La Librería de Cazarabet Indignado

logoganar.jpgCazarabet conversa con...   José Antonio Benavente, consejero en la Comarca del Bajo Aragón por Ganar Alcañiz.

 

 

 

 

Retrato-cotoño.jpg-Hola amigo José Antonio, ¿qué es aquello que hace que un hombre dedicado a la historia y la arqueología pase a formar parte de una candidatura, Ganar Alcañiz, participada por  Podemos (aunque sabemos que vas como independiente)? ¿Qué influencia ha tenido en esta decisión tuya el 15M o el movimiento de indignados?

-Con el paso de los años mi interés por participar en la política local ha aumentado, aunque debo reconocer que soy bastante escéptico respecto a las posibilidades de lograr cambios importantes en nuestros pueblos y comarcas en los que existe una estructura de gestión política muy rígida y una situación económica complicada. Después de ocho meses de experiencia como concejal debo decir que sigo manteniendo ese escepticismo. Creo que, incluso en el caso de gobernar, parece posible cambiar las formas, y ya sería bastante, pero pienso que son poco viables los cambios profundos en el sistema de valores, de criterios y de acciones para mejorar la gestión de nuestros recursos, entre otras cosas porque la propia normativa y estructura de la administración pública no lo permite. Decidí presentarme a las primarias de Ganar Alcañiz  porque me pareció la opción más abierta y participativa, distinta a otros procesos de elección de representantes y también porque su ideario creo que encaja mejor con mi forma de pensar. La verdad es que me planteé esa posibilidad como una especie de trabajo de “fin de carrera” profesional, con el objetivo de intentar aportar a la sociedad en la que vivo, en una escala distinta a la puramente técnica, mi experiencia en los asuntos en los que llevo trabajando desde hace treinta y cinco años, como son la conservación y puesta en valor del patrimonio, la cultura, el turismo o el medio ambiente.  Pero está claro que estando en la oposición, como nos ocurre en el Ayuntamiento de Alcañiz y en la comarca del Bajo Aragón, la capacidad de decisión y de cambio es muy reducida y no creo que en esta legislatura podamos, en este aspecto, hacer grandes cosas. Pero también creo, y por eso decidí involucrarme en política, que no hay que rendirse nunca y que hay que seguir luchando para conseguir, aunque sea a medio o largo plazo, algunos pequeños cambios. Y sí, desde luego en mi decisión, han influido claramente los movimientos ciudadanos del tipo 15 M, plataformas y movimientos sociales en los que sigo confiando como casi la única alternativa de futuro a la denominada “vieja política”.

-¿Crees que la gente del Bajo Aragón, a la que le puedes tomar el pulso diariamente, está como más “activada” que otras veces y otros tiempos…?

-Pues no estoy muy seguro. Probablemente sí hay más interés en la política y en la participación ciudadana pero creo que es un fenómeno generalizado en nuestro país, no solo en el Bajo Aragón, y seguramente se debe al descontrol de la clase política, la alarmante corrupción y la conciencia de que la toma de decisiones de nuestros dirigentes suele favorecer siempre a la misma minoría. Movimientos como el 15 M, los indignados y las plataformas sociales han nacido como consecuencia del hastío y del cansancio de la población ante estas situaciones reiteradas y han mejorado y aumentado la masa crítica, pero su desarrollo sigue siendo, o al menos así lo percibo yo, muy lento y a menudo inseguro. Sin ir más lejos, en la últimas elecciones municipales el grupo del PP que gobierna el Ayuntamiento de Alcañiz, después de una nefasta gestión política y social sostenida durante cuatro años en mentiras y en el apoyo indisimulado de algunos medios de comunicación, ha mejorado sus resultados pasando de 6 a 7 concejales lo que le convierte en un caso raro en Aragón y en España. Así que, a raíz de estos resultados, al menos en Alcañiz, no me atrevería a decir que haya aumentado mucho el interés por el cambio. Al final, el pacto PP-PAR sigue funcionando, por mucho que nos disguste a los grupos de la oposición. Pero, en todo caso, lo de Alcañiz es excepcional y afortunadamente en muchos ayuntamientos de Aragón y España y también en las Comunidades Autónomas ha ocurrido lo contrario. Esperemos que a nivel nacional ocurra pronto lo mismo y sea posible un acuerdo de partidos de izquierda con un nuevo avance en los logros de la mayoría social.

396591_2508974804806_326971.jpg-Me imagino que estaréis en constante vigilancia con el tema del Hospital Comarcal de Alcañiz, ¿en qué estado se encuentra y explica si, desde la Institución de la Comarca del Bajo Aragón se puede hacer algo?

-El fracaso del intento de privatización del Hospital de Alcañiz es un claro ejemplo de la capacidad de cambio que puede desarrollar la movilización ciudadana organizada en movimientos cívicos o plataformas como la Defensa de los Servicios Públicos y Derechos Sociales del Bajo Aragón que fue la promotora de esa movilización. No es un caso único en nuestra tierra,  recientemente otra plataforma vecinal, “El Bergantes no se toca”, de Aguaviva, ha conseguido paralizar un desmesurado proyecto de regulación de dicho río que afectaría de forma irreversible a su riqueza natural y medioambiental. Así que, al menos, podemos decir que la lucha organizada y constante da resultados y ésa es la mejor esperanza y motivación para seguir luchando por los intereses de esa mayoría. Desde luego, seguimos y seguiremos estando muy atentos al desarrollo y ejecución del nuevo proyecto del Hospital de Alcañiz para que su gestión sea pública al cien por cien, no sufra recortes y se construya lo antes posible. Con respecto al papel de la comarca del Bajo Aragón en este asunto no me ha parecido hasta ahora especialmente relevante. El Hospital de Alcañiz será publico por la presión de las plataformas ciudadanas y porque el gobierno autonómico del PSOE, con el apoyo y la exigencia de otros partidos como Podemos, IU y CHA, así lo han asumido. En la comarca del Bajo Aragón, en este sentido, simplemente se aprobó una moción, por cierto a propuesta del PP, para que el Hospital de Alcañiz se construya pronto y sin recortes y no parece que, de momento, se vaya a hacer nada más desde esta institución.

-¿No crees que España tiene demasiadas instituciones, a menudo para no agilizarse, algunos temas?

-Sí, es evidente que hay demasiadas instituciones y que sobran algunas. A la administración central hay que añadir la autonómica, la provincial, la comarcal y la municipal, y también algunas mancomunidades. Dudo que existan tantas administraciones en otros países de nuestro entorno. Hay instituciones como el Senado que están siendo cuestionadas hace tiempo aunque no se observa ningún movimiento serio para suprimirlo. En el caso de Aragón, con la creación de las comarcas, se especuló con la desaparición de la Diputación Provincial, pero esta decisión no es autonómica sino de ámbito nacional y la realidad es que el gobierno del PP no solo no ha planteado su disolución sino que las ha reforzado. En el caso de la comarcalización aragonesa, aunque teóricamente supone un acercamiento de la administración a los ciudadanos, la realidad, en mi opinión, es que hay demasiadas comarcas, demasiados consejeros, un porcentaje muy alto de gastos de representación en órganos colegiados, duplicidad de competencias y mucho clientelismo. Mi experiencia personal en estos siete u ocho meses de legislatura es que en las comarcas parecen predominar otros intereses que el de la eficacia de la administración pública. La Diputación Provincial tampoco se caracteriza precisamente por su operatividad y mucho menos por su transparencia. En este debate parecería más lógico suprimir las Diputaciones Provinciales, que se muestran obsoletas tras su creación hace dos siglos sin apenas haber modificado y actualizado su funcionamiento, y al mismo tiempo reformar profundamente y mejorar la capacidad de gestión y las competencias de las comarcas. Todavía hoy los grandes partidos políticos tienen a demasiada gente colocada en estas instituciones y su supresión o eliminación no parece fácil a corto plazo.

charla-iberos-10-06-09-002.jpg-¿Cómo argumentarías que lo que estamos viviendo todavía, yo no sé si acabaremos de vivirlo nunca, son los efectos colaterales de una crisis abrumadora y desgarradora que es, en realidad, una estafa?

-Nunca me he creído que la clase media y trabajadora sea la culpable de esta crisis. Ese mensaje de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades me parece una mentira y una falacia absolutas promovidas por las élites financieras y políticas que son las auténticas responsables de la crisis. De hecho, en los últimos años, en nuestro país, ha aumentado de forma vergonzosa la desigualdad social, la precariedad laboral, el desempleo, la emigración de jóvenes y ante el creciente empobrecimiento de las clases trabajadoras una minoría se está enriqueciendo escandalosamente. Así que es evidente a quién beneficia y quién saca partido de esta y de otras crisis similares. Además, las acciones del gobierno en defensa de los negocios de entidades bancarias y multinacionales, priorizando el pago de las supuestas deudas por encima de cualquier otro gasto, no ofrecen ninguna duda sobre esta asociación de intereses entre políticos y banqueros. La realidad de las denominadas “puertas giratorias”, la prevaricación, la corrupción y la impunidad fiscal de los grandes empresarios, son algunas muestras patentes de esta injusta situación. Evidentemente, la crisis se convierte en una gran estafa que afecta a la mayoría de la población, pero tanto los gobiernos como el propio sistema judicial no parecen tener demasiado interés en acabar con ella y exigir responsabilidades a los culpables. El mundo lo sigue gobernando el dinero.

-Si seguimos llamándola crisis tendremos que mirarnos en el espejo: y es que me da que mucha gente confundió que la democracia era depositar un voto cada cuatro años, sin más… y la democracia es algo más. Lo que quiero decir es que hay, también una profunda crisis de valores desde lo humano, íntimo y personal a la convivencia y hacia lo social, coméntanos…

-Sí, antes lo hemos comentado. Yo diría que más que una crisis de valores lo que falta es una idea clara de adonde queremos llegar. Estoy seguro de que hasta el sistema democrático es muy mejorable pero, hoy por hoy, no tenemos certeza sobre qué otro sistema de gobierno y de gestión de nuestros recursos podría sustituirlo. Y, además, está claro que nuestros gobernantes tienen como horizonte de gestión periodos de tiempo muy cortos, legislaturas de cuatro u ocho años, y no parecen dispuestos a buscar soluciones a los graves problemas que nos van a afectar a medio o largo plazo. Yo creo que los próximos cambios de organización política, que ya han comenzado con grupos de tendencia ecologista, estarán en directa relación con el medioambiente y la propia supervivencia de la humanidad en este planeta. Además del preocupante cambio climático, que no deja de ser un fenómeno natural más o menos rápido que se repite en la historia de la tierra (hay numeroso ejemplos relativamente recientes), existen nuevos condicionantes que antes no se daban de forma tan masiva como la contaminación de las grandes ciudades y de los mares, la deforestación, la escasez de agua o los riesgos de la energía nuclear. Es evidente que la vida en las próximas décadas se va complicar mucho en las grandes ciudades y que será necesario tomar medidas muy radicales para comenzar a cambiar ese proceso autodestructivo y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Pero también creo que la tecnología, los avances científicos y la propia conciencia y sabiduría humanas podrán resolver esos problemas utilizando energías más limpias y ecológicas, repartiendo mejor los alimentos, cambiando las formas de vida hacia un consumo más racional y eliminando de una vez el sistema capitalista fundamentado en una deuda que nunca tiene fin. Lo más probable es que estos cambios radicales se den por puro agotamiento de la explotación de la humanidad y de los recursos naturales, o sea, cuando ya no quede otro remedio. Y si vamos a nuestro entorno actual, en el Bajo Aragón y en la provincia de Teruel, diría que nos enfrentamos hoy también a otro gran problema, el de la despoblación y el envejecimiento de la población, que comienzan a ser irreversibles. ¿Hay algún intento serio por parte de los políticos actuales de afrontar este problema? Yo diría que no, y quizás cuando se quiera solucionar sea demasiado tarde.

personas-presentado.jpg-Vamos a ver, es que todo debe surgir, también, de cómo queremos entender la nueva manera de hacer política: aquello que no podemos consentir es elegir a nuestros representantes (como alcaldes, concejales, consejeros, diputados…etc...) y hacer que estos lo decidan todo como sin control…debe haber mayor participación ciudadana y se debe o se debería de consultar a la ciudadanía, ésta debería tener el poder de decidir…

-En este aspecto lo que hasta ahora he visto en el grupo político Ganar, al que pertenezco, me parece muy positivo, incluso me sorprende. Yo, sinceramente, pensaba que en pocos meses los concejales que representamos en Alcañiz a este grupo de confluencia de partidos y personas de izquierda  nos íbamos a quedar bastante solos y aislados hasta las próximas elecciones, intentando superar entre nosotros poco a poco nuestra inexperiencia. Pero no ha sido así, al menos hasta ahora, y creo que podemos contar durante toda esta legislatura con un nutrido grupo de ciudadanos de distinta filiación política que asisten a las asambleas y reuniones  apoyándonos y ayudándonos constantemente con su trabajo y con su participación en la elaboración de propuestas, en los plenos, en la reciente audiencia pública y, en definitiva, en el intento de cambio y mejora del Ayuntamiento de Alcañiz. También en la comarca del Bajo Aragón, a pesar de ser el grupo con menor representación, solo 4 de 35 consejeros, estamos realizando un trabajo continuo, el más visible y constante de todos los grupos políticos, luchando por la mejora de la propia institución, presentando mociones que se han aprobado en favor de la transparencia y la participación ciudadana, de la protección de sitios de interés geológico,  del control y mejora del reparto de las ayudas del Fite, etc. De todos modos, creo que el nuevo sistema de participación ciudadana que estamos desarrollando, y que muchos partidos políticos ni siquiera entienden, tiene todavía un carácter casi experimental por lo que es necesario ir corrigiendo y mejorando este procedimiento para que sea más ágil y operativo y para que toda la ciudadanía pueda aportar sus ideas e inquietudes y se sienta realmente representada en todas las instituciones. También la aprobación de reglamentos en los que se regulan aspectos tan importantes como la duración máxima de los mandatos de los representantes políticos, la transparencia en la información sobre sus ingresos y bienes antes y después de su paso por la política, la limitación de los sueldos como representantes, etc. deberán contribuir a la regeneración de esa clase política hoy, y con toda razón, tan denostada.

DSCF7363.JPG-Así, con más motivo, les podríamos exigir más transparencia a nuestros representantes (tanto a los que hemos votado como a los que no) y que si se han propuesto para lo que se han propuesto sea con todo….lo que no puede ser es lo que ha pasado más de una vez,  que uno porque esté de diputado, de consejero firme o asuma ciertas políticas porque o no se ha mirado las normativas, no las entiende o ya le viene bien y es que debe ponerse la responsabilidad política en mayúsculas….que es lo que , más o menos, pasa con la tramitación y gestión de inversiones, subvenciones…

-En nuestro entorno hay un reducido número de personas que han hecho de la política su profesión y llevan viviendo de ella desde hace décadas, y también hay un número todavía mucho mayor de personas que les hubiera gustado seguir viviendo de la política y no lo han conseguido. No hay sillones para todos. Creo que la auténtica atracción de la política, además de la cuestión económica, que no es baladí para mucha gente que no sabe hacer otra cosa, es la de la capacidad de decidir y de influir en asuntos tan pragmáticos como las adjudicaciones de contratos, la concesión de subvenciones, decidir dónde se invierte dinero público y dónde no, controlar la información de la administración, etc. y eso ocurre en todos los ámbitos, desde el estatal hasta el local. En definitiva, en la capacidad de favorecer o de perjudicar a unos o a otros y, al mismo tiempo, en beneficiarse uno mismo, claro. Esa es la base de la corrupción que tantos estragos está haciendo en la gestión de la administración pública y en la pésima consideración que la ciudadanía tiene de la clase política. Así que lo difícil, aunque no imposible, es encontrar políticos responsables que no quieran utilizar esa actividad política en provecho propio o en el de sus amigos o familiares. Por otra parte, la habitual ausencia de participación ciudadana da lugar a que al final las decisiones las tome una pequeña camarilla de dirigentes que acaban utilizando inevitablemente el clientelismo para mantener su posición de privilegio. En nuestra zona, la gestión y reparto de ayudas del FITE son una clara muestra de este fenómeno que parece repetirse en todas partes. Por eso es necesario el control, el seguimiento exhaustivo, la denuncia sistemática de las prácticas ilegales y la exigencia de responsabilidades a quienes las cometen, y ahí es donde jugamos un papel fundamental los grupos políticos minoritarios como Ganar, tanto en los ayuntamientos, como en las comarcas y en la Diputación de Teruel.

 

 

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