La
Librería de El Sueño Igualitario
Mourad Zarrouk se
sumerge en la vida de este intérprete, diplomático y espía al servicio de la
Segunda República.
Se trata de un libro, muy minucioso y de
auténtica investigación que edita Reus Ediciones.
Lo que nos dice la sinopsis del libro:
Clemente Cerdeira no fue un personaje
principal, ni del protectorado de España en Marruecos, ni tampoco durante la
guerra civil. Sin embargo, varios protagonistas de aquella época, el mismísimo
Franco entre ellos, lo tenían en su punto de mira. Pues en sus manos, leales
siempre a la Segunda República, estuvo la posibilidad de quebrar aquel golpe
militar y así evitar tan cruenta guerra entre españoles. He aquí su historia...
El autor, Mourad Zarraouk:
Es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad
Autónoma de Madrid. Profesor titular en la Universidad de Casablanca y ex
profesor en la Universidad de Granada y en la Universidad Autónoma de Madrid.
Especialista en historia de la traducción, es autor de Los traductores de España en Marruecos
1859-1939 (2009), y de varias contribuciones en obras
colectivas sobre la historia del colonialismo en Marruecos como: Revisionismo
y colonialismo en Marruecos: El nacimiento del nacionalismo (2007)
y La región: del imperio jerifiano al Marruecos actual (2010).
Cazarabet conversa
con Mourad Zarraouk:
-Amigo Mourad, puede que no fuese “ese personaje principal” , me refiero a Clemente, ni del protectorado ni de la Guerra
Civil, pero quizás por eso era tan valioso para unos y “temido” para otros,
¿no?
-Sí, aunque en realidad sus enemigos eran mucho más
potentes que sus amigos. Su inteligencia, su competencia y, sobre todo, su afán
de situarse en el primer plano irritaban a las personas que le rodeaban
en el trabajo Hay que tener en cuenta que Clemente se incorporó en la
administración como aspirante a joven de lenguas (intérprete principiante) y
cuando se fue era cónsul.
-Siempre se
mantuvo leal a la Segunda República, cuéntanos y coméntanos un poco, por favor…
-Cuando uno contempla aquel baile caótico de los
funcionarios en plena guerra civil se da cuenta de que no todo era blanco o
negro. Algunos tenían muy claro en qué bando tenían que estar. Otros
tuvieron en cuenta su estatuto y sus privilegios a la hora de escoger su bando.
No hay que olvidar tampoco que la ubicación geográfica de muchos funcionarios
condicionó su adhesión a uno u otro bando y, obviamente, no faltaban
funcionarios que cambiaron de "opinión" según el curso de los
acontecimientos. La mujer y los hijos de Cerdeira se convirtieron en rehenes de
los sublevados nada más producirse el golpe de Estado. Estaban en Ceuta. Él
tenía en sus manos su destino y el de su familia porque se encontraba en la ciudad
internacional de Tánger. Sin embargo declaró su adhesión a la
República. Esta lealtad no se vio afectada por la incomprensible decisión
del Frente Popular de cesarlo en su cargo de cónsul de España en Casablanca
para apoyar al vicecónsul anarquista Luis Aguado, ni por la situación de su
familia que vivía al borde de la miseria en su arresto domiciliario ni tampoco
por la caída de la II República ya que envió una carta a Juan Negrín después de
la victoria final de los rebeldes para ponerse a su servicio en el exilio. Más
lealtad a la República no se puede pedir.
-¿En qué se basaba
su labor de intérprete de las circunstancias político sociales…?
-Cerdeira hizo todo lo posible para pasar a la carrera
diplomática y deshacerse del modesto estatuto de intérprete que, según él, lo hacía vulnerable ante sus
detractores. Sin embargo, el aprendizaje
del árabe y la interpretación le permitieron estar en contacto continuo con la
cultura áraboislámica y con los árabes, especialmente
los marroquíes. La herramienta de la lengua la ayudó mucho en la recopilación
de información política y su conocimiento de la cultura de los colonizados le
permitió interpretar bien el contexto.
-Para eso hay que
saber estar en los sitios en el momento apropiado, ¿no es así?
-Exacto. Cerdeira tenía un buen olfato. El cambio de
ubicación le servía para esquivar un problema o conseguir un objetivo.
-Si lo miras y lo
reflexionas estamos ante un personaje: listo e inteligente. Sabía que había que
aprender antes que aplicar la “colonización” como a forma de rodillo, ¿no?
-No estaba habilitado para tomar las grandes
decisiones. Sin embargo se tomaba la libertad de mostrar sus discrepancias con
sus superiores que no conocían Marruecos como él. Con el perfil que tenía,
hubiera encajado mejor en el proyecto colonial francés donde no había margen a
la improvisación.
-¿Qué le pasó o en
qué cambió Marruecos desde la aparición de España en sus tierras?
-La acción colonial española no fue determinante para
Marruecos. Lo fue mucho más para España. La llegada de Primo de Rivera al poder
fue originada por la derrota de Annual y la cómoda
retaguardia africana permitió a parte del ejército orquestar el golpe de 1936.
Fue la historia de un país pobre que colonizó dos zonas de otro país más pobre
todavía. El colonialismo español era una acción directa con objetivos a corto
plazo. Cuando los españoles abandonaron el país, en varias etapas, no dejaron
gran cosa. También se llevaron su lengua y su cultura porque no tenían ni
política lingüística ni cultural en sus colonias y, supongo que en la metrópoli
tampoco. Si no fuera por el fútbol y las antenas de televisión, el castellano
no hubiera resistido en el norte de Marruecos.
-Supongo que
Marruecos con la colonización vivió un antes y un después...Coméntanos, por favor.
-Sin lugar a dudas, la experiencia colonial, me
refiero sobre todo al colonialismo francés, condicionó el destino de los países
colonizados. El discurso colonial tiende a infantilizar el colonizado, a subalternizarlo y a ningunearlo. Si uno lee ingenuamente la
literatura colonial llega a la conclusión de que la parte avanzada del planeta
sufrió un ataque colectivo de altruismo y decidió de repente llevar el progreso
a la parte más débil de nuestro mundo colonizándola, recurriendo en la mayoría
de los casos a métodos crueles.
Obviamente se hablaba poco de las materias primas, de los indígenas
convertidos de repente en mano de obra barata o gratuita en las minas y en los
campos y en carne de cañón en la primera y
segunda guerra mundial y también en la Guerra Civil española. Va
a ser muy difícil evaluar los problemas que afectaron directamente al
“indígena”. No nos referimos solamente a los que cayeron muertos en las guerras
coloniales, a los que fueron utilizados como carne
de cañón en guerras ajenas, a los heridos y a los torturados, a las viudas y a
los huérfanos. Nos
referimos también a los problemas que afectaron a la construcción del ser humano debido a la empresa
colonial.
La
dinámica de la historia se encarga de borrar paulatinamente la dependencia política y económica. Hasta las
heridas de las guerras coloniales se cicatrizan con el paso del tiempo, pero siempre
quedarán otros efectos más profundos que afectaron las personas cambiando su forma
de ser, así como su visión del mundo. Esas personas empezaron a percibir y
reconstruir su propio entorno desde la perspectiva del Hombre blanco que estableció
estructuras que posibilitaron que perpetuara su dominación estando tan lejos del indígena.
En fin, nuestro “sistema operativo” está configurado según los parámetros
establecidos por el Hombre blanco.
-¿La colonización
aplicada por el estado francés se diferenciaba mucho de la colonización
aplicada por países como España?
-Exacto. Los franceses tenían, además de la típica
codicia del colonizador, objetivos a largo plazo. Fue un colonialismo
estructural con una innegable base científica. La Misión Científica de Tánger
y, más tarde, el Instituto de Altos Estudios Marroquíes de Rabat permitieron a
los franceses estudiar a fondo las especificidades del país. Hoy por hoy, la
élite francófila de Marruecos es la prueba empírica de que Francia está
presente de una forma u otra en el país.
-Me imagino que
nuestro protagonista apuntaba, aplicaba, estudiaba
e interpretaba bien todas estas interacciones, respuestas…
-A Cerdeira le gustaba el modelo francés. No lo
escondía. Quería calcar este modelo, especialmente el Instituto de Altos
Estudios Marroquíes. Sin embargo, la Academia de Árabe
y Bereber de Tetuán carecía de profesores
y de apoyo político.
-Pero casi es
inevitable que los países descubran tarde o temprano “su” propio nacionalismo,
lo ves así?
-El nacionalismo entendido como sentimiento de
pertenencia a un Estado-Nación fue la consecuencia directa del colonialismo en
Marruecos y en el resto de los países colonizados. Antes del colonialismo la
gente se identificaba con la amplia comunidad de creyentes con la tribu y, a
veces, con el gremio, digan lo que digan los historiadores que insisten en
buscar las raíces del nacionalismo en el siglo XV. El
discurso del movimiento nacional marroquí, sustituido más tarde por la retórica
del Majzen rompe con la misma esencia
del mosaico marroquí. El nosotros del irredentismo anticolonial, del
descubrimiento tardío del nacionalismo europeo, dos siglos después, relajó los
vínculos de identidad con Oriente y aniquiló los otros lazos, más concretos,
con la tribu, el clan, la zagüía, etc.
-¿Por qué o qué
fue lo que le mantuvo leal a Clemente a la Segunda República?
-A lo largo de la elaboración de este libro me
planteaba la misma pregunta. ¿A qué se debía aquel entusiasmo y plena
dedicación al trabajo? ¿Por qué luchó a capa y espada contra los rebeldes a
pesar de que estos últimos tenían en sus manos su mujer y sus hijos? ¿Por qué
ya terminada la guerra se puso al servicio de Juan Negrín? Cerdeira fue un republicano convencido y, además, estaba
harto de la presencia de los militares en el escenario político del
protectorado. Tenía todas las razones del mundo para defender la causa que defendió.
-¿Qué es lo que
hacía Clemente en el Marruecos de la Segunda República?
-En realidad pasó mucho tiempo fuera de Marruecos.
Estuvo en Argel, Madrid y El Cairo. Se dedicaba plenamente al seguimiento del
nacionalismo árabe y, por supuesto, el nacionalismo marroquí. Recopilaba
información política, hacía análisis. En fin, se dedicaba a las típicas labores
de inteligencia. Tenía que contener los efectos del incumplimiento de las
promesas hechas por la República en Marruecos, especialmente las campañas anti
españolas en Oriente llevadas a cabo por estudiantes marroquíes. Su última
misión de envergadura antes del desencadenamiento de la Guerra Civil le llevó a
Tánger dónde intentó granjearse la simpatía del elemento indígena para que
España pudiera poner el punto final a estatuto internacional de Tánger
integrándola en su protectorado.
-Pero poco pudo
hacer ante el ruido de sables de los militares que se alzaron contra la Segunda
República…
-Aunque este tema hizo correr mucha tinta, no creo que
el golpe de Estado fuera un proceso irreversible. La II República fue demasiado
permisiva con las derivas del Ejército de África. Para empezar, la
excarcelación de José Sanjurjo que protagonizó el
golpe de Estado frustrado en 1932, no fue una buena idea. Después de la famosa Sanjurjada, las autoridades españolas fueron informadas,
por lo menos en dos ocasiones, de las intenciones del Ejército de sublevarse en
Marruecos. De hecho a Cerdeira le tocó espiar el Ejército de África mucho antes
del golpe de 1936. La República pagó muy caro el hecho de no haber tomado
medidas preventivas.
-Tuvo muchos
factores que jugaron en su contra, no sabía muy bien de quién o cómo
confiar---más bien no se puede confiar en esto del espionaje--- y más cuando él
mismo estuvo en el punto de mira….
-Tenía que navegar siempre a contraviento. Tenía
muchos detractores y pocos apoyos. Los militares y los diplomáticos españoles
lo odiaban, los franceses veían en él una amenaza directa a sus intereses.
Cuando estaba en Tánger supo como guardar el secreto de los preparativos de la
sublevación del norte de Marruecos contra el bando nacional. No faltaban topos
al servicio de los rebeldes, incluso en la Legación de España, pero se equivocó
cuando utilizó el correo ordinario en vez del correo inglés a la hora de
comunicarse con los jefes tribales que iban a atacar la retaguardia de Franco.
Juan Luis Beigbeder que interceptó las cartas, se
encargó de los fusilamientos extrajudiciales de los cómplices de Cerdeira
delante de todo el mundo en la capital del protectorado para transmitir un
mensaje inequívoco a los marroquíes que pretendían aliarse con la República.
-¿Cómo salió de
todo aquello?. Bien tuvo que acercarse al Marruecos
francés…la salida más inmediata y casi la única, ¿fue así?
-Los rebeldes no se contentaron con contrarrestar la
labor de los agentes de la República. Se atrevieron a atacarles en Tánger que
se suponía que tenía un estatuto internacional con un cuerpo de seguridad
multinacional. Los policías españoles que formaban parte de aquel cuerpo y que
estaban, obviamente, a las órdenes del comité que gestionaba los asuntos de la
ciudad internacional, se pusieron al servicio de los rebeldes que orquestaron
secuestros y asesinatos en Tánger. Las autoridades republicanas enviaron, desde
la metrópoli, policías para escoltar Cerdeira que no tuvo más remedio que
trasladarse al Marruecos francés.
-Y siempre
manteniendo su lealtad a la Segunda República, ¿no?, aún desde la desgarbada
Casablanca con todos sus dilemas, entresijos y líos…
-Fue designado cónsul de España en Casablanca. Trabajó
muy duro para contar con los nacionalistas marroquíes en su lucha contra los
rebeldes, lo cual irritaba a los franceses que rechazaban rotundamente la idea
del reconocimiento de la independencia del norte de Marruecos por parte de
España. Por otra parte no querían que España armara a los nacionalistas de su
zona. En Casablanca, Cerdeira estaba expuesto a muchos riesgos, pero no se
esperaba a que el vicecónsul, el anarquista Luis Aguado, convenciera sus
superiores para cesarle. A pesar de que no ostentaba ningún cargo oficial, seguía con sus planes
para desestabilizar la retaguardia de los rebeldes.
-Me da que fue un
espía de esos que nunca o casi nuca vemos en las películas o leemos
en novelas…me da que éste se revestía de muchísimos valores como la igualdad,
la fraternidad, dignidad, justicia, libertad…
-Creía en la causa que defendía y se había formado en
una facultad de derecho.
-Pero ni un espía
se libra de vivir dramas; dramas como el exilio y éste fue de los que se llevó
los valores en el pensamiento y en el corazón y la tricolor en la maleta. Cuéntanos
de su exilio.
-A diferencia de sus compañeros que sirvieron la
Segunda República hasta el último momento, él no tenía mucho margen de maniobra
tras la victoria final de los rebeldes. Tenía que trasladarse de Inglaterra a
Francia para tramitar su residencia en el Marruecos francés con el fin de
reunirse de nuevo con familia. Su optimismo excesivo le llevó a suponer que
Franco, que le odiaba visceralmente, iba a liberar a su familia y que los
franceses iban a olvidarse de sus temores. Franco no aflojó el puño y los
franceses no le permitieron instalarse en Marruecos. En París vio cómo los
nazis ocuparon la capital francesa. Su amigo el Dr. Gregorio Marañón le ayudó
al principio a superar sus problemas cardiovasculares, pero la muerte le estaba
esperando en la vuelta de la esquina.
-Para un espía la
amistad, la familia; tendría o debería de dejar de ser un factor de
arraigo, pero Clemente no es para nada, como decíamos, convencional o el tipo
de espía que “nos venden” desde las películas, las novelas.
-No hay que olvidar que en España no había un
auténtico servicio de inteligencia antes de la Guerra Civil cuando cada bando
empezó a recopilar información militar. Clemente “aprendió el oficio” sobre la
marcha. Si fuera un espía tallado dentro de un servicio de inteligencia a lo
mejor habría tenido un perfil diferente.
-Aunque,
indudablemente, sí presenta puntos de convergencia. Es un trabajo en el que se
vive tanto que se cierran, casi a la par, muchas puertas.
-Aunque
Cerdeira no era un espía “a tiempo completo” hizo todo lo que podía como agente
al servicio de la República: recopilaba información, abordaba a personas que le
interesaban, montaba redes de confidentes, intentó provocar una guerra, etc. Se
involucró tanto que al final no consiguió reencontrarse con los suyos. El
desenlace de su historia fue dramático.
25507
Clemente Cerdeira, intérprete, diplomático y
espía al servicio de la Segunda República. Mourad Zarrouk.
Prólogo de Bernabé López García
226 páginas 17 x 24 cms.
22.00 euros
Reus
Clemente Cerdeira
no fue un personaje principal, ni del protectorado de España en Marruecos, ni
tampoco durante la guerra civil. Sin embargo, varios protagonistas de aquella
época, el mismísimo Franco entre ellos, lo tenían en su punto de mira. Pues en
sus manos, leales siempre a la Segunda República, estuvo la posibilidad de
quebrar aquel golpe militar y así evitar tan cruenta guerra entre españoles. He
aquí su historia...
Leer fragmento: https://www.editorialreus.es/static/pdf/9788429019681pp_bio_clemente_cerdeira.pdf
Mourad Zarrouk es doctor en
Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Profesor titular en
la Universidad de Casablanca y ex profesor en la Universidad de Granada y en la
Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en historia de la traducción, es
autor de Los traductores de España en Marruecos 1859-1939 (2009), y de varias
contribuciones en obras colectivas sobre la historia del colonialismo en
Marruecos como: Revisionismo
y colonialismo en Marruecos: El nacimiento
del nacionalismo (2007) y La región:
del imperio jerifiano al Marruecos
actual (2010).
ÍNDICE
Prólogo
Introducción
PARTE PRIMERA: SIN TREGUA
Capítulo primero: Madera de intérprete
1.Niza: la última batalla
2. Un cristiano en la escuela coránica
3. Aprender antes de colonizar
Capítulo segundo: El Marruecos español
1. Raisuni y las primeras complicaciones del
protectorado
1.1. Raisuni antes del protectorado español
1.2. Raisuni y España: el principio de un
gran malentendido
1.3. El intérprete que negoció con Raisuni
2. El Marruecos francés en el punto de mira
2.1. Cerdeira persona non grata en Fez
2.2 Un estudiante muy curioso
2.2.1. En l’Institut des Hautes Etudes Marocaines
2.2.2. El hombre del habús
3. Marruecos descubre el nacionalismo
3.1. La travesía del desierto
3.2. De la persecución al destierro
PARTE SEGUNDA: UN ESPÍA AL SERVICIO DE LA REPÚBLICA
Capítulo primero: La infatigable persecución del nacionalismo
1. El enigma de la Asociación Hispano Islámica
2. Frenar el nacionalismo
3. La atracción política
4. Pisando los talones a los “elementos inquietos”
4.1. Encuentros y desencuentros
4.2. Los nacionalistas infiltrados
Capítulo segundo: El enemigo cercano y el enemigo lejano
1. Ruido de sables: espiando a los militares españoles
2. Misión en el feudo del nacionalismo árabe
3. Tánger el nido de espías
PARTE TERCERA: LA GUERRA DEL INTÉRPRETE
Capítulo primero: abortar el alzamiento
1. ¿República o el bando de insurrectos?
2. Misión: desestabilizar el feudo de los rebeldes
2.1. Tánger: una pequeña retaguardia republicana
2.2. Sublevar el norte de Marruecos
2.2.1.Un plan y muchos actores
2.2.2. ¿Con quién hay que contar?
3. La misión de Clemente Cerdeira
3.1. La red destapada
3.2. Los sufíes de la República y los nacionalistas de Franco
3.3. Objetivo: matar a Cerdeira
Capítulo segundo: Entre la espada y la pared
1. La huida al Marruecos francés
1.1. Recuperar a los nacionalistas
1.2. El drama del consulado de Casablanca
1.2.1.El precio de la moderación
1.2.2. Al servicio de la República a pesar del cese
Capítulo tercero: El duro camino del exilio
1. El destino de todas las limitaciones
1.1. Hasta siempre Marruecos
1.2. Defecciones y doble juego
2. El último pulso al franquismo
2.1. Propaganda y acción humanitaria hasta el final
2.2. La bandera tricolor en la maleta
3. La familia o la otra batalla perdida
3.1. La imposible vuelta atrás
3.2. Amigos en el bando de los enemigos
Fuentes
Bibliografía
Anexo Fotográfico
Anexo Documental
_____________________________________________________________________
Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069