51oLWJSxlTL._SX325_BO1,204,203,200_.jpgCazarabet conversa con...   Ana del Paso, autora de “Reporteras españolas, testigos de guerra. De las pioneras a las actuales” (Debate)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ana del Paso analiza e investiga sobre el mundo de las reporteras de guerra desde las pioneras hasta las que trabajan en el presente temporal.

Edita el libro el sello editorial Debate de Penguin Random House Mondadori.

Lo que nos cuenta el libro, la sinopsis:

Nadie como ellas saben contar historias humanas en situaciones al límite. Cubren cada conflicto como si fuera el último: empleándose a fondo. Están hechas de una madera especial, porque no todo el mundo vale para ser testigo de las aberraciones de las que un ser humano es capaz en tiempos de guerra.

En este libro, Ana del Paso, nos cuenta la historia de estas brillantes mujeres corresponsales, comprometidas con sus palabras y, que por su valentía han contribuido a que ningún conflicto caiga en el olvido. Si levantase la cabeza Francisca de Aculodi, la española que en 1687 se convirtió en la primera periodista española, se quedaría perpleja al ver el número creciente de reporteras y enviadas especiales que informan de conflictos armados. Son testigos de excepción que trabajan al límite en situaciones de horror y muerte. Describen la guerra, la fotografían y la filman, la analizan, entrevistan a uno y otro bando, se esfuerzan para que no permanezcamos impasibles ante las injusticias humanas. Este libro habla de cinco siglos de periodismo de guerra hecho por mujeres que han informado de acontecimientos históricos. Desde las pioneras como Carmen de Burgos, Teresa de Escoriaza o Josefina Carabias, por citar algunas, hasta las jóvenes reporteras españolas que informan desde Oriente Próximo, África, América y Asia. Todas han conseguido romper moldes, hacerse un hueco en este difícil sector y convertir su vocación de periodista en su medio de vida; ser ellas, y no otros, las que informen del territorio hostil. Esta es la primera obra que recoge testimonios de treinta y cuatro periodistas contemporáneas, que hablan alto y claro. Han sobrevivido a guerrillas, mercenarios, terroristas, sátrapas, dictadores, francotiradores, políticos corruptos y traficantes de personas. Han sido detenidas, expulsadas del país, amenazadas de muerte y tiroteadas, pero todas cuentan con el respeto profesional que se han ganado a pulso. Han demostrado su valía como nadie y, a pesar pertenecer a décadas tan alejadas, comparten muchos de los impedimentos que sufrieron las pioneras de esta profesión.

La autora, Ana del Paso: -lo editamos desde el portal de la Universidad Camilo José Cela”—

Desde su “carrera de fondo” como profesional de la información: “Profesora de Journalism y Foreign Relations (en inglés) en American University de Washington DC, Washington Adventist University e Interamerican Defence School de Washington, DC. (2010-2014). Profesora en el Master de Comunicación de la Defensa y de los Conflictos Armados (desde 2005 a 2010, y lo ha retomado en 2015) en la Facultad de Ciencias de la Información, UCM. Asesora de Prensa del Embajador de España ante la Organización de Estados Americanos, Don Jorge Hevia. (2010- 2014). Periodista freelance en Washington, DC para medios españoles y estadounidenses (impresos y online) (2010-2014). Periodista freelance de medios estadounidenses en España (desde 2015). Enviada Especial del semanario Época en Oriente Medio, Balcanes, Magreb, Europa y Asia. (1993 -2010). Redactora de Mercados y Finanzas en el diario La Gaceta de los Negocios del Grupo Zeta (1992-1993). Mercados emergentes, materias primas y bolsas internacionales. Redactora de Agencia EFE para Oriente Medio con base en Nicosia y luego en El Cairo (1990-1992). Enviada Especial de Agencia EFE para

Latinoamérica (1988-1990). Redactora de Internacional y del Servicio de Inglés en Agencia EFE (desde 1985-1988). Colaboradora habitual de El País, El Mundo, EFE-Radio, Onda Cero Radio, TeleMadrid, la Voz de América o revista Aeronáutica y Astronáutica, entre otros”.

Una definición: “Periodista de Internacional desde 1985 cuando ingresó en la Agencia EFE y de Geopolítica y Defensa desde 1993 cuando empezó a trabajar en el semanario Época. Es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid donde imparte un Máster sobre Conflictos Armados. Profesora de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM y en la Universidad Antonio de Nebrija. Periodista, analista y consultora freelance de instituciones como el Interamerican Defense School y think tanks de Estados Unidos. Ha cubierto las cinco guerras balcánicas, la primera Guerra del Golfo y varios conflictos centroamericanos. Ha sido enviada especial y corresponsal en Oriente Medio de la Agencia EFE.”.

 

 

 

Cazarabet conversa con Ana del Paso:

ana foto.jpg-Ana ¿qué hay detrás de Reporteras españolas, testigos de guerra. De las pioneras a las actuales? ¿es tu propia “gran pasión” la que te hace escribir este libro?

-Este libro nace de un trabajo de investigación que empezó en 2014 y en Washington DC, entrevistando a reporteras de guerra de distintos países. Vine a España para recopilar testimonios de españolas, entre otras europeas y, cuando empecé a documentarme, me di cuenta de que no había nada escrito ni investigado sobre reporteras españolas de forma monográfica. Cambié mi trabajo y lo enfoqué hacia las grandes desconocidas de nuestro país que forman parte de la historia del Periodismo español. Lamentablemente, de las 34 protagonistas de mi libro, solo se conoce el trabajo de cuatro o cinco, no solo por parte de la sociedad, sino también, en las facultades de Ciencias de la Información donde los universitarios deberían aprender de las experiencias de los que estamos o lo hemos hecho, sobre el terreno. Es una manera de que entiendan lo apasionante de esta profesión en todas sus facetas.

-Amiga escribes “esta especie de homenaje “a las reporteras de guerra españolas que han sido y son testigos de guerra ---y de otros muchos acontecimientos, no solamente conflictos armados--- porque sientes que “les debemos algo”….ese “algo” que va más allá del reconocimiento, se trata de respeto y de valorar el trabajo bien hecho…

-Tenemos profesionales muy buenos. Desde reporteros, cámaras, técnicos o montadores, entre muchos otros. Cuando salimos fuera, nuestros compañeros extranjeros nos piden material porque forma parte del quid pro quo diario; hoy por ti y mañana por mí, pero tenemos una empatía con la gente local allá donde vamos, que es irremplazable y que genera envidia. En mi libro, describo muchas situaciones de estas reporteras españolas que han conseguido grandes exclusivas y primicias, pero de las que se habla poco, de ahí mi reconocimiento al trabajo bien hecho, a su perseverancia, a su esfuerzo en llegar hasta el final de una historia periodística y lo hago sobre las 34 mujeres porque sobre ellas va esta obra. Algunos reporteros me han pedido que haga lo mismo con ellos.

-Yo he leído algunos libros escritos desde reporteros-hombres y ya me daba cuando lo hacía que era una profesión muy, muy machista…tanto que algunos de ellos, al margen de sus crónicas o reportajes, me generan cierto repelús…aquí no hay o no debería haber corporativismo o comprensión con esa actitud ¿no? o ¿cómo nos lo puedes reflexionar?

-Es un reflejo de parte de la sociedad y que tenemos que cambiar. Es innegable que sufrimos el techo de cristal para en puestos ejecutivos o en la equiparación del sueldo, por citar algunas frustraciones. Hay redacciones con más jefes que jefas y directivos que prefieren enviar reporteros a zonas en conflicto con argumentos absurdos. Muchos compañeros reconocen que todavía lo tenemos difícil y alaban nuestra pertinacia, pero también es verdad que cuando salta la noticia, todos queremos cubrirla desde primera línea, y no hay sitio para todos. Las reporteras hemos quitado parte del pastel a los hombres porque antes solo iban ellos. Luego, sobre el terreno y cuando se dan situaciones peligrosas, somos una piña y dejamos la rivalidad.

1387638_1.jpg-Es un trabajo, un oficio, el de informar de lo que pasa y sucede en los conflictos y entre bastidores muy, muy difícil…porque siempre hay cosas que, a unos y a otros, no le interesa para nada que se sepa, ¿verdad? y hay que saber ver y leer un poco más allá…ponerse “como en perspectiva” desde donde ver a todos los actores actuar y cómo lo hacen…..coger perspectiva es muy importante aquí, ¿no?

-Es fundamental contextualizar las noticias y por esa razón hay que estar sobre el terreno para contrastarlo todo y no dar nada por hecho. Tener nuestra versión es básico para distinguir nuestra información y no dar por bueno, lo que todos dicen. Ya dijo Esquilo que “la verdad es la primera víctima de la guerra” y conseguirla es el gran reto de todo periodista.

-Además, se trata de un trabajo que ha cambiado mucho, ¿cómo y de qué manera lo has notado tú que ya eres una experimentada reportera que lo ha vivido todo…desde la era analógica a la digital?

-Las herramientas digitales son muy cómodas porque te ofrecen inmediatez y mayor audiencia, y son buenas si se contrasta la información por cuatro fuentes. De lo contrario, son peligrosas porque los desmentidos no los lee nadie. Decía Goebbels que “si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”.

-Hay mucho “divismo”, amiga Ana en esta profesión?  ¿demasiadas reuniones, entre copas, cervezas, en las que se besan unos a otros? ¿cómo no hay que creerse demasiado que eres la noticia cuando siempre eres la mensajera…?

-El periodista es el mensajero y se convierte en noticia cuando no le permiten ejercer su profesión, le secuestran o matan, pero es un riesgo que corres cuando se está en zona peligrosa. No hay que olvidar que vamos por voluntad propia y para hacer nuestro trabajo, que es fundamental porque hay que contar lo que sucede en las zonas de conflicto y que nos atañe a todos. Con respecto a la primera parte de tu pregunta, no lo entiendo bien. La de periodista, como otras, es una profesión de egos y no me refiero solo a los enviados especiales, también a presentadores de televisión, directores de programas de radio, etc. La comunicación o la prensa es el cuarto poder.

-¿Cómo la mujer española se hace reportera en un mundo tan machista?-¿Por qué lo eliges tú?; ¿qué te llama la atención?; ¿qué te atrajo?

-Se empieza desde abajo, conociendo muy bien cómo funciona una redacción. Leyendo e informándote constantemente, aprovechando todas las oportunidades que salgan, estando al pie del cañón, haciendo un trabajo impecable y siendo muy curiosa. A veces, no lo consigues por cuestiones que tú no controlas e interfieren tu carrera y es ahí donde hay que mostrar tu constancia. En mi caso, creo que no tiene precio contar de primera mano, los principales acontecimientos de la historia. Dar tu versión sobre los hechos porque eres testigo de excepción es la razón por la que me hice periodista.

-Volver a casa supone dejar que fluya cierta cantidad de adrenalina por las venas, ¿se lleva esto bien o qué nos puedes explicar de tocar con los pies en una rutina que las más de las veces os debe parecer aburrida?, aunque no sé si hay o queda mucho tiempo para la “relajación”…

-En mi libro dedico un capítulo a esta cuestión. Las 34 reporteras explican qué hacen y piensan cuando vuelven a casa y hacen la “descompresión”. Le pasa a todo aquel que ha estado en zona de conflicto, militares, ONG, diplomáticos, observadores, etc. A todos los periodistas nos gustaría permanecer más tiempo, pero a las empresas les resultan caros los enviados especiales y los corresponsales, algo que, a mi juicio, dan prestigio a esas mismas empresas.

-¿La verdad, la sacrosanta verdad…a veces es demasiado empalagosa para poder digerirla y trasladarla como una noticia que nosotros…los y las devoradores de noticias podemos leer y asumir?

-La verdad puede ser dura, pero no podemos ocultarla. Es cierto que sí censuramos las imágenes crueles que no aportan más que hastío, cansancio o desdicha innecesarios.

-¿A quién le puede gustar presenciar una guerra para contarla; de qué están hechas las reporteras de guerra para ver y contar una guerra?...supongo que os mueve que podamos aprender a no naufragar en los mismos errores, aunque lo volvemos a hacer…Europa tiene ahora varios lugares que son el escenario de un holocausto…el Mediterráneo, las alambradas de los campos de refugiados, las concertinas y seguimos asfixiando…qué dirían aquellas pioneras que empezaron a informar sobre las guerras de los escenarios actuales?

-Los conflictos armados, las tragedias medioambientales, todo lo que afecte al ser humano es importante y a nadie le gusta presenciarlos, pero debemos hacer nuestro trabajo: ir y contarlo. Muchas de las protagonistas de mi libro se han jugado la vida por dar la voz a las víctimas civiles y denunciar la mala praxis. Por hacer su trabajo, las reporteras del libro han sido amenazadas, expulsadas de países, detenidas durante días, vetadas, les han retirado sus credenciales de periodistas, en fin, las han pasado canutas. Las pioneras como Teresa de Escoriaza y Carmen de Burgos tuvieron barreras en la Guerra de Melilla de 1909, y Sofía Casanova en la Primera Guerra Mundial o la revolución bolchevique. Para las pioneras y las actuales, los conflictos armados son igual de crueles, pero con distintos escenarios y protagonistas.

575x323-c-59997.jpg-Fernando Olmeda escribió un libro, a mi juicio magnífico, de acercamiento—sutil y exquisito—a la figura de Gerda Taro, una fotoperiodista que se dejó la vida en el Conflicto de la Guerra de España---sufrió un accidente un fatal golpe en la cabeza mientras iba de lugar a lugar, creo recordar en la Batalla de Brunete--….desde entonces ha habido muchas Gerda Taro, pero hay muchos, demasiados silencios, ¿verdad?

-La mayoría de la gente sabe que Taro fue pareja de Robert Capa, pero pocos saben que ambos introducían sus carretes en una bolsa para ser revelados y, en ocasiones, no se sabía quién había hecho qué foto. Su calidad de fotógrafa fue espectacular y murió aplastada por un carro de combate por estar en primera línea de fuego. Eso lo dice todo. De haber seguido viva, hubiera bajado a la playa francesa, el día “D” del desembarco de Normandía, mientras muchos compañeros -a excepción de Capa y otros pocos- no abandonaron los barcos por pánico, algo, por otra parte, normal. La estadounidense Marie Colvin murió en 2012, en Homs, en un ataque deliberado por el Gobierno de Assad. Solo cuatro periodistas y un intérprete, además de ella, permanecieron en Baba Amr en la última fase del asedio. Hay otros muchos casos.

-¿Cómo es y vives el presente humano de la profesión y cómo atisbas el futuro?

-Tenemos grandes profesionales, muchos mal pagados y con miedo a ser despedidos o a que cierre su medio de comunicación. Creo que ahora, más que nunca, necesitamos un periodismo comprometido y libre. La gente merece estar bien informada y está harta de la descarada manipulación que muchos ejercen en los medios dando lugar al desánimo. La mentira es intolerable y el recurso fácil de los mediocres.

-Por favor, Ana, ¿háblanos del proceso de documentación, estudio e investigación para poder llevar a cabo este libro? Luego, ¿cómo es tu metodología de trabajo?

-El libro parte de la investigación de mi Tesis Doctoral para la Universidad Complutense de Madrid. Detrás tiene muchas horas de hemeroteca, de archivos de radio y de televisión, de entrevistas, de recopilación y análisis de más de 200 trabajos en todos los soportes de comunicación y de toda su trayectoria. El mérito es de las 34 protagonistas que, trabajando en cuatro continentes, sacaron tiempo de donde no tenían, para proporcionarme el material que les iba pidiendo. Muchas son amigas o viejas conocidas y se dieron cuenta de que esto iba en serio y de que es algo irrepetible. Vieron que se trataba de un trabajo serio hecho por “una de ellas” que dominaba el tema, que las iba a entender y que por primera vez, les daba la oportunidad de opinar y de hablar de todo. A excepción de las más conocidas, algunas salieron del anonimato pese a tener una trayectoria profesional espectacular.

-¿Nos puedes dar alguna pista de lo que estás trabajando en la actualidad?

-Me gusta mucho escribir, pero antes de ponerse a ello, precisa de un proceso de trabajo en la trastienda que exige mucha dedicación. No puedo adelantar nada al respecto. Por otro lado, mi libro de “Reporteras españolas, testigos de guerra” tiene mucho recorrido aún porque, aunque lo he presentado en nueve ciudades, para este año hay previstas siete más. Varias universidades, fundaciones, asociaciones y bibliotecas están interesadas en él y mi obligación es darlo a conocer porque las reporteras españolas, la profesión y todo el mundo al que le gustan estos temas, lo merecen.

 

 

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