Cazarabet conversa con... Carmen Estrada
Cerquera, autora de “Cumplir treinta años en los años treinta. Microhistoria en
torno a un antifascista sevillano” (Aconcagua)
Carmen Estrada Cerquera, destacada científica
y médica desde el campo de la investigación en neurociencias, escribe y va
escarbando en la historia, descubierta ya en la edad adulta, de su padre….un
destacado miembro del socialismo sevillano, José Estrada Parra.
Nos aproxima a la investigación de Carmen
Estrada la editorial Aconcagua de Sevilla.
Aquello que nos explica, con más detalle, la
editorial Aconcagua: José Estrada Parra, dirigente del socialismo sevillano en
la época de la República y teniente de alcalde durante el corto mandato del
Frente Popular en el Ayuntamiento de Sevilla, consiguió escapar a la masacre de
cargos públicos y militantes de partidos políticos que tuvo lugar en la ciudad
en el verano de 1936. Las peripecias de su huida, su paso por la Lisboa
colaboracionista y por el París que hacía los últimos preparativos para la gran
exposición de 1937, su actuación al regresar a la zona republicana durante la
guerra y las circunstancias que permitieron su supervivencia tras el consejo de
guerra aparecen como relatos en boca de distintos personajes reales o
ficticios. La narración se basa en abundantes fuentes documentales, en
testimonios de personas entrevistadas y en el relato familiar. El título rinde
homenaje a la generación que nació en los comienzos del siglo XX, a los
protagonistas involuntarios de una guerra –‒algunos incluso de dos–‒
que les llegó en el momento crucial del inicio de la madurez y que, si no acabó
con sus vidas, hizo que estas transcurrieran por derroteros muy distintos de
los que habían imaginado.
La autora, Carmen Estrada: estudió medicina en
Sevilla y ha sido profesora de fisiología e investigadora en neurociencias en
Madrid, Los Ángeles y Cádiz. Desde que se jubiló se ha dedicado al estudio del
griego clásico, siendo autora junto con Miguel Brieva
de La Odisea Ilustrada (Ed. Malpaso, 2019). En 2007, en una conferencia
del investigador en historia José María García Márquez, vio una foto de su
padre en el campo de concentración de La Corchuela,
que le reveló a un personaje que desconocía por completo. A partir de ese
momento comenzó a investigar en archivos y hemerotecas y a recoger testimonios
hasta reconstruir la historia que presenta en este libro.
Cazarabet
conversa con Carmen Estrada Cerquera:
-Es
“chocante”—por favor entiende esta especie de calificativo---que tú
desconocieras del todo la historia, ¿verdad?-¿Cómo te explicas que nadie te
hubiese contado nada?. Bueno, amiga, todo esto se va
desvelando con la lectura, pero nos gusta acercar al lector/a de nuestro
Proyecto de Difusión Cultural a algunos entresijos de este libro, ¿qué te
habían contando de tu padre; qué conocías?
-Si bien la historia completa de los
represaliados por el franquismo no solía formar parte de los relatos
familiares, sí se iban filtrando datos sueltos que permitían reconstruir lo
ocurrido a grandes rasgos. En mi caso, yo conocía que mi padre había sido
socialista, que había huido de Sevilla vestido de falangista a raíz del golpe
militar, que había estado en la cárcel en Almería y después en La Corchuela, y poco más.
-Amiga, ¿qué es
lo que te hizo reflexionar para pensar muy seriamente en llevar una historia
tan cercana como la de tu padre a “negro sobre blanco”?
-Muchos años después de morir mi padre, asistí
a una conferencia sobre la represión en Sevilla y en ella se proyectó una foto
de tres prisioneros en el campo de concentración de La Corchuela,
uno de los cuales era mi padre. Me sorprendió mucho aquella imagen porque, en
mis primeros recuerdos, mi padre era ya un hombre de cuarenta y tantos años,
mientras que en aquella foto representaba unos treinta. Hay que tener en cuenta
que en mi casa, como ocurrió en otras muchas familias de republicanos, apenas
se acumulaban recuerdos: fotos, cartas, etc., pues se debieron desprender de
ellos en los momentos de peligro. Por ese motivo, yo no había visto nunca una
imagen de la infancia ni de la juventud de mi padre. Aquella foto me estimuló a
investigar la vida de aquel joven al que no conocía y del que algunos
historiadores especializados me dieron los primeros indicios.
-¿Cómo se da
digamos la ruptura con “esas versión falseada”, como te enteras de quién era tu
padre?; ¿Cuál es tu primera reacción…?.- El saber que no eres la única con el
mismo perfil sufriendo, más o menos, lo mismo, ¿te valió de algo?-¿Qué es lo
que recuerdas de tu infancia que sentiste como desvanecerse ante la verdad?
-No existió ninguna “versión falseada”. Yo
sabía que mi padre había sido republicano, que por esa causa había sido
represaliado y que todo aquello había producido mucho dolor en la familia. Lo
que no entraba en la narrativa familiar eran los detalles, las circunstancias
concretas. Y son estos los que dan vida a una historia, los que la convierten
en algo real ante lo que podemos emocionarnos.
-¿Cuándo
decidiste ponerte a preguntar, indagar…? ; Pero el proceso de documentación va
más allá de las preguntas con tus seres más cercanos, ¿cómo fue
documentarte más allá de “lo inmediato”?
-Cuando inicié la investigación ya no estaban
los "seres más cercanos", por lo que el relato familiar quedó
reducido a lo que podía recordar de lo que, en un momento u otro, había oído de
mis tías y, a veces, de mis padres. Esos recuerdos me sirvieron, sobre todo,
para engarzar los datos que iba obteniendo de la abundante documentación que
existía sobre el tema.
-Las entrevistas
con gentes que vivieron de cerca situaciones a las que buscabas respuestas,
¿cómo fue?; me imagino que compensa, pero que es un ejercicio doloroso para ti
y para los que hacen memoria, ¿cómo lo ves?
-Pocas entrevistas pude hacer a personas que
hubieran vivido aquellos acontecimientos, pues comencé la investigación en
2007. Solo obtuve información directa de cuatro personas que, aunque
tangenciales, contribuyeron a la reconstrucción de algunos aspectos de la
historia. El grueso de los hechos que se narran en el libro está basado, para
la época republicana, en la hemeroteca y
en las actas municipales de Sevilla, y, para los acontecimientos posteriores,
en una entrevista que le hizo el historiador Juan Ortiz Villalba
en los años ochenta y que fue publicada en el libro Del golpe militar a la
guerra civil. Sevilla 1936, en el Consejo de Guerra y en documentación
inédita procedente de distintos archivos históricos.
-Con el tiempo, ¿ entendiste mejor a tu padre?, me refiero a que se debe de
experimentar cierto balance de los que conociste y de los que luego fuiste
conociendo…¿es como ver varias perspectivas de una misma persona?
-Creo que he cubierto el objetivo de conocer a
aquel joven, que más tarde fue mi padre.
-¿Cómo decidiste
estructurar, Cumplir treinta años en los años treinta?
-Comencé a trabajar sobre lo que le ocurrió
desde el inicio del golpe militar, cuando, tras ocultarse en Sevilla durante el
terrible verano de 1936, consiguió escapar de la ciudad, salir hacia Portugal y
regresar a la zona republicana. Aquella peripecia estuvo plagada de elementos
novelescos, lo que me llevó a contarla en forma de relato. Después encontré
información sobre su actuación durante la guerra, la emisión desde radio Jaén
de las "charlas anti-Queipo", el
comisariado en el frente de las Alpujarras, la entrega del ejército
republicano, la prisión, etc. Me di cuenta entonces de que tan interesantes
como los acontecimientos de su vida eran las circunstancias que lo rodearon en
todos aquellos momentos y en los distintos escenarios por los que se desplazó.
El libro se fue convirtiendo poco a poco en la historia de una época, contada
al hilo de la vida de una persona concreta. Una vez completada esa parte de la
historia, reconstruí el periodo republicano. Mi padre fue dirigente socialista
en aquella época y teniente de alcalde responsable de urbanismo en el
Ayuntamiento de Sevilla durante el corto mandato del Frente Popular, entre
febrero y julio de 1936. La lectura de las Actas Capitulares fue toda una
experiencia, pues me di cuenta de que aquel gobierno municipal, tan efímero y
desconocido, planteó ya entonces una serie de iniciativas ciudadanas muy
interesantes, algunas de las cuales se llevaron a cabo muchos años después y
otras que aún hoy se considerarían innovadoras. Y esto no solo ocurrió en
Sevilla; más bien creo que es representativo de algo que sucedió en toda España
y que se vio frustrado antes de que hubiera podido desarrollarse. El libro es,
por tanto, una mezcla de relato y documental, predominando uno u otro según la
materia a que se refiere cada capítulo.
-Bien, siguiendo el hilo del título,
en perspectiva sobre tu escritura y experimentando de tantos testimonios…¿qué
piensas de lo que significaba vivir en los años treinta, con esos treinta
años..? Se les desmoronaron, supongo, muchos castillos
de naipes, se les cercenaron no pocas ilusiones y sufrieron lo indecible…
-Los treinta años de entonces no eran como los
de ahora. La mayoría de los concejales que entraron en el Ayuntamiento de
Sevilla con el Frente Popular, que tenían en torno a esa edad, eran ya jóvenes profesionales
establecidos y muchos tenían familia con hijos pequeños. Estaban recién
instalados en la madurez; se habían formado ya una idea de lo que creían que
iban a ser sus vidas. Se estaban preparando para gobernar una ciudad. Y en ese
momento crucial les llega una guerra involuntaria. Terrible, ¿no?
-Aún así y con todo tiraron adelante, ¿cómo
crees en el caso de tu padre que lo hizo?-Amiga, Carmen, ¿qué recuerdas de tu
padre? ¿Pudiste atisbar alguna especie de tristeza en la mirada fruto o resultado
de su pasado?
-Es la función del instinto de supervivencia.
Pero creo que ya no continuó (no continuaron) con su vida, sino con otra muy
distinta de la que habían imaginado y proyectado.
-Leyendo este libro ,entre lo testimonial y lo memorialístico
te das cuenta que en los pequeños detalles, en las pequeñas cosas está lo que
verdaderamente abre senda, camino y hace historia…esa parte de la historia que
nos marca y nos marcará, más que nada como seres humanos, ¿lo ves así? ¿qué nos puedes reflexionar?
-En el libro se cuenta la vida de un hombre.
Él es el protagonista, qué duda cabe. Pero, ¿qué hubiera ocurrido con ese
protagonista sin la red de mujeres que se mueve a su alrededor? Las mujeres en
este relato, como ocurre tantas veces, aunque aparecen en segundo plano, tienen
iniciativa, son tenaces, actúan de forma colaborativa y, en definitiva, son
responsables de la supervivencia del personaje principal en los dos momentos
críticos en que escapó de una muerte anunciada. La compañera, las hermanas, las
cuñadas, incluso la madre de un fascista, que, sin conocerlo, declara en su
favor, tejen, desde el anonimato, una red que sostiene la vida en un momento en
que los hombres se despedazan entre sí.
-Tu
padre es o fue un antifascista en todo el sentido de la palabra, lo defines y
lo encontraste así y después de este descubrimiento y documentación ¿es como si
fueses más consciente?
-No, ya sabía que fue un antifascista. Lo que
he descubierto ha sido el tipo de trabajo político que llevó a cabo, las
peripecias de su fuga, los escritos que elaboró durante la guerra y que
aparecen en el libro como anexos, la obscenidad de los Consejos de Guerra, la
vida de las prisiones, etc.
-Hemos hablado
del o de los procesos de documentación, entrevistas orales…¿cómo
fue el acercarte a los profesionales, de manera directa o indirecta , que hacen
y trabajan en torno a la Memoria Histórica?
-Trabajé con José Mª García Márquez desde el
comienzo y gracias a él conseguí una copia digitalizada del Consejo de Guerra.
Yo he sido investigadora durante toda mi vida profesional, de modo que no me
resultó difícil aplicar la misma metodología a la indagación histórica.
-Y ¿cómo fue tu
metodología de trabajo? ; ¿cómo le fuiste dando forma a todo mientras ibas
reuniendo datos, testimonios, documentos y demás?
-La historia es tan rica y tan interesante,
que cuando tuve todo el material reunido y ordenado, el relato surgió casi
solo.
-¿Cómo ha sido
trabajar con Aconcagua libros?
-Estoy muy contenta con el trabajo editorial.
Es una pena que la distribución no esté a la altura del esfuerzo del editor y
de los autores.
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