Cazarabet conversa con... Juan Aguilera Sastre e Isabel Lizarraga
Vizcarra, autores de “Clara Campoamor, de viva voz. Entrevistas 1925-1936” (Renacimiento)
El libro, editado por Renacimiento, desde su colección, Los cuatro
vientos recopila las entrevistas y acercamientos periodísticos que se le
realizaron a Clara Campoamor la primera mujer elegida, por sufragio universal,
a Cortes en el Congreso de los Diputados.
La voz femenina, por excelencia, que defendió sin la menor duda ni
titubeos que la mujer se acercase a las urnas
Se enfrentó con la voz decidida y decisiva no solo a los hombres,
sino a pocas mujeres.
Todas le debemos lo que somos y a dónde hemos llegado...
conservarlo y engrandecerlo es nuestra misión.
Juan Aguilera Sastre e Isabel Lizarraga
Vizcarra realizan un ejercicio de compilación de las entrevistas a Clara
Campoamor entre los años 1925-1939.
La sinopsis, lo que nos cuenta Renacimiento:
Este volumen es la continuación natural de los dos de artículos
periodísticos publicados previamente: La forja de una feminista (2019) y Del
Foro al Parlamento (2021). Si en aquellos el protagonismo recaía en la palabra
escrita por Clara Campoamor, en su visión serena y reflexiva de la realidad a
través de su pluma, en este es su propia voz la que resuena en primera persona.
Una voz captada directamente por los periodistas, hombres o mujeres, anónimos o
identificados, que con más o menos precisión y literalidad la reproducen y nos
la trasladan para que podamos oírla, viva y palpitante, todavía hoy. Las 70
entrevistas de este libro abarcan algo más de diez años, sin duda los más
intensos en cuanto a actividad pública de Clara Campoamor, desde septiembre de
1925, año en que comenzó el ejercicio profesional de la abogacía, hasta julio
de 1936, muy próximo ya el inicio de su exilio. Y ofrecen al lector, con su
voz, la imagen que la prensa proyectó de Clara Campoamor: la mujer, la abogada,
la feminista, la activista y líder de asociaciones profesionales y de mujeres,
la diputada, la militante política, la gestora pública... Una estampa variada y
multiforme, pero también vivaz, divertida y amena, que se corresponde con el
carácter de esta mujer inteligente, sincera y trabajadora que nunca rehuyó su
compromiso. Son, en definitiva, trazos vivos de su temperamento y de su
biografía.
De las dos personas que guardan cuidado de esta edición:
Isabel Lizarraga Vizcarra: Es licenciada
en Filología Hispánica y en Derecho. Ha publicado trabajos de investigación
como María Lejárraga, pedagoga. Cuentos breves y otros textos (2004) y El
derecho de rectificación (2005). En colaboración con Juan Aguilera Sastre, ha
realizado distintas investigaciones sobre literatura y sobre feminismo: Federico
García Lorca y el teatro clásico. La versión escénica de La dama boba (2001),
De Madrid a Ginebra. El feminismo español y el VIII Congreso de la Alianza
Internacional para el Sufragio de la Mujer (2010); y ha editado María Martínez
Sierra, Tragedia de la perra vida y otras diversiones. Teatro del exilio
(2009), María Lejárraga, Viajes de una gota de agua (2018) y Clara Campoamor,
La forja de una feminista. Artículos periodísticos 1920-1921 (2019), estas tres
últimas en la editorial Renacimiento. Ha obtenido, entre otros, el premio
Mujeres en el Arte en La Rioja 2017 y, en el terreno de la ficción literaria,
ha publicado las novelas Escrito está en mi alma (2009), Cándida (2012), La
canción de mi añoranza. Isabel Oyarzábal, embajadora
de la República (2013), La tierra era esto (2014), La escuela de la vida (2017)
y Pájaros de cuenta (2019).
Juan Aguilera Sastre es investigador y estudioso de la literatura
española de la Edad de Plata. Ha publicado junto a Isabel Lizarraga Vizcarra varios trabajos, entre los que destacan
Federico García Lorca y el teatro clásico. La versión escénica de La dama boba
(2008) y, en el ámbito del feminismo, De Madrid a Ginebra. El feminismo español
y el VIII Congreso de la Alianza Internacional para el Sufragio de la Mujer (2010).
Han dedicado también numerosos estudios a la vida y obra de María Lejárraga, de
quien han editado Cómo sueñan los hombres a las mujeres (2009), Tragedia de la
perra vida y otras diversiones. Teatro del exilio [1939-1974] (2009), Viajes de
una gota de agua (2018) y Una mujer por caminos de España (2019). De Clara
Campoamor han recuperado sus artículos periodísticos anteriores a su exilio en
dos volúmenes publicados por esta misma editorial, La forja de una feminista
(2019) y Del Foro al Parlamento (2021).
Los dos anteriores libros de esta especie de trilogía sobre Clara
Campoamor y de las que también guarda cuidado Juan Aguilera e Isabel Lizarraga:
La forja de una feminista:
Este volumen recoge 63 artículos periodísticos de Clara Campoamor,
prácticamente desconocidos hasta hoy. Se publicaron entre 1920 y 1921, cuando
la autora contaba 32 años, todavía no había concluido el Bachillerato y
trabajaba como profesora de la Escuela de Adultas de Madrid. Estos textos de la
futura sufragista muestran su primera vocación literaria y son fundamentales
para perfilar su espíritu combativo y moderno. Nos adentran en el mundo de
expectativas de una mujer autodidacta y ansiosa por conocer la sociedad que la
rodea. Campoamor se interesa sobre todo por la vida de las mujeres, por las
heroínas anónimas que se desmarcan del tradicional papel femenino y persiguen
su futuro en un medio social que limita sus posibilidades (estudiantes,
trabajadoras, feministas, opositoras, artistas...), pero también aborda el
contexto social de los más humildes y marginados, que precisan de auxilio
material o de la más elemental instrucción. Siempre, ante una y otra realidad,
la periodista Clara Campoamor toma partido, como seguiría haciéndolo durante
toda su vida.
Del Foro al Parlamento:
Este volumen completa el titulado La forja de una feminista
(2019), donde se recogían los artículos periodísticos escritos por Clara
Campoamor entre los años 1920 y 1921. Ahora se añaden los aparecidos desde 1925
hasta 1934, con los que se cierra la compilación de los textos publicados por
la sufragista en la prensa española antes de su exilio en 1936. Esta nueva
serie de artículos, reunidos íntegramente por primera vez, abarca nueve años de
su vida, los más trascendentales en el orden personal y profesional de la autora,
en un momento histórico y político clave para la España del siglo XX. En ellos
se advierte la evolución de Clara Campoamor, su madurez como jurista y como
política, así como la complejidad de su pensamiento y su espíritu irreductible,
su feminismo en acción. Sorprende el interés, la actualidad y la variedad de
los temas que aborda, siempre con profundo conocimiento y rigor.
Desde Renacimiento nos acercan muy bien a esta mujer pensadora,
escritora, activista feminista...
Clara Campoamor (Madrid, 1888-Lausana, 1972) consiguió, contra la
opinión de su propio partido y de la socialista Victoria Kent, que las Cortes
Constituyentes de la Segunda República aprobaran el sufragio femenino. La
primavera de 1936 sorprendió a Clara en Madrid, donde asistió a los prolegómenos
de la Revolución y, ya en verano, al estallido de la guerra civil. Campoamor,
temiendo por su vida, tuvo que huir de la zona republicana en el otoño de 1936,
y se instaló en Suiza. A finales de aquel año había redactado el cuerpo
principal de su más conocido libro La revolución española vista por una
republicana, que se publicó en francés, en 1937, y que puede encontrarse
también en el catálogo de Espuela de Plata, donde se ha reeditado varias veces.
Esta obra, originalísima, no se limita a reflejar el terror vivido en Madrid
durante los primeros meses de la guerra, sino que constituye un clarividente
análisis de los orígenes de la guerra, así como de las previsibles dificultades
que nacerían de la victoria de cualquiera de los contendientes. Clara Campoamor
vivió en Suiza, en Argentina y alguna vez en París. Tras la victoria de los
franquistas intentó en varias ocasiones afincarse de nuevo en España, sin
éxito. Su condición de masona la hacía sospechosa a los ojos del Tribunal de
Represión de la Masonería, así que finalmente tuvo que abandonar la esperanza
de volver a ver España y murió en el exilio, en Suiza, en 1972.
Cazarabet conversa con Juan Aguilera e Isabel Lizarraga:
-Amiga
Isabel y amigo Juan, ¿qué es lo que os llevó a recopilar y compilar estas
entrevistas que se reúnen aquí en Clara Campoamor, de viva voz...?
-Después de recoger la labor periodística de Clara Campoamor en
"La forja de una feminista" y "Del Foro al Parlamento",
creíamos que estas entrevistas iban a retratar la efectiva personalidad de
Campoamor y su voz sincera. Creímos que eran interesantes para conocerla, ya
que todavía hoy se conoce poco a la Clara Campoamor más humana y se la suele
encuadrar en unos clichés que no la representan de manera verdadera.
-Decís que este es el libro que cierra como una trilogía
dedicada a Clara Campoamor, también editados por Renacimiento: La forja de una
feminista (2019) y Del Foro al Parlamento (2021)...
pero con la diferencia de que este recopila las entrevistas que periodistas,
cronistas le dedicaron a ella... y los otros eran de la propia Clara y de los
que Renacimiento guardó cuidado...
-Publicamos los dos libros anteriores después de una minuciosa
labor de investigación en la prensa con el objetivo de rescatar una faceta de
Campoamor poco conocida: la de periodista, tanto en la época anterior a sus
estudios de Derecho como en la posterior. La actual editorial Renacimiento nos
facilitó la edición de estos textos, que le parecieron muy interesantes y
desconocidos.
-Son nada más ni nada menos que 70 entrevistas que nos acercan a
una Clara Campoamor que habla calmada, pero sin tapujos...que responde
firmemente, sin bajar la guardia, pero como "acariciando" el mensaje
y aquello que nos quiere transmitir...
-Clara es en todo momento sincera y responde con amabilidad y
amistad a los entrevistadores. Ella, que también había sido periodista, valora
el trabajo de la prensa y no tiene complejos en mostrarse tal cual es.
-Porque a estas entrevistas responde la Clara Campoamor mujer, la
escritora, la feminista, la abogada, la que encabezaba asociaciones
profesionales y de mujeres, la activista de lo que le crecía por dentro que no
eran más que sus ideales...
-Efectivamente. En ellas se pueden distinguir todas esas facetas
de su personalidad.
-Pero también, en estas entrevistas, encontramos a la Clara
Campoamor que responde como diputada, diputada política y política que tuvo la
responsabilidad de gestionar...
-Es así. De todas formas, en momentos en que tenía esas
responsabilidades políticas sigue siendo sincera y respetuosa con las ideas
ajenas. Era una mujer cultivada y de una mente poderosa, pero se presentaba a
sí misma con naturalidad, tanto cuando apenas salía del anonimato como cuando
era un personaje público conocidísimo.
-Clara Campoamor era una persona que era partidaria y que
estaba a gusto con las entrevistas...las hay que las conceden porque se ven
"como en la obligación" por su papel político social, de concederlas,
pero no todas...las hay que les cuesta y las hay que realizan todo un
esfuerzo...me da que Clara se sentía bien, pero contadnos...
-Sí, se sentía bien y no evitaba ningún tema. Tanto le daba hablar
de sus ideales políticos como contar, sin ningún complejo, los trabajos de su
infancia y su ascenso social a costa de un esfuerzo constante y pertinaz.
-Este libro, Clara Campoamor, de viva voz no es obligatorio
de leer detrás y por orden de La forja de una feminista y Del foro al
Parlamento, pero sí que las anteriores lecturas nos ayudan mucho a entender
a la Clara Campoamor, cada una desde una perspectiva...
-"Clara Campoamor, de viva voz" se puede leer con
independencia de los otros. Son entrevistas muy variadas, con temas distintos y
publicadas en diferentes momentos de la biografía de Campoamor. Para conocer su
visión sobre la sociedad de su época es interesante leer los artículos de
"La forja...". Para conocer su proyección política y jurídica resulta
interesante "Del Foro..."
-Aunque le toca dejar los estudios pronto, a la edad de diez
años,--por ayudar en la economía familiar por la muerte prematura de su padre--
pero aún alternando varios trabajos de costurera, dependienta,
telegrafista—perdonad, pero aquí me he acordado de Las chicas del
cable--......Clara se va haciendo una mujer a sí misma desde la lectura , desde
compaginar trabajo y estudios, la autoformación humana y personal---más que en
la académica oficial--y desde aquí va tomando conciencia en todos los aspectos,
pero sobre todo en el aspecto de defensa de las causas de la mujer, creciendo
ya como crecían en sus ideas políticas....más o menos, es así como podemos
hacer una idea correcta?, ¿nos podéis comentar alguna cosa?
-Sí. Esta es su trayectoria vital. Es una mujer hecha a sí misma
en una época difícil, que logró triunfar gracias a su inteligencia y su
esfuerzo inagotable.
-Las
entrevistas algunas de ellas van rescatando a aquella primera Clara, ¿cómo lo
hacían los y las periodistas porque sabían que en Clara Campoamor encontrarían
a una mujer diferente, muy adelantada a la época y acostumbrada a vérselas con
situaciones difíciles? Me da, que era una mujer con las ideas claras que podía,
de entrada, intimidar un poco por su fortaleza...
-En estos momentos, probablemente, intimidaban todas las mujeres
que eran diferentes, a las que se solía acusar de ser poco femeninas y de
querer escapar a su obligación de mujer, que consistía en casarse y tener
hijos. Clara Campoamor ante esta ideología suele mostrarse irónica y desecha
esos argumentos con inteligencia. La mayoría de las veces se muestra amable con
los periodistas, pero tampoco evita la confrontación cuando es necesario para
defender su ideal de justicia, tanto para la mujer como para la sociedad en
general.
-Después de unos años de trabajo en Telefónica fuera de
Madrid, empieza como secretaria y taquígrafa del director del periódico La
Tribuna, de corte conservador y maurista, Salvador Cánovas Cervantes....este
trabajo le despierta el gusanillo por la política, pero también le ayuda a
conocer más la situación social, la de la mujer... ¿es así?
-Clara Campoamor desde la niñez se siente republicana. En cuanto a
su vinculación con la ideología del periódico, no creemos que se sintiera
obligada a compartirla. En todo caso, su trabajo en La Tribuna lo que despertó
en ella, más que el gusanillo por la política, fue su interés por la actualidad
y sobre todo por formarse y estudiar.
-¿Sale
o empieza a salir de este período la escritora que hemos conocido, por ejemplo,
en La forja de una feminista y Del foro al Parlamento...?
-No. Ella nunca escribió en La Tribuna. Tan solo trabajó como
secretaria de su director. Sus primeros trabajos periodísticos aparecieron en
Hoy y en La Libertad, como puede verse en "La forja de una feminista".
-Ya es mayor cuando pasa a la enseñanza oficial con un
bachillerato tardío; después con la Facultad de Derecho, se licencia con 36
años y se convierte en la segunda mujer abogada adscrita al Colegio de abogados
de Madrid, un mes antes se había adscrito Victoria Kent, cuyos destinos
viajarían bastante unidos años después, ¿cómo fueron los primeros
"encuentros" con Victoria Kent?
-Clara y Victoria se sentían compañeras en un mundo de varones.
Suponemos que se estimularían una a la otra. Lo que es incuestionable es que se
admiraban y compartían muchos ideales.
-Ella, ¿a qué causas quiere defender; a qué se acerca y
por qué como abogada?
-Clara Campoamor comienza tomando casos del turno de oficio (como
todos en los inicios) hasta que se hizo un nombre. Prefería defender las causas
que considerase justas y entre ellas, especialmente, se interesó por todos
aquellos casos que afectaban a las mujeres, las cuales padecían una verdadera
indefensión debido a una legislación que las subordinaba al marido y anulaba
sus derechos.
-Al mismo tiempo se hace un sitio en la sociedad, en este caso de
Madrid. Entra en el Ateneo y es la primera mujer española en hablar en la
Sociedad de Naciones, lo que es ahora la ONU.
-Sí, pero fue un proceso lento, a base de mucho trabajo y tesón.
-¿La
lucha por conseguir su escaño en las Cortes como Diputada fue toda una especie
de odisea, sobre todo porque lo consiguió sin sufragio universal?—eran
elegibles las mujeres, pero las mujeres no podían votar....
-Efectivamente, fue una de las tres diputadas de las elecciones de
1931 en las que las mujeres eran elegibles pero no
electoras.
-Su convicción republicana, ¿a qué le lleva y por qué creéis que
ve en la actividad como conferenciante como un instrumento del que hacer uso
para, por ejemplo, engrandecer la causa feminista, la lucha por el sufragio
universal, el unir a todo el republicanismo? Por cierto, ¿por qué creéis que estaba
tan entusiasmada en unir a todos los que abrazaban el republicanismo?
-Pensaba que la monarquía no había sido nunca buena y suponía que
la República era un sistema más justo que serviría para que todos los
ciudadanos fueran iguales y para reparar la esclavitud en que habían sumido las
leyes a las mujeres. Tenía fe en que la República promulgaría leyes
igualitarias. Ella decidió dedicar su vida a conseguir este ideal.
-¿Cómo
y de qué manera, desde la escritura y desde su oratoria, defiende sus derechos
y los de todas las mujeres por y hacia la igualdad ante los hombres?
-Denuncia la injusticia de que las leyes sean diferentes para el
hombre y la mujer y denuncia de que las mujeres, que no han redactado esas
leyes, tengan la obligación de obedecerlas (y padecerlas, de paso).
-Llega a defender la causa republicana hasta el punto de que
defiende a algunos de los implicados en el alzamiento que encabezaron Fermín
galán y Ángel Hernández, en Jaca, en 1930 y en el que su hermano Ignacio estaba
implicado---fue también muy activo en algunas atribuciones en la II República---
-Ella y su hermano Ignacio heredaron de su padre el amor a la
República. Él, aunque murió joven, siempre les decía que los juguetes no los
traían los reyes, sino la república. Como abogada, defendió a su hermano,
detenido en San Sebastián por su apoyo a los alzados a favor de la República.
-En el sufragio femenino ella se posiciona siempre muy, muy
firme... siendo expiativa? en el día a día y en el trayecto final...o a por
todos o sin nada...sabía que el patriarcado en el que estaba sometida la
sociedad española y la influencia del clero harían su faenas, pero en ella,
frente a la Kent, primaba ante todo que la mujer votase...Aquí se levanta un
debate importante que va más allá de ella y de la Kent, trasciende en el resto
de parlamentarios y llega a pie de calle...en cada sitio de una manera, pero
trascender, trasciende...
-Ella no creía que la mujer fuera a votar a partidos distintos que
el hombre. Pensaba que votarían lo mismo. Y, según decía, en caso de que la
mujer votase a las derechas más que los hombres (cosa que ella misma demostró
que no había sucedido), primaba su derecho a votar según su gusto por simple
justicia social. Varias entrevistas de nuestro libro se centran en su posición
sobre el voto, que aparece nítida en ellas.
-Si os parece, maticemos: aquí se produce el choque total con
Victoria Kent que, como más activada con la izquierda, defendía que la mujer no
votase---no porque no quisiera...---sino porque advertía, no con cierta lógica,
que los votos estuviesen influenciados por el patriarcado y por una mujer que
estaba más bajo las alas del clero...
-En distintas entrevistas Clara Campoamor defendió que en 1933
habían ganado las derechas no por el voto de la mujer, sino porque las
izquierdas se habían presentado desunidas. Hoy esta es una opinión ya probada
por los historiadores. En relación con Victoria Kent, Clara sabía que Victoria
se estaba violentando a sí misma al querer negarle el voto y no la quiso
criticar, aunque no compartía su opinión.
-Ella fue diputada por el Partido Radical de Alejandro Lerroux
antes de que las mujeres pudiesen votar, antes de que estuviese instaurado el
sufragio universal, ¿cómo digiere esto de ser diputada sin que las mujeres
pudiesen votar? ¿Cómo lo refleja en su oratoria y en sus escritos...?, ¿aquí lo
podemos leer en algunas entrevistas?
-En un principio ella estaba de acuerdo con las propuestas del
Partido Radical, pero se alejó de él y salió del partido cuando Alejandro
Lerroux pactó con la CEDA. No obstante, ella vio su participación en las
elecciones como una forma de luchar por el voto de la mujer, cosa que hizo con
todas sus fuerzas. Fue una oportunidad que le permitió luchar por sus ideales.
Cuando salió del Partido Radical y se quiso afiliar a Izquierda Republicana, no
la quisieron admitir porque era una mujer que no se plegaba a la disciplina de
partido, sino que defendía sus razones.
-Los debates con la Kent eran muy seguidos, sobre todo el de aquel
1 de octubre en la que ella, digamos, gana frente a la Kent, ¿cómo llevaba esa
rivalidad Clara Campoamor?
-Clara no se sentía rival de Victoria Kent, porque en realidad
tenían los mismos intereses, aunque para conseguirlos empleasen estrategias
distintas. También eran compañeras en el ejercicio de la abogacía. Clara nunca
dijo nada en contra de Victoria Kent, ni viceversa.
-En su etapa en la prensa debió aprender a manejarse con la
actualidad, con lo que preguntar, con cómo preguntarlo... ¿eso creéis que le
valió para luego trasladarlo a "ser entrevistada"?
-Clara comprendía a todos los que vivían de su propio trabajo,
tanto en labores humildes como en oficios más complicados. Ella se sentía, de
algún modo, compañera de los periodistas y se esforzaba en atenderlos a pesar
de sus muchas ocupaciones.
-¿Se
exilia relativamente pronto a Suiza y lo hace, en tono pesimista, pensando que
el futuro sería gris o gris mezclado con tonos negros, independientemente de
quién ganase la guerra?.- Este exilio da para más de una reflexión, pero ¿qué
nos podéis decir del mismo?
-Clara Campoamor era pacifista a ultranza y, antes de la guerra,
había abogado por la supresión de todos los ejércitos. No comprendía la
violencia ni las masacres de esa época. Se exilió porque su vida corría
peligro: la persiguieron tanto los radicales de izquierdas como los golpistas.
Años más tarde, ella quiso volver a España, pero la hubieran llevado a la
cárcel (acusada de pertenecer a la masonería y por su ideología contraria a los
principios del Movimiento) y no quiso pasar por ello.
-¿Cómo
ha sido el proceso de documentación e investigación ,así como la selección y
demás de las entrevistas que recopiláis, leéis y guardáis cuidado para luego
acabar componiendo ,Clara Campoamor, de viva voz ,editado por
Renacimiento en la Colección Los cuatro vientos?
-Ha sido un proceso muy ilusionante, aunque de mucho trabajo de
búsqueda y lectura de periódicos antiguos. En la edición de "Clara
Campoamor, de viva voz" hemos incluido todas las entrevistas que hemos
encontrado y creemos que son suficientes para conseguir un retrato de su
personalidad.
-¿Trabajar
con Renacimiento poniendo a Clara Campoamor como en el centro, qué ha
significado para vosotros? Poner la mirada en Clara Campoamor, ¿os ha abierto
la mente de cara a próximos estudios, investigaciones...?-¿En
qué estáis trabajando ahora...nos podéis dar alguna pista?
-No era esta la primera vez que trabajábamos con la editorial
Renacimiento, hecho que tenemos que agradecer a su director, Abelardo Linares,
y a todo su equipo. En ella hemos editado, también,
varios libros relacionados con María Lejárraga: Tragedia de la perra vida y
otras diversiones. Teatro del exilio (1939-1974), en 2009; las reediciones
de Viajes de una
gota de agua, en 2018, y de su biografía política, Una mujer por
caminos de España, en 2019; Epistolario del exilio. Cartas familiares
(1939-1969), en 2021; y la novela de Isabel Lizarraga
Luz ajena. El enigma de María Lejárraga, en 2020; y próximamente, en
enero de 2022, la reedición de otra novela suya, Cándida. Y seguimos con
más proyectos, tanto de María Lejárraga como de Clara Campoamor y otras
mujeres. Esperemos que vayan viendo la luz en años venideros.
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