image_128.jpgCazarabet conversa con...   Ricardo Méndez, autor de “Ciudades en venta. Estrategias financieras y nuevo ciclo inmobiliario en España” (Universitat de València)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ricardo Méndez  escribe desde Publicaciones de la Universitat de València un libro sobre las estrategias financieras y el nuevo ciclo inmobiliario en España.

El libro editado por la PUV está coparticipado, en esta edición, por el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local y está enmarcado en la materia de economía y geografía.

Se encuentra este libro dentro de la colección de Desarrollo Territorial. Ricardo Méndez ha participado además en el libro colectivo “Desafíos metropolitanos. Un diálogo entre Europa y América Latina” (La Catarata, 2014).

 

El libro analiza la evolución de la actividad inmobiliaria en España durante el último cuarto de siglo prestando especial atención a las estrategias de los actores financieros. Sus principales novedades son el estudio pormenorizado de este nuevo ciclo y sus fuertes contrastes territoriales, así como de las estrategias de los nuevos operadores financieros, que compiten con los tradicionales por repartirse el negocio urbano, lo que acentúa el proceso de mercantilización de la ciudad.

La sinopsis del libro:

Durante años, el principal objetivo de las investigaciones urbanas en España consistió en estudiar las raíces del intenso proceso urbanizador asociado a la burbuja inmobiliaria. Más tarde, se dirigieron hacia los graves efectos provocados por la crisis de ese modelo de crecimiento. No obstante, desde 2013 se ha iniciado un nuevo ciclo inmobiliario marcado por la recuperación de la inversión y la compraventa de viviendas, la nueva escalada de los precios o la burbuja del alquiler en las grandes ciudades, que genera nuevos conflictos. El libro analiza la evolución de la actividad inmobiliaria en España durante el último cuarto de siglo prestando especial atención a las estrategias de los actores financieros, esenciales para comprender estos procesos. Sus principales novedades son el estudio pormenorizado de este nuevo ciclo y sus fuertes contrastes territoriales, así como de las estrategias de los nuevos operadores financieros, que compiten con los tradicionales por repartirse el negocio urbano, lo que acentúa el proceso de mercantilización de la ciudad.

El autor, Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle:

Doctor en Geografía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ha sido profesor en la Universidad de Valladolid y Catedrático de Geografía Humana en la UCM. Desde 2004 es profesor de Investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Es especialista en geografía económica, desarrollo urbano y procesos de innovación territorial, con especial atención a regiones metropolitanas. En la última década ha dirigido diversos proyectos de investigación del Plan Nacional de I+D+i: Efectos socioterritoriales de la crisis económica en las áreas urbanas de España; Las regiones metropolitanas españolas en la sociedad del conocimiento; Procesos de innovación en ciudades intermedias y desarrollo policéntrico en España y participado en diversos proyectos internacionales: Cities Regrowing Smaller. (Comisión Europea); Atlantic Strategy of Industrial Revitalisation (Comisión Europea). Es profesor invitado en diversas universidades europeas y latinoamericanas.

Más de este autor: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=211134

Y dos artículos relacionados:

Redes de colaboración y economía alternativa para la resiliencia urbana: una agenda de investigación. Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle (2015)

 

Prácticas económicas alternativas en Madrid: una aproximación. Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle, Obdulia Monteserín Abella (2019)

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Ricardo Méndez:

RMGV_cazarabet.JPG-Amigo, ¿nos puedes explicar el por qué de esta reflexión que toma forma de libro y que reflexiona sobre las estrategias financieras y el nuevo ciclo inmobiliario en la ciudad española?

-Hace ya más de una década, la profunda crisis que acabó con el periodo de crecimiento económico, creación de empleo y aparente bienestar basado en unos cimientos que se demostraron muy frágiles, tuvo sus principales raíces en los excesos cometidos dentro del ámbito inmobiliario, pero también en un sistema financiero que alimentó la burbuja a base de aportar una ingente cantidad de dinero ficticio en forma de crédito hipotecario. Pero esa crisis tuvo una intensidad muy desigual, tanto desde el punto de vista social como entre territorios, lo que abrió nuevas brechas que en bastantes casos no se han cerrado. Esa evidencia me convenció de la necesidad de estudiar más a fondo las cuestiones financieras e inmobiliarias, intentando aportar una perspectiva geográfica para mostrar que aquellas sociedades y territorios que apostaron por modelos de desarrollo más equilibrados y menos dependientes son menos vulnerables y resistieron mejor el golpe, mientras los que se apuntaron a una fiebre del ladrillo sustentada en un endeudamiento masivo de familias y empresas sufrieron más cuando se pinchó esa burbuja. De ahí que en los últimos años buena parte de mi trabajo se haya dirigido a estudiar cómo el funcionamiento de las finanzas afecta cada vez más la evolución de nuestras economías, la calidad del empleo, la profundización de los contrastes entre unas pocas áreas urbanas atractivas para los inversores y el resto del territorio, o la vida cotidiana de los ciudadanos, y cómo reaccionar frente a esa deriva del sistema.

-¿Qué es lo que te motiva a escribir este libro?

-El libro es una etapa en una trayectoria. En 2015 publiqué con dos colegas el Atlas de la crisis, donde comprobamos la muy diferente gravedad de la crisis entre provincias y entre ciudades, buscando sus principales causas y proponiendo políticas públicas para superar los efectos negativos de ese shock, recuperarse y transformarse para evitar caer en los errores del pasado. En 2018 se publicó La telaraña financiera. Una geografía de la financiarización y sus crisis, dedicado a explorar la (i)lógica del mundo financiero, que todo lo mercantiliza, analizando el funcionamiento de las entidades financieras, la geometría de los flujos de capital o su impacto en las grandes ciudades globales y los paraísos fiscales, desde donde se gestiona hoy esa máquina mundial de hacer dinero, para ver luego sus múltiples efectos en aspectos aparentemente tan distintos como el funcionamiento de muchas empresas, la precarización del empleo, la especulación con recursos básicos como los alimentos, o el desarrollo inmobiliario que transforma nuestras ciudades y litorales turísticos. El libro Ciudades en venta. Estrategias financieras y nuevo ciclo inmobiliario en España pretende aproximar ahora la lente a este último aspecto, que en países como el nuestro tiene una especial gravedad porque cuestiona frontalmente el derecho a la vivienda de buena parte de la población.

-¿Qué crees que aporta este libro tuyo a las investigaciones en el medio urbano en el Estado Español?

-Hay muchos y buenos estudios urbanos que abordan estas cuestiones desde perspectivas profesionales, teóricas e ideológicas diversas. Si este libro puede añadir algo de valor, creo que puede relacionarse principalmente con tres aspectos. En primer lugar, fija su atención en la pregunta de ¿quién pone el dinero? que alimenta la urbanización del territorio y analiza de qué manera los bancos, los fondos de inversión, la SAREB -el banco malo- o las llamadas SOCIMI se reparten el negocio de la ciudad. En segundo lugar, tras los muchos estudios sobre la burbuja inmobiliaria y luego sobre la crisis del modelo, aquí se analiza sobre todo lo ocurrido tras la recuperación iniciada en 2013, que pone en marcha un nuevo ciclo inmobiliario con nuevas contradicciones y damnificados. Por último, se preocupa por observar las fuertes desigualdades espaciales que conllevan procesos basados en mecanismos de mercado con poca intervención pública y eso se hace comparando lo ocurrido en las provincias, entre unas ciudades y otras, o dentro de la ciudad de Madrid, que al ser la de mayor tamaño, refleja bastante bien hacia dónde vamos si la presión ciudadana y las decisiones políticas no cambian el rumbo.

-¿Hay una nueva manera de entender y de vivir la ciudad para que esta “esté en venta”?, ¿o de alguna manera siempre ha sido muy, muy vulnerable a ello?

-Los procesos de mercantilización, que convierten en negocio múltiples aspectos de nuestra vida individual y colectiva a través de su privatización y sometimiento a las leyes del mercado, no son en absoluto nuevos. Pero desde hace cuatro décadas, la imposición de lo que se conoce como la ideología y la práctica neoliberales ha eliminado algunas barreras y facilitado que la vivienda –junto con otros bienes básicos como la educación o la salud, por ejemplo- entre de lleno en ese mercado mediante la progresiva eliminación de la vivienda social. Además, el capital financiero se interesa cada vez más en el negocio de la ciudad y por eso la inversión inmobiliaria alcanza hoy en el mundo las mayores cifras jamás conocidas. En ciudades donde la acción del Estado se encoge y la presencia de los operadores financieros e inmobiliarios gana peso, la venta de la ciudad se acentúa y cuestiona lo que hace ya medio siglo el sociólogo francés Henri Lefebvre llamó el derecho a la ciudad.

-¿Qué conflictos se generan hoy y ahora en el mercado inmobiliario…? ¿Y cuáles se siguen sumando, como si fuesen sucesiones, de otros tiempos…?

-Nada menos que en 1872 Federico Engels escribió una Contribución al problema de la vivienda, en que describía los graves déficits de acceso para la clase trabajadora afirmando que se trataba de un problema estructural. Naturalmente, poco tiene que ver su descripción con lo ocurrido en nuestras ciudades en las últimas décadas, pero algunas claves fundamentales permanecen, si sabemos ver el fondo bajo la espuma de los acontecimientos. Hace veinte años, el problema para muchas familias era hacer frente al rápido encarecimiento de la vivienda y la necesidad de endeudarse durante décadas mediante el pago de una hipoteca; hace diez, cientos de miles se enfrentaron al desahucio por ejecución hipotecaria; ahora de nuevo suben los precios, pero el problema principal es la subida de los alquileres para quienes no pueden afrontar la compra por sus bajos ingresos, empleo precario, etc., sin apenas oferta de alquileres sociales… Conflictos en parte nuevos, pero que no entenderemos ni podremos enfrentar con éxito si nos falta cierta perspectiva.

unnamed2.jpg-Muchas cosas fallan pues, cuando no se sabe o no se quiere “poner freno” o cuando no conviene…A unos, supongo, ya les va bien la “industria del ladrillo”, sin más y a otros también el seguidismo porque se garantizan un trabajo diario manual, pero como si fuesen piezas casi, casi de una cadena de montaje, ¿cómo lo ves?

-Autores como José Manuel Naredo ya alertaron hace mucho de que en España se había configurado durante el franquismo una coalición hegemónica de actores en la que las entidades financieras, las grandes constructoras y las promotoras inmobiliarias tenían un enorme poder e influencia para orientar las políticas públicas y las características del modelo de crecimiento español. Ahora habría que añadir al capital transnacional de los fondos de inversión, que han comprado o creado muchas de las grandes promotoras actuales, pero esa presión favorable al binomio construcción-turismo de masas se mantiene y, de hecho, buena parte de la reactivación económica iniciada en 2013 sigue basada en él. Mientras no se afronte una verdadera transformación del modelo productivo que favorezca la diversificación, un mayor esfuerzo en innovación, el apoyo a las llamadas economía circular y economía de cuidados, así como a prácticas alternativas más relacionadas con la economía social y solidaria, no será posible salir del círculo vicioso que ha marcado el último cuarto de siglo.

-Además siguen, como una espada de Damocles, encima de nosotros, los conflictos de siempre: los factores que crean toda una burbuja de burbujas inmobiliaria y un crecimiento “insostenible” y el posterior estallido cuyos efectos colaterales y secundarios, seguro que nos pillan a todos.  ¿Qué  graves efectos se derivan de ello?, ¿qué nos puedes explicar?

-Sin duda, aprender de la crisis hubiera supuesto comprender que el modelo productivo actual, además de precariedad laboral y desigualdad social crecientes, nos aleja de una verdadera sostenibilidad, no sólo ambiental, sino también social, económica y territorial. Dejar de lado la economía productiva, tanto agraria como industrial, en función de unas reglas de competencia que benefician a los grandes grupos empresariales y a determinadas economías, lleva hoy a grandes ciudades saturadas, con precios exagerados para la vivienda, frente a espacios en progresivo abandono, porque pierden su función y no resultan atractivos o seguros para los grandes inversores. Pero hay poderosos intereses que mantienen la ceguera voluntaria y parece que también bastantes dudas sobre qué se debe y se puede hacer desde los poderes políticos en un contexto como el actual.

-¿Trabajas teniendo en cuenta como un guión de cuestiones a ir contestando, a ir dando respuesta…? Háblanos, por favor, del proceso de investigación…de esa tarea tan ardua, de búsqueda, mucha lectura, poner orden entre lo documentado, descartar y hacerse más preguntas…. Una vez recopilado todo, ¿cómo es la metodología de trabajo que utilizas?; ¿cómo le pones orden a todo?

-No hay un proceso idéntico en cada caso, pero lo habitual es identificar una temática que reúna el interés de aportar algo nuevo desde el punto de vista científico con su relevancia social, pues pienso que caer en la tentación de encerrarnos en la burbuja académica de los temas de moda, al margen de la realidad que nos rodea, debería ser un riesgo a evitar. Tras intentar recopilar múltiples lecturas, datos, visitas a lugares o entrevistas a personas, el punto de partida es construir un guión o índice orientativo que sirva como soporte al argumento y permita enunciar unas preguntas de investigación iniciales, a sabiendas de que irán cambiando a medida que el edificio vaya tomando forma. A partir de ahí, se trata de profundizar en cada uno de los apartados combinando el análisis de la información con su interpretación, con constancia y algo de suerte. Lo que creo no puede faltar en estudios que aspiran a ser críticos es un apartado final de propuestas, que busque integrar las ya realizadas por otros autores, instituciones, partidos políticos, organizaciones sociales, etc., con argumentos propios que se apoyen en las conclusiones del trabajo realizado. Algunos colegas son reticentes a incluir en nuestros textos el “debe ser” por aquello de la supuesta imparcialidad científica, pero me parece que eso confunde la necesidad de ser riguroso al estudiar los hechos con no tomar partido ante problemas sociales de los que somos parte.

-En qué estado dentro del nuevo ciclo inmobiliario se encuentran las principales ciudades españolas… ¿Hay diferencias sustanciales entre unas y otras? ¿Todas las ciudades y lugares a los que te has acercado siguen, más o menos y de manera proporcional como un mismo comportamiento?, ¿un mismo patrón?

-Aunque las tendencias generales son comunes, cada ciudad tiene una historia, unos recursos, una identidad cultural y unos actores locales específicos, incluidos de forma destacada los gobiernos de ese territorio. El resultado es que los ciclos inmobiliarios en las ciudades españolas han sido muy diferentes en cuanto a intensidad, del mismo modo que el impacto de la crisis también fue mucho más grave en unas que en otras. Sin entrar en detalles, Madrid y Barcelona –como les ocurre a otras muchas grandes ciudades- siguen una evolución cada vez menos relacionada con lo que las rodea, pues atraen a buena parte de ese capital nómada que hoy circula por el mundo en busca de buenos negocios y eso es muy visible en sus mercados inmobiliarios. Las ciudades turísticas mediterráneas e insulares también se han visto sometidas a fuertes sacudidas, tanto en los periodos de crecimiento como de crisis. En cambio, las ciudades del litoral atlántico, sobre todo aquellas que han conseguido mantener cierta industria renovada y competitiva, tienen una evolución menos dependiente de los ciclos inmobiliarios, más estable, y lo mismo ocurre con la mayoría de ciudades interiores, aunque estas a menudo por el escaso dinamismo de su entorno.

maxresdefault.jpg-Los pisos turísticos que, en algunos lugares, son  todo un “boom”, escondiéndose detrás de algo tan bucólico como “economía colaborativa”… ¿cómo y de qué manera intervienen aquí?

-Como comentaba, las viviendas en alquiler son hoy una cuestión central en el nuevo ciclo inmobiliario, porque ya hay más de tres millones y medio en España y es la forma de acceso de buena parte de la población con menores ingresos, de los jóvenes, los inmigrantes, etc. Uno de los fenómenos más discutidos es la burbuja del alquiler en los centros de las grandes ciudades, con precios desorbitados que favorecen la gentrificación de barrios, es decir su revalorización y sustitución de residentes. Los datos disponibles no son muchos, incluso no existe aún en España una estadística oficial del alquiler, pero el estudio que estoy haciendo y que desarrolla lo ya planteado en el libro demuestra –incluso con esos valores estadísticos tan queridos por algunos colegas- que hay una correlación muy estrecha entre la presencia de viviendas de uso turístico (con Airbnb a la cabeza, pero no sólo) y precios más altos, allí donde compiten por espacios muy concretos.

-¿Y los “fondos buitre”?

-Son los nuevos invitados al negocio de la vivienda. Aterrizaron en España a partir de 2013, compraron grandes bolsas de suelo e inmuebles a precio de saldo resultado de desahucios y propiedad de bancos o de la SAREB, y destinan muchos de ellos al alquiler, a menudo a través de un tipo de sociedades especializadas (las SOCIMI), que desde 2012 cuentan además con notables ventajas fiscales que atraen a los inversores, hasta el punto de sumar más de 70 en la actualidad. Hay mucho que estudiar sobre este asunto, difícil porque la información pública es bastante escasa, pero quisiera al menos llamar la atención sobre un hecho que es bastante evidente en Madrid. Los precios máximos del alquiler están en los centros de las ciudades, pero en los últimos tres años han crecido proporcionalmente más en algunos barrios periféricos donde vive una población cautiva, que no puede acceder a la compra y depende del alquiler, lo que provoca un alto estrés residencial por el esfuerzo que exige y recupera la figura del realquilado que vive en una habitación, algo que parecía propio de imágenes color sepia de la posguerra. Casualmente, o no tanto, algunos de esos barrios cuentan con numerosas viviendas propiedad de esos fondos, que buscan ofrecer los máximos dividendos anuales a sus accionistas y presionan por tanto al alza sobre los precios, provocando una ola alcista a la que se suben muchos pequeños propietarios.

 

 

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