La
Librería de El Sueño Igualitario
Salvador Berlanga Quintero coordina un trabajo de acercamiento al
testimonio oral y a la memoria histórica de testimonios directos, mediante
ellos, y sus voces vaciadas en una grabadora, esculpen la historia de Alcorisa
desde la Monarquía de Alfonso III a la Dictadura franquista y lo hace
coordinando el trabajo de no pocas plumas de un peso incalculable, pero el peso
de Berlanga, su incansable sed de comunicador, se deja ver y sentir en cada
página, en cada párrafo y en cada frase. Es un libro, además, que desprende
altruismo porque su precio lo que cada uno de ustedes pague por él va a parar
al Museo de la Escuela (magnífico, por cierto) de esta ciudad del bajo Aragón,
Alcorisa.
SALVADOR BERLANGA QUINTERO
Presidente de la Asociación Cultural "Amigos del Museo de la Escuela “es
además: Maestro, Licenciado en Historia y Doctor en Pedagogía por la Universidad
de Zaragoza. Es autor de “Educación en el
medio rural” (2003) y “La educación del consumidor en el aula, en
la familia y en la sociedad” (2011), ambos editados por Mira, y “Berdejo, una mirada desde la escuela”, editado por la
Diputación Provincial de Zaragoza en 2011
Cazarabet conversa con
Salvado Berlanga Quintero, autor-coordinador del libro.
-Salvador en los últimos
tiempos los libros, los estudios entorno a la memoria y a la historia oral han
cobrado mucha fuerza, ¿a qué crees que es debido?
-Dices
bien al referirte a "los últimos tiempos", porque a partir de ahora
veremos, lamentablemente, un descenso brusco en éste y otros tipos de estudios
ante la falta de ayudas institucionales. Era consciente que hacer un libro
como éste requería una mezcla de magia, de tozudez aragonesa y grandes dosis de
temeridad porque el reto no era pequeño. Por otra parte, creo que tenemos la
tarea urgente de preservar nuestra historia más cercana antes de que los
efectos de la globalización arrasen con todo, también con nuestra memoria.
-Titulas el libro Ecos de
Infancia como título principal, muy elocuente, ¿no? ¿Te inspiraron las
historias que habías oído en esos años de infancia y esa curiosidad que tienes
como comunicador? ¿Alguna de estas dos cosas primó sobre la otra?
-Como dice Ángel Gabilondo, el anterior ministro de
Educación: "la infancia es algo que se vive de mayor, de niño uno sólo es
niño". No es casual que durante toda mi vida profesional, como maestro, he
volcado mi interés vital en los niños y jóvenes, y que ahora sean los mayores
el centro de interés. En el fondo es lo mismo, se trata de abordar la infancia
en momentos históricos distintos. Además, este libro
está editado por la Asociación cultural "Amigos del Museo de la
Escuela" ubicado en Alcorisa, Teruel, de la que soy presidente en la
actualidad, y nuestras acciones se encaminan a la mejora del Museo de la
Escuela Rural y a la investigación, como es el caso de este libro. Veintiocho
socios me han ayudado en el trabajo de campo. Una labor coral en la ardua tarea del trabajo de
campo y, una vez finalizado, me he entregado durante varios meses a la
emocionante labor de convertir las palabras habladas en textos para ser leídos
como un relato continuo, de sumar aportaciones de especialistas y de dar forma
a cada uno de los apartados de esta publicación. Una aventura apasionante.
-El subtítulo de la obra,
de este estudio sobre la historia contemporánea de Alcorisa es: “…de la
Monarquía de Alfonso XIII a la Era de Franco”. Bien, aquí tengo una duda ¿por
qué no utilizas el nombre dictadura para definir el tiempo que pasamos o,
mejor dicho, y desde mi punto de vista, sufrimos con Franco?
-Quería
utilizar la terminología de Ramón Tamames. Si te
fijas bien, resulta más contundente y visual decir "Franco" que
"Dictadura" porque, en la actualidad vivimos en un supuesta
democracia cargada de hechos y actitudes cercanos a la dictadura que sufrimos
los ciudadanos. La dichosa crisis es sólo el pretexto.
-En tu libro son los
propios protagonistas de la historia, más o menos directos…más o menos
testimoniales los que cuentan la historia: su historia, lo que vieron, -oyeron
y, a la vez y casi sin darse cuenta, la historia de Alcorisa….
-Cuarenta alcorisanos, entre ochenta y noventa
y nueve años cumplidos, son los protagonistas de estas páginas al descubrirnos
cómo fueron sus primeros años de una larga e intensa vida, parecidos en muchos
aspectos con el camino recorrido por sus contemporáneos de Teruel, de Aragón y
de España. En este caso, hemos abierto la grabadora, con afán etnográfico, para captar las voces
del "pueblo" y observar instantes que expresan dolor, risas,
travesuras inconfesables, y espacios y olores que nos acompañan para siempre.
Reconstruyen el interior de sus casas, las calles, la relación entre los
vecinos, las celebraciones, la vida en las masadas, el reparto de tareas entre
hombres y mujeres, sus juegos y entretenimientos, etc. Y,
por supuesto, entre sus temas de conversación, la escuela y la enseñanza ocupan
un lugar principal. Nos cuentan cómo eran las aulas, quiénes eran sus
maestros, maestras o monjas; qué aprendían, qué libros y objetos de escritura
llenaban las carteras confeccionadas por sus madres. La religiosidad, la
disciplina, los castigos. Y sus ojos de tiñen de picardía al recordar las
travesuras con sus amigos porque, por encima de todo, eran los dueños de la
naturaleza, y todas las calles de la localidad su espacio de juegos. Los
entrevistados son fantásticos. Muestran, en algunos casos, apuros para recordar
lo que hicieron ayer o lo que comieron ayer y, sin embargo, relatan con
admirable precisión lo ocurrido hace más de medio siglo.
- En este
libro has conseguido la participación de numerosas personalidades de distintos
ámbitos de la cultura y pensamiento aragonés.
-Esta memoria autobiográfica se enriquece con la valiosísima aportación
de veintitrés especialistas de prestigio en diversos géneros de la creación
intelectual aragonesa y española. Por citar algunos que no necesitan crédito de
presentación: El Justicia de Aragón, Rosa Domínguez, Antonio Bernat, Agustín Escolano, Agustín Ubieto,
Víctor Juan, Eugenio Monesma, Herminio Lafoz, Félix Teira, Joaquín Carbonell, Luis Larrodera, Antón
Castro, José Antonio Pérez Cebrián, Enrique García, Eva Defior,
etc. Sus reflexiones enmarcan y
contextualizan el significado de los relatos de los "niños de ayer".
Estoy realmente feliz y agradecido porque contribuyen a que el resultado del
libro sea realmente potente.
-Seguro que hay una época
que te ha dado más trabajo que otra. Háblanos de ello.
-Seguramente todo lo relacionado con el periodo de la guerra y posguerra
que en Alcorisa y en este territorio tuvo durísimas consecuencias sobre la
población civil. No era nuestro principal objetivo de investigación, sin
embargo los recuerdos afloraban inevitablemente, acompañados de lágrimas con
frecuencia, porque los entrevistados son los "niños de la guerra".
Como escribe Antonio Bernat en el prólogo: Cuando
unos alcorisanos, hoy ancianos, recuerdan su infancia
no sólo aportan elementos testimoniales del pasado, sino que contribuyen a la
redacción de la Historia. Sus testimonios nos
ayudan a saber quiénes somos. Todo ello en un interesante juego de
miradas. En ese juego de miradas lo primero que llama la atención es la
capacidad para superar una de las situaciones más complejas de la Historia de
España. Lo segundo es que en esta supervivencia no se oculta el dolor y, sin
embargo, no aparece ningún gesto de odio.
-Especial transcendencia y,
seguro que incluso inconscientemente, te jugaba el acercarte más al mundo de la
educación en cada una de las épocas. ¿Con qué diferencias significativas te has
encontrado en los diferentes tiempos?
-Son
tantas las diferencias que la respuesta sería motivo de otra entrevista. En
2003 publiqué "Educación en el medio rural", editado por Mira, en él
hacía un recorrido de la enseñanza hasta ese año. Cada tiempo tiene la escuela propia del momento social y
político. Pero en las palabras de los entrevistados se aprecia la importancia
que conceden a la educación para avanzar hacia el progreso y la libertad. Uno
de ellos, con orgullo, expresa que él no fue ni un solo día a la escuela porque
desde niño trabajó de pastor y, sin embargo, ahora se emociona al contar que
sus dos hijos son ingenieros, uno de ellos profesor en la Universidad de
Zaragoza. No es el único caso, todos coinciden en dar un gran valor a la
formación y así lo manifiestan cuando preguntamos ¿qué les diría a los jóvenes
de hoy?
-Lo que sí me he fijado en estos testimonios tan
directos, como en otros que he leído de libros y trabajos basados en
testimonios orales es que aquí cada uno se “siente” el más trabajador…me ha
chocado y me ha parecido sustancial….Lo que queda claro es que en estas
tierras, en aquellas que el trabajo se basa en extraer del campo para vivir,
pues hay que trabajar mucho… ¿Cómo lo ves?, ¿qué percepción tienes de cómo
siente el alcorisano y alcorisana
frente al concepto del trabajo?
-La
economía alcorisana se basaba en el campo,
agricultura y la ganadería, como en la mayor parte de la entonces amplísima
España rural. Vale un dato: hasta el decenio de los sesenta del siglo XX la
mitad de los pueblos españoles tenían menos de mil habitantes. En Alcorisa, que
no era una excepción, todo giraba alrededor de esta economía de subsistencia. Vivían
para trabajar y trabajaban para comer, el alimento diario era su meta. Cómo no
iban a presumir de ser los más trabajadores si a los diez años muchos empezaban
de pastores y muchas a servir en otras casas o en la suya propia para ayudar a
sus madres en las tareas domésticas. La distribución de papeles entre hombres y
mujeres se aprecia claramente en este libro. Ellos trabajaban mucho pero las
mujeres mucho más.
-Alcorisa es un pueblo que
ha basado parte de su economía (buena parte de ella) en la mina y alrededor de
esta actividad. ¿Cómo crees que, de alguna manera, sufre un pueblo esa
dependencia tanto alrededor de una actividad económica?
-La
minería no fue relevante en este territorio hasta los años cincuenta del siglo
XX con la llegada de la denominada "Calvo Sotelo" y luego ENDESA y
SAMCA. De hecho, sólo unos pocos entrevistados trabajaron en minas de Alcorisa
y, sobre todo, de Ariño y Andorra. Durante años ha sido un sector fundamental,
pero en la actualidad se está desmantelando como tantas otras posibilidades
económicas del medio rural más desfavorecido. Mi padre fue minero y con su
salario fue capaz de sacar adelante una familia de doce hermanos. Estoy con los
mineros, he participado en manifestaciones a favor de su lucha, y todos los
hermanos pudimos estudiar gracias al carbón. Ahora dicen que es contaminante y
yo me pregunto qué otra energía tenemos en este país, porque los lobbys tampoco quieren las limpias. Quizás quieren la
nuclear, la más sucia y peligrosa.
-Amigo Berlanga, ¿cuál ha
sido tu experiencia, ese recuerdo central, a la hora de ver y valorar a
posteriori este exhaustivo estudio?
-En primer lugar, pretendía que fuera una investigación
con la ayuda de personas no especialistas en algunos casos y el reto se ha
superado con nota muy alta. También se ha conseguido un libro, complejo de
hacer, fácil de leer y maravilloso de ver porque incluye 271 imágenes, el mismo
número que páginas. Debía ser un libro dirigido a todo tipo lectores, con o sin
formación académica, y de todas las edades, especialmente dirigido a los
hijos y nietos de quienes hoy están en el otoño de sus vidas. Sobre todo los
docentes deberían conocer esta obra. Y también me he emocionado al descubrir la
historia de un alcorisano
que salvó la vida por saltar de un tren con destino a Mauthausen, lo que
contradice algunos datos investigados por Constante, o que en Alcorisa trabajó,
como maestra, una monja hermana de los Muñoz-Seca.
-¿Hasta qué punto, amigo
Salvador, los “ambientes berlanguianos" del gran
cineasta valenciano, tienen a ver con algunos de los testimonios e historias
con las que te has topetado?
-Curiosamente
mi primer apellido es Berlanga, aunque sin parentesco con quien fue mucho más
que un director de cine. Es cierto que podríamos hablar de "ambiente berlanguiano" en algunos de los testimonios más
terribles, pero los entrevistados los contaban con deseos de sobrevivir a
tiempos durísimos y las pinceladas de humor aparecían enseguida una y otra vez.
Vivieron y sufrieron en una sociedad rural pobre en la que señalan que
"no nos faltaba de nada" mientras hubiera comida. El hambre se
sentaba en la mesa de muchas casas pero ellos compartían y actuaban con
principios de solidaridad impensables en la actualidad. Muchos repiten: ¡había
que sonreír ante la vida porque bastante dura era!
16133
Ecos de infancia.
Alcorisa en la memoria: de la Monarquía de Alfonso XIII a la Era de Franco. Salvador Berlanga Quintero (coord.)
271 páginas 16,5 x 23,5 cms.
20,00 euros (donativo de apoyo a la asociación Amigos del Museo de la Escuela)
INTRODUCCIÓN
En tus manos tienes un libro de memoria histórica, de historia oral. Cuarenta alcorisanos y alcorisanas,
cuarenta hombres y mujeres con nombres y apellidos, son los protagonistas de
estas páginas al descubrirnos cómo fueron sus primeros años de una larga e
intensa vida, parecidos en muchos aspectos con el camino recorrido por sus
contemporáneos de Teruel, de Aragón y de España. Es la historia de Alcorisa,
contextualizada en la historia de España, durante los años de la Monarquía de
Alfonso XIII, la II República, la Guerra Civil y los primeros años de la
Posguerra.
El criterio utilizado para la distribución de las entrevistas ha sido motivo de
debate. Cabían varias opciones cronológicas y podríamos haber adoptado una
clasificación por año de nacimiento o por el inicio de la escolarización.
Finalmente, se ha preferido organizarlas teniendo como referencia que los
entrevistados cumplen diez años en el transcurso de uno de los cuatro periodos
históricos que aborda este libro; además, ésta es la edad aproximada en la que
unos continúan su formación y otros son incorporados, prematuramente, a la vida
laboral como pastores o sirvientas.
La elaboración de este libro ha supuesto más de dos años de esfuerzo coordinado
de un amplio grupo de componentes de la Asociación “Amigos del Museo de la
Escuela”. Una labor coral en la ardua tarea del trabajo de campo y, una
vez finalizado, me he entregado durante varios meses a la emocionante labor de
convertir las palabras habladas en textos para ser leídos como un relato
continuo, y de dar forma a cada uno de los apartados de esta publicación. Una
aventura apasionante.
Pero no es ésta una historia usual de grandes reyes, notables, caudillos o
acontecimientos con fechas de obligado aprendizaje. En este caso, hemos abierto
la grabadora, con afán etnográfico, para captar en las voces del
"pueblo" más de lo que cuentan, más de lo que dicen y, sobre todo,
atrapar el sonido de sus silencios. Todo ello, en un intento de aprehender
instantes que expresan dolor, risas incontenibles, momentos felices o trágicos
hasta el estremecimiento, travesuras inconfesables, y la evocación de espacios
y olores que nos acompañan para siempre. Desde este planteamiento, se han
constatado pesimismos y melancolías, pero se han acentuado la vitalidad y el
humor propios de la niñez.
Indudablemente, la vejez reanima la memoria de lo acaecido en la infancia. Los
entrevistados muestran, en algunos casos, dificultad para referirse a lo que
hicieron ayer y, sin embargo, relatan con admirable precisión lo acontecido
hace casi un siglo. De su mano viajamos desde 1914, año en el que nace
Francisco Alloza y que por su delicada salud tomamos unos párrafos de su libro Soy
mi memoria, hasta que el último entrevistado, Gonzalo Belenguer,
que con voluntad formidable acompaña sus respuestas de largas e inacabables
pausas. Desde estas consideraciones, la complejidad de detallar recuerdos
infantiles transcurridos hace muchos decenios, a veces imprecisos e incluso
contradictorios, nos lleva a pedir disculpas de antemano ante posibles errores
de contenido.
Sobre estas bases, describen el ambiente político y socioeconómico de Alcorisa,
y reconstruyen los escenarios de la vida cotidiana: el interior de sus casas,
las calles y la relación entre los vecinos, las celebraciones y fiestas de
guardar, la matanza, las masadas, el reparto de tareas entre hombres y mujeres,
sus juegos y entretenimientos, las autoridades del pueblo y las manifestaciones
del poder. Añádase a ello, las trágicas consecuencias de haber sido, como
subraya Francisco Clemente, “los niños de la guerra”, también en su devenir
como jóvenes y adultos porque, en numerosos casos, miembros de sus familias
fueron víctimas de los dos bandos enfrentados en el más incivil de los duelos
armados. Como afirma Josefina Aldecoa, la infancia deja secuelas, por eso es
tan importante todo lo que sucede hasta los catorce años.
En consecuencia, entre todos sus temas de conversación, la escuela y la
enseñanza ocupan un papel destacado de su discurso vital. Cómo eran las aulas y
quiénes sus maestros, maestras o monjas; qué contenidos y lecciones se
aprendían, qué libros y objetos de escritura llenaban las carteras
confeccionadas por sus madres; la religiosidad que penetraba en las almas
infantiles, el orden y rigurosa disciplina, los castigos o la memorización
excesiva que sólo ha conseguido que unos pocos repitan canciones o poesías. En
esta misma línea, sus ojos de tiñen de picardía al recordar las vivencias con
sus compañeros de pupitre y de vecindad porque, por encima de todo, eran los
dueños de la naturaleza, de los campos, de las casas, y todas las calles de la
localidad su patio de recreo y de juegos.
Quienes han aceptado participar en esta investigación, han mostrado valentía al
compartir sus recuerdos y gratitud por ser escuchados, tanto que sus
testimonios de "memoria viva" cautivan al lector. Manifiestan con
serenidad estar viviendo el tramo final de un camino que apreciamos en sus
repetidas expresiones “mucho tiempo no puedo vivir más”, “quedamos pocos de mi
quinta” o “ése ya ha muerto”, al citar a sus amigos de juegos y de correrías.
Cabe destacar que algunos nos han dejado durante el proceso, pero sus palabras
nunca se las llevará el viento. A partir de ahora, perdurarán en este libro por
su capacidad de superación y porque son un modelo a seguir. Por ellos ha
merecido la pena este trabajo.
Esta memoria autobiográfica se enriquece con la valiosísima aportación de
veintitrés especialistas de prestigio en diversos géneros de la creación
intelectual aragonesa y española. Sus reflexiones enmarcan y contextualizan el
significado de los relatos de los "niños de ayer". Somos inmensamente
afortunados al poder contar con los artículos inéditos que nos regalan estos
expertos de dilatada trayectoria en diferentes ámbitos del conocimiento.
Dejamos constancia de su generosidad y compromiso con nuestra historia.
Junto al agradecimiento especial a estos expertos que han colaborado en el
libro, debemos señalar nuestra gratitud a las siguientes personas y entidades:
Al Ayuntamiento de Alcorisa por su apoyo a las actividades de la Asociación
Amigos del Museo de la Escuela.
A Abilio Andrés por el magnífico trabajo que abraza estas páginas.
A los responsables del Centro Cultural “Valero Lecha”, a la Biblioteca
Municipal y la Residencia La Purísima, particularmente a su director
Javier Figuerola, por su implicación en esta investigación.
A quienes han facilitado fotos y documentos, y a todos los entrevistados por
mostrar lo mejor y lo peor de sus momentos de infancia.
Nuestros mayores, una vez más y como siempre, son un punto de referencia en el
sostenimiento de las familias. Ocuparon el papel de los fallecidos, de forma
incondicional, y el hogar sirvió de refugio para nuevos puntos de partida.
Constituyen un pilar básico de la sociedad porque de “ser padres y madres” no
se jubilan nunca, conscientes del amor que sienten por sus hijos y por los
hijos de sus hijos.
En este tiempo complejo, hoy en día, observamos en ellos una fuente inagotable
de experiencia en el arte de vivir, de sobrevivir y de transmisión de ciertos
valores que la "modernidad" se empeña en ensombrecer. Sus
pensamientos nos ayudan a saber quiénes somos y a entender nuestro universo
desde el equilibrio y la armonía. En este sentido, es éste un libro dirigido a
lectores de todas las edades y, especialmente, a las jóvenes generaciones para
que conozcan y valoren la contribución de sus mayores.
Como expresa Hermann Hesse, Premio Nobel de
Literatura en 1946, "sin palabras, sin escritura, sin libros, no hay
historia, no existe el concepto de la humanidad". Ojalá que un paseo
sosegado por estas páginas nos aliente a pensar en la herencia de un pasado que
debemos conocer y no ocultar para seguir avanzando.
SALVADOR BERLANGA QUINTERO
Presidente de la Asociación Cultural "Amigos del Museo de la Escuela"
ÍNDICE
PRÓLOGO de Antonio Bernat
Montesinos…………………………………….…………
INTRODUCCIÓN…………………………………….…………………………………...
1.- INICIOS CONVULSOS DE LA MODERNIZACIÓN SOCIAL EN LA MONARQUÍA DE ALFONSO
XIII (1914-1931)
La escuela pervive en nuestros recuerdos (1914-1930). Rosa Domínguez Cabrejas
Francisco Alloza Belenguer
Miguela Nuez Sanz
Alejandro Navarro Mateu
Alicia Espallargas Ferrer
Isabel Casellas Espallargas
Notas sobre la infancia de hace un siglo. Agustín Escolano
Benito
El esfuerzo, un pilar fundamental de la educación. Fernando García
Vicente, El Justicia de Aragón
Lo que ha costado que todo un país leyera. Agustín Ubieto
Arteta.
Historia de Maruja, 1927. Mª José Izquierdo Borao
2.- LA SOCIEDAD QUE NO PUDO SER: IIª REPÚBLICA
El tiempo de la gran ilusión. Víctor Juan Borroy
Cándida Espallargas Rueda
José Mª Alloza Belenguer
Teresa Lamata Félez
……….
José Formento Azuara …………………………...
Emiliana Bella Morera …………………………...
José Antonio Gimeno Gracia
Carmen Félez Espallargas
Joaquina Gracia Forcada
Dolores Morera Carbó
Mercedes Espallargas Castañer
Cruz Nuez Nuez
Clementina Guallar Gasión
José Ibáñez Mormeneo
Elidia Ariño Carod
Argimiro Baselga Mor
Maestros de la República. Eugenio Monesma
Moliner
La educación durante la Segunda República Española: la mayor apuesta de un
país. Montserrat Martínez González
3.- ENFRENTAMIENTO CRUEL ENTRE HERMANOS: GUERRA CIVIL
Horrores de la guerra. David Alloza Gracia
Pilar Guallar Alloza
Pilar Nuez Espada
Agustina Omedas Guallar
Andrés Gimeno Gracia
Jesús Alloza Belenguer
Pilar Castañer Espada
Carmen Sanz Aced
Feliciano Alloza Ventura
Joaquina Nuez Adán
Manuel Ferrer Ponz
Adela Burriel Ballestero
Francisco Clemente Espallargas
Aquel verano del 36. Herminio Lafoz Rabaza
La educación y el drama de la Guerra Civil en Belchite. Félix Teira Cubel
No saber escuchar. Joaquín Carbonell
Martí
Las voces de mis abuelas. Luis C. Larrodera
Sanz
4.- DOLOR, SILENCIO Y VOLUNTAD DE SUPERVIVENCIA: LOS INICIOS DE LA ERA DE
FRANCO…………………………….....
Uno de los siete enemigos de España. Juan José Morales
Ruiz
María Eulalia Lapuente Carbó
Pilar Castañer Oliveros
Rosario Gracia Espallargas
Manuel Gimeno Gracia
Pedro Josa García
Pascual Hernández Ferrer
Joaquín García Carreras
Gonzalo Belenguer Celma
La depuración del Magisterio republicano. José Ramón Villanueva
Herrero.
La escuela de los años 40 y 50 en Lechago.
Juan Antonio Planas Domingo
La huerta y el varal. Antón Castro
Infancia creativa. Enrique García Pascual
Recuerdos de infancia. Marisa Azuara Alloza
Me gusta contar historias, pero mucho más escucharlas. Beatriz Abella
Calvo
La escuela no es la "school". Eva Defior Grávalos
Despensa y escuela. José Antonio Pérez Cebrián
5. MEMORIA GRÁFICA
6. COLABORACIONES
_____________________________________________________________________
LA LIBRERÍA DE CAZARABET - CASA SORO (Turismo cultural)
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069
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