La
Librería de El Sueño Igualitario
Javier López Facal se puso este verano como
asignatura el escribir un libro sobre los nacionalismos en Europa…. acercándonos,
un poco, a sus particulares curiosidades, y cosas. Breve
historia cultural de los nacionalismos en Europa es, en sí, es como una
introducción porque nos abre la mente para preguntarnos muchas cosas en torno a
conceptos, interrogantes problemáticos, dudas…. todo aquello que , como en una
cápsula , suele envolver a los términos: nación, nacionalismo, cultura…. La
editorial La Catarata acoge, de nuevo, la palabra escrita y el pensamiento de Javier
López Facal y lo edita de manera especial, como todo
lo que hace esta magnífica editorial que nunca esquiva los temas más
controvertidos; y el abordar , hoy en día, el tema de los nacionalismos,
conjugándolos con el concepto de cultura, no es un ejercicio para nada fácil…. aunque
lo parezca de lejos…. En cuanto te pones con la lectura , nuestra cabeza,
empieza a carburar y lo hace para preguntarse cosas y reflexionar sobre otras
muchas y eso es excepcional porque para eso se escriben los libros, aunque como
decimos, éste de Facal, se nos queda como “pequeñico”
porque el tema da para mucho más( a ver si López Facal
repite asignatura algún que otro verano)…. Está claro, López Facal, Javier, y La Catarata nos han tendido una trampa y
es exquisita porque nos invita a ir a más…
Cazarabet conversa con Javier López Facal….
-Javier cada vez soy más escéptica en torno a
las naciones, nacionalismo…..no sé, me siento muy identificada con mi cultura,
la quiero, la reivindico, la estimo desde la raíz y la comporto, pero cada vez
me gustan menos los himnos, las banderas y demás…ni cómo se está manipulando,
fruto de la situación social en que estamos sumergidos, a la gente y se llenan
las calles en defensa de una cierta reivindicación de “nación” y de sentimiento
de “nacionalismo”. ¿Cómo lo ves?
-Tengo la impresión, Sussanna, de que tu incomodidad ante el reciente agravamiento de las pasiones
nacionalistas se está extendiendo entre muchos ciudadanos razonables y es ya
una sensación bastante común. Después de las escabechinas de raíz
fundamentalmente nacionalista que padeció Europa en la primera mitad del siglo
XX, vinieron unas décadas de mayor colaboración transfronteriza y de creación
de estructuras políticas supranacionales pero últimamente estamos asistiendo a
una especie de recaída en los fervores nacionalistas del siglo XIX y primera
mitad del XX.
-El
concepto cultural es un terreno un poco resbaladizo porque, te encuentras en
que, aquí, cada uno valora un poco la cultura o tiene un concepto de ella un
poco particular. ¿Qué concepto tienes tú de cultura?
-Son difíciles de definir las realidades
complejas, como también somos muy difíciles de definir los individuos,
pero unas y otros somos fáciles de identificar: yo no necesito definirte a ti
para identificarte, ni necesito definir a los movimientos solidarios para
reconocerlos. No voy a esquivar tu pregunta, aunque se las trae: yo suelo
entender por “cultura” un conjunto de hábitos, costumbres, productos y apariencias
que caracterizan a una determinada sociedad y la hacen reconocible y
parcialmente diferente de otras. En este sentido, para mí, la tortilla de
patata, la paella, el AVE, el Museo del Prado, el jamón serrano, la liga de
fútbol, los sanfermines, el toro de Osborne, la
lotería de Navidad, etc. Constituyen
piezas de la cultura española que la hacen diferente de la de otras
naciones, pero podríamos hacer una lista similar para acotar la cultura
europea, o la andaluza, o la del Ampurdán, o la de
los adolescentes, o la de un determinado partido político.
-Javier,
hace falta cierta dosis de temple, sentido del humor y eso para emprender a
hablar de nación y nacionalismo…porque a muchos enseguida se les infla la
vena….
-Se les inflan sus cosas a los nacionalistas, por emplear tu misma
palabra, porque como dice una cita de Salvador Giner que recojo en mi libro,
los nacionalistas no toleran que se hable con humor de su tribu, ya que lo santo siempre posee solemnidad y para
ellos su nación es lo más sagrado. Ellos sí podrían decir aquello de “toíto te lo perdono excepto que mientes a mi mare”.
-Tal como
están las cosas, muchas veces de enervadas con eso que mencionas en el prólogo
de la “xenofobia” y la respuesta que muchos de dais con eso de la xenofilia
(auténtica pasión, amor por conocer lo desconocido….esa curiosidad que casi
hierve en la sangre) y que todo explota en una palabra, tolerancia…. ¿quién
ganará o se está llevando el marcador de momento….?
-Suele haber ciclos y vaivenes a lo largo de la historia y ahora parece
que dominan las fuerzas centrípetas y que hemos entrado en una fase autorreferente, insolidaria y de
sálvese quien pueda. En esta fase, el nacionalismo parece que va a ser de nuevo
la ideología dominante durante algún
tiempo.
-Javier ,
cualquiera de nosotros ¿Puede tener más de una nación…o sea, puede sentirse de
más de una nación….sería aquello como llevar dos etiquetas: un pantalón “X” y
un jerséis” Y”? ¿Sin ningún tipo de incompatibilidad?
-Obviamente sí, uno puede tener varios sentimientos de pertenencia, compatibles entre sí, y vivirlos con
naturalidad; a mí desde luego me ocurre eso y conozco a mucha gente que actúa
igual: Según el contexto, yo me he sentido alternativamente gallego, o español,
o europeo, o simplemente occidental y me imagino que si me encontrara con
extraterrestres bajados de una nave me dirigiría a ellos simplemente como
terráqueo, porque en esa situación sería absurdo precisarles que yo era
gallego, o español o europeo.
-La lengua
de una comunidad “X” es de los hechos que más nos diferencian a unos pueblos de
otros….más diferenciados(pero es solo una mota como una pincelada porque, en
realidad, todos los hombres somos iguales), a la vez que enriquecedores y en
todos los sentidos….pero muy a menudo, aunque “separe” a naciones y a los
ciudadanos—que tendrán, entonces lógicamente, diferentes nacionalidades, ---hay
para tanto como para entrar de lleno en el NACIONALISMO? ( fíjate que nombro lo
de nacionalismo como algo que va más allá de ser perteneciente a una nación, me
explico yo lo entiendo aquella persona que practica por definición y convicción el ser de una
determinada nación con actitudes muy, muy reivindicativas( a menudo mucha
bandera, mucho himno….)?
-Pienso que lo más genuinamente nacionalista no es tanto el amor a tu
nación, como el odio a la vecina. Lo de la lengua es solo un campo fértil para
la autorreferencia y el enfrentamiento, pero sobre
todo en Europa, porque en América esa herramienta para la
diferenciación no es útil, porque muchas
naciones comparten la misma lengua y por
lo tanto tienen que utilizar otros elementos para marcar distancias con sus vecinos.
-Pero aquí
como el experto eres tú, dinos ¿qué entiendes como nacionalismo? ¿Y explícanos
a todos desde qué punto sales en el libro para explicar esta breve historia de
los nacionalismos?
-En realidad no soy experto o, al menos, no me tengo por tal. He escrito
este libro porque me interesaba plantearme la naturaleza de los nacionalismos,
sobre todo de los europeos, porque en el año 2014 vamos a padecer una
sobredosis de fervores nacionalistas: referéndum de independencia en Escocia,
tricentenario de la Diada de 1714 en Cataluña, bicentenario del Congreso de
Viena, centenario de la I Guerra Mundial que fue la gran orgía sanguinaria de
las naciones europeas, etc. Quería explicar y compartir con los lectores cuáles
son, en mi opinión, los orígenes, los mitos, los ritos y las manías, por así
decir, del nacionalismo.
-Cada vez,
yo ando con pies más de plomo al “acercarme” al término nacionalismo, sea cual
sea….como con prevención porque me dan como “cierto miedo” ciertas
radicalizaciones…sobretodo porque se tiende a ir con esto de los
nacionalismos más allá de la defensa de lo que uno simplemente es y
del respecto que se debe tener de donde viene y de todo eso…de todo lo que para
uno conlleva el haber nacido en un sitio determinado…. No sé si me entiendes,
pero cómo explicarías esas sensaciones….
-Yo pienso que querer a tu madre es un sentimiento lógico y positivo; lo
que no es ni lógico, ni positivo es odiar, o despreciar, o ningunear a las
madres de los demás. Igualmente el patriotismo positivo, el de amor a tu tierra
y sobre todo a sus gentes, está muy bien siempre que no te impida querer también
o, por lo menos, que te caigan bien otras tierras y otras gentes. Yo me siento
muy a gusto como español, pero me caen muy bien los portugueses, los
marroquíes, los franceses , etc.; me gustan sus comidas, sus ciudades, su
música, me interesan, me caen bien.
-Eres gallego y Galicia es una región con una
lengua propia (como otras regiones como Cataluña, País Vasco…), con una
idiosincrasia muy suya, con sus costumbres y hasta con sus “tics” particulares,
pero si alguien te preguntase de qué nación te sientes, ¿qué responderías?, ¿te
sientes, en tu caso(permíteme la pregunta) tan gallego como español?...¿por qué
en España se tiende tanto a preguntarse : qué significa sentirse español?. Otra
vuelta de tuerca y ya me perdonarás: ¿ser español es lo mismo que sentirse
español?
-Depende de la situación o del contexto, me siento más una cosa que
otra; me considero y me siento profundamente gallego y muchos amigos madrileños
o andaluces me lo recuerdan con frecuencia, pero también me siento muy español,
sobre todo cuando estoy en el extranjero, y también muy europeo, etc. ; en
realidad no vivo como incompatibles, ni siquiera como conflictivas, las pertenencias a distintas naciones.
-No me
gustan las definiciones en torno a nación, nacionalismo porque creo que por encima
de todo está , o debería estar, el comportamiento, como humanos, entre los unos
y los otros y en torno al planeta…no sé me siento más cercana a todo aquello
que gira en torno a mi lengua, los que compartimos costumbres parejas o muy
parecidas…..pero cada vez me siento más alejada de los conceptos de nación y
nacionalismo…¿Nos puedes realizar algún comentario en torno a esta especie de
reflexión?
-Podríamos hablar durante horas de esto sin parar, Sussanna, pero voy a
limitarme a recordar un antiguo dicho: ubi bene, ibi patria, ”donde uno está bien, allí está su patria”; la
patria es, etimológicamente, la tierra de los padres de uno y la nación el
lugar donde uno ha nacido, pero las etimologías no explican ni los
significados, ni los usos actuales de las palabras porque uno puede, por
ejemplo, heredar un patrimonio de su madre, y no le llama
matrimonio, puede sentir náuseas sin estar en un barco, o mareos sin estar en el mar. Aunque patria
tenga que ver con “padre” y nación con nacer es evidente que uno puede sentir
como su nación un lugar en el que no ha nacido y su patria un sitio donde no
han nacido sus padres. Las etimologías influyen, pues, lo mínimo y la historia
tampoco nos condiciona más allá de lo que estemos dispuestos a concederle.
-Me ha gustado
tu “mediación” en torno a la discusión del Ministro Semprún
(escritor y pensador al que me he ido acercando y que me ha sorprendido,
gratamente, muy y mucho….) y Joan Coromines (al que yo admiro muy particularmente )…me parece
tan lógico lo que le explicaste a Semprún y tu manera
de ver, mirar y casi acariciar el tema y, además (aunque antes, yo
particularmente, yo no lo pensaba tanto así) cada vez estoy más con esto de
aborrecer a los nacionalismos…hizo bien Semprún en
recordarle a Coromines su paso por Buchenwald y su rechazo por los nacionalismos….esos
nacionales: los que se cierran y al final se transforman en monstruos que
juegan a mirarse el ombligo y con sus dogmas, dogmatismo….¿tenemos peligro, hoy
y ahora, aún con el peso y el paso de la enseñanza de la historia de volver a
caer en esos mismos errores que han provocada ya guerra y muertes?
-Claro que tenemos peligro. Los casi mil muertos de ETA, que son muy
recientes ¿no son un efecto del nacionalismo?.
-Enlazando,
un poco, con las primeras preguntas y como cierre: ¿Y si sólo existieran las
naciones desde un punto de vista cultural?
-No creas que la cultura es tan inocente y tan neutral, pero si
valoráramos más los ingredientes culturales de nuestras naciones en detrimento
de los económicos y políticos probablemente tendríamos un mundo más apacible y
civilizado.
Te aconsejamos las siguiente páginas:
http://www.fgcsic.es/lychnos/es_es/entrevistas/Entrevista-Javier-Lopez-Facal-y-Jose-Manuel-Conde
http://elpais.com/autor/javier_lopez_facal/a/
http://blogs.publico.es/dominiopublico/category/javier-lopez-facal/
http://www.publico.es/culturas/368134/de-la-indignacion-a-la-accion
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=41132
http://es.scribd.com/doc/56968250/C-Martinez-y-J-Lopez-Hay-que-seguir-renovando-el-panteon
http://www.youtube.com/watch?v=DQSDXf2wWl0
15528
Breve historia
cultural de los nacionalismos europeos. Javier López Facal
224 páginas 13,5 x 21 cms.
17,00 euros
La Catarata
A partir del siglo XIX,
políticos, artistas, historiadores, clérigos, filósofos y otros intelectuales
contribuyeron con entusiasmo a la fabricación de lo que llegarían a ser sus
respectivas naciones. Todos ellos se pusieron manos a la obra para llevar a
cabo tan patriótica –y a veces, también, lucrativa- misión y no dudaron en
arropar el proceso cultural y simbólicamente. Con un distanciamiento como de
observador de planetas y un cierto sentido del humor, Javier López Facal describe en este libro los falsos mitos que sustentan
los más arraigados sentimientos nacionalistas. El hecho de que la mayoría de
los símbolos, ritos y tradiciones que hoy tienden a creerse inmemoriales se
crearan, en realidad, entre 1870 y 1914 en Europa muestra los anacronismos y
falsedades que contiene la ideología nacionalista, además de la falta de
sentido crítico de sus devotos fieles. Porque, por ejemplo, ¿cómo se explica
que los suecos ensalcen conmovidos en su himno “el sol, el cielo y los verdes
prados” de su país?
Doctor en Filología Griega por la
Universidad Complutense y profesor de investigación del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, en cuyo Instituto de Filología trabajó durante
años en la redacción del Diccionario
Griego Español. Actualmente está destinado en el gabinete de la
presidencia del CSIC, donde se ocupa de política científica y gestión de I+D.
Otros títulos del autor en Catarata:
Antología de muertes apacibles
El declive del Imperio vaticano
La presunta autoridad de los diccionarios
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