La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Jordi
Juan, autor de “Cenicienta en llamas”
(Milenio)
Jordi Juan escribe para Ediciones Milenio una novela que mira, de
forma socarrona y cínicamente, una realidad que “disfraza” de novela, la
camufla, pero todos la reconocen…
La novela, teñida o con toques de novela
negra, viene a engrosar la Colección
Marrajo de esta Editorial, Milenio.
El autor se está convirtiendo en un fijo en el
género negro, teniendo, además como trasfondo, un escenario real que, además,
recordamos muy bien porque forma parte de la historia más presente.
La sinopsis del libro. Aquello que nos cuenta
el libro:
València, mayo del 2006. En una ciudad que se prepara
para la visita del papa Benedicto XVI entre los penúltimos coletazos del boom
del ladrillo y el fervor de los grandes eventos, Raquel Bonafed
recibe el encargo de seguir los pasos a tres personajes de relumbrón: un
publicista lisérgico, un ávido constructor y un alto directivo de la televisión
autonómica. Mientras, los inspectores Cocoví y Zafra
andan envueltos en la investigación de un par de asesinatos cometidos por
sicarios y Toni Balaguer, una suerte de Harvey Weinstein
autóctono, parece empeñado en emular la leyenda sexual de George Simenon a base de acosar a las actrices y técnicas
empleadas en la exitosa telenovela que produce. Cenicienta en llamas es una
novela negra pero también un culebrón dentro del culebrón, una polifonía de
voces, personajes y tramas que se entrecruzan en un fascinante puzle narrativo,
proyectado sobre el telón de fondo de una corrupción que deviene en huella
inequívoca de nuestro pasado más reciente.
El
autor, Jordi Juan:
Jordi Juan Martínez (València, 1966)
cursó estudios de Derecho y Cinematografía. Narrador y periodista, publicó la
novela juvenil De este lado del
silencio (Premio Jaén 1994), así
como los volúmenes de relatos El
francotirador sentimental (Premio
Caja España 1995), Un maestro del
soborno (Premio Alfonso Grosso
2003) y Mundo Bizarro (Premio
Alhóndiga 2005). Como guionista, ha participado en la escritura de numerosas
series de ficción televisiva, y en películas como Salvajes (Goya 2002 al mejor guión adaptado). Con su
última obra, Ángulo muerto, obtuvo
el XIX Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra 2015 y el Memorial Silverio
Cañada 2016 a la mejor primera novela policíaca publicada en España.
Cazarabet conversa con Jordi Juan:
-Jordi, ¿cómo es que escoges el
escenario de la visita del papa y del “reinado” del PP en la región valenciana
o en el País Valencià, para desarrollar esta trama
negra?, ¿necesitabas de un escenario actual o que el lector lo reconozca u
obedece más bien a que la trama negra se hace hueco entre la actualidad?
-Quería hablar sobre esa época determinada en mi ciudad y
en mi pequeño país. Un lugar y un tiempo donde las tramas negras estaban a la
orden del día. Los últimos coletazos de aquel crecimiento económico
despendolado previo a la crisis en un entorno de corrupción apenas
disimulada.
-¿Por
qué lo titulas, me refiero al libro, Cenicienta en llamas?
-Es parte de una frase de la novela. Me pareció que
sintetizaba muy bien la acción que se narra en esta.
-El
escenario es importante, muy importante en tu libro y cuando hablo “del
escenario” me refiero, no solamente a la ubicación geográfica –que
también---sino más que nada al período temporal y a las personas o personajes
que existieron en realidad y que le dan un carácter como un poco especial a
todo ello…¿Qué nos puedes decir?
-En efecto, esta historia es la pequeña crónica de un
hundimiento moral. Un hundimiento colectivo en un escenario reconocible y muy
querido para mí tanto desde el punto personal como el literario.
-Bueno,
no sé tú, pero te digo que cualquier persona que haya estado un poquitín
vinculada a ciertas profesiones como la periodística, la de un publicista, la
que rodea al mundo del ladrillo y la que rodea a cualquier empresa que
financiaba , más o menos directamente, al poder político , sabiendo que eso les
deparaba lo que les deparaba…pues bien todos te dirán que “ciertas tostadas” se
las veían venir o las sabía….todos y todas sabían de muchas cosas, pero todos o
todas las callaban o, peor aún las silenciaban. ¿Qué nos puedes reflexionar?
-Ese silencio culpable o culpabilizado en algunos casos
es tema esencial del libro, sí. Vivíamos aquel periodo en una especie de
enajenación mental colectiva que nos afectaba a todos en mayor o menor medida.
Todos propiciamos de alguna manera aquel saqueo indiscriminado con nuestra
omisión.
-Por
lo tanto más que quejarse por la situación de corruptela que se ha respirado de
forma generalizada….habría también que saber hasta qué punto ese silencio o esa
callada eran claros cómplices. ¿Cómo lo has logrado digerir esto dentro de la
trama?
-El silencio como complicidad, desde luego. La ocultación
y la manipulación como burdas estrategias políticas. No es una historia de
buenos y malos sino la crónica de un hundimiento colectivo, como te dije
antes.
-En tus
tres personajes , digamos que centrales, el publicista, el personaje ligado a
la publicidad y el directivo de la televisión autonómica hay mucho de
“reconocido” como de “reencontrado o reencarnado”, ¿qué nos puedes decir….?, ¿no te crea un poco de vértigo, de asfixia o de ansiedad
escribir una trama de ficción rodeado de todo lo que , en realidad, no lo
es?
-Al contrario, me siento satisfecho. Se trata de
ficción inspirada en hecho reales. Algo muy habitual
en literatura o en el audiovisual.
-Aunque
en aquellos días, solamente unos días antes---hablo de memoria—se produjo el
accidente del metro de València. Un antes y un
después, creo, entre muchos ciudadanos a la hora de percibir las cosas…Me
refiero más que nada a que todo ello hizo que el poder político se quitarse más
la máscara y mostrase esa parte más hipócrita del sistema, más cínico y quizás
más manipulador…
-Así es. El accidente de metro marca para mí la ruptura
de la sociedad civil valenciana. Resulta aún sobrecogedor aquel silencio
mayoritario que rodeó a las víctimas durante tantos años. Que Camps fuera reelegido al año siguiente por mayoría
absoluta fue algo muy doloroso. No todos ni todas callaron, eso también
debe decirse.
-Días,
también, en que los guardaespaldas que rodeaban a los políticos y a ciertos
cargos o altos cargos intimidaban muy de veras…¿no?.
Es que me he acordado mucho de ellos al hablar de los sicarios…
-Los mafiosos necesitan de la intimidación tanto como del
silencio. Es un hecho.
-Desde
hace un tiempo se habla mucho de la conducta de Harvey Weinstein
y todos vienen a convenir que conocen casos, directos o indirectos, parecidos o
incluso iguales o peores. Bueno, a toro pasado es fácil encontrar las mentes
más despiertas… pero es verdad. Muy bien para la trama, pero otra vez los
silencios que tropiezan entre nosotros…
-Una de las estratagemas de esta novela es que no está
contada a toro pasado. Sino que habla de hechos sucedidos en tiempo real de
modo que ese silencio o esa permisividad se sitúa como elemento central de la
historia.
-Entre
tanta historia de personajes y entre tramas que se retroalimentan te diría que
Cenicienta en llamas es como una muñeca rusa. ¿La creaste siendo
“sabedor” de esto?
-Sí, una muñeca rusa o un juego de cajas chinas. Esa era
mi intención desde el principio.
-Ahora, te diría que se estila, no sé
que leo que muchos de los creadores tiran mucho de esto de tejer “una
historia de historias “con personajes variopintos, numerosos….es muy de esta
época, ¿no?
-No tiene nada de nuevo, en realidad. Es una técnica
narrativa usada desde hace siglos. La superposición de trama y/o puntos de
vista. Quizá ahora esté otra vez de moda, no estoy muy seguro.
-Pero
hay que saber llevarlo, tejerlo y escribir con ello, saber navegar con ello,
¿no?; para esto el proceso de documentación es muy, muy importante. ¿Cómo lo
has hecho?. ¿Qué te ha supuesto?
-Me supuso mucha hemeroteca y un esfuerzo de
retrospección nada gratuito. Doloroso en ocasiones.
-Esta
obra reúne mucha intencionalidad, ¿no? ; es como si quisieras darnos en la cara
con un hecho o con hechos reales, pero diciéndonos qué es lo que había y quizás
dejábamos haber…
-No es mi intención como escritor dar lecciones morales a
nadie pero sí levantar acta de lo que había y, por desgracia, sigue
habiendo.
-Y
“la callada” y los silencios de los que hablábamos tan presentes como
palpitantes y perversos, ¿verdad?. Perversos o muy
perversos en el paso o con el paso del tiempo, ¿Qué nos puedes decir?
-Esa perversidad sigue presente en la vida pública y
política. Basta seguir las noticias para darse cuenta de que poco o nada ha
cambiado.
-En
realidad la Generalitat gobernada por el PP Valenciano que es el que más o el
segundo que más aporta a las arcas del PP del Estado y por una Iglesia a la
que, presumo, le fue muy bien la visita del Papa y miro o pienso en la
rentabilidad económica que no espiritual, no sé si me entiendes y qué me puedes
decir…
-El mundo espiritual me resulta del todo ajeno pero la
visita del papa fue un negocio redondo para algunos sinvergüenzas. Unos dentro
de la Iglesia, otros fuera. No me extiendo porque el tema sigue pendiente
de juicio penal.
-Aún
con estas letras, esta trama humeante y palpitando entre mis dedos y entre mi
mirada, ya me pregunto si nos puedes explicar en qué estás trabajando en la
actualidad o si nos puedes dar un poco la vista de en qué estás trabajando…
-Mil gracias por tu lectura. Actualmente trabajo en una
novela sobre la guerra civil. Una guerra inacabada mientras los cadáveres
anónimos de los perdedores alimenten la tierra. "Del hoy que será mañana,
del ayer que es todavía" es la cita de Antonio Machado que
la encabeza.
27240
Cenicienta en
llamas. Jordi Juan
408 páginas 15 x 24 cms.
21,00 euros
Milenio
València,
mayo del 2006. En una ciudad que se prepara para la visita del papa Benedicto
XVI entre los penúltimos coletazos del boom del ladrillo y el fervor de los
grandes eventos, Raquel Bonafed recibe el encargo de
seguir los pasos a tres personajes de relumbrón: un publicista lisérgico, un
ávido constructor y un alto directivo de la televisión autonómica. Mientras,
los inspectores Cocoví y Zafra andan envueltos en la
investigación de un par de asesinatos cometidos por sicarios y Toni Balaguer,
una suerte de Harvey Weinstein autóctono, parece
empeñado en emular la leyenda sexual de George Simenon
a base de acosar a las actrices y técnicas empleadas en la exitosa telenovela
que produce. Cenicienta en llamas es una novela negra pero también un culebrón
dentro del culebrón, una polifonía de voces, personajes y tramas que se
entrecruzan en un fascinante puzle narrativo, proyectado sobre el telón de
fondo de una corrupción que deviene en huella inequívoca de nuestro pasado más
reciente.
Este autor está considerado como una de las apuestas en
novela negra, por su manejo, con pericia, del género.
·
Los puntos fuertes de la novela son la
multiplicidad de voces narrativas que, como si fuese un gran caleidoscopio, van
explicando la historia; la solidez de los personajes, tanto principales como
secundarios; los buenos giros argumentales y una elevada dosis de metaficción.
·
La trama incluye el caso Gürtel,
de actualidad nuevamente en la prensa y los medios de comunicación por la
celebración del juicio.
Jordi Juan
Martínez (València, 1966) cursó
estudios de Derecho y Cinematografía. Narrador y periodista, publicó la novela
juvenil De este lado del silencio (Premio Jaén 1994), así como
los volúmenes de relatos El francotirador sentimental (Premio
Caja España 1995), Un maestro del soborno (Premio Alfonso
Grosso 2003) y Mundo Bizarro (Premio Alhóndiga 2005). Como
guionista, ha participado en la escritura de numerosas series de ficción
televisiva, y en películas como Salvajes (Goya 2002 al mejor guión adaptado).
Con su última obra, Ángulo muerto, obtuvo el XIX Premio Ciudad de
Getafe de Novela Negra 2015 y el Memorial Silverio Cañada 2016 a la mejor
primera novela policíaca publicada en España.
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