La
Librería de Cazarabet Indignado
La Fiesta del Chopo Cabecero ya ha
llegado a su séptima edición y lo hace celebrando “su particular fiesta” en la
población de Aliaga en el Parque Cultural del Maestrazgo turolense.
El programa, para la celebración,
que tendrá lugar el 24 de Octubre,
empieza de buena mañana, así a
las 9.50 h. Recepción, bienvenida y presentación de la
VII Fiesta del Chopo Cabecero en el pabellón de
Aliaga. Después a las 10.00 h.
Inicio de la excursión. Caminaremos por la carretera A-2403 un tramo de un
kilómetro tomándole el pulso al valle (se recomienda llevar chalecos
reflectantes). Al llegar al desvío a Campos alcanzaremos la ribera del río
Guadalope. Lo remontaremos por la orilla, entre los huertos y bajo los riscos.
El paseo integra dos elementos de gran valor paisajístico, científico y ambiental.
Un espléndido bosque fluvial de chopo cabecero y el Parque Geológico de Aliaga,
que será interpretado por su coordinador científico José Luis Simón. A lo largo
del mismo se visitará la ermita de la Virgen de la Zarza y el recién restaurado
Molino Alto. Pasado el mediodía y a la vuelta del paseo, cerca del molino,
habrá una demostración de escamonda de un chopo cabecero por trepadores de la
empresa Xiloforest. Así mismo se plantarán cinco
chopos para preparar una nueva generación de árboles. Sobre las 13.30 h.
Inauguración de la exposición del “II Concurso de Fotografía sobre el Chopo
Cabecero”. También tendrá lugar una comida popular, sobre las 14.30
h. en el pabellón de Aliaga. Ya por la tarde a las 16.00 h,
presentación de la Entidad de Custodia del Territorio para la Conservación del
Chopo Cabecero y después se desvelará el fallo del "II Concurso
de Fotografía sobre el Chopo Cabecero”. Más tarde, tendrá lugar la entrega del
título Amigo del Chopo Cabecero 2015 y homenaje a la Revista Quercus por su larga trayectoria de fomento del estudio, la
conservación y la difusión de la Naturaleza y, en particular, por su
sensibilidad por el chopo cabecero.
La fiesta cuenta, como todos los
años con la participación de investigadores, asociaciones y entidades
comprometidas con la conservación y defensa de los viejos chopos trasmochos…y
está prevista en esta VII Edición unas Palabras de la Plataforma Salvemos
Aliaga y del Alcalde de Aliaga; así como un concierto musical con el grupo
Bucardo Folklore Aragonés.
Además, como en Aliaga se
encuentran Centro de Interpretación del Parque Geológico (junto a gasolinera) y
el Centro de Interpretación de la Minería (Barrio de Santa Bárbara).
El número de chopos cabeceros
existentes no es conocido aunque se considera de gran magnitud, pudiendo llegar
a los cien mil. Un estudio realizado durante 2003 en la pequeña cuenca del río Pancrudo (468 km2 de superficie y 194 Km. lineales de
riberas) dio un censo de 23.015 ejemplares, de los que 5.520 (23,9%) son
monumentales, es decir, árboles de gran cabeza y con troncos de más de 150 cm.
de diámetro. Este patrimonio vivo es algo único en Europa. Estos paisajes
tradicionales, fruto de la interacción entre la naturaleza y la cultura, están
hoy tan amenazados por los profundos cambios en el medio rural que deberían ser
incluidos en la lista roja publicada por la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza. Este aprovechamiento agroforestal es también un
patrimonio etnobotánico. Su empleo como vigas en la
construcción o como combustible, la extracción de su forraje o el difícil arte
de trabajar con el hacha sobre el árbol, son muestras de la sabiduría popular
ancestral”.
El año pasado el Chopo Cabecero
fue un árbol propuesto para ser “Árbol del año en Europa”, quedando en un
puesto más que envidiable. Aquí les facilitamos unos enlaces de prensa para que
pueden degustar lo que fue todo un orgullo para las tierras que albergan este
singular árbol: http://www.abc.es/sociedad/20150305/abci-chopo-arbol-201503051251.html ;
http://www.antena3.com/noticias/ciencia/chopo-cabecero-teruel-queda-tercero-certamen-arboles-ano-europa_2015030500473.html ; http://www.treeoftheyear.org/Letosni-rocnik/Topol-cerny-v-Alfambre.aspx?lang=es-ES ;
Pero este árbol tiene un futuro, muchas veces difícil que afrontar,
desde la web nos informan: “Los cambios sociales, económicos y técnicos
acontecidos en los últimos cuarenta años han propiciado el abandono de los usos
tradicionales de los chopos cabeceros y, por tanto, de los cuidados que los
mantenían. Los trasmochos encuentran una creciente dificultad en soportar el
ramaje sobre su tronco, problema que se resuelve despojándoselo en la siguiente
escamonda. El cese de la escamonda inestabiliza el
sistema debido al enorme peso de las vigas y a la gran exposición al viento por
su gran longitud: las ramas se tronzan y caen, mientras los troncos se
desgajan. Tradicionalmente la escamonda mantenía unos turnos de entre 12 y 15
años. Un censo realizado en la cuenca hidrográfica del río Pancrudo
(Teruel) puso de manifiesto que el 62,5 % de los chopos cabeceros habían sido
escamondados hacía veinte años o más. Si no se reinstaura el sistema de
gestión, en menos de veinte años se producirá un colapso de estas choperas
monumentales. Los árboles que han perdido el régimen regular de desmoche
presentan una anomalía funcional que se traduce en una disminución de
supervivencia, especialmente acusada en los ejemplares más viejos. Precisamente
los de mayor valor ambiental. En las últimas décadas se aprecia un descenso en
el nivel freático de los acuíferos originado por la disminución en el régimen
de precipitaciones y el incremento en el consumo de agua con fines agrícolas.
Este hecho limita la disponibilidad de agua para la vegetación ocasionando
estrés hídrico y la muerte del extremo apical de cada viga, además de un
adelanto en la senescencia y caída foliar. Desde 1950 el Patrimonio Forestal
del Estado fomentó el cultivo de chopos híbridos euroamericanos sobre aquellas
riberas en las que preexistían importantes masas de chopos cabeceros lo que
provocó la tala de docenas de miles de ejemplares. Estos viejos árboles fueron
considerados por los gestores forestales como refugio de plagas forestales y de
baja productividad, ideas que acabaron calando entre los agricultores. En otros
casos, los árboles fueron cortados para evitar el sombreado en los cultivos sin
llegar a ser sustituidos por ningún otro. Las Confederaciones Hidrográficas del
Ebro y del Júcar realizan periódicas limpiezas en los cauces para facilitar la
circulación del agua durante las crecidas. En ellas las máquinas verticalizan los taludes y sobreexcavan
el lecho, lo que daña las raíces y favorece la inclinación –y caída- de los
chopos. También se eliminan aquellos cuerpos susceptibles de acumularse y
obstaculizar el tránsito del agua. Muchos árboles y arbustos, especialmente
muchos viejos cabeceros, son así cortados y quemados. Amplios tramos de las
riberas del Jalón, Piedra, Perejiles o Jiloca han sido arrasados lo que ha
elevado denuncias a la Comisión Europea por su impacto ambiental. Por otro
lado, con el fin de reducir las pérdidas de agua, las administraciones están
promoviendo y financiando a las comunidades de regantes la canalización y
cementado del cauce de grandes acequias, así como el entubamiento de otras
menores. Kilómetros de carrizales y herbazales que surcaban las vegas a los que
se asociaban interesantes comunidades biológicas han desaparecido. A la vez,
multitud de chopos trasmochos se han quedado con las raíces secas y comienzan a
decaer como puede verse en las cuencas del Martín y la del Jiloca. Las
concentraciones parcelarias abren drenajes y modifican los cursos de agua
afectando a los sotos y arboledas que las orlan. Talas de chopos cabeceros han
sido denunciadas por asociaciones ecologistas en el valle del Alfambra (Camarillas) y en el del Guadalope (Cuevas de Almudén y Jarque de la Val). Es
paradójico que en estos parajes no hay otros árboles que los viejos álamos
trasmochos.
La construcción de embalses se asocia a la
desaparición de los bosques de ribera, siendo chopos cabeceros en muchos casos.
Esto ya ocurrió hace décadas en los embalses de La Tranquera, Aliaga, Cueva Foradada y Las Torcas. Más recientemente, en la
construcción del Pantano de Lechago, se estima una
pérdida por la inundación de unos 560 cabeceros (prácticamente todo el tramo
bajo del río Pancrudo), siendo al menos 40 de ellos
de dimensiones monumentales. Los embalses proyectados en Los Alcamines y en Las Parras de Martín son nuevas amenazas.
Antaño, los herbazales y carrizales que crecen en las acequias eran segados por
los propios agricultores. Recientemente se ha extendido la costumbre de
quemar esta vegetación seca durante el invierno. El chopo, al ser una especie
muy sensible al fuego, sufre grandes daños durante estas quemas, lo que provoca
la muerte de varios cientos de árboles cada año”.
Así, el futuro, tampoco es fácil
y necesita de la implicación de todos: “En amplios territorios de la cordillera
Ibérica los chopos cabeceros ya han desaparecido o están a punto de hacerlo,
siendo un pálido reflejo de lo que antaño fueron. En otras zonas este proceso
ya se ha iniciado y, si no se interviene de forma decidida, correrán la misma
suerte al cabo de pocas décadas. Algunos gestores consideran que estos álamos
trasmochos son fruto de unas condiciones sociales y económicas del pasado y que
hoy carece de sentido continuar el modelo de gestión de los originó y mantuvo
durante siglos. Vamos, que habría que ir dejándolos morir.Por
otro lado, cada vez es más patente entre gestores y asociaciones culturales y
conservacionistas el valor ecológico, genético, etnológico y paisajístico que
atesoran estos añosos árboles, por no hablar de nuevos usos como el energético
o el turístico. Como medidas a aplicar para conservar estos bosques,
consideramos que las administraciones que gestionan las riberas
(confederaciones hidrográficas) y los bosques (Departamento de Medio Ambiente)
deben intervenir activamente y retomar el régimen de escamonda de los chopos
cabeceros, al menos los que se encuentran sobre Dominio Público Hidráulico. Por
otra parte, creemos que deberían establecerse incentivos para los agricultores
propietarios de estos viejos chopos mediante la aplicación de medidas
agroambientales por sus valores ecológicos y paisajísticos. Así mismo debe
estudiarse la creación de una figura como la de parque cultural que actúe como
promoción de estos magníficos monumentos naturales, un patrimonio único en
Europa producto del saber hacer de nuestros mayores”.
La excelente y cuidada página que
gira ,en torno, al Chopo Cabecero: http://www.chopocabecero.es/
En esta VII Edición se ha
premiado a la revista Quercus…
Esta
mítica publicación, de carácter naturalista y ecológica, es la “protagonista” este
año de la VII Fiesta del Chopo Cabecero.
Reportaje
en el blog Natural Xilocae sobre la VII Fiesta del
Chopo Cabecero:
http://naturaxilocae.blogspot.com.es/2015/10/la-septima-todavia-mejor.html
Cazarabet conversa con José Antonio
Montero, de la revista Quercus.
-José Antonio, ¿qué ha
significado para vosotros el recibir este premio, el de “Amigo del Chopo
Cabecero”?;¿cuándo os enterasteis, de qué manera y cuál fue vuestra reacción?
-Pues es
un premio que recibimos con enorme gratitud, ya que nos lo concede unas
personas que sentimos muy cercanas, personas que conocen la biodiversidad,
disfrutan de ella con respeto y, lo más importante, se organizan para
defenderla y difundir sus valores. Es justo el perfil de nuestros lectores y
suscriptores. Es un premio de nuestra gente, los amigos de la naturaleza, y que
dedicamos a nuestra gente.
-Para vosotros el Chopo
Cabecero, ¿qué significa y qué aporta…?
-Es todo
un símbolo de relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que se
materializa en un manejo de un tipo de bosque que aporta recursos para los
vecinos de los pueblos turolenses donde se dan estas formaciones arbóreas, y al
mismo tiempo enriquece el paisaje y el hábitat. En una época en la que tanto
hablamos de desarrollo sostenible, éste es un ejemplo modélico que teníamos
desde hace mucho sin haber reparado en ello, a no ser por la labor de los
Amigos del Chopo Cabecero.
-¿Creéis que es un árbol
valorado tal como debería….?
-En general la sociedad de nuestro país sigue viviendo demasiado ajena a la
biodiversidad excepcional que tenemos y a esos usos productivos y culturales
más vinculados y respetuosos con el medio natural. Con los árboles, y con el
chopo cabecero, pasa lo mismo. Por suerte, hay una legión de pequeños grupos
muy activos empeñados en que ese desapego cambie y la labor de los Amigos del
Chopo Cabecero y de su estupenda fiesta anual es un buen ejemplo.
-Bueno, José Antonio,
explícanos: ¿qué es Quercus, para aquellos que no
conozcan la publicación?
-Quercus es una revista mensual dedicada a divulgar
artículos y noticias relacionadas con la biodiversidad y escritos por las
propias fuentes de información, es decir, investigadores, expertos,
conservacionistas, ecologistas y aficionados a la observación de la naturaleza.
La revista nació hace 34 años, en diciembre de 1981, se distribuye en quioscos
y por suscripción y es un proyecto auto gestionado por completo por el pequeño
equipo de trabajadores que forman la redacción.
-Además de ser una revista
de divulgación naturalista, sois, también y a la vez, una publicación
comprometida con el medio ambiente, la salud ambiental y el respeto que
le deberíamos de tener. Explícanos…
-Cuando
nació Quercus a principios de los años ochenta,
rápidamente se consolidó como el vehículo de comunicación de todas las personas
y asociaciones que en aquella época se dejaban la piel por defender la
naturaleza o se empeñaban en sacar adelante los primeros estudios sobre
nuestras especies y hábitats. En la actual revolución de las comunicaciones y
en esta época de sobreabundancia informativa, creo que hemos sabido mantenernos
como referencia en cuanto a la información de calidad, en profundidad y
comprometida referida a la conservación de la naturaleza.
-A vuestro parecer, ¿cuáles
son las principales problemáticas a las que debe hacer frente nuestra fauna y
nuestra flora?
-Pues son
ya muy conocidas, lo que no significa que estén ni mucho menos solucionadas: la
pérdida de hábitat, la invasión de especies exóticas, el impacto de las
actividades productivas y de ocio que utilizan el medio natural sin preocuparse
de respetarlo, la persecución directa a las especies para usos recreativos o
comerciales... También algo de lo que se habla tanto y que es un mal crónico de
nuestro tiempo: la pérdida de valores humanos que conectan directamente con
nuestro medio natural.
-¿La ciudadanía está
suficientemente concienciada de los problemas de nuestro medio ambiente?
-Si
echamos la vista atrás unas cuantas décadas, es increíble lo que se ha avanzado
en esa concienciación. Pero no nos engañemos, aún hay mucho que trabajar y el
simple hecho de que aún no sepamos dar una respuesta a un problema total y
apocalíptico como el del cambio climático puede ser interpretado como una falta
de conciencia ambiental a todos los niveles.
-¿Y nuestros gestores políticos que, muchas veces
parece que se dedican más a facilitar el expolio o a facilitarlo a los granes
especuladores, explotadores…a los auténticos buitres del planeta?
-El
cambio hacia un mundo menos lesivo para el medio ambiente nunca saldrá de
nuestros gestores. Empeñarnos en ello sin atender al mismo tiempo la
responsabilidad que tenemos como ciudadanos para liderar ese cambio no sé si
tiene mucho sentido. Nosotros mismos, en nuestra vida diaria, deberíamos ser
más activistas utilizando el impresionante potencial que tenemos de presionar a
favor del medio ambiente, por ejemplo como consumidores. Y ahora más que nunca,
por la visibilidad que aportan la comunicación on-
line y las redes sociales. Con esa presión, los gestores y los políticos no
tendrían más remedio que bailar al son de una música más afín al medio
ambiente.
-En torno a la conservación
y a la convivencia del chopo cabecero ¿Qué consejos nos podrías dar?
-Pues a
los Amigos del Chopo Cabecero, que sigan con ese estilo tan cercano y
contagioso de ganar adeptos a su causa, que es la causa de la biodiversidad. Y
en general, que visitemos esas maravillosas comarcas donde se dan estos
hábitats y en general que nos dejemos llevar por nuestras curiosidad hacia el
medio natural, que nos devolverá con creces el interés que pongamos.
Fotografías:
- De izquierda a derecha,
Rafael Serra (director de Quercus), Chabier de Jaime (Amigos del Chopo Cabecero) y José Antonio
Montero (redactor jefe de Quercus), con la estatuilla
del premio. Foto: María Luisa Fernández del Castillo.
- Bosque de galería
con chopos cabeceros en la localidad de Aliaga (Teruel). Foto: María Luisa
Fernández del Castillo.
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