La
Librería de El Sueño Igualitario
UNA NOVELA DE JOSÉ BLASCO DEL ÁLAMO
DESDE EDITORIAL FUNAMBULISTA.
“Azaña será ejecutado” fue finalista
del premio de novela Ciudad de Badajoz en 2009 y ha sido reelaborado para esta
edición.
El autor, David Durán, vive en el
Madrid de principios de los 90. Trabaja en una tienda de fotocopias a la que un
día acude una mujer de aspecto frágil. Quiere tres copias de la novela que
acaba de escribir. Sin embargo, un mes después la mujer no ha vuelto todavía y
David decide presentar el libro a un premio.
La novela de Laura habla de un grupo de anarquistas en el barrio de Cuatro
Caminos del Madrid de finales de la Dictadura de Primo de Rivera y principios
de la II República. Entre esos anarquistas, algunos son violentos y otros
intelectuales, utópicos (quieren cambiar el mundo con la cultura). El cine, que
por aquellos años dejó de ser mudo para empezar a hablar, será utilizado para
transmitir consignas (en los subtítulos de algunas películas mudas, en los
primeros doblajes…). En el barrio también vive Ramón y Cajal, que tendrá un
papel destacado en la trama. La lucha entre la violencia y el idealismo, la sinrazón
y la cultura, hará que un grupo de anarquistas intente asesinar al presidente
Azaña.
El autor: José Blasco del Álamo ; este castellonense es
licenciado en Periodismo; ha colaborado
en varios medios de comunicación y trabajado como corrector editorial. En la
actualidad, colabora en el periódico digital El Español y
trabaja como maestro en el Maset de Frater, un centro para personas con discapacidad. Ha
publicado una novela, Sueños de sonámbulo (Ellago
Ediciones, 2003), y un libro con parte de su obra periodística, Conciencia
intranquila (Ayuntamiento de Castellón, 2006).
Cazarabet conversa con José Blasco
del Álamo:
-José, ¿qué te ha hecho
acercarte a esa época de nuestra historia contemporánea… época que abarca,
dentro de ella, varios tiempos?
-El origen de la novela
es una entrevista a Alejandro Ávila, actor de doblaje, que escuché en la radio
en el año 2000. Me pareció que el mundo del doblaje era, en la misma medida,
desconocido y fascinante. Al ir leyendo libros sobre dicho mundo, me di cuenta
de que debía contar alguna historia que se remontara a sus orígenes. El
introducir la parte política, la de los anarquistas que utilizan el cine, se me
ocurrió después.
-Siempre me parece que “mezclar” ficción y retazos históricos
de no ficción debe de ser muy difícil, sobre todo a la hora de definir la
trama…
-Hace falta mucha
documentación y un poco de imaginación. A mí me parece apasionante: mezclas
realidad y ficción, y llega un momento en que el lector no sabe distinguir una
de otra; incluso el propio autor puede no distinguir las fronteras.
-Pero también el dibujo de los personajes y demás tiene que
ser de un tratamiento firme…no sé, es como si te hubieses sumergido en la piel
de cada uno de ellos…
-Gracias por esta última
frase. Te sumerges (o al menos lo intentas) en la piel de los personajes cuando
llevas mucho tiempo pensando en ellos, teniéndolos en tu imaginación. Desde que
escuché la entrevista en la radio hasta el punto final han pasado más de quince
años, lo cual supone una relación marital con todos ellos.
-¿Qué ha sido más difícil de documentar, de reescribir como
de pasar a la ficción…?
-La documentación es
enriquecedora, aunque puede convertirse en algo obsesivo en el sentido de no
dejar de comprar libros que te aporten cualquier tipo de información. A mí, lo
que más me cuesta es la reescritura. Aun reconociendo que es fundamental para
conseguir una obra lo más pulida posible, puede hacerte perder la perspectiva
de lo que estás escribiendo y, lo que es peor, puede hacer que odies tu propio
libro.
¿Cómo es el proceso de documentación para una obra como la
presente?
-Muy laborioso debido a
que he escrito sobre temas de los que no tenía un conocimiento profundo: el
doblaje, el anarquismo, Ramón y Cajal, el madrileño barrio de Cuatro Caminos…
Cuando esto sucede necesitas información sobre casi todo. Me he estado
documentando hasta el último momento de la escritura.
-¿Y cómo te la has apañado con la metodología de trabajo?
-Este libro ha sido como
un “Guadiana de palabras”: lo empecé en 2000, pero lo he dejado aparcado en
varias ocasiones por motivos profesionales. Además, le he sido infiel, pues al
mismo tiempo escribía otras novelas.
-Manejas varias épocas, una muy cercana, la de los años 90 de
un joven que, aún con muchos “talentos”, trabaja en una copistería, y la del
grupo de librepensadores…. Creo que no hay tantas diferencias entre ellos
porque el inconformismo, cierta desazón, cierta asfixia de aquello que les
rodea, está ahí…
-Utilizas tres palabras
que definen muy bien a los personajes: “inconformismo”, “desazón” y “asfixia”.
En un momento de la novela más cercana en el tiempo, David le dice a Laura: “En
tu libro ningún personaje es feliz”, sin darse cuenta seguramente de que ni él
ni Laura tampoco son felices.
-Luego está la novela que
David, uno de los protagonistas, el de la época de los 90, plagia para
presentar a un premio. ¿Cómo pensaste darle este giro a la trama?
-En un principio, el
libro solo era la historia de los anarquistas. Sin embargo, un día, yendo a
fotocopiar esa historia, imaginé al empleado de una copistería apropiándose de
la novela que un escritor le lleva para fotocopiar. Y poco a poco fue surgiendo
la parte de David y Laura.
-El cine, otro elemento que juega un papel más que importante
en la trama. Es la época, la de los años 30, en que pasa de mudo a sonoro… divide al espectador, pero tú te aprovechas de
ello. Cuéntanos.
-“Azaña será ejecutado”
gira en torno a dos ejes: el cine y el anarquismo, dos ejes que en algunos
momentos son uno (cuando los anarquistas lo utilizan para transmitir sus
consignas). Lo mismo que he dicho antes sobre el doblaje, lo puedo aplicar al
periodo de tiempo en que el cine dejó de ser mudo para empezar a hablar: tan
desconocido como fascinante.
-Ramón y Cajal juega un papel importante en esta novela. Por
favor, amigo, da unas “pistas” de su papel a nuestros lectores…
-Con Ramón y Cajal me
encuentro de casualidad cuando estoy documentándome sobre Cuatro Caminos, al
descubrir que tenía una casa en el barrio. Luego, al documentarme sobre Cajal,
se da una segunda casualidad: descubro que formaba parte del comité de honor
del patronato de la Escuela Moderna, es decir, era un librepensador que podía
sentir admiración por los anarquistas utópicos.
-Había anarquistas, y esto ya se arrastraba desde hacía muchos
años, que estaban por la reivindicación y la lucha, mediante el idealismo y la
acción pacífica; pero los había, también, que eran partidarios de la violencia
y de la acción directa. Son estos últimos los que desprecian a Azaña: ¿qué les
empuja a ello hasta tal punto que, en tu trama, quieren asesinarlo? Estoy
casi segura de que este desprecio existió en mayor o menor medida…
-De los dos tipos de
anarquistas, me quedo con los primeros: personajes reales como “los apóstoles
de la idea” en Andalucía,
que ni fumaban ni bebían. Hablaban de la necesidad de aprender, fomentar la
lectura, la ética personal. Para mejorar el mundo primero debían mejorar ellos
mismos. La lluvia no dependía del campesino, la ignorancia sí. En cuanto a los
segundos, despreciaban a Azaña como símbolo de la burguesía capitalista: era un
hipócrita que almorzaba en el Hotel Palace, acudía a
los Consejos en el Palacio Real y cenaba en el Ritz. Y lo sucedido en Casas
Viejas, donde murieron veinte campesinos, fue el detonante, aunque nunca se
demostró que Azaña tuviera una responsabilidad directa en ello.
-Amigo, ya por último: ¿cómo ha sido trabajar con Funambulista? Y ¿nos puedes dar alguna fecha sobre lo que
estás trabajando ahora?
-Para mí es un privilegio
estar en el catálogo de Funambulista, por el
prestigio que tiene y por el amor que pone en cada libro editado. Además,
gracias a los consejos que me han dado, la novela ha mejorado. Ahora mismo, en
cuanto a procesos creativos, estoy centrado únicamente en los artículos que
cada mes publico en “El Español”.
21812
Azaña será ejecutado. José Blasco del
Álamo
324 páginas 15 x 22 cms.
18.50 euros
Funambulista
David Durán vive en el Madrid
de principios de los 90. Trabaja en una tienda de fotocopias a la que un día
acude una mujer de aspecto frágil. Quiere tres copias de la novela que acaba de
escribir. Sin embargo, un mes después la mujer no ha vuelto todavía y David
decide presentar el libro a un premio.
La novela de Laura habla de un grupo de anarquistas en el barrio de Cuatro
Caminos del Madrid de finales de la Dictadura de Primo de Rivera y principios
de la II República. Entre esos anarquistas, algunos son violentos y otros
intelectuales, utópicos (quieren cambiar el mundo con la cultura). El cine, que
por aquellos años dejó de ser mudo para empezar a hablar, será utilizado para
transmitir consignas (en los subtítulos de algunas películas mudas, en los
primeros doblajes…). En el barrio también vive Ramón y Cajal, que tendrá un
papel destacado en la trama. La lucha entre la violencia y el idealismo, la
sinrazón y la cultura, hará que un grupo de anarquistas intente asesinar al
presidente Azaña.
Azaña será ejecutado fue finalista del premio de novela Ciudad de Badajoz en
2009 y ha sido reelaborado para esta edición.
«Tasio encendió un cerillo; en la corteza del árbol alguien había grabado
una calavera con dos huesos cruzados. Debajo se leía: «Ejecutado será Alfonso
XIII el día de su enlace. Un irredento». Y a la derecha: «Dinamita». Leí
aquella inscripción como si leyera el más turbador de los secretos…
Leer un fagmento:
http://issuu.com/henrywhalley/docs/fragment
José Blasco del Álamo (Castellón, 1974), licenciado en Periodismo, ha
colaborado en varios medios de comunicación y trabajado como corrector
editorial. En la actualidad, colabora en el periódico digital El Español y
trabaja como maestro en el Maset de Frater, un centro para personas con discapacidad. Ha
publicado una novela, Sueños de sonámbulo (Ellago
Ediciones, 2003), y un libro con parte de su obra periodística, Conciencia
intranquila (Ayuntamiento de Castellón, 2006).
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