La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Urbano
Brihuega Moreno, autor de "La
bicicleta. Memoria del fusilamiento de Felipe Loeches, jornalero, concejal y
republicano" (Queimada)
Una historia escrita por Urbano
Brihuega Moreno sobre el fusilamiento de Felipe Loeches, jornalero, concejal y
republicano de Alcalá de Henares que fue fusilado en los muros del Cementerio
del este de Madrid a mediados del 43….pero reposando la mirada en el hijo que
le sobrevivió, Jesús Loeches que tuvo que soportar el asesinato de su padre y
toda la marabunta que asolaba a los familiares que les sobrevivieron…se
describe tan bien en el libro que casi, a quien suscribe este comentario, le da
miedo exponer algo….es tan preciso el miedo, su descripción o la propia
frustración que de todo este texto se desgrana que ponerse aquí a intentar
acercarles al mismo, me parecería una falta de respeto. Jesús Loeches tenía una
herida tan profunda como humano, estaba y sobrevivía tan vapuleado por la
historia y los que la manejaron que, ahora y frente a Urbano…siente que ya solo
le queda contar…que es lo único que puede y debe hacer…y allí está Urbano
Brihuega Moreno que lo recoge de una manera más que edificante….queriendo
investigar la figura de los socialistas en Alcalá de Henares y de Felipe
Loeches…encontró en su hijo , en Jesús, a un hilo tan delicado y sensible como
con ganas de justicia y para ello había que compartir una historia, que engloba
otras historias, dentro de una sola vida….quizás demasiada pesada para llevarla
Jesús Loeches en sus espaldas….casi mejor si entre todos ayudamos a dar a
conocer la injusticia que se cernió sobre su padre y su madre que murió entre
el miedo, el sufrimiento de la tuberculosis, el hambre y la sin razón de no
entender tanto miedo y odio…
Seguramente que si Urbano no
compartiese el mismo ideario de aquellos socialistas de Alcalá de Henares…no
hubiese habido esa especie de complicidad que flota en cada párrafo y
además está el compromiso que parece que
también se derrama entre las palabras escritas en tinta.
Acercarse a este libro, escrito como
si se tratase de una narración especial, casi callada,…
Una historia que nos viene de la mano de Queimada Editores
y nos la acerca presentándola como: OTRA
HISTORIA DEL SUEÑO TRUNCADO.
Lo que nos
cuenta la editorial, Queimada:
El 25 de mayo de 1943 era fusilado en
las tapias del cementerio de Madrid (del Cementerio del Este) Felipe Loeches Gismero. Junto a él eran
ejecutados ese día 11 personas más: Francisco Alonso García, Juan Aguera Bello, Mauricio Díaz Garnacho,
Eusebio García Terrero, Mauricio Garnacho Vos, Sixto
Hurtado Hurtado, Francisco Prado Pérez, Francisco
Rajado Pérez, Moisés Sánchez Gallego, Antonio Sánchez Román y Balbino Vaquero Hurtado[i].
Lo que nos explica Urbano sobre
"La bicicleta":
Invocar la memoria h provoca intranquilidad en
personas y conciencias pero resulta imprescindible para alcanzar la justicia
histórica para todos.
Este libro no es solo memoria histórica mejor dicho no es solo la memoria
histórica de Felipe también es la memoria socia política y cultural de Alcalá
durante la guerra y la postguerra.
habla del fusilamiento de Felipe
pero también de la ciudad, de sus hijos, de su mujer de todo los que sufrieron
antes y después del fusilamiento de Felipe.
Jesús, uno de los hijos, recorre con sus recuerdos la ciudad, su historia
a través de los lugares más emblemáticos y nos cuenta los acontecimientos
ocurridos alrededor de cada uno de ellos.
Con esos recuerdos recorre la
ciudad de plaza en plaza, de monumento en monumento con las persona de aquellos
años que todavía viven con los mismos miedos que él. El miedo en este libro es
como una alegoría de aquello tiempos y aún de éstos.
Co ejemplo de ello lo que contaba un allegado del último alcalde
republicano. “mismamente tu date cuenta que ahora están así las cosas pero qué
pasaría si diese la vuelta la tortilla”. Y
habían pasado 70 años.
Jesús empieza contando que vio la sublevación de los regimientos de
Alcalá mientras se encontraba en una barbería de la calle libreros y que ese
mismo día su padre trasladó a toda la familia a la fortaleza del cerro del
viso.
Y desde aquel día empezaron sus calamidades. Lo de la escayola de su
hermana Isabel.
Luego cuenta que su padre se incorporó a la guerra con la llamada quinta del saco hasta que una oportuna
infección pulmonar le inhabilitó para el
combate y volvió a casa. Al acabar la contienda buscó refugio en Castellón.
No pudo regresar porque le detuvieron en Burriana,
estuvo en la cárcel de Picassent, lo trasladaron a
Alcalá en un tren ovejero y los falangistas lo recibieron con un linchamiento
físico y moral por defender la legalidad republicana.
Felipe estuvo preso en la cárcel municipal después en la prisión de
Alcalá, luego en la de Porlier. Para visitarle su familia tuvo que
trasladarse hasta allí, en caro o en tren.
Primero fue condenado a 12 años de cárcel, y un día, revisaron la primera
vez la condena y se ratificaron pero en
la segunda revisión le impusieron pena de muerte.
El capítulo iv habla exclusivamente del
sumario. Un procedimiento sumarísimo de urgencia, comúnmente aplicado a todos
los derrotados. Lo leí después de escuchar a Jesús pero coincide básicamente con lo que él me contó.
Ya he dicho antes que en el libro se habla de más cosas. De la madre, del
hambre, de la represión y del totalitarismo al que fue sometida la sociedad
alcalaína derrotada. Jesús insiste reiteradamente en dos elementos fundamentales en el libro el
miedo y el hambre. El miedo que le infundían los falangistas y la guardia civil
cuando iban a su casa buscando la bicicleta. En el hambre. Y de su triunfo. No
se la arrebataron.
El hambre de la que intentaba escapar sin conseguirlo totalmente. Comían
lo que recogían en el campo, espigando en los rastrojos, recogiendo las
verduras que dejaban en los huertos y las hierbas del campo. O rebuscando en
los cubos de la basura.
Los tiempos eran malos para todos y de los malos tiempos pocas cosas
buenas podían esperarse.
Recalca insistentemente los miedos y los silencios. Vivían atemorizados
bajo el silencio del miedo.
El miedo y el hambre son los recuerdos más agobiantes en la vida de Jesús,
de su madre y de y de toda la familia.
Cuando murió su madre todos cayeron en el olvido. Los hijos se
convirtieron en unos traídos para con ellos mismos. Co la muerte de modesta, su
madre, murieron todas las esperanzas que tuvieron mientras ella vivió. El mismo
Jesús dice que fue como si hubiese vivido en un hoyo del que no pudo salir
hasta después de muchos años. Incluso muchos después de la llegada de la
democracia.
He dicho más arriba que no se habla sólo de la memoria histórica. También
se habla de la vida religiosa y patriotera en la que se envolvía todo el
ambiente social y cultural de la ciudad. Valga como ejemplo las reliquias de s
José de Calasanz. También describe el paso del dictador por Alcalá en el añ0
47, de las llegada de las primeras industrias. Y sobre todo habla del cine.
Habla del cinematógrafo como si hubiese
sido para él una liberación, un sueño frente la realidad cotidiana una válvula
de escape para tanto miedo y tanta miseria.
Jesús reitera repetidamente que la única manera de sobrevivir era
callando. Su madre nunca les contaba nada y esa fue la mejor manera de callar,
ignorándolo todo. Perdieron la memoria histórica. Lamentaba pesarosamente aquel
sinvivir. Sentía como si aquellos años los hubiese
tirado a la basura.
El silencio fue una imperiosa necesidad para seguir viviendo, para
resistir, para trabajar. Comprende que su madre les prohibiese hablar, gracias
a ese silencio pudieron vivir y preservar la memoria del padre. El miedo les
hizo cobarde. No les mató porque decidieron vivir con él a cuestas.
Guardó el miedo durante 6 décadas.
Jesús nunca hablaba de venganza,
pedía la verdad y la justicia para todas las víctimas. Su memoria nunca pensaba
en represalias
Buscaba la paz para su atormentada vida escondida tras el olvido que le
reconcomió durante esos largos años de existencia.
Felipe Loeches
fue uno de tantos trabajadores vinculado al movimiento obrero. Natural de
Alcalá de Henares, se afilió a la UGT en el año 1929 y fue uno de los más
brillantes militantes que tuvo la sociedad complutense. Un trabajador que
luchaba por los obreros. Su vinculación a la Casa del Pueblo, situada en la
entonces calle Pablo Iglesias de la ciudad, se ceñía a instruir a los
trabajadores alcalaínos para que conocieran e hicieran respetar sus derechos. Y
por eso se afilió al grupo que, dentro del movimiento obrero, mayor raigambre
tuvo en la ciudad: el socialista.
El autor, Urbano Brihuega Moreno:
Es maestro de educación de primaria y
licenciado en historia contemporánea por la Universidad de Alcalá de Henares.
Además es profesor de historia del IES Mateo Alemán de esta población de la
Comunidad de Madrid.
Autor de algunos sustanciosos
trabajos sobre Alcalá de Henares como La Ciudad Patrimonio de la Humanidad o La
otra Arquitectura del Siglo de Oro, además de La Instrucción Pública en Alcalá
de Henares, un trabajo de investigación que fue premio “Ciudad de Alcalá de
Henares de Investigación Histórica 2004”. Ha escrito Nacarino (Historias de la
guerra, de las cárceles, de Alcalá…) y acaba de terminar la escritura de La
Hija de Beigbeder.
Estos enlaces te pueden ayudar:
http://www.socialistasdealcala.es/la-agrupacion/historia.php
http://www.fpabloiglesias.es/condiciones-uso
Felipe Loeches:
Sobre el movimiento obrero de Alcalá
de Henares:
http://eprints.ucm.es/21456/1/T34476.pdf
Cazarabet conversa con Urbano
Brihuega:
-Urbano, acércanos a la figura de Felipe Loeches, como humano y como el
político con ideal socialista…
-Obviamente yo a él no le conocí,
solo pude tratar con su hijo, Jesús Loeches. Felipe era un convencido de los
ideales y valores del socialismo, por eso primero accedió a formar parte de la
Comisión de Incautación de fincas y después al puesto de consejero municipal, o
sea concejal, desde 1938 hasta el final de la guerra. Humanamente se preocupó
de su familia desde el primer momento de la guerra, para protegerles se los
lleva a la fortaleza de S Juan del Viso y desde la cárcel le escribe una
carta a su mujer en la que le muestra la preocupación por ella y sus hijos,
considerándose el causante de todos los males que soportaban
-Llegas a nosotros ,con este libro “La Bicicleta” ,acercándote a Felipe
Loeches, pero mirando o teniendo como hilo transmisor a su hijo Jesús Loeches
que va arrojando sus recuerdos, pero también sus pesadillas, escarmientos y los
hachazos de una larga dictadura…
-Jesús hablaba fundamentalmente de
dos cosas, del miedo que le infundían los falangistas y la guardia civil
cuando iban a su casa buscando la bicicleta, y del hambre de la que intentaba
escapar sin conseguirlo totalmente, comían lo que recogían en el campo,
espigando en los rastrojos, recogiendo las verduras que dejaban en los huertos
y las hierbas del campo. O rebuscando en los cubos de la basura.
-Tú que pudiste hablar, escuchar y hasta ser testigo directo del lenguaje
no verbal de Jesús Loeches… ¿cómo lo viste evolucionar desde las primeras
palabras, las que reflejas en las primeras páginas hasta aquello que te fue
contando más adelante…?
-Personalmente pienso que Jesús, al
contarme la vida de los suyos, lo que intentaba era liberarse de la carga de
silencio y miedo que llevó sobre su cuerpo toda la vida, observé que conforme
avanzaba su relato parecía como si se fuese liberando poco a poco de esa carga
que le oprimía el alma.
-Loeches hijo, ¿crees que vio con la muerte del dictador y la transición
una luz al final del camino? ; Pero esa luz le debía crear mucha frustración
porque el tratamiento que se hizo a los represaliados por la dictadura, en los
primeros años de la democracia, fue muy frío, casi gélido…
-La muerte del Dictador no fue para
Jesús la luz del final del camino, si acaso fue el inicio. Pasaron muchos años
desde 1975 hasta que Jesús se atrevió a contar la historia de su padre y de su
familia. El miedo se había apoderado de su cuerpo y su mente. La represión y el
totalitarismo de la Dictadura dominó la sociedad alcalaína
derrotada y no sólo la alcalaína, la de toda España, provocando un olvido
generalizado en las familias de todos los derrotados especialmente de las que
tenían un familiar fusilado. Efectivamente durante los primeros años de la democracia
no encontraron el apoyo que necesitaban. Se convirtieron en unos traidores para
con ellos mismos.
-El elemento material de la bicicleta…ese objeto al que Urbano se aferra
como último acto de reivindicación entre la libertad y la rebeldía… ¿Qué nos
puedes comentar?
-Los falangistas y la guardia civil
les robaron les quitaron los enseres de la casa y una de las dos bicicletas que
tenían sus hermanos. Él consiguió que la otra bicicleta no se la arrebataran,
la convirtió en su triunfo personal. Él solo consiguió vencer el miedo que le
infundían los falangistas y la guardia civil. Un acto de rebeldía contra los
opresores y un triunfo en su lucha contra los represores
-El socialismo, las ideas y el ideal
socialista en Alcalá de Henares fue más predominante que en otros pueblos y
ciudades… ¿por qué crees que fue así?
-Alcalá de Henares era entonces una
ciudad donde el socialismo llevaba implantado más de 30 años. La Casa del
Pueblo tuvo un importante arraigo entre las clases más desfavorecidas. La
llamaban Alcalá la “roja”. Esos y otros factores fueron la causa de que el
socialismo alcalaíno fuese predominante.
-Como socialista ¿cómo ves y observas a Felipe Loeches, te lo pregunto
como investigador, escritor e historiador, pero, también como persona que has
estado vinculado al Partido Socialista de Alcalá de Henares desde donde
accediste a ser concejal…?
-Como socialista, como investigador y
como concejal he observado que la familia Loeches fue una de tantas
familias socialistas que tuvieron que callar para sobrevivir. Me di cuenta que
algunos de los hermanos se vieron obligados a renegar del socialismo de su
padre. No querían morir. Eso les pasó también a otros muchos socialistas.
Fusilaron a muchos socialistas.
-Figuras y personalidades como Felipe Loeches seguro que dejan huella…..
¿Qué clase de huella han dejado en ti?, como estudioso del socialismo en Alcalá
y como muy conocedor de Felipe Loeches, seguro nos puedes comentar…
-Las convicciones socialistas de
Felipe, su participación activa en la Comisión de Incautación de fincas para
crear una cooperativa que las cultivase y repartiese la producción para
alimento de todas las familias de Alcalá me pareció algo sublime. Me impresionó
el miedo que atenazó a la familia. El miedo les hizo cobardes. no
les mató porque decidieron vivir con él a cuestas.
-Crees, amigo Urbano, que los socialistas que han ido pasando por el
poder (te pregunto por los socialistas porque compartes esa idea, pero si
quieres puedes contestar más allá) han dejado como olvidados a todos los ciudadanos
víctimas de la guerra civil española: desde los más directos—asesinados,
ejecutados, prisioneros..—, como Felipe o como las otras víctimas colaterales,
como el propio Jesús…
-Los primeros gobernantes socialistas
sí que efectivamente de alguna manera puede decirse que olvidaron a las
víctimas del socialismo de la guerra y de la represión. Felipe González en su
primer gobierno aprobó un presupuesto para indemnizar a todos los perdedores
que hubiesen estado en la cárcel tres años o más. Poco más se hizo por los
derrotados. Las fuerzas herederas del franquismo eran muy poderosas y lo siguen
siendo.
-Porque desde el gobierno Zapatero se abrió un poco alguna ventana, pero
como con poco nervio…sin decidirse a dar un puñetazo encima de la mesa…
-La Ley de la memoria Histórica del
gobierno de Zapatero fue una buena Ley pero es lo que comentaba del poder de
los franquistas, en la sombra o no tan en la sombra, seguían siendo muy
poderosos. El gobierno de Rajoy ha hecho lo posible y lo imposible para
desactivar el desarrollo de la Ley, de hecho se recortaron todas las
cantidades presupuestarias para la búsqueda de las personas que todavía quedan
enterradas en fosas comunes. Miles de personas y cientos de fosas comunes.
Parece que ahora, con ayuda de la ONU, se retomará la apertura de esas fosas.
21526
La bicicleta. Memoria
del fusilamiento de Felipe Loeches, jornalero, concejal y republicano. Urbano Brihuega Moreno
236 páginas 15,5 x 21 cms.
12,00 euros
Queimada
OTRA HISTORIA DEL SUEÑO
TRUNCADO
El 25 de mayo de 1943 era fusilado en las tapias del cementerio de Madrid (del
Cementerio del Este) Felipe Loeches Gismero. Junto a él eran ejecutados ese día 11 personas
más: Francisco Alonso García, Juan Aguera Bello,
Mauricio Díaz Garnacho, Eusebio García Terrero,
Mauricio Garnacho Vos, Sixto Hurtado Hurtado, Francisco Prado Pérez, Francisco Rajado Pérez,
Moisés Sánchez Gallego, Antonio Sánchez Román y Balbino
Vaquero Hurtado[i].
Felipe Loeches fue uno de tantos trabajadores vinculado al movimiento obrero.
Natural de Alcalá de Henares, se afilió a la UGT en el año 1929 y fue uno de
los más brillantes militantes que tuvo la sociedad complutense. Un trabajador
que luchaba por los obreros. Su vinculación a la Casa del Pueblo, situada en la
entonces calle Pablo Iglesias de la ciudad, se ceñía a instruir a los
trabajadores alcalaínos para que conocieran e hicieran respetar sus derechos. Y
por eso se afilió al grupo que, dentro del movimiento obrero, mayor raigambre
tuvo en la ciudad: el socialista.
Felipe Loeches es uno de los protagonistas de mi tesis doctoral, hoy libro, que
versó sobre el movimiento obrero en Alcalá. Allí vemos como con el inicio de la
Guerra Civil, Felipe Loeches tiene una participación activa en favor de la
causa republicana. Y en la ciudad llegó a ostentar importantes cargos de
representación. A finales de 1937 forma parte de la Junta Calificadora que
tenía que estimar la incautación de tierras y el régimen de explotación de la
mismas. En dicha Junta participaron los 19 consejeros municipales[ii] más la representación del Frente Popular y de las
organizaciones sindicales. Por la CNT lo hizo Aurelio García Martínez y por la
UGT, Felipe Loeches Gismero[iii].
Felipe Loeches llegó a representar a la UGT en el Ayuntamiento complutense. Su
nombramiento se produjo el 26 de junio de 1938 y mantuvo el cargo hasta el
final de la Guerra Civil[iv].
Pero la derrota republicana fue también la derrota de Felipe Loeches. Detenido
tras la contienda en su intento de salida de España, acabó en el campo de
concentración de Albatera. Trasladado a Madrid en
1941 es juzgado en consejo de guerra sumarísimo el el
16 de abril de 1942 y condenado a muerte[v]. Aunque durante un tiempo siguió
penando en prisiones entre Madrid y Alcalá de Henares, finalmente fue ejecutado
en el cementerio del Este en la fecha que indicábamos más arriba.
No es el único concejal alcalaíno ejecutado en el cementerio de Madrid. Allí
también fueron ejecutados el concejal de Unión Republicana, Epifanio Chavarría
Samper el 28 de enero de 1941, el anarcosindicalista Leandro García Martín el
24 de febrero de 1940 y el comunista Casimiro Illarraza
Inoso el 27 de junio de 1940. También, aunque no fue
concejal, su compañero de sindicato, el maestro Ángel García Gómez fue fusilado
el 30 de abril de 1940[vi].
Y no serán los únicos concejales alcalaínos ejecutados por los vencedores. En
la fosa del Cementerio Municipal de Alcalá de Henares se encuentran los cuerpos
del ugetista Basilio Yebra,
del militante de las JSU, Agustín Anuarbe Pardo y del
comunista Manuel Muñoz Murcia. Todos ellos ejecutados el 28 de abril de 1939 en
Alcalá de Henares junto a otros militantes de izquierdas.
Es la historia de la ciudad de la Alcalá. “Alcalá la roja” como la conocían en
la época. Y estos fueron sus protagonistas hoy todavía proscritos. La ciudad de
Alcalá que vio acontecer un importante avance tras la proclamación de la
República, sufrió un retroceso con el final de la Guerra Civil. Felipe Loeches
es un representante de esa Alcalá progresista, democrática, avanzada. Una
Alcalá que avanzó gracias al impulso de su movimiento obrero y su carácter
modernizador y democratizador. Los trabajadores alcalaínos supieron hacer
avanzar la ciudad. Felipe Loeches fue uno de sus integrantes.
No es única la historia de Felipe Loeches. Pero única es la obra que hoy se le
brinda. Y no ha podido caer en mejor pluma que la de Urbano Brihuega Moreno.
Autor y personaje comparten muchas cosas. Creen en los mismos ideales. Ambos
han sido concejales y representantes del Ayuntamiento alcalaíno. A ambos la
ciudad de Alcalá les importa.
Urbano nos tiene acostumbrados a rescatar figuras de la historia de Alcalá. Lo
ha hecho con otro paisano y correligionario socialista, Andrés Saborit. Nos acercó a la historia de la educación en la
ciudad entre 1873 y 1939. Nos rescató una figura legendaria, la de Fernando
Nacarino Moreno. Un trabajo este último que vino a complementar el libro que
Alejandro Remeseiro y yo mismo publicamos en 2009
sobre la explosión del polvorín en Alcalá de Henares en 1947. Nacarino es uno
de los protagonistas de aquella historia. Una memoria que se apagó en 2007.
La obra sobre Nacarino guarda gran similitud con esta de Felipe Loeches. Urbano
lo que hace es redactar un trabajo por boca de otra persona. El protagonista de
la obra sobre Felipe Loeches Gismero
es su hijo. A través de sus recuerdos, Urbano ha realizado un importante
ejercicio de recuperación de memoria histórica. Y lo hace con un leitmotiv: una
bicicleta. El bien más preciado (como diría una canción revolucionaria) del
hijo de un proscrito tras la guerra. La historia de Jesús Loeches es la
historia de miles de familias tras la Guerra Civil. Sin destripar un ápice del
libro, Jesús Loeches nos muestra la dificultad y las carencias de los
derrotados tras la guerra. Un padre fusilado, una madre fallecida de
tuberculosis y de hambre, unos falangistas que no paraban de cobrarse una
contribución de sangre, una ciudad silenciada y reprimida y un joven que quiere
salir adelante con ideales y sin olvidar el pasado.
Porque por debajo de todo lo que nos cuenta Urbano, subyace lo que significó
para la sociedad alcalaína (y para la española en general) la represión y el
totalitarismo franquista. Voy a tomar prestado un párrafo de un libro del
historiador Fernando Hernández Sánchez, que sintetiza muy bien lo que es la
dictadura franquista y donde tienen que poner énfasis aquellos que se dediquen
a estudiar esta parte de la historia de España: “Cualquier análisis que olvide
que el franquismo fue una dictadura totalitaria, emparentada en su origen con
los fascismos, cuyas prácticas policiales y judiciales se encontraban al margen
y en contra de toda homologación con las admisibles en un estado de derecho,
errará en la valoración del comportamiento de los actores políticos que se
opusieron a ella.”[vii].
El libro de Urbano se ajusta perfectamente al párrafo anterior. No obvia lo que
fue el régimen de Franco. Y lo presenta a través de la figura del hijo de un
concejal fusilado. De uno de esos tantos hombres que buscaron un mundo
distinto, una sociedad diferente, y pagó con su vida esa lucha.
Hay que agradecer profundamente a Urbano Brihuega que haya recuperado esta
figura. Que la haya sacado del ostracismo, de las tinieblas en las que la sepultó
la dictadura. Un gran ejercicio de recuperación de la memoria histórica. Felipe
Loeches Gismero es una
víctima del franquismo. Jesús Loeches también. Y como víctimas del mismo, y
siguiendo el camino trazado en otros países, constantemente aplazado en el
nuestro, tenemos que pedir verdad, justicia y reparación para ellas.
Gracias Urbano por rescatar a Felipe Loeches a través de su hijo.
Julián
Vadillo Muñoz
Cátedra Complutense de Memoria Histórica del siglo XX
Universidad Complutense de Madrid
13 de julio de 2015
[i] Núñez Díaz-Balart, Mirta
y Rojas Friend, Antonio. Consejo de guerra. Los
fusilamientos en el Madrid de la posguerra (1939-1945), Compañía Literaria,
Madrid, 1997. Pág. 160.
[ii] En enero de 1937, por un decreto ministerial del
gobierno de la República, los Ayuntamientos pasaron a denominarse Consejo
Municipales y sus integrantes consejeros (concejales). La composición de dicho
consejo estará formada por todas las organizaciones integrantes del Frente
Popular.
[iii] Vadillo Muñoz, Julián. El movimiento obrero en
Alcalá de Henares, Silente ediciones, Guadalajara, 2014. Pág. 389.
[iv] Lledó Collada, Pilar. Alcalá en Guerra, Brocar, Alcalá de Henares, 1999. Pág. 264. Ver también:
http://www.fpabloiglesias.es/archivo-y-biblioteca/diccionario-biografico/biografias/15302_loeches-gismero-felipe
[v] AHGD. Causa 58793
[vi] Núñez Díaz Balart, Mirta
y Rojas Friend, Antonio. Op.
Cit, Págs. 179, 189, 190 y 199.
[vii] Hernández Sánchez, Fernando. Los años de plomo.
La reconstrucción del PCE bajo el primer franquismo (1939-1953), Crítica,
Barcelona, 2015. Pág. 9
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