La Librería de El Sueño Igualitario

blazquez-de-pedro-(1).jpgCazarabet conversa con...   Ignacio C. Soriano Jiménez, coautor de “José María Blázquez de Pedro. Anarquista de ambos mundos (en Béjar, Panamá y Cuba)” (Asociación Isaac Puente)

 

 

 

 

 

 

Ignacio C. Soriano Jiménez, Miguel Íñiguez se encargan de mostrarnos y acercarnos a este inquieto idealista que luchó por la libertad y el ideal libertario y anarquista a ambos lados del charco Atlántico.

La Asociación Isaac Puente nos pone en el camino, en la senada, de lo que es este libro:

J. M. Blázquez de Pedro, bejarano universal, inspirado poeta y periodista comprometido es rescatado de un injusto olvido a través de las doctas plumas que redactan este interesante y documentado estudio.
Sus peligrosas ideas sindicalistas y anarquistas lo colocan en el punto de mira de las autoridades: Béjar, Madrid, Panamá y Cuba serán los escenarios de sus sueños libertarios.


J. M. Blázquez de Pedro (1875-1927) plasma en sus escritos su alegría, sus cárceles, su anarquismo, sus andares… A lo largo de su vida, dirige 4 periódicos, edita 12 libros y folletos, se prodiga en más de 80 publicaciones, pronuncia conferencias... y hace sindicalismo. Nacido en Béjar, se hace anarquista en Madrid en 1904 al lado de los administradores y redactores de El Rebelde, Antonio Apolo y Julio Camba, después de haber tenido él su propio periódico, Patria y Letras (que deriva en La Dinamita en 1903). Vuelto a su localidad, se enfrenta al dominio de la Iglesia y le disputa la calle, por lo que ingresa en prisión al no querer descubrirse en las procesiones; monta la librería La Racional, activa de 1906 a 1913, y es el alma del Ateneo Bejarano en 1911-1912. Los problemas acumulados y la crisis económica le hacen emigrar a Panamá en 1914, en donde continúa con sus actividades periodísticas (fundando El Caballero Andante en 1918) y libreras, además de implicarse en labores del naciente movimiento obrero (por lo que es considerado el padre del sindicalismo panameño); impulsa la organización de inquilinos y está en primera línea en la huelga de estos en 1925, por lo que es expulsado del país en septiembre de este año. Recala en Cuba, en la dictadura de Machado, en donde muere de tuberculosis en 1927.

Es un observador, un andariego. Qué más da el lugar. Los privilegios, los dogmas, la miseria se hallan en todas partes. Sangre de mi sangre. Hasta que la muerte lenta lo cercena.

Algún enlace que te puede ir bien:

http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/39281

 

 

Cazarabet conversa con Ignacio C. Soriano Jiménez:

presentación-anarquismo-en-.jpg-Amigos, habladnos y ponednos un poco sobre la pista de José María Blázquez de Pedro…

-Salud y gracias por la invitación a estas conversaciones. José María Blázquez de Pedro nace en Béjar (Salamanca) en 1875 y muere en La Habana en 1927, de tuberculosis. No se casa, no tiene hijos ni pareja estable. Pasa la infancia en la vega cacereña, al cuidado de un tío paterno cura y de una tía devota, que hacía de ama. Posiblemente está unos años en el seminario de Plasencia, hasta que lo deja cuando hace secundaria y, sin terminar estos estudios, se marcha a Cuba (1895-1898) a realizar el servicio militar, pleno de actitud patriótica. Allí comienza a desencantarse de la institución militar y de los valores en los que se sustenta. Vuelve a su ciudad y va conectando con el ambiente republicano de la ciudad textil. De 1900 a 1903 estudia en la Universidad de Salamanca, al tiempo que publica un libro de poemas y el periódico Patria y Letras (llamado después La Dinamita), lo que termina de enfrentarle a las fuerzas vivas, especialmente a la Iglesia, que lo excomulga en 1903. Marcha a Madrid y allí se hace anarquista junto a Julio Camba y Antonio Apolo en El Rebelde; pasa la mayor parte de 1904 en la cárcel, por delitos de opinión. En 1905 retorna a Béjar y allí permanece hasta 1914; época en la que está varias veces encarcelado, por negarse a descubrirse al paso de las procesiones y, de nuevo, por delitos de imprenta; interviene en los actos públicos e intenta crear un sindicato anarcosindicalista, en lo que tiene que conformarse con el grupo Los Autónomos; escribe en la prensa nacional y de fuera, tanto anarquista como comercial; inicia Biblioteca Satanás con Rebeldías cantadas (que le supone cárcel); en 1910 logra la unión de los diversos sectores ideológicos y crean el Ateneo Bejarano, que durante dos años aglutina a una notable parte de la sociedad local, y dirige su vocero, Cultura y Tolerancia; para subsistir y como medio de difusión monta la librería La Racional, lugar de reuniones y de difusión de anticonceptivos, que es atacada desde los púlpitos por la literatura anticlerical y racionalista que distribuye, aunque tiene toda clase de obras. Perseguido por maledicencias y ante la crisis económica de la localidad, emigra con una hermana y dos hermanos a Panamá en 1914; allí pronto se hace un hueco en la vida cultural debido a su preparación; escribe en Diario de Panamá y otros periódicos, de dentro del país (tal Quasimodo) y de fuera (tanto anarquistas como comerciales), y durante unos meses tiene su propia revista, El Caballero Andante; se integra en el movimiento anarquista existente y crean Los Autónomos; monta una librería en su casa, con la que se relaciona bastante con el magisterio; se implica en la vida social, creando a partir de 1920 los primeros grupos de clase en este país que se ha independizado en 1903 y depende política y económicamente de Estados Unidos, incluso territorialmente con la Canal Zone, así el Grupo Comunista y el Sindicato General de Trabajadores, que forman una Liga de Inquilinos ante el gran problema de la vivienda, lo que lleva a que en la huelga de 1925 Blázquez de Pedro sea acusado de instigador y, como extranjero, al igual que su hermano Martín, se le deporta a Cuba (siendo el brazo ejecutor la autoridad estadounidense). En la isla acaba de subir al poder el dictador Machado, que persigue el sindicalismo progresista, por lo que los hermanos se relacionan con grupos naturistas, el principal de ellos Pro-Vida, en cuya revista escribe con regularidad; la tuberculosis hace que sus últimos meses de vida sean más complicados de lo que ya fue su vida.

-Más allá de como pensador, del librepensador con el ideal anarquista… ¿cómo era como persona José María Blázquez de Pedro?

- Disculpad que la respuesta anterior haya sido tan extensa. Al ser una figura desconocida, necesitamos situarla en el tiempo y el espacio. Creemos que era entusiasta, impresionable con lo que tomaba por justo, y creyente en la bondad humana hasta unos extremos que podrían tomarse como ingenuidad en algunos momentos. No sabía si alguien venía con segundas, pues creía en la sinceridad primera; ello no era obstáculo para que pusiera los puntos sobre las íes cuando se daba cuenta. Su porte habla bastante de él: casi siempre llevaba melenas, que en aquellos tiempos le exponían a la mofa de criaturas y no tan criaturas; además de patillas bandoleras o barba, por temporadas, más sombreros o viseras. Leía mucho y discutía; creía que la cultura era un ámbito en el que se limaban las diferencias.

-Como intelectual era un humanista, ¿no?, ¿qué nos puedes explicar?

-Lo que más se realza de Blázquez de Pedro en la época en que se le estudió, allá por la Transición, es su vitalismo, que corresponde sobre todo con los años en que se hace anarquista, de 1904 a 1906, en los artículos de El Rebelde y en el folleto El derecho al placer (que acompaña al libro nuestro), tanto que se le considera nietzscheano, algo que él niega, pues le nacía de dentro el afirmar que hay que gozar del cuerpo, pues con ello mostramos armonía con la Naturaleza.

-Convencido y consecuente con su ideal que llevó de Béjar al otro lado del Atlántico, Cuba y Panamá… ¿Qué rasgo de su carácter pensáis que le llevaba a ello sin perder “esa ilusión” prioritaria en todo este viaje?

-El optimismo, en primer lugar; la creencia de que es posible una sociedad más humana si empujamos a ello. Ahora se llama sesgo de optimismo, ¿no?; es el que hace a la militancia de los partidos creer en los nuevos liderazgos. A ello se unía la curiosidad para explorar los lugares a donde llegaba. Tal vez el wonderlust, aunque no fuera prioritario en su carácter, ese ímpetu que te lleva a no acomodarte, a traspasar los límites en los que te mueves.

- Háblanos un poco de sus orígenes, los que le llevan a ser tan participativo con todo y por todo…

-Ya hemos comentado su educación religiosa; cuando estudia secundaria, el año anterior a ir a la guerra de Cuba, funda y dirige un boletín escolar, El Joven Patriota; cuando viene y está en Salamanca siempre aparece en un grupo de amigos, al tiempo que colabora en numerosos periódicos de la península. No obstante, hay un rasgo que conviene resaltar: es también muy individual o, mejor dicho, autónomo; muchas de sus realizaciones nacen de su iniciativa y no de conclusiones de grupo. Creemos, también, que además de la rama paterna, que es la que le proporciona esta educación católica, es sobresaliente la figura de la madre, proveniente de una familia más liberal, más bejarana. El libro nuestro no pretende profundizar en estos aspectos, pero sí señala incluso una cierta dependencia familiar, materna, que lo tiene unido a este ambiente en una edad en que la mayoría de sus amistades ya está emancipada.

-En estos orígenes hay “cierto germen catolicista”, pero que él como todo en la vida transforma a su forma y manera, ¿no?

- Sí, no es fácil determinar el momento en que da la vuelta a la tortilla; ya hemos dicho que cambia en la guerra de Cuba, lo cual traslada al ideario religioso por ser tan constreñidor para la persona -pensemos en su vitalismo-. Comparte la creencia en la bondad humana, en que la persona, por sí misma, tiende al bien, sólo hay que conectarla con Natura. Él siempre defiende a su tío cura (y no así a su tía, a la que asocia a la gazmoñería piadosa), por creerlo una persona culta, cuyo planteamiento de existencia fue cercenado por el obispo; de él aprendió la poesía, algo fundamental en su vida, y el empleo de la voluntad, un arma que le fue muy útil en las épocas donde todo se ponía difícil.

001.jpg-Pero en Béjar le fue todo como mucho más difícil… era por aquello de que nadie es profeta en su tierra; era o es por ese encorsetamiento al que está sometido, desde siempre, la tierra castellana…

Buf, qué complicado contestar esto! En Béjar pasa de ser el chico educado y obediente a ser el joven rebelde y acusador. Y no es que fuera la época (lógica) de la adolescencia, pues la transformación se da con los 25 años y pegaba a diestro y siniestro en Patria y Letras y en La Dinamita. O sea, que la la Iglesia y las fuerzas conservadoras no se lo iban a poner fácil; incluso, la tía mencionada, influyó para extender maledicencias: que si la familia de su madre, que si andaba medio amancebado con una hermana… Esto le dolía, más que lo que pudieran decir desde el púlpito por vender el libro Jesucristo nunca ha existido, lo cual le envalentonaba. Hay que tener en cuenta, además, que Béjar era una ciudad en decadencia continua desde 1877, lo que hacía que una parte de sus amistades estuvieran emigrando. A su favor tenía que tenía un ambiente liberal en parte de su población, con un casino obrero de tendencia socialista, pero, como decimos, la gente de poder no se lo iba a poner fácil, ni con su forma de vida ni con su negocio ni con sus actividades, pues ellas fueron quienes abortaron la cultura y tolerancia el Ateneo. Sí, tal vez tengáis razón en eso de la tierra castellana…

-Escribe artículos, dirige 4 periódicos, publica 12 libros y folletos… era muy, muy prolífico que también estimaba de los clásicos a la hora de dejar su huella y es que de aquellos clásicos había muchos del ideal librepensador, ¿no es así?

-La cultura como gozo y como motor. Es algo que le viene, según decimos, de su tío cura. La Cultura, para él, es ese ámbito ideal en el que podemos convivir. A los clásicos no se les cuestiona; son palabra verdadera. Sus periódicos, especialmente Cultura y Tolerancia, están plagados de citas literarias y de pensamiento. Y en sus librerías ocupan un lugar privilegiado. La lectura lleva a desarrollar el pensamiento y el sentimiento, y forja personas creadoras, que derriban lo viejo y caduco, y construyen lo nuevo.

-Prolífico en el número de publicaciones, reflexiones… pero también en el contenido de las mismas: sutil, pero punzante… y como “martillo pilón”. No para nunca. Es la constancia personificada, ¿no?, ¿qué reflexión podemos hacer sobre él desde esta perspectiva?

-En el estudio que hemos editado (por el que tenemos esta conversación), quisimos desde el principio incluir un anexo de textos; no teníamos claro si hacerlo extenso e incluirlo en un cedé adjunto o seleccionar lo que creyéramos y ponerlo al final; nos inclinamos por esta modalidad porque, así, todo el que coja el libro tiene acceso fácil a la prosa de Blázquez de Pedro y así puede comprobar lo que comentas, y poder quedar atrapada en su decir suelto y profundo. La reflexión es su creencia en la palabra escrita; la oratoria, que también practicaba, servía para remover un poco a la persona, dejarla inquieta, pero lo que realmente cambiaba y convencía para luchar por una sociedad distinta era lo que se lee con calma y se reflexiona.

- Pero él,  ¿podríamos decir que “viaja del republicanismo al ideal anarquista”?

-Por su carácter, podríamos decir que es un anarquista que ha pasado por el republicanismo. Necesitaba, en cierto modo, este peldaño, pues venía del extremo contrario y podría producir vértigo el dar un salto en el vacío tan grande.

-Ese paso, cómo es y cómo se va produciendo, me parece como algo normal… como si en él fuera “natural”, como si fuese con el trayecto de su vida y pensamiento, ¿cómo lo veis?

-Por lo que llevamos dicho, efectivamente, parece algo natural en él. Lógicamente, influyen las circunstancias, pues otras muchas personas de talante similar no terminan en el anarquismo; y la circunstancia cercana es que sus colegas republicanos lo abandonan cuando está en la cárcel y allí conoce a anarquistas tan firmes como Antonio Apolo con quien coincide en su modo de ver la vida y, además, le proporciona un periódico, El Rebelde, en el que puede volcar su espíritu.

-Para él, ¿qué supone el arte, la poesía… un instrumento más que le entusiasma y que utiliza para remover aquello que no le agrada nada?

-Es la expresión más genuina y valorada de una persona. Y, al tiempo, cuando la utiliza, no concibe que pueda separarse el fondo de la forma. Por ello, sus primeros libros de poemas son rompedores con el lenguaje; inventa términos continuamente, porque si se quiere una sociedad nueva, hay que escribir una literatura nueva. La creación artística, para él, tiene dos aspectos esenciales: por un lado, al igual que con la naturaleza, es un espacio al que acudir, solazarse y descansar, al tiempo que se siente lo zafio y despreciable que hay en la sociedad fuera de la cultura; por otro lado, es un instrumento de denuncia y de construcción. Digamos que, como sucede a la mayoría de anarquistas, no se siente especialmente atraído por las vanguardias artísticas; valora los espectáculos corrientes que se ofrecen en teatros y salas de conciertos.

-¿Cómo podría quedar reflejado su paso y huella dejada en Béjar, en Madrid?

- Mirado desde hoy es escasa, pero hay una parte de población que quiere recuperarla. En Béjar, en su tiempo, fue importante hasta 1936, aunque no quedó ningún proyecto concreto (ateneo, grupo, periódico, etc.) que él hubiera creado, pero la gente continuó hablando de él y de sus actuaciones, además de que permanecían sus libros y artículos, y mantenía correspondencia desde Panamá (ahora inencontrable). En la fecha señalada del alzamiento contra la República, desapareció esta huella física al ser retirados sus libros de las bibliotecas públicas (incluida la del Casino Obrero) y la gente se deshizo de todo lo que le mencionara. Se da el caso de que el día que presentamos el libro en Béjar, el 24 de noviembre de 2017, no asistió nadie del Ayuntamiento (ni tienen ningún libro o folleto suyo en la biblioteca municipal) a la misma, pero sí que tuvimos el apoyo del Centro de Estudios Bejaranos, que se encargó de organizar el acto, y del Casino Obrero que accedió a dejar el local, y acudió gente del recién creado Ateneo José María Blázquez de Pedro. Si hablamos de Madrid, es más difuso, pues permanece esta memoria vitalista que hemos comentado, la cual se fraguó en el año madrileño de 1904.

-Respecto a sus estancias en Panamá y Cuba… allí cómo desarrolla sus ideas…

-La huella dejada en Panamá es mucho más notable y, además, allí está su tumba en el Cementerio Amador (eso sí, debajo de una cruz impuesta). Su rostro es uno de los más importantes que figura en el mural hecho en la Universidad de Panamá en 1910, y todos los estudios de historia de la joven nación lo mencionan como precursor del sindicalismo y de otras corrientes, tal el feminismo. Allí quedó su única hermana viva -en España habían muerto tres-, Musa, con el archivo familiar, que heredó uno de sus hijos, aunque muerto este no sepamos ahora quién lo mantiene. Cuando llega a Panamá tiene 39 años y toda una trayectoria. Es así que allí mimetiza en cierta manera las formas anteriores de actuar: periodismo, librería, grupo anarquista, etc., si bien lo hace integrándose en el ambiente; es decir, no vive con el pensamiento de volver al lugar de origen. Asentado un año en Colón, en 1915 va a la capital del Istmo y coge una casa con su hermana y dos hermanos (uno muere en 1921), y no queda solo hasta 1923. En cierta manera, prolonga sus costumbres caseras y, con actuaciones públicas semejantes a las de España, tiene acomodo en la sociedad panameña, la cual está bastante más atrasada que la española (en costumbres de higiene, en la consideración del alcohol, de la lotería, etc.). Él proclama su anarquismo incluso en los artículos del periódico nacional más importante, Diario de Panamá, pero entonces no es de extrañar, pues la sociedad la toma como una opción ideológica más, de la misma categoría que el republicanismo o el conservadurismo. Sobre Cuba tenemos más sombras. En principio se creía que había estado en la cárcel desde que llegó en septiembre de 1925 hasta su muerte en marzo de 1927. Nuestro estudio ha servido para conocer que no fue así y que la mayor parte la pasó en La Habana (con su hermano Martín), unido al grupo naturista de Pro-Vida y en contacto estrecho con el libertario español Adrián del Valle (Palmiro de Lydia).

fichero_507827_20171128.jpg-Por lo que leo, diría que trató varias veces como de tomar asiento, desde varias profesiones, pero que sus ideas le “levantaban” muchas veces de su asiento, ¿no es así?

-La profesión que más le sostuvo fue la de librero, que ejerce desde 1906 hasta 1925 (desconocemos si en Cuba, al final de la vida, lo intentó). Su aspiración hubiera sido poder vivir de la pluma o al menos compaginarlo con lo anterior, pero no era fácil; ya comenzó sus colaboraciones al venir de la guerra de Cuba. Cuando fue a Madrid en 1903 no encontró, como tanta otra gente en esa época, el ansiado periódico del que pudiera tener unos ingresos mínimos; además, todo se torció cuando lo encarcelaron por intervenir en un mitin. Por otro lado, pretendía que una parte de sus textos fueran poemas y esto se pagaba todavía menos que la prosa. Por otro lado, no sabemos cómo estaba montada la economía familiar en Béjar, pues vuelve en 1905 a un domicilio en el que hay ocho personas, de las que van enfermando y muriendo, la mayoría tras largas convalecencias (que fueron costosas), caso de su madre, de su padre y de tres hermanas. Sí que tuvo unos años en Panamá, de 1914 a 1918 en que sus ingresos por este concepto fueron casi suficientes para vivir, pero ciertamente su ideario le cerró las puertas de un trabajo permanente en la prensa comercial.

-Vosotros que le habéis estudiado, ¿dónde este anarquista de cuerpo y mente fue o se sintió más “libre”, porque quizás tuvo más libertad para poder “desarrollarse” de esta forma?

-Siempre con reservas a lo que digamos y dejando a un lado el año de 1904, en que paradójicamente está en la cárcel, ya suficientemente mencionado, hay un año en Béjar en que se implica de modo especial, 1911 y parte de 1912, cuando se crea el Ateneo Bejarano y se publican los 12 números de Cultura y Tolerancia (que tienen como administración las señas de su librería, Mayor de Pardiñas, 43). Todo parece indicar que vive un tipo de plenitud (a pesar de que entonces sufre la larga enfermedad y muerte de su madre, una figura esencial para él): las veladas que programaron, los artículos que escribía, las excursiones que realizaban a los montes de los alrededores… lo mantuvieron en la nube de lo posible, lo que coincidió con la existencia más plena del grupo anarquista Los Autónomos. El derrumbamiento de aquello lo llevó a la emigración. Y los años de Panamá, en los que sobre todo siente la levedad de no arrastrar una herencia social familiar, en los que puede construir desde cero.

-Indudablemente debe de haber pausas o uno/a tiene peligro de agotarse -que parece que le pasa porque se le dedica unas páginas a ello, pero…- y eso también le ocurre a nuestro protagonista, pero al mismo tiempo parece que ese “impás” le sirve para ponerse de nuevo las pilas y volver a afrontar las cosas con más ímpetu o quizás sea una apreciación mía, no sé…

-También puede ser que sea una apreciación nuestra y, efectivamente, la hemos transportado al libro. La idea-fuerza es trabajar para la sociedad del futuro. Esa siempre está ahí. Pero, claro, es de esperar en una vida tan plena, tan llena de proyectos que se inician y que finalizan sin que den un fruto constante como el esperado: periódicos, mítines, propaganda, libros, conversaciones… que tienen una acogida aceptable, por lo que justifican los notables sacrificios que exigen, pero que, por múltiples causas, se van diluyendo sin cubrir las expectativas deseadas. Es de esperar, decimos, que cuando ello sucede hay épocas en que la esperanza flaquea. Por ello tiene tanto mérito el que vuelvan a iniciarse otros proyectos con fines similares, pues indican que las ideas y la confianza que los sustentan son firmes y han configurado el mismo ser en su totalidad.

-La pena es que la memoria de estas personas quede como solapada en algún rincón temporal, ¿no?

-Ya, es una lástima, pero no podemos pretender que permanezcan en primer plano estas personas. Como él decía, estamos en evolución constante. Si se lograra que en su ciudad, Béjar, pasara a ser una figura notable, ya tendríamos ahí un foco del que emanaría su pensamiento. Por otro lado, el que durante una temporada pueda circular su nombre por los circuitos de los ambientes progresistas, es más de lo que hubiéramos podido aspirar hace unos años. De ahí que la labor de El Sueño Igualitario es impagable en esta época: mostrar a gente que lo intentó y tener sus proyectos como una antorcha. La existencia del libro que nos ha dado la excusa para mantener esta conversación tiene un valor -creemos- que merece la pena el esfuerzo realizado.

 

 

 

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José
María Blázquez de Pedro. Anarquista de ambos mundos (en Béjar, Panamá y Cuba). Ignacio C. Soriano Jiménez, Miguel Íñiguez   
359 páginas       17 x 24 cms.
18.00 euros
Asociación Isaac Puente

 

J. M. Blázquez de Pedro, bejarano universal, inspirado poeta y periodista comprometido es rescatado de un injusto olvido a través de las doctas plumas que redactan este interesante y documentado estudio.

Sus peligrosas ideas sindicalistas y anarquistas lo colocan en el punto de mira de las autoridades: Béjar, Madrid, Panamá y Cuba serán los escenarios de sus sueños libertarios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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