los partidos políticos que gestionan lo público y cambian de “leyes educativas “ ,cada dos por tres, estarán muy a favor de que de la escuela salgan gente concienciada, crítica y que, sobretodo, piense qué hace y en qué puede mejorar, cambiar…

-Interesante observación. Desgraciadamente, no tengo duda de que el papel en general del sistema educativo es moldear a la gente de la manera más favorable a los poderosos, pero todos los ridículos y burocráticos cambios constantes en el sistema educativo los había achacado a la competencia pueril entre partidos políticos y la incompetencia. Pero lo mismo tenéis razón, es todo parte de este mismo empeño de desinformación y desanimación. Pero este tema nos queda muy grande aquí.

-Porque tus libros, diferentes, estos que tenemos en las manos LA PRESA DE HOY y LA PRIMAVERA DE SOCO todos nacen  con un mensaje muy parecido me llevan a pensar en esto en el respeto y en el cuidado…en la avaricia como enemigo—por decirlo de alguna manera---,pero. ¿Cómo ves tú a los ciudadanos y ciudadanas frente a los principales problemas medioambientales?. ¿Cómo has visto la evolución desde cuando llegaste a España?

-Me alegro de que los encontréis diferentes. Es verdad que hay pocas novelas que traten de estos temas pero eso del “mensaje” lleva peligro. En una obra de ficción no puedes ser demasiado didáctico. La novela tiene que funcionar a nivel de trama que enganche al lector, que le intrigue y le haga querer saber qué va a pasar. Lo que se dice en inglés, un “page turner”. No vale nada tener un mensaje, por muy meritorio que sea, si el lector se aburre. En cuanto a mis co-ciudadanos creo que ya ha quedado bastante claro en respuestas anteriores que no veo mucha preocupación por los problemas medioambientales que nos acechan. Mira las encuestas de opiniones del Centro de Investigaciones Sociales, donde el problema del medioambiente sale como una preocupación muy por debajo de otras como la inmigración. Compartir la vida con seres de otra parte del planeta, una cosa enriquecedora, se considera un problema más grande que el fin del mundo. E, increíblemente, ningún encuestado considera el medioambiente como el primer problema. No veo, las cosas como son, una evolución positiva.

-¿Y cómo la has visto o la has experimentado como escritor?

-Como escritor tienes que tomar esta distancia creativa para poder analizarlo aunque sea en una novela. Todos, creo, estamos buscando algo que podamos hacer en este reto tan difícil de enderezar este entuerto. Es tan frustrante limitarte a poner iconos a mensajes de Facebook y firmar peticiones que no sabes si valen para algo (“clictivismo”) y todos queremos hacer algo más. Pues la ficción es un arma. Puede hacer a la gente reflexionar más que panfletos y peticiones. Se piensa, por ejemplo, que las novelas de Charles Dickens  hicieron más por la reforma social de la Inglaterra victoriana que cualquier político o programa gubernamental. Así que he querido aportar mi granito de arena para intentar equilibrar de alguna forma esta lucha tan desigual que estamos librando. Pero, ya os digo, tiene que funcionar a nivel de novela.

-No he viajado mucho, pero puedo decir que aquí, a menudo, en pueblos pequeños los que no somos del entorno del mundo de la caza, los animalistas, los que nos gusta que la salud de nuestros ríos no se quebrante o la quebrantemos…somos un “poco apartados” .¿Qué has experimentado tú, que, además has tomado iniciativas muy, muy activas que han pasado hasta a formar parte de libros?

-Pues para poneros un ejemplo muy concreto, el otro día un tío me dijo en la calle “Tú eres muy espabilado y un día te van a dar una paliza”. ¡Casi me hizo gracia que utilizase “espabilado” como un insulto antes de salir con la amenaza! Os digo una cosa, no suele gustar por aquí que cuestiones su manera de tratar el medioambiente (la justificación consabida es “la tradición”; siempre se ha hecho así) pero si lo haces con acento de guiri, tela. Obviamente hay gente abierta, amable y querible como en todas partes pero no hay duda de que una preocupación por el medioambiente por aquí te va a traer problemas.

-En LA PRESA DE HOY el protagonista, un guarda de una reserva, lucha contra la avaricia humana que cree que la naturaleza está ahí para “servirse”…luchar constituye, muchas veces, echar un pulso al poder institucional, al sistema y hasta a esa ciudadanía como más cómoda con lo que le den, sin más…¿qué nos puedes comentar?  , ¿Qué puedes reflexionar al respecto?

-Pues sí, el protagonista es un guarda de naturaleza y también es inglés, para añadir este otro toque de tensión del “xenofobia”, según el cual le ven como alguien que no tiene derecho a quejarse, mucho menos dirigir o mandar los nativos. Pero sufre muchísimo más que yo porque está en la primera línea de combate, como los agentes medioambientales y las ONGs medioambientales. Y obviamente esto no está limitado a España. Mientras escribo, algunos valientes manifestantes están intentando parar la fracturación hidráulica en Inglaterra, encadenándose a las máquinas, poniendo sus propios cuerpos e integridad en riesgo. Las vejaciones de Pete, el guarda, son, al principio, menos “serias”, más cotidianas, pero van cogiendo un ritmo vertiginoso por las circunstancias en las que vive con su mujer española y una bebé pequeña (más tarde la narradora de la historia) hasta llegar a un desenlace trepidante. Se puede decir brutal. Pero creíble, desgraciadamente, en la España profunda de hoy en día. Entre muchos elogios, con epítetos como “eco-thriller” o “western moderno” algunos dijeron que la trama era “exagerada”, y luego solamente cuatro meses después de publicarse ocurrió la tragedia de los agents rurals.

20180413_211243.jpg-Algunas de esas luchas he de decirte que se ganan. Hablemos, primero de esas victorias a ver si nos podemos poner positivos…porque desde la positividad y desde la lucha ganada el “activismo ecológico” suma, ya que desde ahí la curiosidad por saber se expande y podemos conciliarnos y reconciliarnos más con la “madre tierra”, ¿no?

-Creo también, o quiero creer, que hay cada vez más gente de buena voluntad que quiere poner fin a esta locura y, a golpe de un esfuerzo y una paciencia inquebrantables, logra resultados muy meritorios. Pero los intereses al otro lado son implacables, apoyados por todos estos poderes nefastos. No nos engañemos sobre el tamaño de esta lucha. Tenéis razón, es importante intentar ser positivo, pero también hay peligro de cerrarnos en una burbuja con los que pensamos igual y ver más progreso que lo que hay. Volvemos a la importancia de la educación pero del sistema oficial me fío poco, por las razones que hemos estado comentando. El enfoque está demasiado centrado en la memorización a secas (el sistema de enseñanza más fácil), las asignaturas cerradas (ídem), pero la verdad es que en un sistema de educación bien pensado no importa tanto qué aprendes sino cómo aprendes. Y si todo está basado en la memorización de hechos sin relación, todos aprendiendo lo mismo, no vamos a ningún sitio. Haciendo su bachillerato hace 4 años, mi hijo tuvo que memorizar la constitución de Extremadura. Cojonudo. Lo siento, pero la persona que decidió que esto tenía cabida en el programa escolar, con todos los problemas que hay en el mundo, es un cretino (de torno). Eso sí, hay organizaciones extracurriculares haciendo un trabajo magnífico, como Aver Aves en Madrid que lleva a los peques en horas lectivas para ver las aves en el parque más cercano al colegio. Iniciativas así son las que nos dan esperanza, ¿verdad? Son estupendas.

-Aunque otras se han perdido, dejando una huella muy profunda y que supura a veces de malas maneras porque la administración las ha ganado, muy a menudo, mintiendo como pasó, incluso desde los gestores de un país, “los gestores de lo público”, ¿qué nos puedes decir?

-Mienten como bellacos; manejan como déspotas; maquillan como meretrices. Después del escándalo de Volkswagen, ahora casi olvidado, sabemos todo lo que hay que saber sobre la integridad y veracidad de las grandes empresas y sus portavoces en los medios. Cansa ver cómo tergiversan la verdad cada dos por tres en los periódicos, las noticias de la radio y la televisión. No solamente en lo que dicen sino también en lo que omiten, lo que es aún más importante. Vuelvo al enfado como germen gestor de mis libros. Es mi intento de dar otra versión de los hechos, concienciar a la gente de lo que vamos perdiendo, lo importantísimo que es como señal de lo mejor del ser humano, y cómo nos mienten y manejan como ovejas a su antojo.

-Pero en LA PRIMAVERA DEL SOCO el silencio se hace necesario—y de alguna manera como coprotagonista de la trama que planteas-- porque, hoy por hoy, casi no nos damos cuenta pero vivimos en un mundo de constantes ruidos---de mayor o menor intensidad—pero cómo cuesta encontrar ese silencio limpio, casi fugar donde se puedan llegar a aprender los diferentes cantos de nuestras amigas las aves…eso no es fácil pero es lo que descubre nuestra amiga Soco que le apasiona…-Aunque ella misma ve que, hoy en día, no puede “como competir” con las aficiones de sus hermanos, aficiones todas más distantes de la naturaleza y sumergidas en la idiosincrasia de “las urbes”. Futuro incierto el de Soco que se va desmenuzando y futuro desde el que ella se va afianzando porque no puede, ni creo que lo desee, esconder su pasión, ¿lo ves así?; y la elección de estudiar sin ver un futuro certero o jugársela…Un libro que deberían leer muchos chavales, ¿no crees?

-Según como se defina el silencio. Hay una cámara insonorizada en el laboratorio Orfield en Minnesota y el tiempo record que alguien ha aguantado dentro son 45 minutos. La mayoría duran mucho menos. Yo definiría el silencio como la ausencia de ruidos extraños, un tapiz de sonidos con los que hemos vivido desde el nacimiento mismo del ser humano. Hoy en día los ruidos extraños nos abruman, y los pocos como Soco, que siguen valorando este “silencio constructivo” son los raros. Esta era la “broma” del libro. Sé por experiencia propia que tener una pasión por los cantos de las aves hoy en día extraña al personal y da lugar a muchas incomprensiones cómicas. Entonces, rizando el rizo, se me ocurrió trasladar esta pasión a un miembro de la demografía donde menos se da, concretamente a una chica joven,  a ver cómo reacciona su entorno. Y no saben por dónde cogerla, claro. En otras cosas Soco es una chica muy de hoy en día, guapa, graciosa, ocurrente, bisexual. Solamente tiene esta peculiaridad de una pasión por los cantos de las aves y esto le desmarca de su sociedad. O la mayoría. Al final sí encuentra su media naranja. Y al final también es ella, la rara, que es “normal” (¿quién define normal?) o por lo menos enchufado a su mundo en vez de vivir como los títeres dirigidos que son sus hermanos. Su futuro sí es incierto pero no creo que ceje en este empeño de exprimir la belleza de este mundo, cueste lo que cueste. Y, sí, yo creo que muchos chavales podrían ver la gracia del libro y quizás apreciar el mundo un poco diferente después. Ésta es la idea. Decir verdades con humor.

 

 

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