Cazarabet conversa con... Ramón Lluís Bande, autor de “Cuaderno de la Revolución” (Pez de Plata)
Ramón Lluís Bande
escribe para Pez de Plata o, mejor dicho, transcribe el guión extendido de la película
musical, Cantares de una revolución con prólogo y acordes de Nacho Vegas.
Tanto
el musical como el libro nos presenta:”…. las palabras, las canciones y
los lugares de la última revolución proletaria en Europa Occidental”.
Lo que nos cuenta la editorial del libro:
Cuaderno de la
revolución
es el guión expandido de la película musical Cantares de una revolución, estrenada en la 56 edición del
Festival Internacional de Cine de Gijón, donde recibió el Premio Especial del
Jurado.
Pero también se puede leer como una novela. La
novela que cuenta la historia de un cineasta que se documenta y rueda una
película sobre una revolución. Concretamente, la revolución protagonizada por
los obreros y los campesinos asturianos en octubre de 1934. La última
revolución proletaria en Europa Occidental.
Un recorrido por las palabras, las canciones y
los lugares de la revolución asturiana, con la música popular como mapa y las
palabras de Belarmino Tomás, presidente del Tercer Comité Revolucionario, como
guía.
Son muchas las voces y los géneros literarios
con los que se construye este libro que, apoyado en la relación dialéctica
entre textos e imágenes, es también un cuaderno de cineasta, un cancionero, una
antología de textos históricos, un ensayo gráfico, un dietario personal, una
reflexión sobre cómo el cine se puede acercar a la memoria política
colectiva… Pensar una forma para encontrar una forma que piensa.
Sobre el musical se ha dicho que es : “«Un
ejercicio brillante de revisión del pasado que se antoja muy necesario en este
2019, para que ciertas cosas no se repitan nunca». Fernando Bernal. Caimán
El autor, Ramón Lluís Bande:
Es cineasta y
escritor. Entre sus películas destacan títulos de no ficción como El fulgor
(2002), Estratexa (2003), De la Fuente
(2004), El paisano. Un retratu colectivu
(2005), La carta de Bárbara (2007), Equí
y n’otru tiempu (2014),
El nome de los árboles (2015), Vida vaquera
(2016), Aún me quedan balas para dibujar (2017) o Escoréu,
24 d'avientu de 1937 (2017). Entre sus ficciones:
Malu (1999), L’aire
les castañes (2001), Divina Lluz (2005) o Llar (2014), en colaboración con
Elisa Cepedal. En los últimos años ha creado y
dirigido varias series documentales para la televisión pública asturiana
(RTPA), como Camín de cantares (2007-2011), Camín (2012-2016), Ende
(2012, codirigida con Luis Argeo), Güelos (2014) o L’alzada
(2015). En el mismo canal dirige la revista audiovisual de cultura asturiana, Pieces. Con más de una decena de libros editados, una selección
de su obra narrativa, escrita originalmente en asturiano, ha sido traducida al
castellano en el volumen Las habitaciones vacías (Caballo de Troya,
2010). Sus últimos libros publicados son Cuaderno del paisaje. Materiales
para un ensayo cinematográfico sobre la guerrilla republicana asturiana (Shangrila, 2016) y ¡Templu,
cabaña! (Impronta, 2017).
Cazarabet
conversa con Ramón Lluís Bande:
-Amigo, ¿nos puedes explicar el
porqué de esta reflexión en torno a la Revolución de Octubre que toma la forma
de un guión y de una película musical? ¿Qué nos puedes explicar del origen de Cantares
de una Revolución?
-El libro parte
de la intención de compartir con los lectores el proceso de realizar una
película sobre la revolución asturiana de 1934. Ofrecer un libro que cuente la
revolución –algunos aspectos / momentos– al mismo tiempo que se reflexiona
sobre cómo el cine se puede acercar de una manera rigurosa a ella y, por
extensión, a otros momentos de nuestra historia política colectiva. Labor en la
que llevo trabajando varios años. Estoy muy cómodo explorando ese espacio
literario en el que se cruzan la historia política colectiva, el diario de
trabajo, la reflexión cinematográfica y, en cierta manera, la autobiografía. Al
final, el libro, como ya sucedía con la película, es una reivindicación (y una
celebración) de la revolución de los obreros y campesinos asturianos en octubre
de 1934, porque, como decía Marguerite Duras: “Creo
en la utopía. La utopía, aunque fracase, es lo que hace avanzar las ideas de la
izquierda¨.
-Te he leído y oído decir que son como dos ideas que se fusionaron,
coméntanos por favor…
-Sí, “Cantares de
una revolución” y “Cuaderno de la revolución” nacen del encuentro, de la fusión
de dos proyectos diferentes en los que estaba trabajando. Por un lado, estaba
escribiendo el guión de una película sobre Belarmino Tomás, líder proletario
asturiano y para mí la figura política más importante del siglo veinte
asturiano y, al mismo tiempo, preparaba con Nacho una serie de televisión sobre
cómo la música tradicional transmitía la historia de las clases populares
asturianas… En un momento determinado una parte de los dos proyectos se
encontraron para dar forma a este acercamiento cinematográfico y literario a la
revolución a través de la música popular y la experiencia revolucionaria de
Belarmino Tomás.
-En la obra o guión de la película musical llevada a libro y editado
por Pez de Plata lo titulas Cuaderno la Revolución. Es lógico porque aquí sí
que es como un cuaderno… todo letra y narración, incluso
descriptiva de las diferentes escenas… como el cuaderno de trabajo de todo
guionista, ¿es así?
-El libro recoge
mi forma de trabajar en una película. Se trata de pasar a limpio y darle una
forma literaria a través de la cual pueda compartir con los lectores mis
cuadernos de trabajo durante todos los procesos de realizar una película. Desde
la documentación, central en mi cine, hasta el rodaje y el montaje. Creo que
por la especificidad de mi propuesta cinematográfica, mi trabajo con los
diferentes materiales no tiene mucho que ver con lo que suele ser el trabajo
estándar de un guionista. Además, la intención final es que el libro sea una
obra autónoma que no esté subordinada (ni tenga ningún tipo de dependencia) a
la existencia de la película, que tenga una identidad y una entidad propia. En
el fondo, no deja de ser el trabajo de búsqueda de una forma literaria…
-Aunque gracias a Pez de Plata estemos ante el libro-guión se ve, se
nota y se palpa la fuerza descomunal de la música de Nacho Vegas... imprescindible
para ti como guionista y director en todo momento, ¿no? Coméntanos ese trabajo
de colaboración e interacción…
-Por su propia
naturaleza, el libro se puede entender también como un “cancionero expandido”.
Las canciones populares nacidas en el seno de la propia revolución son el tema
central del libro –como ya lo eran de la película–. Las versiones de Nacho,
adaptándolas desde el respeto al origen a su propia sensibilidad musical, están
el centro de la propuesta. Que el libro incluya como parte de su contenido los
códigos de acordes y las letras de las versiones que aparecen en la película
además de convertirlo en un cancionero, permite que las canciones se conviertan
en parte del folclore asturiano del siglo XXI, que la gente las pueda tocar en
su casa, dándoles una nueva vida y nuevos significados, que no solo recuerden
el pasado sino que interroguen, interpelen y cuestionen el presente.
-Háblanos, por favor, del proceso de investigación… de esa tarea tan
ardua de búsqueda, mucha lectura, poner orden que, me da, precede o anda
acompasada a la propia escritura de este guión…
-Hacer cine que
intenta acercarse al pasado político colectivo es estar permanentemente rodeado
de libros, periódicos, panfletos, canciones, imágenes… Cientos de materiales que
ir ordenando y buscando la forma de relacionarlos. Es un trabajo fascinante
que, gracias al libro, puedo compartir, por lo menos en parte, con los
lectores. Después, como ya dije, el verdadero trabajo es saber filtrar toda esa
documentación a través de la propia sensibilidad y encontrar formas artísticas
de compartir esas historias con los espectadores y con los lectores. No soy un
historiador ni un político, soy un cineasta y escritor, por lo tanto, y siempre
con respeto al material con el que trabajo, la principal pregunta con la que me
enfrento en cada nuevo proyecto (libro, película) es: ¿cómo puedo contar todo
esto? En el fondo, de eso van mis películas y mis libros.
-¿Trabajas teniendo en cuenta como un guión de cuestiones a ir
contestando, en este caso desde la dramatización pensada en o desde una obra
teatral?
-No. Procuro que
el “arte dramático” no condicione mis películas. Busco la manera de acercarme a
los temas que me interesa tratar desde las posibilidades que me da el propio
lenguaje cinematográfico, como arte autónomo no dependiente de otras
disciplinas artísticas.
-¿Cómo es la metodología de trabajo que utilizas?
-Parto de un tema
que me interesa explorar –desde el cine, desde la literatura–, me documento a
fondo, trabajo mucho los materiales: construyéndolos, deconstruyéndolos,
poniéndolos en relación… Defino una estructura rígida, que me garantiza la
libertad de trabajar dentro de ella, y busco el dispositivo que mejor se adapta
para conseguir transmitir lo que quiero. Empiezo a colocar las piezas y llega
un momento que la película –o el libro– marca ya su camino y solo tengo que
seguirlo, sin intentar imponerle cosas que no necesita.
-Tu propósito, vuestro propósito
con Nacho, ¿era acercar la Revolución de Asturias de otra manera?
-En cierta
manera, sí, queríamos acercarnos a la revolución desde la huella que había
dejado en la música popular, y desde la experiencia revolucionaria de Belarmino
Tomás, presidente del tercer comité revolucionario. Buscar la forma de hacer
avanzar la historia sobre esas dos realidades y compartir lo que encontráramos
(y el propio proceso de búsqueda) con los espectadores.
-¿Y con Pez de Plata?
-Pez de Plata es
la mejor casa que “Cuaderno de la revolución” pudo encontrar. Desde el primer momento
que le comenté a Jorge Salvador, editor de Pez de Plata, el proyecto, compartió
mi entusiasmo hasta el punto de lanzar una nueva colección dedicada a los
libros de no-ficción para que “Cuaderno” encontrara su sitio. La colaboración
con Pez de Plata me permite desarrollar la parte literaria –con unos estándares
de calidad en la edición muy altos– de mi proyecto cinematográfico, en busca de
nuevos lenguajes con los que poder llegar a nuevos lectores.
-En todo momento está el deseo de poner como orden y de reivindicar la
figura de los ideales y del compromiso de muchas personas por encima de
cualquier otra consideración, un ejercicio de generosidad…
-Es un ejercicio
de búsqueda de justicia y, en cierta manera, de reparación. Tenemos que contar
estas historias obturadas por el presente. Tenemos que recuperar el nombre
propio y la experiencia de lucha de muchas personas que no quisieron que
conociéramos como parte de un proyecto para que olvidáramos lo que somos, como
clase, como pueblo... Más que una reivindicación del pasado, mi trabajo plantea
siempre una reflexión sobre el presente: ¿cómo nos afecta no conocer de dónde
venimos para poder saber quién somos y a dónde vamos?
-Amigo, ¿nos puedes dar alguna pista o pistas sobre lo que andas
trabajando ahora…. siendo además un artista tan polifacético…?
E-n estos
momentos estoy rematando los trabajos de postproducción de mi nueva película,
“Vaca mugiendo entre ruinas”, y el libro que la va a acompañar, “Cuaderno de la
guerra”, que, en cierta manera, son una continuación de “Cantares de una
revolución” y “Cuaderno de la revolución”, ya que sigo trabajando sobre la
figura de Belarmino Tomás, en este caso durante la guerra, en 1937, cuando
Belarmino era la máxima autoridad republicana en Asturias como presidente del
Consejo Soberano de Asturias y León. Si este “fin del mundo” en el que vivimos
lo permite, la película se estrenará a finales de este año y el libro llegará a
las librerías, de la mano de Pez de Plata, a principios de 2021. Además, acaba
de aparecer mi nuevo libro en asturiano, “Un home que cava” (Impronta, 2020).
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