Cazarabet conversa con...   Antonio Peiró Arroyo, autor de “Los anarquistas que amaban la política. La CNT en los ayuntamientos aragoneses 1931-1936” (Comuniter)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio Peiró Arroyo se sumerge en la idiosincrasia de los que abrazaron el anarquismo y “amaban la política” en un libro apasionante… desde la colección Es un decir de Comuniter.

La sinopsis del libro: Uno de los lugares comunes de la historiografía sobre la Confederación Nacional del Trabajo es su oposición a la participación de sus miembros en las entidades que ejercían el poder, entre las que se encontraban los ayuntamientos, hasta que el inicio de la guerra hizo variar completamente la situación. Pero una cosa son las declaraciones de los dirigentes, los numerosos artículos publicados en prensa y las a menudo broncas discusiones en los congresos y otra, muy diferente, la realidad.

La presencia en los ayuntamientos, aunque autorizada por el Congreso cenetista de junio de 1931, fue muy reducida y apenas es conocida. Hasta ahora, antes del inicio de la guerra, solo lo era en cinco ayuntamientos españoles, todos ellos situados fuera de Aragón.

El detallado estudio recogido en este libro muestra que durante la Segunda República hubo miembros de la CNT en al menos 43 ayuntamientos aragoneses (desde el balcón de uno de ellos, un concejal llegó a gritar en la primavera de 1931 ¡Viva la anarquía!). En julio de 1936 eran 70 los cenetistas presentes en 41 ayuntamientos de toda la geografía aragonesa, algunos tan importantes como Alcañiz o Barbastro.

Esta presencia no solo fue especialmente numerosa, sino que a pesar de que el acuerdo del Congreso prohibía compatibilizar cargos representativos en los ayuntamientos y en la organización, los anarquistas aragoneses no tuvieron ningún problema en hacerlo. Otros compatibilizaron su afiliación anarcosindicalista con su militancia en el Partido Republicano Radical Socialista y, más tarde, en Izquierda Republicana o Unión Republicana.

En este libro se analiza la presencia de miembros de la CNT en los ayuntamientos aragoneses durante la Segunda República, así como su trayectoria previa, su actuación como alcaldes y concejales, la que llevaron a cabo tras el inicio de la guerra y la represión que sufrieron muchos de ellos.

El autor, Antonio Peiró Arroyo: Zaragoza, 1958

Es director de Relaciones Institucionales y Comunicación de la Universidad de Zaragoza, de cuyo equipo de gobierno formó parte entre 1992 y 2000. Dirige la revista El Ebro y ha sido redactor-jefe de Andalán y miembro del consejo de redacción de varias revistas, entre las que destaca Rolde. Forma parte de la junta directiva del Rolde de Estudios Aragoneses y ha presidido la Fundación Gaspar Torrente para la Investigación y Desarrollo del Aragonesismo. Ha recibido los premios de investigación «Joaquín Costa» (1981, en colaboración con Bizén Pinilla), «Ramón Pignatelli» de la Diputación General de Aragón al mejor trabajo de investigación sobre el regadío (1987), y el Premio de Ensayo e Investigación de la Delegación del Gobierno de Aragón, en su III Edición (2004). Ha publicado más de una treintena de libros, que pueden agruparse en dos periodos cronológicos: la Ilustración y el primer tercio del siglo XX y la Guerra Civil. Entre estos, hay que destacar Nacionalismo y regionalismo en Aragón (1868-1942) (1981, con Bizén Pinilla), Orígenes del nacionalismo aragonés (1908-1923) (1996), Historia del aragonesismo (1999, coordinador), Autonomía y república. El Congreso y el Estatuto de Caspe de 1936 (2007), Miguel Alcubierre. Testimonio de la emigración y el exilio (2009), Años de sangre. República, guerra y represión de la

UGT en el campo zaragozano (2011), ¡Evacuad Teruel! La odisea de 12.000 turolenses durante la guerra civil. Zaragoza (2014), Emigrantes y política. Aragoneses en Cataluña (1885 - 1939) (2015), Eva en los infiernos. Mujeres asesinadas en Aragón durante la guerra civil y la posguerra (2011) y Gaspar Torrente. El nacionalismo aragonés de izquierda (2019).

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Antonio Peiró Arroyo:

-Amigo Antonio, ¿qué es lo que es lo que te llevó a investigar sobre la irrupción en la política de gentes que abrazaron el ideal anarquista?; -¿Hay o hubo algún incentivo qué te ha hecho os ha hecho investigar sobre esto?

-Pura casualidad. Al analizar la Causa General abierta por el franquismo me encontré con que había varias localidades con presencia cenetista en el Ayuntamiento antes del comienzo de la guerra. Aunque posteriormente la participación de la CNT fue continua en comités locales y consejos municipales, lo sorprendente es que hubiese tenido lugar antes del inicio de la guerra. Este hecho es el que me llevó a investigar.

Tendemos a pensar en el binomio FAI-CNT, que solo adquirió importancia tras el inicio de la guerra. Pero hasta 1933 la CNT tenía en su interior una gran pluralidad ideológica: anarquistas de la FAI, anarcosindicalistas (treintistas y miembros del Partido Sindicalista), comunistas de varios partidos, miembros de Izquierda Republicana y muchos independientes.

-¿Cómo les fue, aquí, en lares de Aragón?

-Durante la Segunda República hubo miembros de la CNT al menos en 43 ayuntamientos de todo Aragón. Aunque predominaban los ayuntamientos pequeños, también estuvieron presentes en algunos tan importantes como Alcañiz o Barbastro.

-El anarquismo y las ideas libertarias han querido, desde siempre, apartarse del poder, de los cargos digamos piramidales, pero hay un momento en que esto empieza a desvanecerse, dejando un reguero de discusiones, casi diría, incluso, contradicciones… ¿cómo fue?, ¿nos puedes explicar un poco…?

-Tras un largo debate, el Congreso de Madrid de julio de 1931 autorizó la presentación de miembros de la CNT como concejales, diputados provinciales y diputados a Cortes, que declaró incompatible con la presencia en los comités de los sindicatos y en los órganos confederales. Sin embargo, no fue hasta el comienzo de la guerra cuando comenzó a haber presencia cenetista en varios organismos gubernamentales, incluso en el Gobierno de la República, y fue entonces cuando el debate muy más intenso.

-Una pregunta que puede enlazar con la anterior: ¿cómo fue el acercamiento a la práctica de la política in situ de los anarquistas y libertarios en Aragón?, ¿diferente a otros lares del Estado Español, según su idiosincrasia?

-Lo más característico del caso aragonés es el elevado número de ayuntamientos que contaron con miembros de la CNT: 43 frente a solo 5 casos que hemos documentado en el resto de España. No fue un hecho aislado: la CNT de Caspe se adhirió al Congreso pro-autonomía de Aragón que tuvo lugar en esa ciudad los días 1 a 3 de mayo de 1936. Y cuando Joaquín Ascaso, presidente del Consejo Regional de Defensa de Aragón, se entrevistó el 1 de noviembre de ese año, con Largo Caballero, presidente del Consejo de Ministros, afirmó que “uno de los principales motivos del funcionamiento [del Consejo] es la petición del Estatuto Aragonés”.

-¿Por qué en contra de lo que pensaban anteriormente pasan a querer pasar a primera línea activa y directa de la política…porque política, lo que es política, habían hecho siempre?—te lo digo porque los anarquistas “aman” y “amaban” la política desde otra forma de acción y compromiso nada al uso, pero ya la amaban---

-La actitud de la CNT ante las elecciones muy variable: llamada a la abstención, testimonial en las municipales de 1931, y mucho más intensa en las generales de 1933; y división de opiniones, sin condena expresa y con muchos apoyos, en las de 1936. Abstenerse o votar es también una forma de hacer política, aunque no se participe en organismos públicos.

-¿Cómo te planteaste este trabajo…qué preguntas tenías en tu “cuaderno de trabajo” para abordar este libro en el que te metes en uno de los nudos que dividieron al mundo del anarquismo y que, todavía hoy, levantan discusiones?

-El trabajo ha exigido un análisis muy detallado sobre la actividad sindical de cada uno de estos representantes municipales, así como sobre las dinámicas locales en que actuaron. La gran pregunta es por qué su actuación era tan diferente de la general de CNT.

-¿Te has encontrado con “sorpresas” o con situaciones que te hayan llamado mucho la atención en el material que has tenido en tus manos para la elaboración de este libro?

-Como ya he comentado, la principal sorpresa ha sido esa participación activa en los ayuntamientos, una cuestión de la que prácticamente nadie se ha ocupado. No lo ha hecho, porque es una cuestión que no aparece en las memorias de anarquistas, ni en la prensa confederal y que cuando se llevan a cabo análisis del Congreso confederal de 1931 estos se limitar a analizar el enfrentamiento entre comunistas y anarquistas. Todos los análisis se refieren al periodo de la guerra.

Las sorpresas han ido una detrás de otra. Entre los representantes municipales no solo había desconocidos, sino personas relevantes en la organización. Por ejemplo, Julio Ayora (de Montoro de Mezquita) jugó un papel fundamental en la creación de sindicatos de CNT en la provincia de Teruel. Había iniciado su militancia en París y era miembro de la FAI. Martín Abenoza (de Peralta de Alcofea) estaba declarado en rebeldía por su participación en un asesinato, y cuando el Frente Popular proclamó una amnistía, se apresuró a regularizar su situación para poder ser concejal.

-¿El anarquismo en Aragón, teniendo en cuenta si estaba en las zonas rurales y los pueblos o en lugares más poblados, tenía una visión, digamos práctica versus la política diferente?

-La dinámica local era muy diferente en las pequeñas localidades, en el que la estructura de partidos era muy débil, y lo que existía era una dinámica de bloques: la derecha (muchas veces sin afiliación específica a un partido) y la izquierda (ocurría lo mismo). Por tanto, en algunas ocasiones el alineamiento entre CNT y los partidos de izquierda (antes, incluso, que la creación del Frente Popular) era un fenómeno natural, y no era rara la afiliación conjunta a CNT y a Izquierda Republicana.

-Antonio, ¿cómo ha sido el proceso y la tarea ardua de investigación que, además, tiene mucho a ver con el proceso de documentación?; ¿qué papel ha jugado, aquí, el testimonio oral recogido de manera más o menos directa?

-No he trabajado con testimonios orales directos (si lo he hecho con alguno indirecto). El núcleo central del libro finaliza en 1936, es decir hace 86 años. El concejal más joven, si viviese, tendría ahora 110 años. Por ello, básicamente he tenido que trabajar con documentación, que está muy dispersa: archivos municipales, consejos de guerra, expedientes de responsabilidad política, la Causa General… También, con una revisión sistemática de la prensa (que aporta mucha información) y con historias locales.

-La investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello… el aproximarse a testimonios más o menos directos sobre vuestro trabajo… es una tarea que requiere de mucha dedicación, tiempo, minuciosidad, pero también, tiene como recompensa mucha gratificación al final cuando ves tu trabajo… ¿qué nos puedes decir?

-Los libros de historia están repletos de generalizaciones y lugares comunes. No tiene sentido repetir lo que ya está escrito. Cuando se investiga, es necesario ser muy crítico con todo lo publicado anteriormente; no vale la pena contar de nuevo lo que ya sabemos.

-¿Y qué metodología de trabajo sueles seguir?, ¿las has tenido que variar aquí?

-No demasiado. Ya utilicé muchas de las fuentes en estudios anteriores, que me han servido también para este. El problema de la historia social es que sus protagonistas son personas que solo eran conocidas en ámbitos reducidos y sobre las que no se ha escrito. Por ello, hay que apurar al máximo las posibilidades de la documentación.

-¿Trabajas sobre un guion de cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?

-Además de intentar dar respuesta a las causas del comportamiento diferencial al que me he referido, abordo otras cuestiones. Por ejemplo, ¿por qué alguien decidía afiliarse a CNT y no a UGT? La respuesta habitual es porque estaba más cerca de su ideología. Pero esta respuesta no resuelve nada: ¿cuáles eran los condicionantes de su ideología? Este es el tipo de preguntas a las que intento responder, en estE caso analizando la composición de las directivas de ambos sindicatos.

-Antonio, ¿cómo ha sido trabajar con Comuniter y su Colección Es un decir?; ¿nos puedes dar alguna pista de aquello en que andas trabajando ahora?

-Trabajar con Comuniter siempre es muy agradable y sencillo, no solo con esta colección, sino con otras en las que también he publicado. En este momento estoy trabajando en una biografía de Joaquín Ascaso, sobre quien se ha escrito mucho, pero casi todo el mundo copia textos anteriores, por lo que los numerosos errores se han ido trasladando de unos a otros.

 

 

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