La
Librería de El Sueño Igualitario
Editorial
Crítica nos acerca a los últimos supervivientes de los campos de concentración
en la Europa de la Segunda Guerra Mundial y lo hace a través del riguroso
trabajo llevado a cabo por la periodista catalana Montserrat Llor. La obra es de peso porque no firma como prologuista
Josep Fontana cualquier cosa y el prólogo de este trabajo de verdadera
investigación periodística la lleva a cabo
este prestigioso historiador.
La frase que “arranca” con el texto, más bien “entrevistas” y “tomas de
contacto” con los pocos testimonios que iba encontrando Montserrat Llor de aquel infierno y holocausto… es pletórica y de
alguna manera lo dice todo: “Si el eco de sus voces se desvanece, pereceremos”.
Paul Éluard y es que no hay casi ningún testimonio
que no repita, casi al pie de la letra, estas mismas palabras…pocos hablan de
venganza ni de nada parecido, pero todos piden justicia y que nunca se olviden
ni se callen sus voces…..seguramente, los que sobrevivieron, creen y piensan,
que es lo único que pueden y deben hacer por los que se dejaron la vida entre
alambradas y el odio nazi.
El libro se acerca a unos 20 testimonios, más o menos directos, que nos
“muestran” cómo fueron sus días en los respectivos destinos a los que les llevó
el infortunio nazi. Aquello que movió a la autora a escribir sobre este
tema(entre otras cosas) quizás fue la “extraña incógnita” que siempre rodeó al
abuelo muerto en Gusen….Luego vienen las tomas de
contacto con los listados clandestinos de Juan de Diego (conoceremos más y
mejor, después estas dos historias
porque tendremos una conversación con Montserrat Llor)
; justo antes de que , ella, con auténtico sigilo y autenticidad…escarbando y
llegando a las entrañas de una veintena de protagonistas infortunados y
trágicos de aquellos días:. Montserrat LLor coge en
el libro el tren de la memoria con estos testimonios: el de Conchita Ramos
hacia Ravensbrück ; el del dibujante Manuel Alfonso ;
el de Francisco Bernal ; el del superviviente de los experimentos médicos,
Marcelino Bilbao ; el del aragonés Segundo Espallargas,
un boxeador en Mauthausen ; el de José Alcubierre que
arriesgó su vida sacando fotos del holocausto ; el de Léon
Arditti con el que nos acercaremos al horror en Auschwitz ; el de
“nuestra” Elisabet Ricol—en
realidad Lise London—que nos acerca desde su paso como brigadista en la guerra
de España a la lucha en la Resistencia contra los nazis en Francia para ir a
parar a Ravensbruck ; el de Jesús Tello que da a
conocer lo que pasaba en el barracón 32, el de los “invalidos”
; el de Alejandro Verzino que fue testimonio de la
trituradora de piedra y la cantera de Klastenhof ; el
de Emilio Caballero que fue un albañil en aquel infierno ; el de Luis Estañ que narra un episodio increíble con uno de los kapos más temibles ; el de Luis González con y en cuya voz impresa iremos conociendo aquello
que desgarraba y acontecía en la cantera Poschartert
; el de Ramiro Santisteban que vivió, con su hermano y padre, el asedio de la
muerte día tras día ; el de Lázaro Nates que trabajó
con la granja de los animales de los SS ; el de Esteban Pérez , el militar que
elaboró combustibles para los misiles V1 y V2 ; el de Edmon
Gimeno, un deportado que compartió tren, camino de Buchenwald, con Jorge Semprún ; el de José Marfil el hijo del primer
republicano español que murió en Mauthausen ; el de Alfredo Rotella
, también deportado en Buchenwald…finaliza el libro
con las palabras de Neus Català,
palabras que son un verdadero canto a la lucha con su “ boicotear, boicotear boicotear… Bonita forma de cerrar las páginas de un libro y
más de este tipo de libros.
Del libro vale muy la pena la bibliografía y las numerosas fotos del que
se desglosan sus créditos también al final.
¿Qué nos
dice CRÍTICA sobre el libro?
«¿Otro libro sobre los campos de exterminio nazis?», se preguntarán algunos
al tomar este volumen en sus manos. Si comienzan a leerlo descubrirán que
no es «un libro más» y, de paso, se percatarán de lo mucho que ignoraban
acerca de este mundo de lucha, sufrimiento y resistencia en que se vieron
involucrados tantos españoles. Montserrat Llor
ha realizado un espléndido trabajo de investigación, entrevistando a
un gran número de supervivientes, con el fin de ir más allá de la
literatura habitual sobre los campos y recuperar a estos hombres y
mujeres, no como víctimas de un drama colectivo, sino como seres humanos
que vivieron, cada uno a su modo, la experiencia del campo y su
posterior reinserción en la sociedad: «saber cómo viven hoy, en su vejez,
aquellos recuerdos de la guerra, exilio, deportación, el retorno (o no
retorno) y
el silencio».
Hojear y vídeo de presentación: http://www.planetadelibros.com/vivos-en-el-averno-nazi-libro-115920.html
La escritora, Montserrat Llor
Montserrat Llor es periodista licenciada en
Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Inició su trayectoria profesional en Cadena SER como redactora de
informativos, documentalista y en la producción de programas.
Trabajó también como redactora y colaboradora en revistas de cultura y
viajes. Para la redacción de esta obra ha viajado, desde el año 2008,
por distintas ciudades de España, Francia, Austria e Italia a fin de
recoger el testimonio de supervivientes de la segunda guerra mundial,
principalmente de españoles que sufrieron primero el exilio y, después, la
deportación a los campos nazis. También ha entrevistado a otros
supervivientes no españoles en Rusia, así como a víctimas del Holocausto
judío y del genocidio armenio. Ha escrito artículos sobre esta
temática en El País Semanal, el Magazine de La Vanguardia, la
revista La Aventura de la Historia y ha colaborado en diversos
programas de la emisora Punto Radio.
Actualmente es la responsable de comunicación de la delegación de la Generalitat
de Catalunya en Madrid.
www.facebook.com/montserrat.llor.periodista
www.twitter.com/campobatalla
Cazarabet
conversa con Montserrat Llor
-Montserrat nos
encontramos ante un libro que trata del infierno que se vivió en los campos de
concentración, tomando como protagonistas a los testimonios más directos, los
que lo vivieron…pero también se nos advierte que no es un libro como el resto
de los que tratan este tema. ¿En qué se diferencia?, ¿cuáles son sus
principales rasgos que lo convierten en algo especial?.
-El principal rasgo diferencial es la aproximación humana a cada personaje,
la investigación hasta llegar al domicilio de cada uno de los veinte
entrevistados y, por supuesto, el modo de contarlo. Cada uno da la pista del
siguiente, todos están interrelacionados y, en muchos casos, varios deportados
ofrecen diversos puntos de vista sobre un mismo acontecimiento dentro de los campos
nazis. Como ejemplo citaría a Francisco Bernal, el zapatero de Mauthausen,
quien me condujo hasta el que fue un buen amigo suyo, Marcelino Bilbao, que
sobrevivió a los experimentos médicos de los nazis y éste, a su vez, me habló
con admiración de la fortaleza, humanidad y potencia del boxeador imbatido del
campo, Segundo Espallargas alias “Paulino”. De él
también me habló con solemnidad Ramiro Santisteban, preso en Mauthausen al
igual que otro amigo suyo de Laredo (Cantabria), Lázaro Nates,
quien años después de la liberación, sería el redactor jefe del boletín
“Hispania” dirigido por el poeta Roc Llop, preso en Gusen, en la misma barraca de los inválidos que estuvo un
integrante del libro, Jesús Tello, quien recordó la barbarie de las duchas
frías como método de exterminio.
Como comprenderás es inevitable mi inmersión total en la vida de estas
personas, saber cómo lograron sobrevivir a tanta crueldad. Además de la
relación existente entre los veinte protagonistas de “Vivos en el averno nazi”,
otro factor importante es el rescate de la historia de algunos nombres menos
conocidos (o casi desconocidos) de la deportación. Es el caso del asturiano
Alfredo Rotella, el hombre de los dos trajes de rayas
de Buchenwald; de Léon Arditti, sefardita enviado a Auschwitz-Monowitz,
o de Conchita Grangé, resistente detenida por la
Gestapo y conducida al campo de Ravensbrück a bordo
del Tren Fantasma. El papel de las mujeres me parece de gran importancia porque
siempre permanecieron invisibles. Intenté visitar en París a otra resistente y
luchadora deportada a Ravensbrück, Carmen Cuevas,
nacida en Sueca (Valencia), pero no fue posible ya que su salud era muy
precaria y al poco tiempo falleció.
El libro
también es una lección de vida y de solidaridad de estos hombres y mujeres.
Aragoneses, valencianos, catalanes, vascos, madrileños, cántabros… Unos eran
militares, otros Brigadistas, Resistentes, o simplemente adolescentes que
acompañaban a sus padres y, en su huida, al finalizar la guerra civil, fueron a
parar a un campo de internamiento francés, la antesala de su envío a Mauthausen
en el conocido convoy de los 927, el primer tren de población civil que llegó a
este campo en agosto de 1940.
-Es un trabajo
de investigación inmenso. ¿Cuánto tiempo te llevó?.
-Desde el año 2009, que fue cuando inicié los primeros viajes a los campos
de concentración y las primeras entrevistas, hasta finales de 2013. No hay que
olvidar que casi todos residen en Francia, país que les acogió cuando finalizó
la segunda guerra mundial al no poder regresar a una España gobernada por
Franco. No obstante todavía hoy sigo
haciendo algunas entrevistas con los pocos que quedan con vida, todavía son
Historia Viva.
-¿Cómo fue,
explícales a nuestros lectores, tu metodología de trabajo?.
-Con el fin de tener más información de un abuelo de mi marido muerto en Gusen (anexo de Mauthausen) inicié la lectura de ensayos
académicos y lecturas de autobiografías de deportados, consultas de
bibliotecas, archivos y contacté con diversas asociaciones para obtener más datos.
Después visité algunos campos para conocer el lugar. Viajé con la Amical y en
compañía de tres supervivientes a Mauthausen, Gusen, Ebensee y el castillo de Hartheim,
que es donde los nazis llevaron a cabo el programa Eutanasia T4 para eliminar a
presos. Este sería el inicio de todo. Semanas más tardes visité a estos señores
en su domicilio para entrevistarles y hacer un primer reportaje. A partir de
aquí mi inquietud personal fue imparable.
Poco a poco conseguí contactar con los entrevistados del libro. Debo decir
que me abrieron las puertas de su casa
con interés por contar su pasado y mostrar sus documentos, archivos
fotográficos y sus recuerdos. Son presos de Mauthausen y anexos, Dora-Mittelbau, Buchenwald, Auschwitz-Monowitz, Bergen-Belsen
y Ravensbrück.
A cada entrevista acudía lo más documentada posible aun cuando no hubiera
casi nada escrito de algunos entrevistados. En la mayoría de casos fueron horas
de conversación o el día entero. Grabé las entrevistas, fotografíe todo el
material que mostraban (cartas, textos, imágenes, dibujos, postales, etc) El contacto directo fue la parte más apasionante. Lo
más laborioso fue la transcripción de tantas horas de entrevistas, contrastar
los datos e información recopilada y, finalmente, redactar cronológicamente los
acontecimientos expuestos.
-Háblanos de los trabajos de documentación
y explícanos cómo fueron salvados del fuego nazi los archivos Juan de Diego.
-Acudí al Museo de Historia de Cataluña porque allí se encontraban las
fotografías extraídas de Mauthausen por Francisco Boix
y sus cómplices, los jóvenes “Poschacher”. También
quería consultar los archivos Juan de Diego, barcelonés preso que trabajó en la
administración central de Mauthausen y estuvo a cargo del registro de
defunciones de los deportados. Él junto con el valenciano Casimir Climent y el catalán Josep Bailina,
dos presos que sabían alemán y trabajaron en las oficinas de la Gestapo,
realizaron una compleja planificación de salvaguarda de los históricos listados
de españoles en Mauthausen. Copiaban y ocultaban las fichas de todos los
presos. Gracias a ellos se ha tenido noticia de todos los nombres.
Ocurrió que ante el avance imparable de las tropas de EEUU hacia el final
de la segunda guerra mundial, los SS ordenaron quemar todos los documentos del
campo para eliminar pruebas, pero gracias a estos hombres, las listas quedaron
a buen recaudo al estar estratégicamente escondidas en un almacén. Tras la
liberación, cuando el campo quedó bajo el control del ejército norteamericano,
fueron recuperadas.
Por cierto, uno de los entrevistados del libro, el entrañable Luis Estañ (Callosa de Segura-Alicante), conoció a Casimir Climent, del que me habló con admiración y mantuvo una
buena amistad. Se habían conocido en la escuela militar de Cataluña donde Estañ se formó. Le recordaba como un hombre culto, educado,
solidario y gran persona..
- El abuelo de Pablo, tu marido, esa
“especie de incógnita” perdida en Gusen y que debía
despejarse, sí o sí. ¿Fue ese el punto de arranque de todo esto que es como un
homenaje colectivo a todos los que perecieron en los campos de
exterminios nazis?.
-Creo que me avancé en la respuesta en otra pregunta. Efectivamente, fue el
punto de arranque, pero las cosas no surgen así de repente. Debo decir que
desde pequeña ya encontré unos objetos en casa de mi tío abuelo, preso en un
campo de internamiento francés y, además, en casa había determinados libros que
me impactaron desde niña sobre esta temática. Lógicamente, al hablar con mi
marido hace pocos años de su abuelo, todos aquellos recuerdos, fotos y lecturas
emergieron de nuevo con fuerza. También, como recurso de aproximación y por si
acaso lograba alguna información, fotocopié una fotografía del abuelo y la
mostré especialmente a los deportados que sobrevivieron en Gusen.
Nadie le reconoció, lógicamente, pero sí encontré a Emilio Caballero, de
Albacete, quien estuvo en el mismo Stalag (campo de
prisionero de guerra) y viajó en el mismo convoy hacia Mauthausen. A través de
los demás entrevistados pude hacerme una composición de lo que pudo ser la vida
de aquél abuelo en Gusen.
-Creo que uno de los “hechos
diferenciadores” de este libro sobre las víctimas republicanas españolas en el
averno nazi sea que le pones algo “especial” en la manera de contar las
cosas…No sé, es como si fuese más allá de contar la historia….empleas, también,
cierta creatividad entre esto que es contar historias al más puro estilo
periodístico…hay estilo narrativo, pura escritura en los párrafos ¿Cómo lo
ves?.
-Sí, he intentado conferir sentimiento y humanidad al libro, algo que no ha
sido difícil porque al hablar con estas personas afloraban todo tipo de
reacciones. Se trataba de hacer algo diferente a todo lo escrito. Le di muchas
vueltas. Quería acercar al lector hasta el submundo carcelario nazi, que se
involucrara, que doliera, pero también que esbozara una sonrisa en momentos
puntuales ante la ingenuidad de determinados personajes. Entre tanto dolor hay
algunos balones de oxígeno, como por ejemplo el relato de las representaciones
teatrales y las corridas de toros, o cuando Neus Català elabora una especie de ligueros con el caucho de la
fábrica de armamento nazi o cuando calza grandes zapatos imitando a Charlot, etc.
- En esta
investigación y trabajo habrás entrado en contacto con supervivientes,
familiares de víctimas, también, por supuesto, familiares de supervivientes y
gentes como los de la AMICAL que han realizado y realizan un trabajo
indiscutible para rescatar, entre otras cosas, de la memoria y del olvido
a todos ellos y a todo lo que pasó….¿Qué nos puedes comentar de esto? Por
favor, ¿nos haces un punto y aparte mirando a la AMICAL?
-Sí, he contactado con supervivientes y familiares, principalmente esposas,
nietos y sobrinos, todos involucrados absolutamente en el rescate de sus
vivencias. Y en todos los casos he percibido el dolor y el trauma con mayor o
menor intensidad, no desaparece, suena lejano, se transforma, pero existe.
En cuando a la labor de la AMICAL me parece fundamental. De hecho mi primer
viaje a los campos fue con ellos y siempre he recibido su apoyo. Tanto por
parte de la Amical de Barcelona como su representante en Valencia y su delegada
en Madrid. Incluso contacté con la Amicale Mauthausen
París porque la mayoría de entrevistados residen en Francia. Igual que la
Amical, también otras asociaciones hacen su función en extremas dificultades
económicas, como por ejemplo la Amical Ravensbrück,
la Asociación de Descendientes del Exilio Español, Memoria Viva, AMESDE -Asociación de la Memoria Social y Democrática-, etc.
-Sé que debe
resultar difícil, casi siempre imposible guardar un recuerdo especial por
encima de otro en todos estos contactos, más o menos directos, para componer este
magnífico libro que lo cojas por donde lo cojas es todo un tesoro….pero también
es mi “deber” preguntarte por qué historia, testimonio, recuerdo o conjunto de
ellos “te has quedado” como más impresionada…No sé, siempre queda algo , entre
lo mucho que se escribe, de lo cual , por mucho que pasen los días, no te
puedes desprender. ¿Qué nos puedes decir?
-Es imposible del todo quedarme sólo con una historia. Me impresionaron
mucho los relatos de las mujeres del libro, porque sufrieron, además de lo
habitual y conocido, otras humillaciones por su propia condición de mujer.
Terrible. No obstante recuerdo con
especial cariño a Francisco Bernal, el zapatero del campo, un hombre de 1,84
metros de altura que defendió metralleta en mano el almacén de comida para sus
compañeros deportados. También me impresionó Segundo Espallargas
porque fue el boxeador imbatido del campo que los domingos se subía al ring
instalado en Mauthausen. Y no puedo olvidar a Marcelino Bilbao cuando relataba
cómo sobrevivió a las inyecciones de sustancias tóxicas que le fueron
inoculadas por los médicos nazis.
Cada entrevistado tiene su particularidad. He intentado extraer de cada uno
lo más intenso de forma sintetizada.
-Montserrat-¿qué
impresión te da que parte de la Memoria Histórica, ya no te digo toda…, se nos
está escapando por entre los dedos cuál agua fuese?
-Tengo esa misma percepción. Creo que es importante recordar el pasado, no
olvidarlo nunca y transmitirlo a las futuras generaciones. Esa es la labor que
están llevando a cabo asociaciones como la Amical Mauthausen, que cada año
organiza algún viaje con jóvenes de secundaria hasta los campos nazis. Creo
incluso que todas las escuelas deberían organizar un viaje para transmitir esta
parte de la historia a los alumnos. Este
tipo de acciones implican una inmersión directa que se asimila al instante,
despierta el interés, genera sensibilidad y jamás se olvida la lección.
La mayoría de deportados
me decían que cuando no estén vivos sólo quedarán los libros, algunos
documentales y lo que escriban los historiadores. Me preguntaban: ¿Pero quién
nos recordará?.
Recomendamos:
http://elcomercio.pe/luces/cine/sale-luz-documental-hitchcock-sobre-holocausto-noticia-1683989
http://www.20minutos.es/noticia/110634/0/ALEMANIA/HOLOCAUSTO/ARCHIVOS/
http://www.mdzol.com/nota/456857/
Lecturas:
http://www.xtec.cat/~rherna24/Documents/juan_diego_mauthausen.pdf
http://holocaustoenespanol.blogspot.com.es/2009/10/los-notarios-de-la-realidad-de.html
http://fusiladosdetorrellas.blogspot.com.es/2011/02/republicanos-espanoles-en-los-campos-de.html
16070
Vivos en el averno
nazi. En busca de los últimos supervivientes españoles de los campos de
concentración de la segunda guerra mundial. Montserrat Llor Serra.
Prólogo de Josep Fontana
368 páginas 15,5 x 23 cms.
19,90 euros
Crítica
«¿Otro libro sobre los campos
de exterminio nazis?», se preguntarán algunos al tomar este volumen en sus
manos. Si comienzan a leerlo descubrirán que no es «un libro más» y, de
paso, se percatarán de lo mucho que ignoraban acerca de este mundo de
lucha, sufrimiento y resistencia en que se vieron involucrados tantos
españoles. Montserrat Llor ha realizado un
espléndido trabajo de investigación, entrevistando a un gran número de
supervivientes, con el fin de ir más allá de la literatura habitual sobre
los campos y recuperar a estos hombres y mujeres, no como víctimas de un
drama colectivo, sino como seres humanos que vivieron, cada uno a su modo,
la experiencia del campo y su posterior reinserción en la sociedad: «saber
cómo viven hoy, en su vejez, aquellos recuerdos de la guerra, exilio,
deportación, el retorno (o no retorno) y
el silencio».
Hojear y vídeo de presentación: http://www.planetadelibros.com/vivos-en-el-averno-nazi-libro-115920.html
Montserrat Llor
es periodista licenciada en Ciencias de la Información por
la Universidad Autónoma de Barcelona.
Inició su trayectoria profesional en Cadena SER como redactora de
informativos, documentalista y en la producción de programas.
Trabajó también como redactora y colaboradora en revistas de cultura y
viajes. Para la redacción de esta obra ha viajado, desde el año 2008,
por distintas ciudades de España, Francia, Austria e Italia a fin de
recoger el testimonio de supervivientes de la segunda guerra mundial,
principalmente de españoles que sufrieron primero el exilio y, después, la
deportación a los campos nazis. También ha entrevistado a otros
supervivientes no españoles en Rusia, así como a víctimas del Holocausto
judío y del genocidio armenio. Ha escrito artículos sobre esta
temática en El País Semanal, el Magazine de La Vanguardia, la revista La Aventura de la Historia y ha
colaborado en diversos programas de la emisora Punto Radio.
Actualmente es la responsable de comunicación de la delegación de la
Generalitat de Catalunya
en Madrid.
www.facebook.com/montserrat.llor.periodista
www.twitter.com/campobatalla
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