La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Cristina Monge
Lasierra, autora de “15M. Un movimiento político para democratizar la sociedad”
(Prensas de la Universidad de Zaragoza)
Prensas Universitarias
de Zaragoza se acerca y publica un libro que se mete de lleno en el movimiento
ciudadano 15M…Un movimiento que, también se convirtió en político con el
propósito de “democratizar la sociedad”.
El libro lo ha escrito
Cristina Monge Lasierra y se trata de toda un ensayo
que parte, de hecho, de una tesis doctoral presentada en el Departamento de
Filosofía del Derecho de la Universidad de Zaragoza. Se encuentra en la colección
de Prensas, dedicada a las Ciencias Sociales dentro de la temática de política
Lo que nos dice la
entidad editora sobre el libro:
Cuando los
indignados y las indignadas del 15M abarrotaron calles y plazas en la primavera
de 2011, nadie sabía lo que tal fenómeno acabaría significando. Hoy hemos
comprobado que aquella insólita e inesperada movilización estaba abriendo un
nuevo ciclo político en España que bien puede concebirse como una segunda
Transición. Entre sus aportaciones destaca la apuesta por la repolitización de
la sociedad construyendo un nuevo espacio público mediante la autogestión, la
deliberación y la coproducción política. Este libro hace un recorrido por las
principales propuestas que surgen de los distintos 15M, se adentra en la
caracterización de sus participantes y en su forma de funcionamiento como
«movimiento-red», aporta entrevistas con personajes que fueron claves dentro o
fuera de las plazas e intenta comprender el cúmulo de razones que llevó a un
cuestionamiento global del establishment. Todo ello,
con el ánimo de contribuir a responder algunas de esas preguntas con las que el
15M abrió un nuevo ciclo en la política española.
La autora, Cristina
Monge Lasierra:
Es doctora por la
Universidad de Zaragoza, además de licenciada en Ciencias Políticas. Dirige el
área de Conversaciones de ECODES---Fundación Ecología y Desarrollo—y ejerce de
profesora asociada de Sociología en la Universidad de Zaragoza. Sus áreas de
investigación e interés recaen entre la
ciencia política, los movimientos sociales, la comunicación y la búsqueda de un
nuevo paradigma para la sostenibilidad.
Cazarabet
conversa con Cristina Monge:
-Cristina,
amiga, para ti ¿qué es el 15M, un movimiento ciudadano o más bien un movimiento
político?
-En el título del libro afirmo que es un
movimiento político por varios motivos: En primer lugar, porque no responde a
las características que desde la ciencia política se entiende que tienen los
movimientos sociales - ni siquiera los "nuevos movimientos
sociales"-, sino que presenta novedades tanto en la forma de aparición
como en el funcionamiento, estructura, etc. Sin embargo, es obvio que supuso un
antes y un después en la vida política española, generando una ola en la que
todavía estamos. Por eso digo que es un movimiento profundamente político.
-¿Crees
todavía que es un movimiento palpitante y presente o es un movimiento que fue
languideciendo cuando entraron en el escenario político formaciones nuevas como
PODEMOS?
-Una cosa son las calles y las plazas,
que obviamente se fueron vaciando, y otra muy distinta lo que eso ha supuesto.
Sin el 15M ni existirían algunos de los partidos y candidaturas ciudadanas que han
emergido en los últimos años, ni estaríamos inmersos en este periodo de cambio
tal como lo estamos viviendo. Esto se puede observar en muchos ámbitos: en el
político - institucional está claro; pero también en el de la comunicación -
con una importante emergencia de nuevos medios-, la creación artística y la propia economía,
que ha visto cómo nacían múltiples iniciativas de innovación y colaboración que
parten de presupuestos diferentes a las empresas tradicionales y que recogen
buena parte de los valores que defendían los indignados.
-Hubo
“apadrinamiento” del 15M o hubo “usurpación, quizás a tu entender ni
una cosa ni la otra; ¿qué te parece?.Preguntado de
otra manera o desde otra perspectiva: -¿Hubo una “apropiación” a tu entender de
este movimiento desde lo ciudadano a lo político o es como una transición
normal (me refiero a que puede llegar a ser como un tránsito inevitable, el
paso de la protesta ciudadana a desempeñar un cargo político)?
-El 15M generó un estado de ánimo
diferente y propicio para el surgimiento de nuevas formaciones, algunos de
cuyos líderes, por supuesto, pasaron unas cuantas noches en las plazas. Pero ni
todos los representantes políticos de los nuevos partidos formaron parte de los
indignados, ni todos los concentrados en las plazas se han adherido a esos
nuevos partidos. El fenómeno es mucho más complejo, pero en cualquier caso, por
supuesto que de allí salieron nuevos líderes - como ha pasado a lo largo de la
Historia en otras ocasiones - y se ha generado todo un referente. De hecho, uno
de los debates que se han dado en el seno de algunas nuevas formaciones
políticas en los últimos meses, en concreto en Podemos, gira sobre si se han
alejado más o menos del "espíritu del 15M".
-¿El 15M ha
hecho, hizo en su momento o propició que muchas de las gentes que se
echaron a la calle se decidieran a entrar en la política?
-Sí, por supuesto. En el 15M conviven,
al menos, dos almas: la de aquellas personas que procedían de movimientos
sociales o militaban en partidos de izquierda pero necesitaban nuevas formas de
expresión, junto con amplios sectores que nunca se habían implicado en formas
de acción colectiva ni estaban activos políticamente pero querían expresar su
indignación. Tanto entre los primeros como entre los segundos, podemos encontrar
muchos ejemplos de gente que después se ha implicado en nuevos partidos
políticos, en asociaciones de vecinos, o en movimientos sociales de diferente
índole. Las mareas fueron un buen ejemplo de ello.
-El 15M,
también conocido como “movimiento ciudadano de indignados”, llega para primero
darse cuenta, concienciarse de lo que hay y de lo que se está haciendo mal;
luego para tomar conciencia; pasamos a indignarnos y , finalmente, luego hay que “echar luz”, poner propuestas,
debates transparentes. ¿Lo ves así, cumplió, más o menos, estas pautas el 15M?
-Los movimientos sociales son más dados
a plantear reivindicaciones y protestas
que propuestas concretas. Para esto último se necesita una estructura y unos
medios de los que los movimientos habitualmente carecen. Su función pasa
fundamentalmente por situar temas y reivindicaciones en la agenda política. No
obstante, existe un amplio elenco de propuestas que se fueron formulando desde
las plazas y que se pueden encontrar en la red. Se dirá que no son propuestas
concretas, y efectivamente así es, pero su estudio ayuda a comprender muy bien
qué querían y qué no querían aquellos que llenaron las plazas.
-Y en ese
“poner luz” entra lo de democratizar la sociedad, supongo ¿supongo bien?
Explícanos por favor.
-Sí, mi interpretación del 15M, poniendo
el foco en los temas de participación ciudadana - que era el objeto de estudio
de mi tesis doctoral, de la que surge este libro-, es que su aportación
fundamental es la apuesta por una repolitización de la sociedad, el
descubrimiento de que, como dice el movimiento feminista, lo personal es
político, y que todo lo público nos afecta por lo que no podemos hacer una
delegación absoluta, sino que tenemos que tomar las riendas de nuestro destino,
implicándonos en aquello que es público y que impacta de forma clara sobre
nuestras vidas.
-Pero el
movimiento debe tener continuidad, ¿la tiene el 15 M o la calle está, desde
hace un tiempo, como otra vez, desactivada?
-Que las acampadas se levantaran no
quiere decir que la indignación haya desaparecido. Muchos de esos indignados
tuvieron en las plazas su primera experiencia de acción política colectiva.
Hoy, algunos están en las instituciones, otros se han incorporado a
asociaciones diversas, muchos siguen conectados en la red, y lo más importante
para mí: la gran mayoría permanecen muy atentos a cómo se gestiona lo público.
El 15M - por factores diversos- contribuyó de forma decisiva a que la política
tomara la calle, el debate. Eso no ha desaparecido. Seguimos oyendo opiniones y
debates políticos en los autobuses, en la puerta de los colegios, en
conversaciones de bar o en cualquier tipo de espacio público.
-En
realidad, amiga, tú que, desde la sociología ,puedes
tener una visión más global ¿te parece que la calle puede como activarse o
desactivarse, según les plazca a unos u otros?; ¿se utiliza la calle al antojo
de unos pocos?
-No, yo creo que es mucho más complejo.
La movilización social responde a necesidades distintas y generalmente surge
con fuerza cuando convergen distintos factores. En el caso del 15M la crisis
económica, la ruptura de una línea económica creciente durante treinta años, la
emergencia de casos de corrupción, la forma que se gestiona la crisis desde la
austeridad y la defensa de los intereses del establishment,
la revolución de las TIC.... En fin, un montón de elementos que se dieron cita
y crearon el clima propicio para el estallido en las plazas.
-En
realidad, todas estas preguntas se pueden sentir envueltas en un polvo
imperecedero desde los tiempos más remotos, muchos de los filósofos
fundamentales ya a su manera razonaban cómo las masas eran manipulables y
manipuladas. ¿Lo ves así?
-Por supuesto. El 15M engancha con los
temas clásicos de la historia del pensamiento político: participación,
democracia, implicación de la ciudadanía, proceso de toma de decisiones,
necesidad y sentido de la deliberación, etc.
-Pero el
15M sí que ha conseguido o consiguió despertar cierta conciencia y cuando algo
se despierta es difícil de volverla a adormecer al menos en todos y cada uno de
sus componentes y fueron—fuimos—muchos los que abrazamos el movimiento de las
calles, las plazas, que marcharon, marchamos, se indignaron y nos
indignamos…Quiero pensar, amiga Cristina, que algo de positivo queda, aunque
debemos de seguir siendo inconformistas, críticos…
-¡Por supuesto! Queda mucho. Cuando se
estudian los impactos del 15M, seis años después, se ve que tuvo una influencia
enorme en el ámbito político - el sistema de partidos, nuevos términos, nuevos
ejes...-, en el social, en el de la comunicación, e incluso en lo referente a
nuevos modelos de empresa. Hay que observarlo con perspectiva histórica y
analizando en detalle todo sobre lo que impactó.
-Hubo
muchos puntos de convergencia entre los diferentes 15M de las diferentes ciudades.
¿De qué principales denominadores comunes hablamos? Y de sus divergencias, ¿qué
nos puedes decir?
-Las divergencias son muchas porque,
como dices, al 15M hay que nombrarlo en plural: los perfiles sociales, las
sensibilidades, los motivos y las vías de salida son múltiples, pero como bien
planteas, hay elementos comunes: El rechazo al establishment
y su forma de gestionar la crisis, la apuesta por la participación y la
horizontalidad en la toma de decisiones, y la adopción de la Red como modelo
tanto de organización como de comunicación, etc. Muchos elementos, en
definitiva, que le dan un perfil propio.
-Hoy y
ahora:¿qué queda del 15M, qué ves o notas que está en
el aire y que dejó o todavía deja el 15M?
-Yo creo que inició un nuevo periodo en
la política española que está todavía abierto, aunque no sé por cuánto tiempo.
Todos los cambios que se empezaron a verter en las plazas están ahora aún
cuajando. Tenemos que permanecer atentos.
25466
15M. Un movimiento político para democratizar
la sociedad. Cristina Monge Lasierra
350 páginas 15 x 22 cms.
22.00 euros
Prensas de la Universidad de Zaragoza
Cuando los indignados y las indignadas del 15M
abarrotaron calles y plazas en la primavera de 2011, nadie sabía lo que tal
fenómeno acabaría significando. Hoy hemos comprobado que aquella insólita e
inesperada movilización estaba abriendo un nuevo ciclo político en España que
bien puede concebirse como una segunda Transición. Entre sus aportaciones
destaca la apuesta por la repolitización de la sociedad construyendo un nuevo
espacio público mediante la autogestión, la deliberación y la coproducción
política. Este libro hace un recorrido por las principales propuestas que
surgen de los distintos 15M, se adentra en la caracterización de sus
participantes y en su forma de funcionamiento como «movimiento-red», aporta
entrevistas con personajes que fueron claves dentro o fuera de las plazas e
intenta comprender el cúmulo de razones que llevó a un cuestionamiento global
del establishment. Todo ello, con el ánimo de
contribuir a responder algunas de esas preguntas con las que el 15M abrió un
nuevo ciclo en la política española.
Cristina Monge es doctora por la Universidad de Zaragoza y licenciada en
Ciencias Políticas. Dirige el área de Conversaciones de ECODES (Fundación
Ecología y Desarrollo) y es profesora asociada de Sociología en la Universidad
de Zaragoza. Sus áreas de interés discurren entre la ciencia política, los
movimientos sociales, la comunicación y la búsqueda de un nuevo paradigma para
la sostenibilidad. Colabora habitualmente en los medios de comunicación.
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