La
Librería de Cazarabet Indignado
Un libro
de Berta Rodrigo Mateu para La Catarata con la
colaboración de FIBGAR y el prólogo de Baltasar Garzón.
De qué va
éste interesantísimo y comprometido libro:
Ante la
vulneración de derechos humanos, incluso siendo generalizada y habitual, puede
suceder que la sociedad no sea capaz de alertar de la gravedad del caso,
normalizándola y perpetuándola. Sin embargo, en ciertas ocasiones, hay quienes
superan esa inercia, consiguiendo vencer la sensación de no poder hacer nada, y
denuncian la injusticia. Despiertan auténtica admiración, sobre todo si son las
personas que han sufrido la violación de sus derechos quienes no se conforman
con el papel de víctimas y luchan por la dignidad y el respeto. Así son las
personas que protagonizan las historias que se recogen en este libro sobre el
derecho a la identidad, el derecho a la reparación y la dignidad de las
víctimas y el derecho a una muerte digna. La autora, gracias a una extensa
labor de documentación, nos transmite no solo el contexto y las circunstancias,
sino cada vivencia personal, apelando irremediablemente a nuestro compromiso
con los derechos humanos y una sociedad más justa. Como dice Baltasar Garzón en
el prólogo: “Sus historias son tan especiales, tan enriquecedoras, que no solo
merecen ser contadas, sino, sobre todo, es imprescindible que se conozcan y
sirvan de reflexión y referencia”.
La
autora, Berta Rodrigo Mateu:
Periodista
e historiadora, especializada en derechos humanos, democracia y justicia
internacional. Ha publicado en diversos medios como Le Monde Diplomatique o Claves de la razón práctica,
donde se ha especializado en el género de la entrevista. Es autora de dos
libros de investigación histórica y tiene una amplia experiencia como crítica
literaria e histórica.
Dictadura
argentina, bautizada como Proceso de Reorganización Nacional: https://es.wikipedia.org/wiki/Proceso_de_Reorganizaci%C3%B3n_Nacional
Operación
Cóndor:
https://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_C%C3%B3ndor
http://www.derechos.org/nizkor/doc/condor/
La
Iglesia, cómplice de la Dictadura Argentina:
http://nuso.org/articulo/iglesia-y-dictadura-la-experiencia-argentina/
http://nuso.org/media/articles/downloads/1378_1.pdf
http://www.desaparecidos.org/arg/iglesia/
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/23/actualidad/1364057234_327032.html
Estela de
Carlotto:
https://es.wikipedia.org/wiki/Estela_de_Carlotto
http://www.lanacion.com.ar/el-nieto-de-estela-de-carlotto-t51783
El
segundo caso que estudia Berta Rodrigo Mateu sobre el
santuario más rancio del catolicismo
europeo, Irlanda y las hermanas de la Magdalena:
http://bajoelfuego.blogspot.com.es/2013/05/irlanda-las-lavanderias-de-la-magdalena.html
El tercer
caso aborda el tema del derecho de una mujer, que reclamaba, a morir
dignamente. Berta recoge el testimonio con una sensibilidad y de una manera
sublime. Aquí hay unos enlaces que os pueden ir bien para entender el
movimiento por el derecho a morir dignamente:
http://www.eutanasia.ws/testamento_vital.html
http://www.eldiario.es/quehacemos/luis_montes_muerte_digna_eutanasia_6_78802122.html
http://www.20minutos.es/noticia/2571423/0/mapa-espana/muerte-digna-eutanasia/comunidades/
Un
testimonio…
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2008/04/19/actualidad/1208556003_850215.html
Cazarabet conversa con Berta Rodrigo:
Berta,
¿cómo fue el querer acercarte a luchas por los derechos humanos como el de la abuela
de la Plaza de Mayo Estela de Carlotto; por la
historia de historias dramáticas que se esconden detrás de las Lavanderías de
las Magdalenas o el caso de la lucha de Clara por una muerte digna…?
Es cierto que, desgraciadamente, podría haber
escogido entre cientos de temas sobre la violación de los derechos humanos.
Estos tres forman parte de una lista que elaboré con el propósito de escribir
este libro. El drama de los desaparecidos en Argentina, al igual que en otras
dictaduras de América Latina, siempre me ha resultado muy interesante. La
historia de las Lavanderías de la Magdalena es bastante desconocida, quizás por
ello, por darle difusión, me animó a escribir. Casi un poco como en el caso de
la muerte digna … parece que poco a poco va teniendo más eco en la sociedad el
derecho que toda persona tenemos a morir cómo y cuándo queremos, pero aún así
consideré necesario un testimonio que acercara al lector al sufrimiento que
padece una persona que quiere morir con dignidad.
-Querida Berta, amiga,
vayamos por partes. En el primero de los casos, el de la lucha de Estela de Carlotto nos vamos a la Argentina del 76 donde los
coroneles dieron un golpe de Estado, desatándose siete años de terrorismo de
Estado…en aquellos años eran muchos los países del Cono Sur que vivían bajo la
bota de las detenciones, torturas, violaciones de los derechos humanos, robos
de bebés….pero qué diferencia a la dictadura argentina de las demás…puede que
ese carácter de terrorismo tan agresivo durante siete años?
Todas las dictaduras, en general, tienen elementos
en común. Es cierto que en las que se produjeron en América Latina a lo largo
del último tercio del siglo XX, en pleno contexto de la Guerra Fría, tienen
como uno de sus elementos definitorios la sistemática desaparición de personas.
Otro ejemplo fue el de la dictadura del general Pinochet en Chile. En mi
opinión, la introducción de la figura del desaparecido como un modo de tortura
no sólo para el sujeto en cuestión sino también para la familia y la sociedad
en general, es clave en estas dictaduras.
-Los niños robados
¿Cuántos niños y niñas todavía quedan sin saber que sus verdaderos padres
estén, seguramente muertos y sus abuelas con el pañuelo y el retrato de los
suyos manifestándose en Buenos Aires?
Hay resueltos 119 casos, creo. Las abuelas calculan
que el número de nietos desaparecidos podría rondar los 500… así que todavía
queda mucho trabajo por hacer y otros tantos encuentros por festejar. Ójala.
-Da
verdadera rabia, por no decir otra cosa la actitud cómplice de la Iglesia
durante tantos años, tanto la que allí lo vivía en directo (salvo excepciones)
como la que les ignoró desde Ciudad del Vaticano como el propio Papa Pablo VI…
Es cierto. Además tenga en cuenta que en las tres
historias la Iglesia juega un papel determinante. En el caso de Argentina por
su complicidad con la dictadura. En el caso de las Lavanderías de las Magadalenas porque eran, precisamente, una institución
regentada por monjas católicas que actuaron como represoras, sin piedad, contra
las mujeres irlandesas que estaban allí encerrada. En última instancia es
también importante destacar el papel de la Iglesia en el caso del derecho a
morir dignamente, ya que entienden que el ‘destino’ del individuo está en manos
de Dios y sólo él puede disponer de la vida humana.
-Aunque con los años, al
menos ahora, la Iglesia con el Papa argentino Francisco parece como que haya
removido parte de aquellas entrañas; pero ¿cómo era y cuál fue la complicidad
de la Iglesia, sobretodo en el robo de los niños y desapariciones de los
jóvenes que se mostraban posicionados en el otro lado del que pretendían
conducir la vida de todos “los coroneles”?
La Iglesia tuvo, a mi entender, un papel cómplice
con la dictadura en Argentina (también lo tuvo en España). El hecho de que no
participara directamente en el robo de niños no los absuelve, ya que los bebés
eran registrados en las parroquias locales y ahora las Abuelas necesitan
acceder a todos esos archivos para ir atando cabos. Es muy importante que la
Iglesia colabore, porque además de algún modo sería reencontrarse con esa
sociedad argentina que ha sufrido tanto, sería como reparar el daño causa por
el mero hecho de haber sido cómplices de tanta atrocidad.
-¿Se termina haciendo
justicia ante un crimen de Estado de esta magnitud?, ¿en todos recayó el peso
de la ley?
Lamentablemente nunca se termina haciendo justicia
porque muchos dictadores, con la cobertura de sus más acérrimos, siempre
terminan por torear a la ley, por eso es importantísimo que tengamos una justicia
internacional fuerte que permita que cualquier dictador de cualquier rincón del
mundo puede ser juzgado en cualquier país. Solo de este modo evitaremos que se
muevan por dónde gocen de impunidad sin poder dejarles caer todo el peso de la
ley. La gente debe tener en cuenta que la justicia internacional es clave para
evitar la impunidad.
-Al
final Estela encuentra a Guido…¿qué nos puedes contar?
La verdad es que para mí fue muy emocionante saber
que Estela había encontrado a su nieto. De hecho, fue el primer nieto que
encontraron después de que yo le realizara la entrevista. Recuerdo
perfectamente la noche en la que me enviaron un whatsapp
con el enlace a la noticia, estaba tan emocionada que me costó conciliar el
sueño.
-Nos fijamos todo el
rato en ella, pero no me puedo llegar a imaginar lo que debió de pasar por la
cabeza de Guido en cuanto se supo niño robado…la vida te da un vuelco de 180
grados…
Lo que conozco de la historia es ya por la prensa.
El caso de Guido yo creo que fue singular por el hecho de que su abuela era
nada más y nada menos que Estela de Carlotto. Otros
casos han podido pasar más desapercibidos para los medios, pero el revuelo que
se montó en los medios tras la aparición de Guido creo que lo tuvo que
descolocar. ¡Era el nieto de la presidenta de las Abuelas Plaza de Mayo!. Estela es una persona mundialmente reconocida, así que la
noticia tuvo un eco desmesurado.
-Lo más duro fue tener
que pasar ante muchos de sus conciudadanos y conciudadanas como burlas,
insultos, señalándolas…hubo una verdadera campaña mediática contra ellas.
Sí, pero cuando una escucha a Estela hablar de esto
toma consciencia de la fuerza y valentía que tiene. Es una mujer que no se
amedranta ante nada, ni lo hizo entonces ni lo haría ahora. Siempre fue con la
cabeza bien alta luchando por aquello por lo que creía. Es una mujer
tremendamente fuerte, que se crece ante las adversidades. Es admirable.
-Es difícil hablar, leer
y escuchar testimonios como el de Estela sin acordarse de que en este país
sufrimos 40 años de dictadura y mucha gente todavía no sabe ni dónde están los
suyos….cunetas, fosas comunes…
Lo de este país es punto y aparte… ¿Qué más se
puede decir…? Es imperdonable.
-El otro caso que tratas en este libro es el
de las Hermanas de la Magdalena en Irlanda con sus lavanderías… ¿qué fue lo que
te llevó a trabajar sobre este tema?
Este tema lo conocía vagamente a través del cine,
concretamente de la película de ‘Philomena’. Luego
marché a Irlanda a estudiar y decidí indagar en el tema, con la enorme suerte
de conocer a gente que lucha por restablecer la dignidad de estas mujeres y que
se repare el daño que la Iglesia y el Estado hicieron.
-Otra
vez la Iglesia y un concepto, muy descarnado, de “escarmiento y castigo” con
una vulneración de los DDHH que hizo mella y marcó a muchas mujeres, jóvenes,
irlandeses…
Sí, la Iglesia, como hemos dicho antes, juega un
papel determinante en las tres historias. Hay que tener en cuenta que la
Iglesia ha sido siempre muy influyente en la sociedad irlandesa y además en el
caso de la libertad sexual de las mujeres, un campo en el que parece que todos
tienes mucho que decir y opinar excepto, precisamente, nosotras, las mujeres,
-Estas jóvenes, por
mucho que haya pasado el tiempo ,deben arrastrar como
una pena, como una herida que no debe de terminar nunca de cerrarse
Es imposible ponerse en la piel de estas mujeres,
pero en Dublín tuve la oportunidad de conocer a una ‘presa’ de las Lavanderías
y, de nuevo, encontré en ella la misma fuerza que había visto en Estela. El ser
humano tiene una capacidad extraordinaria para sobreponerse a estos hechos,
aunque es obvio que es muy difícil soltar lastre tras experiencias de este
tipo.
…-¿Cómo
era estar interna en las Lavanderías de la Magdalena?
Un horror. Se pasaban el día rezando y lavando
ropa. Rezar para conseguir el perdón de Dios (y de la sociedad) y lavar la ropa
que venía a ser como lavar los pecados del alma, todos ellos relacionados con
la sexualidad femenina. Trabajaban los siete días de la semana, no podían
hablar entre ellas, sufrían vejaciones y malos tratos físicos… En realidad las
Lavanderías eran lo más parecido al infierno.
-¿Cómo encontraste a las
mujeres que, después de todo, dan su testimonio de lo acontecido a sus madres y
de lo que ellas, por sí mismas, han tenido que vivir?
Fue en el cementerio de Glasnevin,
en Dublín. La asociación ‘Justice for
Magdalenes’ organiza todos los años un acto
simultáneo en varias ciudades de Irlanda consistente en llevar flores a las
fosas comunes donde se enterraron decenas de mujeres que fallecieron en las
Lavanderías. Yo fui al celebrado en Dublín donde tuve la suerte de conocer a
Elizabeth, una víctima de las Lavanderías. Era la única víctima que había en
este acto.
-Fueron muchos años de
horror, de verdadero horror. Desde finales del XIX a 1996…
Demasiados. Quizás porque hasta reciente contaron
con el apoyo del Estado y el visto bueno de parte de la sociedad irlandesa.
Tenga en cuenta que el mismo Estado era cliente de estas Lavanderías
…
-¿La sociedad irlandesa crees que ha empezado
a levantar la cabeza y mirarse a sí misma, cogiendo y reconociendo casos como
el de las Hermanas de la Magdalena?
Tengo ciertas dudas al respecto… Es cierto que hay
una parte de la sociedad que ha decidido hacer frente a la realidad e
investigar por conocer lo que realmente ocurrió en esta institución. Pero sus
indagaciones no han contado con el apoyo incondicional del gobierno de Irlanda…
y cuando esto ocurre –igual que en el caso español- esclarecer los hechos es
realmente difícil.
-¿Podremos hablar de
justicia para con el reconociendo a las víctimas?. ¿Y
cómo queda el papel del perdón que generaciones de curas, monjas y demás
deberían pedir…?(Aunque con el perdón no creo que sea
suficiente, hay que haber justicia y responsables)
Aquí tenemos dos elementos a tener en cuenta. Por
un lado la Iglesia, que no ha pedido perdón. Por otro lado, el Estado que sí ha
pedido perdón pero no termina de implicarse todo lo que sería de esperar en las
investigaciones. De hecho, el gobierno irlandés elaboró un informe que ha sido
duramente criticado por ‘Justice for
Magadalenes’ al considerarlo deficiente e irreal.
-En todos los casos que
abordas, son tres, te tienes que “vestir” de una sensibilidad y como con
armadura, pero en el caso de Clara que reclama el derecho a una muerte digna,
puede que sea especial, ¿no?
Los tres han sido muy especiales y es cierto
también que tras las entrevistas una se va a casa dándole vueltas al tema…
Clara fue muy especial porque en un principio no contaba con la posibilidad de
poder entrevistar a una persona que iba a morir semanas después. Pero a través
de una retahíla de conocidos llegué a ella y fue excepcional.
-Decidir sobre cómo
vivir es cosa de cada uno de nosotros, ¿por qué no lo es, también, el derecho
de morir dignamente?
Porque hay quienes tiene un concepto de la
‘libertad’ que deja un poco que desear… Todos entendemos que uno tiene libertad
para vivir cómo desee pero no para morir como quiera.
-¿Qué viste de especial
en Clara cuando y mientras compartiste ratos con ella?
Clara era una mujer fuerte, inteligente, culta,
valiente… me faltan calificativos para describirla. Tenía claro que quería
morir, que ya no quería vivir porque entendía que su vida ya no era digna y que
lo que le esperaba no era nada esperanzador. Vi en ella la entereza de una
persona que toma una decisión tan importante como es la de morir con plena
conciencia y meditada, firme, sin vuelta atrás.
-Pero otra vez nos
topamos con la Iglesia, con el conservacionismo, con políticos que gestionan o
“mal gestionan” con su silencio sobre esto… ¿no te has como “agotado” de
encontrarte todo el rato con ellos…?
La Iglesia ha sido un elemento clave en la
Historia. Por encima de todo creo en la libertad de las personas, por tanto me parece
estupendo que la gente crea en la Iglesia, de hecho es importante también
señalar que no toda la Iglesia es igual. El problema es que el núcleo duro es,
precisamente, conservador y no quiere perder la influencia que siempre ha
tenido. En mi opinión es importante separar Estado y Religión, sea cual sea.
21196
Vidas comprometidas. Víctimas que
luchan por los derechos humanos.
Berta Rodrigo Mateu. Prólogo de Baltasar Garzón
96 páginas 13,5 x 21 cms.
12.00 euros
La Catarata
Ante la vulneración de derechos humanos, incluso
siendo generalizada y habitual, puede suceder que la sociedad no sea capaz de
alertar de la gravedad del caso, normalizándola y perpetuándola. Sin embargo,
en ciertas ocasiones, hay quienes superan esa inercia, consiguiendo vencer la
sensación de no poder hacer nada, y denuncian la injusticia. Despiertan
auténtica admiración, sobre todo si son las personas que han sufrido la
violación de sus derechos quienes no se conforman con el papel de víctimas y
luchan por la dignidad y el respeto. Así son las personas que protagonizan las
historias que se recogen en este libro sobre el derecho a la identidad, el
derecho a la reparación y la dignidad de las víctimas y el derecho a una muerte
digna. La autora, gracias a una extensa labor de documentación, nos transmite
no solo el contexto y las circunstancias, sino cada vivencia personal, apelando
irremediablemente a nuestro compromiso con los derechos humanos y una sociedad
más justa. Como dice Baltasar Garzón en el prólogo: “Sus historias son tan
especiales, tan enriquecedoras, que no solo merecen ser contadas, sino, sobre
todo, es imprescindible que se conozcan y sirvan de reflexión y referencia”.
Berta Rodrigo Mateu
Periodista e historiadora, especializada en derechos humanos, democracia y
justicia internacional. Ha publicado en diversos medios como Le Monde Diplomatique o Claves de la razón práctica, donde se ha
especializado en el género de la entrevista. Es autora de dos libros de investigación
histórica y tiene una amplia experiencia como crítica literaria e histórica.
_____________________________________________________________________
LA LIBRERÍA DE CAZARABET - CASA SORO (Turismo cultural)
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069