La Librería de El Sueño Igualitario

cinco_derribos_sin_gloria.jpgCazarabet conversa con...   Rodrigo de Lorenzo Ponce de León, editor de “Cinco derribos sin gloria. Frank G. Tinker, as mercenario en la Guerra Civil Española” (Muñoz Moya)

 

 

 

 

Un  libro que se sumerge en las hazañas bélicas en el aire y en la guerra del aire del piloto norteamericano que luchó por la defensa de la República, Frank G Tinker.

El libro llega a nosotros gracias a la coordinación de Rodrigo de Lorenzo Ponce de León que se acerca a las crónicas y escritos de Robert Cargill Hall y Richard K. Smith.

Lo que nos dice la editorial sobre el libro:

Frank G. Tinker Jr. fue uno de los pilotos norteamericanos más sobresalientes al servicio de las Fuerzas Aéreas de la República durante la Guerra Civil. Oficial graduado por la Escuela Naval de Annapolis, promoción de 1933, y diplomado como aviador naval, combatió años después junto con pilotos soviéticos y españoles durante la trágica contienda española del periodo 1936-1939. Tras su alistamiento como marinero profesional en la armada de su país logró luego, con esfuerzo y tenacidad, ingresar en la selecta Escuela Naval, donde obtuvo su despacho de Oficial, y de ahí poco después a alcanzar sus ansiadas alas de piloto naval, llegando a publicar con el tiempo juiciosos artículos sobre la guerra aérea. Tinker fue poseedor de unas extraordinarias dotes sociales que le permitieron desenvolverse con la misma facilidad en ambientes que abarcan desde los sollados de marinería a las elitistas cámaras de oficiales de la US Navy, también entre experimentados pilotos de caza extranjeros, sin excluir a las élites intelectuales de izquierda de Madrid y París o a las gentes sencillas de Arkansas, Mississippi y Luisiana, quienes le consideraban como uno más entre ellos. Mientras estuvo en España Tinker socializó con Ernest Hemingway; Martha Gellhorn; Robert Hale Merriman, líder de los voluntarios estadounidenses del Batallón Lincoln; y Milton Wolf, el sucesor de Merriman que habría de mandar la XV Brigada Internacional durante la Batalla del Ebro. Esta biografía exhaustiva de Tinker cubre su experiencia de combate en España, donde se le llegó a confiar el mando táctico de una escuadrilla de caza soviética, e incluye las vicisitudes de su regreso a los Estados Unidos en el ambiente de entreguerras. Durante la Guerra Civil llegó a convertirse en As del aire, con ocho derribos en su haber, combatiendo precisamente a quienes serían luego los enemigos de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en el primer piloto norteamericano en derribar un caza Messerschmitt 109 de la aviación nazi. A su regreso a los Estados Unidos escribió unas memorias sobre su experiencia de combate al servicio de la República bajo el título de Some Still Live, hilo conductor de la presente obra. Su fallecimiento en Little Rock, Arkansas, en su momento calificado como suicidio por los servicios forenses, sigue siendo a día de hoy un asunto controvertido. Los autores de esta biografía, expertos historiadores de la aeronáutica en su país, analizan en esta obra las atrevidas tácticas de combate aéreo utilizadas por vez primera durante la Guerra Civil Española, las cuales pasarían a ser norma estándar durante la Segunda Guerra Mundial, hecho indiscutible que inmortalizó a Tinker como pionero de la aviación moderna de combate. La ciudad de DeWitt, Arkansas, lugar donde se crió y se encuentra su sepultura, rindió homenaje póstumo al Teniente Tinker en 2009, en reconocimiento a su contribución en la lucha universal por la causa de la democracia. En la corona floral depositada en aquella ocasión ante su tumba lucía una simple frase: A NUESTRO HEROE: TTE. FRANK G. TINKER .

 

 

Cazarabet conversa con Rodrigo de Lorenzo Ponce de León:

-Rodrigo, cuéntales a nuestros lectores, ¿cómo te llega y cómo te haces con esta historia, este libro sobre el “as mercenario de la Guerra Civil Española” Frank G. Tinker?

-Antes que nada os quiero dar las gracias por el interés mostrado en esta publicación que es, ante todo, homenaje póstumo a un auténtico pionero de la aviación moderna de combate, el piloto Frank Glasgow Tinker. La obra cayó en mis manos por casualidad al hablarme uno de los autores de la versión inglesa, mi amigo Robert Cargill Hall, de un libro del que era autor detallando las peripecias de un compatriota suyo que había participado en nuestra Guerra Civil y de cómo le había sorprendido el enorme desarrollo de las técnicas de guerra aérea durante aquel conflicto. El resto fue surgiendo por sí solo al comentarle yo periódicamente mi opinión personal sobre la obra a medida que iba leyéndola hasta que un buen día, casi sin tener que decirlo, pensamos que lo mejor era traducirla al castellano y hacerla también asequible así a quienes fuimos los principales protagonistas de aquella guerra, es decir, al público español.

-¿Quién fue Frank G. Tinker?

-A ver, la pregunta no tiene fácil respuesta. Frank Tinker fue ante todo un personaje diríamos que testarudo, contestatario y poco dado a lo convencional, a lo políticamente correcto que diríamos hoy en día, carácter que habría de depararle muchos sinsabores a lo largo de su vida. Por ejemplo, cuando a su paso por la Escuela Naval de Annapolis se negó a asistir a la misa de los domingos ante el mismísimo capellán y la estratagema que urdió para conseguirlo.  Creo que lo que más influyó en el desarrollo de su peculiar personalidad fue el hecho de haber crecido rodeado de norteamericanos de origen francés ajenos a la cultura anglosajona, algo que quizás le hizo abrir los ojos y ser consciente desde muy joven que el mundo no empieza y acaba entre los que son, piensan y viven como uno mismo sino que hay otras formas de ser y otras formas de pensar. Y desde luego, Frank Tinker sabía hacer amigos allí donde quiera que estaba sin distinción de razas, de nacionalidades, ni de origen social. 

-El libro son como las “memorias” o una especie de “seguimiento” en la Guerra de España  de Frank G. Tinker, ¿no?

-En efecto, el libro está basado en sus propios recuerdos personales reflejados en las cartas que dirigió a su familia durante la guerra y en una especie de diario, en realidad utilizó el tipo de cuadernos que llevaban los pilotos para registrar las novedades del servicio, en los que fue anotando minuciosamente los pormenores de su desplazamiento a España, su participación en la guerra, los hechos más relevantes, los personajes y lugares que iba conociendo y luego las peripecias de su regreso a los Estados Unidos. El resto de la obra está basado en recuerdos de quienes le conocieron y trataron personalmente. 

-¿Por qué esos cinco derribos (en realidad creo recordar fueron ocho) no encontraron la gloria….(más allá de que en las guerras puede que no haya lugar para las guerras)?

-El título lleva el añadido de “sin gloria” haciendo gala a la frase célebre “five down, no glory”, que fue acuñada en la fuerza aérea de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial y viene a significar que el hecho de alcanzar la cifra de cinco aparatos enemigos derribados no convertía al piloto de caza de la noche a la mañana en as de la aviación. Ello era debido a que las autoridades norteamericanas repudiaban ese concepto tan típico de la aviación europea de entonces pues se consideraba que glorificar con ese título a los pilotos de combate, como hacían franceses y alemanes, iba siempre en detrimento de los pilotos de reconocimiento o bombardeo y además casaba muy mal con la tradición estadounidense que ve en el militar un servidor más de la sociedad que no aspira a glorias y honores sino a cumplir con su deber como un ciudadano común y corriente.  

-Graduado en la Academia de Annapolis, promoción del 33, para terminar en la Guerra de España combatiendo junto a los rusos en el aire por salvaguardar a la II República.

-Frank Tinker, como decía antes, tenía una visión diríamos que universal del mundo y no tuvo el menor reparo en acudir allí donde pudiese dar rienda suelta a su acendrada vocación de piloto de combate. Si a eso añadimos su carácter poco dado a lo convencional pues entonces nos explicamos cómo puede entrar dentro de lo posible que un muchacho criado en el ambiente rural de Arkansas pueda llegar a mandar una escuadrilla de caza soviética en el curso de la guerra española. 

-Explícales, por favor querido amigo Rodrigo de Lorenzo Ponce de León ¿qué papel fundamental juegan R Cargll Hall y Richard K Smith?. La dedicación de estos dos “especialistas” ha sido “harto” fundamental para que este libro sobre la figura de Frank G Tinker viese la luz, no es así…

-Ya lo creo. Ambos autores no solo son especialistas en historia de la aeronáutica de su país sino que lo que más me sorprendió desde el primer momento es el dominio que uno y otro tenían de los aspectos técnicos de la aviación en la Guerra Civil y de España en general. Desde luego, te puedo asegurar que escuchando a mi amigo Cargill no podía más que sentir sana envidia por su dominio de los datos de aquella guerra y por su conocimiento de lugares remotos de España en los que él nunca ha estado y de los que yo he procurado hablarle para que de alguna manera se familiarizara más con ellos. En fin, Brunete, Azuqueca de Henares, el calor de la meseta en verano, los pormenores del Madrid en guerra, la zona de Levante, es sorprendente escuchar la soltura con la que mi amigo Cargill me habla de estos sitios.   

-¿Qué aporta cada uno de ellos….?

-Richard Kenneth Smith, ya fallecido por desgracia, aportó prácticamente los mejores años de su vida a elaborar esta biografía partiendo de las propias memorias sobre la guerra que Frank Tinker llegó a publicar en 1938, uniendo a eso lecturas inagotables sobre la guerra y sus continuos viajes a España y Méjico para entrevistarse con los protagonistas, al menos con los que estaban de una u otra forma relacionados con el piloto o con los lugares en que él había frecuentado.

Robert Cargill Hall fue el continuador de la obra y aporta ni más ni menos que su pasión por la historia aeronáutica y la gran amistad que le unía a Richard, al que prometió que algún día revisaría todos sus manuscritos y los publicaría en forma de libro para que el público norteamericano supiera quién era un piloto naval llamado Frank Glasgow Tinker.   

Frank G Tinker tiene la suerte de salir vivo de la contienda española. Es de suponer que, como el resto de Brigadistas desplazados de diferentes países para defender la República, en este caso España…no se encontraron con el mejor ambiente al llegar a su país de origen…

En efecto, el caso es que los problemas de Frank Tinker comienzan incluso desde el mismo momento en que acude ante el cónsul de los Estados Unidos en Valencia, luego se repiten en la embajada estadounidense en Paris y por supuesto cuando vuelve a poner el pie en el puerto de Nueva York. El ambiente que él y otros excombatientes de España encontraron, como ya ha quedado de sobra documentado, fue de hostilidad por parte de las autoridades, ya que les consideraban responsables de haber violado las leyes de neutralidad, y de una mezcla de solidaridad y de rechazo por parte de una sociedad a la que la Guerra Civil española había polarizado sensiblemente según las simpatías y afinidades de unos y otros. Sin embargo, no pueden olvidarse comportamientos individuales como el del agregado militar de los Estados Unidos en España durante la guerra, el capitán Griffiss, quien arriesgó el puesto y la carrera muchas veces por la ayuda que en la medida de lo posible procuró prestar a sus compatriotas combatientes cada vez que acudían a él con algún problema personal o burocrático.  

-Allí escribe su experiencia en la guerra de España que es el hilo conductor de éste magnífico libro y lo debió hacer bajo un clima de cierta coacción…en EEUU se vivía una auténtica “caza de brujas” sobre los combatientes que defendieron a la II República Española…

-Desde luego, aunque ese mismo clima de coacción e intriga fue lo que paradójicamente convirtió a Frank Tinker en héroe popular de la aviación no solo entre sus conocidos sino incluso a escala nacional, siendo invitado a programas de radio y a muchos eventos sociales como el piloto que había combatido valientemente en España y ahora regresaba a casa. A Frank Tinker puede que le quisieran retirar el pasaporte pero desde luego no le quitaron la mística....

-Su experiencia, desde el punto de vista “táctico y militar” le vale para consagrarse por sus maneras de concebir y visionar la guerra en el aire y desde el aire como un pionero. Cuéntanos….

-Me alegra que me hagas esa pregunta. A ver, tras numerosos vuelos Frank Tinker llegó al convencimiento que los cazas soviéticos, pese a sus buenas prestaciones, carecían en el fondo de las capacidades técnicas de sus equivalentes alemanes y tuvo que echarle imaginación para dar con la fórmula con la que poder enfrentarse a ellos con éxito. El procedimiento que ideó fue ni más ni menos que invertir la geometría del combate aéreo, evitado siempre el enfrentamiento en plano horizontal por el ataque en vertical, buscando caer sobre el objetivo desde mayor altitud o iniciar el ataque desde altitudes inferiores mediante bruscas maniobras de ascenso. En este sentido, Frank Tinker más que comportarse como un piloto, diríamos que lo hacía como un artillero antiaéreo, técnica inaudita según los parámetros clásicos heredados de la Primera Guerra Mundial. No cabe la menor duda que Frank Tinker fue pionero de tácticas de caza y ataque que luego, durante la Segunda Guerra Mundial, emplearon por ejemplo los alemanes con sus ataques en picado mediante Stukas o la forma con la que sabía explotar el pánico de las tropas enemigas en sus ataques a objetivos terrestres y que luego popularizarían los Aliados como puede verse en sus documentales sobre los ataques a las columnas alemanas.

-Aunque su ciudad natal Little Rock  le rinde un homenaje, algo muy, muy significativo…

-De veras significativo, pero lo que sorprende más aun es que al homenaje póstumo de carácter local se unieron las autoridades del estado de Arkansas expresando en cédula oficial su agradecimiento a quien con heroísmo y entrega luchó por la causa de la democracia. Y ello sin dejar a un lado el reconocimiento oficial que en 2012 también le tributó la Fuerza Aérea de los Estados Unidos al premiar a Robert Cargill Hall y Richard Kenneth Smith por su obra sobre este piloto.

Os doy las gracias de nuevo por el interés mostrado por la obra y espero que el aficionado a la historia de la aviación o de nuestra Guerra Civil pase un rato entretenido leyéndola. La vida de este personaje fue desde luego de película.

 

 

 

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Cinco derribos sin gloria. Frank G. Tinker, as mercenario en la Guerra Civil Española. Rodrigo de Lorenzo Ponce de León   
594 páginas       15 x 21,5 cms.
28.00 euros
Muñoz Moya



Frank G. Tinker Jr. fue uno de los pilotos norteamericanos más sobresalientes al servicio de las Fuerzas Aéreas de la República durante la Guerra Civil. Oficial graduado por la Escuela Naval de Annapolis, promoción de 1933, y diplomado como aviador naval, combatió años después junto con pilotos soviéticos y españoles durante la trágica contienda española del periodo 1936-1939. Tras su alistamiento como marinero profesional en la armada de su país logró luego, con esfuerzo y tenacidad, ingresar en la selecta Escuela Naval, donde obtuvo su despacho de Oficial, y de ahí poco después a alcanzar sus ansiadas alas de piloto naval, llegando a publicar con el tiempo juiciosos artículos sobre la guerra aérea. Tinker fue poseedor de unas extraordinarias dotes sociales que le permitieron desenvolverse con la misma facilidad en ambientes que abarcan desde los sollados de marinería a las elitistas cámaras de oficiales de la US Navy, también entre experimentados pilotos de caza extranjeros, sin excluir a las élites intelectuales de izquierda de Madrid y París o a las gentes sencillas de Arkansas, Mississippi y Luisiana, quienes le consideraban como uno más entre ellos. Mientras estuvo en España Tinker socializó con Ernest Hemingway; Martha Gellhorn; Robert Hale Merriman, líder de los voluntarios estadounidenses del Batallón Lincoln; y Milton Wolf, el sucesor de Merriman que habría de mandar la XV Brigada Internacional durante la Batalla del Ebro. Esta biografía exhaustiva de Tinker cubre su experiencia de combate en España, donde se le llegó a confiar el mando táctico de una escuadrilla de caza soviética, e incluye las vicisitudes de su regreso a los Estados Unidos en el ambiente de entreguerras. Durante la Guerra Civil llegó a convertirse en As del aire, con ocho derribos en su haber, combatiendo precisamente a quienes serían luego los enemigos de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en el primer piloto norteamericano en derribar un caza Messerschmitt 109 de la aviación nazi. A su regreso a los Estados Unidos escribió unas memorias sobre su experiencia de combate al servicio de la República bajo el título de Some Still Live, hilo conductor de la presente obra. Su fallecimiento en Little Rock, Arkansas, en su momento calificado como suicidio por los servicios forenses, sigue siendo a día de hoy un asunto controvertido. Los autores de esta biografía, expertos historiadores de la aeronáutica en su país, analizan en esta obra las atrevidas tácticas de combate aéreo utilizadas por vez primera durante la Guerra Civil Española, las cuales pasarían a ser norma estándar durante la Segunda Guerra Mundial, hecho indiscutible que inmortalizó a Tinker como pionero de la aviación moderna de combate. La ciudad de DeWitt, Arkansas, lugar donde se crió y se encuentra su sepultura, rindió homenaje póstumo al Teniente Tinker en 2009, en reconocimiento a su contribución en la lucha universal por la causa de la democracia. En la corona floral depositada en aquella ocasión ante su tumba lucía una simple frase: A NUESTRO HEROE: TTE. FRANK G. TINKER .

 

 

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