Cazarabet conversa con... Rafael Alcázar, autor de “Bodas de luto. Mujeres en paisaje de Lorca” (Alfar)
Mujeres en paisaje
de Lorca. Es una novela que podría ser también una crónica periodística que
hace guiños, incluso al cine, desde la ficción… y en el que “se denuncia” el cómo
las mujeres sufrimos del “secuestro”… del bien visto en ciertos círculos
sociales, familiares.
La sinopsis del
libro:
El
director de cine y televisión Rafael Alcázar nos presenta esta magnífica novela
a medio camino entre la ficción, el periodismo y el cine,ya que su paso por este mundo y por el guión se nota
en todo momento. Una novela en la que se destaca el secuestro de la libertad de
las mujeres en el entorno de rígida autoridad paternal y la fuerte presión
social y familiar de las comunidades tradicionales.
García
Lorca escribió Bodas de Sangre tras tener noticia por los periódicos de un
crimen pasional que tuvo una enorme repercusión. 54 años después, cuando aún
vivían varios testigos importantes de aquella tragedia rural, el autor hizo una
investigación de campo en la zona de Níjar con el
objeto de realizar una película. Lorca ponía el acento en la pasión amorosa,
pero a Alcázar le interesaba también mucho el contexto social, que sin duda
revelaría claves significativas del asesinato. En Almería se encontró, además
de unos personajes muy peculiares y de gran humanidad, con la lluvia de dinero
de los invernaderos, el violento azote de la heroína, el nacimiento de las
reivindicaciones ecologistas y, como él dice, “con un espacio dibujado para la tragedia”.
Caldo en el que nació una novela de muchos paralelismos con la historia que
investigaba.
El resultado es este libro, en el que se destaca el secuestro de
la libertad de las mujeres en el entorno de rígida autoridad paternal y la
fuerte presión social y familiar de las comunidades tradicionales. El autor
proyecta una triple perspectiva de los acontecimientos con tres tipos también
de escritura: la investigación periodística, el relato novelesco y la visión
cinematográfica.
El autor, Rafael
Alcázar:
Rafael
Alcázar nació en Calera y Chozas (Toledo) en 1948. Estudió Sociología en la
Universidad de Madrid y trabajó en TVE como director y realizador durante más
de doce años antes de hacer cine.
Ha dirigido las películas No hagas planes con Marga (1988), El Laberinto griego (1992), Corsarios del chip (1996), Besos de gato
(2003), Las locuras de Don Quijote
(2006), Huidas y Ausencias
(2020).
Actores muy conocidos como Antonio Banderas, Penélope
Cruz, Aitana Sánchez-Gijón, Gabino Diego, Gran Wyoming, Leticia Dolera y otros, trabajaron en sus inicios con Alcázar, lo
que seguramente no es casualidad.
Ha dirigido también muchos largometrajes
documentales, entre otros Los Dichos: Gitanos de
Jerez (2011), Unamuno
vive en Ámsterdam (2012), Las
mujeres de Cervantes (2016), El
Cardenal Cisneros (2019) o El
libro: origen y esplendor (2020). Prepara ahora uno sobre
Clara Campoamor, pionera de los derechos de la mujer.
En 2017 publicó la novela El
tiempo de las ilusiones sencillas que
cuenta con humor una entrañable amistad de la infancia. Como en esta nueva
novela, Bodas de luto (mujeres en paisaje de Lorca), en la que los frecuentes diálogos delatan su experiencia en
el guión de cine.
Cazarabet
conversa con Rafael Alcázar:
-Rafael ¿cómo es que te surge, el escribir Bodas
de luto… mirando y teniendo de referente la obra de García Lorca Bodas de
Sangre,?
-Durante un viaje
de vacaciones me topé de sorpresa con el Cortijo del Fraile, el lugar de unos
hechos que inspiraron a Lorca “Bodas de Sangre”, uno de mis libros favoritos.
Además enseguida pude saber que vivían varios de los testigos principales. De
manera que no descansé hasta convencer a TVE, donde trabajaba, para hacer una
investigación con destino, inicialmente, aun guion de cine.
-Pero
tú te fijas más en el entorno social que en “la pasión” que imprime Lorca a la
obra dramática… ¿por qué?
-Soy sociólogo y
por diversos indicios no tenía duda que los aspectos sociales, que Lorca apenas
toca, tenían más importancia de lo que parecía.
-Rafael,
¿qué pretendías con este libro que edita, con tanta delicadeza como
naturalidad, Alfar?
-Desenterrar y
subrayar esos aspectos sociales que con frecuencia quedan oscurecidos por las
pasiones individuales en novelas y hasta libros de historia.
-¿El
entorno social, en el que tanto incides, qué claves desvela?
-Dos cosas
importantes y decisivas en aquellos hechos. Que, como otros muchos en aquellos
tiempos, la familia había obligado a la novia a casarse con quien ella no
quería. Y cuando la novia se escapa la sociedad afea ese atrevimiento y castiga
a esa mujer que desafiaba la autoridad paterna.
-Y
te pones a investigar en el entorno de Níjar y te
encuentras con casos parecidos a los que
dibujó Lorca, y estoy segura conoció, en Bodas de Sangre…
-Efectivamente.
Habían pasado más de 50 años y la sociedad era muy diferente en muchas cosas.
Pero no había cambiado tanto en otras: como el reconocimiento social de la
libertad e independencia de la mujer.
-El
trasfondo es casi idéntico, pero claro está el entorno de un ambiente de
verdadero calvario que deja la heroína, el boom de los invernaderos con sus
consecuencias, la defensa del medio por parte de grupos ecologistas… son nuevos
“personajes” para casi una idéntica trama, ¿es así?
-La agricultura de
invernadero, la droga y el ecologismo eran signos de modernidad no solo para
Almería sino para toda España. Y sin embargo algunos viejos problemas seguían
ahí enquistados en la sociedad e incluso reforzados por esa fuerza de
justificación que siempre parece dar el dinero.
-¿Por
qué defines ese espacio como un lugar “dibujado para la tragedia? -Esas “Bodas
de lutos” desde esas “Bodas de sangre” no se hubiesen podido llevar a cabo en
una aldea asturiana?
-Claro que puede producirse un triángulo amoroso o
un padre autoritario en Asturias o Galicia. Pero en espacios de especial
dureza, como el desierto, las estepas o el Polo helado la supervivencia es más
difícil y el grupo castiga con más dureza la rotura de unas rígidas normas sociales.
-¿Qué
características necesita un entorno, un escenario para que la trama de Bodas de
sangre tenga lugar sin menos interferencias, aún con nuevos personajes por el
paso del tiempo y la adaptación al mismo?
-No importa el
nivel cultural o el lugar, mientras haya un hombre o una familia que piense que
la voluntad del varón de la casa está por encima del deseo de una mujer la
tragedia está servida. Ahí tenemos los crímenes machistas en las parejas o por
familiares en entornos del islam.
-El
“ambiente” patriarcal, de “ese secuestro de la mujer” llega a ser empalagoso y
casi no deja lugar al respiro… ¿aún podemos hablar de esto en esos lares
cargados de tanta tradición?
-Yo cuento una
historia rural de hace casi un siglo y otra de la Almería de hace cuarenta
años. En el primer caso la presión social sobre la independencia de la mujer
era brutal, prácticamente insuperable. Hace cuarenta años esa opresión se
mantenía todavía en muchos reductos. Hoy, afortunadamente esa presión social
es, quiero creer, residual.
-Más
allá de la tradición lo que es verdaderamente asfixiante es la comunidad que no
sabe o no quiere salir de la tradición, casi a modo de secta, ¿es así?
-Hay individuos y
grupos, está muy bien citado eso de sectas, que para conservar privilegios
echan mano de comportamientos sociales ya desfasados tratando de decirnos que
la tradición es ley. Pero solo se trata de justificar la conservación de unos
privilegios.
-¿Es difícil zafarse de esa tradición cuando se
vive en un entorno social tan cerrado?
-Muy difícil. Y aún
existen esas fuertes presiones sociales en núcleos familiares muy conservadores
o comunidades de inmigrantes o gitanos, por ejemplo.
-Y
entonces qué pasa con un espíritu libre que se ve atrapado en un entorno
tradicionalista así…se conforma y quebranta su libertad o se sale de la fila y
para poder vivir tiene que poner tierra de por medio…
-Así es, Todavía
podemos encontrar muchos casos de mujeres que si abandonan a los padres antes
de casarse son muy criticadas o incluso perseguidas de distintos modos por los
familiares.
-Inevitablemente
se desata cierto drama, ¿verdad?
-Claro. Porque
muchas normas sociales en los grupos tradicionales son consideradas verdaderas
leyes, más aún si coinciden con mandatos religiosos, y si se quebrantan debe
aplicarse un castigo.
-El
caso es que investigando sobre Bodas de Sangre de García Lorca te encuentras,
hoy, --como desde entonces, supongo—con historias paralelas, ¿verdad?
-Sí. Pero
dentro de la historia principal yo
introduzco varias historias secundarias sobre situaciones similares que proporcionan
otros puntos de vista, muestran otros comportamientos diferentes. Porque la
sociedad moderna es muy compleja, con muchas caras, y no pueden simplificarse
las interpretaciones.
-Amigo,
¿cómo ha sido el proceso de documentación, la investigación y demás que
acompaña a este libro? -¿Nos puedes explicar cómo es la metodología de trabajo
que utilizas o que has utilizado para con este libro?
-Muy clásica. Yo
recogía las declaraciones en una grabadora o un cuaderno de viaje. Otras
informaciones solo podía encontrarlas en hemerotecas o los juzgados, donde
hacía fotocopias. Más tarde, en sucesivos momentos, he ido trabajando y
reelaborando esos materiales.
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