Cazarabet conversa con... Rafael Catalán Casas, José Luis Ledesma
y Óscar Librado Millán, autores
de “Un burgués entre anarquistas.
República, guerra civil y posguerra a través de la
vida y muerte de un alcorisano”
(Comuniter)
Rafael Catalán, José Luis Ledesma y Óscar
Librado escriben y se sumergen en la historia de la república, la guerra civil
y la posguerra de Alcorisa a través de la vida y tomando como hilo argumental
hasta su muerte la figura de Jaime Daudén Segovia.
Lo que nos explica la sinopsis sobre el libro:
La primera mitad del siglo XX trajo consigo un alud de transformaciones en la
sociedad española que llegaron hasta al último rincón del país. Alcorisa, en el
Bajo Aragón turolense, muestra muy bien el impacto que significaron esos
cambios y las resistencias que generaron, en un mundo rural en el que las
relaciones sociales conformaban una compleja urdimbre de dependencias y
conflictos entre clases. En ese mundo nació un alcorisano
de «alta cuna» local. Un hombre que, como resultado de su personalidad, su
interés por la cultura y sus inquietudes sociales y políticas, rompió con el
papel que le reservaba su sociedad y se convirtió en una rara avis en su
familia y en su comunidad.
La vida de ese hombre, Jaime Daudén Segovia,
ha sido el hilo conductor de esta investigación, pero de su mano hemos
explorado cómo era la sociedad alcorisana y aragonesa
de su tiempo. Su infancia y juventud, su participación en la revolución de los
anarquistas en el verano de 1936, su posterior paso por la cárcel y su muerte
en 1945 a manos de un pelotón de ejecución franquista, ejemplifican los
periplos, ilusiones, luchas, contradicciones, derrotas y sufrimientos de
tantísimos españoles y españolas. Sus poesías, escritas en la zaragozana cárcel
de Torrero, reflejan el rostro más dramático y humano de ese hombre y de aquel
tiempo, a la vez tan cercano y tan lejano del nuestro, porque la distancia no
puede medirse solo en años.
Reconstruir su historia, a partir de
abundantes fuentes primarias y secundarias, es una manera de estudiar a una
generación de la cual nos han llegado menos rastros y testimonios. Su
trayectoria personal es, al fin y al cabo, un acercamiento a una historia
colectiva: la de un mundo rural que arrastraba inercias seculares y desigualdades,
al que la República puso ante nuevos horizontes y desafíos y que quedó
resquebrajado por la guerra civil, la posguerra y las terribles violencias de
que fueron escenario.
Los autores:
José Luis Ledesma: Doctor en Historia y Civilización
por el European University Institute (Florencia) y Profesor de Historia de los
Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid. Sus
investigaciones han girado alrededor de la violencia durante la Guerra Civil y
su posguerra, con un énfasis particular en la zona republicana. También ha
desarrollado y desarrolla otras líneas de trabajo como el anarquismo, la II
República, el anticlericalismo o las memorias de la Guerra Civil, y estudia en
perspectiva compartida otros fenómenos de violencia, guerra civil y revolución
de la Europa del siglo XX.
Óscar Librado: Investigador local y presidente del
Centro de Estudios Locales de Alcorisa (CELA). Aunque su perfil profesional no
está relacionado con la historia, plasma su pasión por ella en la revista local
Balcei y en el blog "Explorador de
Proximidad", del cual es editor. Ha sido (concejal del Ayuntamiento de
Alcorisa durante tres legislaturas y participa en varias asociaciones locales,
destacando su labor en la asociación Fiesta de la Villa, en la que fue impulsor
de la exposición "Legajos de nuestra historia", y es autor de la obra
de teatro "Resolvió el tribunal, Alcorisa ya es Villa real".
Rafael Catalán: Graduado en Historia, máster en
Educación y en Historia Militar y profesor de enseñanza secundaria y
bachillerato. Colabora con diferentes asociaciones locales y ocupa cargos como
el de vicepresidente del Centro de Estudios Locales de Alcorisa (CELA). Escribe
en la revista bimensual Balcei, es responsable junto
a David Alloza de la publicación “El fin del sueño igualitario. 80 aniversario
del fin de la colectividad (1936-1937)” (Ayuntamiento de Alcorisa y CELA, 2018)
y está inmerso en otras investigaciones interdisciplinares de tinte local y
comarcal.
Lo que nos encontramos en el libro:
Índice
PRÓLOGO. Julio Embid
INTRODUCCION.
ARLENE, SU NIETA
CAPÍTULO 1. ORDEN
Y TRADICIÓN
- Jaime
- Daudén, un
linaje nobiliario
- Zaragoza
CAPÍTULO 2.
LIBERTAD Y ENFRENTAMIENTO
- Regreso a
Alcorisa
- Fragilidad
entre banderas tricolores
- Concepción
Solano Giner
CAPÍTULO 3.
GUERRA Y REVOLUCIÓN
- El final de la
paz
- La nueva
experiencia colectivista
- El Consejo de
Aragón: orden en la revolución
- 1937: nuevo
año, una nueva vida
- El desangre de
la colectividad
- Alcorisa en
manos franquistas
CAPÍTULO 4.
ELPRINCIPIO DELFIN
- Campos,
cárceles y denuncias
- Apertura de
procedimiento sumarísimo
- Zaragoza, su
último destino
CAPÍTULO 5. LARGA
AGONÍA
- Un indulto que
llega tarde
- Exilio
EPÍLOGO
BIBLIOGRAFÍA
NOTAS
Cazarabet
conversa con Óscar Librado, Rafa Catalán y José Luis Ledesma:
-Amigos,
¿cómo llegáis a pensar o a dar con Jaime Daudén Segovia y a estirar de su hilo
vital lo que os conduce a escarbar y escribir sobre un período importantísimo
de la historia contemporánea de Alcorisa o fue más bien al contrario: el querer
escribir sobre ese período histórico lo que os lleva a Daudén Segovia y
es él el que os sirve de hilo conductor de toda la narración?
ÓSCAR: Fue con motivo de la organización de
los Encuentros con la Historia del año 2007. Debido a que se cumplían ochenta
años desde que fue disuelto el Consejo de Aragón, y como consecuencia de eso,
también fue disuelto el Consejo Local y la colectividad alcorisana,
decidimos que aquellos encuentros debían versar sobre dicho tema. En las
reuniones previas nuestros colaboradores hicieron mucho hincapié en la figura
de Jaime Daudén Segovia. Yo no recordaba nada de aquel sujeto, pero sí conocía
el origen de su apellido, un apellido ligado a la burguesía local de los siglos
XVIII y XIX. Me costaba entender que un descendiente de la poderosa familia
Daudén fuese pieza fundamental en el experimento colectivo de agosto de 1936,
por eso decidí investigarlo, quería entenderlo. Finalmente, conforme avanzaba
la investigación, los documentos encontrados se encargaron de servirnos su
historia en bandeja, una historia realmente sorprendente y dramática.
Coincidimos los tres en que era una vida necesaria de ser contada, y para
contar una vida, es importante también reflejar el contexto en el que se
desarrolló.
-La verdad es que
es aproximarse a la II República, a la Guerra Civil y al primer franquismo de
Alcorisa se puede hacer de muchas maneras, todos conocemos la más clásica que
es igual de válida que cualquier otra, pero vosotros os aproximáis a un hombre alcorisano y a partir de ahí...¿Cuál o cuáles fueron
los detonantes?
RAFA: Desde un primero momento quisimos
enfocar el trabajo de una manera diversa, utilizando otros prismas para acabar
llegando al mismo enfoque: explicar la primera mitad del siglo XX a partir de
la vida y muerte de un alcorisano peculiar para su
tiempo. La vida de Jaime Daudén Segovia fue construida con la mayor sencillez
posible a partir de un contexto local, regional y nacional que compartió con
miles de hombres y mujeres que, como él y su familia, vivieron unos años de
cambios, miedos e incertidumbres. Del mismo modo, sabíamos que estábamos
construyendo a partir del uso de diversas fuentes una historia diferente de
Alcorisa, un pretérito que se acercaba más al lector común, tanto de nuestro
pueblo como de otros lugares, facilitando y aproximando su historia a todo el
público. Igualmente, este tipo de metodología nos benefició a la hora de poder
trabajar a seis manos, distribuyendo mejor la labor de escritura e
investigación.
-Por
favor, amigos, aproximadnos a Jaime Daudén Segovia: ¿cómo era y que anhelos
guardaba?;¿un hombre en constante evolución tanto
desde el plano humano como en el plano de las ideas…?
ÓSCAR: Hemos leído miles de documentos
referidos a él, decenas de poemas escritos de su puño y letra, escuchado
testimonios de personas que lo conocieron… y aun así, a día de hoy, su
verdadera naturaleza aún es un misterio para nosotros. Lo único que sabemos a
ciencia cierta es que era una buena persona. Y no solo lo sabemos por testimonios
orales, el hecho de que decenas de personas arriesgasen su carrera o su
posición social dando la cara por él, solo tiene sentido si era una gran
persona. Sin embargo, solo podemos especular con respecto al hecho de que un
propietario de noble cuna, ferviente católico, descendiente de la familia más
influyente de la edad contemporánea alcorisana,
acabase abrazando el comunismo libertario. Entendemos que su estancia en
Zaragoza en los años veinte tuvo que ser decisiva en esa evolución, pero decir que
su cambio fue tan profundo como para convertirse en un anarquista modélico
sería aventurarnos demasiado, pues por la obra literaria que escribió en la
cárcel, lo que parece claro es que nunca abandonó su fervor católico. La
hipótesis más probable es que su humanidad, su empatía, su visión reformista de
las relaciones laborales, su inquietud cultural y su acercamiento al
catolicismo social, le acercasen a los sectores más desfavorecidos del
entramado colectivo alcorisano. Las circunstancias
hicieron el resto.
-Nos lo podíais
definir, políticamente hablando....
JOSÉ LUIS: El título del libro, Un burgués entre anarquistas, busca
llamar la atención y provocar interés, por lo rotundo; pero en buena medida es
también una buena definición del protagonista de la obra. Jaime Daudén procede
de una de las familias más representativas del patriciado local en Alcorisa;
tiene tierras, de joven lo mandan a estudiar Derecho a Zaragoza, en la capital
se relaciona con la élite local, empezando por los círculos católicos… Sin
embargo, la experiencia de los convulsos años veinte y treinta, tanto en
Zaragoza como en su pueblo, le lleva a sentir interés y un mayor o menor grado
de simpatía por la causa de los que menos tienen e incluso por quienes se
organizan en Alcorisa alrededor de la CNT para tratar de cambiar el estado de
cosas. Eso sí, más allá de la expresión que llevamos al título, se impone
alguna matización. En ocasiones se ha proyectado una imagen muy simplista del
perfil de quienes se afiliaron a la CNT, como si todos fueran pobres de
solemnidad, lumpenproletariado o campesino sin
ninguna tierra; parias con más espontaneísmo que
ideas e instrucción; hambrientos de pan y tierra y sobrados de odios atávicos e
ingenuidad. En realidad el mundo cenetista fue siempre un conglomerado muy
complejo y polifónico donde, además de todo eso, había también personas con
perfiles culturales y sociales diferentes: trabajadores cualificados; hombres y
mujeres con instrucción que propagaban “la Idea” en revistas y libros, que
enseñaban en escuelas nocturnas; líderes sindicales, teóricos y militantes de a
pie que que procedían de las clases medias… La
particularidad de Jaime Daudén es que él procedía de la familia más acaudalada
de la localidad, y piénsese que en las áreas rurales, donde todo el mundo se
conoce, eso podía resultar aun más chocante (y de hecho, para la élite local,
una auténtica traición), pero sería erróneo pintarlos como mundos absolutamente
separados.
-¿Cómo
se encontraba él posicionado en Alcorisa? ¿se le consideraba de “alta
cuna”?
ÓSCAR: En efecto. Era descendiente de la
poderosa familia Daudén Oscariz, procedentes de La Iglesuela del Cid, que a su vez emparentaron con la familia
considerada la fundadora del Alcorisa actual, los Ballester. De hecho, su
abuelo Cristóbal Daudén Grau fue Alcalde de la villa alcorisana
en las últimas décadas del siglo XIX. La familia Daudén Segovia tenía extensas
posesiones agrícolas, tanto en Alcorisa como en Los Olmos, además de varios
inmuebles. Formaban parte de la jet set
del municipio. De hecho, muy pocos eran los elegidos que podían ingresar en la
congregación religiosa de San Luis Gonzaga de Zaragoza, los llamados Luises, y
él lo hizo.
-¿Alcorisa
conocía, en esos años de los que hacéis memoria, a Daudén Segovia?
RAFA: Claramente. Curiosamente la figura de
Jaime Daudén pervivió en el legado de la posguerra y muchos de sus convecinos
conocían su denostada leyenda negra que no dudó en difundir el imaginario
franquista local tras la guerra civil, llegando incluso a sobrevivir hasta nuestros
días. Su papel como atípico propietario local, sus colaboraciones con las
actividades teatrales libertarias de Alcorisa y su posterior participación en
la colectividad supusieron para él y su familia una dura marca que, en nuestra
opinión, es injusta. Es por ello por lo que esperamos haber solventado y
recuperado con dignidad su memoria a partir de un trabajo histórico basado en
cientos de fuentes primarias y secundarias que intentan recomponer su pasado.
Además, cabe subrayar que cada uno de los autores de este libro llegó a su vida
por diversas vías, pero algo vimos en común, y fue que aquel largo legado que
nadie pudo limpiar y justificar, estaba lleno de interrogantes silenciados que
ni él ni sus allegados pudieron nunca responder. En definitiva, creímos que era
de justicia que la vida, obra y muerte de Jaime saliera a la luz mediante una
publicación seria y divulgativa para poner en valor la vida de miles de mujeres
y hombres que no pudieron contarla por uno u otro motivo.
-¿Se podría afirmar que sus ideas, su
compromiso de compromisos, sus ilusiones, sus desilusiones y hasta sus
contradicciones fueron las que le esculpen como persona y las que, a la vez,
para bien y para mal, le llevan por una senda de la vida que termina ante un
pelotón de fusilamiento franquista?
JOSÉ LUIS: desde luego. Excepto el final ante
ese piquete que lo fusiló, de cualquiera de nosotras y nosotros podría decirse
que nos conforman como personas las ideas, compromisos, ilusiones y
contradicciones. Eso sí, no se puede olvidar que, a su vez, todo ello se nutre
del contexto político y social en el que cada cual está, de las experiencias
que cada cual vive, de las ideas, ilusiones, compromisos y contradicciones de
quienes nos rodean. Desde ese punto de vista, no es decir mucho, pero fue un
hijo de su tiempo. Por supuesto, el contexto en el que vivió no determinó
completamente su vida. Siempre entran en juego, y lo hemos destacado en el
libro, tomas de decisiones, elecciones ante encrucijadas de la vida (como
implicarse más o menos en la colectividad cuando llegaron los milicianos
libertarios). Como también entra en juego cuestiones azarosas, como la
desgraciada casualidad que influyó por ejemplo –sin hacer spoiler para quien
pueda leer el libro– en quién asumió la instrucción de su causa militar y por
ende en su triste final. Porque lo que llevó su vida a acabar de espaldas a una
tapia del cementerio de Torrero de Zaragoza fue no solo el contexto y sus
decisiones personales; fueron también las implacables políticas represivas desplegadas
hasta muy avanzada la posguerra por quienes encendieron la mecha de la guerra
en julio de 1936, al sublevarse contra la República, y se valieron de ese
incendio para edificar a sangre y fuego una España que tenía muy poco que ver
con los proyectos e ilusiones del propio Jaime.
-Un burgués que
soñaba con los valores de una República; con la igualdad, la fraternidad, la
libertad…Un burgués que fue todo un libertario, ¿cómo llega ahí? ;¿y qué contradicciones hace que se produzcan no pocas
implosiones en su alrededor y entorno más inmediato?
RAFA: La verdad es que la vida de Jaime es
bastante anómala en relación con la clase social a la que pertenecía, no
obstante, encontramos diferentes elementos que le pudieron acercar a ese giro
que decidió tomar bajo el vaivén de los diferentes acontecimientos que tuvieron
lugar en España. Al contrario que la mayoría de anarquistas locales, Jaime
llegó a vincularse con la CNT por dos motivo claros: su interés cultural a
partir de las actividades teatrales realizadas por el sindicato libertario, por
un lado, y los acontecimientos de la guerra que le derivaron a ingresar en la
colectividad debido a sus conocimientos en derecho, por otra parte. Aquí vemos
cuya condición de propietario le permitía tener tiempo para leer a autores como
Reclus (anarquista francés), del mismo modo que la
oportunidad de haber podido adquirir ese capital cultural al cual no podía
llegar la mayor parte de la sociedad alcorisana. Sin
embargo, tampoco podemos omitir sus años en Zaragoza, donde se acercó a
distintas capas de la alta alcurnia de la capital aragonesa y se relacionó con
el catolicismo social a partir de la Congregación de San Luis de Gonzaga. Es
así por lo que volvió a su pueblo con nuevas ideas que iría cimentando durante
aquellos años republicanos.
En cuanto a sus contradicciones, no cabe duda
que su conciencia católica y su clase social eran en sí una discordancia con
los principios anarcosindicalistas de la CNT; pero, sobre todo, fueron sus
decisiones laborales en relación con la legislación republicana más progresista
lo que provocó el rechazo de los “suyos”. Jaime no dudó en aplicar en sus
bienes agrarios aquellos nuevos decretos del primer bienio republicano que
buscaba mejoras en la vida de los campesinos. Como bien sabemos, a veces los
logros sociales no han sido gratis en la historia, pero siempre hubo gente que
se atrevió a dar un paso hacia delante.
-Era
Daudén Segovia, un adelantado a su época que se topa con una sociedad atascada
en el conservacionismo, en el anclaje de un entorno en el que la religión y el
patriarcado pesaban y lastraban…
JOSÉ LUIS: Podría decirse sin temor a exagerar
que, al menos teniendo en cuenta dónde se hundían sus raíces personales,
procediendo de una familia acomodada en el agro del interior peninsular, se le
podría considerar un adelantado. Siguió compartiendo valores de orden y
religión hasta el final, pero se hizo permeable a otros valores y horizontes
políticos y morales orientados a un cambio social en un sentido de mayores
libertades e igualdad. Ahora bien, como en tantas otras ocasiones, cabría
hacerse una pregunta contrafactual: ¿se habría
acercado tanto a esa idea de cambio social e incluso al mundo libertario si no
hubiera habido una guerra civil? Las fuentes no nos permiten dar una respuesta
rotunda sobre si la guerra fue para él solo el escenario que le permitió
liberarse de sus lastres sociales o si supuso una ruptura que le obligó en
mayor o menor medida a tomar decisiones que quizá no hubiera querido tomar. Sea
como fuere, tomó algunas decisiones que cambiaron su vida. Y cuando los
vencedores de 1939 empezaron a “limpiar” España, dirigieron sus ojos también
sobre él y no se lo perdonaron. Como en tantos otros casos, tanto la maquinaria
judicial militar como sus convecinos alcorisanos
aupados al poder local exageraron abusivamente los supuestos “crímenes” de
Jaime y conspiraron para que no pudiera salir vivo, para que su muerte fuera
una lección ejemplarizante y, de paso, para repartirse sus bienes.
-El choque de lo
que era su familia, conservadora y lo que fue él…debió ser un choque brutal en
aquellos días, ¿verdad?
RAFA: En realidad fue un choque fortísimo,
especialmente con otras líneas de su rama familiar como eran los Daudén Alloza,
sin embargo, encontramos una clara cercanía política con otras, los Daudén
Royo, que se aproximaban a los postulados izquierdistas. Por otra parte, en
concreto con su madre, es posible que hubiera un cierto alejamiento político,
debido a que ella mantenía aún una mentalidad decimonónica y tradicional en
relación con las relaciones sociales propias de su generación, por no olvidar
su fuerte creencia católica, la cual heredó Jaime. A pesar de ello, tal y como
explicamos en el libro, cuando la vida de un familiar está en juego, la
política se inclina hacia un lado, reluciendo así la cara más sentimental del
ser humano. Un claro ejemplo de aquello fue la lucha de su mujer, Conchita, y
de su madre, Rafaela, por evitar su triste final.
-Lo que sí que
parece es que él tenía como “un poso” en su interior que se “revoluciona”…¿qué es lo que lo ocasiona a vuestro entender?
ÓSCAR: Es difícil saberlo a ciencia cierta. Lo
que sí parece seguro es que el cambio de un medio rural anclado en el siglo XIX
bajo la tutela de un clero todavía poderoso y
de una familia muy conservadora,
por una Zaragoza mucho más avanzada en lo social y en lo cultural, tuvo
que ser determinante en su evolución ideológica. En su paso por Zaragoza
descubre un mundo que estaba vetado para él hasta ese momento. Conoce también
la miseria de la ciudad a través de las obras de beneficencia de la
congregación de San Luis Gonzaga, del mismo modo que está presente en
celebraciones sociales de familias muy poderosas y se relaciona con personajes
de relevancia intelectual a través del ateneo de Zaragoza. Además tiene acceso
a un extenso catálogo cultural, lo que para un alma inquieta como la suya debió
ser una experiencia muy enriquecedora. La cuestión es que a su regreso de
Zaragoza abraza el dogma de la justicia social, bien impulsado
por un acercamiento a los planteamientos anarquistas a través de sus grandes
pensadores, bien como una evolución natural de su compromiso con el catolicismo
social o bien por una mezcla de ambas.
-Un
burgués entre anarquistas…está muy bien contado porque es lo que era, ¿verdad?;
¿se sentía a gusto, aún estando como en una isla; se sintió en algún momento
“como observado” tanto por los que pensaban como él como por aquellos que lo
habían, “como amparado” desde la perspectiva de ser “de buena cuna”?
JOSÉ LUIS: Qué duda cabe que, en mayor o menor
medida dependiendo de cada momento, en algunos momentos pudo sentirse
diferente, tal vez aislado, o al menos en una situación incómoda entre dos
fuegos, entre las lealtades a su familia, a la religión católica y a su clase
social, por un lado, y sus aspiraciones a un cambio social y sus vínculos con
quienes también lo buscaban, por otro lado. De hecho, durante la guerra,
algunos de quienes presionaban con las armas para que avanzara la revolución
también vieron con desconfianza su origen social y su vida llegó a correr
peligro. Y desde luego, una parte de “los suyos” consideraron durante la guerra
y no digamos durante la posguerra que les había “traicionado” y se lo hicieron
pagar con la vida. Ahora bien, eso no quiere decir que podamos verlo como un
representante de una supuesta “tercera España”. Con toda seguridad, no aprobó
el lado más oscuro de la revolución de 1936, pero sus simpatías estaban con la
República y no con quienes se alzaron para derrumbarla.
-Además, era un
inquieto culturalmente hablando, la guinda para que le considerasen un “rara
avis” en su entorno, ¿verdad?-Pero vemos también que entre su familia…
ÓSCAR: Precisamente es su gran amor por la cultura
lo que le acerca definitivamente al sindicato CNT, convirtiéndose en su asesor
cultural y en director del grupo de
teatro durante los años de la Republica. La cuestión es que no era el único
grupo de teatro existente en la localidad, existían otro grupo de marcado
carácter conservador y, sin embargo, Jaime decidió acercarse a este. Aquellas
largas horas de ensayos también se convirtieron en una asesoría de derecho
laboral, lo que supuso que empezase a ser considerado como un traidor por las
personas que compartían con él el mismo estatus social, incluida su familia.
-Habladnos un
poco, por favor, de esas inquietudes culturales…
RAFA: Gracias a las fuentes escritas y orales
sabemos que Jaime era un gran entusiasta de la cultura y, en resumidas cuentas,
podemos defenderlo a partir de tres hechos fundamentales que aparecen en el
libro. En primer lugar, dicha inquietud se puede ver con su presencia y apoyo
al grupo de teatro creado por la CNT alcorisana
durante la Segunda República. Para nosotros fue interesante poder ver que Jaime
decidió trabajar culturalmente con los anarquistas en vez de con los sectores
conservadores, quienes tenían también su propio grupo teatral llamado
popularmente “La Cebolla”. En un segundo punto, no cabe duda que su interés cultural
fue más allá, llegando a ser atraído por la lectura,
entre las que se encontraban obras de temática libertario como la de Reclus, tal y como ya hemos destacado anteriormente. Por
último, los lectores podrán ver en el libro que nuestro protagonista busca
rehuir de la soledad de las cárceles en las que está gracias a la escritura de
poemas y obras teatrales donde se puede un gran trasfondo personal y
sentimental.
-¿Cómo
encaja Daudén los envites más azarosos de la recién historia contemporánea: la
llegada de la República, el Golpe de Estado, la llegada de la revolución que
soñaba con la colectivización en Alcorisa, la Guerra en sí…?
RAFA: La vida casi siempre va en relación con
los sucesos que uno se va encontrando a lo largo de la misma, y, en este caso,
Jaime fue un claro ejemplo de ello, ya que el mismo fue topándose con aquellos
cambios desarrollados en diferentes etapas de la misma. En primer lugar, la
República le llegó en un momento de cambio vital en el que volvía a su pueblo
natal junto a su madre, dejando así su experiencia en Zaragoza para afrontar
las nuevas inquietudes que le depararían la realidad del mundo rural aragonés
que había abandonado años antes. Por otra parte, el golpe de Estado y la
sucesiva oleada revolucionaria desembocó en Alcorisa con una sociedad en cierta
parte fragmentada fruto de la conflictividad de las relaciones de clase que
vivía el municipio, además del malestar de los cenetistas, por un lado, y la
derecha, por otro, de la aplicación de los nuevos principios republicanos que
rompían con el pasado de años anteriores, y, por último, las fallidas
intentonas revolucionarias y sus consecuencias socioeconómicas y políticas. Es
por ello, el motivo por el que no es de extrañarnos que el uso de la violencia
se descontrolara cuando el Estado republicano perdió el monopolio de la
violencia o el nuevo Estado franquista permitiera esa limpieza de sus enemigos
políticos. Todo ello no solo son letras en los libros de Historia, son hechos
que vivieron personas con sentimientos, inquietudes, sueños e intereses como
Jaime, todo rodeado en un contexto a veces complejo de entender si no empleamos
la perspectiva histórica.
-¿Cómo es para él
el hecho de ser hecho prisionero; cómo le pasa por encima la represión?, una
represión que termina en un pelotón de fusilamiento..-¿Cómo
lo vive y cómo lo “deja ver”?
JOSÉ LUIS: Como mostramos en el libro, y en
eso Jaime no fue ninguna excepción, la represión la experimentó con una mezcla
de incredulidad, impotencia y abatimiento. Al principio hay mucho más de lo
primero, no alcanza a entender el porqué de la vesania de sus convecinos; luego
los retrasos y tropiezos judiciales le van generando impotencia; y en su último
tramo prima la falta de esperanzas. Sus escritos en la cárcel permiten en buena
medida seguir esa evolución. Pero a ello se añade la preocupación constante por
su familia, y eso nos lleva a hablar de la otra gran protagonista del libro: su
mujer Concha. Su experiencia del encarcelamiento, juicio y fusilamiento de su
marido es devastadora, pero no se permite el desánimo. No solo tiene que
sostener la familia y va siguiendo a Jaime en su periplo penitenciario, sino
que además no deja de darle ánimos y, quizá lo más espectacular, no cesa de
luchar por conseguir pruebas y testimonios de descargo para Jaime, avales y
luego indulto. No lo consiguió, no pudo superar el muro de infamia que
construyeron quienes instruyeron la causa y los convecinos de Alcorisa que
cosieron a Jaime a denuncias, cada cual más hiperbólica; pero seguir el rastro
documental de los esfuerzos de Concha, que incluyen arrancar la ayuda del
propio arzobispo de Zaragoza –aunque por desgracia demasiado tarde- y escribir
al mismísimo Franco, es quizá lo más emocionante con que nos hemos topado en la
preparación de este libro.
-Amigos, sois
tres las plumas detrás de este trabajo de investigación histórico-memorialística… ¿nos podéis explicar cómo fue la génesis de
la investigación; cómo os lo planteáis al ser tres las plumas y cómo os
repartís el trabajo?. -¿Cómo ha sido de enriquecedora
la tarea de investigación?
ÓSCAR: La base de la investigación, es decir,
el grueso de la documentación relativa a la familia de Jaime Daudén Segovia, ya
la teníamos antes de decidirnos a escribir el libro. Precisamente es dicha
documentación la que nos empuja a ello. Miles de documentos en nuestras manos.
Posteriormente, una vez que el Gobierno de Aragón nos confirmó su apuesta por
la edición del libro, es cuando pulimos detalles de la investigación,
profundizando en algunos casos o acudimos personalmente a distintos archivos.
Sin lugar a dudas, los dos momentos más emocionantes de la investigación fueron
la localización de su nieta Arlene, el descubrimiento
de sus obras literarias y el hallazgo de la fotografía de Jaime en el archivo
de universidad. En la redacción del libro decidimos que cada uno se centraría
en lo que mejor conocía: Óscar en la narración de la vida de Jaime, Rafa en el
contexto histórico local que acompañó dicha vida y José Luis en el contexto
histórico regional y nacional. Desde un primer momento tuvimos clara la
intención de que el texto fuera unificado, que no existiesen diferencias
marcadas de autoría entre uno u otro.
-¿Cómo lo
recuerda hoy Alcorisa a este conciudadano? ; el
recuerdo.la memoria de su nieta Arlene, ¿cómo
lo percibís vosotros que habéis estado tan en contacto con su pasado y
con su memoria?
RAFA: Por desgracia, Alcorisa, como el resto
de pueblos de España, heredó la herencia negra de los vencidos. Tal y como
hemos comentado, el caso de Jaime es bastante peculiar, ya que su nombre
perduró en el recuerdo de la mayor parte de la población que vivió aquellos
años de la guerra, quedando así ese poso oscuro que
las elites franquistas quisieron difundir acusándole del asesinato de 79
personas. No obstante, gracias a la investigación de este libro hemos podido
resucitar su figura, poniéndola en valor y reflejando ciertos aspectos de la
misma que tiempos pasados quisieron ocultar y denostar. Afortunadamente, el
trabajo comparativo a partir de la mirada de documentos escritos y orales nos
ha permitido reorganizar la vida de un hombre, que como tantos compatriotas
suyos, vivió años de cambios y miedo, años de muertes, humillaciones y exilios.
Igualmente, haber podido conocer personalmente a su familia, la cual vive ahora
en Miami, nos acercó al aspecto más humano de Jaime, permitiéndonos llegar a
esas cartas y obras teatrales que escribió en las distintas cárceles en las que
estuvo.
-Amigos, os
conocemos y sabemos que sois a cuál más inquieto, cada uno en lo suyo y los tres
teniendo las “miras” claras. ¿Ya estáis pensando en próximos trabajos?—de
manera individual—o quizás, también volviendo a encontraros…
JOSE LUIS: Hemos conformado un grupo muy
heterogéneo pero muy bien avenido y ha sido una experiencia maravillosa aprender
unos de otros. Porque aquí no ha habido jerarquías sino colaboración sincera y
cada cual ha contribuido desde su ámbito y donde más podía aportar. La prueba
es que el libro está escrito a seis manos, sin apartados firmados por uno u
otro, y nos hemos ayudado, corregido y enriquecido mutuamente.
RAFA: La diversidad de experiencias y mundos
de los que procedemos cada uno, algunos muy conectados y otros distanciados,
nos han permitido conjugar una multitud de ingredientes para poder dar a luz
una investigación que llevaba en el caparazón cerca de cuatro años. Sin
embargo, la buena conexión entre los tres, a partir del objetivo de publicar
esta obra nos ha enseñado cómo realmente la historia puede ser
interdisciplinar, social y divulgativa y, que sin estos tres, parámetros nunca
llegará a la amplia masa lectora y crítica.
ÓSCAR: Para mí, una persona sin titulación
universitaria ni formación en la metodología científica, el poder haber
compartido este trabajo con dos extraordinarios profesionales como Rafa y José
Luis es un lujazo. No solo he aprendido muchísimo de
ellos, también he compartido momentos inolvidables. Esta aventura se inició
gracias a mi obsesión por la figura de Jaime y desde luego no podía tener mejor
final. Es un orgullo que mi nombre figure en la portada de este libro junto a
los de Rafa y José Luis, pero de lo que más orgulloso me siento es de que
nuestro trabajo sirva para recordar a Jaime Daudén Segovia, para arrojar luz
sobre una historia oscura e injusta. Dicen que uno no muere hasta que lo
olvidan, por lo que quiero pensar que este trabajo servirá para que Jaime
Daudén Segovia jamás sea olvidado. Su familia ha conocido su historia gracias a
este libro. Después de cuatro años de intenso trabajo, yo al menos necesito un
descanso, luego ya veremos. Eso sí, si Rafa o José Luis me dicen ven, lo dejo
todo. O casi todo.
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