La Librería de El Sueño Igualitario

Cazarabet conversa con...   María Isabel Cintas Guillén, coordinadora de "Manuel Chaves Nogales. Obra periodística" (Centro de Estudios Andaluces).

 

Manuel Chaves Nogales.jpgManuel Chaves Nogales fue todo un personaje de las letras del siglo XX, pero  periodísticamente hablando, fue, aún si cabe,  muy destacado en su tiempo y más acá porque lo que dejó Chaves Nogales, en sus crónicas, va mucho más allá de lo que cuenta en ellas. Chaves Nogales sentó cátedra e historia en todo lo que hizo como escritor, pero si analizamos su obra periodística es para sentarse y hablar largo y tendido…su magnitud, su complicidad, su agradable, plácida y manera clara de contar las cosas, lo hace imprescindible ; además a los que nos acercamos ,a lo que escribió sobre lo que aconteció, un poco cómplices.

Renacimiento, editorial con gusto desde Sevilla, se acerca a la figura del periodista, a modo de cronista,  que fue Chaves Nogales reuniendo en tres tomos toda su obra periodística. Son casi 2000 páginas para disfrutar de este “contador de aquello que veía”. Renacimiento se ha reunido a la hora de editar esta obra magna con el Centro de Estudios Andaluces y la Diputación de Sevilla que trabaja, siempre, con mucha eficiencia. Así  es como María Isabel Cintas Guillén,  una de las personas que más y mejor se ha acercado, siempre, a Chaves Nogales lo vuelve a hacer, de nuevo, más y mejor…observando, entendiendo y haciéndonos llegar la obra periodística de este periodista y escritor  andaluz. Esta estudiosa que ha coordinado esta obra reunida en tres volúmenes a cuál más engrescador conversa con nosotros, enseñándonos y acercándonos mejor a la obra del periodista andaluz.….

SE EDITAN TRES VOLÚMENES RECOPILATORIOS DE TODA LA VIDA PERIODÍSTICA DE ESTA PUMA COMPROMETIDA CON LA II REPÚBLICA.

El Centro de Estudios Andaluces reedita junto con la Diputación Provincial de Sevilla el trabajo periodístico del autor sevillano publicado en periódicos y revistas nacionales y extranjeras Esta nueva edición, revisada y ampliada, de la Obra Periodística de Manuel Chaves Nogales, está compuesta por tres volúmenes que incluyen nuevos textos y artículos publicados por el periodista en periódicos y revistas extranjeras, gracias al trabajo de investigación realizado en diversos archivos y hemerotecas.

Cabe destacar, a modo de recordatorio,  que se trata, ésta, de una reedición ampliada y renovada, ya que la obra periodística de Chaves Nogales ya se difundió en el 2001 por parte del  Centro de Estudios Andaluces y la Diputación de Sevilla  .

La edición presente , ha sido coordinada por la catedrática de Lengua y Literatura y biógrafa de Chaves Nogales, María Isabel Cintas Guillén, y está motivada por el descubrimiento de nuevos textos del periodista: en periódicos nacionales como El Sol, España y Estampa, entre otros; un importante número de artículos rescatados de periódicos argentinos (La Nación, Pan), mexicanos (Excelsior), franceses (L’Oeuwre, La Dépêche, Madrid, L’Europe Nouvelle, La Paix Civile), ingleses (Cooperation, The Nineteenth Century) y norteamericanos (New York Herald Tribune). Junto a estos periódicos el material encontrado en revistas latinoamericanas como la cubana Bohemia y la mexicana Sucesos para todos.

El primero de los volúmenes recoge una nota introductoria a la edición, una relación de periódicos y revistas; bibliotecas, hemerotecas y centros de investigación, una bibliografía de Chaves Nogales, un álbum fotográfico de Chaves Nogales y un epígrafe único que incorpora las crónicas del periodista.

El segundo volumen recopila las ‘Crónicas de la Guerra Civil’, treinta dos en total, y un capítulo de reportajes, el primero de 1927 para el Heraldo de Madrid y el último de junio de 1936 para Ahora, de Madrid. El siguiente capítulo está dedicado a entrevistas, la primera publicada en el Heraldo de Madrid en 1926 y la última de 1933 en Ahora; un  apartado de columnas que incluye desde la publicada en 1917 para El Noticiero de Sevilla hasta 1925 para el Heraldo de Madrid, un subgénero empleado por Chaves Nogales con mayor asiduidad en sus primeros tiempos. Y por último, en el género de críticas se incluyen textos desde 1917 (El Noticiero de Sevilla) a 1935 (Ahora, de Madrid).

El tercero de los volúmenes comienza con la colección de artículos ordenados cronológicamente, desde los primeros trabajos en 1916 de El Liberal de Sevilla a los artículos de análisis políticos publicados casi treinta años después. En un apartado específico se recoge el material inédito aportado por la revista cubana Bohemia datados a partir de octubre de 1937 hasta enero de 1944, poco antes de la muerte del periodista. El tercer libro se completa con los libros ‘La defensa de Madrid’ y ‘La agonía de Francia’, además de un índice onomástico, un índice toponímico y otro general de la obra.

 

 

03.jpgCazarabet conversa con María Isabel Cintas:

 

Esta filóloga y profesora de literatura e investigadora es una de las personas que más conoce la obra del escritor y periodista andaluz…Así, se ha convertido en una de las principales semillas de esta edición, exquisita, que ustedes pueden tener entre manos; María Isabel, preparó, a partir del trabajo de su tesis doctoral, la edición de las Obras completas de Manuel Chaves Nogales, 

 

-María Isabel, ¿Quién fue Chaves Nogales, periodista?

-Para quien nunca se haya acercado a Manuel Chaves Nogales valga esta aproximación. Nació en Sevilla en 1897. Vivió en esta ciudad hasta los años veinte, cuando se trasladó a Madrid para ejercer el periodismo. Trabajó en Heraldo de Madrid, Ahora y Estampa. Cuando empezó la Guerra Civil, marchó al exilio a Francia e Inglaterra, donde trabajó en interesantes periódicos, y murió en Londres muy joven, en 1944.

Atravesó acontecimientos políticos sobre los que informó: consecuencias de la Revolución rusa,  Dictadura de Primo de Rivera, Guerra Civil, Segunda República, Segunda Guerra mundial. Sus trabajos se publicaron en periódicos de todo el mundo, de Argentina a Canadá, de Londres a Nueva Zelanda.

Chaves Nogales tuvo el valor de declararse periodista en un momento en que el periodismo se conformaba como profesión y se cotizaba más el calificativo de escritor, de literato. El prefirió ser considerado periodista y, aunque comenzó a ejercer la profesión muy joven, con apenas catorce años, peleó por dignificarla, robustecerla y dotarla del mejor sentido siempre que las circunstancias se lo permitieron. Trabajó por definir sus perfiles y marcar sus límites.

 

-¿Y el Chaves Nogales escritor?

-Todo lo que escribió (excepto un libro de relatos de 1924 titulado Narraciones maravillosas) lo escribió para la prensa y en ella lo divulgó, a veces en entregas. Cuando el trabajo tenía éxito se publicaba en libro. Así ocurrió con La ciudad, Lo que ha quedado del imperio de los zares, El maestro Juan Martínez que estaba allí, Juan Belmonte matador de toros, A sangre y fuego, incluso La agonía de Francia. Por considerar a Chaves como maestro del periodismo narrativo, yo incluí todas estas obras en la Obra narrativa completa, que publiqué en 1993, cuando Chaves era un absoluto desconocido y sus obras no se había vuelto a publicar desde 1935, aproximadamente. Y ese periodista narrativo es considarado en algunos ámbitos escritor, aunque ya digo  más arriba que él se consideró ante todo periodista. Labor de periodista, pues.

 

715269_1.jpg-¿Qué aportación ha hecho Chaves Nogales al mundo del periodismo?

-Aunque su formación arranca en Larra y Galdós, admiró profundamente a Baroja y Valle Inclán, es decir, que tuvo una formación eminentemente literaria y de ámbito español. Hoy se le considera un precursor del “Nuevo periodismo” y desde luego lo fue, al observar en sus escritos las reglas de este movimiento mucho antes de que el movimiento existiera.

También fue innovador en el hecho de que fuese atrevido al ir tras la noticia, hasta el foco de la noticia, sin reparar en fronteras ni obstáculos. Que utilizase el avión para sus desplazamientos cuando muy pocos lo usaban. Que se perdiera en una aldea del Caúcaso y enviara una postal a sus compañeros de redacción retándoles a que encontraran el lugar en el mapa. Que enviara a sus hijas a Inglaterra a estudiar cuando eran muy pequeñas… Eso ocurría hace casi un siglo.  

 -¿Y al mundo de la literatura?

Al mundo de la literatura podemos decir hoy que aportó un aire nuevo, sencillo y fresco, bellísimo y cuidado en la expresión (Belmonte, por ejemplo), ágil y profundo en los relatos (A sangre y fuego), eficaz y capaz en las crónicas noveladas, certero en los juicios, capaz de transformar la realidad en un lugar privilegiado…

-Háblanos María Isabel, de ese escritor que nunca acabamos de descubrir, porque nunca nos deja de sorprender

-Esta es la apreciación que yo he tenido, nunca me ha dejado de sorprender en este largo camino que ha sido la recuperación de su obra, que he ido descubriendo poco a poco, a medida que buscaba en los periódicos y revistas en los que trabajó y publicó. Lo última que encontraba me situaba de nuevo en la sorpresa y me llevaba adelante, sin ver nunca el final. Hoy, que creo haber encontrado y editado prácticamente todo lo que publicó, sigo buscando, porque no me fío de mí, puede esconder todavía alguna sorpresa.

Puedo decir que cuando empecé a escribir sobre él, lo conocían muy pocas personas. Hoy ha cambiado el panorama, ahora casi todas las personas con las que hablo han oído hablar de él y los que lo leen se muestran entusiasmados. Nadie me ha comentado que no le interese, incluso se sienten identificados con su visión de los problemas de España. Por ello creo que su actualidad es quizá hoy la nota más destadaca de su personalidad. 

-¿Fue Chaves Nogales uno de los primeros periodistas “freelance” de la España del siglo XX?

-Siempre trabajó en periódicos muy conocidos de su momento (Liberal de Sevilla, Noticiero sevillano, La Voz de Córdoba, Heraldo de Madrid, Estampa, Ahora, en España. En Francia, Candide, L´Europe Nouvelle, entre otros. En Inglaterra trabajó para Evening Standard, que todavía hoy se edita. Y trabajó también para muchos periódicos hispanoamericanos… En definitiva, siempre estuvo “en nómina” Pero fue innovador, avanzado en sus temas y análisis, original en sus planteamientos, seguro de lo que creía, aunque a veces no fuera con la corriente.

-María Isabel, ¿cuándo descubriste a Manuel Chaves Nogales?

-Me lo propusieron en Filología para hacer mi tesis doctoral, en la que empleé siete años. Pero al terminar, apenas había empezado a conocerlo. Luego le dediqué mucho más tiempo.

maribelcintas.jpg-Ante la figura de este periodista y escritor, ¿cómo te sentiste?

-En primer lugar, identificada con su pensamiento. En 1990 éramos más radicales cuando militábamos en organizaciones de izquierda, pero yo me sentía en ellas (U. G. T., en concreto) un poco fuera de lugar. Chaves fue para mí la constatación de que se puede ser de izquierda, incluso republicano, pero no dejamos de ser, yo al menos, liberales y burgueses, es decir, demócratas por encima de todo, defensores del parlamentarismo, enemigos de extremismos de ambos signos. Por ello me sentí fortalecida. Luego, cuando ya conocí su obra, me encontré identificada con todo su pensamiento, con todo lo que él defendía. Por eso dedicarme a él ha sido placentero, a pesar de la dificultad.

-¿Y ante su obra?

-También me identifiqué con su manera de contar las cosas, con los vehículos que utilizaba (los géneros periodísticos entonces en formación), sus reportajes, crónicas, entrevistas, columnas, críticas. Todo ello me parecía más “productivo” que la mera literatura, a la que yo me dedicaba como profesora. Me parecía y me parece que la realidad, los acontecimientos cotidianos, son más apasionantes que la ficción, por muy bella que esta sea.

-¿Cómo definirías al Chaves Nogales periodista y cronista?

-Periodista de calle, capaz de abordar cualquier tema siempre que sea social y sociológicamente interesante, innovador y con enorme capacidad de análisis, sin petulancia, sencillo y próximo, asequible y premonitor. Y cronista ameno de los grandes acontecimientos que conmocionaron la sociedad europea de la primera mitad del siglo XX.

 -¿Y al escritor, cómo lo defines?

-Sencillo, directo, sensible y comprensivo con el ser humano, con la “humanidad” del ser.

-Explícanos, ¿por qué te decides por Chaves Nogales como objeto de tu tesis?

-Sencillamente, me gustó su estilo, su mensaje, su actitud personal ante los hechos que narraba. Nunca pensé que llegara a ser tan conocido como lo es en la actualidad. Decía un profesor de la Universidad que  conocía pocas tesis que hayan tenido tanta transcendencia y divulgación, que hayan dado tanto de sí, como ésta.

-¿Cómo fue tu labor de recopilación de artículos y demás?

-Ha sido una búsqueda doble, entrevistando a personas que pudieron conocerlo (muy escasas) y buscando su huella en los periódicos en los que colaboró, que son muchos. Quizá esa universalidad de su trazo vital sea uno de sus rasgos más destacados. Tengamos en cuenta que publicó artículos en periódicos de Europa, de toda Sudamérica, de Norteamérica (Canadá, EEUU, México), de Nueva Zelanda. No hay muchos en su tiempo con una voz tan amplia y tan clara. Las hemerotecas guardan un material fabuloso, los periódicos; y éstos son el mejor testimonio de la historia, porque el día a día de los acontecimientos deja ver la realidad cotidiana y la vida fluye por ellos con extrema naturalidad. Reivindico los periódicos como fuente para la historia. Pero el trabajo de un investigador en hemerotecas es duro. Para preservar los documentos se microfilman; y encontrar textos  que no se sabe a ciencia cierta dónde van a parecer, en una pantalla de difícil lectura, con ruedas de avance y retroceso que no coinciden con la longitud normal del brazo humano, que no se ven bien ni han sido bien fotografiadas (las columnas centrales con frecuencia no se pueden leer); que una vez localizado el texto, no se puede fotocopiar, o se fotocopia con trámites  de una casuística compleja… En fin, todo ello hace que el investigador /-a se pregunte quién le manda  dedicarse a estas cosas. Se podría escribir una novela bizantina a poco que se hayan visitado varias hemerotecas.

Estos trabajos, por otra parte, se hacen porque se siente la pasión de la investigación. Si se cobra algo por ello, es mejor no confesarlo, porque da pudor declarar las mínimas cantidades.  Pero es un trabajo gozoso. Como todos los trabajos que se hacen porque gustan y llevan pasión y entusiasmo. Y porque una vez que te prende la curiosidad, es imposible abandonar.

La de la obra de Chaves Nogales fue una búsqueda laboriosa, solitaria, difícil. El trabajo de  revisar periódicos hasta encontrar un artículo que sólo sospechas que pueda estar allí es algo muy, muy laborioso. Se pierde mucha vista mirando microfilmaciones. Cada artículo, cada columna, cada crónica de la Obra periodística (2001, nueva edición en tres tomos en 2013) ha sido hallado individualmente, y son casi tres mil páginas…

Porque ahora algunos se llaman descubridores de Chaves Nogales. Pero no estuvieron en la larga búsqueda. No he tenido ayudas, ni becas. Mi entusiasmo ha suplido y superado todos los obstáculos. Puedo decir, sin embargo, que el trabajo ha sido gozoso, un verdadero placer.

P3270002.JPG -Chaves Nogales desde hace unos años para acá es algo más que un periodista y un escritor… se le ha reconocido, puede que ya fuese hora, y ya es un referente y hasta como un mito. ¿Estás de acuerdo con nosotros y con esta visión?

-¿Cómo no voy a estarlo? Estoy agradecida, reconocida a todos los que lo han leído, comentado, ensalzado, aconsejado, que han sido muchísimos. Y a los que lo han editado. Aunque aquí me gustaría hacer una salvedad. Algunas ediciones han alardeado de ser descubrimiento, cuando han sido sacadas, en exclusiva de la Obra narrativa y de la Obra periodística. Si lo sabré yo que he limpiado los textos, utilizado distintas versiones, revisado, procesado… Con sólo leer una edición ya sé de dónde procede. Y puedo asegurar que todas proceden del mismo sitio, el antes señalado. Y el reconocerlo sería una muestra de gratitud antes que un desdoro. Y además se respetaría el trabajo filológico, poco respetado hoy, cuando no desconocido o minusvalorado.

En cuanto al periodista, sin razones políticas no podemos reivindicarlo. Recuerdo una las primeras veces que yo hablé públicamente de Chaves, en un encuentro en la Facultad de Letras de Sevilla, allá por 2000, con la presencia de exiliados mexicanos; estaban Carmen de Parga (viuda del general Tagüeña), Concha Ruiz Funes (hija del ministro de la República), había brigadistas internacionales, maquis, antiguos guerrilleros, “niños de la guerra”… Cuando yo los oía hablar, con el tono exaltado de quien ha sufrido un descalabro, pensaba ¿porqué me habrán invitado a mí para hablar de Chaves? Yo misma me imponía censura, porque hablar de lo que él pensaba del anarcosindicalismo y de los conflictos del campo andaluz en la Segunda República (tema del encuentro) era muy fuerte de oir en aquel ambiente. No había más que dos posturas también en ese momento, o la una o la otra… Pero, desde luego, donde nunca me invitaron a debatir sobre Chaves fue en la derecha. En verdad, hubo muchos republicanos como Chaves, los entonces llamados “liberales” (nada que ver con el sentido que a liberal le da la derecha). Eran gente amante del saber, de la cultura, respetuosa con el contrario, dialogante y solidaria, abierta de mente y conectada al mundo, a todo el mundo; librepensadores y demócratas. Alejados de extremismos y crítiocs con ellos y sus consecuencias. Casi todos acabaron en la cuneta o en el exilio.

Respecto a lo del principio, la reivindicación de Chaves, no ha sido fácil hacerlo llegar hasta hoy. Muchas horas de estudio, de trabajo silencioso, de trabajo público, de hemerotecas y archivos, porque estaba muy escondido y se sabía casi nada de él. Grandes escritores (Muñoz Molina, Javier Marías, Santos Juliá, Paul Preston, entre muchos otros) se han unido en la reivindicación. Felizmente, parece que el discurso del periodista está siendo bien recibido. Lo que ocurre es que hoy es fácil entenderlo. Y ahí está su secreto.

-¿Qué libro le aconsejarías a un lector que nunca haya  leído a Chaves Nogales?

-Si le gustan las biografías, la de Belmonte; si le gustan los relatos de la Guerra Civil y además busca una mirada ecuánime, A sangre y fuego; si prefiere el relato histórico de grandes acontecimientos, Lo que ha quedado del imperio de los zares y El maestro Juan Martínez, que estaba allí; si quiere conocer la resistencia de Madrid en la Guerra Civil, La defensa de Madrid…

Todos son amenos, interesantes, pedagógicos, entretenidos, sencillos… Geniales.

 -¿Cómo y de qué manera debe acercarse el lector a Chaves Nogales?

-Leyéndolo hoy pensamos: es verdad, es exactamente así lo que ocurrió, pero él estaba entonces en medio. ¿Cómo hacía para discernir, cómo es posible que acertara tan de pleno…?

Esa es quizá la razón de su éxito hoy. Hoy, que estamos tan lejos de admirar a los bolcheviques, o de comulgar con el fascismo cerrado y cutre de los generales. Hoy, que formamos una democracia consolidada, laica de hecho, que admitimos el valor del diálogo y estamos dispuestos a que nadie nos escamotee la democracia, hemos aceptado entre nosotros sus opiniones en la certidumbre de que pensaba como nosotros hoy.

Leyéndolo despacio se ve que la observación era para él imprescindible: sentarse a hablar con los estudiantes rusos para saber qué piensan; con los comunistas en las calles de Moscú; con los periodistas alemanes del tiempo de Hitler; con los braceros del campo andaluz… Escuchar, echar un cigarro, observar… Y documentarse y leer la prensa y entrevistar a los mandos intermedios y a los jefes… Sentarse por la tarde a recapitular, a reflexionar. Con humildad. Y hacerlo con acierto, quizá sea su genialidad. No tenía más secretos. “Andar y contar, él mismo lo confesaba, es mi oficio”.

Cualquier persona puede acercarse a él, sin importar su nivel intelectual. Contentará a todos.

Y el periodista de profesión puede acercarse a Chaves Nogales sabiendo que, a pesar de las máquinas y las agencias, patear el terreno es fundamental en el periodismo. Hablar con gente de toda condición y postura. Reflexionar… En definitiva, que la vocación te domine.

 

 

 

 



9788415311126_04_l.jpg14538
Manuel Chaves Nogales. Obra periodística. María Isabel Cintas Guillén (coord.)
1979 páginas (3 vols.)
60,00 euros
Centro de Estudios Andaluces



El Centro de Estudios Andaluces reedita junto con la Diputación Provincial de Sevilla el trabajo periodístico del autor sevillano publicado en periódicos y revistas nacionales y extranjeras

Esta nueva edición, revisada y ampliada, de la Obra Periodística de Manuel Chaves Nogales, está compuesta por tres volúmenes que incluyen nuevos textos y artículos publicados por el periodista en periódicos y revistas extranjeras, gracias al trabajo de investigación realizado en diversos archivos y hemerotecas.

El Centro de Estudios Andaluces reedita junto con la Diputación Provincial de Sevilla esta obra periodística completa que fue publicada por primera vez en 2001 en la colección ‘Artistas sevillanos’ de la Diputación.

La edición ha sido coordinada por la catedrática de Lengua y Literatura y biógrafa de Chaves Nogales, María Isabel Cintas Guillén, y está motivada por el descubrimiento de nuevos textos del periodista: en periódicos nacionales como El Sol, España y Estampa, entre otros; un importante número de artículos rescatados de periódicos argentinos (La Nación, Pan), mexicanos (Excelsior), franceses (L’Oeuwre, La Dépêche, Madrid, L’Europe Nouvelle, La Paix Civile), ingleses (Cooperation, The Nineteenth Century) y norteamericanos (New York Herald Tribune). Junto a estos periódicos el material encontrado en revistas latinoamericanas como la cubana Bohemia y la mexicana Sucesos para todos.

El primero de los volúmenes recoge una nota introductoria a la edición, una relación de periódicos y revistas; bibliotecas, hemerotecas y centros de investigación, una bibliografía de Chaves Nogales, un álbum fotográfico de Chaves Nogales y un epígrafe único que incorpora las crónicas del periodista.

El segundo volumen recopila las ‘Crónicas de la Guerra Civil’, treinta dos en total, y un capítulo de reportajes, el primero de 1927 para el Heraldo de Madrid y el último de junio de 1936 para Ahora, de Madrid. El siguiente capítulo está dedicado a entrevistas, la primera publicada en el Heraldo de Madrid en 1926 y la última de 1933 en Ahora; un  apartado de columnas que incluye desde la publicada en 1917 para El Noticiero de Sevilla hasta 1925 para el Heraldo de Madrid, un subgénero empleado por Chaves Nogales con mayor asiduidad en sus primeros tiempos. Y por último, en el género de críticas se incluyen textos desde 1917 (El Noticiero de Sevilla) a 1935 (Ahora, de Madrid).

El tercero de los volúmenes comienza con la colección de artículos ordenados cronológicamente, desde los primeros trabajos en 1916 de El Liberal de Sevilla a los artículos de análisis políticos publicados casi treinta años después. En un apartado específico se recoge el material inédito aportado por la revista cubana Bohemia datados a partir de octubre de 1937 hasta enero de 1944, poco antes de la muerte del periodista. El tercer libro se completa con los libros ‘La defensa de Madrid’ y ‘La agonía de Francia’, además de un índice onomástico, un índice toponímico y otro general de la obra.

 

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