La
Librería de El Sueño Igualitario
El Sueño Igualitario se acerca al Ateneo
Español de México.
Algunos enlaces que te pueden ir bien, además
de ser bellos:
Su biblioteca: http://www.ateneoesmex.com/inicio/servicios
Sus publicaciones: http://www.ateneoesmex.com/inicio/publicaciones
Su blog: http://www.ateneoesmex.com/inicio/categoria/blog
Siempre activos: http://www.ateneoesmex.com/inicio/publicaciones
Su ubicación, casi entre Hamburgo y Berlín: http://www.ateneoesmex.com/inicio/ubicacion
Un documento con historia, sus estatutos:
http://www.ateneoesmex.com/inicio/estatutos
La situación actual del Ateneo Español de
México pasa por serias dificultades económicas:
http://elpais.com/elpais/2015/12/18/opinion/1450461777_916952.html
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/12/16/actualidad/1450299247_869225.html
Y la ayuda vuelve a venir desde tierras
lejanas:
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/12/23/actualidad/1450835103_734958.html
En esta casa seguimos mucho al periódico La
Jornada, les recomendamos:
http://www.jornada.unam.mx/2015/12/19/opinion/a06a1cul
La historia del Ateneo Español de México se
remonta a la Guerra Civil Española y a la pérdida de la II República mientras
se hacía con el poder más inquebrantable la dictadura de Franco que sometió a
la ciudadanía por unos 40 años. La pérdida de la guerra hizo que muchos
ciudadanos y ciudadanas tuviesen que tomar la dolorosa determinación de marchar
al exilio forzoso: Francia, el Norte de África y países de América Latina
fueron los receptáculos de aquella crisis que, también fue humana y
desgarradora. Aquello representaba una salida que les salvaba la vida
directamente o que les libraba de padecimientos que ya apuntaban por el
horizontes y que, además, sabían habían sufrido otros…En pocos sitios se les
abrió los brazos como se hizo desde México, todo un ejemplo que, los
republicanos de ideas y de ideal, nunca deberíamos de olvidad. Como nos dicen
del propio Ateneo: “Pocas fueron las puertas que se les abrieron, aunque
una destacó entre todas por su generosidad, desinterés y muestra humana de
sentido solidario: México, con la figura del Presidente Lázaro Cárdenas a
la cabeza, ayudó siempre a la República Española y, tal como durante la
contienda trajo a su suelo a muchos niños huérfanos y desamparados”.
Tampoco debemos olvidar que en México llegaron
muchas personas que con los años fueron desarrollando una larga, trabajada y
consolidada faceta desde lo intelectual y cultural a lo científico y destacando
de una manera magistral. Es como si quisieran agradecer desde aquella tierra
que les acogió al mendo dando todo su talento.
Algunos de los exiliados pensaban que aquello
sería por poco tiempo, pero se equivocaron:
“…se prolongó durante muchos años. EI dictador no caía y el retorno a la patria
se postergaba dolorosamente para muchos. EI trabajo, allanado en gran medida
por la ventaja de la lengua común a México y España, se transformó en esfuerzo
creativo y productivo, contando con el apoyo decidido de las autoridades
mexicanas y de la amplia gama de organizaciones que los españoles fundaron
desde su llegada”.
El agradecimiento se tornó algo recíproco: “En todos los órdenes humanos, los transterrados -como los bautizo el filosofo José Gaos, que veía el fenómeno en sus más profundos aspectos-
se incorporaron a su nuevo entorno y dieron impulso a empresas de toda índole.
Algo les debe México. Más, mucho más, le deben ellos a México porque les
permitió recuperar sus esperanzas, su dignidad y su nobleza de pueblo auténtico
jamás derrotado. La libertad, la justicia y el trato generoso que se le da sólo
al hermano, fueron fuente fecunda de actividades en las que los pueblos se
encontraron quizá con más intensidad que nunca en sus respectivas historias.”
La Organización humana en el exilio, de los
republicanos españoles, en torno a la cultura y nacimiento, aglutinado, del
Ateneo Español de México:” Los diversos centros culturales creados desde el principio
del exilio -escuelas, editoriales, asociaciones científicas y deportivas-
realizaban sus actividades en forma un tanto desordenada y sin un propósito
común que las aglutinase. Así, poco a poco comenzó a madurar la idea de una
agrupación en la que todos tuviesen cabida -independientemente de sus
posiciones políticas- y que fomentase la expresión de las ideas y los avances
que se advirtiesen en beneficio de la humanidad. De esta manera, con
beneplácito de todos los exiliados, nació, a semejanza de su antecesor
peninsular, el Ateneo Español de México”.
El Ateneo
se ubica, en primer momento en un viejo caserón ocupando un último piso (corría
el año 1949), pero allí podían dar cobijo a los libros, ediciones, reuniones de
pensadores y pensamientos. Lo amueblaron con lo que aportaron los socios y con
la ilusión instalada en el alma que no dejaba de mirar el horizonte jalonado
por todo un bravío océano Atlántico…entre aquellas cuatro paredes también se
dio cabida a las metas, fines, afinidades y maneras de hacer... los valores
republicanos se volvieron a asentar: “Las
metas y los esfuerzos se confunden desde entonces, apegados siempre los socios
al espíritu libertario y apolítico por esencia del Ateneo. Desde luego, la
política era parte sustancial de las actividades, en cuanto la institución era
antifranquista por origen y principio y permitía siempre que en su seno se
planteasen cualquier tipo de temas políticos, aunque, por estatutos, estos no
podían ser nunca partidistas. En su tiempo -y adelantándose a lo que hoy
es una idea común- se planteo el tema de la cada vez más necesaria
identificación entre todos los pueblos de habla hispana y así, el Ateneo se
transformó pronto en un pequeño pero influyente núcleo sintetizador del
pensamiento y la cultura hispanoamericana de avanzada”.
Y el Ateneo empezó a andar y a empecinarse en
no parar como cabalgando sin descanso: “Acudieron
a él lo mas distinguido de las letras, el arte, la música, la ciencia y el
pensamiento contemporáneo. Mexicanos, españoles, centro y sudamericanos, amén
de no pocos extranjeros, pronto convirtieron al Ateneo
en su casa. Todo hombre que simpatizase con la obra y las ideas del centro
cultural era bienvenido. El beneficio era multifacético; por un lado el que
participaba de las actividades se enriquecía con el contacto humano; por otro,
la sociedad se enriquecía con los modestos aunque tenaces aportes del grupo; la
difusión que se lograba, en tercer lugar, permitía a quienes se preocupaban
mantenerse al día y enriquecer una cultura hispanoamericana dispersa,
incomunicada, que estaba, sin embargo, en pleno proceso creativo. Así, en el Ateneo tuvieron origen muchos proyectos culturales y de
investigación, resultado de un diálogo fructífero y sano que, en alguna medida,
beneficia a la humanidad. Su biblioteca fue creciendo y a ella acudían tanto
los niños de las escuelas cercanas como los estudiantes e investigadores.
Muchos de los actos que se realizaron pasaron por la imprenta y quedaron
para el beneficio de las nuevas generaciones en forma de modestos pero útiles
folletos. Se organizaron concursos de literatura, de ajedrez, actividades
infantiles y juveniles, visitas guiadas a lugares importantes del país,
forjándose poco a poco una dinámica muy especial que se ganaba el respeto de propios
y extraños.”.
Cuando el siglo XXI había despegado de
manera descarada y se había posicionado en su primera década el Ateneo se trasladó de la calle Morelos a la calle Hamburgo.
La nueva sede del Ateneo era, también, una casona, una amplia casona con más
espacio y con una “aureola especial” atiborrada y concentrada, todo en él y en
la casona desprendía una esencia fresca, pero a la vez añeja:”fue en un
principio una casona construida entre 1922 y 1923 por D. Rafael de la Mora y
Trueba como residencia familiar. El modelo que retomó D. Rafael fue el de una
casa levantada en 1856 por su padre, D. Raymundo de la Mora, de carácter
porfiriano y bellamente edificada en una zona al norte del estado de México en
la Hacienda de San Pablo del Medio, Tlalnepantla, propiedad de la familia. Con
la intención de establecerse en la calle de Hamburgo, D. Rafael encargó el
proyecto al ingeniero civil M. Hernández Cabrera. A la muerte de su fundador,
la propiedad pasó a manos de su hija Doña María de la Mora y Vélez que la mantuvo
como su residencia hasta su fallecimiento en 1999. En el año 2002 la propiedad
fue adquirida por la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España
(UNED)”
Una vez adquirida por la UNED y después de
pasar por varias reformas y restauraciones: “y con la ayuda de la Agencia Española de Cooperación internacional
para el desarrollo (AECID) del Ministerio de asuntos exteriores y de
cooperación de España, siendo tras su acondicionamiento sede del centro de la
UNED de México, la Consejería de Educación de la Embajada de España en México y
el Ateneo Español de México... La mudanza se hizo de noche y contamos para ello
con el apoyo del Gobierno del Distrito Federal a través de la Autoridad del
Centro Histórico. Fue un proceso planeado y organizado con mucho detalle,
pues los libros de lo que ahora llamamos la Colección General se fueron
limpiando, catalogando y empacando ordenadamente en cajas para posibilitar su
traslado y su posterior reacomodo en la nueva sede. También se empacó de manera
organizada la Colección del Exilio con sus volúmenes y documentos...”.
La importancia de una biblioteca que en la
mudanza se acomodó y se trasladó en más de 900 cajas:”… la Biblioteca del
Ateneo es muy importante para la consulta de muchos investigadores y asociados.
A partir del mes de noviembre se pudo implementar el servicio presencial
de circulación de libros y revistas a través de Alexandria. También se ha
establecido el servicio de fotocopias y el escaneo de documentos cuando
se requiere, y se da información por correo, por mail y por teléfono. En la
actualidad se está trabajando en la página WEB para subir a la misma el
catálogo de libros y revistas y poder ofrecer servicios en línea”
El Ateneo donde muchos encontraron
algo más que unos brazos abiertos:”Es un
centro que se forma como consecuencia de un exilio y, así como muchos españoles
habían encontrado en México su segunda patria, no cejaba la dictadura
franquista en la persecución de los ciudadanos españoles a quienes el Ateneo
ayudo siempre en la medida de sus posibilidades. Denunció sistemáticamente la
situación de los presos que atestaban por sus ideas las cárceles de la
península; colaboró con otros grupos de refugiados que se formaron en muchos
otros países; encaminó, en resumen, sus acciones al apoyo de lo que es más
valioso para el hombre: la paz, la justicia y la libertad. Hispanoamérica toda
ha vivido en estas décadas enormes turbulencias y no sólo los exiliados
españoles encontraron tribuna en el Ateneo; las dictaduras, las persecuciones,
las violaciones múltiples y aberrantes a los derechos humanos, trajeron a
México a muchos otros perseguidos de otros países y el Ateneo les abrió sus
puertas con la sola condición de no ejercer en su seno políticas
partidistas. La lucha que ha dado el Ateneo Español de México ha sido una lucha
por un mundo mejor, por un perfeccionamiento de las instituciones democráticas
humanas, por la fraternidad y por la justicia que algún día dominarán las
relaciones entre los pueblos y los hombres”.
El Ateneo fue y ha sido por la fuerza, la
voluntad y el tesón de todos y todas, pero quizás debamos pararnos un poco más
en algunos personajes y en algunas almas que dejaron allí algo más que una
huella: “Los
fundadores del Ateneo, esos personajes irrepetibles que trataron de reconstruir
sus vidas en el exilio y aliviar la amargura de tantas cosas perdidas; crearon
una atmósfera de diálogo, espacio integrador, con lo cual evitaron su
fragmentación y al mismo tiempo, lograron estrechar una fecunda colaboración
entre la comunidad mexicana que enriquecería más el panorama cultural del país.
También lograron fomentar, recrear y divulgar la cultura española, lo que hizo
posible el alto nivel de la Institución, perpetuando la voz del exilio. No
tardó este nuevo Ateneo en adquirir presencia importante en la vida cultural de
México, donde se organizaron veladas, conferencias, exposiciones de pintura,
concursos de cuento y poesía; homenajes a figuras destacadas, torneos de
ajedrez y también comidas que unían y evocaban el ayer.
Recordemos a algunos fundadores
y colaboradores: Manuel Andujar, José M. Arana, José
Puche Planas, Anselmo Carretero, José Luis de la Loma, Joaquín D´Harcourt , Ceferino Palencia, Francisco Giner de los
Ríos, Adolfo Vázquez Humasqué, Dionisio Nieto, Juan
de Oyarzabal, Mariano Granados, Antonio Rodríguez Luna, Arturo Saénz de la Calzada, Adolfo Halfter,
Domingo Samperio, Santiago Genovés, Antonio Soto Alabarce,
Álvaro Custodio, Jomi García Ascot,
Vicente Guarner.Niceto Alcalá Zamora, Antonio
Robles”.
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Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
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