La
Librería de El Sueño Igualitario
Le Canarien Ediciones, afincada en el Archipiélago Canario, es
una editorial muy, muy amable…. verán ustedes cómo la conversación con el
editor Zebensui López así se lo da a conocer; pero
además es una editorial que está editando materiales sobre investigación
histórica, en este caso dos libros: "Los alzados de La Palma durante la
Guerra Civil" de Salvador González Vázquez y "El franquismo en
Canarias" con Aarón León Álvarez como coordinador. Desde la Memoria
Histórica y que además rebosan mucho trabajo riguroso y esto se agradece.
Bienvenidos a una editorial isleña, pequeña, comprometida y que trabaja mucho.
Cazarabet conversa con el editor Zebensui López:
-Zebensui,
¿cómo es que te lanzas a fundar y trabajar en una editorial pequeña como Le Canarien?. Por cierto, ¿por qué Le Canarien
?, ¿qué significa para tí Le Canarien para haberle dado el nombre a la editorial?
-Lo cierto es que desde varios años antes coordinaba
un proyecto editorial denominado "Libreando" para un colectivo
sociocultural canario, que tenía por objetivo publicar trabajos de interés
social y cultural que no encontraban hueco editorial. Aquí empecé a
conocer el mundo editorial y sus claves, aunque el detonante que me empujó
definitivamente a convertirlo en mi actividad principal tuvo como culpable al
historiador Aarón León, amigo y compañero de doctorado en la Universidad de La
Laguna, que no encontraba editorial que quisiera asumir el riesgo, en plena
crisis, de publicar un libro de gran formato como lo era "La Segunda
República en Canarias". Y tras éste, vino otro, y luego otro, y casi sin
quererlo y desde un punto de vista a medio camino entre lo militante y lo
económico, surgió Le Canarien ediciones.
En cuanto al nombre de la editorial, Le Canarien es el título de la crónica normanda de la Conquista
de Canarias, un documento histórico de gran interés para conocer el pasado de
las Islas.
-¿Con qué medios partes
para hacerlo porque no debe ser nada fácil?
-Como siempre, el dinero es lo más y lo menos
importante. Digamos que todo empezó con unos recursos muy limitados, fruto de
los ahorros personales, y gracias a la comprensión de maquetadores
e imprentas, que posibilitaron arrancar. Luego todo ha ido más fácil y ahora la
editorial cuenta con un fondo anual para publicaciones que permite afrontar
proyectos un poco más ambiciosos.
-¿Cuál es el equipo humano
de Le Canarien ?
-Ahora mismo, somos tres personas permanentes y varios
colaboradores que realizan servicios puntuales. Junto a mi,
que dirijo la editorial, me acompaña un magnífico diseñador y maquetador que se ocupa del montaje, Juan Antonio Martín, y
un distribuidor, que permite que nuestros libros lleguen a todas las Islas,
Fabián Hernández.
-¿Desde
qué filosofía surge Le Canarien?. O sea: ¿cuál es
vuestra idiosincrasia, vuestra razón de ser?
-Nuestra filosofía es que menos es más. De manera que
hasta ahora hemos seguido la política de estudiar muy bien qué editamos para
que las publicaciones tengan un nivel alto y nos hemos alejados de editar en
masa y casi cualquier cosa, sobre todo porque ese perfil de editorial ya
existía en nuestro entorno y hemos optado por editar a autores sobresalientes
en cada una de sus áreas. En otras palabras, somos exigentes a la hora de
decidir qué se publica bajo nuestro sello editorial. Además, otra
característica es que cuidamos al extremo los diseños de las publicaciones y
buscamos proyectos innovadores.
-¿Bajo qué ilusiones
salisteis a la calle?
-Con la idea de que cada libro que veía la luz justificaba
el riesgo y el esfuerzo empleado. Bajo el convencimiento de que los beneficios
más importantes estaban en el papel divulgador que nos habíamos marcado y el
interés porque éstos sirvieran para transformar la sociedad en la que vivíamos,
por lo económico quedaba así en un segundo plano. Esta visión la seguimos
manteniendo porque estamos orgullosos de ver cuántos trabajos de interés han
visto la luz y cuántas ideas poderosas hemos puesto al servicio de todos y de
todas.
-¿Con qué perspectivas os encontráis
hoy por hoy?
- Seguimos trabajando en la misma línea, sin miedo,
pero con ciertas precauciones, por lo revuelto que está todo. Creemos que
estamos haciendo algo valioso para la sociedad y eso nos ayuda a seguir. Ahora
mismo, estamos ampliando las temáticas y proyectos editoriales y buscando las
mejores vías para dar un paso más en la distribución de nuestro catálogo. El
tiempo dirá.
-Zebensui,
¿se miró en alguna otra editorial, Le Canarien,
a la hora de recoger este testigo?
-Por supuesto, esta fórmula no es solo nuestra ni
carece de antecedentes. En Canarias el auge del nacionalismo en los años 80
hizo que aparecieran un conjunto de editoriales de perfil militante que
hicieron una labor hercúlea para poner al acceso un conjunto de obras que la población
reclamaba con entusiasmo. Algunas han sobrevivido en mayor o menor medida
y nosotros nos sentimos herederos orgullosos de ese fenómeno. Por
supuesto, también nos identificamos con las editoriales que actualmente
combinan un proyecto empresarial con un compromiso explícito en su línea
editorial y que en el resto del Estado hay ejemplos de unas dimensiones
extraordinarias.
-Cuéntanos, Zebensui ¿cómo ha sido (desde vuestra fundación) vuestro
camino como editores y cómo está siendo, en estos tiempos en que esto del libro
y el oficio de ser editor está siendo “harto difícil”?
-Nosotros nacimos en plena crisis, así que hemos
edificado en medio de la destrucción. Creo que eso nos ha condicionado en
cuanto a la velocidad de nuestro desarrollo, pero también nos ha dado la
seguridad de construir un proyecto en el que la crisis era nuestra normalidad y
nos hemos adaptado, al menos por ahora, a las nuevas condiciones con más
facilidad que aquellos que habían vivido tiempos más felices y les tocaba ahora
reestructurarse.
-¿Qué
temáticas quiere y/o acaricia Le Canarien ?
-Como decía, nos interesan dar cauce a todos aquellos
temas que tengan un interés claro para el conocimiento de nuestra historia y
cultura y todos aquellos trabajos que vayan encaminados hacia la consecución de
una sociedad más justa e igualitaria. Cada vez más, abrimos nuestro catálogo a
nuevos temas y formatos, pero sin perder de vista esta idea.
-¿Qué tirada tenéis, más o
menos, por cada título?
-La verdad que eso varía mucho según el título y oscila
entre pequeñas tiradas de unos 300 ejemplares hasta algunas más grandes que
pueden llegar a los 2000.
-Ya sabemos cómo los peces
grandes se van comiendo a los chicos y en esto del mercado editorial y de los
medios de comunicación, con los grandes grupos y demás, es bestial…aquí la
prensa y los medios deberían, deberíamos, jugar un papel más que importante.
Dime, Zebensui, ¿cómo os trata la prensa?
-Bueno, la verdad que desearíamos en algunos casos una
mayor cobertura, aunque por el tipo de temáticas que manejamos suelen tener, al
menos en la prensa local, cierto eco. Tristemente los recortes en personal en
los medios de comunicación han retraído los espacios para estos temas y es
difícil hacerse un hueco sin pasar por caja.
-¿Cómo escogéis lo que vais
editando? y ¿cómo os planteáis el tratamiento del material?
-Básicamente, y según el perfil de la obra, yo mismo
hago una primera valoración, teniendo en cuenta la calidad del libro, su interés
y su inserción en el programa editorial de ese año. Si entiendo que puede ser
factible, entonces, previa autorización del autor, lo comparto con una serie de
especialistas que me dan su opinión, para posteriormente tomar una decisión.
-¿Cómo te vas acercando a
las obras que vas publicando: más bien como editor o más como lector?
-Uno intenta hacerlo siempre como editor, porque esto
al final tiene que tener una viabilidad económica, pero es inevitable verse
condicionado por tus gustos y preferencias. Seguramente, viendo las obras
editadas, se me podría hacer un perfil personal bastante cercano a la realidad.
Es difícil es escapar de la tentación de publicar lo que a uno le gusta.
-¿Cómo los vas
descubriendo, tanto a los escritos como a algunas pluma (sobre todo a las que
no son para nada conocidas o de primera plana)? ¿ Y después, querido amigo ,
cómo haces la selección?
-Por ahora, diríamos que a los autores me los he ido
encontrando en el camino y otros se han acercado directamente para ofrecernos
sus trabajos. Son pocos los encargos que hemos hecho, aunque actualmente hemos
comenzado a buscar autores para escribir cosas concretas que nosotros hemos
diseñado anteriormente.
-¿Qué es
lo que te motiva de ellos?. Me refiero tanto de los escritos como de los
escritores, porque, a veces te puede motivar más un escritor (por lo que sea)
que un escrito o al revés?. En todo caso: ¿qué prima la pluma o el escrito, o
de qué depende?
-Pues depende. Lo cierto es que hay ocasiones en las
que las obras son seductoras pero los autores son (vamos a decirlo así) un poco
especiales y el proceso de edición se hace un poco duro. Otras los autores
tienen más tirón por el nombre, bien porque se les asocia a otras obras o por
otra actividad que desarrollan al margen de la escritura, pero el trabajo que
nos presentan no resulta tan interesante como su autoría. En cualquier caso,
ambas situaciones son las menos y por lo general autor y obra suelen estar
equiparados en mayor o menor medida.
-¿Qué te motivó, en el caso
que nos ocupa hoy? ¿Cómo ha sido trabajar con Salvador González Vázquez y Aarón
León Álvarez, respectivamente?
-Con Aarón me unía un amistad anterior, que no ha
hecho más que acrecentarse con los proyectos editoriales que hemos desarrollado
juntos. A Salvador lo conocí más tarde y bajo la fórmula autor-editorial, lo
que no ha impedido desarrollar una relación de amistad con él. La verdad es que
he disfrutado y he aprendido mucho con ellos. También es cierto que el hecho de
que los tres seamos historiadores ha facilitado mucho las cosas. Contra lo que
muchas veces se piensa, no existe una relación de amor-odio entre autor y
editor y en la mayoría de los casos, al menos esa es mi experiencia, la edición
de un libro es un proyecto tan intenso que la amistad entre ambos acaba
haciéndose inevitable. Claro que hay tiras y aflojas, pero el resultado final
se enriquece de ello.
-¿A quién van destinados,
querido editor, los libros de Le Canarien?
A los canarios y canarias que quieran conocer algo más
de su historia, cultura e identidad y a las personas de otros pueblos que
quieran acercarse a conocer las particularidades de un pueblo singular a camino
entre tres continentes. Y, por supuesto, a las mentes inquietas de cualquier
parte que buscan respuestas en el pasado a los problemas y tesituras presentes.
Lo que nos dice Le Canarien del libro
"Los alzados de La Palma durante la Guerra Civil":
El 25 de julio de 1936, ocho días después de empezada la Guerra Civil,
el cañonero Canalejas arribaba al puerto de Santa Cruz de La Palma, transportando
unidades militares y voluntarios falangistas procedentes de Gran Canaria. El
desembarco de los sublevados provocó que cientos de partidarios del gobierno
republicano se refugiaran en los montes a la espera de que las autoridades
redujeran la rebelión. Se les llamó “alzados” y algunos de ellos se mantuvieron
ocultos en el interior de la Isla hasta 1946. Sobre ellos cayó la vertiente más
dura de la represión ejecutada por el bando franquista. Ésta es su Historia.
Índice, introducción y primer capítulo:
http://lecanarienediciones.com/tienda/salvador-gonzalez-vazquez/45-los-alzados-de-la-palma-durante-la-guerra-civil.html
Consultar el libro digital "La semana roja en La Palma":
http://www.odalsi.com/usuarios/libros/digital/salvador/s-roja01.htm
Salvador González Vázquez nació en Tazacorte
(La Palma). Es doctor en Historia. Desde el curso 1987-1988, ejerce como
profesor de Enseñanza Secundaria. Es autor de varias obras, ponencias y
artículos sobre la II República y la Guerra Civil en Canarias y sobre la
Historia Contemporánea de La Palma. Entre ellas destacan Historia de Tazacorte (2000), La Semana Roja en La Palma (2004), José
Miguel Pérez (2005), Blas Pérez González (2006), Antonio Rodríguez López (2008)
y, como co-autor, La Guerra Civil en Canarias (2000).
Cazarabet conversa con Salvador González
Vázquez:
-Amigo Salvador, es “chocante” el título del libro que
firmas y has escrito que resalta lo de LOS ALZADOS… porque mientras en la
Península los alzados eran los militares que se rebelaron contra la II República,
en La Palma fueron los que ante la llegada de los franquistas se refugiaron en
los montes. ¿Cómo fue su vida?
La
contradicción es clara: los protagonistas del Alzamiento, un golpe de estado,
designan con el término “alzado” a los defensores de la legalidad. De entrada,
hay que recordar que el vocablo “alzado” designa a los centenares de
republicanos que se ocultaron en el interior abrupto de La Palma, tras el
desembarco de tropas franquistas. El uso de este palabra responde a la
tradición existente en España y en Canarias de llamar “alzados” a quienes
desobedecían las órdenes del poder establecido y se internaban en los montes
(conquista del Archipiélago, guerra de Cuba…). Esta denominación cuajó entre
los coetáneos, de modo que tanto republicanos como franquistas nombraban a los
evadidos de igual forma. En mi opinión, el historiador debe respetar esta
coincidencia y, por tanto, denominarlos de la misma manera. En la obra, solo
nos permitimos la licencia de entrecomillar el vocablo para diferenciar la
proyección histórica que tiene, del significado que le otorga el diccionario.
-¿Por qué escaparon al
monte….es que ya les llegaron noticias de las purgas de los rebeldes y tropas
franquistas y lo que había era auténtico miedo?
Los
“alzados” marcharon al interior de la Isla por tres motivos. En primer lugar,
para eludir un castigo que sabían inevitable, aunque no imaginaban la dureza
con que, posteriormente, se ejecutaría. En segundo lugar, porque muchos de los
“alzados” pensaron que el Gobierno de la República dominaría en poco tiempo la
sublevación y enviaría la flota para recuperar el Archipiélago. Cuando esto
ocurriera, los republicanos palmeros bajarían de los montes para apoyar el
desembarco. En tercer lugar, muchos jóvenes palmeros de ideología izquierdista
se escondieron en el interior para no ser movilizados por el ejército
franquista y tener que combatir contra la República en los frentes
peninsulares.
-Hagamos un poco de marcha atrás. Explícanos en la
pequeña isla de La Palma, ¿cómo fueron los días de la II República?
Al
comienzo de la II República, en La Palma, existían tres fuerzas sociales y
políticas: el influyente caciquismo
conservador, hegemónico durante la Restauración, que recalará en la Unión
de Derechas; el caciquismo liberal,
que se unirá a los republicanos y fundará el Partido Republicano Palmero; y el
incipiente movimiento obrero de
tendencia marxista, que creara, primero, la Agrupación Socialista y, después,
el Partido Comunista. En las últimas elecciones generales celebradas en La
Palma, venció la Unión de Derechas, seguida del Partido Republicano Palmero.
Sin embargo, la izquierda obrera integrada en el Frente Popular fue la fuerza
política que mostró un crecimiento más acelerado. Empuje que preocupó
enormemente al conjunto conservador de la sociedad isleña.
- Nosotros sí tenemos el
libro entre manos, pero para los que no lo tengan: ¿los alzados de La Palma
quisieron o pudieron, en algún momento, “plantar cara” a los rebeldes en pos de
recuperar la II República?
Un grupo
de “alzados” marchó a los montes pertrechado con armas largas y explosivos. Su
propósito era retornar cuando escuchase noticias de que se estaba produciendo
un desembarco republicano para apoyarlo. Sin embargo, la mayor parte de los
“alzados” tenían la intención de huir y eludir la represión, a la espera de
que, en un plazo breve, el Gobierno retomara el control del país.
Evidentemente,
la escasez de armamento, la estrechez del territorio insular, el hecho de que
las Derechas tuvieran miles de votantes residiendo en las zonas donde se
ocultaban los fugados y el conocimiento del terreno que tenían las fuerzas
perseguidoras eran dificultades casi insuperables a la hora de plantearse la
formación de un movimiento guerrillero.
-¿Cómo y de qué manera se caracterizaban los
perseguidores? Háblanos de “los perseguidores”, los propios perseguidores de La
Palma porque es de suponer que, entre las fuerzas de la Falange y Acción
Ciudadana había bastantes vecinos de la propia isla….coméntanos.
Las
organizaciones que persiguieron a los “alzados” fueron el Ejército, la Guardia
Civil, Falange Española y Acción Ciudadana. En conjunto, los isleños las
conocían como las “fuerzas”. Falange y Acción Ciudadana eran organizaciones
paramilitares, integradas por vecinos de La Palma, normalmente de filiación
derechista, que conocían la Isla igual de bien que los perseguidos.
-¿Cómo llevaron a cabo la
persecución?
Primero,
las fuerzas perseguidoras aprovecharon la ventaja física que le concedía el
reducido espacio insular. Segundo, establecieron un cerco sobre los sectores de
la población que apoyaban a los “alzados”, consistente en vigilar y acosar a
correligionarios y familiares. Tercero, sacaron rendimiento a las delaciones.
De tal modo, que la mayor parte de las capturas se realizaron después de una
confidencia.
-Otra cosa debió de ser la
represión: tanto de los que cogieron en los montes como de los que no se fueron
al monte e igualmente fueron represaliados….¿Cómo fue?. Suponemos que no muy
diferente a la llevada a cabo en cualquier otro lugar del mapa geográfico del
Estado Español…
En Canarias, en un
principio, el Ejército coordinó la labor represiva encauzándola a través de la
jurisdicción militar. Se produjeron fusilamientos, pero ejecutados tras sentencias
a la última pena dictadas por consejos de guerra. Unas 75 en el Archipiélago, a
lo largo de los primeros meses de la Guerra. Posteriormente, las Fuerzas
Armadas decidieron tener más controlada la retaguardia canaria, ante el temor a
un posible desembarco republicano. Es entonces cuando se implanta el método más
cruento de las “desapariciones”, unas mil entre septiembre de 1936 y marzo de
1937.
El caso de los “alzados”
en la isla de La Palma puede ilustrar como el método de las “desapariciones” fue
empleado por las Fuerzas Armadas para conjurar los riesgos que conllevaba una
retaguardia sin controlar completamente. A su llegada a las Islas, el general
Ángel Dolla Lahoz y su estado mayor confirmaron que
La Palma no estaba pacificada. El ejército estimaba, meses después de
producirse el levantamiento militar, que la situación de la Isla era “anárquica” porque buena parte de los
izquierdistas más destacados deambulaban por sus campos sin reconocer la
autoridad militar. La autoridad castrense consideró intolerable ese peligro y
se dispuso a sellarlo. Así, la mayor parte de las ejecuciones sin juicio
ultimaron a izquierdistas huidos en las montañas, a sus abastecedores y a
cómplices de evasiones de la Isla. En total, treinta y nueve de los cincuenta y
un “desaparecidos” en La Palma fueron “alzados” o proveedores de éstos.
-Desapariciones, episodios
de verdadero terror..poner cara a los represaliados y a los que quedaron,
víctimas colaterales y del escarmiento. ¿Es esto lo más duro en este trabajo
que has realizado?
En
general, toda España fue una enorme hoguera alimentada por el dolor de millones
de personas. Los hombres y mujeres que vivieron aquel momento sufrieron mucho.
Es raro que alguna familia no sintiera congoja por alguno de sus miembros, no
hubiera lamentado la pérdida de algún pariente, no hubiera pasado hambre, no
hubiera visto despedirse algún amigo para siempre, no hubiera perdido sus
posesiones o parte de ellas, no hubiera sufrido algún tipo de humillación… Por
supuesto, los vencidos siempre soportan todos estos males en mayor proporción.
No es extraño que el país quedara marcado por décadas, por lo menos hasta hoy
en día.
-¿Cómo ha sido, Salvador,
el documentarte y, supongo, que el ir recogiendo, testimonios más o menos
directos, de gentes de La Palma…. es de suponer que bastante duro…?
Un
trabajo de historia, para ser útil, debe tener una fase de investigación que
nos acerque al hecho histórico. En este caso, una de las fuentes utilizadas
durante el periodo de indagación fueron los testimonios orales. Sobrecogedores,
algunas veces. Aunque, finalmente, el historiador actúa como un científico,
digamos como un médico, no te olvidas del sufrimiento, pero tu misión es
estudiar un acontecimiento para saber sobre él lo más posible y, así, aportar a
la sociedad datos y análisis sobre los que pueda reflexionar. Con el
conocimiento y el análisis, los historiadores intentan contribuir a evitar
experiencias tan traumáticas como las padecidas durante la Guerra Civil. Creo
que ese es nuestro servicio.
La resistencia republicana en la isla de La Palma
16959
Los alzados de La
Palma durante la Guerra Civil. Salvador González Vázquez
290 páginas
16,00 euros
Le Canarien
El 25 de julio de 1936, ocho días
después de empezada la Guerra Civil, el cañonero Canalejas arribaba al puerto
de Santa Cruz de La Palma, transportando unidades militares y voluntarios
falangistas procedentes de Gran Canaria. El desembarco de los sublevados
provocó que cientos de partidarios del gobierno republicano se refugiaran en
los montes a la espera de que las autoridades redujeran la rebelión. Se les
llamó “alzados” y algunos de ellos se mantuvieron ocultos en el interior de la
Isla hasta 1946. Sobre ellos cayó la vertiente más dura de la represión
ejecutada por el bando franquista. Ésta es su Historia.
Índice, introducción y primer capítulo:
http://lecanarienediciones.com/tienda/salvador-gonzalez-vazquez/45-los-alzados-de-la-palma-durante-la-guerra-civil.html
Consultar el libro digital "La semana roja en La Palma":
http://www.odalsi.com/usuarios/libros/digital/salvador/s-roja01.htm
Salvador González Vázquez nació en Tazacorte
(La Palma). Es doctor en Historia. Desde el curso 1987-1988, ejerce como
profesor de Enseñanza Secundaria. Es autor de varias obras, ponencias y
artículos sobre la II República y la Guerra Civil en Canarias y sobre la
Historia Contemporánea de La Palma. Entre ellas destacan Historia de Tazacorte (2000), La Semana Roja en La Palma (2004), José
Miguel Pérez (2005), Blas Pérez González (2006), Antonio Rodríguez López (2008)
y, como co-autor, La Guerra Civil en Canarias (2000).
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