La
Librería de El Sueño Igualitario
UN
LIBRO, MUY POTENTE, DESDE LA PLUMA DE JOSÉ PORTOLÉS QUE, DESDE LA CENSURA,
MIRA, ESTUDIA Y REFLEXIONA SOBRE LA PRAGMÁTICA Y EL ANÁLISIS DEL DISCURSO.
EL
LIBRO, EL ENSAYO, SE ENCUENTRA EN LA COLECCIÓN “OBERTA”.
IMPRESCINDIBLES
LAS APORTACIONES PARA LOS QUE SE DEDICAN, MÁS O MENOS DIRECTAMENTE, AL MUNDO DE
LA COMUNICACIÓN.
AQUELLO
QUE NOS DICEN DESDE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA:
Todos censuramos. La censura no es un fenómeno limitado a
ciertos sistemas políticos, sino un comportamiento habitual en la interacción
comunicativa. Censura quien trata de impedir o castigar aquello que otros
desean comunicar y que considera amenazante para su ideología. Encontramos
censuras oficiales, otras grupales o por adición, así como también censura de
formulación. Este volumen pretende sistematizar las distintas posibilidades de
la censura a partir de los instrumentos teóricos que aportan la pragmática y el
análisis del discurso, y mediante su índice temático, se convierte en una
pequeña enciclopedia de la censura en España. Una obra de interés para los
lingüistas estudiosos del análisis del discurso, para los profesionales de las
Ciencias de la Comunicación y para quienes se preocupan por la libertad de
expresión y sus limitaciones.
El autor, José Portolés:
Catedrático de Lengua Española en la Universidad Autónoma de
Madrid. En la última década ha estudiado la censura desde la perspectiva de la
pragmática y del análisis del discurso, disciplinas que constituyen su
especialidad. Son fruto de estas investigaciones los artículos: Censura y
pragmática lingüística; Censura y análisis de la conversación; La palinodia o
recantación censoria como fenómeno pragmático. Tiene libros como: Medio siglo
de filología española 1896-1952 ; Marcadores del
discurso y Pragmática para hispanistas.
Cazarabet conversa con José Portolés:
-Amigo José,la censura existe más allá de
cualquier sistema político; de si estamos o no inmersos en una dictadura, ¿no?
-
La censura es la reacción de prohibición y/o castigo ante un mensaje que se considera una amenaza. Los regímenes
dictatoriales instituyen una
censura oficial, pero eso no significa que no exista una censura
y, sobre todo, una autocensura en las democracias. Todos las
personas públicas -actores o
deportistas, por ejemplo- saben por experiencia propia o ajena que es mejor no tratar muchos
asuntos, pues si expresan
libremente su opinión pueden recibir una avalancha de críticas
e insultos en las redes sociales,
lo que se denomina "shitstorm".
Estas críticas pueden tener como
consecuencia una pérdida de público o de
contratos, es decir, un castigo.
-Porque, de primeras, existe también en
nosotros como “cierta autocensura”, ¿no?
Hay
que distinguir entre acomodación al otro y autocensura. Intentar no ofender a la persona con la que se habla
es más acomodación al otro que
autocensura. No creo que la mala educación sea una liberación. El problema está cuando varío mi manera de
expresarme no por evitar una
ofensa a mi interlocutor, sino por temor a un tercero que no
debería participar en la
interacción. Los profesores de ciertos centro
educativos, pongamos por caso, debe medir mucho sus palabras para conservar su empleo. Algunos comentarios,
aunque los ampare la libertad de
cátedra, pueden traer una queja ante la dirección del centro y esta llamarles la atención o no
renovarles el contrato. El miedo a
la delación es el origen de buena parte de nuestras autocensuras.
-¿El ser pragmático, práctico ayuda a
ser condescendiente o a tragar, de entrada, con cierta imposición de la
censura?
Sin
duda, decir aquello que quien tiene poder aprecia como una amenaza tiene consecuencias. Perder el trabajo, por
ejemplo, puede ser un buen motivo
para sobrevolar los horrores de la Inquisición en una clase de
historia o no comentar la implicación de un grupo político en un asunto turbio ayuda a conservar el puesto de
tertuliano en una cadena de televisión.
Se debe tener también presente que, a veces, el perjuicio no es para la persona que profiere
el mensaje censurable, sino para
otras que le son queridas. Hay ejemplos extremos: Pasternak no fue al Gulag por publicar "Doctor
Zhivago" -ya había muerto
Stalin-, pero su pareja y la hija de esta sí que lo padecieron; asimismo, hay ejemplos menos terribles:
perder un ingreso necesario para
mantener una familia o enemistarse con el jefe del trabajo por ser demasiado sincero al manifestar sus
opciones políticas. Casi todos los
días resolvemos una ecuación: ¿hasta qué punto merece la pena decir lo que pienso teniendo en cuenta las consecuencias que me
puede traer?
23115
La censura de la palabra. Estudio de pragmática y análisis del
discurso. José Portolés
276 páginas 16,5 x 23 cms.
17.50 euros
Universitat de València
Todos censuramos. La censura no
es un fenómeno limitado a ciertos sistemas políticos, sino un comportamiento
habitual en la interacción comunicativa. Censura quien trata de impedir o
castigar aquello que otros desean comunicar y que considera amenazante para su
ideología. Encontramos censuras oficiales, otras grupales o por adición, así
como también censura de formulación. Este volumen pretende sistematizar las
distintas posibilidades de la censura a partir de los instrumentos teóricos que
aportan la pragmática y el análisis del discurso, y mediante su índice
temático, se convierte en una pequeña enciclopedia de la censura en España. Una
obra de interés para los lingüistas estudiosos del análisis del discurso, para
los profesionales de las Ciencias de la Comunicación y para quienes se
preocupan por la libertad de expresión y sus limitaciones.
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