La
Librería de Cazarabet Indignado
Icaria Editorial
se acerca a un libro que aborda un tema trascendental si es que, de veras,
estamos preocupados por el planeta, por sus habitantes (por todos) y por su
razón de ser y de existir. Porque, aunque sea desde nuestra casa, aunque sea
casi sin movernos...ni la excusa de la “pereza” es suficiente para no hacer
nada ni por nosotros, ni por el resto de la sociedad (desde la más cercana a la
menos cercana), ni por el conjunto del planeta. En este libro se nos dan
estrategias para seguir adelante y no por un mundo tal como lo estamos
dejando….sino por un mundo un poco mejor y poco a poco lo podemos ir
consiguiendo. ¿Es posible?, pues sí ,si nos levantamos de la zozobra, de la
queja por la queja y nos ponemos un poco manos a la obra, por ejemplo
haciéndonos con lecturas como esta para, después, intentar aplicarse.
Estamos ante un libro que, desde el prólogo de Daniel Jover, hasta el texto de Patrick Viveret
( el autor) , pasando por el prefacio de Edgar Morin
está preñado, todo él, de una fuerza inmensa por ir a más y a mejor….el libro
rebosa, desde la humildad, el secreto y los ingredientes por hacer de este
mundo algo mejor. Seguro que si lo
intentamos desde la lectura, la reflexión y el diálogo…lo podemos conseguir….
Patrick Viveret; es un pensador, un filósofo
que formó parte del gobierno de Jospin (fue consejero del tribunal de cuentas
de Francia y responsable de la misión de redefinir los indicadores de la
riqueza). En Icaria, ha editado,
también: Reconsiderar la riqueza y el empleo y Cómo vivir en tiempos de
crisis….También ha escrito, para Fayard, “Pourquoi ça ne
va pas plus mal?”
No te pierdas entrar en estos enlaces:
La causa humana.
Índice, prólogo y prefacio de Edgar Morin
http://www.icariaeditorial.com/pdf_libros/La%20causa%20humana.pdf
Conferència-debat: Per un bon ús de la fi
d´un món: treball, dignitat i justícia social
http://www.icariaeditorial.com/contenido/noticia_detallada.php?id=193
Artículo de Jaume Carbonell
en la revista ESCUELA:
Daniel
Jover. Maestro tejedor de redes de confianza y
cooperación. Tres maestros amigos muy queridos
Cazarabet
conversa con Daniel Jover
Lleva 30 años trabajando, formando e
investigando sobre economía social y solidaria, inserción sociolaboral, etc. Daniel Jover
Torregrosa (Alicante, 1956) es cofundador de Promocions (Red
de Conocimientos), educador y emprendedor social, miembro de la Universidad
Rural Paulo Freire y de la Red de
Economía Solidaria de Cataluña .
Autor de diversos libros como “ Praxis de la Esperanza” y “Educar,Trabajar,Emprender”. Hace el prólogo a la edición española del libro de Patrick Viveret “ La Causa Humana”. Tambien
fue Coautor de un libro con Viveret que
critica los «termómetros que nos enferman» -indicadores económicos como el
PIB-, y apuesta por «reconsiderar» la riqueza y el empleo: “ Reconsiderar la
Riqueza y el Empleo.
-¿Qué es Promocions?
-Somos una empresa social y solidaria «sin ánimo de pérdidas económicas»,
nos autofinanciamos para preservar nuestra independencia, dando servicios de
calidad. Empleamos a 100 personas, profesionales de diversas disciplinas. El
80% de nuestros clientes son administraciones públicas, para las que elaboramos
planes de desarrollo, iniciativas emprendedoras, políticas de igualdad de
oportunidades, lucha contra la pobreza y exclusión... Huyendo de planteamientos
reduccionistas, queremos aportar una mirada múltiple, global, integral y
transversal y con la corresponsabilidad de los agentes institucionales y
sociales, actuando como mediadores para intervenir en la transformación
económica, social y ambiental de nuestros territorios.
-Lo primero que me pregunté
Daniel, al leer el título del libro es lo que él mismo nos viene a explicar:
cómo hacer buen uso del fin del mundo. ¿ es eso posible……porque así de
primeras…?
Hay que evitar el
catastrofismo sistemático que nos impide una comprensión adecuada de la
realidad e intentar poner remedio al problema. Hay que saber gestionar la
realidad sin dejar de criticarla y cuestionarla.
Las propuestas más
importantes que ha construido la propia humanidad han sido del orden de las
utopías necesarias. Si falta el horizonte de un mundo diferente reproducimos el
pasado. Vivimos no solo una época de cambio sino un cambio de época. El
problema no es la crisis sino el sistema La misión central de una praxis de la esperanza es restituir la dignidad de la persona. Por
eso debe ser tratada siempre con respeto y debe ser reconocida como sujeto de
derechos, responsable de sus decisiones, experta y protagonista de su propia vida.
La resistencia ética nos sirve más
que nada para no aceptarla crisis como si fuera una fatalidad. Nos ayuda a
entender las causas y sus interrelaciones no como una imposición inexorable de
la lógica implícita en los procesos económicos y financieros. Debemos rechazar
la idea que el Mercado capitalista y globalizado
es algo natural,bueno
y universal. Los conflictos nos permiten visualizar y comprender las
luchas de intereses y de dominio que
tanto sufrimiento y víctimas están provocando.
-¿Somos los propios seres
humanos nuestros principales enemigos?
En el ser humana habita lo mejor y lo
peor. Sabemos por experiencia propia que la represión de las habilidades, de la
vocación genuina o talentos que cada
quien tenemos es generadora de frustración. Si no dejamos fluir los dones
que singularizan nuestra personalidad quedamos estancados y generamos
agresividad. Todas las personas
tenemos conciencia de las diversas necesidades de tipo intelectual, afectiva,
estética o espiritual que debemos
satisfacer y desplegar. La expresión de lo que somos es condición del bienestar
personal que también se traducirá a nivel social y global en una tríada inseparable.
Tomar
conciencia de nuestras limitaciones o emociones negativas es condición para liberarnos de ellas. Todas las personas estamos llamadas a
tener conciencia de respeto, de veneración a la madre Tierra y la Vida, de
cuidado de todos los ecosistemas, de compasión, de solidaridad, de sobriedad
compartida y de responsabilidad sin restricciones, pues todos somos
interdependientes. Lo interior es aquello que no se ve directamente pero debemos cultivar para que emerja lo
mejor: la generosidad porque recibimos lo que damos en una interacción
recíproca admirable. La vida interior es una dimensión fundamental de lo humano que no se puede llenar con cosas en el mercado del consumismo. Por eso es
universal. Está en todos los tiempos y en todas las culturas.
-Pero, a la vez, también
seremos nuestros principales generadores de las soluciones.
Nuestra apuesta se basa en desarrollar procesos
de desarrollo comunitario que incorporen modelos de participación y formación
integrales. Estos se deberían fundamentar en el aprendizaje dialógico y en el
desarrollo del espíritu crítico y cooperativo enfocado al desarrollo humano y
sostenible de carácter local. De este modo se irán construyendo territorios socialmente responsables
acompañados por métodos y sistemas propios de una educación transformadora y
fórmulas de gestión basados en la cooperación público-privada con otros
indicadores para evaluar el desarrollo humano y la riqueza del territorio
-Sin diálogo
y pasión por conocer al resto de gentes, de culturas…no puede haber compromiso
y sin compromiso, no hay solidaridad…..
Sí Paulo Freire uno des
queridos maestros-amigos decía que
necesitamos combinar Pasión-Lucha- Compromiso y Esperanza. Estos cuatro
ingredientes son importantes para construir algo sólido. Efectivamente
necesitamos incorporar la educación transformadora así como favorecer valores
éticos y una nueva cultura de la solidaridad para asegurar la “sostenibilidad”.
La actual crisis sistémica solo abrirá oportunidades de humanización y cohesión
social si va acompañado de un cambio cultural y educativo que se expresa en el
impulso de otros modelos de desarrollo
humano local regenerados a partir de la economía social y solidaria.
Capaz de la convivencia y cohesión social de toda la población del territorio.
Se requiere
construir respuestas integrales que comprendan la multicausalidad de
la exclusión y sus consecuencias en los espacios locales con diálogo. Por ello
el enfoque comunitario con el soporte y la colaboración de todos los agentes
sociales, económicos y cívicos que conforman una comunidad es imprescindible.
Solo de este modo se crearan sinergias que multipliquen los esfuerzos y
facilitaran actuaciones consensuadas y eficaces que tengan impactos positivos
reales.
- Daniel,
¿cualquier día, cualquier momento, sea cual sea nuestra actividad es buen
momento para echar el alto y retomar nuestros caminos hacia un mundo más
justo?,
En estos tiempos de violencia y desigualdad -pecado estructural
del capitalismo depredador - estoy más convencido que el amor y la ternura no
son un asunto particular o privado sino un acto de resistencia creativa. No es posible la experiencia de amor sin
esperanza ni confianza en lo que se ama. Y sabemos que no hay más alegría que
amar. Anhelar, desear, siempre es la
primera manifestación humana. Por eso también tengo presente la gente que pone
sus mejores energías construyendo alternativas a esta sociedad de consumo
productivista que rompiendo límites éticos, sociales y ecológicos produce
también pobreza, exclusión y su propia destrucción. Con la impresión que a
veces produce la metáfora de David contra Goliat. El amor casi siempre es el
más fuerte; incluso más que la muerte.
Podemos confiar.
Sin esperanza ni el propio pensamiento adquiere lucidez. Sólo con esperanza
tenemos un conocimiento holístico y completo. Porque nos permite percibir la
complejidad de la realidad con todo su potencial. No sólo lo que es sino lo que
puede llegar a ser. Vivir es anhelar, esperar, querer y ser queridos.
Necesitamos una nueva comprensión de la realidad que incluya la percepción de
los aspectos inéditos latentes. La educación dialógica y solidaria nos
permitirá valorizar las sutilidades y estilos
de un modo de acción, que no se conforma con ver las cosas como parecen
ser, sino como pueden llegar a ser. Confluyendo en la praxis, como si de un río
se tratara, los manantiales de la
resistencia ética y la dignidad creativa con los de la utopía transformadora.
- ¿Cómo debemos o podemos
hacerlo?
El arte del camino es disfrutarlo y vivirlo con
intensidad: es el proceso lleno de
aventuras antes de alcanzar una meta como decía Kavafis
en su Viaje a Itaca…
Más interesante y sugerente es
el recorrido y los trayectos antes que la llegada…
-Pero la pregunta estaría,
¿qué es un mundo más justo?
Tratando de favorecer modelos de desarrollo local que sean capaces no solo de
generar empleo sino también
cohesión social, convivencia y economía solidaria pretendemos compartir algunas
ideas y reflexiones generadas en las diversas prácticas de intervención social
y comunitaria dónde venimos trabajando a lo largo de 30 años
-Vivimos en un mundo
enfadado: de prácticas violentas en lo económico que derivan en lo social y así
es muy difícil que se puedan sostener
ciertos pilares fundamentales en la convivencia y además , más de los mismo: los primeros que se
violentan entre ellos(verbal o físicamente) son los ciudadanos de a pie: nos
enfadamos con el vecino de cada día, con el cliente que compra menos (porque ,
seguramente que tiene menos poder adquisitivo), con nuestros seres queridos que
pagan nuestras frustraciones y nervios, con los compañeros de trabajo , estamos
más susceptibles y eso se convierte en una rueda. ¿Hasta cuándo?;
Es importante advertir que no
existen determinismos ni fatalidades. Las decisiones humanas y las
construcciones sociales son modificables con la acción de la inteligencia
colectiva y la energía de la solidaridad que se reflejan en Redes de
cooperación.
Ante una crisis del sistema de
empleo y la cohesión social reflejada en
la convivencia y ciudadanía tan profunda como la actual, debe plantearse una
alternativa como esperanza y como orientación de la acción diaria. No sólo
actuar sobre los efectos y consecuencias sino sobre las causas que las
provocan.
- ¿Cuándo seremos capaces
de transformar ese enfado en “algo positivo” que derivar en alternativas que
planten cara a los monstruos que nos están haciendo tanto daño?
Se ha instalado una visión conformista que
tiende a justificar el drama actual culpabilizando a las víctimas. Una
brecha insalvable entre los integrados y los excluidos, neutralizada por la
heterogénea capa de precarizados. Esta sería la mejor coartada para mantener
y reproducir la dualización de la sociedad:
responsabilizar a los perdedores de su situación. Y, como paliativo, una
creciente asistencialización de las políticas
sociales y de empleo que, tergiversando los conceptos de inserción,
comunidad y responsabilidad social se
convierten en un falso remedio para segregan y fragmentan selectivamente.
La mejor fórmula para construir en positivo es
recordar a toda la buena gente que conocemos y hemos tratado, Podemos hacer
un elogio de las buenas personas gracias a las cuales somos nosotros: todas
ellas también compartían las mismas cualidades propias de las personas buenas y
justas: reflexión crítica, conocimiento y gusto por la verdad. Al fin y al cabo
solo podemos valorar la trayectoria intelectual y humana de las personas si
conocemos su vida, sus esperanzas, sus respuestas a las situaciones
históricas que les toca vivir. Mantendremos fidelidad a nuestra gente muerta a
través de la memoria Aprender es recordar mirar el camino recorrido con
agradecimiento y una gran ternura hacia quienes has compartido el camino. La
memoria agradecida custodia y aprehende la esencia de las personas.Yo creo que podremos conservar lo mejor de la gente querida en nosotros porque formaran
parte de nosotros y nos seguirán transformando siempre
-Estoy y comparto mucho lo de Viveret
sobre la “desmesura”. Nos hemos pasado y mucho queriendo y, muchas veces, no
pudiendo (y aunque podamos, me da igual), pero ¿por qué?…¿qué crees que lleva al
ser humano a tomar ese camino?
Nuestras sociedades tienen un modo de funcionamiento
exclusivamente centrado en la eficacia utilitarista; está focalizado sobre un
modelo de crecimiento que pone en peligro la naturaleza y la cohesión social;
un proceso de cosificación y mercantilización generalizada que las hace cada
vez más inhumanas e insolidarias.
En muchas ocasiones las mismas políticas sociales y de empleo adolecen de perspectivas
para favorecer la participación activa, el protagonismo y la responsabilización colectiva de las personas
convirtiéndolas en “objeto pasivo” de intervención. El riesgo de burocratizar
los programas sociales y de inserción es alto. La tradición del desarrollo
comunitario y la educación de calle consustancial al trabajo social se fue
perdiendo en la medida que se incrementaban los requerimientos de
justificación, informes y controles. Cuando la política social y educativa
abandona las calles y la comunidad para refugiarse en los “informes, ordenadores y los
despachos” algo grave ha ocurrido
-La desmesura y el “uso”
que hacemos de ella va de lo más cotidiano a lo que puede caracterizar la
conducta y el comportamiento de un determinado grupo social, de una sociedad,
un grupo de poder, un gobierno…¿un “clic”, un pequeño cambio en determinados
peldaños haría que todo pudiese ir a más justo?
Si la persona abandona su esencia de generosidad
y alteridad entra en proceso de deshumanización y se degrada en su forma de
pensar, sentir, vivir y relacionarse con los demás: que pasan a ser objetos
instrumentales de su egoísmo y se va construyendo un modo de vida marcado por
el sinsentido de la competitividad a ultranza, utilitarismo que provoca el
malestar y la necesidad de evasión y auto-engaño. Desde este paradigma las
personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia, pretenden
que el mundo se adapte a sus deseos y necesidades egoístas con lo cual la
espiral de resentimiento, odio y desprecio a lo diferente se va imponiendo en
entornos cada vez más violentos y hostiles a la convivencia humana
Los enfoques más
innovadores de trabajo comunitario y educación social deben acompañar y estar
presentes en una sociedad
humana fundada sobre los principios y los valores de la dignidad, de la
diversidad, la justicia y la igualdad entre todos los seres humanos
-Yo me estoy leyendo el
libro y aprendo ,pero también recuerdo lo que no debería haber olvidado….Viveret escribe como para corregirnos un poco, como para
llamarnos un poco la atención y eso….a todos, en algún momento de nuestra vida,
nos viene bien….peo también nos recuerda, porque él estuvo muy presente en lo
de la Revolución del 68, que la imaginación es imprescindible para ejercer el
poder….
Estamos en una situación paradójica ;
cuando el sistema se desmorona incapaz de sostener la vida y la dignidad en la Tierra
simultáneamente alcanza su apogeo la globalización de la superficialidad.
Las formas de alienación son más sutiles
y sofisticadas incluyo se llega al consentimiento por adocenamiento. Escasea el
laborioso trabajo de pensar con seriedad
y sentido crítico ya que
predomina una visión edulcorada y de la
realidad. Solo una exigente y paciente voluntad de saber
permite acceder a un conocimiento crítico que sea veraz y sólido. Se impone la
ficción y el culto al emotivismo más banal. De tal
modo que la comunicación e interpretacion interesada
sobre las cosas acaba siendo más importante que la propia realidad.El
impacto mediático de un asunto prima
sobre el hecho en sí que tendrá duración efímera.¿Cómo
preservar el sentido crítico y la autonomía intelectual de la persona antes que sea anulada por las tecnologías y los grumos
mentales?
Permanecerá el simulacro: la telerealidad construida y tergiversadora de la
historia que ocultará la verdad desnuda de los hechos.Nos
niegan la capacidad de ver con claridad lo que uno tiene delante de los ojos:la mirada propia sobre la realidad de las cosas: lo
que en griego es “ eidon” de donde procede “idea”.
Solo desde la observación y experimentación podremos generar ideas. Saber mirar
y escuchar tarea esencial para elaborar saber con sabor.
La ética no consiste en saber muchas
teorías morales o disponer de un código ético ideal sino capacidad de aplicar las imprescindibles. Llevar a la
práctica esas convicciones elementales que
hacen las sociedades decentes y
agradables. Sabemos algunas certezas básicas:Por ejemplo Necesitamos dignidad y coraje para
vivir. Sin generosidad no es posible la convivencia pero la pruedencia es
fundamental para circular en entornos
hostiles y en conmoción.La mejor forma de negar los
conflictos y los problemas es mediante
el autoengaño y la alienación cultural.El modo sutil
de dominación y anestesia de conciencia
Sabemos que la equidad es condición de una sociedad civilizada cuya población tiene buena educación y la demuestran porque saben
convivir sin maltratarse ni despreciarse.
La educación para ser persona
requiere tres cosas: saber pensar,
reconocer y sentir las emociones,tener asumidos
unos valores éticos claros.
Valores como la laboriosidad,la honestidad y la
veracidad. Nos da la capacidad de pensar y decidir por sí mismo.
- La
verdad es que hay políticos que han puesto mucha imaginación para enriquecerse
y ejercer la corrupción( sin ir más lejos lo del despropósito del aeropuerto de
Castellón no tiene nombre)…pero cómo debemos contraatacar nosotros, con qué
dosis de imaginación para hacer frente al cúmulo ´de acontecimientos con el que
día a día nos bombardean
Sí, efectivamente en nuestro mundo domina esa peculiar cultura del cinismo engendrada
por el capitalismo financiero e informacional que tanto desconcierta. Está
comprobado que la hegemonía cultural es la mejor forma para mantener el dominio
político y económico. Uno de los efectos de
relativismo moral y la idolatrización del consumismo es que contribuye a la
pereza. Pero la amnesia histórica y la banalización funciona uniformizando los
pensamientos.
Nuestro punto de vista se centra en cómo resolver
problemas derivados de las múltiples situaciones sociales y convivenciales
de alta complejidad y conflictividad que emergen en territorios y comunidades
¿Cómo afrontamos los viejos y nuevos conflictos de pobreza, desempleo,
exclusión y precariedad laboral desde enfoques integrados y estrategias de
cooperación público-privadas?
- La Autogestíon tiene
incorporado el “Factor A”: Sin
Amor ni Amistad no funciona la Autogestión ni la Autonomía.
Mis primeras experiencias
profesionales se desarrollaron hace 35 años en los Barrios de Cornellá y del Besós (Barcelona) tanto en el marco de
escuelas de adultos y asociaciones de vecinos como en la experiencia de
autogestión pedagógica y comunitaria impulsada por la Escuela-Cooperativa
Gregal coordinada por Josep María Rueda. Algunas ideas y métodos siguen siendo
fértiles e innovadores porque los hemos ido reinventando en la praxis
permanente.
Con el compromiso de la
acción animados por él aprendí que no es lo mismo hablar de 2Educar” que de “
escolarizar” o de “ comunidad” que de” comunitario”. La comunidad es sólo un
referente territorial, es un marco donde se constatan las diversas dialécticas
que caracterizan al colectivo humano que está en este territorio. La
participación y la animación pueden ser un lugar de aprendizaje de la
autogestión, un medio para dar a los grupos sociales concernidos la posibilidad
de tomar el máximo de iniciativas que atañen a su propia capacidad de
organización. Las relaciones con los otros y la calidad de las relaciones
siempre fueron un elemento estructurador de los vínculos y lazos que generan
capital social en el territorio. A través de la reciprocidad activa y el
reconocimiento mutuo se va construyendo lo mejor de la convivencia.
Comunitario es un concepto más
interesante; comunitario quiere decir
capacidad de gestionar colectivamente intereses comunes. Y cuando decimos
intereses nos referimos tanto a necesidades, como a la resolución de
dificultades, como a desarrollo, etc.
La capacidad de gestión
colectiva o comunitaria es lo que nos posibilita interesarnos por los problemas
comunes. La capacidad es a la vez un plano de interrelaciones y un plano
regulador de significados conocido como representación social. Desde esta
perspectiva comunitaria los sujetos podrán capacitarse para ejercer con otras personas
el acto colectivo de gestión, sus intereses, su vida, su futuro. «Para nosotros autogestión
es el proceso con el que denominamos nuestra propia transformación, o dicho de
otra manera, es el aprendizaje que estamos realizando colectivamente para pasar
de una organización jerárquica, autoritaria, a una institución que se va
creando a partir de las necesidades y respuestas que vamos dando todos los que
estamos implicados en ella».
Más allá
del los debates teóricos: la fecundidad de la praxis
Todo esfuerzo de
pensamiento consiste en pensar la propia experiencia en interacción recíproca
con los entornos y las personas implicadas
Necesitamos extraer de la
praxis los aprendizajes y lecciones que nos permitan avanzar y madurar tanto
individual como colectivamente. Mal favor hacemos cuando generamos debates
bizantinos que pierden lo esencial en las babélicas diferenciaciones mezquinas
de las definiciones perfectas pero que no encajan en las realidades siempre
complejas. Todo conformismo empieza precisamente en las definiciones acabadas y
pulcras. Siempre me gustaron los gerundios,
esa forma verbal que indica una acción en permanente proceso de ejecución,
aunque sin determinación de persona ni variación en la terminación para
expresar el tiempo. La sabiduría popular los ha asimilado para expresar
verdades como puños: “a caminar se aprende andando”, “andando, que es
gerundio”, “aprender haciendo”, etc. a condición que asumamos las lecciones de
nuestros errores y mejoremos. La experiencia es una forma de conocimiento o
habilidad derivada de la observación, de la vivencia de hechos o procedente de
las cosas que suceden en la vida y sirven para
afinar la intuición. Con ello podemos dar testimonio de lo vivido y
sentido porque la persona se expresa a sí misma en cada acción.
Lo contrario ocurre, por
tanto, cuando el conocimiento descontextualizado se torna más alejado, menos
comprensión y sentido de la realidad
tenemos. Es preciso desaprender lo recibido y rescatar saberes entre las grietas
de lo olvidado. Apostar por un pensamiento crítico y dialógico que desarrolle
nuestra conciencia será lo que nos libere de los mitos en torno al ego que
tanto limitan nuestra existencia.
Si dejamos que la lógica
de la competitividad domine los discursos y las prácticas de promoción social y
desarrollo local, entonces, instrumentalizará los mejores talentos e ilusiones
de las personas y romperá con el ecosistema solidario de la humanidad porque la
alteridad, los demás y la naturaleza que nos rodea son parte de nosotros
mismos. No existe la fragmentación entre el yo mismo, los demás y el medio
ambiente sino una profunda interpenetración que los vincula.
-Desde
siempre el comportamiento del ser humano con el medio ambiente, con el planeta
y sus habitantes ha sido abusivo…y otra vez puede y debe aparecer la
palabra: desmesura. ¿Crees que hemos
hecho tarde para salvar al planeta?
Yo creo
que no porque el mañana empieza hoy; el futuro lo engendramos siempre en el
presente. El gran dilema es si se generan procesos con las personas de
adaptación y sumisión o de cambio y transformación social de sus entornos. Si
son estrategias que consolidan y legitiman las desigualdades o favorecedoras de
regeneración y promoción integral. Para ello la concienciación y participación
popular son elementos fundamentales en los programas de desarrollo de la
comunidad. Lleva implícito dinámicas de movilización y promoción de las
capacidades a través de procesos educativos y formativos de diferente tipo. Es
una metodología de trabajo desde la base para desarrollar las potencialidades
de individuos y grupos con el objetivo de mejorar sus condiciones de
existencia.
Una comunidad es fuerte y
cohesionada cuando es capaz de suministrar a sus miembros los ideales y valores que le dan sentido tan
importante para vivir como los recursos que necesita. Y los recursos van desde los básicos hasta los complejos,
desde el transporte y la movilidad hasta las relaciones lúdicas, etc.
El primer recurso de la
comunidad es el factor humano, es decir las personas que la componen. Las
personas establecemos nuestras relaciones en el marco de redes sociales
presenciales y auténticas no las virtuales. La riqueza y la capacidad de estas
redes harán que la ciudad y territorios sean más ricos y capaces para resolver
sus problemas.
En todo el mundo hay una
gran energía creativa y solidaria: encontramos buenas prácticas y ejemplos demostrativos de otras formas de
enfrentarse al trabajo y la emprendeduría social, de
organizar la producción y seleccionar los bienes y servicios que han de ser
producidos para la mejora y el desarrollo de la comunidad, articulando nuevos
vínculos con los sistemas de educación y formación, respondiendo a los desafíos
de aumentar la calidad de vida y el bienestar social desde la solidaridad, a
fin que tengan cabida digna, tanto los jóvenes como todos los colectivos
desfavorecidos y penalizados por el mercado de trabajo. Este mosaico diverso y
heterogéneo configura el “humus” creativo de los territorios y comunidades
socialmente responsables
-Sin solidaridad entre
nosotros y entre los otros habitantes del planeta, ¿hacia dónde vamos?
Cada vez más la población
ha ido delegando su confianza absoluta
en los grandes aparatos y sistemas técnicos de la modernidad, menos eficaces y
más contraproductivos. Han proliferado muchos
profesionales y empresas de servicios sociales que adocenan e inhabilitan a las
personas y las comunidades para que asuman su protagonismo y aprendan a
responsabilizarse y tomar decisiones. Pero el reto de avanzar hacia sociedades
más habitables, cívicas y convivenciales sigue
vigente.
Lo más inquietante es
comprobar que está en trance de desaparición la cultura del trabajo honrado y
decente; de la reciprocidad y solidaridad intergeneracional
basada en la responsabilidad, el respeto, el don, la generosidad y la
gratuidad. Esta cultura popular era la base de confianza y cordialidad
necesaria para generar procesos autogestionarios y de autoorganización
comunitaria en nuestros barrios y ciudades.
Nosotros somos testigos,
actores y actrices de la gran transformación del mundo que afecta a todas las
esferas de la vida y no sólo al empleo asalariado o el trabajo humano. Esta
mutación sistémica es mucho más larga y profunda que lo que nos dicen desde los
centros creadores de opinión. Estas tensiones, paradojas y conflictos se
manifiestan en la convivencia entre personas y grupos humanos en las
ciudades que junto al desempleo
manifiestan tendencias de rechazo y
exclusión social. Vivimos una alteración del marco conceptual e intelectual que
sostiene nuestra comprensión de las realidades. La economía no es una mera
yuxtaposición de mercados sino un complejo sistema de relaciones e
interacciones. Y sabemos históricamente que no hay relaciones económicas de
intercambio sin organizaciones públicas y privadas que intervienen entre
posiciones. No hay actividad económica sin ética ni sentido de responsabilidad
social, sin regulaciones públicas, sin cultura del bien común y del interés
general que prevalezca y exista entre las pasiones y posiciones de los
operadores que intervienen.
-En el libro se habla del
miedo y de la alegría, de la necesidad de que ésta vuelva….Hay mucho miedo a
afrontar las dudas, hay miedo intrínseco a hacer las cosas bien y a plantarle cara
a los problemas diarios y así la bola va creciendo. ¿Una forma de afrontar el
miedo es el diálogo ¿
El diálogo es esencial para también la convivencia como
valor fundamental, los contactos, los vínculos, los intercambios, las
relaciones de poder, dominio, creación y comunicación.
En tiempos de precariedad
e inseguridad laboral la reclamación de derechos parece un privilegio ¿Podemos
hacer compatible la seguridad en el empleo y la flexibilidad? Muchas veces se
invoca la flexibilidad como coartada para desmantelar los logros que el derecho
de la educación permanente, del trabajo y de la protección social han
conquistado en el último siglo.
La
historia del trabajo y la convivencia en
la ciudad corren paralelas y refleja la historia del ser humano para construir
comunidades económicamente prósperas y socialmente justas. También se puede
concebir como una historia de esperanzas y de cooperación, no solo de hechos
agresivos y conflictos violentos sino de anhelos para construir formas
igualitarias de satisfacer las necesidades laborales y sociedades más
democráticas, generadoras de vínculos y lazos sociales que nos unen a la
Tierra, nos reconcilian con los demás y con nosotros mismos
¿Seremos capaces de encontrar los medios de vivir
juntos democráticamente y con una vida digna, sin dañarnos? ¿No seriamos más
felices si pudiéramos convivir, trabajar y procurarnos atenciones y cuidado los
unos a los otros mejorando el civismo y cohesión social de nuestros barrios y
ciudades?
-Sin dar
muchas vueltas, pero si nos despojamos del miedo y vemos las cosas sin tantos
velos, tiramos las suspicacias, rompemos los moldes que nos intentan poner por
delante, dejamos los prejuicios y aplicamos aquello de: “tratar a los demás y a
los problemas cómo nos gustarían que nos tratasen a nosotros….”. ¿Volvería esa
“alegría “ que parece que le falta a todo o casi todo…
Hay una
alegría superficial que banaliza todo y
una alegría regeneradora que tiene una
profunda dimensión ética y utópica que hay que verificar en la práctica mediante
otro modo de gestionar y regular el conflicto social. Esta alegría cooperativa es un innovadora porque es holística y sirve una estrategia original consistente en
una alianza entre resistencia creativa, visión transformadora y experimentación
anticipatoria. Hunde sus raíces en la fecunda tradición del desarrollo
comunitario y la educación transformadora que tantas experiencias de promoción
sociocultural y autogestión han alumbrado.
Es una alegría generatriz de
nueva cultura de territorio que diferencia a un espacio de los demás capaz de
involucrar y movilizar a todas las partes interesadas en su desarrollo, en un
proceso de cambio caracterizado por la integración de múltiples iniciativas y
la corresponsabilidad de todos los afectados incrementando la sustantividad
democrática y la participación activa.
-Con alegría todo sale
mejor, hasta lo que no sale muy bien porque vemos que podrá salir en algún
momento…con alegría no vemos una derrota, vemos un tránsito por el que pasar
para superarnos….y para hacer un planeta mejor…¿Qué nos puedes decir?
Los tiempos de crisis
también son tiempos para repensar los fundamentos de la convivencia que
experimentan nuestras sociedades. Encontraremos caminos para la regeneración
ecológica y social de la economía volviendo a situar la ética, las personas, la
sostenibilidad y los derechos humanos en el centro de las políticas de
empleo-formación favorecedoras de la convivencia y el civismo en las ciudades.
La ciudad moderna en
crisis estructural y con paro masivo también implosiona.
Se ve desbordada por complejos problemas multidimensionales. Y cambia el tipo
de ciudadano que la habita. Para subsistir, la megalópolis necesita aplicar la
lógica perversa de la exclusión y la invisibilidad. Hay que construir ciudades
integradas y cohesionadas en las que cada persona y cada grupo puedan encontrar
su propio espacio y participar en convivencia. Entre lo individual y lo
estructural se encuentra la dimensión relacional y la presencia de rostros que
es la base de toda convivencia. En la convivencia y el reconocimiento mutuo y
recíproco podemos descubrir la verdadera y renovada humanidad común.
Así como la pobreza era el fenómeno social de
referencia en la sociedad preindustrial del siglo XIX, y la explotación en la
industrial del XX, en la postindustrial del siglo XXI se forja la dinámica de
la exclusión, que recae en especial sobre el colectivo desfavorecido, el más
vulnerable inmigrante, la población a la deriva. Entendemos la integración como
el ejercicio pleno y efectivo de los derechos de las personas. Se trata de
construir un marco de convivencia en el que todos, migrantes y autóctonos vea
reconocidos sus derechos y pueda ejercer con normalidad
- ¿Hay alguna fórmula o receta para aplicar¿
Yo conozco una que es
infalible se llama el FACTOR A : Autogestión- Amor-Amistad: Esa tríada es imbatible :abren un horizonte
cualitativamente diferente donde la innovación y la economía solidaria estén al servicio de la
humanización de la vida y la sociedad, no al revés.
Nosotros creemos que trabajadores sociales y
equipos de promoción y desarrollo comunitario junto a comerciantes, sindicatos,
los empresarios, y otros actores de la sociedad civil como los vecinos y
vecinas tienen unos roles complementarios en el territorio para construir modelos
de convivencia y economía local basados en la ética, la calidad y
equidad. Sabemos que los modelos consensuados como los Pactos Territoriales por
el Empleo, la cohesión social y la convivencia
generan otras metas y enfoques.
Sus métodos no son una mera
yuxtaposición de medidas coyunturales ya que afecta a la calidad de vida, la
pobreza y la exclusión social. Deberíamos plantearnos, si se sitúan en una
perspectiva adaptativa y subordinada a las fuerzas del mercado, o si, por el
contrario, proponen la construcción de otras alternativas de desarrollo local
sostenible solidario y a escala humana. El enfoque que prioriza sólo las partes
aisladas sin tener en cuenta los contextos y los impactos reales con respecto a
la dignidad, a la calidad de vida y a los derechos sociales, es una “miopía”
tecnocrática que contribuye a legitimar y reproducir las nuevas/viejas
desigualdades que se evidencian en el mundo del trabajo configurado en la
Sociedad de la Información.
-¿Ser más humilde en el día
a día, sin estridencias…ser más amable…desarrollar y trabajar más el amor que
todos tenemos dentro es tarea indispensable para salir de una crisis como en la
que estamos sumergidos y, además, dejar un futuro mejor para los que vienen
detrás?
La cultura de la
inevitabilidad de la exclusión social impide trabajar a favor de la justicia y
de la dedicación a los más desfavorecidos. Pero no hay peor engaño que el de
quien se engaña a sí mismo. Nada cambiará si no aprendemos a crear
vínculos, a hacer un cambio mental. La transformación personal es
condición de cualquier cambio social. Necesitamos elaborar un arte de
vivir que sepa unir en fecunda interacción las motivaciones personales y
colectivas. Sin ética solidaria ni
esperanza, no hay desarrollo comunitario ni trabajo social
posible. Y para que esta vida valga la pena y sea convivencial
hay que compartir problemas y soluciones con los demás. Este aprendizaje
cotidiano del valor del diálogo ayuda a arraigar en la cultura democrática
fundamento de la participación y la capacidad de autooganización
de las comunidades. Es una manera de expresar los desacuerdos y puntos de
vista diferentes para que sean fecundos. Muchas veces los conflictos en diálogo
pueden ser alternativos a una violencia que nace a menudo en el silencio, la
frustración o el aislamiento del miedo.
Ante el miedo, la angustia, el individualismo y el egoísmo, hay que impulsar
culturas cooperativas orientadas a la emulación, a compartir la alteridad, la
fraternidad y la alegría. Sólo podemos hacer posible la esperanza si
confiamos en las capacidades y potencialidades de la gente organizada como una
manera mejor de avanzar juntos en la fraternidad.
-Reclaman «reconsiderar la riqueza y el
empleo»...
-Sí. El libro surgió de un encuentro muy
fecundo con Patrick Viveret, magistrado y consejero
del Tribunal de Cuentas de Francia y especialista en evaluación de políticas
públicas. Viveret elaboró un informe, Nuevos
factores y criterios de riqueza, a solicitud del secretario de Estado de
Economía Solidaria, que provocó un gran debate en toda Europa, vinculado
al Índice de Desarrollo Humanode Naciones Unidas, donde ya se
plantea que la medida de bienestar de una sociedad no es solamente el
«sacrosanto e idolatrado» PIB, sino también la salud, la educación, la
esperanza de vida, la calidad de las relaciones, etc. Trasladamos el informe de
Viveret a España para sensibilizar sobre la necesidad
de plantear nuevos indicadores para medir la riqueza. Porque vivimos en
sociedades sobredesarrolladas en lo material pero muy
mal desarrolladas en lo ético, lo humano y lo ecológico.
-¿Cuáles son los efectos?
-Son patentes, como el sobrecalentamiento
del Planeta y el agujero de la capa de ozono, el agotamiento de los recursos
fósiles, de energía, etc. o el clima de violencia, guerra y ocupación de
territorios..., que dejan clara la insostenibilidad de un modelo económico
basado en el despilfarro de los recursos y de un empobrecimiento creciente. El
80% de la población mundial vive en el umbral de la pobreza. Hay un tercer factor,
la dimensión ética: la garantía de felicidad no viene de poseer y tenerlo todo.
Más del 3% del PIB en Francia y en casi toda Europa se va en tranquilizantes y antiestresantes para tratar la deteriorada salud mental y
los niveles de depresión.
-Afirman que «son los termómetros» -los
indicadores económicos- «los que nos enferman».
-Es que de manera paradójica y absurda en
el PIB se contabiliza como riqueza la destrucción: los accidentes de tráfico y
sus efectos en cuanto a recuperación, hospitales, etc. o la catástrofe del Prestige como ingresos para las empresas encargadas de la
reparación... En cambio, no se contabiliza el voluntariado, ni la atención a
los hijos, ni el cuidado de los mayores... Justo lo que no tiene precio se
desprecia. Por eso, se trata de promover una nueva filosofía que ponga como
centralidad la alegría de vivir y el construir soluciones de forma cooperativa.
La economía solidaria es un ejemplo: quiere introducir en el corazón de la
economía la primacía de lo humano y lo social.
-¿La sociedad está hoy secuestrada por
la economía?
- Claro. Nunca antes en la Historia ha
habido tanto crecimiento y tanta acumulación de riqueza. Pero algo pasa cuando
los indicadores macroeconómicos dicen que todo va viento en popa y hay una
población crecientemente insatisfecha y empobrecida. La felicidad se nos escapa
entre las manos porque no tenemos tiempo para vivir ni para convivir, sólo para
producir y consumir. Y el 80% de la Humanidad sufre hambre o muere de sida.
Desde un punto de vista ético, democrático y de derechos humanos, hay que poner
límites al crecimiento económico e incorporar nuevos indicadores y criterios.
-¿Por ejemplo?
-El Principito dice:
en la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es cuestión de poner esas
fuerzas en relación, ser protagonistas y tomar decisiones basadas en la
cooperación, en el trabajo en red y en la profundización democrática. Y hace
falta un cambio personal y social de mentalidad y de valores
15612
La causa humana. Cómo
hacer buen uso del fin de un mundo. Patrick Viveret.
Prefacio de Edgar Morin. Prólogo de Daniel Jover
162 páginas
16,00 euros
Icaria
Hemos entrado en un mundo
convulso en el que la exacerbación de las rivalidades puede conducirnos a unas
nuevas regresiones tan terribles como las de la primera mitad del siglo XX. Sin
embargo, esto no es inevitable. Por detrás de las sombras de la mundialización,
que se identifica como una globalización financiera en crisis bajo el peso de
su propia desmesura, existe otra manera de “mundialidad”
centrada en la conciencia de esta comunidad de destino que liga a la humanidad
para lo peor pero también para lo mejor. Y este destino se juega tanto en
nuestros barrios como en todo el planeta. Por lo tanto, la única causa válida,
que no sea destructiva ni justificadora de crímenes, de dominación o de
explotación de otros seres humanos, es la propia Causa de la Humanidad, ese
nuevo horizonte de cualquier política de futuro, digna de ese nombre, y a la
que es esencial que Europa pueda contribuir. Para hacer un buen uso de este fin
de mundo, que actualmente vivimos, es necesario que nos volquemos hacia el
eros, la fuerza vital, la creatividad del nuevo mundo en gestación, como nos
invitan a hacerlo Patrick Viveret en este libro y
Edgar Morin en su prefacio.
La causa humana. Índice, prólogo y prefacio de Edgar Morin
http://www.icariaeditorial.com/pdf_libros/La%20causa%20humana.pdf
Conferència-debat:
Per un bon ús de la fi d´un món: treball, dignitat i justícia social
http://www.icariaeditorial.com/contenido/noticia_detallada.php?id=193
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