Cazarabet conversa con... José Domingo
Dueñas Lorente, editor de “La baba del caracol” (Prensas de la Universidad de
Zaragoza) de Ramón Gil Novales
Ramón Gil Novales es rescatado desde
Prensas de la Universidad de Zaragoza.
El autor es integrante de la
Generación del 50, también llamada del medio siglo de de los niños de la
guerra; una denominación que da la historia de la literatura
española a la generación literaria de escritores nacidos en torno a los
años 1920 y que publican en torno a los años 1950; superada la Guerra Civil,
son considerados "hijos" de la misma. Para más información.- https://es.wikipedia.org/wiki/Generaci%C3%B3n_del_50
Se encarga de esta presente edición
José Domingo Dueñas Lorente.
Este libro se encuentra dentro de la
temática de Prensas Universitarias, desde la colección Larumbe.
Textos Aragoneses. Esta colección
congrega textos interdisciplinares, aunque suma más “lo literario” desde su
caudal básico y siempre teniendo como denominador común las obras vinculadas
con Aragón. La colección Larumbe está compuesta por
una selección de textos—prologados, editados y anotados según las normas de la
comunidad científica—cuya importancia haya sido
decantada por el tiempo o donde los especialistas descubran motivos de interés
para publicarlos. La colección está destinada—uniendo calidad y utilidad—por lo
común a satisfacer la curiosidad general, siempre a elevar la cultura media del
lector aficionado y, cuando lo sea por obligación o profesión, a ofrecer
instrumentos fiables para la docencia, el estudio y la investigación
Lo que nos dice la sinopsis del libro:
La baba del caracol apareció a finales
de 1985 en la colección Nueva Biblioteca de Autores Aragoneses, que dirigió el
profesor José-Carlos Mainer para Guara Editorial. En
su momento, fue catalogada como la gran novela de la emigración aragonesa en
Cataluña. Pero tanto los editores como críticos bien informados advirtieron de
que si la novela respondía a este marbete también lo sobrepasaba con mucho por
la hondura y sutileza con que aborda los grandes asuntos del ser humano. Los
personajes, impregnados de la inquietud propia del final del franquismo,
intentan esforzadamente imprimir sentido a unas vidas marcadas por el caso Matesa, el Proceso de Burgos o la sorda represión del
Régimen. Martín Cartirana, héroe de la narración,
merece ser inscrito entre los grandes personajes de la novela española del
siglo XX.
El escritor, dramaturgo y traductor,
Gil Novales: https://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_Gil_Novales
Ramón Gil Novales (Huesca, 25 de
noviembre de 1928-Barcelona, 21 de mayo de 2018) fue un escritor,
dramaturgo y traductor español de la Generación del 50 o del Medio Siglo,
hermano mayor del historiador Alberto Gil Novales. Hijo de Ramón Gil,
funcionario de la Diputación de Huesca nacido en Boltaña,
y de Concha Novales, una maestra oscense de orígenes navarros y riojanos. Su
abuelo materno emigró a Buenos Aires y al volver se estableció en Huesca, donde
abrió una fábrica de alpargatas y más tarde se hizo constructor. Estudió en el
Instituto Ramón y Cajal de Huesca; tuvo por profesor de francés a Michel del
Castillo y de inglés al librepensador Eduardo Vázquez, y sufrió los bombardeos
de la Guerra Civil. Empezó Derecho en la Universidad de Zaragoza, pero lo
abandonó por falta de interés. Dentro de la Generación del Medio Siglo se ubicó
en el grupo de Barcelona, donde reside desde 1955 y donde conoció, gracias a su
amigo Carlos Cortés, a Carlos Barral, para quien hizo traducciones, Jaime Gil
de Biedma y a los hermanos Goytisolo, amistando en particular con el poeta en
catalán Salvador Espriu. Trabajó durante un tiempo en
la Editorial Plaza y Janés. Es habitual de una
tertulia con un grupo de amigos, entre los que está el historiador Gabriel
Jackson. En toda su obra son constantes dos elementos: la localización
aragonesa y la difícil inserción social de los que anteponen la honestidad al
beneficio personal. Trata las relaciones del hombre con el poder, el
caciquismo, la emigración, la guerra... Su estilo es muy puro y cuida
especialmente la oralidad de la palabra. En su teatro señala Manuel Gómez
García (Diccionario Akal de Teatro) los rasgos
determinantes del compromiso crítico, la denuncia y la investigación formal. Es
Premio de las Letras Aragonesas 2008. (Fuente: Editorial Montesinos)
El encargado del cuidado de esta
edición, José Domingo Dueñas y su
trabajo en torno a las letras: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=101665
Vamos a intentar saber un poco más del
profesor José Domingo Dueñas Lorente que es profesor de la Facultad de Ciencias
Humanas y de la educación de la Universidad de Zaragoza, desde el Campus de
Huesca. Está adscrito al área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, ha
alternado investigaciones sobre autores contemporáneos con otras centradas en
la literatura infantil y juvenil o la formación de lectores. Doctor en
Filología Hispánica ha dedicado numerosos estudios a Ramón J. Sender (de quién
se encargó de editar desde la Colección Larumbe de
Prensas Universitarias, Proclamación de la sonrisa--. También ha editado del
mismo Gil Nogales Cuentos completos y Voz de muchas aguas que fue la primera
novela del autor. Ambos títulos se encuentran en la colección Literatura de
Prensas de la Universidad de Zaragoza.
Cazarabet conversa
con José Domingo Dueñas Lorente:
-Amigo, ¿qué
representa La baba del caracol para la narrativa que surge desde Aragón?.¿Qué representa más allá de Aragón, viéndola, esta obra
narrativa, como desde fuera?
-La baba del caracol (1985) es
una novela exigente consigo misma y con el lector. Su autor, Ramón Gil Novales
(Huesca, 1928-Barcelona, 2018) ha de ser inscrito con todo derecho en la
promoción del medio siglo, quienes vivieron de niños la Guerra Civil, y
empiezan a publicar en los años 50 o 60 del siglo XX. Es una promoción que
aprecia mucho la literatura como producto artístico y como forma de
transformación del individuo. Fue una novela muy bien acogida en su tiempo,
aunque un tanto postergada por su temática -la emigración aragonesa en
Barcelona- y por su complejidad. Fuera
de Aragón ha sido escasamente atendida, precisamente por considerarla de ámbito
local, algo que es totalmente falso.
-¿Podríamos decir que se trata de una novela
de narrativa social?
-No es propiamente una novela social.
Más bien, Gil Novales sigue la pauta renovadora de Tiempo de silencio (1962),
de Luis Martín-Santos y de otros, tras el fracaso de lectores que había
supuesto la "novela social" en los años 50 y 6o. Con Martín-Santos,
los Goytisolo, Benet, Guelbenzu, o la narrativa
hispanoamericana que llega a España en aquellos años, Gil Novales pretende
dirigirse al público natural de la novela en España, intelectuales y pequeña
burguesía letrada.
-Es catalogada como la gran novela de la emigración aragonesa en
Cataluña, porque se centra en la emigración en Cataluña, pero nos podemos
imaginar de que es una novela sobre la emigración en otros lares, ¿no?
-Gil Novales entregó en 1978 a Andalán
pequeñas biografías de aragoneses que vivían en Barcelona, ahí descubrió -según
el propio autor- las posibilidades que ofrecían tales personajes para el
novelista. En cualquier caso, como ya señaló en su día Horno Liria o
José-Carlos Mainer es una narración que supera con
mucho una circunstancia sociológica, como puede ser la vida de los emigrantes
aragoneses en Barcelona a finales del franquismo, una circunstancia histórica,
por otra parte, ya de por sí muy interesante. Pero la novela aborda también los
problemas eternos del ser humano, y los aborda con particular delicadeza y
admirable sabiduría.
-¿Qué ha significado Ramón Gil Nogales para la
literatura tomando el pulso desde Aragón?
-Ramón Gil Novales fue premio de las Letras
Aragonesas en 2008. Firmó una decena de obras de teatro, la mayoría de ellas
llevada a las tablas con éxito, escribió tres grandes novelas, cuatro
colecciones de cuentos, un libro de reportajes, practicó el periodismo en
Andalán y El día de Aragón, fue traductor de una cincuentena de obras y
guionista para televisión. Con todo ello, es autor muy discretamente conocido. Ciertamente
no tuvo la tentación de intentar ser un escritor popular, fiel siempre a un
modo de entender la literatura muy propio de su generación, pero con todo
merece sin duda mayor reconocimiento.
-Una
narrativa contundente y firme, sin
dudas, que es motivo de reflexión porque se fija en el pálpito constante
de un escritor que narra sin tapujos con un realismo tan fuerte que es áspero…no
es que él –nos referimos al escritor---sea áspero es que refleja lo que hay y
lo que hay es una vida dura…
-Gil Novales entendía la novela más
como metáfora de la vida que como retrato cabal de los acontecimientos
cotidianos, pero sí, sin duda nunca eludió los asuntos más espinosos del ser
humano y quiso, antes que halagar al lector, que su escritura actuara como
verdadero bisturí de la condición humana.
-¿Qué aprende el lector o lectora de la
emigración en Cataluña, leyendo este libro?
-El lector aprende o recuerda cómo fue
el final del franquismo en una gran ciudad como Barcelona, antes del
catalanismo. El proceso de Burgos o el caso Matesa
aparecen en las páginas de la obra como inexcusable telón de fondo de vidas un
tanto a la deriva por el previsible y anhelado final del Régimen, un momento
que despertaba enormes esperanzas pero también inquietudes. Muchos aragoneses
que trabajaron en Cataluña por aquellos años o poco después reconocerán en el
libro muchas de las referencias históricas y vitales que menciona el novelista.
-¿Cuántos Martín Cartirana
hay y había?. Muchos “despertares” se notan y se
palpan ¿verdad?
Martín Cartirana,
el protagonista, es un joven emigrante que procede del Alto Aragón cargado de
virtudes pero que se pierde por inadaptación en un contexto que no es el suyo.
Sin embargo, su amigo y antagonista, Lorenzo Eriste,
también joven emigrante procedente de la montaña altoaragonesa, se adapta a los
valores imperantes en la gran ciudad, e incluso puede decirse que
"triunfa" en la vida. Gil Novales era un autor profundamente aragonés
y lo decía explícitamente siempre que tenía ocasión, pero no quiso demostrar en
La baba del caracol, ni en ningún otro sitio -que yo sepa- la superioridad de
un carácter aragonés -si es que puede decirse así- sobre otras formas de
entender la vida. En efecto, algunos de los personajes más comprometidos en la
novela son catalanes. Y cabe, en efecto, una lectura algo nostálgica por los
"despertares" del momento. La novela se desarrolla entre 1968 y 1973,
pero más que a la nostalgia La baba del caracol incita a la reflexión pausada y
tranquila.
-Se retrata muy de cerca, como palpándola ese
devenir socio político en el que la sociedad estaba sumergida, sobretodo la que
viniendo de Aragón llegó a Cataluña para buscar y encontrar….¿qué
nos puedes comentar?
-Gil Novales escribió la obra en los
primeros años 80, pero el argumento remite, como decíamos, a finales de los 60
y principios de los 70, cuando se palpaba el agotamiento biológico de Franco y,
en consecuencia, de su régimen. Barcelona era entonces un privilegiado lugar de
encuentros, un excepcional portal para las ideas políticas, literarias,
artísticas y sociales de la época. Y ello evidentemente se nota y mucho en la
novela. Gil Novales llegó a Barcelona en 1955, y enseguida conoció a fondo la
vida cultural y literaria de ciudad. Todo esto se refleja, claro está, en su
obra.
-Los cuentos
y la narrativa de Gil Nogales, amigo, ¿a quién van destinados?, ¿qué público
lector encontrará su lugar entre sus creaciones?
-En un principio cultivó el teatro
realista de los años 60 y 70, un teatro político, dirigido a un público
iniciado, pero amplio. Más tarde, de acuerdo, con la propia evolución literaria
de su tiempo, se dirigió más un público más experto, más introducido en las
letras, aunque sin alardes elitistas, pienso yo. Eso fue un signo de muchos
autores de su promoción. Por algo buena parte de ellos incurrieron en largos
periodos de silencio, en busca de un público y, por supuesto, de editores propicios
y un tanto arriesgados.
-¿Cómo definirías a Gil Nogales como escritor?. ¿Es o era de los que reflejaba lo que le removía por
dentro como escritor, haciendo uso del negro sobre blanco?
-Fue un escritor fiel a sus
principios. Conservó siempre un alto concepto de la literatura y quiso estar a
la altura de las circunstancias. Y desde luego, la literatura era para él parte
de la vida. No hubiera tenido sentido vivir de una manera y escribir de otra.
-Me
da que era un escritor muy aragonés…perdona por el atrevimiento, quizás también
por la ignorancia, pero veo como a un
“seguidor de Sender” o a alguien que ha bebido de ese escritor….tú que has
reflexionado sobre ambas plumas, ¿qué nos puedes decir?
-Bueno, sí, admiró a Sender mucho
durante un tiempo, luego se alejó un tanto de su figura cuando lo conoció
personalmente. Pero hay que tener en cuenta que el Sender octogenario era un
hombre baqueteado brutalmente por la vida y aun así siguió firme en bastantes
de sus convicciones. A Gil Novales le gustaba Réquiem por un campesino español,
por ejemplo, pero no tanto las ideas políticas del final del escritor de Chalamera al final de su vida. Con todo, a Sender hay que
apreciarlo en su conjunto y en eso estoy seguro de que mi amigo Ramón Gil
Novales me daría la razón.
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